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El Tango

Ca n c i ó n
La preparación del terreno

AC-DC
El tango es un género complejo de abordar, con más de un siglo de historia, que acumula
grabaciones desde aproximadamente 1905, y que cuenta con alrededor de veinticinco mil
registros fonográficos (García Brunelli 2010: 7-13). Las grabaciones fueron numerosas en
todas las etapas de su historia y cada período presenta particularidades que requieren
cierta especialización para su estudio.
Ello supone explorar estilos compositivos y también estilos interpretativos particulares. La
problemática de los orígenes del tango (fines del siglo XIX hasta ca. 1900) resulta
distinta en comparación con los períodos siguientes: Guardia Vieja (1900-1920), Guardia
Nueva (1920-1935), Época de Oro (1935-1955) y Nuevo Tango (1955 en adelante).
Las orquestas con que el tango se creó estaban compuestas sobriamente: guitarra, violín, arpa,
flauta, flautín; a veces un bajo de metal, un acordeón, un armonio portátil - el clásico de tres
octavas - y en ocasiones mandolín o bandurria. No hay piano, porque el piano es un objeto de
lujo. Suele usarse el peine de papel…

Rossi señala:
“... a veces toda la orquesta era un organito o un acordeón...”
Como los instrumentistas de esta primera etapa tocaban “de oído”; la ejecución de
un tango determinado no estaba sujeta al cumplimiento estricto a que está sujeto el
músico que lee música escrita. Por esto también en el tango primitivo aparece la
improvisación, técnica ésta que se manifiesta por sí misma y que aparece
posibilitada por la libre utilización de las células básicas.
El tango no escrito posee una vitalidad mucho mayor, precisamente por no estar
cristalizado por la escritura que fija definitivamente aquello que ha de ser ejecutado.
Los que hacían música en los bares tenían el rótulo de tanguistas. Fueron musicantes sin pretensiones,
que habían descubierto en el tango, con una completa indiferencia profesional, un medio fácil de vida.
Aun después de 1905 sus orquestas apenas superaban a las primitivas. Se componían de flauta,
bandolín, guitarra o arpa, violín, y a menudo, armónica. Advierto además que tales orquestas no
trabajaban en los bares por contrato, eso se hizo desde mucho más tarde hasta nuestros días. Eran
ambulantes, se multiplicaban en profusión y se sucedían unas a otras poco menos que diariamente.
Conviene que el lector no se las imagine ubicadas siempre en un palco orquestal, ni siquiera en tarimas
improvisadas. Se las acomodaba así o como fuera posible: rodeando una mesa generosa, o, a lo mejor,
secas y abnegadas, de pie contra un muro de los costados o en un rincón no más, si era espacioso.
También conviene no suponerlas orquestas criollas sin excepción. Los tanguistas que pasaban por
la Boca eran en su mayor parte italianos meridionales. La guitarra y la armónica, para sorpresa y
desconcierto de los tangueros actuales las reemplazaban por el clarinete. Pero sólo en la Boca
actuaban estos músicos. En los otros barrios suburbanos dominaron siempre la situación las
orquestas criollas. Y siempre fueron compadritos porteños - con más aspiraciones a agenciarse una
pupila que a cobrar el sueldo de la patrona - los que dieron patente de soez al tango en los “cafés”
(burdeles colectivos con bebidas alcohólicas y baile) de la capital y de la provincia. En la Boca
prosperaban también los serenateros. Eran principiantes que debían su mote a que la serenata era
entonces, para todos los músicos vernáculos, el primer paso de rigor. Se jugaban el alma sin
economía los aprendices, tocando sin parar y gratuitamente y en cualquier parte, incluso en el café.
En todo caso, alguno de ellos pasaba, cada dos o tres piezas, “el platito”.
Según Horacio Ferrer, todo este período ha merecido el título de “Guardia Vieja”:
“Puede decirse que, cronológicamente, la Guardia Vieja se extiende desde 1880 a 1920.
Corresponde a ella la etapa de gestación y desarrollo primerizo de los elementos que luego
han de jugarse para definir el tango. En el plano estético puro, surgimiento de la especie por
natural hibridación de otras especies populares de plena aceptación en nuestras ciudades.
Determinación tímbrica en sucesivos ordenamientos instrumentales: desde la anárquica
constitución de los primeros conjuntos hasta la exclusión de los metales. La determinación de
una inicial combinación: arpa, violín, flauta. Luego flauta, violín y bandoneón. Todas estas
plantas instrumentales funcionan en un régimen de ejecución enteramente oral: el modo
interpretativo es la improvisación sin solistas…”
Cuando hace su aparición el bandoneón:
En un principio es un instrumento más en el conjunto instrumental, que solamente
proporciona mayor densidad al tejido sonoro. Entonces debe tener lugar un proceso de
adaptación, de asimilación, para que sea posible sacar el verdadero partido de él. Nace así
una técnica del bandoneón propia del tango, acorde con su expresión, a la vez que este
instrumento debido a sus características, influye sobre el desarrollo del tango, naciendo de
esta manera un nuevo estado de cosas; se crean nuevos tangos con características
especiales, generados en esa nueva experiencia.
Cuando este instrumento entró con legítima arrogancia en las orquestas del tango, otros
declinan y al fin se van: la flauta, primero, porque en el nuevo compás grave no pegan sus
agudezas saltarinas; la guitarra, después, porque su monocorde acompañamiento es
desterrado por el del piano...
Un anticipo del estilo bandoneonístico lo
constituye la grabación que del tango La
Sonámbula realizara Juan Maglio; es esta versión
se saca partido de las posibilidades del
instrumento, habiendo algunos pasajes de total
identificación del instrumento con lo que da el
tango. De acuerdo con la información recopilada
por Canel, es la primera grabación que se realizó
utilizando el bandoneón como instrumento
solista.
Esta nueva etapa del tango culmina, a nuestro modo
de ver, en las ejecuciones de Arolas, cuyas
características y originalidad cobran su más hondo
significado en función del bandoneón ya maduro
para el tango. Quien quiera tener un ejemplo del
estilo de este músico puede hacerlo escuchando las
grabaciones de los tangos De vuelta y media y La
Payanca.
El bandoneón impone una nueva utilización de los ritmos básicos del tango; éstos, que antes
eran realizados puramente en sentido y desarrollo melódico, son ahora creados en forma
compleja. La base rítmico-armónica se aglutina con el ritmo melódico formando un todo
indisoluble.
Como todo lo prohibido, el tango prosperó. Si los patoteros propiciaron su difusión por mera
jarana, la habían iniciado mucho antes de los callejeros organitos “Rinaldi” de tambor y
platillo, que lo introdujeron subrepticiamente en la ciudad. La calle es el principal vehículo de
propagación. Cuando el hecho es observado, no se le puede detener. Los chicos cantan sin
malicia:
Bartolo tenía una flauta
con un aujerito solo
El Armenoville convoca un concurso para orquestas. El público vota por los conjuntos que
más le gustan. Roberto Firpo integra el de “El Tano Genaro” como pianista. Se procede a la
elección. Y la urna, al efectuarse el recuento de los sufragios, da el nombre de Firpo como
ganador. Gran conmoción en la sala, ¿Quién es Roberto Firpo?
¡Un pianista!..., acota alguien despectivamente.
Y el nombre de Roberto Firpo es pronunciado con verdadera devoción por los que le han
dado el triunfo. Gran bronca entre los músicos que habían participado en el certamen. Las
discusiones entabladas suben de tono. Los bandoneonista y guitarristas de los conjuntos
típicos están indignados. Les parece absurda la decisión del público. Palabras fuertes.
Gestos. Ademanes amenazadores. Y hasta insultos se oyen en el Armenoville aquella noche
del concurso. Roberto Firpo, de pie, junto a su instrumento, permanece impasible a cuanto
ocurre en su derredor.
A la tarima del café-cantante, atendido por camareras, de la esquina de Suárez y
Necochea, en la Boca del Riachuelo, sube el pianista Agustín Bardi. Y junto al
jadero armónico del fuelle de Genaro, recorre el teclado - de dientes amarillos y
carcomidos - con dedos que son antenas sutiles captando las ondas sentimentales
de su inspiración auténticamente criolla. Bandoneón, violín y piano, quedan
como piedras angulares para que en ellas se apoye el refinamiento del tango.
Ferrer observa que el piano se incorpora cuando las posibilidades del trabajo
auspician la aparición del músico sedentarizado y con “la orquesta de la casa”
(c.1905)
En seguida del bandoneón hace su aparición el piano, que en correr del tiempo ha de
cambiar toda la fisonomía del tango. A poco de aparecer, este instrumento comienza a
sustituir a la guitarra como instrumento acompañante, hasta consumar el
desplazamiento total de ésta de los primeros planos. El proceso que debió sufrir el
bandoneón para adaptarse se da con mayor razón en el piano, debido a su
complejidad, y debe pasar algún tiempo antes de que se desarrolle una técnica
esencialmente pianística en función del tango. Los primeros conjuntos que adoptan el
piano (la orquesta de Vicente Greco y en seguida todas las demás orquestas)
muestran a este instrumento cumpliendo una función neutra que hace añorar la
guitarra.
Ejemplos de este periódo del piano son:
Las grabaciones del tango Los Tatos realizado por Vicente Greco y El Tío Soltero por la
orquesta de Juan Maglio. Como ilustración de este estilo primitivo pueden escucharse las
grabaciones de los tangos La Viruta y Empujá que se va a abrir realizada en solo de piano
por un pianista cuyo nombre no se indica, bajo el sello Artiga, disco Nº 60704.
Pero pronto el piano habría de adaptarse a las necesidades de nuestra música ciudadana.
Ernesto Zambonini, en el violín, y Prudencio Aragón (El Yoni), en el piano, inauguraron
para la orquesta típica el incisivo y excitante compás del canyengue...
Orquestas antiguas - Old Orchestras - Vicente Greco - Eduardo Arolas - Tano Genaro - Pacho Maglio
1- "La cara de la luna", de Manuel Campoamor, compuesto en 1901, por la Orquesta Vicente Greco, grabado entre 1911 y 1914.
2- "El Choclo", de Ángel Villoldo, compuesto en 1906, por la Orquesta Eduardo Arolas, grabado entre 1913 y 1918.
3- "El entrerriano", de Rosendo Mendizábal, compuesto en 1897, por la Orquesta de "El tano" Genaro Espósito, que comenzó a grabar para discos Columbia en 1911.
4- "El Caburé", de Arturo de Bassi, compuesto en 1911, por la Orquesta de Juan "Pacho" Maglio, grabado por primera vez en 1911
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