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DOCUMENTOS

DE PROYECTOs

Protección social y migración


Una mirada desde las vulnerabilidades
a lo largo del ciclo de la migración
y de la vida de las personas

Carlos Maldonado Valera


Jorge Martínez Pizarro
Rodrigo Martínez
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Documentos de Proyectos

Protección social y migración


Una mirada desde las vulnerabilidades a lo largo del ciclo
de la migración y de la vida de las personas

Carlos Maldonado Valera


Jorge Martínez Pizarro
Rodrigo Martínez

Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)


Este documento fue preparado por Carlos Maldonado Valera, Oficial de Asuntos Sociales de la División de Desarrollo
Social de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Jorge Martínez Pizarro, especialista en
migración del Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (CELADE) División de Población de la CEPAL y
Rodrigo Martínez, Oficial Superior de Asuntos Sociales de la División de Desarrollo Social, en el marco de las actividades
del proyecto “Apoyo a la implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible en América Latina y el Caribe”,
que ejecuta la CEPAL, con el apoyo de la Agencia Alemana de Cooperación (GIZ) del Ministerio Federal de Cooperación
Económica y Desarrollo (BMZ) de Alemania.

Los autores agradecen la colaboración de Gabriel Kattan Abusleme en la recopilación, clasificación, sistematización y
análisis de información sobre la institucionalidad migratoria en la región, que aborda en el capítulo III; de Daniela
Huneeus en la sistematización de contenidos y el análisis de las discusiones de los seminarios y talleres realizados en el
marco del proyecto, que se incluyen en el anexo y se retoman a lo largo del texto, y de Jorge Dehays, en la revisión de
bibliografía y una primera aproximación analítica del documento. Asimismo, agradecen a José Ignacio Carrasco y José
Ignacio Suárez por los insumos aportados a distintas secciones del documento.

Las opiniones expresadas en este documento, que no ha sido sometido a revisión editorial, son de exclusiva
responsabilidad de los autores y pueden no coincidir con las de la Organización.

Publicación de las Naciones Unidas


LC/TS.2018/62
Distribución: Limitada
Copyright © Naciones Unidas, agosto de 2018. Todos los derechos reservados
Impreso en Naciones Unidas, Santiago
S.18-00613

La autorización para reproducir total o parcialmente esta obra debe solicitarse a la Comisión Económica para América Latina
y el Caribe (CEPAL), División de Publicaciones y Servicios Web, publicaciones.cepal@un.org. Los Estados Miembros de las
Naciones Unidas y sus instituciones gubernamentales pueden reproducir esta obra sin autorización previa. Solo se les
solicita que mencionen la fuente e informen a la CEPAL de tal reproducción.
CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

Índice

Resumen ......................................................................................................................................... 7
Introducción ..................................................................................................................................... 9
I. Consideraciones básicas en torno a los vectores, desafíos y evolución reciente
de la migración en América Latina y el Caribe ...................................................................... 11
A. Lógica global y vectores sociales y económicos de la migración .................................. 11
1. Vectores clave en el inicio y continuidad de los flujos migratorios ............................ 13
2. Tipos y motivaciones de la migración internacional................................................... 14
B. Patrones migratorios en la región y desafíos de política ............................................... 15
1. Grandes tendencias migratorias ............................................................................ 15
2. La emigración extra-regional: un rasgo dominante ................................................ 17
3. Intensificación de los intercambios intra-regionales ............................................... 19
4. El desafío de los países: compartir mejor los intereses y responsabilidades
comunes frente a la migración ............................................................................... 21
5. Migración y remesas: heterogéneas magnitudes absolutas y relativas ................. 23
II. Ciclo migratorio y protección social: un enfoque sensible a las vulnerabilidades
de las personas migrantes ..................................................................................................... 25
A. El ciclo migratorio: varias etapas con múltiples desenlaces y vulnerabilidades ............ 26
B Factores de vulnerabilidad, desigualdad y necesidades de protección social .............. 29
1. Migración, ciclo de vida y vulnerabilidades ............................................................ 30
2. Condición socioeconómica ..................................................................................... 31
3. Estructura familiar, género y migración: necesidades de protección social
y cuidados............................................................................................................... 31
4. La condición étnica y racial .................................................................................... 33
5. La dimensión territorial ........................................................................................... 33
6. Trabajo, protección social y heterogeneidad estructural: implicancias
para la migración intrarregional .............................................................................. 34
7. La condición migratoria irregular ............................................................................ 35
C. En el país de origen: dificultades de acceso a la protección social
y necesidades insatisfechas .......................................................................................... 36
D. Riesgos y vulnerabilidades durante el tránsito .............................................................. 38
E. Inclusión y protección social en el país de destino ........................................................ 41
F. El retorno al país de origen a veces ajeno: rasgos y prioridades
para la protección social ................................................................................................ 44

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CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

1. Caracterización ....................................................................................................... 44
2. Políticas y desafíos en torno a la migración de retorno ......................................... 46
3. Impactos posibles de la migración de retorno y protección social
en los países de origen .......................................................................................... 48
G. Transnacionalidad y protección social ........................................................................... 51
1. Necesidades de protección social de las familias transnacionales........................ 51
2. Remesas y protección social .................................................................................. 51
3. Migración, protección social y las cadenas y redes transnacionales
de cuidado .............................................................................................................. 52
III. Institucionalidad migratoria: panorama jurídico y organizacional .......................................... 55
A. Dimensiones de la institucionalidad social migratoria: normativa-jurídica,
organizacional, técnica-operativa y fiscal ...................................................................... 55
B. Institucionalidad migratoria: la dimensión jurídico-normativa ........................................ 56
1. Marcos normativos nacionales relacionados con la protección
de la población migrante ........................................................................................ 60
C. Características organizacionales y autoridad social en materia migratoria ................... 69
1. Instancias y foros internacionales y regionales dedicados a la migración
internacional en América Latina y el Caribe ........................................................... 69
2. Las áreas nacionales responsables del diseño y definición de políticas
para la población migrante ..................................................................................... 73
D Instancias intersectoriales a cargo de coordinar las políticas
para la población migrante ............................................................................................. 75
1. Implementación, seguimiento y monitoreo de acuerdos y convenios .................... 82
IV Recomendaciones de política y desafíos para la protección social ...................................... 85
A. Algunos instrumentos de la protección social en el ciclo migratorio .............................. 86
B. Ámbitos de atención prioritaria ....................................................................................... 89
1. Acceso a la identidad jurídica ................................................................................. 89
2. Acceso al trabajo decente ...................................................................................... 90
3. Acceso a la salud general y salud sexual y reproductiva....................................... 92
4. Acceso a la educación............................................................................................ 93
5. Acceso a la vivienda ............................................................................................... 93
6. Acceso a servicios de cuidado ............................................................................... 94
7. Inclusión financiera ................................................................................................. 95
C. Desafíos institucionales en torno a la migración y la transnacionalidad........................ 95
1. Coordinación bilateral y multilateral ....................................................................... 95
2. Portabilidad de derechos de protección social de las
y los trabajadores migrantes .................................................................................. 96
V. Algunos comentarios finales .................................................................................................. 97
Bibliografía ..................................................................................................................................... 99
Anexo ........................................................................................................................................... 103

Cuadros

Cuadro 1 América Latina y el Caribe (países seleccionados): stocks y variación


porcentual según principal grupo de inmigrantes,
alrededor de 2000 y 2010 .................................................................................... 20
Cuadro 2 Ciclo migratorio y principales riesgos asociados: el caso de las mujeres
migrantes centroamericanas................................................................................ 32
Cuadro 3 América Latina y el Caribe (29 países): principales instrumentos
identificados para la regulación de la migración por país ................................... 63
Cuadro 4 América Latina y el Caribe: foros intergubernamentales que consideran
a la migración como eje temático, según el tipo de instancia
a la que están vinculados, 2016 .......................................................................... 71

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CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

Cuadro 5 América Latina y el Caribe: principales ejes temáticos de algunos foros


intergubernamentales dedicados a la migración ................................................. 73
Cuadro 6 América Latina y el Caribe (30 países): articulación y rectoría
de las instituciones dedicadas a las personas migrantes .................................... 74
Cuadro 7 América Latina y el Caribe (15 países): principales instancias
de coordinación intersectorial encargadas de la protección
y atención a las personas migrantes ................................................................... 77
Cuadro 8 Ejemplos de indicadores sobre derechos humanos sobre los migrantes ........... 82
Cuadro 9 Algunos instrumentos de protección social relevantes para las personas
migrantes, en las distintas etapas del ciclo de la migración ................................ 88
Cuadro A. 1 Participantes de las reuniones sostenidas ........................................................ 115

Gráficos

Gráfico 1 América Latina y el Caribe: porcentaje de inmigrantes y emigrados


sobre las poblaciones nacionales, por subregiones, alrededor de 2010 ............ 16
Gráfico 2 Principales destinos de los emigrantes latinoamericanos y caribeños,
alrededor de 2010 ................................................................................................ 18
Gráfico 3 Principales destinos de los emigrantes latinoamericanos y caribeños
sin considerar mexicanos en Estados Unidos, alrededor de 2010 ..................... 18
Gráfico 4 América Latina y el Caribe (países disponibles): porcentaje de la población
inmigrante según procedencia, alrededor de 2010 ............................................. 19
Gráfico 5 América Latina y el Caribe (países seleccionados): porcentaje
de inmigrantes nacidos en países limítrofes sobre el total,
alrededor de 2010 ................................................................................................ 21
Gráfico 6 América Latina y el Caribe (33 países): firma y ratificación o adhesión
de pactos, convenciones y convenios relacionados con los derechos
económicos, sociales y culturales y de las personas migrantes ......................... 57
Gráfico 7 América Latina y el Caribe (29 países): año de promulgación
de las principales legislaciones nacionales vigentes en materia
de migración......................................................................................................... 61
Gráfico 8 América Latina y el Caribe (30 países): principales instancias de gobierno
formalmente encargadas de coordinar la atención
a las personas migrantes ..................................................................................... 74

Recuadros

Recuadro 1 Violencia contra las mujeres en Centroamérica: más que un factor


de expulsión ......................................................................................................... 36
Recuadro 2 Menores extranjeros no acompañados (MENA) en el caso del triángulo
norte/México rumbo a Estados Unidos ................................................................ 39
Recuadro 3 Distintos grupos de migrantes según su propensión a retornar
al país de origen .................................................................................................. 44
Recuadro 4 Determinantes y factores del retorno: la dimensión personal ............................. 46
Recuadro 5 Políticas, normativas, programas y gestión de la migración
de retorno desde los países de origen del migrante ........................................... 48
Recuadro 6. Algunos ejemplos de acuerdos y marcos desarrollados a nivel regional
y subregional en América Latina y el Caribe ....................................................... 58
Recuadro 7 Migración y protección social en la Agenda 2030 para
el desarrollo sostenible ........................................................................................ 59
Recuadro 8 Las personas migrantes en la Constitución de la Ciudad de México (2017) ...... 69
Recuadro 9 La protección social y el pacto mundial para una migración segura, .................. 69
ordenada y regular ............................................................................................... 69
Recuadro 10 Acuerdos para una migración basada en calificaciones solicitadas
en los países de destino (Global Skill Partnerships) ........................................... 91

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CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

Recuadro A.1 Trabajo migrante en México .............................................................................. 110


Recuadro A.2 Institucionalidad para la migración en México y en Chile .................................. 112

Diagramas

Diagrama 1 La migración internacional en el sistema de reproducción


de la sociedad global ........................................................................................... 12
Diagrama 2 Etapas posibles del ciclo de la migración ............................................................ 27
Diagrama 3 Factores de vulnerabilidad y desigualdad para las personas migrantes ............. 29
Diagrama 4 Heterogeneidad estructural y su relación con la migración ................................. 35
Diagrama 5 Condición migratoria, trabajo y protección social en el país de destino .............. 43

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CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

Resumen

En el presente documento se analizan algunos de los desafíos centrales de la migración internacional en


América Latina y el Caribe para las políticas públicas, en especial para alcanzar sistemas de protección social
universales, es decir, que abarquen a todos y cada uno de los grupos de población de cada país, en el marco
de sociedades cada vez más complejas, heterogéneas y demandantes. Para ello, propone una mirada centrada
en los riesgos, vulnerabilidades y necesidades más apremiantes de las personas migrantes en las distintas
etapas del ciclo de la migración, a saber, en el país de origen, durante el tránsito hacia el lugar de destino,
en el país de acogida y, eventualmente, durante el retorno (voluntario o forzoso) al país de origen.
En cada etapa se procura identificar también las necesidades, riesgos y vulnerabilidades
específicas de las personas migrantes según su edad y etapa del ciclo de vida en que se encuentran, junto
con aquellas relativas a diferencias de género y condición migratoria, esto último en el entendido de que
la migración irregular es un factor de riesgo adicional. También se intenta mostrar cómo la condición
migratoria constituye un factor que interactúa con otros ejes estructurantes de la matriz de la desigualdad
social en la región, en el sentido de que las dificultades de las personas migrantes suelen verse
potenciadas negativamente cuando se suman discriminaciones, abusos y falta de oportunidades por
razones de género, edad, estatus socio-económico, condición étnico-racial o condicionantes asociadas
al territorio, tanto de origen como de destino.
La identificación de necesidades, riesgos y vulnerabilidades ofrece así un mapa para que los sistemas
de protección social de cada país asignen prioridades de política de acuerdo con la especificidad de las
problemáticas relacionadas con su perfil migratorio, ya sean países principalmente receptores, expulsores, de
tránsito o de retorno de personas migrantes, a veces siendo escenario de varias e incluso todas las anteriores.
También contribuye a orientar eventuales cambios a la institucionalidad social en materia migratoria, sobre
todo en concordancia con los principales compromisos, acuerdos e instrumentos que los países han suscrito
a nivel internacional, incluyendo la propia Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
Tras algunas consideraciones conceptuales sobre la migración y la protección social, en una segunda
parte se abordan los riegos, vulnerabilidades y necesidades de las personas migrantes en las distintas etapas
del ciclo migratorio. Una tercera parte ofrece un panorama somero de la institucionalidad social en materia
migratoria en América Latina y el Caribe identificando espacios para una mayor coordinación intersectorial
e interinstitucional. Una cuarta sección concluye con algunas prioridades y orientaciones estratégicas para
las políticas de protección social, seguida por algunas consideraciones finales.

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CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

Introducción

La ampliación y universalización de los sistemas de protección social subyacen a varias metas de la


Agenda 2030 para un desarrollo sostenible. Lo anterior supone que los países, en especial los países en
desarrollo, deben extender progresivamente la cobertura, el financiamiento y los instrumentos y
beneficios otorgados por dichos sistemas (CEPAL, 2017a, 2015). También supone atender las
necesidades específicas de los distintos segmentos de la población, asegurando niveles básicos y
universales de bienestar y goce de derechos. Ante ese compromiso de largo plazo, las personas
migrantes, pocas veces visibilizadas en esos términos, constituyen un desafío particular.
La migración es un proceso inseparable de la historia de todas las sociedades y América Latina
y el Caribe no es una excepción. De esta manera, el pasado, presente y futuro, como también algunos
de los principales rasgos y desafíos sociales, económicos, culturales y políticos de la región difícilmente
son entendibles sin referencia a la compleja dinámica de las migraciones, intra y extrarregionales. No
obstante, pueden distinguirse ciclos o etapas muy diferentes a lo largo de la historia, primero colonial y
luego republicana, de las sociedades latinoamericanas y caribeñas. Sucesivas olas migratorias,
voluntarias o forzadas, configuran hoy el perfil demográfico diverso de América Latina y el Caribe.
En un mundo globalizado como el presente, la migración desempeña un rol central para los
procesos de reproducción social. Más específicamente, la migración está íntimamente vinculada a los
procesos de reproducción demográfica, económica y de la estratificación socio-económica (de clases).
Lo primero debido a que la migración desempeña un rol central en “la complementariedad de la
dinámica de la población de las regiones de origen con la dinámica en los países de destino” (Canales,
2016, pág. 22). Lo segundo porque tiene un doble efecto sobre la reproducción del capital. Por un lado,
como proceso de transferencia de fuerza de trabajo y capital humano entre contextos de origen y de
destino y, por el otro, al originar flujos de recursos, en especial remesas, muchas veces esenciales para
la reproducción social de familias, por definción, transnacionales y de sus comunidades de origen.
Finalmente, la migración es un factor importante en la reproducción social de las diferencias y
desigualdades sociales en los países de origen y de destino. En las primeras surge una dependencia con
las dinámicas laborales y económicas de los contextos de llegada. En las segundas el trabajo de las
personas migrantes suele concentrarse en actividades ligadas a la reproducción social y cotiodiana de la
población nativa, por ejemplo, vía el trabajo doméstico y de cuidado.
Al mismo tiempo, si la migración ha sido un fenómeno estudiado desde múltiples disciplinas
académicas, la atención a la vinculación entre esta y los desafíos y vacíos de la protección social en la
región ha sido relativamente menor. De hecho, en un escenario en que la migración intrarregional ha
aumentado considerablemente, las personas migrantes tradicionalmente han sido un segmento

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CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

poblacional no priorizado de manera sistemática por las políticas sociales en general, ni por los sistemas
de protección social en particular. Y, como se verá a lo largo de este documento, la institucionalidad
volcada a la gestión de las migraciones y a la garantía de los derechos de las personas migrantes presenta
una gran diversidad en cuanto a su diseño, el momento en que fueron creadas y garantía de derechos.
El presente documento busca vincular analíticamente los desafíos que representa la migración
para la construcción de sistemas inclusivos y universales de protección social. Para ello propone un
marco analítico centrado en las vulnerabilidades de las personas migrantes a lo largo del ciclo
migratorio, al tiempo que examina la institucionalidad dedicada a dicho segmento de población. Con
ello se prestende identificar algunas recomendaciones de política para los sistemas de protección social
en las distintas fases del ciclo migratorio, que resultarán de relevancia variable en la diversidad de
contextos de la región1.
En una primera parte se harán algunas distinciones conceptuales para orientar la discusión, así
como una breve descripción de los principales vectores económicos y sociales de la migración, y de las
principales tendencias recientes de los flujos migratorios en América Latina y el Caribe. En una segunda
parte, con el fin de dilucidar las prioridades y necesidades más importantes desde el punto de vista de
los sistemas de protección social, se identificarán las principales vulnerabilidades que aquejan a las
personas migrantes en las diferentes fases del ciclo migratorio. En la tercera parte se ofrece un panorama
descriptivo de la institucionalidad migratoria de la región, identificando algunos rasgos deseables de los
ordenamientos jurídicos y organizacionales. Una cuarta sección sistematiza algunas recomendaciones
de política, seguida por unas breves consideraciones finales.
La propuesta de análisis, las aproximaciones conceptuales y las recomendaciones que se
presentan son particularmente relevantes por su afinidad con las metas de los objetivos de desarrollo
sostenible de la Agenda 2030, así como con los contenidos que se negocian para la construcción de un
Pacto mundial para una migración segura, ordenada y regular.

1 Muchos de los contenidos temáticos que este documento pone en relieve provienen de las discusiones de cuatro
reuniones internacionales con especialistas y tomadores de decisiones cuya síntesis puede consultarse en el anexo 1.

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CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

I. Consideraciones básicas en torno a los


vectores, desafíos y evolución reciente de la
migración en América Latina y el Caribe

En esta sección se discuten conceptos básicos sobre los cuales se desarrolla el análisis en el resto del
documento. También se presenta una breve descripción de los vectores económicos y sociales de la
migración, así como uma descripción somera de las tendencias más recientes de los flujos migratorios
en América Latina y el Caribe.

A. Lógica global y vectores sociales y económicos


de la migración
Como apunta Canales (2016), la migración contemporánea tiene lugar en una sociedad global y
postmoderna. Esto implica que los procesos sociales, económicos y culturales se despliegan en un
mundo donde las fronteras nacionales tienden a ser más porosas y difíciles de controlar, desafiando al
Estado-Nación como forma natural de organización del mundo. La migración internacional tiene
entonces un rol central en la reproducción y transformación de la sociedad global, que comporta la
puesta en marcha de procesos que posibilitan la continuidad de estructuras sociales y culturales que, no
obstante, lleva intrínseca la posibilidad de cambio.
Canales circunscribe el rol de la migración internacional a tres ámbitos de la realidad: el
demográfico, en el sentido de la reproducción de la población; el económico, en referencia a la
reproducción del capital, y; el social, específicamente, en relación con la desigualdad social a partir de
la reproducción de las estructuras de clases (Canales, 2016).
En el ámbito demográfico, la migración internacional hace parte ‒a nivel mundial‒ de un
sistema global de reproducción demográfica que se traduce en una complementariedad entre las
dinámicas demográficas de las regiones de origen con las de destino, debido a la diferencia en los
regímenes poblacionales, en cuanto a sus estructuras por sexo y edad y su transición demográfica. En
términos gruesos, las sociedades de origen (regiones del sur, con menor desarrollo relativo) estarían
viviendo un momento demográfico inédito, caracterizado por estructuras de edad con una alta
proporción de su población en condición activa, lo que se conoce como bono demográfico. Esto se
traduce en una relación favorable entre población activa (15-59) y población inactiva (0-14 y 60 y más

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CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

años), o tasa de dependencia positiva, puesto que hay una mayor proporción de personas en edad de
trabajar, circunstancia demográfica que no durará para siempre puesto que estamos en un tránsito franco
hacia el envejecimiento poblacional, y las cargas dependientes aumentarán en el futuro. Sin embargo,
este momento demográfico puede ser aprovechado para fortalecer el proceso productivo y darle más
dinamismo a la economía, promoviendo su desarrollo. Por otro lado, las regiones de destino (países
desarrollados, en el hemisferio norte, Estados Unidos y Europa principalmente) viven una realidad muy
diferente. Allí, predominan dos situaciones demográficas opuestas a las regiones del sur: por un lado,
un avanzado proceso de envejecimiento de la población y, por el otro, la denominada segunda transición
demográfica, caracterizada por procesos de individuación y un debilitamiento de la familia.
De este modo, los países de origen de los migrantes (básicamente países del sur), transfieren en
la práctica una parte de su bono demográfico mediante la migración internacional (léase excedente de
población en edad activa) hacia los países centrales (Canales, 2016), cumpliendo así un doble efecto:
por un lado, reducen la presión sobre la economía y el mercado de trabajo en sus países de origen y, por
el otro, contribuyen a disminuir el déficit de población económicamente activa de los países
desarrollados del norte. Cabe destacar que este proceso histórico a nivel global muestra en la actualidad
algunos matices propios en la región, con flujos ya no solo hacia los países desarrollados sino entre
países latinoamericanos y caribeños, los que han diversificado los roles en cuanto al origen y destino de
la población migrante.
Por otro lado, la migración internacional también tiene un rol en la reproducción del capital a
nivel global. Este rol se traduce en dos flujos que circulan en sentido inverso. En un sentido, los países
menos desarrollados (origen) transfieren fuerza de trabajo hacia las economías más desarrolladas
(destino). Al mismo tiempo, existe un flujo inverso no de personas sino de remesas, que los trabajadores
migrantes envían a sus familias y/o comunidades, contribuyendo a su reproducción social a la distancia.
En el ámbito social, Canales sostiene la tesis que la migración internacional “configura un sistema
de relaciones entre clases sociales que trasciende y traspasa las fronteras nacionales” (Canales, 2016, pág.
45). Esto quiere decir que existe una articulación entre la reproducción social en los países de origen y la que
tiene lugar en los países de destino. Existiría así un vínculo, o más bien una articulación, entre la reproducción
de la fuerza de trabajo migrante, apoyada por un sistema de redes sociales y por una dinámica social
transnacional, y la reproducción social de las clases medias y altas en los lugares de destino, mediante la
ocupación de mano de obra migrante para su cuidado y reproducción (ver diagrama 1). Grosso modo,
mediante la migración internacional se vinculan, articulan y complementan la reproducción de las clases
populares en el origen, con las clases medias y altas en el país de destino.

Diagrama 1
La migración internacional en el sistema de reproducción de la sociedad global

Fuente: Adaptado de Canales (2016).

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CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

Si bien este planteamiento ha sido concebido para explicar el rol de la migración en la


reproducción de la sociedad global y, específicamente, en la relación entre los países centrales y los
periféricos, es posible reconocer indicios que en América Latina y el Caribe los intercambios
migratorios entre países responden de manera general a una lógica similar, dado que la región no es
uniforme en términos demográficos. En efecto, en la región conviven países con momentos de transición
avanzada (baja fecundidad y avanzado proceso de envejecimiento demográfico) con otros que presentan
rezago demográfico (fecundidad relativamente alta, con estructuras de edades más jóvenes). En términos
gruesos, países con transición avanzada (Chile, Argentina, Uruguay, Costa Rica) tienden a ser receptores
de migrantes, mientras que aquellos con rezago demográfico tienden a ser emisores (Paraguay,
Nicaragua, Haití, Estado Plurinacional de Bolivia y Guatemala). De lo anterior se desprenden algunos
vectores para determinar el inicio y continuidad de los flujos migratorios.

1. Vectores clave en el inicio y continuidad


de los flujos migratorios
En la región, los flujos migratorios se han intensificado desde finales del siglo XX de manera paralela
a los reajustes de las economías locales en el periodo posterior a la crisis de la deuda externa, la
reestructuración de las economías de los países desarrolladdos, así como de los tratados de libre
comercio suscitos por países de la región. Como apunta Durand (2016), y se describirá en la siguiente
sección, el “carácter dinámico, cambiante y multipolar de los circuitos migratorios se refleja en América
Latina en la formación de un complejo sistema de ejes migratorios, constituidos por países y regiones
de origen y destino, entre los que se configuran diversos corredores, tanto interregionales como
intrarregionales” (Durand, 2016, pág. 63).
A nivel individual, la migración responde a varias motivaciones posibles, a veces
simultáneamente, y en América Latina se han observado en distintas etapas y subregiones. Como se ha
mencionado, la búsqueda de mayores oportunidades laborales y económicas es la más evidente y
predominante. Responde a un contexto de origen con desigualdades de género y económicas, elevados
niveles de pobreza y precariedad que hacen atractiva la posibilidad de emigrar hacia un contexto
nacional percibido como más favorable. Como apunta (Heredia Zubieta, 2016) la pobreza o el
subdesarrollo no explican per se el inicio de un flujo migratorio, sino que otros factores intervienen,
incluyendo la dinámica de la economía global, las crisis de las economías nacionales (desarrolladas y
en desarrollo) y los vínculos históricos con otros países o regiones que se traducen, entre otros asuntos,
en redes que establecen contactos y comunicaciones que coadyuvan a la decisión de migrar.
Aparejada a procesos previos de migración, la reunificación familiar constituye otra motivación
a considerar. Supone el traslado de cónyuges y dependientes tanto de corta edad, como de adultos
mayores, miembros inmediatos y extendidos del núcleo familiar. En la región esta motivación es central.
Como plantean (Mazzucato y Shans, 2011) la migración, es decir la decisión de migrar, por definición
se traduce en el surgimiento de familias transnacionales, cuyo destino final no es necesariamente el
reencuentro, sino también, a veces, la disolución. Durante ese proceso, ocurren intercambios familiares
e intra-comunitarios, cadenas transnacionales de cuidado informales, en las que se intercambian remesas
y cuidados, dentro y fuera de los núcleos familiares.
Históricamente, la persecusión política ha sido causa de importantes flujos migratorios
intrarregionales (como en el caso de las dictaduras militares de los años 1960 y 1970) y también extra-
regionales. Si bien es minoritario estadísticamente, este segmento ha tenido un amplio impacto
cualitativo, ya sea en los lugares de origen o destino.
Las guerras civiles también han motivado el desplazamiento de amplios contingentes de
personas migrantes, siendo Centroamérica el caso más evidente, en particular durante los años 1980 y
1990, con flujos considerables hacia los Estados Unidos y México.
Más recientemente, la violencia, es decir, los contextos sociales con elevada conflictividad e
inseguridad públicas han llegado a motivar flujos desesperados de migración, en donde la motivación

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CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

principal es la búsqueda forzosa de mejores condiciones de vida, particularmente en Centroamérica y


México, con el fin de evitar violencias y reclutamientos forzosos en organizaciones criminales.
Finalmente, los desastres naturales, han motivado flujos importantes de migración. En la región,
desde Haití o Honduras, terremotos o huracanes respectivamente nutren la migración, intra y extra regional.
Esta diversidad de factores y motivaciones opera de modo a veces diferencial para mujeres y
hombres, y se traduce en que el término “personas migrantes” reagrupa múltiples realidades, necesidades y
motivaciones y, por lo tanto, riesgos y necesidades, como se aprecia en el recuadro 1.

2. Tipos y motivaciones de la migración internacional


La comprensión de los vectores que generan y reproducen la migración internacional permite acercarse
a una tipología que oriente las diferentes motivaciones de las personas migrantes, siendo la
aproximación más común aquella que remite a las categorías de entrada asociada a los tipos de
residencia de las personas migrantes en los países de destino, a saber: trabajo, familia, estudios, y refugio
(OCDE y OEA, 2015).
La categoría de trabajo correspondería a la migración motivada por fines laborales, también
denominada migración económica. La migración familiar remite por un lado a la familia que acompaña a las
y los trabajadores migrantes, y por otro, a la reagrupación de familiares por parte de las personas migrantes
o nacionales que se encuentran residiendo en el país de destino. Así, reagrupación familiar se refiere a, por
ejemplo, al derecho de las personas migrantes en solicitar la inmigración de cónyuges, hijos o familiares
dependientes (es decir los adultos mayores). La población local en los países de destino también puede
reagrupar familiares extranjeros, aplicándose esto para cónyuges y adopción, entre otros.
La migración por estudios refiere a las personas migrantes que orientan sus motivaciones a
cursar actividades educativas o de investigación.
El refugio remite a una categoría de residencia que se rige según una normativa internacional
específica (ACNUR, 1951), que apela a la acogida humanitaria de la persona migrante en destino
“…debido a fundados temores de ser perseguida por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia
a determinado grupo social u opiniones políticas (pág. 2). Previo a la categoría de refugiado, existe una
condición migratoria referida a la solicitud del asilo o refugio, que consiste en el tiempo durante el cual
se evalúa la necesidad de protección por parte del país de destino. Esta solicitud puede realizarse en el
país de origen de la persona antes de migrar, no obstante, frente al riesgo intrínseco de mantenerse en
origen, muchas personas migrantes lo solicitan en destino.
Si bien la tipología de la migración internacional según las diferentes categorías de entrada y
residencia es útil para comprender el modo en que los países gestionan su frontera, debe ser tomada
cautelosamente dado el carácter multidimensional y dinámico de los vectores que generan la migración.
Por ejemplo, la migración motivada por una situación de crisis económica ha sido también
conceptualizada en términos de necesidades de refugio económico, en lugar de una migración de
carácter laboral donde las personas migrantes y sus familias podrían necesitar de una acogida
humanitaria (OCDE y OEA, 2015). La migración motivada por desastres generados por el cambio
climático también viene a desafiar la categoría de refugio, ya que, si bien actualmente no se encuentra
incorporado por los países, diversos estudios lo han planteado como uno desafíos futuros de mayor
importancia, siendo el reporte del Banco Mundial uno de los más recientes (Kumari y otros 2018).
Además, es clave enfatizar el carácter difuso que pueden tener estas categorías de entrada, ya que las
personas migrantes pueden transitar entre una y otra, solicitando visas de entrada y permisos de
residencia que se adapten a sus motivaciones múltiples. Así, la migración familiar de un cónyuge puede
estar al mismo tiempo motivada por una necesidad de trabajar y disminuir los riesgos socioeconómicos
de un hogar transnacional.
Finalmente, dada su relevancia para la protección social, es fundamental referirse a la condición de
irregularidad migratoria. En términos del movimiento migratorio, este es de carácter irregular cuando ocurre
fuera de la normativa del país de origen, tránsito o destino. Desde la perspectiva de los países de destino, la

14
CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

irregularidad puede ocurrir tanto en términos de entrada o estadía como en la realización de trabajos sin los
permisos o documentos requeridos por la normativa local (OIM, 2018). Especial cuidado se requiere con la
terminología utilizada, evitando la expresión migración ilegal (la cual debiera acotarse a los casos de trata y
tráfico de migrantes), ya que aludiría por un lado a actividad delictiva, cuando en la práctica trata de una falta
de carácter administrativo y, por otro lado, no refleja la complejidad del fenómeno. En este sentido, la
irregularidad puede ocurrir en un continuo de posibilidades y no necesariamente de manera dicotómica, tal y
como ha sido estudiado en contextos de alta inmigración (Duvell, 2008). Por ejemplo, el ingreso no registrado
o por un paso no habilitado al país de destino constituye una de las causas más conocidas para que referirse
a migración irregular. Del mismo modo, los acompañantes de migrantes laborales a quienes no se les otorga
permiso de trabajo se encontrarían en situación irregular si lo hacen. Un estudiante migrante que, por ejemplo,
tiene un permiso de estudios que le permite además trabajar 20 horas semanales, se encontraría en situación
irregular si excede dicha cantidad. Finalmente, una persona migrante que ya vive en destino cuya solicitud
de asilo no tiene éxito, pasa a ser una persona migrante irregular. En definitiva, desde la protección social es
clave tener claridad sobre el modo en que la condición de irregularidad migratoria limita el acceso
a derechos de las personas migrantes, a veces de manera explícita en los marcos normativos de los
países, como de hecho por el modo en que está construida la forma de acceder a los sistemas de
protección social (Spencher y Hughes, 2015).
Dado que la migración no es únicamente de carácter laboral, es clave que los sistemas de protección
social consideren, además de los derechos asociados a los trabajadores migrantes, las múltiples necesidades
que los familiares acompañantes y miembros reagrupados tienen a lo largo del ciclo de vida. Por ejemplo,
los niños que acompañan a los migrantes adultos tienen necesidades de asistencia a la escuela que deben ser
incorporadas por los sistemas de protección social, independientemente de su condición migratoria
(regularidad/irregularidad), especialmente considerando los riesgos a los que se ven expuestos en términos
de deserción escolar, trabajo infantil, entre otros (Naciones Unidas, 1990). Además, es importante no
desatender las necesidades particulares en términos de inserción laboral que tienen las personas migrantes
durante el proceso de inclusión en los países de destino, tales como la convalidación de estudios, aprendizaje
del idioma, entre otros, los cuales de no ser considerados limitan las posibilidades de acceso a los mercados
laborales y sistemas de protección social.

B. Patrones migratorios en la región y desafíos de política


En esta sección se ofrece evidencia general de las tendencias migratorias en América Latina y el Caribe
y se presentan los desafíos que conllevan para los países, sus instituciones, normativas y políticas, en el
marco de iniciativas globales y regionales de impulso a la generación de acuerdos y cooperación en el
contexto más amplio del desarrollo.

1. Grandes tendencias migratorias


Los estudios del CELADE muestran que como panorama general desde mediados de la década de 2000
se registró una disminución de los flujos de emigración extra-regional a los principales destinos y ello
fue más marcado en la emigración mexicana hacia Estados Unidos y en la sudamericana hacia España.
Si bien no se puede hablar de una tendencia definitiva de largo plazo, dado el breve período en que se
han observado, las últimas evidencias muestran este proceso en los flujos, aunque no se refleje aún en
los stocks. Al mismo tiempo, los flujos de migración dentro de la región se han intensificado, lo que
constituye un hecho de gran relevancia cuya debida atención puede representar oportunidades para
enfrentar situaciones de irregularidad, trata y flujos mixtos.
Siguiendo información censal de la ronda de 2010, existían hacia esa fecha alrededor de
unos 30 millones de latinoamericanos y caribeños residiendo en países distintos al de su nacimiento,
cifra mayor a los 26 millones registrados en la ronda de censos de 2000 y que posiblemente ha
registrado un ligero aumento hacia 2017. Este número de emigrados equivale a aproximadamente
el 4% de la población total de América Latina y el Caribe.

15
CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

En términos netos, la inmigración acumulada en la región continúa siendo de menor


envergadura que el de la emigración. El total de la población extranjera residiendo en países de
América Latina y el Caribe alcanzaba los 7,6 millones de personas alrededor de 2010, lo que
equivale a prácticamente un cuarto de la cantidad de emigrados y tan solo a un 1,1% de la población
total de la región. Como se observa en el gráfico 1, el peso de la población inmigrante sobre la
población nativa es más bajo y más o menos homogéneo entre las distintas subregiones de América
Latina, con una tasa algo mayor en el Caribe, oscilando entre un 0,9% y un 2,8%. La emigración,
en tanto, presenta mayores porcentajes y marcadas variaciones por subregión, destacándose el
Caribe y Centroamérica por la alta proporción de emigrantes en relación con el volumen de la
población nativa, es más bajo y más o menos omogdecir, 11,1% y 10,2% respectivamente, como
mujestra el gráfico 1).

Gráfico 1
América Latina y el Caribe: porcentaje de inmigrantes y emigrados sobre
las poblaciones nacionales, por subregiones, alrededor de 2010
12
11
10
10

04
4
03

2 02
01 01
01

0
Caribe Centroamérica Sudamérica Total América Latina y el
Caribe
Inmigrantes Emigrados
Fuente: Proyecto IMILA del CELADE y División de Población de las Naciones Unidas, sobre la base del cuadro 1.
Nota: En el caso del Caribe se excluyen Anguila, Antigua y Barbuda, Aruba, Bermuda, Islas Caimán, Dominica, Granada,
Montserrat, Saint Kitts y Nevis, San Vicente y las Granadinas, Islas Turcos y Caicos, Islas Vírgenes Británicas y de los
Estados Unidos.

Según el análisis por países, México representa una fracción muy relevante de la emigración
regional (prácticamente el 40%), con unos 12 millones de sus ciudadanos viviendo en el exterior. Muy de
lejos le siguen en cuantía Colombia, El Salvador y Cuba, con aproximadamente 2 y 1,3 millones,
respectivamente. Los países que componen la subregión de Mesoamérica presentan casos muy similares en
lo que respecta a saldos netos migratorios, y a excepción de Costa Rica y Panamá en estos países dicho valor
es negativo. Esta realidad se ve acentuada para los países del Triangulo Norte de Centroamérica (TNCA) y
México, donde los flujos de emigración superan los de la inmigración de manera marcada, con 10,2% de la
población centroamericana en condición de emigrantes contra solo 1,1% de inmigrantes en la subregión.
La abrumadora mayoría de estos emigrantes residen en los Estados Unidos, el principal país
receptor de la emigración de Centroamérica y México, con 78% de los emigrantes centroamericanos
(3.13 millones) y 97% de los emigrantes mexicanos (12.1 millones) residiendo en dicho país en el 2015
(Canales y Rojas, 2017).
En el marco de las dinámicas de aumento, freno y recuperación migratoria, se ha evidenciado
un fuerte incremento de la participación de migrantes menores de edad, acompañados y no
acompañados, así como de mujeres, personas deportadas y víctimas de trata, entre otros aspectos,

16
CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

tendencia que se manifiesta principalmente en el TNCA y México (Rodríguez, 2016). De acuerdo con
la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OECD), en su International Migration
Outlook de 2016, también hay indicios de una disminución en Europa de la inmigración procedente de
América Latina y el Caribe, sobre en todo en España, para los casos del Ecuador, Colombia, la
Argentina, el Estado Plurinacional de Bolivia y la República Dominicana. Similar tendencia se observa
en Italia para el caso de la emigración desde el Perú y el Brasil2.
El panorama migratorio regional se está complejizando y en ello destaca, por ejemplo, el rápido
incremento de la emigración de venezolanos, en especial hacia los Estados Unidos, México, España y
otros países, el crecimiento de la inmigración hacia Chile (en especial haitiana, venezolana y colombiana
en un país que no ha sido de los receptores tradicionales), el surgimiento del Brasil como nuevo destino
para la emigración haitiana posterior al terremoto de 2010 y hasta 2014 y de países africanos o asiáticos
que enfrentan crisis económicas o conflictos armados (Stefoni, 2017).
Por otra parte, los principales países receptores en números absolutos han sido la Argentina, la
República Bolivariana de Venezuela hasta años recientes previos a la actual crisis económica (como
parte de un volumen acumulado de migración colombiana de décadas pasadas), México y el Brasil.

2. La emigración extra-regional: un rasgo dominante


Los Estados Unidos son el principal destino de la emigración regional. Este patrón configura una tendencia
de largo plazo. Alrededor del año 2010, este país concentraba casi tres cuartas partes de la población migrante
latinoamericana y caribeña, pero con fuerte participación de la emigración mexicana. Luego de desatarse la
crisis financiera mundial habría existido una disminución de los flujos de migrantes regionales hacia este
país, en especial de mexicanos. Esta merma coyuntural es llamativa, pues ha coexistido con la vigencia de
factores de expulsión en varios otros países, donde se asiste además a una búsqueda de refugio, y con la
emergencia de la migración de menores migrantes y mujeres que migran solas.
De esta forma, como se observa en el gráfico 2, Estados Unidos albergaba en 2010 un 70% del total
de los emigrados latinoamericanos y caribeños, lo que equivale a la considerable suma de 20,8 millones de
personas. Excluyendo la población proveniente de México, que alcanzaba unos 12 millones, Estados Unidos
comparten relevancia como destino con otros países y la propia región (ver gráfico 3).

2
Véase [en línea] http://www.oecd.org/migration/international-migration-outlook-1999124x.htm.

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CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

Gráfico 2
Principales destinos de los emigrantes latinoamericanos
y caribeños, alrededor de 2010
(En porcentajes)
España
(8)
Canadá
(2)
Japón
(1)
Otros destinos
OCDE
(4)

Intrarregional (15)

Estados
Unidos
(70)

Fuente: Proyecto IMILA del CELADE.

Gráfico 3
Principales destinos de los emigrantes latinoamericanos y caribeños
sin considerar mexicanos en Estados Unidos, alrededor de 2010
(En porcentajes)
España
(13) Canadá
(4)
Estados Unidos
(51) Japón
(2)
Otros destinos
OCDE
(6)

Intrarregional
(24)

Fuente: Proyecto IMILA del CELADE.


Nota de ambos gráficos: Las cifras están basadas en datos de los censos nacionales. La estimación de emigrantes en otros
países de la OECD se extrajo de la base de datos de esa organización hacia 2005-2006 y contempla solo 22 países de
origen de América Latina y el Caribe —Argentina, Barbados, Belice, Bolivia (Estado Plurinacional de), Brasil, Colombia,
Costa Rica, Cuba, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, Jamaica, Nicaragua,
Panamá, Paraguay, Perú, Trinidad y Tabago, Uruguay y la República Bolivariana de Venezuela.

Después de los Estados Unidos, España sigue siendo el segundo destino extra-regional más
importante, aglutinando un 8% del total de los emigrados de la región en 2011 (equivalente a 2,4
millones de personas)3.

3
Ver [en línea] http://www.oecd.org/migration/international-migration-outlook-1999124x.htm.

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CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

A nivel general, la información disponible pone en evidencia una reducción de los flujos de
migrantes desde varios países hacia regiones distintas a América Latina y el Caribe. Varios factores
confluyen en esta tendencia regresiva, pero el denominador común es el impacto de la crisis sobre los
mercados laborales y los salarios, con las señales disuasivas que ello conlleva para los nuevos migrantes.
Las medidas de recorte fiscal, directivas específicas sobre el ingreso a los territorios y una serie de
dificultades para los migrantes establecidos (conocidas como el “clima anti-inmigratorio”) están
explicando complementariamente la menor inmigración (Martínez Pizarro, Reboiras y Soffia, 2009).

3. Intensificación de los intercambios intra-regionales


Los inmigrantes provenientes de la propia región son la mayoría en relación con aquellos
originarios de ultramar. La información censal de 2010, disponible para 10 países, revela que los
inmigrantes intra-regionales representan el 63% del total de la inmigración, lo que corresponde a
prácticamente 3,7 millones de personas. Este panorama es generalizado, con las únicas excepciones del
Brasil y México, donde la inmigración de ultramar, extra-regional, tiene una importancia mayor, y
representa respectivamente el 70% y el 86% de los inmigrantes (véase el gráfico 4).

Gráfico 4
América Latina y el Caribe (países disponibles): porcentaje de la
población inmigrante según procedencia, alrededor de 2010
100%
09
90% 20 16
25 30 26
80% 37 37
70%
70
60%
86
50%
91
40% 80 84
75 70 74
30% 63 63
20%
30
10%
14
0%
Costa Rica

Ecuador

Venezuela (Rep. Bol. de)


Uruguay
Brasil
Argentina

Bolivia (Est. Plur. de)

México

República Dominicana
Panamá

América Latina y el Caribe Resto del mundo

Fuente: Proyecto IMILA del CELADE.

En términos de stocks, la Argentina, la República Bolivariana de Venezuela, Costa Rica y la


República Dominicana son los países que exhiben los mayores volúmenes de inmigrantes regionales.
El aumento de los flujos intra-regionales admite varias lecturas, si bien la asociación es más o menos
directa entre algún grado de estabilidad económica relativa y la condición receptora de los países, frente
a las naciones principalmente vecinas.
Hacia 2000 se observaba efectivamente una expansión de la migración dentro de la región. La
elevación de las tasas de crecimiento anuales de los stocks de migrantes nacidos en América Latina y el
Caribe se verificaba en todos los países seleccionados, lo que indica la vigencia significativa de los
intercambios migratorios intra-regionales. Aunque los stocks de migrantes provenientes de ultramar
también mostraban un crecimiento en al menos 6 de los 10 países seleccionados (ver gráfico 4), la tasa
de crecimiento anual de esta población a nivel regional (correspondiente al 1,23%) era
considerablemente menor que la de los inmigrantes intra-regionales, equivalente al 3,50%.

19
CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

La intensificación de la inmigración intra-regional corresponde a una tendencia que venía


produciéndose desde décadas anteriores (CEPAL, 2002; Martínez Pizarro, 2008). En la actualidad, es
bien sabido que estos movimientos , algunos de ellos registrados por los censos, incluyen expresiones
laborales, incluidas la movilidad temporal y el tránsito fronterizo, y otras no estrictamente laborales,
que admiten una compleja tipología en la que resalta la movilidad indígena, la niñez migrante no
acompañada y la búsqueda de refugio, cuyas modalidades asociadas a la irregularidad, la trata de
personas y el tráfico ilícito de migrantes los han hecho caracterizarse por la condición de flujos mixtos.
Además, la inmigración proveniente de la región nunca ha dejado de crecer. Lo llamativo es que durante
al menos dos décadas (1980 a 2000) se había registrado una tasa de crecimiento de poco más del 1%, y
los datos más recientes muestran que habría acelerado su incremento durante la última década, al 3,50%.
Parte del incremento de la migración intra-regional en países del Mercosur podría verse
favorecido por las facilidades migratorias dadas para el “establecimiento” de migrantes entre los países
gracias al Acuerdo de Residencia.
En todos los países seleccionados con presencia de inmigrantes de la región, el grupo mayoritario
de inmigrantes tuvo una variación positiva respecto de la década anterior. La situación que se mantiene
constante es que el principal grupo de origen pertenece siempre a un país vecino . La única excepción es la
de los migrantes provenientes del Portugal en el Brasil, que aunque continúan siendo la primera mayoría, son
los únicos que registraron una disminución del 35% del stock. La migración desde los Estados Unidos hacia
México también experimentó un importante crecimiento respecto de 2000 (ver el cuadro 1).

Cuadro 1
América Latina y el Caribe (países seleccionados): stocks y variación porcentual
según principal grupo de inmigrantes, alrededor de 2000 y 2010
Stock alrededor Stock alrededor Variación
País de presencia Principal país de inmigración
de 2000 de 2010 porcentual
Argentina Paraguay 322 962 550 713 70,5
Bolivia (Estado
Argentina 27 094 38 165 40,9
Plurinacional de)
Brasil Portugal 213 203 137 972 -35,3
Costa Rica Nicaragua 226 374 287 766 27,1
Ecuador Colombia 51 556 89 931 74,4
México Estados Unidos 358 399 739 918 106,5
Panamá Colombia 21 069 37 383 77,4
República Dominicana Haití 61 863 311 969 404,3
Uruguay Argentina 26 256 26 782 2,0
Venezuela (República
Colombia 609 196 721 791 18,5
Bolivariana de)

Fuente: Proyecto IMILA del CELADE.

Más allá del caso de los Estados Unidos y México, hasta 2010 los flujos de migración limítrofe
que más se destacan por su volumen dentro de la región, flujos de migración sur-sur, son los de
migrantes provenientes de Haití hacia la República Dominicana, de Nicaragua hacia Costa Rica y de
Colombia hacia la República Bolivariana deVenezuela. En todos estos países de destino, el stock de
migrantes de países vecinos constituye más del 70% del total (ver gráfico 5).

20
CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

Gráfico 5
América Latina y el Caribe (países seleccionados): porcentaje de inmigrantes nacidos en países
limítrofes sobre el total, alrededor de 2010

Brasil

Panamá

Uruguay

Ecuador

Bolivia (Estado Plurinacional de)

Argentina

Venezuela (República Bolivariana de)

Costa Rica

México

República Dominicana

0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70% 80% 90%

Fuente: Proyecto IMILA del CELADE.

4. El desafío de los países: compartir mejor los intereses


y responsabilidades comunes frente a la migración
Ante el panorama descrito y la generalizada vulnerabilidad que afecta a muchas personas migrantes o
en movimiento, tanto antes como durante sus travesías, inserción en destino y retorno bajo condiciones
forzadas, los desafíos para las sociedades de la región son de envergadura. Además, las subregiones de
Mesoamérica, Caribe y Sudamérica tienen especificidades que conviene tener presente.
En primer lugar, los factores determinantes generales de la migración están anclados en las
enormes asimetrías internacionales estructurales en los niveles de desarrollo, cuya profundidad revela
una división del trabajo injusta y excluyente. Esto es una tendencia constante en todos los países, en los
cuales la falta de oportunidades de trabajo y la desigualdad, aunque en niveles distintos, no ofrece
opciones de desarrollo de acuerdo con las necesidades de grupos cada vez más numerosos.
Estas situaciones se reflejan en la discontinua expansión del empleo formal, que ha cedido
a la precarización laboral tan característica de la región. Bajos salarios, precariedad y falta de
trabajo decente conspiran contra la retención de población, y legitiman las decisiones migratorias
a cualquier costo. Este factor por sí solo explica en buena medida la persistencia de la emigración
en varios países y se extiende a la interpretación de los determinantes de la inmigración en aquellos
países con mayores ofertas de oportunidades.
Desde el punto de vista de los factores sociales, en la región las redes sociales y de parentesco juegan
un rol muy importante en la mantención y facilitación de la migración. Actúan como un contrapunto frente
a la violencia, la trata de personas y elcrimen organizado. Las redes, además, están actuando vivamente en la
migración de mujeres y familiares de migrantes desaparecidos de América Central.
El incremento de las migraciones de niños, niñas y adolescentes acompañados o no acompañados,
especialmente en el corredor migratorio entre América Central, México y Estados Unidos, es el problema
central que resume los factores mencionados. Otro asunto que es importante destacar es la preponderancia
de los flujos migratorios irregulares, puesto que estos hacen que los migrantes que ya estaban en una situación
de vulnerabilidad se sometan a una nueva realidad que los expone aún más, encerrándolos en una dinámica
en donde sus derechos se ven violentados por una multiplicidad de factores. Esto es particularmente cierto

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CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

para aquellos migrantes en tránsito hacia los Estados Unidos o algunos países sudamericanos. La puesta en
práctica de protocolos adecuados de atención es el imperativo de estos tiempos.
El incremento de la migración haitiana después del terremoto del 2010 y los desastres naturales
ocurridos en este país, plantean toda una estrategia de cooperación activa y efectiva a una nación con
fuertes desventajas. Pero la emigración haitiana comparte dinamismo y complejidad con la que acontece
desde la República Bolivariana de Venezuela, por lo que los conflictos fronterizos entre Colombia y la
República Bolivariana de Venezuela, con el cierre de fronteras por parte del gobierno venezolano, son
apenas una expresión de las complejidades de la gobernanza de la migración entre los dos países.
En esta diversidad de temas, preocupan particularmente los riesgos a los que se someten los
migrantes irregulares o buscadores de asilo que navegan en embarcaciones precarias, así como la falta de
socorro, y en ocasiones el maltrato, que sufren en América del Sur y Centroamérica, incluyendo a México.
Tal realidad es alarmante, pues las consecuencias de estos movimientos en situación de vulnerabilidad no
están libres de riesgos, y así es como la OIM contabilizó en el Caribe, entre enero de 2014 y julio de 2017, la
muerte, mayoritariamente por ahogamiento, de 319 personas migrantes y la desaparición de cinco. Para el
mismo lapso, los datos por origen, también de la OIM, dieron cuenta de 286 muertes y 24 desapariciones de
migrantes caribeños, ocurridas en 279 de los casos en el mismo Caribe, 17 en Suramérica, 10 en
Centroamérica, incluido México, y 4 en la frontera Estados Unidos (Mejía, 2017).
Cabe mencionar que si bien se pueden presentar tendencias comunes a nivel regional, cada
subregión presenta sus propias dinámicas y problemáticas. Entre ellas podemos resaltar la masculinización
de los flujos migratorios de Centroamérica y México hacia los Estados Unidos, en contraste con la
proveniente de otros países, que es preferentemente femenina. En el caso mexicano, el índice de masculinidad
de la migración acumulada es de 1.09 hombres por mujer, relación que se eleva a 1.14 en el caso de los países
del TNCA. Por el contrario, en el caso de la migración de otros países, la relación se invierte, y el volumen
de mujeres supera en 13.5% al de los hombres (Canales y Rojas, 2017).
Los países de la región tendrían que compartir mejor los intereses y responsabilidades comunes
frente a la migración. Este es el ejemplo de las consabidas deportaciones y retorno forzado desde los
Estados Unidos hacia los países latinoamericanos, donde lo que se percibe es, en general, una falta de
programas de reinserción sociolaboral oportunos, integrales y eficientes para los deportados.
La migración intra-regional es la mayor oportunidad para la convivencia pacífica y el desarrollo
humano integral de la región. Por ello, cabe alentar el cumplimiento de acuerdos establecidos en
mecanismos de integración regional y procesos regionales específicos sobre migraciones contenidos en
la Agenda 2030, el Consenso de Montevideo sobre Población y Desarrollo y el Pacto mundial para una
migración segura, ordenada y regular.
Con respecto a los procesos de retorno, en la mayoría de los casos, este es comprendido como
el efecto de una coyuntura específica, generalmente relacionada con episodios de crisis y contracción
económica en los principales países de destino. La relevancia de ello ha supuesto incluir en la gestión
migratoria elementos innovadores orientados a responder a las necesidades de nuevos actores que
emergen en el escenario regional e internacional, tal como lo representan aquellos migrantes que no sólo
retornan, sino que se mueven continuamente en un espacio social transnacional.
Las perspectivas disciplinarias que han intentado interpretar la migración de retorno la conciben
desde diferentes puntos de vista; sin embargo, la perspectiva transnacional ha resultado ser aquella que
mejor puede representar las dinámicas de los actuales flujos migratorios marcados por la circularidad
de sus movimientos. En contraposición a esto, se observa que las iniciativas de gestión de la migración
en la región no se han concebido desde ese marco interpretativo, reduciéndose a un contexto nacional
relevado por elementos como la nacionalidad y el territorio. Por lo tanto, en la región se observa una
situación en la que existe gran producción académica en torno a las prácticas y espacios transnacionales
de los migrantes, pero que, sin embargo, convive con una visión reduccionista y nacionalista respecto a
la forma de gestionar la migración de retorno.

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CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

Existe relativo acuerdo respecto a que no hay una una visión consensuada sobre la migración
de retorno; lo que en la región se hace más evidente al observar las diferentes iniciativas para su gestión.
La conceptualización de lo que implica ser un migrante retornado varía de un país a otro, ya sea en
función de la temporalidad de la permanencia, de las causas o de las pretensiones que posee la persona
una vez llegada al país de destino. Esto contrasta con que en la región se observa una realidad
relativamente homogénea en relación con la migración de retorno, supuesto sostenido básicamente en
función de que la mayoría de los retornados a la región provienen de un grupo reducido de países
(extrarregionales), y además gran parte de los retornados provienen de países fronterizos, lo que
representa una gran oportunidad de gestión de la migración de retorno.
La gestión migratoria en retorno no debiera reducirse a generar iniciativas de retorno asistido,
sino que también debiera, en conjunto con otras instituciones, apuntar al desarrollo de quien retorna y
de sus comunidades de origen. La necesidad de una gobernanza migratoria, y específicamente del
retorno, representa el gran desafío de coordinación y cooperación regional, visto como una posibilidad
real de capitalizar y difundir conocimientos, habilidades y experiencias de los migrantes retornados.

5. Migración y remesas: heterogéneas magnitudes


absolutas y relativas
Finalmente, un punto importante a condsiderar es que las tendencias en las subregiones difieren también
en cuanto las remesas enviadas por los migrantes. La importancia económica de estos flujos para cada
país es muy diferente en términos absolutos y relativos, y depende en gran medida de la base económica
y productiva de cada país. En el caso de México, las remesas representaron en 2016 sólo el 2,6% del
PIB, proporción muy inferior a la que se da en los países centroamericanos, no obstante que en términos
absolutos este flujo de recursos sea el más voluminoso. En Honduras y El Salvador, por ejemplo, las
remesas representaron 18,2% y 16,6% del PIB de esos países, respectivamente, lo que indica un alto
nivel de dependencia que mantiene la estructura económica y productiva de esos países respecto a los
recursos que genera la migración a los Estados Unidos. Asimismo, en Guatemala y Nicaragua, las
remesas representan el 10,3% y 9,4% del PIB, respectivamente, cifra inferior a las anteriores, pero aún
muy superior a la que prevalece en México (Canales y Rojas, 2017).
La importancia de las remesas recibidas en el Caribe, medida como proporción del PIB, es muy
variable a través de la subregión . Entre 2011 y 2016, las remesas recibidas experimentaron una
tendencia al alza, con ritmos muy diferentes, en 11 de los 14 territorios para los que se dispuso de
información; la excepción la constituyeron Barbados, Curazao y San Martín (parte de Países Bajos). Las
mayores tasas de crecimiento se observaron en la República Dominicana y Haití (Mejía, 2017).
Durante el primer trimestre de 2011, el costo promedio de envío a la subregión era de 7,3%
(con una remesa de 200 dólares como referente), mientras en el mismo trimestre de 2017 alcanzó 7,8%,
cifra superior a las de Centroamérica (4,7%) y América del Sur (6,0%). Pero detrás de los promedios
hay rangos de variación amplios, según orígenes y destinos específicos, e incluso entre canales y
operadores con un mismo origen y un mismo destino. (Mejía , 2017).
En América del Sur los ingresos por concepto de remesas son más bajos que en otras
subregiones del continente. Los países que reciben mayores montos son Colombia, el Brasil y el
Perú, seguidos del Ecuador.
Un punto poco considerado es el valor total de la productividad que generan los migrantes en sus
lugares de destino (FIDA, 2017). Las remesas son solo una parte de este aspecto, lo que refleja una verdadera
exportación de recursos humanos y capacidad productiva, normalmente desde países menos desarrollados a
otros más desarrollados, también reflejo de una desigualdad estructural de las economías.

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CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

II. Ciclo migratorio y protección social: un


enfoque sensible a las vulnerabilidades
de las personas migrantes

Como se ha mencionado, las migraciones no son procesos con un desenlace definido o predeterminado.
En buena medida su continuidad y consumación depende de múltiples factores y motivaciones que están
sujetos a una gran incertidumbre durante todas las etapas y contextos del ciclo migratorio. Entre ellos
se pueden mencionar las posibilidades concretas de lograr una inserción social y económica regular en
el país de acogida; las razones subjetivas y las estrategias individuales de vida y acumulación de acervos
y capital humano de quienes migran y las políticas migratorias de los países. Antes de abordar en detalle
las vulnerabilidades y riesgos específicos en las principales etapas del ciclo migratorio se detallarán
algunos factores generales de vulnerabilidad relevantes para la protección social de las personas
migrantes y la reproducción de la desigualdad en la región.
En efecto, la condición de migrante, en particular en situación irregular, interactúa con otros
ejes y factores generando grandes desigualdades en varios ámbitos. Al respecto, y como se refirió
brevemente en la sección anterior, la CEPAL ha identificado varios ejes que estructuran las enormes
brechas de desigualdad que observamos en todos los ámbitos. En especial, el género, la pertenencia-
étnico racial, el momento del ciclo de vida, el territorio (de origen y destino) y el estatus-
socioeconómico. Estos suelen interactuar y potenciarse entre sí en los procesos de reproducción social,
económica y cultural, traduciéndose en oportunidades, vulnerabilidades y riesgos muy disímiles para
las distintas personas. En el caso de las personas migrantes, la condición misma de migrante (sobre todo
en situación irregular), constituye por definición un escenario en donde el eje territorial (de origen, de
tránsito, de destino o de retorno) se suma de forma muchas veces negativa a esos ejes estructurantes,
generando mayores dificultades. Algunos de esos ejes y factores particulares que aquejan a las personas
migrantes se abordan a continuación.

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CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

A. El ciclo migratorio: varias etapas con múltiples


desenlaces y vulnerabilidades
Aun cuando más adelante se exploran en detalle las vulnerabilidades a lo largo del ciclo de la migración4
aludiendo a las especificidades de cada subregión de América Latina y el Caribe, a continuación se
ofrece una mirada general, como paso previo para la revisión de los principales patrones migratorios de
la región. Como se ha apuntado, los movimientos migratorios obedecen a una multiplicidad de causas
(Martinez Pizarro y Orrego Rivera, 2016, pág. 11). En buena parte de los casos, las personas que migran
están expuestas en su contexto de origen a riesgos que atentan contra su seguridad, su calidad de vida y
sus medios de sustento lo que irremediablemente acota sus alternativas de vida. Así, la desigualdad
social y económica configura el marco en el que se suele tomar la decisión migrar, en busca de mejores
condiciones de vida y oportunidades laborales. Como se ha dicho, migrar, en especial para las mujeres,
también suele ser una salida a conflictos familiares o de pareja, y/o a tensiones, conflictos y violencias
al interior de las comunidades o regiones a las que pertenecen los migrantes. La migración también
puede estar motivada por la ocurrencia de desastres que, al generar pérdidas de diversos acervos
(vivienda, tierras, materiales de trabajo y stocks de mercancías, entre otros) y desarticular la vida
económica e incluso el acceso a servicios básicos, haciendo de la migración interna o internacional una
alternativa de vida.
La diversidad de motivaciones indicadas en el punto anterior releva la importancia de una visión
amplia y multicausal de la migración, más allá de las motivaciones estrictamente económicas, aún
reconociendo su importancia. En consecuencia, conviene tomar en cuenta el rol de la migración más
allá de las motivaciones individuales que la explican, e incluir las funciones que desempeña en la
reproducción de una sociedad globalizada.
Junto con la variedad de motivaciones, también cabe hablar de la diversidad de las migraciones.
Tanto para la vida de las mismas personas migrantes, como para la política pública no es lo mismo quien
migra con deseos de radicarse por un largo período en un nuevo lugar, que quien lo hace de manera
temporal pero recurrente, como ocurre con los trabajadores del campo que transitan las fronteras en
temporada de cosecha. O quienes viven en zonas de frontera que la cruzan diariamente para trabajar o
estudiar y volver a su lugar de origen donde mantienen su hogar y familia. Tampoco lo es quien migra
con tiempo delimitado como el caso de quienes lo hacen por fines educativos. A su vez es distinta la
situación de quienes han migrado hace un largo tiempo, respecto de quienes acaban de llegar a su lugar
de destino o que están en camino. Cada una de estas situaciones conlleva sus propios desafíos de
inclusión y protección social y laboral.
Sumado a lo ya dicho, cabe identificar la diversidad de situaciones, riesgos y desafíos que viven
las personas que migran. Cabe analizar diferenciadamente estos desde la condición en el país de origen,
en tránsito y lugar de destino. Así, una forma de organizar de manera analítica este proceso, es lo que
llamamos el “ciclo de la migración” y ver en sus distintas etapas o fases las vulnerabilidades a las que
está expuesta la población y, por lo tanto, los requerimientos que ellas generan a la política de protección
social (ver diagrama 2).

4
Ver anexo 1 en donde se retoman varios desafíos en las distintas etapas del ciclo migratorio.

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CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

Diagrama 2
Etapas posibles del ciclo de la migración

TRÁNSITO

REPRODUCCIÓN
INSTALACIÓN -
DESTINO
ORIGEN
FLUJOS (FAMILIAS-RECURSOS-
PORTABILIDAD DE DERECHOS)

RETORNO

TRANSNACIONALIDAD

Fuente: Elaboración propia.

La migración como proceso social comienza en el lugar de origen, con las motivaciones que
llevan a las personas a migrar, una selección del destino a alcanzar, el análisis de alternativas de
financiamiento y acomodos familiares para su concreción, incluyendo (como se verá más adelante) la
búsqueda de mayor protección social por vías formales e informales. Esta primera etapa no es
simplemente una partida, sino que puede significar un proyecto premeditado basado en una estrategia
de corto, mediano, plazo, a veces con la voluntad de concretar un traslado permanente, y con la
movilización de valiosos recursos individuales, familiares, comunitarios o incluso financiados con
créditos del sector formal o informal. Pero también puede resultar de una decisión intempestiva o
desesperada, incluso forzada, ante condiciones adversas o situaciones excepcionales.
Iniciado el proceso, existe una etapa intermedia de tránsito que, dependiendo de los lugares de
destino, rutas y/o medio de transporte utilizados se traduce en distintos tiempos y riesgos. Más aún, la
duración de esta fase puede variar ampliamente, en particular ante los obstáculos legales y geográficos,
así como entornos hostiles (incluso criminales) para lograr llegar al destino. Lo anterior incluye la
posibilidad de que esta fase se vuelva permanente y se traduzca en la necesidad de inserción social y
económica en un lugar no previsto inicialmente, como también un eventual retorno al lugar de origen
ante un fracaso en el logro del objetivo buscado. Se trata en cualquier caso de una situación de gran
vulnerabilidad potencial en todos los aspectos, planteándose la seguridad física y la supervivencia como
desafíos inmediatos.
Cuando el arribo al lugar de destino se logra, se abre una nueva etapa, con múltiples desenlaces
posibles con relación a la inclusión de los migrantes. El más evidente es la inserción social y económica,
proceso cuya duración y factibilidad están sujetas a factores individuales, comunitarios, sociales,
económicos, políticos, institucionales y culturales. Las vías de acceso a la protección social en el lugar
de destino resultan de las características específicas del propio sistema de protección social (en especial
su grado de universalidad y la medida en que articula un enfoque de derechos), como también de las
capacidades de acceder a dichas vías por parte de las personas migrantes, particularmente mediante el
acceso al trabajo decente y formal. Lo anterior constituye un proceso clave, en especial en materia de
contribución y acceso a los sistemas de pensiones y de salud.
Pero supone también, muchas veces de manera paralela, la búsqueda de vías informales de
protección social, en particular mediante el establecimiento de redes sociales y comunitarias, así como
con actores de la sociedad civil. Lo anterior incluye casos de trabajo transfronterizo temporal y/o
estacional, como también la búsqueda de una permanencia más extendida o permanente en el lugar de
destino. También puede incorporar vínculos de protección social informal a distancia, por ejemplo,

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CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

mediante el envío de recursos por parte de familiares o comunidades, destinadas a solventar necesidades
en el lugar de destino (al inicio o en momentos de necesidad), aun cuando el envío de recursos hacia el
lugar de origen sea un objetivo concomitante y de más largo plazo.
En el contexto de destino cabe también diferenciar dos dimensiones que suponen distintos
desafíos para la protección social. Por un lado, se pueden identificar dos momentos, de duración variable
pero con características propias: la instalación y la reproducción. La primera refiere propiamente a la
inserción del migrante en una sociedad y cultura nuevas, con los desafíos de inclusión que ello supone,
desde la regularización de la situación migratoria, hasta la inclusión laboral y la aceptación por parte de
la población local como personas con iguales derechos y deberes. La segunda, se relaciona con la
reproducción social, tanto por la inclusión de los hijos de los migrantes (muchas veces nacidos en
destino) como por el tipo de redes sociales y espacios de participación a los que acceden y la medida en
que conforman o no un sentido de pertenencia a la sociedad de destino, por un lado, y de reconocimiento
de parte de los locales como iguales, legal y simbólicamente.
Por otro lado, la reproducción familiar, los tipos de familia, las edades de sus miembros y pautas
culturales e idiomáticas, también tienen características propias no siempre acordes con la oferta existente
en materia de protección social y de políticas sectoriales de salud, educación y vivienda. Ello impone la
necesidad de considerar sus particularidades a objeto de disminuir vulnerabilidades y garantizar
derechos, acorde a sus necesidades y requerimientos.
De manera voluntaria o no, la posibilidad del retorno al lugar de origen plantea riesgos muy
particulares. Implica la reinserción social, económica, familiar e institucional, con posibilidades y
dificultades variables. En lo que respecta a la protección social destacan dos problemáticas. La primera
se relaciona con la reconexión al sistema de protección social en el país de origen, la que depende de
sus características específicas (también, en buena medida, de su grado de universalidad y enfoque de
derechos), como de las posibilidades de las personas a acceder a sus vías de ingreso, en especial
mediante la participación en el mercado laboral formal y/o mediante las redes familiares.
El ciclo migratorio supone el flujo transnacional de personas con vínculos familiares y
comunitarios, como también de recursos monetarios y en especie. La intensidad y persistencia de esos
flujos depende del éxito del proceso de inserción en el lugar de acogida y del tiempo de la estadía.
Típicamente, el envío de remesas al lugar de origen constituye una expresión de vínculos familiares
transnacionales. Si bien los procesos de reagrupación familiar en el lugar de destino o en el lugar de
origen (cuando hay un retorno voluntario o no) puede ser un desenlace, la disolución del núcleo familiar
también es otra posibilidad, sobre todo tras largos periodos de separación y distanciamiento. La
reorganización de las labores de cuidado al interior de los hogares transnacionales supone una
redistribución de estas, como por ejemplo cuando los dependientes más jóvenes quedan a cargo de
abuelos u otros familiares.
La transnacionalidad de los hogares migrantes también supone la superposición de al menos
dos ordenamiento jurídicos nacionales. En especial, los ordenamientos de los sistemas de protección
social de los países de origen, tránsito y destino se traslapan, generando múltiples desafíos de
portabilidad de derechos y beneficios. El primero es la desconexión y eventual pérdida de beneficios de
la protección social en el país de origen, destacando en especial aquellos montos cotizados en los
sistemas previsionales y de salud. Lo anterior puede además conllevar la pérdida de acceso a la
protección social por parte de los miembros del hogar que permanecen en el lugar de origen. Un segundo
aspecto tiene que ver con la gama de servicios de protección social a los que la persona migrante puede
acceder durante el tránsito hacia el lugar de destino, en especial cuando se transita por un país diferente
al de origen y destino, y cuando ello ocurre de manera irregular. El acceso a servicios de salud es una
aspecto particularmente relevante en esta fase, lo que en buena medida depende del grado de
universalidad del sistema de protección social en el país de tránsito. Finalmente, ante la posibilidad de
un retorno, se plantea de nuevo la problemática de la portabilidad de derechos y beneficios de la
protección social. Por una parte, la no portabilidad puede traducirse en la pérdida de beneficios y
derechos adquiridos en el país de destino al retornar al país de origen. Por la otra, la revinculación con
el sistema de protección social en el país de origen aparece como otro desafío. De todo lo anterior se

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CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

desprende la importancia de la institucionalidad en materia de seguridad social y la adopción y el


cumplimiento de los acuerdos binacionales, multinacionales o subregionales en esta materia, pues su
existencia abre alternativas de portabilidad y exigibilidad de la protección social.
Dado que las vulnerabilidades de las personas migrantes en las fases del ciclo migratorio en
buena medida están determinadas por el contexto o el escenario migratorio, conviene a continuación
revisar algunos de los principales factores de vulnerabilidad, desigualdad y necesidades de protección
social de las personas migrantes en la región, pues ello permitirá identificar las prioridades en los
distintos y diversos escenarios migratorios de América Latina y el Caribe.

B. Factores de vulnerabilidad, desigualdad


y necesidades de protección social
Es importante distinguir entre factores de índole sociodemográfica que operan como potenciales fuentes
de vulnerabilidad para los migrantes a lo largo del ciclo migratorio. Estos factores son predictores de
necesidades para las que el sistema de protección social es un potencial satisfactor y se relacionan con
aquellos que caracterizan la desigualdad social en la región; es decir, la condición socioeconómica, el
género, el ciclo de vida, la raza y la etnia y el territorio, (CEPAL, 2016) así como las características de
la estructura familiar de las familias migrantes.
Además, otros dos factores de índole político-institucional y de mercado de trabajo
comprometen la situación de bienestar de los migrantes, tanto en el lugar de “destino” como también
durante el “tránsito”. Se trata de la condición migratoria en sí misma y la inserción en el mercado de
trabajo. En relación con lo primero hay dos trayectorias posibles: que se trate de una condición regular
(lo que incluye a las personas en condición de refugio) o no. Una situación regular supone contar con
un estatus en el país de tránsito o llegada para aspirar a la residencia, el libre tránsito y el ejercicio de
actividades y derechos. En cambio, una condición irregular o indocumentada establece una
vulnerabilidad estructural adicional. Por otro lado, la inserción de los migrantes en el mercado de trabajo
constituye una ventana de entrada a un conjunto de mecanismos de inclusión y derechos, especialmente
si el trabajo es formal. La participación en el mercado laboral informal sería a la vez una vía de inclusión
sólo económica en la medida en que suponga un cierto nivel de ingresos y de bienestar, y no una
condición de explotación y violación de derechos (ver diagrama 3).
Además, las personas migrantes, ya sea que se trasladen solos o acompañados, llevan consigo
sus motivaciones, así como un conjunto de características sociodemográficas tales como la edad, el
sexo, el nivel educativo, la pertenencia étnico-racial o la condición familiar, entre otros. Estos factores
se abordan a continuación.

Diagrama 3
Factores de vulnerabilidad y desigualdad para las personas migrantes
*Trabajo (informal)
Dimensión territorial *Condición
migratoria Factores político-
(irregular) institucionales y de
mercado
*Género (mujer)
Factores *Ciclo de vida
(infancia)
sociodemográficos
*Raza
(afrodescendientes)
*Etnia (indígenas)
*Estructura familiar
(H. unipersonales)
*C. socioeconómica (en
pobreza)

Fuente: Adaptado de Dehays, 2017.

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CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

1. Migración, ciclo de vida y vulnerabilidades


La edad entraña importantes implicaciones: es en general un determinante subyacente de la organización
social de instituciones como la familia o las estructuras de la educación y el trabajo, y constituye un eje que
determina la distribución del bienestar y el poder en la estructura social, así como una de las bases de la
organización social en torno a la cual se asignan responsabilidades y roles (CEPAL, 2017b, pág. 157).
Tomando como referencia la edad de las personas, se pueden distinguir cuatro momentos o etapas
del ciclo de vida: infancia, juventud, adultez y vejez y las correspondientes transiciones entre una etapa y la
siguiente. Lo relevante para la protección social es el hecho de que las necesidades y autonomía de las
personas cambian de una etapa a la otra con el paso del tiempo. En el paso de la infancia hasta la vejez, la
familia y el Estado, instituciones protectoras por excelencia, alternan su protagonismo en el apoyo a las
personas, junto al mercado y la sociedad civil. La infancia, a diferencia de las etapas posteriores, es un
momento de alta dependencia donde la familia desempeña un rol central mediando las interacciones del
individuo con el mundo exterior (Cecchini y otros, 2015, pág. 40). Asimismo, en esta etapa los niños y niñas
dependen de otros para hacer frente a los riesgos propios de la edad, ya que no cuentan con los conocimientos,
la experiencia o los recursos para valerse por sí mismos. Así, ante la ausencia de los adultos o su insuficiente
apoyo, aumenta la probabilidad de que sufran daños o abusos con efectos de largo plazo. La ausencia de
oferta educativa de calidad que brinde a los niños la oportunidad de adquirir habilidades básicas es un ejemplo
de lo anterior. Asimismo, un cuidado precario de la salud infantil o una alimentación deficiente puede derivar
en severos problemas cognitivos y de salud.
En su vínculo con la migración internacional, y en las distintas fases del ciclo migratorio, los
niños, niñas y adolescentes comportan varias aristas de especial preocupación, , lo cual se explorará con
mayor profundidad más adelante. Cabe mencionar que estos son particularmente vulnerables a la falta
de acceso de sus progenitores o familiares a la protección social en todo el proceso.
La siguiente etapa, la juventud, es un periodo de plena transición hacia la vida adulta, un interregno
entre la infancia y la adultez cuyo rasgo más notorio es el paso hacia la emancipación de la dependencia
familiar. El acceso a la protección social y al bienestar en esta etapa ocurre a través de la interacción con el
Estado y el mercado de manera progresivamente más importante, en comparación con la familia. Esta
transición se manifiesta en los cambios propios de esta etapa: de estudiante a trabajador, de miembro de una
familia a creador de una propia y de hijo a progenitor (Cecchini y otros, 2015, pág.41).
La adultez, a diferencia de las etapas anteriores, es la fase de mayor independencia y autonomía
del ciclo de la vida. Es también la etapa de mayor responsabilidad y carga de trabajo (remunerado y no
remunerado) puesto que otros miembros del grupo familiar en especial aquellos que se encuentran en
las otras tres etapas son dependientes en mayor o menor medida de los adultos. El vínculo de las personas
adultas con el sistema de protección social se realiza principalmente por la vía del trabajo, donde la
inserción al mercado formal resulta clave. Aquí el Estado desempeña el importante rol de proveer
apoyos para que los individuos se inserten en el mundo del trabajo regulando las relaciones laborales e
incluso diseñando mecanismos no contributivos con el fin de garantizar derechos a quienes no se pueden
integrar al mercado formal de trabajo. Esta es la etapa del ciclo de vida que mejor sincroniza con la
migración laboral, aun cuando no todas las decisiones migratorias están vinculadas a la búsqueda de
mejores oportunidades de empleo.
Finalmente, la última etapa del ciclo de vida, o adultez mayor, tiene rasgos distinguibles,
sobresaliendo al menos tres: la disminución y eventual abandono de la vida laboral activa y el aumento
de las necesidades de atención sanitaria a causa de afecciones principalmente crónicas y degenerativas,
con lo que se incrementa la dependencia económica y física. Se abren también en esta etapa dos posibles
trayectorias para las personas que transitan por esta etapa: por un lado, quienes tuvieron una vida laboral
formal y por lo mismo permanecieron incorporados al sistema de seguridad social (sistema
contributivo), acceden a diversas prestaciones, en especial pensiones, jubilaciones y servicios de salud.
En cambio, quienes por diversos motivos no cumplen con los requisitos necesarios para recibir una
jubilación, verán aumentada su precariedad y en consecuencia serán susceptibles de ser atendidos por
el sistema de protección social no contributivo. Salvo excepciones, se asiste al periodo donde se

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CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

experimenta un deterioro de la salud y una pérdida progresiva de la autonomía física. Por consiguiente,
el nivel de bienestar y la calidad de vida en esta etapa es el resultado de una combinación de sucesos
anteriores (la trayectoria laboral anterior, los activos físicos y monetarios acumulados, los beneficios
proporcionados por el Estado en las etapas anteriores) y actuales, como la calidad del sistema de
protección disponible en el país en que viven las personas. A diferencia de los otros grupos de edad, los
adultos mayores en condición de vulnerabilidad son menos propensos a migrar, debido a sus condiciones
físicas para soportar las dificultades de la travesía o porque tienen el compromiso de cuidar a otros
miembros dependientes de la familia, principalmente otros adultos mayores, niños o personas con
discapacidad. Ahora bien, habida cuenta de las diferencias en los contextos migratorios, los adultos
mayores pueden llegar a formar parte de la migración por motivos de fuerza mayor como la violencia o
la inseguridad alimentaria, entre otras.
El enfoque del ciclo de vida es muy relevante para el análisis de la migración puesto que remite
a las necesidades y niveles de riesgo diferenciados que se pueden potenciar en las distintas etapas del
ciclo de la migración. En ocasiones, la migración agrega nuevos riesgos a la vida de las personas, y ello
se puede presentar en las travesías, la inserción, el tránsito y el retorno y reinserción de las personas que
se han incorporado a los ciclos de la migración.

2. Condición socioeconómica
En América Latina y el Caribe la pobreza de amplios sectores de la población se ha mantenido como un
problema estructural de la región, a pesar de experimentar en los últimos años reducciones importantes
en los niveles de pobreza y pobreza extrema (CEPAL, 2012). Durante décadas, la pobreza de la
población rural fue el principal detonante de los flujos migratorios hacia las zonas urbanas. Para el caso
de la migración internacional, muchas investigaciones han venido mostrando que las poblaciones en
extrema pobreza son menos propensas a migrar hacia otro país debido a que la travesía comporta un
costo que no están en condiciones de financiar. Sin embargo, quienes participan en la migración
internacional realizan una fuerte inversión que deben recuperar con tiempo y trabajo.
La vulnerabilidad que supone tener ingresos insuficientes e inestables es una consideración
importante en la toma de decisión respecto a un proyecto migratorio, en busca de empleos con salarios
más altos. Esto puede ser parte de una estrategia familiar donde el envío de remesas constituye una
modalidad de protección social informal, con el fin de asegurar un mayor nivel de ingresos y/o
diversificando el riesgo de no contar con ingresos suficientes.

3. Estructura familiar, género y migración: necesidades


de protección social y cuidados
En las últimas décadas, la estructura familiar y los roles de género en su interior se han transformado
profundamente en América Latina y el Caribe (Sunkel, 2006; Arriagada, 2005; Ullmann, Maldonado Valera
y Rico, 2014), con la pérdida de vigencia del modelo tradicional de familia que situaba al hombre como único
proveedor y a la mujer a cargo de las labores domésticas y de cuidado. Los hogares encabezados por mujeres
se han incrementado considerablemente, al tiempo que el tamaño promedio de las familias se ha reducido de
manera importante. Tales cambios se asocian a la consolidación de las mujeres en el mundo del trabajo, pero
también plantean el desafío de proveer simultáneamente ingresos y cuidados.
Así, toma sentido el peso que ha ganado la migración de mujeres, quienes cada vez más asumen
un proyecto migratorio propio, más allá del rol de cónyuge acompañante y/o cuidadora en el país de
origen de una pareja que migró. Ahora bien, aun cuando la migración no implica la descomposición del
vínculo familiar sino su transnacionalización, sí genera cambios en términos de la estructura del hogar
en el lugar de origen y destino, así como desafíos para el cuidado de los miembros dependientes. Por lo
general, la migración familiar se desarrolla por etapas, trasladándose primero el adulto (hombre o mujer)
y luego el resto de la familia, en el caso de que el proyecto sea la migración de todo el grupo.

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CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

Es interesante destacar que mientras el modelo tradicional de familia se ha diversificado, al mismo


tiempo los estudios trasnacionales de la migración tienden a reconocer características centrales del modelo
tradicional, anclada en la división de roles de género y la estructura fundada en los hijos durante su fase
dependiente. Este es un tema por explorar con mayor profundidad, particularmente cuando las mujeres con
cada vez mayor frecuencia optan por migrar como proyecto propio y no como cónyuges y/o cuidadoras.
Así, en términos más generales, lo anterior evoca al género como eje estructurante de la
desigualdad social en el caso de las personas migrantes. El género es una construcción social y, a partir
de las desigualdades asentadas en la división sexual del trabajo que asigna a las mujeres labores propias
del espacio doméstico, se derivan desventajas estructurales para las mujeres en relación con los hombres
(CEPAL, 2016a, pág. 16). La responsabilidad exclusiva sobre el trabajo doméstico dificulta a las
mujeres el acceso al trabajo remunerado, afectando el logro de la autonomía económica y aumentando
su probabilidad de vivir en situación de pobreza. Además, en muchas ocasiones la desigualdad de género
está asociado a la violencia (física, sexual, y psicológica) acotando su autonomía física y afectando sus
trayectorias de vida.
La feminización creciente es una de las tendencias comunes en todos los corredores migratorios
de la región (OIT, 2016, pág. 67). Por lo tanto, en el caso de las mujeres y niñas migrantes, es necesario
considerar las vulnerabilidades basadas en el género, las que se ven potenciadas en la travesía
migratoria. En especial, muchas mujeres son víctimas de violencia en algunas regiones del continente,
lo que puede llegar a ser la principal causa que motiva su migración y volverse un imperativo de
supervivencia (OIM, 2016, pág. 63). Al respecto, el cuadro 2 aborda el caso de las mujeres migrantes
centroamericanas, ejemplificando algunos de los riesgos y vulneraciones en las distintas etapas del ciclo
migratorio. Cabe mencionar que, en todas las etapas del ciclo migratorio, las mujeres enfrentan el
imperativo, a veces imposible de conciliar adecuadamente, de generar cuidados e ingresos
simultáneamente para asegurar el bienestar de las personas dependientes de sus familias (Martínez
Pizarro y otros, 2010; Pellegrino, 2003).

Cuadro 2
Ciclo migratorio y principales riesgos asociados: el caso de las mujeres migrantes centroamericanas
Origen Tránsito Destino Retorno
Desinformación Condición irregular Desinformación Exclusión social
Dificultades para obtener Persistencia de riesgos y
Escaso acceso a protección
permisos oficiales y a nivel Estigmatización carencias en el lugar de
social
familiar origen
Limitado acceso a Limitado acceso a servicios Obstáculos para la
Discriminación
documentos de viaje de salud regularización migratoria
Acecho de redes de trata,
Violencia doméstica Desinformación tráfico, explotación y Estigmatización
secuestro
Acecho de redes de trata, Falta de redes sociales y
Inserción laboral precaria y
Violencia social tráfico, explotación y de oportunidades laborales
en condiciones indecentes
secuestro y productivas
Transporte en condiciones Transporte en condiciones Dificultades y obstáculos
Violencia sexual
inhumanas inhumanas de regularización
Violencia social Violencia social Dificultades para acceder
a servicios básicos y
protección social
Violencia sexual Violencia sexual Persistencia de violencia
social y sexual

Fuente: Elaboración propia sobre la base de OIM, Factores de riesgo y necesidades de atención para las mujeres migrantes
en Centroamérica, 2016.

Un riesgo adicional asociado a la condición de género de las personas migrantes es la


discriminación que sufren las mujeres en el mercado laboral. Entre las manifestaciones de ello se

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CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

encuentran las diferencias salariales con las mujeres y, principalmente, con los hombres en el país de
destino y la segregación profesional en actividades a la vez más precarias y mal remuneradas, siendo el
trabajo doméstico remunerado informal un ejemplo. A las dificultades ya mencionadas, se les suma una
carga de trabajo reproductivo en el ámbito doméstico.
Por lo tanto, el acceso a la protección social de las mujeres migrantes es parte del proceso de
lograr mayor igualdad en general y de género en particular.

4. La condición étnica y racial


Un sistema de protección social inspirado en el universalismo es incompatible con cualquier acto de
discriminación. Durante el siglo XX el desarrollo científico –particularmente de las ciencias biológicas– pudo
demostrar que no existen razas aplicables a la especie humana. Esto quiere decir que no se puede sostener
genéticamente la existencia de subdivisiones de poblaciones humanas distintas entre sí en términos físicos,
psicológicos o intelectuales (Cepal, 2016b, pág. 25). Las diferencias que pudiera haber entre grupos humanos
tendrían más bien un origen histórico, cultural y social, pero nunca de índole biológica. Mucho menos se
puede afirmar que existen grupos superiores a otros en atención al color de la piel.
La discriminación étnica y racial es uno de los ejes estructurales de la desigualdad social en
América Latina y el Caribe, y constituye una práctica incompatible cualquier noción de igualdad de
derechos. En efecto, en el artículo 1 de la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 se establece
que: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos”, y que se complementa con el
artículo 2, al señalar: “Toda persona tiene todos los derechos y libertades consagrados en esta Declaración,
sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen
nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición”. Pese a estos reconocimientos
hechos públicos por la ciencia y la comunidad internacional, en América Latina se utilizan los conceptos de
raza y etnia en referencia a dos poblaciones diferentes: etnia se utiliza usualmente para referirse a los pueblos
indígenas y raza a los grupos afrodescendientes (Cepal, 2016b).
La discriminación y la negación concomitante del otro se basa en prejuicios y estereotipos
respecto de personas o grupos de personas que son transmitidos y reproducidos culturalmente. Además,
la discriminación implica una relación asimétrica entre seres humanos, que entraña dominación, una manera
de ejercicio del poder con consecuencias desventajosas e injustas para quienes son dominados. En efecto, el
racismo es una manifestación de discriminación por razones étnicas, así como la homofobia es discriminación
por opción sexual, o el machismo que conlleva la discriminación de género por ser mujer, entre otras.
Si bien en los estudios sobre migración la discriminación de la que son objeto ciertos colectivos
de migrantes en los países anfitriones ha sido documentada. Salgado (2003) llama la atención sobre la
necesidad de explorar también el efecto de la discriminación en las motivaciones de los migrantes para
abandonar los lugares de origen, en un contexto donde el desempeño de los Estados está lejos de
garantizar los derechos a sus ciudadanos. En efecto, a quienes más se les conculcan sus derechos son
precisamente a las mujeres, los indígenas, las personas afrodescendientes, los niños y las niñas y las
personas con discapacidad. Por lo tanto, la condición de migrante suele potenciarse con la
discriminación étnico-racial en detrimento del bienestar y goce de derechos.

5. La dimensión territorial
Los territorios al interior de los países no son uniformes en sus niveles de desarrollo. Por definición, expresan
una gran heterogeneidad y con ella muchas desigualdades que se traducen en regiones más o menos
desarrolladas o rezagadas. Estas últimas tienden a expulsar más población debido a menores niveles de
bienestar y escasas oportunidades laborales para sus habitantes. Desde el punto de vista de la matriz de la
desigualdad social, el territorio es uno de los ejes que explican la disparidad de resultados en términos de
ingresos, oportunidades, acceso a servicios, bienestar y goce efectivo de derechos. De tal manera, no da lo
mismo nacer en uno u otro lugar para el análisis de la migración, ya que la localidad de origen es un
importante factor de la trayectoria migratoria de una persona, familia o comunidad (CEPAL, 2016c) y de la
propensión a permanecer en el lugar de origen o a marcharse a otro sitio, dentro o fuera del país.

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CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

Si bien la clave territorial en el análisis de la migración es relevante para entender el contexto


de una decisión migratoria, su uso como categoría de análisis no se circunscribe al lugar de residencia
sino también al de origen, convirtiéndose en un elemento simbólico que identifica a los migrantes y con
ello un rasgo de discriminación. El ciclo migratorio se despliega en la práctica mediante el paso por
variados territorios desde el origen al destino, incluyendo el de tránsito y el retorno. Así, el territorio,
junto con ser un factor intrínseco del proceso migratorio y un escenario cambiante a lo largo de las
distintas etapas del ciclo de la migración, es uno de los ejes estructurantes de las oportunidades,
limitaciones y desigualdades sociales de las que son objeto las personas migrantes, comenzando por las
brechas que existen en el país de origen y de destino.
Particular interés para el caso de la migración y la protección social tienen aquellos territorios
en los que predomina la pobreza y la escasez de oportunidades, con un perfil de asentamiento y de
desarrollo productivo asociado al mundo rural. En estos contextos, el reducido nivel de bienestar del
que goza su población constituye un factor de expulsión en sí mismo (CEPAL, 2016c, pág. 63).
Los territorios receptores de migrantes también influyen en los siguientes pasos que ellos
deciden dar, siendo el retorno o la permanencia temporal, estacional o definitiva una respuesta a las
condiciones que ese territorio ofrece al migrante. Al retener o expulsar población, los territorios también
se ven modificados por las migraciones debido al carácter selectivo de los flujos en términos del sexo y
edad. De hecho, los migrantes tienden a ser predominantemente jóvenes y con una feminización
creciente, lo que tiene repercusiones sociodemográficas no menores en los lugares de origen, ya que
quedan desprovistos de mano de obra joven contribuyendo a las denominadas “trampas territoriales de
pobreza” (CEPAL,2016c, pág. 63).

6. Trabajo, protección social y heterogeneidad estructural:


implicancias para la migración intrarregional
La relación entre el trabajo y la protección social es estrecha y de largo plazo. Constituye el primer
mecanismo a través del cual las personas ‒los trabajadores formales‒ se pueden proteger de eventos
inesperados como el desempleo, enfermedades o accidentes laborales, pero también hacer frente a otras
circunstancias asociadas al ciclo de vida, en cuyo caso las pensiones y jubilaciones son un claro ejemplo
(Cecchini y Martínez, 2011, pág. 39).
El trabajo formal como mecanismo de acceso a la protección social representa
aproximadamente la mitad del empleo en la región. La otra mitad se encuentra ocupada en empleos
informales de baja productividad y por lo mismo carentes de acceso a los apoyos mencionados y
más vulnerables ante las contingencias que pueden ocurrir. Las mujeres son un grupo especial de
atención, ya que se encuentran en mayor proporción en empleos de baja productividad o bien fuera
del mercado laboral (Cecchini, 2013, pág. 16).
De manera que hay situaciones donde las personas experimentan una condición parcialmente
dependiente, es decir, donde la sociedad necesita transferirles recursos para que puedan satisfacer su consumo
(Cecchini y otros, 2014). También hay personas que no trabajan a pesar de tener edad, ya sea porque no lo
necesitan, porque no tienen incentivos o bien porque tienen serias dificultades para hacerlo; también están
aquellos que buscando oportunidades no las encuentran y, por último, aquellos que están ocupados en
empleos precarios que no les permiten acceder a la protección social (Cecchini y otros, 2014).
En general, para el caso de todos los trabajadores el trabajo decente constituye un aspecto
central, pues es el vehículo por excelencia para acceder a la protección social en el país de destino: si
bien esto último es crucial para todas las personas que trabajan, adquiere un potencial de desarrollo aún
más decisivo en el caso de las personas migrantes. Lo anterior se debe a que, sobre todo en el caso de la
migración intrarregional, las personas migrantes se suman a economías con una elevada heterogeneidad
estructural. Lo anterior refiere a estructuras productivas caracterizadas por vastos segmentos de baja
productividad que generan una proporción modesta del producto, así como un volumen importante del
empleo. El punto es que esto ocurre en condiciones de informalidad y precariedad, al tiempo que los
sectores de alta productividad son responsables por una proporción importante del producto, pero una

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CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

porción limitada de empleos en condiciones de trabajo decente, bien remunerado y con acceso a
mecanismos formales de protección social. Ello, a su vez, se traduce en un acceso segmentado a la
protección social formal entre quienes participan en los sectores de alta productividad en comparación
con los ocupados en sectores de baja e incluso mediana productividad.
La noción de trabajo decente aportada por OIT en 1999 la definió como “el trabajo productivo
en condiciones de libertad, equidad, seguridad y dignidad, en el cual los derechos son protegidos y que
cuenta con remuneración adecuada y protección social” (citado por Espinoza, 2003). Visto de este
modo, el trabajo decente para los trabajadores migrantes se enfrenta a una serie de dificultades
adicionales cuyo primer obstáculo es la propia condición migratoria, en especial cuando es irregular,
aspecto que analizamos en el siguiente apartado (diagrama 4).

Diagrama 4
Heterogeneidad estructural y su relación con la migración
Acceso
estratificado Amplios
Desigualdades Personas migrantes con mayor probabilidad de
Estructura sectores fuera
en los a la
productiva del sistema de estar excluídas del trabajo formal excluídas del
mercados de protección
segmentada protección
trabajo social
social
trabajo formal y la protección social contributiva
contributiva y no contributiva

• Necesidad de reafirmar el carácter


normativo de los derechos humanos
• Necesidad de avanzar hacia una mayor
convergencia productiva
• Articulación de la protección social
contributiva y no contributiva
• Establecer mecanismos de acceso a la
protección social

Fuente: Elaboración propia sobre la base de CEPAL, 2012.

7. La condición migratoria irregular


En su dimensión político institucional, la condición de migrante irregular impone una limitación
estructural en el acceso al bienestar, la protección social y el goce de los derechos humanos, comenzando
por la identidad jurídica. A su vez, el acceso al trabajo formal y decente tiene la condición regular (contar
con papeles) como requisito indispensable. Sin embargo, este análisis también remite a la relación entre
la migración y la ciudadanía, o de cómo los Estados a través de marcos legales e instrumentos
administrativos regulan el acceso restringido a los derechos configurando trayectorias con acceso
creciente o decreciente a la ciudadanía (Thayer y otros, 2016).
La irregularidad también está asociada a la explotación de personas, en trabajos forzados, inseguros,
incluyendo la trata, la prostitución y el secuestro. Un migrante irregular es altamente vulnerable a las
organizaciones delictivas que se aprovechan de las personas con fines de explotación sexual o laboral y su
condición puede estar asociada a la trata y al tráfico. Los migrantes que provienen de zonas donde la violencia
alcanza niveles extremos, asumen el costo económico y personal de la travesía, atravesando otros países para
llegar a su destino final. De manera que la condición irregular puede manifestarse tanto en el “tránsito” como
en el “destino”, ambos momentos donde el acceso que el migrante tiene a los bienes y servicios de los que
dispone el sistema de protección social es muy reducido.
En muchos casos quienes buscan o solicitan refugio provienen de lugares donde las condiciones
son tanto o más difíciles que en el país de destino. El refugio, al igual que el trabajo formal, otorga

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CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

derechos de los que pueden disfrutar los migrantes en los lugares de destino. Por lo tanto, la falta de
identidad jurídica es una fuente de vulnerabilidad particularmente relevante para las personas migrantes.

C. En el país de origen: dificultades de acceso a la protección


social y necesidades insatisfechas
Entre las vulnerabilidades a considerar para el presente análisis, está la heterogeneidad de los sistemas
productivos y sus implicancias en términos de protección social. Como se mencionó, múltiples
motivaciones y factores explican los procesos migratorios. Desde el punto de vista de la protección
social, las propias falencias de los sistemas de protección social en el lugar de origen pueden constituir
parte de esas motivaciones, en el sentido de constituir parte de la búsqueda de mejores condiciones de
vida y de mayor protección social por vías formales e informales. De manera concomitante, “la causa
más frecuente de la migración es la búsqueda de empleo y tiene como trasfondo las diversas condiciones
de la demanda y oferta de fuerza de trabajo en los países de la región” (Morales Gamboa, 2016, pág. 69).
El trasfondo de las falencias de los sistemas de protección social en los países de origen es la presencia
de mercados laborales con una elevada heterogeneidad estructural, es decir, con extensos segmentos de
la economía intensivos en empleos de baja productividad e informales, y otros de alta productividad,
mejor remunerados y formales que, sin embargo, representan una proporción baja del empleo total. Tal
trasfondo constituye uno de los desafíos más apremiantes para el desarrollo en los países de América
Latina y el Caribe, a la vez que explica, al menos en parte, los flujos migratorios en la región.
En un proyecto migratorio de largo plazo, la reunificación familiar, regular o irregular, es un
desenlace frecuente, lo que se traduce en desafíos a la inclusión social y al acceso a la protección social
de las personas dependientes, los cuales se abordan más adelante.
Pero más allá de las migraciones motivadas por razones laborales y económicas, la región es
escenario de otros tipos de migración. Los contextos de violencia, doméstica, social o por un conflicto
armado, han motivado la migración por razones diferentes a las laborales y económicas. Niños, niñas y
adolescentes (acompañados y no acompañados) y jóvenes, como también mujeres que son víctimas de
violencia y abusos en el ámbito público y privado, protagonizan esta desesperada e involuntaria motivación
para migrar. México y el triángulo norte de Centroamérica han sido escenario frecuente de estos fenómenos
y está vinculada a nuevos patrones, como la migración de menores no acompañados (Ver recuadros 1 y 2).

Recuadro 1
Violencia contra las mujeres en Centroamérica: más que un factor de expulsión
La composición por sexo de la migración en la subregión centroamericana marca un predominio de las mujeres
migrantes. Alrededor de 53% de las personas migrantes que nacieron en Centroamérica son mujeres, mientras que el
flujo más numeroso del área corresponde a la ruta Nicaragua-Costa Rica (OIM, 2016). La feminización de la
migración no sólo hace referencia al aumento absoluto y relativo de las mujeres migrantes, sino muy especialmente a
la migración femenina motivada por un proyecto propio, es decir, cuando estas toman la decisión de entablar un
proceso migratorio. Así, las mujeres dejan de ser meras acompañantes de una pareja o bien optan por no ser parte de
una estrategia familiar en las que ellas no tuvieron incidencia. Las razones por las que las mujeres abandonan sus
lugares de origen son variadas y complejas e incluyen presiones familiares, violencia intrafamiliar, abuso sexual, y en
general limitaciones a su autonomía económica, física e incluso política (Cortés, 2005).

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CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

Recuadro 1 (conclusión)
La Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (Convención
de Belem do Pará, 1994), en su Artículo 1 define violencia contra la mujer como “cualquier acción o conducta, basada
en su género, que causa muerte daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, tanto en el ámbito público
como en el privado”. La violencia cuando se materializa confirma la existencia o preexistencia de vulnerabilidades en
la vida de las mujeres. De acuerdo con Cortés (2005) la vulnerabilidad puede ser estructural cuando proviene de una
estructura de poder a la que acceden sólo algunos sujetos; también puede ser cultural, en este caso se relaciona con
usos y costumbres, estereotipos, prejuicios, racismo, xenofobia, ignorancia, discriminación institucional, entre otros.
Durante el periodo 2012-2013 se registraron en Centroamérica 32.267 homicidios, de los cuales alrededor de
10% correspondieron a mujeres (OIM, 2016). La elevada inseguridad está directamente relacionada con el aumento
de la actividad del crimen organizado, las maras y el narcotráfico en la zona del triángulo, lo que afecta especialmente
a las personas migrantes en tránsito, donde las mujeres jóvenes son marcadamente vulnerables. La desinformación y
el desconocimiento de sus derechos debilita aún más la capacidad de las mujeres para hacer frente a los mencionados
peligros a los que se exponen. La vulnerabilidad se potencia cuando el tránsito se ve acompañado por la condición de
irregularidad migratoria (falta de documentos migratorios).
Los riesgos que experimentan las mujeres no solo están presentes en el lugar de origen: la migración no siempre
permite dejar en el pasado las agresiones y discriminaciones previas, ni escapar a nuevas vejaciones motivadas por la
violencia de género. El retorno y también el tránsito conllevan riesgos, en ocasiones mayores a los que se enfrentaban
antes de migrar. Esta situación de vulnerabilidad permanente en la que viven muchas mujeres obliga a los Estados a
prestar especial atención a la violencia de género. Sin protección efectiva por parte de las políticas, la migración de
mujeres y niñas seguirá siendo una estrategia vigente para aspirar a un proyecto de vida libre de violencia.

Fuente: Adaptado de Dehays (2017) sobre la base de OIM (2016); P. Cortés (2005) y Convención de Belem do Pará.

Otra motivación para las migraciones en la región son las crisis políticas y económicas, así como los
eventos climáticos y otros desastres naturales, como los terremotos. Estos motivan flujos involuntarios y/o
intempestivos, la mayoría de las veces transfronterizos, pero no necesariamente, como fue el caso en
Honduras tras el huracán Mitch, el cual a partir de 1998 intensificó los flujos migratorios de ese país hacia
Estados Unidos (Durand, 2016). Desde la perspectiva de la protección social, la resiliencia ante estos eventos,
no solamente es una prioridad de la Agenda 2030 y su Meta 1.3, sino también de la protección social en los
lugares de origen: como sistema de apoyo a los ingresos y de acceso a servicios públicos y básicos, las
falencias en estos sistemas ante desastres son una prioridad compartida en todos los países de la región
(Vargas Faulbaum, 2015).
La posibilidad de llevar a cabo un proyecto de vida libre de violencia y con un nivel básico de
bienestar y seguridad en el país de origen es central en lo que se conoce como el derecho a no migrar, como
parte de la incorporación de un enfoque de derechos humanos y que supone que los países debieran hacerse
cargo de que las personas no emigren por situaciones de carencia o incumplimiento de derechos y, en
definitiva, reconocer que merecen vivir en condiciones de paz y dignidad. Dicho enfoque debe alentar una
visión emancipatoria y no solamente centradas en visiones instrumentales centradas en la regulación de la
migración (control, gestión, gobernabilidad). Es necesario pensar la política migratoria desde el lugar de
origen como “una política de los derechos humanos, y no con derechos humanos. […] O más aún, la política
del derecho a migrar, especialmente si se piensa en los países de la región que han reconocido la migración
como derecho humano” (García, 2016, pág. 130). La noción del derecho a no migrar, como en la del derecho
a hacerlo, descansa sobre el reconocimiento de que “un ser humano, no importa el lugar donde esté, resida o
viva, es sujeto de derechos” (Muñoz, 2009, pág. 11).
El inicio de un proceso de migración supone siempre costos: el financiamiento del traslado y a veces
trámites administrativos de salida o ingreso a otro país. Ese costo se sufraga mediante recursos propios,
familiares o comunitarios, o bien a través del endeudamiento, lo que agrava muchas veces un estado de por
sí precario. Otro riesgo es la exposición a abusos por parte de algún intermediario que facilita el
desplazamiento (que puede ser legal o ilegal) o el financiamiento. Por lo tanto, otra fuente de vulnerabilidad,
que inicia con la decisión voluntaria o no de migrar se vincula a las incertidumbres, riesgos y eventuales
abusos (incluso dentro del territorio del país de origen) del viaje, sobre todo si comporta largas etapas de
tránsito o se viaja sin oferta laboral concreta. Muchas veces es desde el abandono del lugar de residencia
original que cobra relevancia un riesgo adicional: la pérdida y/o ruptura con el sistema de protección social
del país de origen. En efecto, los accesos efectivos a muchos de los servicios de tales sistemas están asociados

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CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

administrativamente al lugar de residencia, de tal manera que el desplazamiento desde el primer momento
genera un creciente riesgo de desconexión y pérdida de beneficios, en especial cuando la migración es
irregular y no existen mecanismos universales de acceso en todo el territorio en el país de origen.
Finalmente, la separación familiar también tiene costos emocionales asociados, diferenciados
además para hombres y mujeres, como, por ejemplo, cuando ellas dejan a sus hijos a cargo de un familiar o
tercera persona para emigrar, muchas veces para desempeñarse en el ámbito del trabajo doméstico y de
cuidado en otro país de forma remunerada. Estas complejas cadenas transnacionales de cuidados suponen
intercambios remunerados y no remunerados de apoyos y cuidados, así como necesidades de cuidado de
dependientes que quedan insatisfechas en el país de origen y a veces a costa de su bienestar y protección. Los
sistemas de cuidado, componentes de la protección social, tienen implicancias para atender las necesidades
de los dependientes en el país de origen para satisfacerlas cuando menos parcialmente. En el caso de niños y
niñas que permanecen en su país de origen cuando sus padres han migrado, su exposición a diversos riesgos
suele aumentar, como por ejemplo la violencia, la explotación laboral y sexual, la subalimentación, y la no
asistencia escolar, entre otros (Cerruti y Binstock, 2010; Cerruti y Maguid, 2010).

D. Riesgos y vulnerabilidades durante el tránsito


El tránsito es una fase del ciclo migratorio con grandes riesgos, incluso desde el momento en que se deja el
lugar de residencia original. La envergadura y diversidad de estos depende mucho de las condiciones y
atributos individuales, del contexto territorial e institucional de los países por los que se transita hacia
el lugar de destino, así como del carácter regular o irregular del proceso migratorio. Así, migran las
personas, solas, acompañadas, en grupos familiares o en parejas, con lo que factores de vulnerabilidad
y la desigualdad como la edad, el género, la pertenencia étnico-racial y el estatus socioeconómico de
origen generan diversos tipos y grados de vulnerabilidad y riesgo. En efecto, las personas migrantes
tienen todas las edades. Se desplazan, dejan sus hogares, barrios, ciudades y países motivados por la
búsqueda de un trabajo, nuevos horizontes, la desesperación o la reunificación familiar. Llevan algunas
pertenencias, poco o muchos recursos, sus diplomas y capital humano, su lengua y su cultura, su forma
de vestir y de convivir con los demás. Cuando la decisión de migrar no es voluntaria, se ven compelidos
a dejar su lugar de residencia y perder sus activos y medios de subsistencia.
La primera fuente de vulnerabilidad es la integridad física, la violación de derechos humanos y
laborales fundamentales durante el trayecto hacia el país de destino y al atravesar las fronteras, en
especial cuando el traslado es irregular. Sobresalen fenómenos de extorsión e incluso secuestro por parte
de personas o grupos que abusan de su situación de desprotección, riesgos de abuso psicológico,
maltrato físico, abuso sexual, particularmente en el caso de mujeres y los niños y niñas.
En el caso de estos últimos, cuando acompañan a sus padres, comparten los peligros de la travesía
y son particularmente sensibles, con secuelas físicas y sicológicas. Sin embargo, los que se exponen a
riesgos de mayor magnitud son quienes enfrentan la migración sin compañía de un adulto. Frente a esto,
Martínez y Orrego (2016) señalan que es preciso que las políticas en el ámbito de la migración
incorporen principios rectores que se derivan de la Convención sobre los Derechos del Niño. La
situación de niños no acompañados es especialmente crítica en la región de Centroamérica y México.
Una de las causas de este tipo de desplazamientos es el descontrolado clima de violencia que impera en las
regiones de origen. (Ver recuadro 2).

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CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

Recuadro 2
Menores extranjeros no acompañados (MENA) en el caso del triángulo
norte/México rumbo a Estados Unidos
La migración de menores extranjeros no acompañados (MENA) en la región, se refiere a “todo menor de 18 años
de edad extranjero que se encuentra separado de ambos padres y no está bajo el cuidado de ningún adulto que por ley
o costumbre esté a su cargo (ACNUR), así como aquellos que sean dejados solos tras su entrada a un país” (CEPAL,
2015). Se trata de una cuestión muy problemática que requiere de medidas urgentes en términos de la institucionalidad
y de las políticas para mitigar su incremento en años recientes y para protegerlos en las distintas etapas del ciclo
migratorio (Naciones Unidas, 2016; CEPAL, 2013). La situación en el triángulo norte de Centroamérica (El Salvador,
Guatemala y Honduras) es especialmente preocupante (CEPAL, 2013; CEPAL, 2015), registrándose entre 2013 y
2017, 180.000 detenciones de niños no acompañados de estos países en la frontera suroeste de Estados Unidos (U.S.
Customs and Border Patrol, 2018). Si a la cifra anterior, se agregan los casos de niños mexicanos, la cantidad de
detenciones asciende a 244 000. En particular, el caso de México destaca por carácter de país de origen, tránsito,
destino y retorno de niños, niñas y adolescentes no acompañados. Según datos de la Secretaría de Gobernación, entre
2015 y 2017, el flujo de MENA provenientes de los países del triángulo norte registrados ante la Unidad de Política
Migratoria de México fue de alrededor de 45.000 eventos (UPM, 2016).
Para comprender las vulnerabilidades de los MENA, es clave posicionarlos en un espectro analítico más amplio,
considerando los riesgos y dificultades de las personas asociadas a la migración y a la niñez como fase del ciclo de vida. Así,
en Ceriani, García y Gómez (2014) se plantea que, en el país de origen, los niños, niñas y adolescentes que permanecen en
su país cuando uno o ambos padres han emigrado se encuentran expuestos a la falta de acceso a la protección social, a
variaciones en el bienestar debido a las fluctuaciones en los de ingresos del hogar y por el menor acceso a sistemas de
protección y cuidado vía el empleo de sus padres. En el lugar de destino, los niños, niñas y adolescentes que residen con sus
padres también se ven expuestos a una desprotección y a la vulneración de sus derechos, sobre todo cuando estos o sus padres
se encuentran en situación irregular lo que puede mermar su acceso a servicios, en especial salud y educación (Naciones
Unidas, 1990). Los niños, niñas y adolescentes retornados, suelen ser migrantes o nacidos en algún país de destino de
padres migrantes y que vuelven al país de origen (Martínez y Orrego, 2016).
Vinculado con los vectores que motivan la migración, la evidencia da cuenta de la importancia que para los
MENA resultan la búsqueda de trabajo, la reagrupación familiar, la necesidad de dejar atrás contextos de violencia
doméstica y/o social (sobre todo en Centroamérica y México), las consecuencias de los desastres naturales y la
condición de pobreza (Canales y Rojas, 2018; OIM, 2017). En este contexto, la OIM desarrolló la Iniciativa de
Información de Movilidad Humana en el Triángulo Norte (NTMI), en la cual se realizó un diagnóstico y análisis de
la situación de los MENA retornados a partir de una Encuesta de Movilidad Humana a padres o tutores que esperaban
por el retorno de niños en centros de recepción en El Salvador, Guatemala y Honduras, “con el objetivo de lograr un
mayor entendimiento de la población migrante y sus familias, para que sirva como apoyo a la gestión humanitaria,
con especial énfasis en niñez y adolescente migrante no acompañada retornada” (OIM, 2017). La caracterización
sociodemográfica estos, indica que un 71,4% son niños y un 28,6% niñas, con un promedio de edad de 15,5 años y
14,3, respectivamente. Se constató también un rezago escolar de entre 1 a 4 años entre quienes tenían 12 a 15 años de
edad, y de 3 a 5 años entre los de 16 a 18 años. Es clave destacar que un 45% de los hogares a los que retornaban los
NNA eran biparentales y monoparentales en un 25%. El promedio de edad cercano a los 18 años de edad, en conjunto
con las características de composición del hogar puede estar indicando una motivación laboral en la migración de los
NNA, que coincide con la estrategia de búsqueda de protección social privada por parte de los hogares a través de la
recepción de ingresos futuros vía remesas. De hecho, en el análisis de las motivaciones se obtuvo una multicausalidad
de aspectos vinculados con falta de protección social, tales como: búsqueda de mejores estándares de vida (36,7%),
falta de empleo (33,5%), violencia e inseguridad (36,7%), reunificación familiar (21,9%). En relación con los marcos
normativos y a la institucionalidad internacional y regional para proteger a los MENA es clave tener en consideración
la Declaración de Nueva York para los Refugiados y los Migrantes (Naciones Unidas, 2016), así como el Consenso
de Montevideo (CEPAL, 2013), en especial el compromiso 23 y el medida prioritaria 72, respectivamente, donde se
plantea prestar particular atención en la protección de derechos humanos de los grupos en condición de mayor
vulnerabilidad, entre ellos, los menores no acompañados. Además, actualmente se realizan negociaciones en el marco
del Pacto Mundial para una migración segura, ordenada y regular, que entregará orientaciones clave sobre la
problemática y necesidad de institucionalidad para la protección de la niñez migrante (Naciones Unidas, 2017).
También, a nivel regional, destaca la IX Conferencia regional de Migración (CRM) celebrada en Guatemala, donde
los Estados parte aprobaron los lineamientos regionales para la atención de niños, niñas y adolescentes no
acompañados en casos de repatriación, definiendo acciones en el marco del principio del interés superior del niño, la
de reunificación familiar y el respeto a sus derechos (Martínez y Orrego, 2016).

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CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

Recuadro 2 (conclusión)
Varios estudios en torno a la legislación migratoria en Centroamérica y México constatan serias limitaciones en
el desarrollo de una institucionalidad para la protección de los derechos de las personas migrantes. No obstante, cabe
destacar las siguientes iniciativas a nivel normativo y jurídico: en El Salvador, la Ley de Protección Integral de la
Niñez y Adolescencia (2009) (Naciones Unidas, 2014); en México, a partir de 2006 se fortalece la Estrategia de
Prevención y Atención a niños, niñas y adolescentes migrantes no acompañados del Sistema Nacional para el
Desarrollo Integral de la Familia; y en el año 2008 se instala la Mesa Interinstitucional de Diálogo sobre Niñas, Niños
y Adolescentes no Acompañados y Mujeres Migrantes (Martínez y Orrego, 2016); en Guatemala, la ley de Protección
a la Niñez Migrante no Acompañada Separada de su Familia, y el Combate al Tráfico Ilícito de Migrantes.
Finalmente, en términos del seguimiento del Consenso de Montevideo en relación con los MENA, es importante
referirse al indicador F.6 (72.1 GO), donde se hace referencia a las posibles fuentes de información, y se especifican
las desagregaciones estadísticas necesarias (CEPAL, 2015).

Fuente: A. Canales y M. Rojas (2018). Panorama de la migración internacional en México y Centroamérica. Serie
Población y Desarrollo. En prensa; CEPAL (2015). Guía operacional para la Implementación y el seguimiento del
Consenso de Montevideo sobre Población y Desarrollo; ___ (2013). Consenso de Montevideo sobre población y
desarrollo; Ceriani, P.; García, L. y Gómez, A. (2014), “Niñez y adolescencia en el contexto de la migración:
principios, avances y desafíos en la protección de sus derechos en América Latina y el Caribe”, REMHU, Revista
Interdisciplinaria de Movilidad Humana, Brasilia, Brasilia DF, CSEM, año XXII, n 42, pág. 9-28; Guzmán, L (2014),
Estudio Regional sobre Políticas Públicas de Integración de Migrantes en Centroamérica y México, México, D.F., Sin
Fronteras IAP; Martínez, J. y C. Orrego (2016), Nuevas tendencias y dinámicas migratorias en América Latina y el
Caribe. Publicación de las Naciones Unidas. Santiago, Chile; Naciones Unidas (2017). Informe del Representante
Especial del Secretario General sobre la Migración [Informe Sutherland]. Documento A/71/728. Disponible [en línea]
http://www.un.org/en/ga/search/view_doc.asp?symbol=A/71/728&referer=http://www.un.org/es/documents/index.h
tml&Lang=S.

La situación en el triángulo norte y México, a saber, territorios de tránsito para quienes migran hacia
los Estados Unidos que, pese a reforzar sus políticas anti-migratorias, sigue siendo un importante polo de
atracción, constituye un dramático ejemplo de lo anterior. Particularmente lo ha sido el caso de menores no
acompañados que en años recientes han protagonizado intentos riesgosos de alcanzar los Estados Unidos.
Verdadera crisis humanitaria, sus factores impulsores fueron la delincuencia y la elevada violencia junto a
las dificultades económicas, muchas veces buscando alguna reunificación familiar y/o huir de contextos de
violencia social (Olson, 2016, pág. 156). Lo anterior manifiesta el peso que tiene la presencia de un estado
de derecho que garantice los derechos de las personas sin discriminación debido a que incluso en el caso de
traslados irregulares la integridad y dignidad de las personas deberían ser garantizadas. No obstante, de
acuerdo con información del Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, entre 2007 y 2016
fueron deportados 2,5 millones de mexicanos y más de 800.000 migrantes del Triángulo del Norte
Centroamericano. Estas cifras representan el 70% y el 23% del total de deportaciones en ese período,
respectivamente (CEPAL, 2018, pág. 62).
La falta de información, como también el desconocimiento de la cultura y la lengua del país por
el que se transita son otro factor de inseguridad. Este se potencia muchas veces con la inexistencia más
o menos generalizada de políticas de acogida y atención a población migrante en tránsito. Estos riesgos
son tanto más agudos cuanto más se alarga el periodo de tránsito.
Las barreras geográficas y el reforzamiento de las prácticas de control migratorio son un factor de
incertidumbre y de riesgo. Más allá de las dificultades de desplazamiento a través de territorios agrestes y sin
servicios, las dificultades para cruzar las fronteras y la posibilidad de arrestos y deportaciones cuando se
carece de la documentación necesaria de suyo pueden generar abusos y violaciones de derechos. Ello es
particularmente claro en la frontera México-Estados Unidos, pero también en los lindes de México y
Centroamérica, donde el control migratorio y las deportaciones se han intensificado en los últimos años. Este
punto es particularmente complejo en el caso de los niños que migran sin compañía de adultos, los que se
encuentran en una particular situación de desprotección. Pero, además, esas dificultades pueden alargar e
incluso “perennizar” la situación de tránsito, a veces incluso obligando a largas estadías en los países de
tránsito o incluso creando la necesidad de permanecer indefinidamente en el país de traslado como país de
destino. En estos casos surge un desafío adicional para las políticas sociales y de protección social en los
países de tránsito. Esa situación precaria, por cierto, concierne a migrantes de terceros países que esperan una
oportunidad para pasar al país originalmente pensado como de destino, como a los también a nacionales del

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país y que no obstante se encuentran también alejados de sus comunidades de origen en los corredores
migratorios y/o las zonas de frontera.
A lo anterior se suma una frecuente condición de precariedad y explotación laborales, cuando las
personas migrantes participan en actividades informales para asegurar su sustento durante el tránsito. De
nueva cuenta la condición irregular en dicha etapa supone un riesgo más elevado de explotación, e incluso
de sufrir trata y violencia, sobre todo al alargarse dicha fase debido a las dificultades ya mencionadas.
Mención aparte merecen los migrantes que participan en los mercados laborales
transfronterizos, en los que el tránsito no es una fase temporal, sino recurrente. Estos últimos procesos
de migración en general son circulares, pues se desempeñan actividades laborales y productivas por un
cierto plazo y/o de forma estacional, como en el caso de la frontera entre México y Guatemala, o en
ciertas zonas fronterizas entre Haití y República Dominicana. Su especificidad descansa en que “las
regiones fronterizas no son la simple línea divisoria que divide a un país de otro, sino que las regiones
fronterizas están constituidas por el conjunto de interacciones sociales y económicas que se construyen
alrededor o en adyacencia de esos límites” (Guillén López, 2016, pág. 81).
Dado que en estos casos los procesos migratorios responden a un mercado laboral transfronterizo se
construyen “redes económicas, evidentemente laborales, además de otras complementariedades, como son
los cambios demográficos y las redes sociales y culturales de progresivo arraigo e impacto en ambos lados
de la frontera” (Ibid., pág.83). Desde el punto de vista del acceso a la protección social, estos casos
plantean particularidades ligadas a las modalidades y posibilidades de acceder a dichos sistemas en
el lugar de origen, el de destino y/o de forma simultánea, así como al nivel de informalidad laboral
en uno u otro lado de la frontera.
En especial, debido a que por definición la participación laboral es estacional y por periodos
cortos, mantener un vínculo estable con la protección social por esa vía aparece particularmente difícil,
por lo que cobran importancia las acciones no contributivas de los sistemas de protección social, como
eventualmente la presencia de acuerdos u acciones de protección social coordinadas en la zona fronteriza
y/o para ciertas categorías o sectores de actividad. Como plantea un estudio reciente en el caso de las
trabajadoras transfronterizas entre Haití y República Dominicana, en ausencia de políticas estatales de
protección social y elevados niveles de precariedad, informalidad e inseguridad, las solidaridades
familiares y comunitarias y las acciones de las organizaciones sociales sin fines de lucro son muchas
veces el único vector para acceder a mecanismos informales de protección social, en especial seguridad
jurídica y física, servicios de salud mínimos y acciones de apoyo nutricional (Lamaute-Brisson, 2017).

E. Inclusión y protección social en el país de destino


La migración tiene un costo social para personas, familias y comunidades, en el sentido de que “el
desarraigo, las presiones por la aculturación, el choque de culturas y la construcción de nuevos hábitos
e identidades personales y colectivas implican un proceso difícil que si bien puede resultar enriquecedor
no está exento de conflictos y pérdidas” (Briceño Alvarez, 2010, pág. 22). Al arribar al lugar de destino
(lo cual puede de sí constituir una extensión de la fase de tránsito hasta que se define un lugar de
residencia permanente) las personas migrantes y sus familias enfrentan algunos desafíos ya conocidos
al partir o en el tránsito, pero también algunos riesgos y dificultades adicionales, comenzando por el
desconocimiento de la cultura, usos y costumbres y a veces la lengua en el país de destino. El primer
desafío es regularizar la condición migratoria para poder instalarse y generar recursos e ingresos para
subsistir (alimentación y vestuario) y eventualmente prosperar. En el caso de las personas migrantes en
situación irregular, el rol de las redes familiares y comunitarias constituyen una fuente de apoyo y
protección informal de gran importancia. Lo anterior depende de que existan redes solidarias y/o de
reciprocidad, es decir, procesos previos de migración, de lo contrario el riesgo de sufrir explotación y/o
trata puede ser mayor. Desde ese momento, el carácter y grado de universalidad de los sistemas de
protección social se vuelven esenciales, particularmente en el caso de los familiares o dependientes de
las personas migrantes, comenzando por los niños, niñas y adolescentes, y su posibilidad de acceder a

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servicios básicos de cuidado, salud, educación (sobre todo en edad escolar), y nutrición entre otros,
independientemente del estatus regular o irregular en el país de acogida. En muchos casos, los servicios
públicos no están diseñados para recibir y prestar atención a las personas migrantes, estipulando por
ejemplo la entrega de documentación o periodos de residencia mínimos para acceder a los servicios.
Si se carece de la documentación básica en el país de acogida, se enfrenta el riesgo de tener
problemas legales, enfrentar procesos judiciales o administrativos, multas, a veces la deportación y,
aparejado a ello, altas probabilidades de sufrir abusos y vejaciones. Pero, además, cuando no se cuenta
con la documentación del país de origen (partidas de nacimiento, comprobantes de matrimonio y otros),
esa falta de identidad jurídica aumenta el riesgo de caer en redes de abuso o de utilización de canales
poco convencionales para acceder al trabajo, la justicia y los servicios públicos.
Las características del mercado laboral, de los sistemas de protección social y de la capacidad
de las personas migrantes (reconocimiento de las competencias y formación laboral) de participar en
ambos desempeñan un rol estructurante para la inclusión social en el lugar de destino. Como ya se ha
mencionado, destacan como elementos comunes en los corredores migratorios de la región la creciente
feminización de la migración laboral, la elevada frecuencia de la condición irregular, y la alta
participación en la economía informal. Ahora bien, la condición regular en sí no conlleva la
participación automática en el mercado laboral formal. En esta condición pueden encontrarse personas
migrantes como por ejemplo solicitantes de asilo con permiso de residencia, pero sin permiso de trabajo,
estudiantes migrantes jóvenes sin un permiso de trabajo (o bien con uno a tiempo parcial), dependientes
de solicitantes principales de permiso de residencia sin trabajo, migrantes en situación regular con
residencia y permiso de trabajo que no logran encontrar un trabajo formal en especial a causa de
prácticas discriminatorias basadas en el género, el origen o el idioma, migrantes en situación regular
cuyos empleadores (a veces ellos mismos) no desean pagar las contribuciones a la seguridad social e
impuestos, o bien migrantes que trabajan por cuenta propia (OIT, 2016, pág. 72).
De esta manera, aun cuando en el largo plazo las personas migrantes (y sus familias) y los países
de acogida se beneficien, estas enfrentan mayores obstáculos para acceder al trabajo decente (CEPAL
y OIT, 2017). Aunque en principio estarían menos expuestos a esto, los migrantes regulares no están
exentos de esta situación; reciben remuneraciones bajas, se desempeñan en entornos de trabajo
riesgosos, tienen mayores posibilidades de sufrir vejaciones que van desde el no pago de salarios y
prestaciones, hasta el abuso verbal, físico y sexual, menor acceso a la protección social y, con frecuencia,
sufren discriminación y xenofobia. Esto en parte se debe a que participan en sectores menos atractivos
para los trabajadores locales como la agricultura, la construcción y actividades intensivas en mano de
obra como el trabajo doméstico, la hotelería y el turismo, aunque cada contexto de destino puede tener
características propias (OIT, 2016, pág. 73). Además, esa segmentación laboral en ciertos sectores tiende
a reproducirse al llegar nuevas personas migrantes que utilizan las redes sociales a su disposición para
vincularse al trabajo.
En lo relacionado con la discriminación, esta puede articularse con una multiplicidad de elementos
como ser migrante proveniente de algún país hacia el cual existe mayor hostilidad, por tener alguna
discapacidad, por ser indígena o afrodescendiente o por su género. En general la igualdad de trato con los
nacionales es un desafío en sí y, cuando además no hay suficientes oportunidades de trabajo, aparece una
polarización con los nacionales, lo que puede motivar un ambiente hostil y todavía más discriminatorio. En
tal sentido es importante notar que los contextos laborales informales, con explotación y maltrato de personas
migrantes peor remuneradas, por definición poco regulados o fiscalizados, generan mercados paralelos que
funcionan sobre la base de incentivos adversos para el acceso al trabajo decente para el conjunto de las y los
trabajadores. Finalmente, incluso cuando las personas migrantes están en situación regular, en algunos
contextos las empresas tienen un límite legal en cuanto a la cantidad de extranjeros que pueden contratar, lo
que puede constituir una barrera adicional para acceder a empleos formales.
En el diagrama 5 se ilustran dos posibles trayectorias de inserción laboral de una persona
migrante en el país de destino. La primera, la deseable, se inaugura con un ingreso al país de manera
regular lo que facilita el acceso tanto a la identidad jurídica como al mercado formal de trabajo. Esto
representa beneficios tanto para el trabajador migrante y sus dependientes como para el país que lo

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recibe, ya que por esta vía es posible acceder no sólo a la seguridad social que otorga el trabajo, sino
que la persona migrante, con su trabajo, genera valor y contribuye y aporta al financiamiento de la
seguridad social de ese país. El otro camino, el de la condición migratoria irregular, dificulta cuando no
abiertamente impide, el acceso al trabajo formal y a los beneficios que este genera. En este caso el
trabajador queda a expensas de aquellos mecanismos no contributivos de protección social a los que se
le permita acceder en el país de destino y de decisiones políticas y normas que permitan su eventual
regularización. Esta, sin embargo, por sí sola tampoco abre la puerta para acceder automáticamente al
mercado de trabajo formal, pues, como se ha mencionado, las personas migrantes de suyo enfrentan
discriminaciones y barreras específicas, incluso cuando están en situación regular.

Diagrama 5
Condición migratoria, trabajo y protección social en el país de destino
Acceso a la
Trabajo formal protección social
Regular Acceso a la Contribuciones a la
identidad jurídica seguridad social

Incorporación a
Personas Regularización ciertos
migrantes mecanismos del
sistema no
contributivo

Exposición a mayores
Irregular Trabajo riesgos sociales
informal y/o
irregular Escaso acceso a bienes y
servicios de PS

Fuente: Adaptado de Dehays, 2017.

Lo anterior demuestra la necesidad de considerar las acciones prioritarias de los sistemas de


protección social en los distintos momentos del ciclo de vida de las personas migrantes y sus
dependientes durante la infancia, la adolescencia, la juventud, la adultez y la vejez. En tales casos la
consideración de un enfoque de derechos obliga a construir progresivamente mecanismos contributivos
y no contributivos de acceso a la protección social, comenzando por los segmentos en situación de
pobreza y vulnerabilidad social, entre los cuales destacan muchas de las personas migrantes.
Otra fuente de vulnerabilidad en el caso de las personas migrantes se relaciona con los vínculos
previos con el sistema de protección social en el país de origen y las dificultades asociadas a la efectiva
portabilidad de derechos y prestaciones de seguridad social. Una primera dificultad es la falta de
conocimiento sobre la eventual existencia de convenios bilaterales o multilaterales de seguridad social,
así como de los procedimientos y requisitos administrativos (cuando existen) para operar tales convenios
entre los países (Sabates Wheeler y Koettl, 2010). Un segundo desafío es la imposibilidad de ejercer en
el país de destino de derechos adquiridos en el país de origen, porque no existen mecanismos o
convenios para ello o, de nueva cuenta, por falta de información sobre los procedimientos y requisitos
formales. Asimismo, cuando la persona migrante tiene acceso a la protección social contributiva en el
país de destino, la mayoría de las veces no pueden beneficiarse los familiares que permanecieron en el
país de origen. En el caso de migrantes que retornan, la falta de acceso a beneficios en especial
pensionales acumulados largamente en el país de destino constituye una pérdida individual, pero si
además concierne a un volumen considerable de personas, también termina representando una pérdida
para el desarrollo de los propios países de origen. A nivel institucional, lo anterior plantea como desafíos
las restricciones de financiamiento de los Estados para hacer efectiva la portabilidad de derechos, así
como la baja prioridad en las propias instituciones de la seguridad social para implementar los
convenios, cuando estos existen. El otro desafío es la falta o insuficiencia de mecanismos de
coordinación entre los sistemas de seguridad social de los países origen, tránsito y destino. Se trata, en
suma, de la falta de políticas y estrategias concretas orientadas a garantizar la portabilidad de derechos
de protección social.

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F. El retorno al país de origen a veces ajeno: rasgos


y prioridades para la protección social
1. Caracterización
La migración de retorno es un patrón más que siempre coexistió con los de la inmigración y la emigración
internacional5. La atención del mundo académico respecto al retorno en el contexto de la migración no
es nueva, pues tiene su origen en la década de 1960. Sin embargo, fue en los años ochenta cuando se
desarrolló un debate científico sobre el mismo y su impacto en los países de origen (Cassarino, 2013),
y en la región volvió a los debates tras los coletazos de la crisis recesiva de fines de la década de 2000.
En el debate público, por su parte, el retorno se ha instalado con mucha fuerza en años recientes y al
examinar las iniciativas de los Estados se advierte que se trata de un campo abierto, cuyas raíces son
antiguas y han formado parte habitual de las preocupaciones acerca de la migración.
La migración de retorno tomó mayor relevancia –al menos a nivel regional– luego de dos
eventos específicos que, para efectos del análisis, han sido vistos como catalizadores de la
emergencia de las iniciativas de gestión del retorno. El primero se inició con la crisis económica a
fines de la década de 2000 en Estados Unido y Europa, espacios de migración extra-regional. Así
la decisión número 575/2007/CE del Parlamento Europeo y del Consejo de 23 de mayo de 2007
relativa a la Directiva de Retorno que “representa un instrumento legal de carácter coercitivo, ya
que también sirve para definir los procedimientos de expulsión de inmigrantes extracomunitarios
en situación administrativa irregular” (Cavalcanti, 2014, pág. 4). Por su parte, en la última década
las políticas migratorias y el recurso a la deportación de migrantes irregulares se ha intensificado
en Estados Unidos.
El retorno como concepto encierra más de una connotación y, más allá de las nociones con
las cuales se interprete, ha sido objeto de variadas perspectivas, que van desde una visión radical
que lo postula como el corolario de un fracaso de la experiencia migratoria (en especial si es
forzado), hasta las nociones que conciben al retorno desde un punto de vista más dinámico,
entendiéndolo como parte de un proceso mayor que, por un lado, puede representar el éxito de la
experiencia migratoria (al cumplirse los objetivos planteados antes de migrar) y, por otro lado,
como un subproceso del proceso migratorio que puede o no preceder a una nueva emigración
(Orrego y Martínez Pizarro, 2015).
El retorno, voluntario o forzoso, representa un elemento constitutivo del proceso y proyecto
migratorio de la gran mayoría de las personas migrantes. Asimismo, y en contraposición, la dimensión
de retorno, a pesar de que representa un patrón migratorio de larga data, ha sido un aspecto relegado en
los debates, estudios y examen empírico de los flujos migratorios (Pereira y Siqueira, 2013). A partir de
ello y basándose en las definiciones dadas por Jáuregui (2014) una clasificación posible sobre la
propensión a retornar consiste en cuatro grupos que se abordan en el recuadro 3.

Recuadro 3
Distintos grupos de migrantes según su propensión a retornar al país de origen
Grupo 1: baja propensión al retorno definitivo / Alto apego al lugar de nacimiento u origen.
Valoran la experiencia de emigración, sin embargo, valoran de igual forma el hecho de mantener un vínculo
permanente con su lugar de nacimiento. En este tipo de migrante existe una probabilidad mayor de encontrar
identidades duales o múltiples, forjadas sobre la base de un conjunto de mecanismos de identificación derivados tanto
de la sociedad de origen como de destino. El tipo de identidad que la persona puede forjar lo transforma en un potencial
portador de costumbres y tradiciones.

5
Basado en Orrego y Martínez Pizarro (2015).

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Recuadro 3 (conclusión)
Grupo 2: alta propensión al retorno definitivo / Alto apego al lugar de nacimiento u origen.
Este tipo de retornados tienen más probabilidad de llegar a ser “agentes precursores de desarrollo en sus
comunidades de origen” (Martínez y otros, 2014, pág. 30); ya que, en la mayoría de los casos, el proyecto migratorio
considera el retorno como una opción válida y se concibe como permanente, por lo que el aporte que pueden hacer
resultaría mayor, debido a la alta valoración del lugar de nacimiento. Este grupo de migrantes son quienes se
encuentran más afectos a las iniciativas de los gobiernos que persiguen la sostenibilidad de la migración de retorno,
que buscan asegurar las condiciones de vida adecuadas en el país de origen que puedan retenerlos.
Grupo 3: baja propensión al retorno definitivo / Bajo apego al lugar de nacimiento u origen.
Este tipo de migrantes valoran más la experiencia de emigración por sobre el hecho de permanecer o residir en
su lugar de nacimiento. Su propósito es la permanente emigración, puesto que el vivir fuera lo consideran una mejor
alternativa, aunque por factores externos tengan que permanecer en el lugar de nacimiento u origen.
Grupo 4: alta propensión al retorno definitivo / Bajo apego al lugar de nacimiento u origen.
Este grupo es más propenso a que el retorno se efectúe desde el país de destino hacia un país de tránsito o un tercer país,
debido a que es altamente valorado retornar, pero ello no implica que sea necesariamente al lugar de nacimiento.

Fuente: Jauregui, 2014.

La migración de retorno como parte del fenómeno migratorio ha sido estudiada desde diversas
disciplinas, en especial la economía, la sociología y la demografía, centrándose en los aspectos de orden
económico, financiero, social o biográfico y determinando las motivaciones que pueden ser causales del
retorno. Todas ellas presentan límites metodológicos. Las teorías provenientes de la economía intentan
explicar el retorno desde una matriz interpretativa bidimensional, dentro de un espectro que va desde el
fracaso hasta el éxito, lo que la hace muy reduccionista y centrada en un individuo cuyo principal
determinante para el retorno es financiero o económico, lo que permite un análisis estructurado a un
factor comparable a pesar de la diversidad de situaciones. La perspectiva sociológica presenta una
debilidad en cuanto a que sitúa al individuo como dependiente de las fuerzas macro sociales o políticas.
En este sentido, las aspiraciones, motivaciones o expectativas pueden quedar relegadas a las
explicaciones de carácter estructural dentro de las cuales se inserta el individuo. Finalmente, en el caso
de las teorías provenientes de la demografía, su principal debilidad radica en “reducir el acto de migrar
a una necesidad del ciclo de vida” (Jáuregui, 2014, pág. 76). En estos dos últimos casos, a pesar de
ubicar motivaciones y procesos generales para explicar el retorno, las personas migrantes quedan
relegados como agentes ante factores estructurales. Todas estas aproximaciones suelen relegar los
complejos fenómenos de transaccionalidad que dan forma a las motivaciones de las personas migrantes.
En tal sentido, y desde diversas disciplinas, la perspectiva transnacional de la migración ofrece
tal vez el marco de análisis más difundido (Martínez y otros, 2014) debido a que, entre otras razones,
permite pensar el retorno en una época en que las migraciones están fuertemente marcadas por prácticas
sociales transnacionales (Cavalcanti y Parella, 2013). Esta mirada, ofrece un marco interpretativo que
provee de más elementos idóneos para explicar la diversidad de prácticas habituales de los migrantes, o
buena parte de ellos, caracterizadas por el dinamismo y circularidad de los flujos migratorios. De todas
formas, aun con lo importante que puede ser la dimensión transnacional, no puede eludirse la existencia
del retorno forzado, en cuyo proceso las vulnerabilidades se acrecientan. Desde esta perspectiva, el
individuo que retorna posee una identidad no sólo dual, sino que múltiple (Cavalcanti y Parella, 2013),
construida en función del sentido de pertenencia a dos o más lugares simultáneamente. Estos autores
proponen, como elemento sustancial de la perspectiva transnacional de la migración, la idea de “flujos
poliédricos de personas, información y símbolos más allá de las fronteras nacionales” (Cavalcanti y
Parella, 2013, pág. 10). Es decir, considerar los diferentes flujos migratorios entendiendo los
movimientos de las personas, información y de símbolos en un contexto migratorio internacional,
rompiendo con la dinámica bidimensional que asocia la idea de retorno hacia un punto desde donde se
emigró y reemplazarla por una visión poliédrica, tridimensional. El recuadro 4 recoge algunas
consideraciones en torno a las motivaciones individuales, subjetivas del retorno.

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Recuadro 4
Determinantes y factores del retorno: la dimensión personal
El retorno es un proceso complejo, sujeto a causas relacionadas con diferentes dimensiones. Sin embargo, y atendiendo
a la dimensión personal, a continuación, se mencionan algunos determinantes agruparlos de la siguiente forma:
-Al menos en las tipologías que corresponden a tipos de retorno voluntario, podemos encontrar ciertos factores
que pueden incidir en la decisión de retorno. En este sentido, la posibilidad de adaptación es un elemento fundamental
al representar un factor decisorio y muchas veces condicionante de la experiencia de migración que impulsa la decisión
de retorno o permanencia. Sin duda esta decisión está circunscrita a un proceso en el cual los factores contextuales
son tan relevantes como los factores asociados a un plano personal o familiar.
Otro elemento para el análisis de las causas lo representa el objetivo que posee la persona en relación con su
propia experiencia como migrante. En este contexto, si asumimos que el proceso migratorio está precedido por una
decisión de migrar, esta decisión está cargada de expectativas que se traducen en objetivos, los que pueden cumplirse
o no durante la experiencia en el país de destino. En cualquiera de los dos casos, tal hecho puede constituir un factor
que puede incidir en un eventual retorno.
-El segundo grupo lo constituyen aquellos elementos que permiten concebir el retorno como un fenómeno
natural, parte de ciertos hitos en la historia personal o familiar de la persona migrante. El hecho de estudiar fuera y
luego retornar, el retorno por razones de la jubilación, el retorno por un evento familiar o comunitario, son, por
ejemplo, algunos casos en los que el retorno es concebido como efecto de un hecho que de alguna forma afecta a la
persona migrante y que le lleva a regresar al país de origen a.
-Atendiendo al hecho que gran parte de las causas que motivan un movimiento migratorio lo representan aquellas
relacionadas con la búsqueda de mejores condiciones laborales. Podríamos decir que este tipo de retorno estaría inserto
en una dinámica particular del mercado del trabajo en el cual se desenvuelve y no necesariamente es el trabajador que
debe migrar para trabajar el que decido retornar.
-Es importante considerar la idea de cambiar la unidad de análisis desde el individuo a un nivel agregado que
puede ser conyugal o familiar. En estos casos podemos encontrar una diversificación de las causas o factores que
pueden inducir el retorno y que obligan a ampliar el análisis en función de aquellos que retornan luego de ser
protagonistas de la decisión de retorno y aquellos que retornan en una condición de dependencia a tal decisión. Esto
puede llevar a identificar motivos relacionados, sobre todo, con situaciones conyugales y de cuidado, dentro de los
cuales caben por ejemplo el cuidado de un hijo que fue dejado con un familiar en sus comunidades de origen,
problemas de convivencia, accidente de uno de los dos, o deportación de uno de los dos, entre otros.

Fuente: Martínez, 2014.


a En el contexto de una comunidad rural andina con una alta concentración de población indígena, Chávez (1995)

expone la forma en que ciertos hitos tales como el matrimonio, enfermedad o fallecimiento de algún miembro de la
línea de parentesco de la persona migrante representan razones objetivas que conducen a tomar la decisión de retornar

El esquema clásico de la migración de retorno, con una mirada muy circunscrita a la perspectiva
económica, identifica un país de origen y uno de destino, asumiendo que el retorno implica un movimiento
unidireccional hacia el país de origen. Mientras que la perspectiva transnacional de la migración de retorno
considera que estos movimientos no están limitados solamente a un país de origen o destino, sino que la
diversidad de destinos u orígenes se amplía, incorporando un país de tránsito y un tercer país. Identifica a su
vez nuevos actores con relación al esquema clásico de la migración de retorno, generando nuevos escenarios
de retorno, así como diversas formas de vinculación y pertenencia a dos o más tiempos, espacios y
sociedades. En conclusión, esta perspectiva es ilustradora del campo social transnacional, donde las
personas, información y símbolos se mueven de forma circular a través de los países, dejando atrás la
centralidad del Estado-Nación y fomentando la construcción de espacios sociales que traspasan las fronteras,
no solo geográficas, sino culturales, sociales, políticas, religiosas entre otras (Basch, 1994).

2. Políticas y desafíos en torno a la migración de retorno


Las diversas iniciativas destinadas a regularizar, asistir, facilitar y hasta estimular el retorno de los
emigrados nos son nuevas en los países de América Latina y el Caribe (Martínez y otros, 2014), las que
se pueden interpretar como parte de las políticas de recuperación de la población emigrante (Mármora,
2002) o también como parte de la responsabilidad que tienen las instituciones a cargo de la gestión

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migratoria respecto a brindar apoyo a cuyos emigrados que optan (o debieron acatar forzadamente
decisiones de la autoridad) por el retorno.
Tradicionalmente se distinguen tres tipos de programas: los de retorno asistido, que ofrecen
asistencia financiera e información a migrantes en situación de vulnerabilidad; los programas frente al retorno
forzado, que buscan reponer derechos de los migrantes deportados, y los orientados al retorno circular, en los
cuales se busca la recuperación de capital humano altamente calificado (Martínez y otros, 2014). Asimismo,
estos programas, al igual que el conjunto de iniciativas más adelante descritas, pueden emanar desde
diferentes actores entre los que se destacan: actores estatales, internacionales y locales (en este caso cobran
especial relevancia las iniciativas que promueven el retorno en un contexto de migración interna).
De esto se desprende una primera conclusión general relacionada con la tensión que enfrentan las
instituciones encargadas de la gestión migratoria respecto a promover la reinserción de las personas exitosas
o promover asistencia de emergencia a aquellas personas que retornan en condición de vulnerabilidad.
En relación con algunos requisitos básicos, se observa que en algunos países se especifican
ciertas condiciones, mientras que en otros no. Si bien es cierto, en aquellos que se especifican requisitos,
el principal lo representa el hecho que la persona tenga la nacionalidad del país al cual retorna, mientras
que en otros se relacionan con la temporalidad en el país de destino o en el país de origen. En el caso de
Colombia y Ecuador, lo acotan a doce meses y con el complemento que la permanencia en el extranjero
haya sido de forma ininterrumpida. Por su parte, Perú define dicha temporalidad en cinco años, referida
a la permanencia tanto en el país de destino como en el país de origen.
Otro elemento que se desprende del análisis de las iniciativas corresponde a la alusión que se hace
a las causas del retorno y a las expectativas que trae la persona una vez retornado. En el primer caso –en lo
relativo a las causas– en el caso de Ecuador se hace mención de que el retorno debe ser voluntario, mientras
que en los otros países no se especifica. De la misma forma, en el caso de las expectativas que tiene la persona
una vez retornado, se destaca el caso de Perú, que fomenta el retorno en aquellos casos en los que la persona
presenta una voluntad manifiesta de dedicarse a actividades profesionales, oficio y/o empresariales.
La región se enfrenta hoy en día al gran desafío de tender a la convergencia en materia de
gestión migratoria, que logre dar respuesta a los diversos desafíos que se han planteado en el ámbito de
la definición de criterios homogéneos que permitan una visión relativamente consensuada de lo que
implica ser migrante retornado. De igual forma, y atendiendo a una mirada intrarregional, el gran desafío
lo constituye incrementar la capacidad de coordinación entre gobiernos y entre los diferentes actores
que forman parte de la gestión migratoria, con el propósito de generar iniciativas complementarias (entre
el gobierno central, gobiernos locales, organizaciones no gubernamentales y sector privado) que
promuevan el retorno tanto desde los países de origen como desde los de destino, de tránsito o terceros
países. De esta forma, las iniciativas que apunten a gestionar la migración de retorno debieran considerar
una acción integral que logre incluir componentes de asistencia y desarrollo, comprendiendo como
elemento transversal los derechos de las personas por sobre el interés nacional o regional.
Finalmente, se observa que las iniciativas presentadas carecen de una consideración integral del
retorno que aborde aspectos desde el país de origen y desde el país de destino, sino más bien, son los
propios gobiernos los que diseñan las acciones mediante un criterio que se acota a los límites del Estado-
Nación y a su interés nacional. En este contexto, Cavalcanti detecta un difícil encaje entre las políticas
de retorno –pensadas desde una lógica nacional–, con las crecientes prácticas transnacionales de los
migrantes, determinadas, en gran medida, por las dinámicas circulares y los sentidos de pertenencia a
más de un lugar. Este argumento viene a reforzar la idea de relacionar dinámicas y prácticas con una
gobernanza migratoria que opere desde una óptica transnacional por sobre una nacional.

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3. Impactos posibles de la migración de retorno


y protección social en los países de origen
El retorno, más allá de representar una movilidad de un punto a otro, tiene sus implicancias en el lugar
al cual se retorna, no concluyendo el análisis en el momento en que la persona o familia arriba, sino que
proyectándolo a la experiencia que ocurre posterior al retorno mismo. Esto representa un desafío para
los gobiernos tanto centrales como locales, debido a que la gestión no debe reducirse a generar
iniciativas para acompañar el proceso de retorno, sino más bien a acompañar y promover las posibles
nuevas capacidades y conocimientos en la perspectiva del desarrollo local o del país.
Los contextos en los cuales los migrantes retornan son variados, y se relacionan no sólo con los
elementos que constituyen las causas del retorno para cada uno de los casos, sino que más bien están
ligadas al lugar y situación a la cual retornan. Destacan diversos elementos, como el territorio al cual se
retorna (rural o urbano), si el dinero acumulado se inclina hacia una propensión al consumo, al ahorro
o a la inversión, si se opta por el autoempleo o por un trabajo dependiente, entre otros. En cualquier
caso, al momento del retorno, están en juego variables que se enmarcan en los procesos de reinserción
social y laboral, por lo que, según Rivera (2013), el análisis podría ayudar a entender los efectos sobre:
• La probabilidad de conseguir un empleo en el mercado de trabajo local, las formas como
opera el capital social, la escolaridad y, en general, las habilidades y destrezas adquiridas
como migrante internacional.
• Las relaciones familiares y personales, el proceso de ajuste a otra dinámica social en un
contexto que, sin duda, ha cambiado.
• La relación movilidad-establecimiento, es decir, el efecto que el retorno de los migrantes
internacionales podría tener en contextos urbanos donde existe el pensamiento que tales
efectos se diluyen, a diferencia de lo que puede pasar en un contexto más rural6.
Con relación al tercer punto, Chávez (1995), al relacionar migración de retorno y
modernización, postula que los efectos que han provocado los retornos en contextos rurales indígenas
están cambiando el perfil de dichas zonas hacia procesos de modernización que contrastan con las
formas tradicionales de vida y trabajo. Esto es relevante para comprender los efectos de la migración de
retorno y la forma en que los aprendizajes adquiridos y acarreados por los retornados pueden tener
impactos diferenciados en el “disparejo y desigual proceso de modernización” (Chávez, 1995, pág. 59).
En todo caso, actualmente, en los países del Triángulo Norte y México, las políticas migratorias de
Estados Unidos de los últimos años se han traducido en la expulsión masiva de migrantes irregulares,
generando numerosos desafíos para la reinserción en esos países. Como se apunta en el recuadro 5, al
mismo han existido múltiples iniciativas para facilitar el retorno de nacionales emigrados.

Recuadro 5
Políticas, normativas, programas y gestión de la migración de retorno
desde los países de origen del migrante
Las diversas iniciativas destinadas a regularizar, asistir, facilitar y hasta estimular el retorno de los emigrados
nos son nuevas en los países de América Latina y el Caribe (Martínez y otros, 2014), las que se pueden interpretar
como parte de las políticas de recuperación de la población emigrante (Mármora, 2002) o también como parte de la
responsabilidad que tienen las instituciones a cargo de la gestión migratoria respecto a brindar apoyo a cuyos
emigrados que optan (o deben optar) por el retorno.

6 El autor parte de la hipótesis de que, en México, el efecto de la migración internacional (y particularmente de los
retornados) se diluye en el contexto urbano, y sólo se refleja de manera nítida en las localidades rurales, a través de
cambios evidentes en los paisajes locales y las dinámicas comunitarias.

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CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

Recuadro 5 (conclusión)
Tradicionalmente se distinguen tres tipos de programas: los de retorno asistido, que ofrecen asistencia financiera
e información a migrantes en situación de vulnerabilidad; los programas frente al retorno forzado, que buscan reponer
derechos de los migrantes deportados, y los orientados al retorno circular, en los cuales se busca la recuperación de
capital humano altamente calificado. Asimismo, estos programas, al igual que el conjunto de iniciativas más adelante
descritas, pueden emanar desde diferentes actores entre los que se destacan: actores estatales, internacionales y locales
(en este caso cobran especial relevancia las iniciativas que promueven el retorno en un contexto de migración interna).
De esto se desprende una primera conclusión general relacionada con la tensión que enfrentan las instituciones
encargadas de la gestión migratoria respecto a promover la reinserción de las personas exitosas o promover asistencia
de emergencia a aquellas personas que retornan en condición de vulnerabilidad.
En relación con los requisitos, se observa que en algunos países se especifican ciertas condiciones, mientras que
en otros no. Si bien es cierto, en aquellos que se especifican requisitos, el principal lo representa el hecho que la
persona tenga la nacionalidad del país al cual retorna, mientras que en otros se relacionan con la temporalidad en el
país de destino o en el país de origen. En el caso de Colombia y Ecuador, lo acotan a doce meses y con el complemento
que la permanencia en el extranjero haya sido de forma ininterrumpida. Por su parte, Perú define dicha temporalidad
en cinco años, referida a la permanencia tanto en el país de destino como en el país de origen.
Otro elemento que se desprende del análisis de las iniciativas corresponde a la alusión que se hace a las causas
del retorno y a las expectativas que trae la persona una vez retornado. En el primer caso –en lo relativo a las causas–
en el caso de Ecuador se hace mención de que el retorno debe ser voluntario, mientras que en los otros países no se
especifica. De la misma forma, en el caso de las expectativas que tiene la persona una vez retornado, se destaca el
caso de Perú, que fomenta el retorno en aquellos casos en los que la persona presenta una voluntad manifiesta de
dedicarse a actividades profesionales, oficio y/o empresariales.
La región se enfrenta hoy en día al gran desafío de tender a la convergencia en materia de gestión migratoria,
que logre dar respuesta a los diversos desafíos que se han planteado en el ámbito de la definición de criterios
homogéneos que permitan una visión relativamente consensuada de lo que implica ser migrante retornado. De igual
forma, y atendiendo a una mirada intrarregional, el gran desafío lo constituye incrementar la capacidad de
coordinación entre gobiernos y entre los diferentes actores que forman parte de la gestión migratoria, con el propósito
de generar iniciativas complementarias (entre el gobierno central, gobiernos locales, organizaciones no
gubernamentales y sector privado) que promuevan el retorno tanto desde los países de origen como desde los de
destino, de tránsito o terceros países. De esta forma, las iniciativas que apunten a gestionar la migración de retorno
debieran considerar una acción integral que logre incluir componentes de asistencia y desarrollo, comprendiendo
como elemento transversal los derechos de las personas por sobre el interés nacional o regional.
Finalmente, se observa que las iniciativas presentadas carecen de una consideración integral del retorno que
aborde aspectos desde el país de origen y desde el país de destino, sino más bien, son los propios gobiernos los que
diseñan las acciones mediante un criterio que se acota a los límites del Estado-Nación y a su interés nacional. En este
contexto, Cavalcanti detecta un difícil encaje entre las políticas de retorno –pensadas desde una lógica nacional–, con
las crecientes prácticas transnacionales de los migrantes, determinadas, en gran medida, por las dinámicas circulares
y los sentidos de pertenencia a más de un lugar. Este argumento viene a reforzar la idea de relacionar dinámicas y
prácticas con una gobernanza migratoria que opere desde una óptica transnacional por sobre una nacional.

Fuente: Cavalcanti (2014); Mármora, 2002 y Martínez y otros, 2014.

Desde el punto de vista de los sistemas de protección social, el término del proyecto migratorio
puede ser, al igual que la partida, voluntario o forzado, lo que le imprime características y dificultades
particulares. En el caso de retornos voluntarios, este puede suponer un proyecto más o menos estructurado
en el que, por ejemplo, mediante remesas y/o inversiones puede haberse construido un patrimonio a lo largo
del tiempo. También, el retorno puede responder a un intento infructuoso por haber logrado una estadía más
larga bajo las condiciones esperadas, en cuyo caso el regreso representa una tentativa de reconstruir un
proyecto (y medios) de vida en el país de origen. Finalmente, el retorno puede corresponder a una estadía
temporal en el marco de un proyecto que contempla volver a migrar en el futuro.
En el caso de retornos involuntarios como cuando ocurre una repatriación de deportados, se
plantea el desafío de una reinserción social, económica y familiar a veces abrupta, como en el caso de
México y los países del Triángulo Norte ante las políticas migratorias de los Estados Unidos a partir de
2008, en donde “la fuerte interrelación entre el sistema judicial y el sistema de aplicación de la ley de
inmigración para los no ciudadanos” ha tenido efectos devastadores (Alarcón, 2016, pág. 172). En estos
casos los sistemas de protección social y los servicios públicos no necesariamente tienen contemplada
esa posibilidad por lo que aparece la necesidad de regularizar el proceso de recepción, así como de
construir algún grado de coordinación con el país de expulsión.

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La definición de estrategias y políticas para hacer frente a este fenómeno supone acciones que van
desde la defensa y orientación legal desde los consulados, hasta la puesta en marcha de programas de
reinserción a los servicios públicos y sociales. Lo anterior depende del perfil de las personas retornadas. En
el caso de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes, por ejemplo, en México, “la diáspora de retorno es
predominantemente joven y, en consecuencia, requiere de programas de reinserción educativa y laboral que
aprovechen y potencialicen sus habilidades bilingües y biculturales” (Jacobo Suárez, 2016, pág. 216). Para
ello se requieren diseñar programas especializados de regularización con el fin de tramitar el reconocimiento
de comprobantes de identidad y de estudios realizados en extranjero, como también la eventual adaptación
de los contenidos curriculares. El conjunto de servicios sociales, en especial, la salud y el cuidado, deben
adaptarse ante la llegada a veces masiva de este segmento de población. De particular relevancia es la
reinserción escolar de los niños, niñas y adolescentes, los cuales muchas veces carecen de documentación
suficiente (o en el idioma del país de origen) para certificar sus estudios previos y, posteriormente, adaptarse
a contenidos curriculares que muchas veces ya no corresponden ya a la lengua materna de aquellos. En
México, por ejemplo, las Normas de Control escolar han debido adaptarse paulatinamente a esta realidad,
por cierto, más frecuente en las zonas de repatriación de personas migrantes retornadas desde Estados Unidos.
No obstante estos esfuerzos, la normativa en vigor sigue siendo un factor de no inserción o deserción escolar,
al tiempo que se carecen todavía de estrategias sistémicas de enseñanza del Español y de convivencia escolar
en grados más avanzados (Jacobo Suárez, 2016).
A nivel familiar y personal, el retorno supone, según el caso, la reunificación o separación de las
familias, con graves consecuencias emocionales que requieren un apoyo psico-social raras veces disponible.
Inaugura además complejos procesos administrativos y judiciales para la reasignación de la tutela de aquellos
menores que quedan separados de sus padres a otros familiares o incluso a instituciones de acogida. En el
caso de niños, niñas y adolescentes que retornan al país de origen de sus padres, pero para quienes dicho país
es fundamentalmente ajeno, la gestión psico-social a nivel familiar y escolar es un gran desafío para lo cual
se requiere desarrollar servicios profesionalizados de apoyo (IMUMI, 2014).
Asegurar la reinserción laboral formal acorde con la preparación y experiencia laboral adquiridas en
el exterior constituye un segundo desafío con implicancias para la protección social. Pero volver al país de
origen tiene dificultades propias, pues existe discriminación hacia quienes retornan y las condiciones de vida
pueden ser muy distintas a aquellas de cuando se dejó el país de origen, toda vez que en casos como México
y Centroamérica los retornados de manera involuntaria tienden a tener una escolaridad baja (CEPAL, 2018).
Puede que la persona retornada no haya residido o trabajado antes en el país de origen. Por lo tanto, se necesita
una mirada integral e institucional, involucrando a la sociedad civil (ONG, fundaciones y organismos
internacionales), el mundo privado (sensibilización de las empresas) y los distintos niveles de gobierno
(gobiernos estatales, federales y gobiernos municipales).
Otro aspecto central tiene que ver con la portabilidad de derechos y beneficios de protección social.
Por un lado, están aquellos acumulados en el país de destino y que se pierden tras el retorno al país de origen.
Fondos y derechos de pensiones pueden interrumpirse por la falta de mecanismos de exigibilidad
transnacional, lo que constituye una pérdida de recursos y una fuente de vulnerabilidad para la obtención de
ingresos, particularmente en la vejez.
Además, la reconexión con la protección social en el país de origen no es un proceso automático, sino
que está mediado de nueva cuenta con el trabajo formal y con procedimientos y requisitos administrativos para
los que la información no está disponible y que requiere tiempo y a veces recursos. Finalmente, las personas
que retornan durante la fase laboral activa de la vida corren el riesgo de tener trayectorias laborales truncadas
por la participación intermitente en varios sistemas de protección social, dificultando la consolidación o
acumulación de beneficios en especial pensionales.
De nueva cuenta, en ausencia o por incumplimiento de acuerdos bilaterales o multilaterales en esta
materia y/o la falta de estrategias activas para implementarlos, las personas retornadas enfrentan una
mayor incertidumbre. En efecto, la idea de portabilidad de derechos de protección social va más allá de
la dimensión jurídico-normativa de la institucionalidad, e implica una subrogabilidad plena la que
“requiere una colaboración entre las instituciones de seguridad social del país de origen y del país de
acogida con el fin de garantizar una determinación conjunta de los niveles de prestación para un
trabajador migrante en particular” (Sabates Wheeler y Koettl, 2010, pág. 132).

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G. Transnacionalidad y protección social


1. Necesidades de protección social
de las familias transnacionales
La transnacionalidad es una realidad desde el momento en que es posible mantener identidades múltiples
en el sentido de contar y mantener vínculos culturales, familiares, económicos y emocionales con más
de un país, de tal suerte que los “emigrantes mantienen a los familiares que permanecieron en su tierra,
contribuyendo así a la reproducción del sistema cultural y social del lugar de salida, pero a causa de su
propia experiencia migratoria redefinen sus elementos culturales y de identidad y logran introducir
cambios profundos en los espacios sociales del lugar de llegada” (Martinez Pizarro, 2008, pág. 41).
Todo lo anterior ha sido potenciado por las nuevas tecnologías de la información y comunicación que
permiten mantener contactos de manera cotidiana y más directa, a pesar de la distancia y con costos
decrecientes de dichas tecnologías. Así, esa transnacionalidad marca un proceso “mediante el cual los
transmigrantes, a diferencia de los migrantes tradicionales, construyen y mantienen relaciones sociales,
económicas y políticas entre las sociedades de origen y los lugares de asentamiento, creando campos de
interacción social” (Martinez Pizarro, 2008, pág. 47). Este fenómeno, por cierto, no concierne solamente
a los migrantes en situación precaria y/o irregular, sino que involucra también una transnacionalidad
“desde arriba”, marcada por la circulación de migrantes altamente calificados a través de empresas
transnacionales y otras redes7.
En rigor, la emigración produce una reasignación del sentido de identidad que logra trascender en
muchos casos el plano territorial y geográfico para incorporar aspectos étnicos, nacionales o regionales. Sin
duda, “las identidades también dependen del contexto sociopolítico en que viven los inmigrantes y de la
definición y construcción social que realice la sociedad de llegada sobre los distintos grupos de inmigrantes.
[…] A su vez, los propios inmigrantes suelen utilizar nuevas clasificaciones como forma de distanciarse de
la imagen que se tiene de ellos en los lugares de destino, apelando por ejemplo al origen étnico o territorial”
(Martinez Pizarro, 2008, pág. 61). Entre los indicadores de un alto grado de transnacionalidad están la
frecuencia en el envío de remesas y la presencia de familiares en el país de origen.
En tal sentido, la protección social, o más bien las tensiones entre la pertenencia o exclusión de los
sistemas de protección social del país de origen, tránsito y destino, son uno de los escenarios complejos de
esa transnacionalidad, y de las vicisitudes de las personas migrantes en su búsqueda de lograr cumplir con
las funciones de la protección social para enfrentar riesgos e incertidumbres, asegurar el acceso a servicios
básicos y asegurar un ingreso y un nivel mínimo de bienestar a lo largo del ciclo de vida.
Los descendientes de los migrantes no presentan una plena integración mediante matrimonios
mixtos, movilidad social y acceso a la educación, la vivienda y el trabajo en las mismas condiciones que la
población local. La formación, presencia y consolidación de comunidades étnicas en las ciudades que han
recibido inmigrantes de distintos lugares del mundo impone una realidad traumática cuando involucra altos
índices de pobreza, participación desigual en el mercado laboral, bajo nivel de escolaridad, agudos problemas
de vivienda y, en general, una situación de exclusión reforzada por la estigmatización y la discriminación en
el ámbito de la sociedad receptora que no es común a todos los inmigrantes (Martínez Pizarro, 2008).

2. Remesas y protección social


Dadas las restricciones de acceso a la protección social tanto en los países de origen y destino, las
remesas internacionales constituyen una alternativa privada, familiar e informal para generar un flujo
de recursos para los familiares en el país de origen con el objeto de tratar de garantizar un cierto nivel
de bienestar y aseguramiento relativo. Las remesas muestran cuán importante es examinar la migración
desde la óptica del desarrollo, que no hace más que recoger evidencias del pasado y sumarle aspiraciones
y necesidades de inclusión y protección social del presente en un marco de sostenibilidad. Actualmente,

7 Se entiende por “transmigrante” aquellas personas migrantes que de manera activa mantienen una identidad múltiple
y mixta, retomando prácticas, redes y valores tanto del país de origen como del país de destino.

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la abrumadora mayoría de los migrantes residen en los Estados Unidos, el principal país receptor de la
emigración de Centroamérica y México, con 78% de los emigrantes centroamericanos (3.13 millones)
y 97% de los emigrantes mexicanos (12.1 millones) residiendo en dicho país en el 2015. Un número
bastante menor en España. Cabe agregar que también destaca la dinámica de aumento, freno y
recuperación migratoria, donde se ha evidenciado un fuerte incremento de la participación de migrantes
menores de edad, acompañados y no acompañados, así como de mujeres, deportaciones y personas
víctimas de trata, entre otros aspectos, tendencia que se manifiesta principalmente en el Triángulo Norte
de Centroamérica. El panorama migratorio regional además se ha complejizado y en ello destaca, por
ejemplo, el rápido incremento de la emigración de venezolanos, en especial hacia los Estados Unidos,
México, España y otros países, como Brasil y Chile, al que le caracteriza también el fuerte crecimiento
de la inmigración (Martínez Pizarro, 2018).
Pero cabe mencionar que “no se trata de un ingreso complementario, sino de un componente
fundamental de los ingresos salariales de los hogares perceptores y, por el otro, que, aunque adoptan la forma
de una transferencia externa, no corresponden a un tipo de ahorro externo, sino a salarios generados a partir
de la actividad laboral de los migrantes en los países de destino” (CEPAL, 2018, pág. 61). Su función
principal consiste en asegurar la reproducción material, social y cultural de la familia. Como flujo de ingresos
salariales, las remesas son altamente sensibles, a los vaivenes de la economía y el empleo en los países de
destino, al volumen (creciente o no) de migrantes que se trasladan a economías más desarrolladas y, a nivel
micro, a la continuidad (en general en el largo plazo) de los vínculos familiares transnacionales entre
migrantes y sus cercanos. Por lo tanto, como flujo sujeto a cambios o reducciones súbitas, se trata de una
fuente de incertidumbre para las familias receptoras, las cuales muchas veces sitúan el proyecto
migratorio como estrategia de desarrollo y diversificación del riesgo.
Aun cuando se les otorgue a las remesas una importancia considerable para el desarrollo debido a
su volumen y a que muchas veces los países receptores presentan altos niveles de pobreza y desigualdad, su
rol no debe, ni puede reemplazar la responsabilidad social del Estado en esta materia. En tal sentido, “el
discurso respecto de que los migrantes pueden y deben jugar un rol fundamental en el desarrollo de sus
comunidades, se visualiza como un discurso político que tiende a reafirmar un modelo de desarrollo donde
el Estado termina ocupando una función de coordinación y apoyo, más que de gestor e impulsor del
desarrollo” (Stefoni, 2011, pág. 498). Así, es importante el rol de la política respecto a la protección de esa
fuente de ingresos para las familias, procurando facilitar el acceso a estas, su uso para la constitución de un
patrimonio familiar, y reducir los costos transnacionales y nacionales de su envío.
Mención aparte merecen las remesas colectivas, a saber un fondo de ahorro y uso colectivo que
“da cuenta de las prácticas que lleva a cabo la comunidad migrante, sirviendo como medio para mantener
permanentemente orientado el interés y el vínculo de los migrantes hacia su comunidad de origen,
además de favorecer y fortalecer la recuperación de las identidades” (Moctezuma y Pérez, 2006, pág.
95, cit por (Stefoni, 2011, pág. 503)). Típicamente, estos flujos colectivos pueden tener fines sociales y
comunitarios, de tipo productivo que buscan generar un retorno, o bien inversiones mixtas con fines
productivos y comunitarios. Desde el punto de vista de la protección social este tipo de remesas pueden
asumir funciones importantes pero complementarias a las del Estado y el mercado a nivel del
mejoramiento de las condiciones de vida en las comunidades de origen y manifiestan una ciudadanía
sustantiva y participativa.

3. Migración, protección social y las cadenas y redes


transnacionales de cuidado
La migración supone ajustes familiares a nivel del cuidado de sus dependientes y de la organización y
repartición del trabajo doméstico y de cuidado no remunerado al interior de las familias. No obstante,
este aspecto ha ido cobrando mayor importancia también debido a la creciente participación de las
mujeres en las migraciones como sujetos activos y no solamente como acompañantes o cuidadoras. Por
el contrario, la migración laboral en el caso de las mujeres genera complejas interacciones entre varios
ejes estructurantes de la desigualdad, a saber, en especial, la condición de migrante, el género, la clase
social, la pertenencia-étnico-racial y el territorio de origen y destino.

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Mirado desde las fases del ciclo migratorio y las falencias de los sistemas de protección social,
son de particular interés las cadenas o redes transnacionales de cuidado, a saber “el encadenamiento de
cuidados entre familias de diferentes países como fruto de la migración. Es decir, al proceso que
contribuye con el sostenimiento y reproducción de las sociedades, cuando mujeres procedentes de un
determinado país migran a otro para trabajar como cuidadoras, al tiempo que dejan a sus hijas/os al
cuidado de terceras personas —siendo generalmente otras mujeres de la propia familia—” (Martelotte,
2015, pág. 180). Por una parte, en el país de origen, y en especial en aquellos con menor desarrollo
social, el cuidado suele seguir a cargo de las mujeres de las familias dada la ausencia de sistemas de
cuidado incluso para el caso de las personas que participan en el trabajo formal. En tal contexto, la
migración laboral de las mujeres suma una dificultad adicional para asegurar el cuidado de los
dependientes en las familias que quedan en el país de origen, siendo mujeres de la misma familia
quedando a cargo de asegurar tales labores o en su ausencia de diversas redes familiares o comunitarias.
En el caso de los países que masivamente han sido origen de importantes flujos de migración, la urgencia
de poner en marcha estrategias y sistemas de cuidado es evidente no solamente para avanzar en materia
de igualdad de género, sino especialmente debido al volumen de familias transnacionales con
necesidades insatisfechas de cuidado.
Pero, además, durante el tránsito, dentro de la necesidad de asegurar la protección de los derechos,
dignidad y bienestar de las personas migrantes, se suma el problema del cuidado de aquellos dependientes
que migran, en especial, como se ha mencionado en el caso de los menores no acompañados.
En los países de origen persiste el desafío de múltiples discriminaciones y dificultades, en especial
para las mujeres migrantes (Cerruti y Binstock, 2010; Cerruti y Maguid, 2010). Estas últimas enfrentan, en
primer lugar, mayores dificultades para generar simultáneamente cuidados e ingresos para el sostenimiento
de sus dependientes en el lugar de destino. Más aún, cuando su estatus es irregular y los sistemas de protección
social no están diseñados para garantizar el acceso al cuidado, lo cual limita las posibilidades de participar en
el mercado laboral. Además, cuando la participación laboral de las mujeres migrantes ocurre, muchas veces
esta participa de los fenómenos de segmentación laboral y de género, típicamente en el trabajo doméstico
informal, en donde las condiciones de trabajo son precarias, mal remuneradas, sin acceso a mecanismos de
protección social y muchas veces sin una inspección laboral que evite condiciones de explotación o abuso.
Paradójicamente, este trabajo informal femenino a cargo de migrantes llena vacíos de los sistemas de cuidado
en los países de destino, a su vez como respuesta de las familias para posibilitar la participación laboral de
las mujeres originarias del país de destino.
A su vez, cuando tienen dependientes en el país de origen, las mujeres deben resolver su cuidado
recurriendo a otros familiares, o bien comprando servicios de cuidado también informales y mal
remunerados. Todo lo anterior muestra la importancia de que los sistemas de protección social
construyan pilares de cuidado, tanto en los países de origen como de destino de los flujos migratorios,
lo que sería un aporte central para el bienestar de los dependientes que requieren cuidados, como también
para las mujeres independientemente de su estatus migratorio.

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III. Institucionalidad migratoria: panorama


jurídico y organizacional8

A. Dimensiones de la institucionalidad social migratoria:


normativa-jurídica, organizacional, técnica-operativa y fiscal
Por definición, toda política pública está enmarcada en un marco institucional cuyas características
desempeñan un rol central sobre su eficacia, eficiencia, capacidad de inclusión y de garantizar derechos.
Como apuntan Martínez y Maldonado (en Martínez, 2017), una manera de caracterizar la institucionalidad
en sectores específicos de la política pública consiste en analizar en la medida de lo posible cuatro
dimensiones: la jurídico-normativa, la organizacional, la técnico-operativa y la de financiamiento.
La primera abarca el conjunto de instrumentos jurídicos tanto internacionales como nacionales
que estructuran un sector específico de política. El conjunto de tratados, normas constitucionales, leyes
generales y reglamentos entre otros fijan los objetivos y compromisos adquiridos por el Estado, en
especial con respecto a la garantía de ciertos derechos. En el caso de las personas migrantes son de
particular interés los tratados y Convenios internacionales generales sobre derechos humanos (DESC),
así como aquellos centrados en los derechos de las personas migrantes en materia laboral, y portabilidad
de derechos de seguridad social, entre otros. A nivel nacional sobersalen las legislaciones que regulan
las políticas migratorias, en especial de regularización migratoria y laboral.
La dimensión organizacional abarca la estructura gubernamental, así como los mandatos y
mecanismos de coordinación entre los diversos organismos. Supone una repartición de tareas y una
estructura jerárquica, eventualmente con la identificación de una autoridad social a nivel general para el
conjunto de las políticas sociales, o bien a nivel sectorial para lidiar con alguna problemática o segmento
de población. En el caso de las personas migrantes sobresalen las instancias a cargo formalmente de este
segmento. También son de importancia aquellas instancias de coordinación interinstitucional para la
atención a las personas migrantes. Finalmente son relevantes aquellas instancia subministeriales que en
distintas carteras ministeriales (por ejemplo trabajo, educación, salud o infancia) que tengan por
mandato la atención de las personas migrantes.
La dimensión técnico-operativa se refiere al conjunto de herraminetas técnicas y de gestión a
disposición de las instancias de gobierno. Desempeña un rol central en cuanto a las capacidades efectivas

8
El presente capítulo fue elaborado por Gabriel Kattan Abusleme y Carlos Maldonado Valera.

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de implementar las políticas de manera eficaz. En el caso de las personas migrantes la disponibilidad de
registros administrativos sofisticados o de información estadística sobre el perfil socio-demográfico de
las personas migrantes son un insumo importante para la implementación adecuada de políticas.
Finalmente, la dimensión de financiamiento abarca el conjunto de recursos financieros
movilizados por el Estado en un sector dado de política pública. Cabe mencionar que estas cuatro
dimensiones son interdependientes, es decir, que todas requieren desarrollarse adecuadamente y
consolidarse para mejorar los impactos efectivos de las políticas públicas. En el presente estudio, en la
tercera parte de este documento se hará una descripción somera de la institucionalidad migratoria. No
obstante, debido a la falta de información suficiente, el foco de este capítulo estará en las dos primeras
dimensiones recién mencionadas.
Basado en ese marco de análisis a continuación se examinará la institucionalidad social de la
región dedicada a las personas migrantes, su evolución en las últimas décadas, con el fin de dilucidar
algunos desafíos institucionales comunes para garantizar el ejercicio de derechos de manera universal,
atendiendo los problemas del conjunto dela población, incluyendo el segmento representado por las
personas migrantes, frecuentemente relegado como objeto de las políticas públicas en general y de la
protección social en particular. Ello con el objetivo de contribuir a la creación de espacios de integralidad
e intersectorialidad que puedan responder a las múltiples necesidades y derechos de dicho segmento.

B. Institucionalidad migratoria: la dimensión jurídico-normativa


Entre los convenios o instrumentos internacionales es posible identificar y clasificar tres categorías: los
de objeto más específico, dedicados a los derechos de los trabajadores migrantes; los llamados
Convenios Fundamentales de la Organización Internacional del Trabajo, que buscan promover la
efectiva protección de todos los trabajadores a nivel general; y finalmente los instrumentos de Naciones
Unidas consagrados a los derechos humanos. Entre los instrumentos específicos para las personas
migrantes destacan el Convenio sobre los Trabajadores Migrantes (1949), el Convenio sobre los
Trabajadores Migrantes (1975) y la Convención Internacional sobre la Protección de Derechos de Todos
los Trabajadores Migratorios y de sus Familiares (1990).
Entre los instrumentos fundamentales de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), se
encuentran consagrados los derechos a la libertad sindical y a la protección del derecho de sindicación
(C087/1948), el derecho de sindicación y negociación colectiva (C098/1949), la igualdad de
remuneración (C100/1951), la abolición del trabajo forzoso (CC105/1957), a la no discriminación
(C111/1958), edad mínima (C138/1973) y de las peores formas de trabajo (C182/1999). En cuanto a los
instrumentos de Naciones Unidas sobre derechos humanos, se pueden identificar particularmente, el
Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC), de 1966, así como la
Convención Americana sobre Derechos Humanos y el Protocolo Adicional a la Convención Americana
sobre Derechos Humanos en Materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (Protocolo de San
Salvador), ambos suscritos en el marco de la Organización de los Estados Americanos (OEA), en 1969
y 1988, respectivamente. Asimismo, entre los instrumentos internacionales que han servido de referente
para las legislaciones nacionales se incluyen la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing (1995),
en materia de igualdad de género, suscrita por 31 países de la región, o la Declaración y el Programa de
Acción de Durban (2001), relativos a la lucha contra el racismo, la discriminación racial, la xenofobia
y las formas conexas de intolerancia en el plano nacional, regional e internacional, firmados por 28
países9. Además, el Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre la Población y el
Desarrollo, aprobado en 1994, durante la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo
de El Cairo, con la presencia de 31 países de la región, ha sido de gran valor para orientar las políticas

9 Aprobados, respectivamente, en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en Beijing en 1995, y en
la Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de
Intolerancia, celebrada en Durban (Sudáfrica) en 2001. Véase [en línea] http://www.un.org/womenwatch/
daw/beijing/pdf/Beijing%20full%20report%20S.pdf y http://www.un.org/es/events/pastevents/cmcr/aconf189_12.pdf.

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sociales y favorecer la adopción de un enfoque de derechos. Aunque algunos de estos instrumentos


forman parte de acuerdos asumidos hace décadas en la región, es destacable su gran influencia como
referentes para las políticas sociales y de protección social, sobre todo para este segmento poblacional
particular. Como se muestra en el gráfico 6 de los 33 países de América Latina y el Caribe, 33 se han
adherido (explícita o implícitamente) al Convenio sobre la abolición del trabajo forzoso de 1957 (núm.
105), 33 países lo han hecho para el Convenio sobre las peores formas de trabajo infantil de 1999 (núm.
182). En tanto, al Convenio sobre los trabajadores migrantes de 1975 (núm. 143) solo se han adherido
16 países. Por su parte, la Convención Internacional sobre la Protección de Derechos de Todos los
Trabajadores Migratorios y de sus Familiares, cuenta con la ratificación o adhesión de 18 países y la
firma de solo uno.

Gráfico 6
América Latina y el Caribe (33 países): firma y ratificación o adhesión de pactos, convenciones y
convenios relacionados con los derechos económicos, sociales y culturales y de las personas migrantes

C182 - Peores formas de trabajo infantil, 1999 33

C105 - Convenio sobre la abolición del trabajo forzoso, 1957


33
(núm. 105)

C111 - Discriminación (empleo y ocupación), 1958 31

Convención Internacional sobre la Protección de Derechos


1 18
de Todos…
C097 - Convenio sobre los trabajadores migrantes
16
(revisado) (núm. 97)
C189 - Convenio sobre las trabajadoras y los trabajadores
13
domésticos, 2011 (núm. 189)
C118 - Convenio sobre la igualdad de trato (seguridad
9
social), 1962 (núm. 118)
C143 - Convenio sobre los trabajadores migrantes
1
(disposiciones complementarias), 1975 (núm. 143)
C157 - Convenio sobre la conservación de los derechos en
materia de seguridad social, 1982 (núm. 157)

C048 - Convenio sobre la conservación de los derechos…

0 10 20 30 40

Solo firma Ratificación o adhesión

Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de información oficial de los
respectivos países.

Otros convenios de la OIT relacionados con la protección social han alcanzado un menor nivel
de ratificación en la región; entre ellos destaca el Convenio sobre la Seguridad Social (Norma Mínima),
1952 (Núm. 102), ratificado por solo 10 países, así como el Convenio sobre la Protección de la
Maternidad (Revisado), 1952 (Núm. 103) y el Convenio sobre la Protección de la Maternidad, 2000
(Núm. 183), ambos ratificados por apenas 9 países. Con respecto a segmentos específicos de la
población, 15 países de un total de 33 han ratificado el Convenio sobre Pueblos Indígenas y Tribales,
1989 (Núm. 169). A su vez, el Convenio sobre las Trabajadoras y los Trabajadores Domésticos, 2011
(Núm. 189) ha tenido una expresiva adhesión en la región, donde cuenta con 13 de las 24 ratificaciones
realizadas en todo el mundo. No obstante, 21 países de la región aún no lo han ratificado.
A nivel regional, es posible afirmar que los países muestran en general un alto nivel de ratificación
de los convenios internacionales que hacen referencia a los derechos humanos de la totalidad de la población.
No puede decirse lo mismo de instrumentos centrados en los derechos de segmentos específicos de población,
en especial en el caso de las personas migrantes. Este relativo vacío requiere ser superado para complementar
el marco jurídico-normativo internacional de los países de la región, y avanzar hacia la consolidación de un
enfoque de derechos. En tal sentido, como se apunta en el recuadro 6, la adopción de compromisos e

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CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

instrumentos a nivel regional y subregional, en el marco de foros y acuerdos de integración y cooperación de


América Latina y el Caribe es una tarea complementaria que debe continuar.

Recuadro 6
Algunos ejemplos de acuerdos y marcos desarrollados a nivel regional y subregional
en América Latina y el Caribe
Paralelamente al desarrollo mundial y regional de instrumentos normativos internacionales para la promoción de
los derechos económicos, sociales y culturales de la población migrante, los acuerdos regionales y subregionales son
espacios complementarios de importantes acuerdos y compromisos a nivel bilateral y multilateral. En los últimos 15
años, Sudamérica ha dado importantes pasos para establecer un régimen de libre movimiento, lo que se ha traducido
en avances en materia de facilitación del ingreso y de la residencia regular de los nacionales de los países firmantes.
En este sentido, pueden citarse los esfuerzos en el marco del Mercado Común del Sur (MERCOSUR), la Comunidad
Andina (CAN), la Comunidad Caribeña (CARICOM), y el Sistema de Integración Centroamericano (SICA) en
América Central.
El MERCOSUR actualmente incluye como Estados Partes a Argentina, Bolivia (Estado Plurinacional de) (en proceso
de adhesión), Brasil, Paraguay, República Bolivariana de Venezuela (suspendida temporalmente) y Uruguay y contempla
como Estados Asociados a Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú y Surinam. En el año 2002 se adopta uno de los acuerdos
más importantes hasta la fecha en materia de movilidad humana: el Acuerdo de Residencia del MERCOSUR que entró en
vigor el año 2009 y que tiene rango de instrumento internacional subregional. En virtud de este cualquiera de los países
sudamericanos, miembros o asociados lo pueden implementar (con excepción de Guyana, Surinam y la República
Bolivariana de Venezuela que no han integrado este acuerdo). Cabe destacar que paralelamente se han desarrollado
instrumentos para la protección de las personas en tránsito con un enfoque de derechos bastante marcado, donde destaca el
Acuerdo contra el Tráfico Ilícito de Migrantes entre los Estados Miembros, el Acuerdo sobre Regularización Migratoria
Interna de Ciudadanos y el Acuerdo para la Visa del MERCOSUR.
Para el caso de la Comunidad Andina (CAN) que incluye a Bolivia (Estado Plurinacional de), Colombia, Ecuador
y Perú, además de los acuerdos de Cartagena o de Trujillo, una de las decisiones más destacables seria la decisión 545
del Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores de 2003 denominada “Instrumento Andino de Migración Laboral”,
la que tiene implicancias en materia de portabilidad de los derechos facilitando el acceso a los sistemas de seguridad
social de los países firmantes por parte de los trabajadores migrantes, así como de igualdad de trato para ciertas
categorías de trabajadores.
También es importante destacar que Centroamérica, ha implementado desde el año 2006, el Convenio Centroamericano
de libre movilidad o CA-4, el cual, aun cuando dicho acuerdo no contempla la portabilidad de derechos de seguridad social,
busca establecer la libre movilidad de personas entre Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua.
En la Comunidad del Caribe (CARICOM) (compuesta por Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice,
Dominica, Granada, Guyana, Haití, Jamaica, Montserrat, Santa Lucia, San Kitts y Nevis, San Vicente y las
Granadinas, Surinam y Trinidad y Tabago) destaca el Tratado de Chaguaramas, cuyo capítulo tercero busca establecer
la libertad de movimiento de las personas. Paralelamente se ha desarrollado un CARIPASS, que busca facilitar los
procesos de movilidad en la subregión estableciendo un documento de viaje especial para la comunidad caribeña.
En Centroamérica la Comisión Centroamericana de Directores de Migración (OCAM) desde 1990 reúne
periódicamente a os responsables de los gobiernos centroamericanos para abordar todos los aspectos y dificultades
relacionadas con la migración, con miras a definir líneas y criterios comunes de política migratoria.

Fuente: OIM, 2015.

Estos instrumentos internacionales, regionales y subregionales adquieren hoy un renovado


impulso con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que impone nuevos compromisos y desafíos
a todos los países y a la institucionalidad de las políticas sociales a nivel nacional y regional. En efecto,
la Agenda 2030 para el desarrollo Sostenible es actualmente el marco global que intenta articular en
todos los niveles los esfuerzos para avanzar de manera armónica en los tres pilares del desarrollo
sostenible: social, económico y medioambiental. La migración, problemática para países en desarrollo
y desarrollados, es uno de los desafíos transversales a sus metas y objetivos. Estos se retoman en el
recuadro 7, con énfasis en sus vínculos con la protección social.

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CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

Recuadro 7
Migración y protección social en la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, aprobada en septiembre de 2015, es un marco internacional fundamental
para la protección de las personas migrantes, puesto que constituye la hoja de ruta para los próximos 15 años. A través de 17
objetivos y 169 metas pone en el centro del desarrollo la dignidad y la igualdad de las personas. A continuación, se enlistan
aquellas metas cuya relación tanto con la migración internacional como con la protección social es estrecha:
Metas específicas asociadas a la migración internacional:
•Meta 3.c. Aumentar considerablemente la financiación de la salud y la contratación, el perfeccionamiento, la
capacitación y la retención del personal sanitario en los países en desarrollo, especialmente en los países menos
adelantados y los pequeños Estados insulares en desarrollo.
•Meta 4.b. De aquí a 2020, aumentar considerablemente a nivel mundial el número de becas disponibles para los países
en desarrollo, en particular los países menos adelantados, los pequeños Estados insulares en desarrollo y los países africanos,
a fin de que sus estudiantes puedan matricularse en programas de enseñanza superior, incluidos programas de formación
profesional y programas técnicos, científicos, de ingeniería y de tecnología de la información y las comunicaciones, de países
desarrollados y otros países en desarrollo.
•Meta 3.8: Lograr la cobertura sanitaria universal, incluida la protección contra los riesgos financieros, al acceso
a servicios de salud esenciales de calidad y el acceso a medicamentos y vacunas inocuos, eficaces, asequibles y de
calidad para todos.
•Metas 5.2, 8.7 y 16.2. En conjunto plantean eliminar todas las formas de violencia contra todas las mujeres y
las niñas en los ámbitos público y privado, incluidas la trata y la explotación laboral, sexual y de cualquier otro tipo.
•Meta 8.8. Proteger los derechos laborales y promover un entorno de trabajo seguro y sin riesgos para todos los
trabajadores, incluidos los trabajadores migrantes, en particular las mujeres migrantes y las personas con empleos precarios.
•Meta 10.7. Facilitar la migración y la movilidad ordenada, segura, regular y responsable de las personas,
mediante la aplicación de políticas migratorias planificadas y bien gestionadas.
•Meta 10.c. De aquí a 2030, reducir a menos de 3% los costos de transacción de las remesas de los migrantes y
eliminar los corredores de remesas con un costo superior al 5%.
•Meta 16.9. Proporcionar acceso a identidad jurídica, en particular mediante el registro de nacimientos
•Meta 17.18. Aumentar la disponibilidad de datos desglosados por condición migratoria.
Metas específicas asociadas a la Protección social:
•Meta 1.3. Implementar a nivel nacional sistemas y medidas apropiados de protección social para todos, incluidos
niveles mínimos, y, de aquí a 2030, lograr una amplia cobertura de las personas pobres y vulnerables.
•Meta 5.4. Reconocer y valorar los cuidados y el trabajo doméstico no remunerados mediante servicios públicos,
infraestructuras y políticas de protección social, y promoviendo la responsabilidad compartida en el hogar y la familia,
según proceda en cada país.
•Meta 5.6. Asegurar el acceso universal a la salud sexual y reproductiva y los derechos reproductivos según lo
acordado de conformidad con el Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre la Población y el
Desarrollo, la Plataforma de Acción de Beijing y los documentos finales de sus conferencias de examen.
•Meta 8.3. Promover políticas orientadas al desarrollo que apoyen las actividades productivas, la creación de puestos
de trabajo decentes, el emprendimiento, la creatividad y la innovación, y fomentar la formalización y el crecimiento de las
microempresas y las pequeñas y medianas empresas, incluso mediante el acceso a servicios financieros.
•Meta 8.5. De aquí a 2030, lograr el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todas las mujeres
y los hombres, incluidos los jóvenes y las personas con discapacidad, así como la igualdad de remuneración por
trabajo de igual valor.
•Meta 10.1. De aquí a 2030, lograr progresivamente y mantener el crecimiento de los ingresos del 40% más pobre
de la población a una tasa superior a la media nacional.
•Meta 10.2. De aquí a 2030, potenciar y promover la inclusión social, económica y política de todas las personas,
independientemente de su edad, sexo, discapacidad, raza, etnia, origen, religión o situación económica u otra condición.
•Meta 10.4: Adoptar políticas, especialmente fiscales, salariales y de protección social, y lograr progresivamente
una mayor igualdad
•Meta 16.9. De aquí a 2030, proporcionar acceso a una identidad jurídica para todos, en particular mediante el
registro de nacimientos.

Fuente: Elaboración propia sobre la base de CEPAL, 2016b.

A pesar de su importancia, los compromisos internacionales no son suficientes para asegurar la


adopción de marcos jurídicos internos sólidos. A continuación, se describen los avances jurídicos que
se han identificado respecto a las normativas nacionales de los países.

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1. Marcos normativos nacionales relacionados con la protección


de la población migrante
Durante décadas, en la región, los marcos normativos han tenido un desarrollo marcado por una
especialización cada vez mayor desde el punto de vista sectorial, de la mano de un mayor desarrollo y de
agendas públicas más complejas. En materia social, históricamente los sectores principales fueron la
educación, la salud, la seguridad social y el trabajo. No obstante, la constante diversificación de la agenda
social y los actores que participan en ella fueron surgiendo nuevas temáticas, en particular el desarrollo social
y el bienestar de determinados segmentos de la población (género, infancia, juventud, adultos mayores,
personas con discapacidad, pueblos indígenas, afrodescendientes etc.) a la suscripción de instrumentos
internacionales y leyes nacionales buscando garantizar un enfoque de derechos para su protección.
Conceptualmente, es posible distinguir dentro del ámbito social, segmentos de la población a
lo largo del ciclo de vida (infancia, adolescencia, juventud y personas de edad), como también pueden
distinguirse diversos colectivos transversales, entre los que sobresalen las mujeres como grupo de
población mayoritario, pero históricamente discriminado, así como las personas con discapacidad, las
personas afrodescendientes, los pueblos indígenas y las personas migrantes, donde este último también
ha sido objeto de marginación y discriminación, consolidándose hoy como parte importante de la agenda
social en la mayoría de los países.
Las personas migrantes, comparativamente han tenido menor visibilidad a nivel normativo, pese a
que representan un serio y creciente desafío para el desarrollo de políticas públicas universales con un
enfoque de derechos, que busque alcanzar un desarrollo integral de las sociedades garantizando así los
derechos humanos a cada una de las personas en la región. El posicionamiento y la importancia de proteger
ciertos colectivos o segmentos particulares, históricamente ha ido construyéndose de la mano de una agenda
social, que constantemente se ve expuesta a los rápidos cambios y diversificación de la sociedad.
Luego de analizar 33 textos constitucionales de la región, es posible identificar que la garantía
de derechos específica para las personas migrantes ha sido poco frecuente debido, en general, a la
antigüedad de estos textos, en los cuales muchas veces no contemplan desafíos actualmente vigentes.
En tan solo 7 casos (Estado Plurinacional de Bolivia, Cuba, Ecuador, Haití, México, Panamá y la
República Dominicana), se hace una mención explícita a la protección para las personas extranjeras y
sus derechos sociales en igualdad de condiciones con la población nacional. Esta cifra aumenta a 17
casos, si se integran las constituciones de la Argentina, el Brasil, Colombia, Costa Rica, El Salvador,
Guatemala, Honduras, Nicaragua, el Uruguay y la República Bolivariana de Venezuela, que mencionan
una protección general, en la cual se proclama la protección de los derechos de la población extranjera
al interior de las fronteras nacionales, sin discriminación y con igualdad de derechos, pero sin mención
explícita de la garantía de derechos sociales específicos. Como una práctica destacable, es importante
para el análisis el caso del texto constitucional del Ecuador, único caso que menciona explícitamente la
protección de los derechos de las personas migrantes10.
Con relación a las normativas nacionales, aumenta notoriamente la frecuencia con la que se
identifican instrumentos para mejorar y promover la situación de este segmento de población. Como es
posible apreciar en el gráfico 7, durante la década de los noventa 90, muchos de estos países actualizaron
sus normativas para la regulación de la migración, lo que contribuyó a modernizar y actualizar los
mecanismos vigentes. En general las legislaciones más antiguas realizan un abordaje de la migración desde
una perspectiva centrada en la seguridad nacional y el control fronterizo11 con el fin de limitar la entrada de
determinados colectivos. Aunque no existe una correlación directa entre el año de promulgación de la ley y
10
El texto Constitucional del Ecuador menciona este derecho de la siguiente forma en su Artículo 416 “Exige el respeto
de los derechos humanos, en particular de los derechos de las personas migrantes, y propicia su pleno ejercicio
mediante el cumplimiento de las obligaciones asumidas con la suscripción de instrumentos internacionales de
derechos humanos.”
11 Las normas regulatorias de la migración, en sus inicios estaban enfocadas exclusivamente al control de la inmigración
para proteger la seguridad y fronteras nacionales, con miras a políticas más restrictivas que inclusivas.

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CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

la garantía de derechos sociales se aprecia un cierto patrón, es decir que, a mayor antigüedad de la principal
legislación nacional migratoria, es menos frecuente la mención o garantía de los derechos para las personas
migrantes. Son los casos de Guyana (1947), Jamaica (1945), Bahamas (1967), Barbados (1979) o Chile
(1984)12. En cambio, en las leyes más recientes, es más frecuente la mención de derechos otorgados explícita
y formalmente. Estos son los casos del Uruguay (2008), Costa Rica (2009), México (2011), Nicaragua
(2011), Estado Plurinacional de Bolivia (2013), Ecuador (2017) Perú (2017) y el Brasil (2017).

Gráfico 7
América Latina y el Caribe (29 países): año de promulgación de las principales legislaciones
nacionales vigentes en materia de migración
2017

1997

1977

1957

1937

1917

1897
Jamaica
Guyana
Bahamas
Granada
Trinidad y Tobago
Barbados
Chile
El Salvador
Surinam
Dominica
Paraguay
Guatemala
Belice
Honduras
República Dominicana
Venezuela (República Bolivariana de)
Panamá
Uruguay
Costa Rica
Argentina
México
Nicaragua
Bolivia (Estado Plurinacional de)
Colombia
Antigua y Barbuda
Cuba
Brasil
Ecuador
Perú
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base del análisis de los textos
constitucionales y una revisión de las principales legislaciones nacionales en materia social.

Para la identificación de las normas migratorias y su posterior análisis, se tomó como base,
investigaciones previas de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), con sus Perfiles
Migratorios, disponibles para una gran cantidad de países de América Latina y el Caribe; como también
documentos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), con el conjunto de publicaciones
producidas bajo el Proyecto de Cooperación Sur-Sur para la Protección de los Derechos de los
Trabajadores y Trabajadoras Migrantes en América Latina y el Caribe.
Se constata que, entre los 33 países de la región, 2913 contemplan al menos una normativa
general (en su mayoría leyes, decretos y actos) que establecen el marco de acción mediante las cuales
se desarrollan las políticas de integración de la población migrante y los niveles de acceso a los servicios
públicos o incluso los mismos derechos asociados a los sectores de inclusión social (trabajo, seguridad
social, salud pública, educación pública y vivienda). Como es observable en el cuadro 3, la figura que
mayormente predomina en la región es la presencia de las Leyes de Migraciones (en 15 casos), que
12 Cabe mencionar que la legislación nacional principal en materia migratoria puede ser antigua, pero la presencia de
reglamentos, decretos y otros actos administrativos pueden también actualizar y modernizar los fundamentos de las
políticas de migración y la garantía de derechos de este segmento, como en el caso de Chile.
13 De los 33 países fue posible acceder a la disponibilidad de información de 29 países y sus respectivos decretos y
reglamentos. Los cuatro países de los que no se pudo encontrar información oficial y que quedaron excluidos del
análisis fueron Haití, Saint Kitts y Nevis, San Vicente y las Granadinas y Santa Lucía.

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CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

además de sentar las bases de la regulación del ingreso, tránsito, permanencia y salida de las personas
del territorio del Estado, reglamenta las líneas políticas fundamentales para la protección y promoción
de los derechos de los migrantes. También es muy común que estos instrumentos definan los espacios
institucionales de coordinación y rectoría de la política migratoria. Para los casos de los países
pertenecientes al Caribe (Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice, Dominica, Granada, Guyana,
Jamaica, Surinam y Trinidad y Tabago) es observable que la figura predominante es el Acto de
Inmigración o de Extranjería (Immigration or Aliens Act), el cual tiene una jerarquía similar a las leyes
de migración presentes en los demás países de la región. Y en los otros 4 casos restantes, estos presentan
Reglamentos de Extranjería, Disposiciones Migratorias a través de Decretos, entre otros tipos.
La existencia de al menos una normativa nacional dirigida a la población migrante, además de
sugerir que los Gobiernos son cada vez más conscientes de la importancia de contar con una legislación
adecuada para responder a las necesidades, las aspiraciones y las demandas de las personas migrantes;
refleja también el consenso de la sociedad respecto de la necesidad de atender un tema que en muchos
casos estaba ausente de la agenda pública hasta hace poco. La presencia de un instrumento de esta índole
a nivel nacional favorece la estabilidad, la definición de criterios, la continuidad institucional y los
recursos que se asignan a las políticas públicas de migración.
En cuanto al contenido, estos varían dependiendo del país de origen y el año de promulgación, ya
que, por ejemplo, en países pertenecientes al Caribe como Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice,
Dominica, Granada, Guyana y Trinidad y Tabago, aún presentan legislaciones que fueron promulgadas
durante el siglo XX14, con un enfoque principalmente de seguridad nacional, y en las cuales se establecen
disposiciones para el ingreso o egreso del territorio nacional, mediante controles fronterizos, sin describir ni
profundizar el proceso de integración que reciben los migrantes una vez ingresados al país y qué tipo de
protección garantiza el Estado. Diferente situación es la de los textos de los países pertenecientes a América
Latina en los cuales, si se observan los objetivos identificados en el cuadro 3, fue posible identificar un
extendido compendio normativo el cual es liderado en 16 casos por una Ley General de Migración
(Argentina, Bolivia (Est. Plur. de), Brasil, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras,
México, Nicaragua, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y la República Bolivariana de
Venezuela), en donde además de regular el ingreso, tránsito, permanencia y salida de personas entre las
fronteras nacionales, también se establecen espacios institucionales, principios y directrices para la política
pública dirigida a la población migrante. Estas leyes generales están acompañadas y complementadas por
diversos decretos o leyes en las cuales se establecen diversas instituciones, la regulación del estatus de las
personas refugiadas y de la trata y tráfico de personas, y otros delitos relacionados a este fenómeno. Otro
punto importante por destacar es la concepción del migrante como una persona portadora de derechos y
vinculada a deberes para con el Estado.
En consecuencia, es primordial que los países de la región reconozcan formal y concretamente
a las personas migrantes como personas con derechos humanos, económicos, sociales y culturales.
Respecto a los derechos mencionados en las leyes nacionales principales, destacan, por un lado,
libertades y derechos civiles básicos como la libertad movimiento, reunión, expresión, pensamiento y
confesión, propiedad, a la justicia, y los derechos políticos en el sentido de poder criticar, evaluar, exigir
y tener preferencias, entre otros. Por el otro, están los derechos económicos, sociales y culturales,
entendido como la participación en el bienestar económico y social, y cuyas llaves maestras son el
acceso a la protección social y al trabajo decente (Cabieses y otros, 2017).

14 Antigua y Barbuda y Guyana han presentado enmiendas en años posteriores (2016 y 2007, respectivamente), pero
sin grandes avances en materia de protección social.

62
CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

Cuadro 3
América Latina y el Caribe (29 países): principales instrumentos identificados para la regulación
de la migración por paísa
País Año Ley Ámbito Objetivos
Antigua y 1945 Acto Acto de Inmigración y
No se dispone de información oficial.
Barbuda Pasaporte
2016 Acto
Amend the Immigration and Passport Act, 2014
Enmienda al Acto de
No. 6 of 2014 and for incidental and connected
Inmigración y Pasaporte
purposes.

Argentina 2003 Ley N° 25.871 Ley de Migraciones Fijar las líneas políticas fundamentales y
sentar las bases estratégicas en materia
migratoria.
2006 Ley N° 26.165 Ley General de
Regular el proceso de concesión de estatus de
Reconocimiento y
refugiado y los derechos de los mismos.
Protección al Refugiado
2008 Ley N° 26.364 Ley de Prevención y
Implementar medidas destinadas a prevenir
Sanción de la Trata de
y sancionar la trata de personas, asistir
Personas y Asistencia
y proteger a sus víctimas.
a sus Víctimas
2010 Decreto N° Reglamentación de la Ley Reglamentar las líneas políticas fundamentales
616 de Migraciones Nº y las bases estratégicas para facilitar los
25.871 y sus modificatorias trámites que deban realizar los extranjeros.
2017 Decreto 70/2017 Modificación de las Leyes Sustituyese la denominación del capítulo I del
Nº 25.871 y Nº 346 título II de la Ley Nº 25.871 y su modificatoria
por la siguiente: “de las categorías, requisitos y
plazos de admisión”. Modificación de las Leyes
Nº 25.871 y Nº 346.
Bahamas 1967 Ley Acto de Inmigración No se dispone de información oficial.
Barbados 1979 Ley Acto de Inmigración,
No se dispone de información oficial.
Cap Nº 190
Belice 2000 Ley Acto de Inmigración,
No se dispone de información oficial.
Cap Nº 156
2000 Ley Acto de Extranjería,
No se dispone de información oficial
Cap Nº 156
2013 Ley Acto de Tráfico de Un acto para prohibir y prescribir castigos por
Personas (Prohibiciones) tráfico de personas; Protocolo de las Naciones
Unidas para prevenir, reprimir y sancionar la
trata de personas.
Bolivia (Estado 2005 Decreto Reglamentación y
Plurinacional de) Supremo Procedimientos de la Establecer la Comisión Nacional del Refugiado
Nº 28.329 Comisión Nacional como un mecanismo permanente de calificación.
del Refugiado
2006 Ley Nº 3325 Trata y tráfico de personas Establecer las penas para los que realicen o
y otros delitos relacionados favorezcan el traslado o reclutamiento,
privación de libertad, resguardo o recepción de
seres humanos.
2013 Ley Nº 370 Ley de Migración Regular el ingreso, tránsito, permanencia y salida
de personas en el territorio del Estado
Plurinacional de Bolivia, y establecer espacios
institucionales de coordinación que garanticen los
derechos de las personas migrantes bolivianas y
extranjeras.

63
CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

Cuadro 3 (continuación)
País Año Ley Ámbito Objetivos
Brasil 1997 Ley N° 9.474 Ley de refugiados Definir mecanismos de implementación del
Estatuto de los Refugiados y crear la CONARE.
2005 Ley N° 11.106 Plan Nacional contra la Luchar contra la trata de personas,
trata de personas responsabilizar a sus autores y garantizar la
atención a las víctimas.
2017 Ley N° 13.445 Ley de Migración Dispone sobre los derechos y los deberes del
migrante y del visitante, regula su entrada y
estancia en el país y establece principios y
directrices para las políticas públicas para el
emigrante.
Chile /b 1975 Decreto Ley Norma sobre extranjeros Regular el ingreso, la residencia, permanencia
Nº 1094, D. O definitiva, el egreso, el reingreso, la expulsión y
el control de los extranjeros.
1984 Decreto Ley ''Nuevo Reglamento de Descentralización de funciones, incorporación de
Nº 597 Extranjería'' (1984) medios computacionales a la función de
extranjería y las modificaciones introducidas al
D.L. 1.094, de 1975, se hace necesario la dictación
de un nuevo Reglamento de Extranjería.
2010 Ley N° 20430 Ley de refugiados Establecer disposiciones sobre protección
de refugiados.
2011 Ley N° 20507 Ley de Trata y Tráfico Tipificar los delitos de tráfico ilícito de
migrantes y trata de personas y establecer
normas para su prevención y más efectiva
persecución.
Colombia 2004 Decreto Nº 4000 Disposiciones migratorias Dictar disposiciones sobre la expedición de
(modificado por el Decreto visas, control de extranjeros y otras en materia
2.622 de 2009) de migración.
2005 Ley N° 985 Ley de trata Luchar contra la trata de personas.

2009 Decreto Nº 2622 Modificaciones al Decreto Tiene por objeto introducir modificaciones en
4000 de 2004 el Decreto 4000 de 2004, así como dictar otras
disposiciones generales aplicables en materia
de migración.
2009 Decreto Ley de refugiados Modificar el procedimiento para el
Nº 4503 reconocimiento de la condición de refugiado y
dictar normas sobre la Comisión Asesora para
la determinación de la condición de refugiado.
2011 Ley N° 1465 Ley sobre nacionales en el Crear el Sistema Nacional de Migraciones,
exterior como un conjunto armónico de instituciones,
organizaciones de la sociedad civil, normas,
procesos, planes y programas, desde el cual se
deberá acompañar el diseño, ejecución,
seguimiento y evaluación de la Política
Migratoria.
2013 Decreto Decreto de disposiciones Se establecen disposiciones en materia
Nº 834 migratorias migratoria de la República.

Costa Rica 2009 Ley Nº 8764 Ley General de Migración Regular el ingreso de las personas costarricenses y
y Extranjería extranjeras al territorio de la República, y el egreso
de él, así como la permanencia de las personas
extranjeras en el país.

64
CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

Cuadro 3 (continuación)
País Año Ley Ámbito Objetivos
Cuba 1978 Ley 1312 Ley de Migración Regular, en un solo cuerpo legal las
disposiciones sobre migración a los efectos
de facilitar su aplicación e interpretación.

2015 Decreto Nº 26 Reglamento de la Ley de Decreto no. 26 reglamento de la ley de


Migración migración, de 19 de julio de 1978,
actualizado y concordado con el decreto N°
305 de 11 de octubre de 2012.
Dominica 1996 Ley Acto de Inmigración y No se dispone de información.
Regulaciones del Pasaporte,
Capítulo 18:01

Ecuador 1976 Ley N° 276 Ley de naturalización Brindar estructura jurídica propia al
procedimiento de naturalización de
extranjeros.
2006 Modificación Normativa sobre tráfico y
Código Penal trata de personas

2010 Codificación Ley de migración Regular la organización y coordinación de los


2005-006 servicios relativos a la entrada y salida de
nacionales o extranjeros del país, mediante el
examen y calificación de sus documentos y la
vigilancia del cumplimiento de las
disposiciones legales respecto a la permanencia
y actividad de los extranjeros residentes en el
territorio ecuatoriano.
2017 Ley Orgánica Ley Orgánica de Movilidad Regular el ejercicio de derechos, obligaciones,
de Movilidad Humana institucionalidad y mecanismos vinculados con
Humana las personas en
movilidad humana, que comprende emigrantes
, inmigrantes, personas en tránsito, personas ec
uatorianas retornadas, quienes requieran de
protección internacional, víctimas de los delitos
de trata de personas y de tráfico ilícito de
migrantes y sus familiares.
El Salvador 1958 Decreto Ley de Migración Organización y coordinación de los
Nº 2772 servicios relativos a la entrada y salida de
los nacionales y extranjeros del territorio de
la República, mediante el examen y
calificación de sus documentos; el estudio
de los problemas que este movimiento
origine y la vigilancia del cumplimiento de
las disposiciones legales respecto a la
permanencia y actividades de los
extranjeros en el país.

1986 Decreto Nº 299 Ley de Extranjería No se dispone de información oficial.

1993 Decreto Ley Reforma a la Ley Reformar la ley de migración.


Nº 670 de Migración

Granada 1969 Ley Acto Nº 26, Cap. 145 No se dispone de información oficial.

65
CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

Cuadro 3 (continuación)
País Año Ley Ámbito Objetivos
Guatemala 1998 Decreto Ley de Migración Garantizar un eficaz ordenamiento migratorio,
Nº 95-98 regulando la entrada y salida de nacionales y
extranjeros del territorio nacional, así como la
permanencia de estos últimos dentro del mismo.

1999 Acuerdo Acuerdo Gubernativo 529-99 Reglamento de la ley de migración.


Gubernativo
Nº 529-99

1999 Acuerdo Ley del Organismo Reformas al Reglamento de la Ley de


Gubernativo Ejecutivo Migración, Establece entre otras cosas, los
Nº 732-99 cobros por residencia, pasaportes y visas.

2001 Acuerdo Reglamento para la Protección Reglamenta la protección y determinación del


Gubernativo y Determinación del Estatuto estatuto de refugiados en el territorio del Estado
Nº 383-2001 de Refugiados en el Territorio de Guatemala.
del Estado de Guatemala.
2010 Decreto Nº 10 Reforma a la Ley de Migración Reformar la Ley de Migración.

Guyana 1947 Ley Acto de Inmigración, Cap. No se dispone de información oficial.


14:02
2007 Ley Enmienda al Acto de Enmendar el Acto de Inmigración de 1947.
Inmigración de 1947
Honduras 2004 Decreto Nº 208 ''Ley de Migración y Regular la política migratoria del Estado, la
Extranjería entrada o salida de personas nacionales y
extranjeras, la permanencia de estas últimas en
territorio hondureño y la emisión de los
documentos migratorios.
Jamaica 1945 Ley Acto de las Restricciones No se dispone de información oficial.
Inmigratorias (Ciudadanos
de la CommonWealth)
1946 Ley Acto de Extranjería No se dispone de información oficial.
México 2011 Decreto de Ley Ley de Migración Regular lo relativo al ingreso y salida de
mexicanos y extranjeros al territorio de los
Estados Unidos Mexicanos y el tránsito y la
estancia de los extranjeros en el mismo, en un
marco de respeto, protección y salvaguarda de
los derechos humanos, de contribución al
desarrollo nacional, así como de preservación
de la soberanía y de la seguridad nacionales.
2012 Decreto Reglamento de la Ley de Se expide el reglamento de la ley de migración y se
Migración reforman, derogan y adicionan diversas
disposiciones del reglamento de la ley general de
población y del reglamento de la ley de
asociaciones religiosas y culto público.
Nicaragua 2011 Ley Nº 761 Ley General de Migración y Regular el ingreso de las personas nacionales y
Extranjería extranjeras al territorio de la República de
Nicaragua, y el regreso de él, así como la
permanencia de las personas extranjeras en el país,
sin perjuicio de lo establecido en la Constitución
Política de la República de Nicaragua, los tratados y
convenios internacionales debidamente ratificados y
los acuerdos de integración regional debidamente
aprobados.
2012 Decreto Nº 31- Reglamento a la ley no. 761, Establecer las Normas, Disposiciones Generales
2012 ley general de migración y y Específicas para la aplicación de la Ley No.
extranjería 761, “Ley General de Migración y Extranjería”,
publicada en La Gaceta, Diario Oficial No. 125
y 126 del 06 y 07 de Julio del 2011, que en
adelante será denominada la Ley.

66
CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

Cuadro 3 (continuación)
País Año Ley Ámbito Objetivos
Panamá 2008 Decreto de Ley Ley de Creación del Regular el movimiento migratorio de entradas y
Nº 3 Servicio Nacional de salidas de los nacionales y de los extranjeros, la
Migración, la Carrera estadía de estos últimos en el territorio nacional;
Migratoria y dicta otras establecer los requisitos y procedimientos para
Disposiciones adquirir la nacionalidad panameña por
naturalización, y crear el Servicio Nacional de
Migración y la Carrera Migratoria.
2016 Decreto Ley de establecimiento del Se establece el Procedimiento de Regularización
Ejecutivo Procedimiento de Migratoria General y se deroga el Decreto
Nº 167 Regularización Migratoria Ejecutivo Nº 547 del 25 de julio de 2012.
General
Paraguay 1996 Ley N° 978 Ley de migración Regular la migración de extranjeros y la
emigración y repatriación de nacionales, a los
efectos de promover la corriente poblacional y de
la fuerza de trabajo que el país requiere,
estableciendo la organización encargada de
ejecutar la política migratoria nacional y aplicar
las disposiciones de esta ley.
2002 Ley N° 1.938 Ley General sobre Modificar el Código Penal de Paraguay (capítulos
refugiados IV, V y VI).
2003 Decreto Trata de personas y tráfico Regular la situación de los refugiados.
Nº 210 ilícito de migrantes
2009 Ley Nº 3958 Ley que modifica la Ley Modifica y amplía la Ley Nº 227/93 “que crea la
Nº227/93 y la Ley de Secretaria de Desarrollo para Repatriados y
Migraciones de 1996 Refugiados Connacionales”; y modifica la Ley Nº
978/96 “de Migraciones”.
Perú 2002 Ley N° 27.840 Ley de Asilo Regular la institución de Asilo de acuerdo con la
Constitución y a los Acuerdos Internacionales.
2002 Ley N° 27891 Ley del Refugiado Regular el ingreso, el reconocimiento y las
relaciones del Estado Peruano con el refugiado,
de conformidad a los instrumentos
Internacionales.
2005 Ley N° 28182 Ley de Incentivos Promover el retorno de los peruanos del
Migratorios extranjero para dedicarse a actividades
profesionales y/o empresariales., Establecer
incentivos y acciones que propicien su regreso
para contribuir a generar empleo
productivo y mayor recaudación tributaria.
2007 Ley N° 28.950 Ley contra la trata de Luchar contra la trata de personas y el tráfico
personas y el trafico ilícito de migrantes.
ilícito de migrantes
2010 Ley N° 29.495 Ley de los Consejos de Constituir un espacio de diálogo y cooperación con
Consulta de las la Oficina Consular de su Jurisdicción, apoyar las
Comunidades Peruanas en tareas de protección a los connacionales y procurar la
el Exterior mejor vinculación de los connacionales con la
problemática peruana.
2011 D. S N°: 067- Formaliza la Comisión Coordinar, evaluar, proponer, priorizar y
2011-PCM Multisectorial Permanente supervisar políticas y acciones vinculadas a la
“Mesa de gestión integral migratoria en el Perú.
Trabajo Intersectorial
para la Gestión Migratoria
(MTIGM)”
2017 Decreto Decreto Legislativo de Regular el ingreso, la permanencia y la salida de
Legislativo Migraciones extranjeros además de regular la emisión de
Nº 1350 documentos de viajes para nacionales y
extranjeros. Como además contribuir a la
integración de los migrantes y garantizar sus
derechos.

67
CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

Cuadro 3 (conclusión)
País Año Ley Ámbito Objetivos
República 2004 Ley Nº 285-04 Ley General de Migración Ordena y regula los flujos migratorios en el
Dominicana territorio nacional, tanto en lo referente a la
entrada, la permanencia y la salida, como a la
inmigración, la migración y el retorno de los
nacionales.
2011 Decreto Reglamento de aplicación Ha sido dictado para la aplicación efectiva de la
Nº 631-11 de la Ley General de Ley General de Migración de la República
Migración Dominicana, N° 285-04, del 15 de agosto de 2004.
Surinam 1991 Acto Acto de Extranjería No se dispone de información oficial.

1995 Decreto del Decreto de Extranjería No se dispone de información oficial.


Estado Nº 85
Trinidad y 1974 Ley Acto de Inmigración y No se dispone de información oficial.
Tobago Regulaciones, Cap. 18:01
Uruguay 2004 Ley N° 18.076 Estatuto del refugiado Establecer el derecho al refugio.
2008 Ley Nº 18250 Ley de Migraciones Reconocer como derecho inalienable de las
personas migrantes y sus familiares sin
perjuicio de su situación migratoria, el derecho
a la migración, el derecho a la reunificación
familiar, al debido proceso y acceso a la
justicia, así como a la igualdad de derechos con
los nacionales, sin distinción alguna por
motivos de sexo, raza, color, idioma, religión o
convicción, opinión política o de otra índole.
Venezuela 2001 Gaceta Oficial Ley Orgánica sobre Regular la materia sobre Refugio y Asilo, de
(República N° 37.296 refugiados acuerdo con los términos consagrados en la
Bolivariana de) o refugiadas, Constitución de la República Bolivariana de
asilados o asiladas. Venezuela y en los instrumentos
internacionales, así como las actuaciones de los
órganos y funcionarios de los Poderes Públicos
encargados de su cumplimiento.
2004 Ley Nº 37944 Ley de Extranjería y Regular todo lo relativo a la admisión, ingreso,
Migración permanencia, registro, control e información,
salida y reingreso de los extranjeros, así como
sus derechos y obligaciones.

Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de información oficial de los
respectivos países, hasta diciembre de 2016.
a Todas las normativas presentes en el cuadro son las identificadas a través de la información oficial disponible. Es

importante destacar que para cada país existen variados decretos u otros tipos de normas que complementan y profundizan
por temas sectoriales, protegiendo las áreas de salud, educación, trabajo, seguridad social y vivienda, entre otras.
b En abril de 2018 el gobierno de Chile elaboró indicaciones a un anteproyecto de ley con la introducción de nuevos

visados y sostuvo resoluciones administrativas para adelantarlas, además de un proceso general de regularización.

No obstante, los vínculos o desajustes de la legislación migratoria principal con respecto a los
marcos jurídico-normativos internacionales con respecto a los derechos de las personas migrantes,
mucho queda por explorar, comenzando por otras normas sectoriales en esa materia, en especial las
normativas del trabajo, educación, vivienda o salud, debido a su trascendencia para el acceso a la
protección social. En el caso de los países federales, las normativas estatales también tienen gran
relevancia, como puede apreciarse en el caso de la Ciudad de México y su reciente constitución política,
la cual en materia migratoria posee la ambición de avanzar en la adopción de un enfoque de derechos
que incluye a las personas migrantes (ver recuadro 8).

68
CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

Recuadro 8
Las personas migrantes en la Constitución de la Ciudad de México (2017)
Recientemente la Asamblea Legislativa de la Ciudad de México elaboró una nueva Constitución política que ha
entrado en vigor, más allá de la actualización en curso de los reglamentos y normativas que de esta derivan. En materia
migratoria, su artículo 20 es notable en el sentido de declarar la urbe como una ciudad global, con vocación pacifista,
solidaria, hospitalaria y de asilo. Además de llamar a la adopción de medidas para prevenir la migración forzosa y
llama al congreso de la ciudad a armonizar su legislación con los tratados de derechos humanos celebrados por el
Estado mexicano y la jurisprudencia de los tribunales y órganos internacionales para su cumplimiento de las y los
habitantes de la Ciudad. Más específicamente, en el inciso 5 de dicho artículo se plantea que “El Gobierno de la
Ciudad de México y todas las autoridades locales, en el ámbito de sus competencias, deberán promover, respetar,
proteger y garantizar los derechos humanos de las personas migrantes, ya sea que se encuentren en tránsito, retornen
a la Ciudad de México o que éste sea su destino, así como aquellas personas a las que les hubiera reconocido la
condición de refugiados u otorgado asilo político o protección complementaria, con especial énfasis en niñas, niños y
adolescentes, de conformidad con lo establecido en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, los
tratados internacionales y las leyes federales en la materia”.

Fuente: Artículo 20 de la Constitución Política de la Ciudad de México. Ver [en línea] http://www.cdmx.gob.mx/
storage/app/uploads/public/59a/588/5d9/59a5885d9b2c7133832865.pdf

C. Características organizacionales y autoridad social


en materia migratoria
En esta sección se presentan tres elementos fundamentales desde el punto de vista organizacional. Por
una parte, se describen múltiples órganos o foros intergubernamentales regionales y subregionales que
han asumido un creciente protagonismo en la región, contribuyendo así a definir las prioridades y
desafíos compartidos en este ámbito. Por otra parte, se abordan las principales instituciones que
conforman la estructura organizacional nacional de la política orientada a las personas migrantes de los
países de América Latina en la actualidad.

1. Instancias y foros internacionales y regionales dedicados


a la migración internacional en América Latina y el Caribe
A nivel intergubernamental son destacables diversos esfuerzos en la región durante la última década
para promover espacios de cooperación y discusión, en torno a la migración. Actualmente, el proceso
más importante es la negociación de un Pacto Mundial para una migración segura, ordenada y regular.
Las negociaciones en curso apuntan a numerosos compromisos de gran relevancia para la garantía de
derechos de las personas migrantes, en especial en lo relativo al acceso a la protección social como
puede apreciarse en el recuadro 9.

Recuadro 9
La protección social y el pacto mundial para una migración segura,
ordenada y regular
El Pacto mundial para una migración segura, ordenada y regular previsto para firmarse en 2018 luego de largas
negociaciones es fruto de un largo proceso asociado al compromiso colectivo por mejorar la cooperación en el campo
de la migración Internacional, ya que se reconoce que esta es una fuente de prosperidad, innovación y desarrollo
sostenible en el mundo globalizado. Uno de los temas transversales concierne a las discusiones acerca de la protección
social, visto desde el enfoque de derechos, la inclusión social y la regularización migratoria como componente de las
políticas públicas. Otro de los grandes asuntos es su seguimiento y la creación de nuevas institucionalidades en las
Naciones Unidas.

69
CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

Recuadro 9 (conclusión)
El Pacto cuenta con 23 objetivos, guiados por los principios de la importancia de cada persona, la cooperación
internacional, la soberanía nacional, el imperio de la ley y el debido proceso, el desarrollo sostenible, los derechos
humanos, la perspectiva de género y el interés superior del niño. Sus relaciones con la Agenda 2030 son estrechas y
más aun con las propuestas que han surgido desde América Latina y el Caribe. Los 23 objetivos están ordenados para
cumplir el orden del ciclo migratorio. En este sentido, sus relaciones con la protección social deberán examinarse con
detenimiento en los próximos años. A continuación, se resumen dichos objetivos con base en cinco grandes temas,
organizados de modo preliminar.

Política pública Acceso a protección Regularización Soberanía y seguridad Inclusión social


social y a servicios de las personas
migrantes
(1) Recolectar y (4) Proveer a todos los (2) Minimizar los (8) Salvar vidas y (16) Empoderar a
utilizar datos precisos migrantes de pruebas factores adversos y establecer esfuerzos migrantes y
y desagregados como de identidad legal, estructurales que internacionales sociedades para
base para políticas identificación compelen a las coordinados para ejecutar una inclusión
basadas en evidencia. adecuada y personas a dejar su país migrantes y cohesión social
documentación. de origen. desaparecidos. integral.
(3) Proveer (14) Extender (5) Mejorar la (9) Fortalecer la (17) Eliminar todas
información protección consular, disponibilidad y respuesta trasnacional las formas de
adecuada y oportuna asistencia y flexibilidad de los al tráfico de discriminación y
en todas las etapas de cooperación a lo largo caminos de la migrantes. promover un discurso
la migración. del ciclo migratorio. migración regular. público basado en
hechos para moldear
la percepción de la
migración.
(23) Fortalecer la (15) Proveer acceso a (6) Facilitar (10) Prevenir y (18) Invertir en el
cooperación servicios básicos para reclutamiento justo, combatir la trata de desarrollo de
internacional y las migrantes. ético y las condiciones personas en el habilidades y facilitar
alianzas globales que aseguren el trabajo contexto de migración el reconocimiento de
para una migración decente. internacional. estas, las
segura, ordenada y calificaciones y
regular. competencias.
(20) Promover las (7) Abordar y reducir (11) Gestionar las (19) Crear
transferencias de las vulnerabilidades en fronteras de una condiciones para la
remesas de forma más la migración. forma integrada, contribución de
rápida, barata y segura, segura y coordinada. migrantes y diásporas
y contribuir a la al desarrollo
inclusión financiera de sostenible en todos
los migrantes. los países.
(22) Establecer (12) Fortalecer la (13) Utilizar la (21) Cooperar en la
mecanismos para la certeza y las detención de facilitación del
portabilidad de los capacidades de migrantes solo como retorno sustentable, la
beneficios de anticipación en los una medida de último readmisión y la
seguridad social y procesos migratorios. recurso y trabajar reintegración.
beneficios ganados. hacia alternativas.

Fuente: Elaboración propia sobre la base del documento “Global Compact for Safe, Orderly and Regular Migration,
Draft rev 2”, del 28 de mayo de 2018.

También a nivel regional y subregional se han multiplicado las instancias (como conferencias,
foros y consejos), donde se aborda el fenómeno de las migraciones en la región, buscando a través del
intercambio de experiencias institucionales análisis y desarrollo de proyectos, de normas y/o generando
consensos y principios, sobre todo declarativos. Por lo tanto, los foros intergubernamentales constituyen
un espacio organizacional cada vez más importante en el área social, posibilitando la búsqueda de
consensos a través de la cooperación, con el potencial futuro de una agenda social regional. Estos foros
permiten el intercambio y discusión sobre objetivos, instrumentos y experiencias, lo que constituye una
gran herramienta de complementación de los instrumentos internacionales.
En esta sección se presenta una clasificación de los diversos foros intergubernamentales a nivel
mundial, regional y subregional, otorgando así un análisis del panorama, con el principal objetivo de
contribuir a su estudio y entendimiento.

70
CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

A nivel regional existe una gran variedad de foros vigentes para la promoción y protección de
las personas migrantes, lo cual demuestra que la relevancia alcanzada por el tema, y la necesidad de
generar espacios de profundización y compromiso con este colectivo es cada vez mayor.
De esta manera, de los nueve foros identificados, es posible distinguir tres tipos de foros en
términos de su vinculación entre los Estados miembros. Cuatro de ellos están vinculados con organismos
de las Naciones Unidas: la Reunión Regional Latinoamericana y Caribeña de Expertas y Expertos en
Migración Internacional, la Reunión Plenaria de Alto Nivel de la Asamblea General de las Naciones
Unidas sobre el abordaje de grandes movimientos de refugiados y migrantes, la Reunión Anual
Viceministerial de la Conferencia Regional sobre Migración (CRM) y la Conferencia sobre Hambre,
Pobreza y Migración.
En segundo lugar, se ubican los foros de países que aspiran a tener una representatividad
regional o cuasi regional, tal como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC),
con su Reunión sobre Migraciones; la Organización de los Estados Americanos, con su Cumbre de las
Américas, y la Organización de Estados Iberoamericanos, su Secretaría General Iberoamericana
(SEGIB) y su Conferencia Iberoamericana sobre Migración.
En tercer lugar, se identifican los foros donde sus miembros responden a una vocación de
integración subregional, como lo es el caso del Mercado Común del Sur (MERCOSUR) con su Foro
Especializado Migratorio, o la Comisión Centroamericana de Directores de Migración (OCAM) en el
marco del Sistema de Integración Centroamericano (SICA). En este último caso destaca la Agenda
Regional de Protección Social e Inclusión Productiva (2018) recientemente aprobada por las principales
instancias ministeriales sociales del SICA, y que contiene cuatro líneas para la gestión integral de la
migración internacional con enfoque de derechos.
Estas instancias intergubernamentales son una herramienta para adecuar a las realidades regionales
a los mandatos internacionales y posicionarse al respecto, así como para coordinar esfuerzos entre los países
para el intercambio de experiencias y para mejorar las políticas sociales y su institucionalidad.
Cuadro 4
América Latina y el Caribe: foros intergubernamentales que consideran a la migración como eje
temático, según el tipo de instancia a la que están vinculados, 2016

A. Organismos de las Naciones Unidas


Año de Periodicidad de
Institución Foro Tipo de foro
creación los encuentros
Órgano Subsidiario de la
Conferencia Regional sobre Bienal Instancia de
Comisión Económica para
Población y Desarrollo de 2013 seguimiento de
América Latina y el Caribe
América Latina y el Caribe mandatos
(CEPAL)
Reunión Anual Viceministerial de
Organización Internacional Instancia de
la Conferencia Regional sobre 2007 Anual
para las Migraciones debate
Migración (CRM)
Secretaría Técnica de la Instancia de
Conferencia Suramericana sobre
Organización Internacional 2000 Anual análisis y
Migraciones
para las Migraciones propuestas
Secretaría Técnica de la
Conferencia Regional sobre Instancia de
Organización Internacional 1996 Anual
Migración debate
para las Migraciones

71
CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

B. Foros intergubernamentales regionales


Fecha de Periodicidad de los
Institución Foro Tipo de foro
creación encuentros

Comunidad de Estados
Instancia de
Latinoamericanos y Reunión sobre Migraciones 2012 Anual
debate
Caribeños (CELAC)

Cuando se estima Instancia de


Organización de los
Cumbre de las Américas 1994 necesario (sin seguimiento de
Estados Americanos
periodicidad fija) mandatos

Secretaría General Foro Iberoamericano sobre Bienal a partir de 2015; Instancia de


2000
Iberoamericana (SEGIB) Migración y Desarrollo antes sin periodicidad fija. debate

C. Foros intergubernamentales subregionales


Institución Foro Año de Periodicidad de los Tipo de foro
creación encuentros
Instancia de
Mercado Común del Sur Foro Especializado
2004 Anual seguimiento de
(MERCOSUR) Migratorio
mandatos
Comisión Centroamericana Instancia de
de Directores de Migración análisis,
Comisión Centroamericana de Cuando se estima
(OCAM) en el marco del propuestas,
Directores de Migración – 1990 necesario (sin
SICA y la Organización acuerdos y
OCAM periodicidad fija)
Internacional para las seguimiento de
Migraciones mandatos

Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de información oficial de los
respectivos organismos.

a) Las agendas sociales de algunos foros intergubernamentales


En el caso de los foros intergubernamentales con ejes temáticos en materia migratoria, es
interesante analizar lineamientos y objetivos de sus agendas, para identificar posibles
complementariedades entre ellas y a qué compromisos se adhieren sus miembros. Para abordar este
tema, se presenta un cuadro con los principales contenidos de las agendas de cinco de esos foros15. Como
se observa en el cuadro 5, la gran mayoría de ellos tienen como orientación principal un enfoque de
derechos, en los cuales se reafirma la importancia de la protección y desarrollo social de las personas
migrantes, tomando como marco analítico, el fortalecimiento de la institucionalidad.
En términos generales, existe bastante complementariedad entre las agendas de estos foros,
donde es posible identificar que se orientan principalmente en la generación de políticas efectivas para
atender este fenómeno desde un enfoque de derechos, por lo que requiere ser abordado a través de
políticas sociales integrales. Es positivo destacar que regionalmente la concepción de que los procesos
de integración pueden contribuir a una mayor igualdad e inclusión social. Algunos de estos foros
también han dado origen en la discusión a temas tan importantes como la seguridad alimentaria y
nutricional, como también la inclusión de un enfoque de género, en las políticas de atención de las
mujeres, niñas y adolescentes migrantes de los países de la región.

15 Se consideran únicamente aquellos foros donde existe algún tipo de documentación, plan de acción, mandatos u otros,
que permita determinar los ejes temáticos de las agendas y precisar en qué ámbitos se han establecido compromisos
y metas. No se consideran los foros constituidos como espacios de debate.

72
CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

Cuadro 5
América Latina y el Caribe: principales ejes temáticos de algunos foros
intergubernamentales dedicados a la migración
Foros intergubernamentales Ejes temáticos seleccionados a
Conferencia sobre Hambre, Pobreza y
Políticas efectivas para atender el fenómeno migratorio; alza de los precios
Migración: conclusiones y recomendaciones
de los alimentos; cambio climático.
del Programa Mundial de Alimentos
Conferencia Suramericana sobre Migración de
a cargo de la Secretaría Técnica de la Fortalecimiento de la gestión migratoria; gestión fronteriza; derechos de
Organización Internacional para las los migrantes; información migratoria.
Migraciones
Conferencia Regional sobre Migración a cargo Proteger los derechos humanos de las personas migrantes.
de la Secretaría Técnica de la Organización Crear red de leyes migratorias coherentes.
Internacional para las Migraciones Reducción de la pobreza; reforzar los vínculos entre migración y desarrollo.
Promover y desarrollar políticas sobre las migraciones internacionales;
Foro Iberoamericano sobre Migraciones y
Desarrollo de la Secretaría General desarrollo e integración regional; fortalecimiento de la información
Iberoamericana migratoria; difusión de los derechos humanos de las personas migrantes y
sus familias.
Avanzar en políticas integrales que favorezcan una migración ordenada,
Reunión sobre Migraciones de la Comunidad
segura y regular; avanzar en la actualización de la normativa migratoria
de Estados Latinoamericanos y Caribeños
interna; incluir el enfoque de género en las políticas de atención de las
(CELAC)
mujeres, niñas y adolescentes migrantes de los países de la región.
Comisión Centroamericana de Directores de
Legislación, sistemas de información, derechos humanos, seguridad,
Migración (OCAM) a cargo de la Secretaría
infraestructura, documentación, cooperación, trabajo, procedimientos
Técnica de la Organización Internacional para
y políticas.
las Migraciones

Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de información oficial de los
respectivos organismos.
a Los diversos foros pueden presentar diversos ejes temáticos, sobre todo dependiendo del año en la cual se efectuó la reunión,

por lo que los ejes temáticos fueron seleccionados dependiendo de la información oficial disponible de cada organismo.

2. Las áreas nacionales responsables del diseño y definición


de políticas para la población migrante
a) Los ministerios y secretarías a cargo de la población migrante
Para identificar las entidades rectoras para la población migrante, se ha tratado de identificar a
la instancia que tiene su rectoría formalmente otorgada por un instrumento legal, o ante su ausencia, si
tiene a cargo la definición de políticas migratorias. Para el caso de la inmigración, dado el rol regulatorio
asumido históricamente de control migratorio, existe un cierto patrón común, donde gran parte de los
cuerpos normativos definen claramente qué áreas gubernamentales tienen estas áreas designadas. En el
caso de la emigración, las estrategias nacionales y su situación institucional han tenido un desarrollo
desigual, con variaciones según cada experiencia nacional, pudiendo encontrar países con un desarrollo
importante, mientras en otros tiende a ser un componente de la estrategia migratoria nacional sin
diferencias institucionales.
Como se muestra en el gráfico 8 y cuadro 6, el tipo de autoridad que coordina o ejerce la rectoría
en la mayoría de los casos es el Ministerio del Interior (18 países) seguido del Ministerio de Relaciones
Exteriores (6 países) y en menor frecuencia el Ministerio de Justicia (4 países). También se identificó
un caso en que la Presidencia del gobierno (Barbados) asume dicha función, y otro caso en que existe
un Ministerio especializado en materia migratoria. Aunque no hay correlación entre el tipo de organismo
que coordina y la cantidad de derechos otorgados a los inmigrantes, es posible destacar que persiste la
idea de preservar la seguridad interior del Estado como prioridad ante las migraciones, lo que se
evidencia en el tipo de organismo al que se le atribuye la potestad de regir estos procesos.

73
CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

Gráfico 8
América Latina y el Caribe (30 países): principales instancias de gobierno formalmente encargadas
de coordinar la atención a las personas migrantes
(En número de países)

18

1 1

Ministerio del Interior Ministerio de Relaciones Ministerio de Justicia Ministerio especializado Presidencia,
Exteriores Vicepresidencia o
Número de instancias Delegado Presidencial

Fuente: Elaboración propia a partir de la base de datos de institucionalidad social de CEPAL: https://dds.cepal.org/
bdips/seg81.php.

Cuadro 6
América Latina y el Caribe (30 países): articulación y rectoría de las instituciones dedicadas
a las personas migrantes
Tipo de autoridad que coordina o ejerce
País Organismo especializado en migración
la rectoría
Antigua y Ministry of Foreign Affairs, International
Department of Immigration
Barbuda Trade and Immigration
Ministerios del Interior, Obras Públicas y
Argentina Dirección Nacional de Migraciones
Vivienda
Bahamas Department of Immigration Minister of Foreign Affairs & Immigration
Barbados Barbados Immigration Department Prime Minister's Office
Belice Department of Immigration and Nationality Services Ministry of Immigration
Bolivia (Estado
Dirección General de Migración Ministerio de Gobierno
Plurinacional de)
Brasil a Departamento de Migraciones Ministerio de Justicia y Seguridad Pública
Chile Departamento de Extranjería y Migración Ministerio del Interior y Seguridad Pública
Colombia Migración Colombia Ministerio de Relaciones Exteriores
Costa Rica Dirección General de Migración y Extranjería Ministerio de Gobernación y Policía
Cuba Dirección de Identificación, Inmigración y Extranjería Ministerio del Interior
Commonwealth Ministry of Justice, Immigration and National
Immigration Division
of Dominica Security
Comandancia General de Policía/Dirección nacional de
Ecuador Ministerio de Gobernación y Policía
Migración
El Salvador Dirección General de Migración y Extranjería Ministerio de Justicia y Seguridad Pública
Granada Ministry of Legal Affairs Ministry of Legal Affairs

74
CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…
Cuadro 6 (conclusión)
Tipo de autoridad que coordina o ejerce
País Organismo especializado en migración
la rectoría
Guatemala Dirección General de Migración Ministerio de Gobernación
Guyana Ministry of Foreign Affairs Ministry of Foreign Affairs
Ministère de l’Intérieur, des Collectivités
Haití Direction de l’Immigration et de l’Émigration (DIE)
Territoriales et de la Défense Nationale
Honduras Dirección General de Migración y Extranjería Secretaría de Gobernación y Justicia
Jamaica Passport, Immigration and Citizenship Agency (PICA) Ministry of National Security
México Instituto Nacional de Migración Secretaría de Gobernación
Nicaragua Dirección General de Migración y Extranjería Ministerio de Gobernación
Panamá Servicio Nacional de Migración Panamá Ministerio de Gobierno y Justicia
Paraguay Dirección General de Migraciones Ministerio del Interior
Perú Superintendencia Nacional de Migraciones Ministerio del Interior
República
Dirección General de Migración y Extranjería Secretaría de Estado de Interior y Polícia
Dominicana
Suriname Ministerie van buitenlandse zaken Ministerio de Relaciones Exteriores
Trinidad y
Immigration Division Ministry of National Security
Tabago
Uruguay Dirección Nacional de Migraciones Ministerio del Interior
Venezuela
Ministerio del Poder Popular para Relaciones
(República Comisión Nacional de Migración
Exteriores
Bolivariana de)

Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de información oficial de los
respectivos organismos.
a Para el caso de Brasil, la administración de la migración es administrada también en parte por el Ministerio de Trabajo

y Empleo.

D. Instancias intersectoriales a cargo de coordinar las políticas


para la población migrante
En la región se le ha otorgado gradualmente mayor importancia a las instancias que entregan un espacio
de coordinación intersectorial entre diversas entidades gubernamentales y de la sociedad civil, lo cual
afirma la importancia de comprender las soluciones como mecanismos integrales que promuevan los
derechos de este segmento en las diversas temáticas específicas (pobreza, protección social, salud,
trabajo, cuidado, discriminación, género y otras).
Por lo general las entidades colegiadas intersectoriales, se constituyen como gabinetes o
consejos para la migración, compuestos normalmente por los ministros del área social y las direcciones
de servicios especializados, encabezados por el Presidente, un Vicepresidente o un ministro designado
como coordinador, con una secretaría técnica colegiada o radicada en el área de planificación.
Entre los 33 países de la región sobre los que se dispone de información oficial, las entidades
colegiadas están presentes en 15 casos. Diez fueron creados después de 2000, lo que habla de lo reciente
de este tema dentro de la institucionalidad en la región. Más que un modelo único o alternativo
representan una instancia complementaria, donde la coordinación, planificación, discusión y ejecución
sobre la política pública se distribuye entre las distintas reparticiones del Estado (véase el cuadro 7).
Los Ministerios del Interior (gobernación o equivalentes) cumplen esa función en seis casos En cinco
casos, estos consejos o gabinetes están coordinados por el Ministerio de Relaciones Exteriores. Para los
otros casos, esta autoridad se diversifica en otros Ministerios, tales como un Viceministerio en el caso

75
CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

de El Salvador (dependiente del Ministerio de Relaciones Exteriores), el Ministerio del Trabajo en el


caso del Brasil o el Ministerio de Asuntos Sociales y del Trabajo en Haití16.
Respecto a la variedad de autoridades que conforman estas instancias de coordinación es
importante destacar su diversidad sectorial, nivel jerárquico y grado de autonomía. Su propósito
principal es la coordinación, pero queda patente que hay mucho por avanzar en la construcción de
instancias con un fuerte poder de liderazgo, y una definición más clara de los mandatos, recursos y
capacidades de coordinación interinstitucional. También importa en qué medida su entidad
coordinadora tiene interiorizado desde el punto de vista normativo un enfoque de derechos o solamente
de seguridad nacional y control fronterizo. Desde el punto de vista de la inclusión social en dichas
instancias las entidades relacionadas con la protección social y el trabajo decente deberían desempeñar
un papel central (trabajo, salud, educación y formación, entre otros).

16 En el caso del Estado Plurinacional de Bolivia no se obtuvo información oficial sobre la composición de la instancia
en cuestión.

76
CEPAL
Cuadro 7
América Latina y el Caribe (15 países): principales instancias de coordinación intersectorial encargadas de la protección
y atención a las personas migrantes
(En número de instituciones)
Instancia colegiada de
Año de
País a coordinación intersectorial de Coordina o preside Instituciones y otros participantes
creación
políticas sociales
Bolivia (Estado Plurinacional de) Consejo Nacional de Migraciónb 1976 N.D N.D

Brasil Consejo Nacional de Inmigración 1980 Ministerio del Trabajo Abogacía General de la Unión; La Agencia Brasileña de Inteligencia; Alto
Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados; Centro Internacional
para el Desarrollo de Políticas Migratorias, Comisión Nacional para Población y
Desarrollo; Defensoría Pública de la Unión; Instituto Migraciones y Derechos
Humanos, Ministerio de Desarrollo Social y Agrario; Ministerio de Derechos
Humanos; Y en el caso de las mujeres. Organización Internacional del Trabajo;
77

Organización Internacional para las Migraciones, Policía Federal; Secretaría de


Políticas Públicas de Empleo y la Secretaría de Previsión.
Chile Consejo Nacional de Política 2014 Ministerio del Interior y de Secretaría General de la Presidencia, y los Ministerios del Exterior, Educación,

Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…


Migratoria Seguridad Pública Justicia, Trabajo, Salud, Desarrollo Social, y del Servicio Nacional de la Mujer.

Costa Rica Consejo Nacional de Migración 1952 Dirección General de Migración y Ministro(a) Ministerio de Gobernación y Policía.
Extranjería Ministro(a) Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto
Ministro(a) Ministerio de Trabajo y Seguridad Social
Ministro(a) Ministerio de Planificación Nacional y Política Económica Ministro(a)
Ministerio de Salud.
Ministro(a) Ministerio de Educación.
Director(a) Dirección General de Migración y Extranjería
Presidente(a) Ejecutivo del Instituto Costarricense de Turismo.
Presidente(a) Ejecutivo de la Caja Costarricense de Seguro Social.
Dos personas representantes de las organizaciones de la sociedad civil, vinculadas
al tema migratorio, nombradas por la Defensoría de los Habitantes.
Cuadro 7 (continuación)

CEPAL
Instancia colegiada de coordinación Año de
País a Coordina o preside Instituciones y otros participantes
intersectorial de políticas sociales creación

Colombia Comisión Nacional Intersectorial de 2003 Ministerio de Relaciones Ministro del Interior y de Justicia, o su delegado; el Ministro de Defensa Nacional,
Migración Exteriores o su delegado; el Ministro de la Protección Social, o su delegado; el Ministro de
Comercio, Industria y Turismo, o su delegado; el Director del Departamento
Administrativo de Seguridad "DAS", o su delegado; el Director General del
Departamento Nacional de Planeación, o su delegado; el Director del Instituto
Colombiano para el Fomento de la Educación Superior "ICFES", o su delegado; el
Director del Instituto Colombiano de Crédito Educativo y Estudios Técnicos en el
Exterior "ICETEX", o su delegado; y el Director de Asuntos Consulares y
Comunidades Colombianas en el Exterior del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Costa Rica Consejo Nacional de Migración 1952 Dirección General de Migración y Ministro(a) Ministerio de Gobernación y Policía.
Extranjería Ministro(a) Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto
Ministro(a) Ministerio de Trabajo y Seguridad Social
Ministro(a) Ministerio de Planificación Nacional y Política Económica Ministro(a)
Ministerio de Salud.
Ministro(a) Ministerio de Educación.
Director(a) Dirección General de Migración y Extranjería
Presidente(a) Ejecutivo del Instituto Costarricense de Turismo.
Presidente(a) Ejecutivo de la Caja Costarricense de Seguro Social.
78

Dos personas representantes de las organizaciones de la sociedad civil, vinculadas al tema


migratorio, nombradas por la Defensoría de los Habitantes.
El Salvador Consejo Nacional para la Protección 2011 Viceministerio para los Ministerio de Relaciones Exteriores, a través del Viceministerio para los
y Desarrollo de la Persona Migrante Salvadoreños en el Exterior Salvadoreños en el Exterior.

Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…


y su Familia b) Ministerio de Trabajo y Previsión Social.
c) Ministerio de Salud.
d) Ministerio de Educación.
e) Ministerio de Economía.
f) Ministerio de Agricultura y Ganadería.
g) Ministerio de Turismo.
h) Ministerio de Justicia y Seguridad Pública, a través de la Dirección General de
Migración y Extranjería.
i) Corporación de Municipalidades de la República de El Salvador.
j) Procuraduría General de la República.
k) Registro Nacional de Personas Naturales. Representantes no gubernamentales:
l) Tres representantes de las asociaciones de salvadoreños radicados en el exterior.
m) Un representante de las organizaciones no gubernamentales debidamente
inscritas en
El Salvador, interesadas y relacionadas con la materia.
n) Un representante de las universidades privadas.
o) Un representante de la Universidad de El Salvador.
p) Un representante de las asociaciones de la pequeña y mediana empresa.
Cuadro 7 (continuación)

CEPAL
País a Instancia colegiada de Año de Coordina o preside Instituciones y otros participantes
coordinación intersectorial de creación
políticas sociales
Guatemala Consejo Nacional de Atención al 2007 Ministerio de Relaciones El Ministro de Relaciones Exteriores, quien lo Preside;
Migrante Exteriores b) Un diputado electo por el Pleno del Congreso de la República, de una terna propuesta
por la Comisión de Migrantes de este Organismo;
e) El Secretario de la Secretaria de Planificación y Programación de la Presidencia
(SEGEPLAN);
d) El Procurador Adjunto de los Derechos Humanos, a cargo de la atención a los
derechos humanos de los migrantes;
e) El Viceministro de Economía a cargo de la política económica exterior de Guatemala;
f) El Viceministro de Trabajo y Previsión Social a cargo de la atención a los trabajadores
guatemaltecos en el extranjero;
g) El Gerente General del Banco de Guatemala; y,
h) El Secretario Ejecutivo del CONAMIGUA, quien participará con voz pero sin voto y,
también será el Secretario de dicho Consejo.
Haití Office Nationale de la Migration 1995 Ministère des Affaires Sociales et Conseil d’administration composé des représentants du Premier Ministre, du Ministère
du Travail des Affaires Étrangères, du Ministère de l’Intérieur, du Ministère des Haïtiens Vivant à
l’Étranger et du Ministère de la Planification et de la Coopération Externe
79

México Consejo Consultivo de Política 2012 Secretaría de Gobernación El Consejo estará integrado por:
Migratoria

Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…


I. El Secretario de Gobernación;
II. El Subsecretario de Población, Migración y Asuntos Religiosos;
III. El Comisionado del Instituto Nacional de Migración;
IV. El Titular de la Unidad de Política Migratoria;
V. Subsecretarios o su equivalente, de las siguientes dependencias:
a) Secretaría de Relaciones Exteriores, y
b) Secretaría del Trabajo y Previsión Social;
VI. El Titular del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia;
VII. El Presidente de la Comisión de Población y Desarrollo de la Cámara de
Senadores;
VIII. El Presidente de la Comisión de Población, Fronteras y Asuntos Migratorios de la
Cámara de Diputados;
IX. El Presidente y un integrante de la Comisión de Asuntos Migratorios de la
Conferencia Nacional de Gobernadores u órgano equivalente;
X. El Quinto Visitador de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos;
XI. El Presidente del Consejo Ciudadano del Instituto;
XII. Los representantes de dos organizaciones de la sociedad civil, y
XIII. Dos académicos o expertos en el tema migratorio
Cuadro 7 (continuación)

CEPAL
Instancia colegiada de
Año de
País a coordinación intersectorial de Coordina o preside Instituciones y otros participantes
creación
políticas sociales
Nicaragua Consejo Nacional de Migración y 2011 Ministerio de Gobernación 1) Ministra o Ministro, Viceministra o Viceministro de Gobernación, quien lo presidirá;
Extranjería 2) Directora o Director, Subdirectora o Subdirector General de Migración y Extranjería
quien estará a cargo de la Secretaría Ejecutiva del Consejo;
3) Ministra o Ministro de Relaciones Exteriores o su representante;
4) Ministra o Ministro del Trabajo o su representante;
5) La persona a cargo de la Presidencia Ejecutiva del Instituto Nicaragüense de Turismo o
su representante;
6) Diputado o Diputada de la Comisión de la Paz, Defensa, Gobernación y Derechos
Humanos de la Asamblea Nacional;
7) Procurador o Procuradora General de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos
Humanos o el Subprocurador o Subprocuradora General; y
8) Ministra o Ministro, Viceministra o Viceministro de la Familia, Adolescencia y Niñez.
Panamá Consejo Consultivo de Migración 2008 Ministerio de Gobierno y Justicia El Ministro de Gobierno y Justicia, quien lo presidirá.
2. El Ministro de Relaciones Exteriores.
3. El Ministro de Trabajo y Desarrollo Laboral.
4. El Ministro de Comercio e Industrias.
5. El Ministro de Economía y Finanzas.
6. El Presidente del Tribunal Electoral.
80

7. El Gerente General del Instituto Panameño de Turismo.


8. El Secretario Ejecutivo del Consejo de Seguridad Pública y Defensa Nacional.
9. El Director General del Servicio Nacional de Migración, quien desempeñará las

Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…


funciones de secretario, con derecho a voz
Perú Comisión Multisectorial 2011 Ministerio de Relaciones Ministerio de Relaciones Exteriores, que la presidirá.
Permanente “Mesa de Trabajo Exteriores - Presidencia del Consejo de Ministros.
Intersectorial para la Gestión - Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo.
Migratoria” - Ministerio del Interior.
- Dirección General de Migraciones y Naturalización
(DIGEMIN).
- Superintendencia Nacional de Administración
Tributaria (SUNAT).
NORMAS LEGALES El Peruano Lima, miércoles 27 de julio de 2011 447325
- Oficina de Normalización Previsional (ONP).
- Superintendencia de Banca, Seguros y
Administradoras Privadas de Fondos de Pensiones (SBS).
- Ministerio de Educación.
- Ministerio de la Mujer y Desarrollo Social.
- Ministerio de la Producción.
- Ministerio de Justicia.
- Instituto Nacional Penitenciario (INPE).
- Ministerio Público.
- Ministerio de Salud.
- Seguro Social de Salud (ESSALUD).
- Seguro Integral de Salud (SIS).
- Fondo MIVIVIENDA S.A.
- Instituto Nacional de Estadísticas e Informática (INEI).
Cuadro 7 (conclusión)

CEPAL
Instancia colegiada de
Año de
País a coordinación intersectorial de Coordina o preside Instituciones y otros participantes
creación
políticas sociales
República Dominicana Consejo Nacional de Migración 2004 Secretaría de El Secretario de Estado de Interior y Policía.
Estado de Interior y Policía 2. El Secretario de Estado de Relaciones Exteriores.
3. El Secretario de Estado de las Fuerzas Armadas.
4. El Secretario de Estado de Trabajo.
5. El Secretario de Estado de Turismo.
6. El Secretario de Estado de Obras Públicas.
7. El Secretario de Estado de Salud Pública.
8. El Secretario de Estado de Agricultura.
9. El Juez Presidente de la Junta Central Electoral
10. El Presidente de la Comisión de Interior y Policía del Senado.
11. El Presidente de la Comisión de Interior y Policía de la Cámara de Diputados
Uruguay Junta Nacional de Migración 2008 Ministerio de Relaciones Presidencia de la República, Ministerio de Relaciones Exteriores, Ministerio del Interior,
Exteriores Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, y Ministerio de Desarrollo Social.
81

Venezuela (República Comisión Nacional de Migración 2004 Ministro con competencia en Ministerios con competencia en relaciones exteriores, defensa, educación, pesca,
Bolivariana de) materia de extranjería y agricultura, ganadería, producción, comercio y trabajo.
migración

Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…


Fuente: Elaboración propia a partir de la base de datos sobre institucionalidad social de CEPAL [en línea] https://dds.cepal.org/bdips/seg81.php
a En el caso de México, la Ley de Migración (2011) y su Reglamento (2012) también establecen un Consejo Ciudadano Consultivo conformado por trece representantes de

organizaciones vinculadas a la migración, la niñez, la academia y el empresariado.


b No se dispone de información oficial reciente que dé cuenta de la continuidad o periodicidad de las actividades de dicho Consejo, como tampoco de algún acto o norma que lo haya disuelto.
CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

1. Implementación, seguimiento y monitoreo


de acuerdos y convenios
La implementación, seguimiento y monitoreo activos responden al propósito de mantener al día los
avances en los compromisos adquiridos por los Estados que han suscrito los acuerdos, con miras a su
eficiente aplicación y obtener los resultados esperados, lo que incluye tomar decisiones sobre ajustes y
mejoras en el proceso de implementación y puesta en práctica. Como se ha mencionado, la voluntad
política de implementar y financiar efectivamente dichos convenios, en especial en materia de
portabilidad de derechos de seguridad social, es una condición indispensable. Además, es necesario
generar información pertinente y específica en la forma de indicadores lo que eventualmente puede
implicar hacer ajustes organizacionales y de recursos técnicos y humanos en las instituciones dedicadas
al tema. La oportunidad, actualidad y confiabilidad de la información son aspectos clave para un buen
monitoreo del bienestar de las personas migrantes.
Una manera de comenzar un seguimiento aproximativo a este tema consiste en definir
indicadores sobre derechos humanos los que pueden definirse como “información específica sobre el
estado o las condiciones de un objeto, acontecimiento, actividad o resultado” (Ceriani, 2015, pág. 7). La
virtud de los indicadores descansa en la posibilidad que estos ofrecen para evaluar y realizar la
promoción e implementación de los derechos humanos.
En el siguiente cuadro se presenta un ejemplo de indicadores de derechos humanos aplicado a las
personas migrantes. Se utilizan las tres categorías de indicadores: estructurales, de proceso y de resultado. Se
utilizan tres derechos de gran visibilidad en el caso de los migrantes: el derecho al trabajo decente, el derecho
del migrante a la salud, y el derecho del migrante a la educación (ver cuadro 8).
De acuerdo con Naciones Unidas (2012) los indicadores estructurales permiten captar la aceptación,
la intención y el compromiso del Estado para aplicar medidas de acuerdo con sus obligaciones de derechos
humanos. Por su parte, los indicadores de proceso buscan medir en los esfuerzos que los Estados garantes se
encuentran realizando para convertir los compromisos en resultados. Finalmente, los indicadores de
resultados buscan capturar los logros individuales y colectivos que dan cuenta del disfrute de los derechos
humanos en un contexto determinado (Naciones Unidas, 2012, pág. 40).

Cuadro 8
Ejemplos de indicadores sobre derechos humanos sobre los migrantes
Derecho Indicadores estructurales/de proceso/de resultados
Derecho del migrante a un trabajo decente Existencia de un programa de trabajo decente a nivel nacional, en que se
consideren específicamente las dificultades que enfrentan los trabajadores
migrantes.
Número de programas encaminados a facilitar el acceso de migrantes
al mercado de trabajo.
Tasa de empleo y tasa de desempleo de los trabajadores migrantes,
en comparación con los nacionales.
Derecho del migrante a la salud Tratados internacionales de derechos humanos pertinentes con respecto al
derecho al goce del más alto estándar asequible de salud física y mental,
ratificados por el Estado.
Número/proporción de decisiones judiciales sobre el derecho a la salud
de los migrantes.
Tasa de acceso de los migrantes a cada centro de salud pública, en relación con
los nacionales.

82
CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

Cuadro 8 (conclusión)

Derecho Indicadores estructurales/de proceso/de resultados


Derecho del migrante a la educación Leyes que establezcan explícitamente el derecho a la educación obligatoria
para todos los migrantes, sea cual fuere su situación de migración o residencia,
en términos de igualdad con el de los nacionales.
Proporción de quejas recibidas sobre restricciones del derecho de los migrantes
a la educación, y número de decisiones judiciales sobre el derecho de los
migrantes a la educación.
Relación entre el número de niños migrantes que abandonan tempranamente el
colegio y el de los niños nacionales en igual situación.

Fuente: Elaboración propia sobre la base de J. Dehays (2017), P. Ceriani y otros (2015). Indicadores de derechos humanos
para migrantes y sus familias. Documento de Trabajo N° 5, Asociación Mundial de Conocimientos sobre Migración y
Desarrollo (KNOMAD, por sus siglas en inglés).

En suma, a nivel nacional, pueden resumirse cinco grandes desafíos. El primero es adecuar los
marcos normativos nacionales a los estándares internacionales e implementarlos efectivamente,
mediante los arreglos organizacionales, las herramientas técnico-operativas y de gestión, así como con
los recursos de financiamiento suficientes. Para ello el seguimiento y monitoreo activos son una tarea
que recae sobre los propios gobiernos, la sociedad civil y los foros y organismos internacionales.
Un segundo desafío se relaciona con lograr una coordinación intersectorial efectiva a nivel
central que redunde en estrategias sistémicas y nacionales en torno a la inclusión social de las personas
migrantes y el respeto de sus derechos. En tercer lugar, se encuentra el logro de una efectiva
coordinación vertical (territorial) entre los diferentes niveles de gobierno. Esto sigue siendo un reto,
toda vez que es en el ámbito local en donde se juega la inclusión y el acceso al trabajo, a los servicios
sociales y a la protección social.
Un cuarto asunto es definir el espacio de colaboración y complementariedad entre institucionalidad
pública y sociedad civil. Las organizaciones de la sociedad civil desempeñan un papel central en el apoyo
directo a las personas migrantes y contribuyen sobremanera a darles voz a los colectivos de migrantes ante
las autoridades. Pero no por ello pueden sustituir el papel y garantías que deben proveer los gobiernos, sino
más bien conectar a las personas migrantes con las políticas y servicios disponibles para el conjunto de la
población. Finalmente, como se ha insistido a lo largo de este trabajo, está el desafío de que la
institucionalidad logre identificar y atender las necesidades, vulnerabilidades y derechos en los distintos
momentos o etapas del ciclo de la migración, según las especificidades de cada caso nacional.

83
CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

IV. Recomendaciones de política y desafíos


para la protección social

La migración internacional dentro, entre y hacia América Latina y el Caribe requiere respuestas de largo plazo
por parte de las políticas públicas y su institucionalidad. En el caso específico de los sistemas de protección
social, la atención a las personas migrantes termina beneficiando a las poblaciones locales, pues la migración
supone que estos deben adaptarse a dinámicas de transnacionalidad en cuanto a las vulnerabilidades, los riesgos,
las necesidades y los derechos de las personas. El gran desafío entonces es que estos sistemas se ven confrontados
a poblaciones móviles, la mayoría de las instituciones en los países receptores están atadas a Estados específicos
y están diseñados para atender únicamente a poblaciones sedentarias, cuando las “necesidades de protección
social de las poblaciones móviles se extienden más allá de las fronteras del Estado-nación porque los migrantes
mantienen responsabilidades aquí y allá” (Serra Mingot y Mazzucato, 2016, pág. 14). No obstante, en ausencia
de estrategias y políticas nacionales para enfrentar este desafío suelen quedar al frente y con muchas limitaciones
familias trasnacionales muy vulnerables y escasos recursos, así como “las organizaciones de la sociedad civil y
algunos gobiernos locales [que han] sustituyen la falta de políticas gubernamentales, prestando atención jurídica,
social e incluso médica a los extranjeros residentes (…) que lo necesitan” (de las Heras, 2016, pág. 11).
En este documento se ha tratado de analizar y visibilizar las vulnerabilidades y riesgos más importantes
en las distintas etapas del ciclo de la migración y del ciclo de vida de las personas migrantes, con el fin de
identificar medidas y estrategias relevantes en los diferentes y muy diversos escenarios migratorios de la región,
y con el objetivo de que las personas migrantes sean un segmento de población sistemáticamente considerado
por los sistemas de protección social. En ningún caso se trata de que las personas migrantes compitan con los
nativos, sino que todas las poblaciones se vean beneficiadas en función de la titularidad de derechos. A
continuación, se describen algunos instrumentos de protección social de especial trascendencia para las personas
migrantes, agrupados según el tipo de estrategia y etapa del ciclo de la migración.

85
CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

A. Algunos instrumentos de la protección social


en el ciclo migratorio
Desde el punto de vista de la institucionalidad migratoria en la región se han registrado algunos avances en los
últimos años, como también en la construcción de sistemas de cuidados y de protección social. Sin embargo, en
el caso de los sistemas de protección social, y en el caso específico de la población migrante quedan todavía
enormes desafíos institucionales y de cobertura.
A la luz de esta evolución, la CEPAL ha planteado la idea de avanzar hacia sistemas de protección social
de carácter universal, promoviendo la integración de los componentes contributivos, los no contributivos, la
regulación del mercado laboral y los sistemas de cuidado, como base necesaria para avanzar de una vez hacia
una inclusión social y la garantía de derechos (CEPAL, 2017b, pág. 161)
Es necesario, entonces, contar con un marco jurídico normativo integral, que reconozca a las personas
migrantes como titulares de derechos humanos y civiles, sin distinción con la población nacional, en cuanto a
sus libertades individuales, sus derechos económicos, sociales y culturales, así como civiles y políticos,
asegurando un bienestar económico y acceso a la de seguridad social. Las entidades formales del Estado debieran
así abogar por una política migratoria intersectorial e inclusiva, con un enfoque de derechos que garantice un
acceso formal a los servicios sociales en iguales condiciones que a la población local, que asiente su estabilidad
y fortaleza en instrumentos legales, explicitando este enfoque para todas las personas que habitan en el territorio
nacional. La implementación de acciones enfocadas en reducir las desigualdades sociales debe ser el camino
trazado para lograr un sistema accesible y equitativo para todas las personas, con especial consideración a grupos
socialmente vulnerables.
La complejidad de avanzar en esa dirección es considerable dado que en la mayoría de los países de la
región la protección social tampoco es universal para los ciudadanos no migrantes. Las estrategias de ampliación
de cobertura deben considerar a un conjunto heterogéneo de población. Un asunto de particular dificultad es el
caso particular de los migrantes irregulares: ¿Cabe pensar y financiar esquemas universales abiertos a todas las
personas independientemente de su estatus migratorio, o bien se requiere primero una acción de regularización
o formalización que les provea una identidad jurídica básica? Mucho depende de qué componentes específicos
de la protección social se hace referencia, siendo más evidente, por ejemplo, la importancia de garantizar el
acceso a la educación básica y la salud de forma universal en el caso del conjunto de la población infantil y otros
segmentos vulnerables a la pobreza. Por ello, más adelante se señalan algunos ámbitos de acción prioritaria. No
obstante, lo anterior, dado el panorama de la institucionalidad en materia migratoria es esencial construir espacios
de intersectorialidad en donde las complejas problemáticas que aquejan a las personas migrantes puedan ser
abordadas. Como se vio en la sección anterior han surgido en varios países instancias o consejos en materia
migratoria, un primer paso en esa dirección que requiere ser consolidado y profundizado.
Más allá de estas orientaciones estructurales, siguiendo a (Sabates Wheeler y Koettl, 2010; Sabates
Wheeler y Waite, 2003), pueden distinguirse varios tipos de instrumentos concretos de la protección social según
sus objetivos y efectos (cuadro 9). En primer lugar, destacan las medidas de promoción activa que buscan
mejorar los ingresos y las capacidades de las personas. Conciernen por ejemplo las políticas del mercado laboral
en los países de destino, las cuales se orientan a asegurar el trabajo decente para el conjunto de la población
incluyendo a la población migrante, regulando el acceso y calidad del empleo, las condiciones laborales, así
como el combate a la discriminación. Vinculado con lo anterior, estos instrumentos velan tanto por el acceso
igualitario a los servicios sociales en general, como por iniciativas en que las personas migrantes requieran de
un apoyo específico, tales como el acceso a la vivienda y apoyos para facilitar el traslado. Nótese que en este
marco los instrumentos de apoyo al traslado están presentes a lo largo de todo el ciclo migratorio.
En segundo lugar, están los instrumentos de protección social con un carácter transformador debido a
que modifican el poder relativo de negociación de las personas ante la discriminación y el abuso. De particular
importancia son los marcos jurídico-normativos de los países y su aplicación efectiva. De ahí la importancia de

86
CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

los convenios internacionales para la protección de las personas migrantes, y las campañas de concientización
sobre los derechos y aportes asociados a la migración. En tercer lugar, los instrumentos preventivos de la
protección social ayudan a evitar las desventajas y privaciones ocasionadas por diversos riesgos y
vulnerabilidades, y refieren a diversas modalidades de aseguramiento, tanto de orden público, como privado.
Finalmente, están los instrumentos de protección que buscan aliviar las privaciones cuando ya han ocurrido. Un
ejemplo son los subsidios en ámbitos como la educación o la vivienda, para las personas migrantes quienes
pueden requerir de este apoyo extra para proteger estos derechos. Las campañas informativas y la asesoría legal
son instrumentos que también son ampliamente utilizados en las distintas etapas del ciclo migratorio, los cuales
contribuyen a favorecer una migración informada, segura, ordenada y regular. En el cuadro 9 es posible apreciar
algunos ejemplos de estos instrumentos de acuerdo con su relevancia en cada etapa del ciclo migratorio, tales como
el apoyo al derecho a sindicalización de los trabajadores migrantes en el país de destino, siendo un ejemplo de cómo
los países pueden requerir modificar su institucionalidad con tal de poder implementar efectivamente acuerdos como
el Convenio Internacional sobre la Protección de los Derechos de todos los Trabajadores Migratorios y de sus
Familiares (Naciones Unidas, 1990, pág. 3). Desde luego, algunos instrumentos son relevantes en todas las etapas del
ciclo migratorio, como las políticas de mercado laboral tendientes a fomentar el trabajo decente, como también la
adaptación de los marcos normativos nacionales a los estándares internacionales fijados con el fin de garantizar
los derechos humanos de las personas migrantes en el capítulo anterior.

87
Cuadro 9

CEPAL
Algunos instrumentos de protección social relevantes para las personas migrantes, en las distintas etapas del ciclo de la migración
Estrategias e instrumentos de protección social Ciclo de la migración
Origen Tránsito Destino Retorno
Promoción

Políticas de mercado laboral: trabajo decente; condiciones laborales; informalidad.


Servicios sociales orientados a personas migrantes
Apoyos en especie y subsidios para la vivienda
Apoyos en especie y subsidios durante el traslado
Esquemas de desarrollo local en el país de origen
Origen Tránsito Destino Retorno
Transformativa

Adecuación de la normativa migratoria


Campañas de concientización
Sindicalización
Convenciones internacionales para la protección de migrantes
88

Acuerdos bilaterales entre países emisores y receptores de migrantes


Marcos regulatorios para el empleo establecidos por países de origen en relación con sus
nacionales en el extranjero

Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades


Sensibilización en relación con los riesgos asociados con la migración, tales como
HIV/SIDA, trata y tráfico, migración irregular
Acceso a sistemas de protección social para migrantes retornados
Acceso a sistemas de protección social a población vulnerable
Preventiva Origen Tránsito Destino Retorno

Medidas gubernamentales para favorecer la migración regular en el país de destino


Seguros para migrantes internacionales en países de destino provistos por países de origen
Iniciativas de aseguramiento para migrantes retornados
Origen Tránsito Destino Retorno
Protectora

Subsidios: educación, emprendimiento, salud, vivienda


Campañas informativas
Asesoría legal y apoyo consular
Asesoramiento para migrantes internacionales y retornados
Albergues para migrantes internacionales vulnerables

Fuente: Adaptado de Sabates Wheeler y Waite, 2003.


CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

B. Ámbitos de atención prioritaria


Tras haber mirado las principales necesidades, riesgos y necesidades de las personas en las diferentes
etapas del ciclo de la migración, así como diversos instrumentos de la protección social, y sin menoscabo
de las dificultades y limitaciones preexistentes de los sistemas de protección social de la mayoría de los
países, pueden identificarse algunos ámbitos prioritarios para la acción pública. Estos se derivan del
análisis, como también de las discusiones de los talleres y seminarios internacionales que se han
celebrado al alero del proyecto en el que se enmarca esta publicación. Tales ámbitos de atención
prioritaria son identificables, pues constituyen aspectos sensibles para el bienestar de los migrantes y su
capacidad relativa de negociación ante actos discriminatorios y violación de derechos, y en buena
medida vinculados con las acciones de la protección social17. Se trata del acceso a la identidad jurídica,
acceso al trabajo decente, acceso a la salud y salud sexual y reproductiva, acceso a la educación, acceso
a la vivienda, acceso a los servicios de cuidado e inclusión financiera.

1. Acceso a la identidad jurídica


La Agenda 2030 recoge esta prioridad con la meta 16.9 “De aquí a 2030, proporcionar acceso a una
identidad jurídica para todos, en particular mediante el registro de nacimientos”. El registro de
nacimiento de un niño o una niña es la constancia oficial de su existencia y reconocimiento ante la ley.
La identidad es un derecho humano consagrado en varios instrumentos internacionales, tales como: La
Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948), el Pacto Internacional sobre Derechos Civiles
y Políticos (1966), La Convención Americana de Derechos Humanos (1969) y la Convención sobre los
Derechos del Niño (1989). Cuando un niño no es inscrito este derecho está siendo vulnerado, la no
inscripción imposibilita la participación social, la posterior inclusión en la vida económica, así como el
acceso a la educación, a la salud y al cuidado, entre otros satisfactores esenciales.
Aunque en los últimos años ha habido avances con relación al registro universal, oportuno y gratuito,
en América Latina y el Caribe persiste un número elevado de subregistro de nacimientos. De acuerdo con
estimaciones de UNICEF (2011), alrededor de 1 de cada 10 niños y niñas menores de 5 años no están
registrados, lo que representa unos 6,5 millones de personas sin certificado de nacimiento. Existe una estrecha
relación entre el acceso a la identidad y las políticas de inclusión social que buscan combatir la discriminación
y permitan que las personas disfruten de sus derechos sociales, económicos, civiles y culturales.
La gratuidad de los trámites es un aspecto importante, ya que contribuye a la universalidad y a
la oportunidad, precisamente porque desvanece las barreras de entrada para aquellas personas que
carecen de recursos. En cuanto a la oportunidad, el registro debería hacerse inmediatamente después del
nacimiento o bien en los plazos que la ley establezca. Sin embargo, hay grupos de población que son
especialmente vulnerables al riesgo de no estar registrados y, por lo tanto, de ejercer el derecho a la
identidad; entre otros, los pertenecientes a poblaciones pobres y marginadas como los indígenas,
personas afrodescendientes y los hijos de inmigrantes. En este último caso, suele ocurrir que los padres
inmigrantes en situación irregular no registran a sus hijos a pesar de que tienen el derecho a ser
registrados y a adquirir la nacionalidad del lugar de destino, sobre todo por las consecuencias a ser
detectados y sancionados por las autoridades de migración (UNICEF, 2011, pág.7 y siguientes).
La ausencia de registro y, por consiguiente, la carencia de documentación se traduce en una
serie de desventajas como verse forzados a abandonar el país o la condición de apátrida -sin
nacionalidad-, pero, sobre todo, al no contar con certificado de nacimiento o documentación de
inmigración al día los migrantes irregulares se ven impedidos de disfrutar de sus derechos humanos
comprometiendo su desarrollo futuro. En efecto, el certificado de nacimiento sigue siendo un requisito
para acceder a un conjunto de prestaciones sociales, como inscribirse en la escuela y en los servicios de

17 Estos aspectos fueron mencionados reiteradamente en los seminarios y reuniones de expertos, cuya síntesis se
encuentra en el anexo1.

89
CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

salud. Lo preocupante es que, al considerarse un requisito, en la práctica se convierte en un factor de


exclusión. Puede que en algunos países la intención universalista en la educación no impida a los hijos
de padres inmigrantes en condición irregular matricularse en una escuela, pero una vez finalizada la
primaria corren el riesgo de no recibir el certificado que acredita sus estudios, truncando la etapa
educativa siguiente. En relación con el acceso a la salud, en muchos casos solo podrán aspirar a
atenciones de emergencia lo que representa una severa limitación a sus posibilidades de desarrollo.
Asimismo, el carecer de una identificación le impedirá ejercer su derecho cívico y votar en las
elecciones, tener propiedades, entre otras desventajas y casos flagrantes de vulneración de derechos.
Por eso, el Objetivo 16 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) tiene contemplado:
“Promover sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible, proporcionar acceso a la
justicia para todos y construir instituciones eficaces, responsables e inclusivas en todos los niveles”.
Asimismo, se especifica el acceso universal a la identidad en la Meta 16.9: “Para 2030, proporcionar
identidad legal para todos, incluyendo el registro de nacimiento” (TAP Network, 2016).
En este objetivo se está reconociendo que la identidad oficial tiene un doble beneficio: por un
lado, permite a una persona participar -interactuar- con los gobiernos al disponer de ciudadanía y, por
la otra, otorga la capacidad a un gobierno para planificar y presupuestar los servicios básicos de manera
efectiva. Ampliar y facilitar las vías para la regularización, y adaptarlas al perfil de las personas
migrantes son por tanto cruciales para ampliar el abanico de políticas (y en especial las de protección
social), sin necesidad de estatutos o excepciones con respecto al conjunto de la población.

2. Acceso al trabajo decente


El trabajo constituye un eje central de análisis del binomio migración y protección social. En primer
lugar, porque una de las principales motivaciones de las personas que migran es precisamente la
búsqueda de mejores oportunidades de empleo, vale decir, trabajos mejor remunerados, más estables y
con posibilidades de crecimiento. Incluso si esto no fuera la motivación principal del proyecto
migratorio, el trabajo es la vía principal por la que se adquieren derechos sociales y acceso a múltiples
servicios en el país de destino. También, el trabajo y la calidad del mismo determinan en gran medida
la inserción del migrante en el lugar de destino: si la persona trabaja, recibe una remuneración, cotiza al
sistema de seguridad social, posee un seguro médico y obtiene entonces una cobertura que protege a sus
dependientes. El trabajo formal otorga derechos y es una vía expedita de inclusión social.
Por otro lado, el acceso al trabajo interactúa con las regulaciones locales de entrada y permanencia
en el lugar de destino. Contar con un contrato de trabajo es para algunos países de la región condición
necesaria para permanecer en el país de manera regular, a menos que el propósito del ingreso al país sea
distinto al de trabajar, vale decir, como acompañante, estudiante u otra condición distinta a la laboral.
Sin embargo, como ya hemos señalado, la mayoría de los mercados de trabajo de los países de
América Latina y el Caribe se caracterizan por altos niveles de informalidad: en 2015 se estimaba que cuando
se considera todo el universo de trabajadores ocupados, la informalidad en América Latina llega al 47,7%
(CEPAL y OIT, 2015, pág. 18). La consecuencia más preocupante de esto es la precariedad del empleo donde
predomina la falta de acceso a prestaciones y a la seguridad social. Esta circunstancia que afecta a millones
de migrantes suele estar asociada a la irregularidad migratoria, y al abuso de los empleadores que actúan con
libertad ante la inexistencia o inoperancia de los sistemas de inspección laboral.
Siendo la informalidad una realidad muy extendida, un desafío ineludible es precisamente
mejorar la legislación con el fin de incorporar a los trabajadores migrantes informales ampliando la
cobertura, junto con sensibilizar a los empleadores para que tomen en cuenta los derechos de los
trabajadores migrantes (OIT, 2014). En este sentido, la incorporación de la temática de las condiciones
de trabajo de las personas migrantes en la agenda de las organizaciones sindicales es una tarea que luce
necesaria con miras a mejorar la inserción de la población inmigrante y estimular a su vez un rol más
activo de la inspección laboral en este tema. El efecto en la reducción de los abusos por parte de los
empleadores puede ser significativa. También, por la vía del trabajo se abren canales de comunicación

90
CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

entre países para la coordinación de sistemas de seguridad social, incluido el componente contributivo
que puede ser compartido por la vía del acuerdo y la coordinación. A partir de aquí se inaugura la
posibilidad de que la portabilidad de derechos para los migrantes sea una realidad.
Pero además, ante las tensiones que puede generar la migración en los mercados laborales
debido a la presencia de nichos informales (o incluso formales) en donde las remuneraciones y
condiciones de trabajo son peores, la necesidad de una inspección laboral que garantice en todos los
casos condiciones de trabajo decente contribuye a cambiar las prácticas de los empleadores, pues “la
discriminación contra los migrantes en términos de derechos sociales y laborales también hace que los
migrantes resulten más baratos para los empleadores a costa de los trabajadores locales”18.
El derecho a niveles dignos de ingreso está en sintonía con el trabajo decente y permite además
asegurar el bienestar de las personas dependientes de los migrantes. A futuro, ante las dinámicas
demográficas mundiales y la búsqueda de una migración laboral regulada y en condiciones de trabajo
decente, hay amplios espacios de negociación para avanzar en el largo plazo, como se apunta en el
recuadro 10, con ejemplos de iniciativas que buscan fomentar alianzas que beneficien no solamente a
las personas migrantes, sino también a las posibilidades de desarrollo de los países de origen y destino.

Recuadro 10
Acuerdos para una migración basada en calificaciones solicitadas en los países de destino
(Global Skill Partnerships)
El envejecimiento sostenido de los países desarrollados trae consigo múltiples desafíos de política pública,
especialmente en la temática de cuidados. En la medida en que la proporción de adultos mayores aumenta, crece
también la demanda por mayores servicios de cuidado para atender a esta población que posee necesidades de salud
especiales debido a su edad (OECD, 2011). Sin embargo, la baja sostenida de la natalidad junto con una disminución
de la proporción de población en edad de trabajar hace que la oferta de profesionales dedicados al cuidado sea escasa
(De La Maisonneuve y Oliveira Martins, 2013).
En ese contexto, la migración calificada desde países en vías desarrollo hacia países de destino ha sido un
elemento importante para suplir parte de esta demanda. Los bajos costos de formación de la mano de obra calificada,
junto a un perfil demográfico comparativamente más joven, perfila a los profesionales de países en vías de desarrollo
como buenos candidatos para ejercer su labor en el mundo desarrollado (Zaiceva y Zimmermann, 2014). Sin embargo,
se ha propuesto que la migración de mano de obra calificada puede suponer una pérdida para el país de origen, ya que
este pierde personas calificadas que podrían prestar servicios profesionales en sus países, contribuyendo así a su
desarrollo (Grignon y otros, 2012). Como apunta Clemens (2014) es posible una migración calificada que beneficie
tanto al país expulsor como al receptor para el caso específico de la migración relacionada con el cuidado de personas
enfermas o de edad.
Considerando los costos de la formación y los beneficios del desempeño profesional, Clemens propone un
modelo de acuerdo entre los Estados –Global Skill Partnership- que funciona sobre la base del sistema de formación
en enfermería tanto en países de origen como de destino. En esa propuesta, el estado receptor subsidia la formación de
aquellas personas que decidan seguir una carrera profesional en sus países de origen mientras, al mismo tiempo, ofrecen
cubrir parte de la formación de aquellos interesados en trabajar en el país receptor por un período de tiempo acordado. El
interesado que opta por migrar y termina su último año de estudios en el país de destino, recibiendo un entrenamiento
adaptado a las necesidades de los empleadores de dicho país. Este se beneficia al reducir su escasez de profesionales y al
aminorar los costos públicos de educación de un enfermero formado en su país que es superior al costo de formación del
país de origen. En el siguiente cuadro se exponen los beneficios del acuerdo señalados por el autor.

18
(Sabates Wheeler y Koettl, 2010, pág. 153).

91
CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

Recuadro 10 (conclusión)
Cuadro
Beneficios del “Global Skill Partnership”
Actor Beneficio
Trabajadores para ocupaciones con
País de escasez
destino Menores costos publicos en
formación
Trabajadores personalizadamente
formados
Empleador
en destino Reucción de costos de formación
Reclutamiento facilitado en origen
Empleo profesional
Formación de calidad internacional
Migrantes Acceso para estudiantes
provenientes de bajos ingresos
Aumento sustantivo en ingresos
Formación subsidiada para
profesionales que deciden quedarse
Mayor oferta de profesionales en
origen
País de Ausencia de pérdida fiscal por
origen migración de graduados
Fortalecimiento de insituciones
formadoras
Remesas de graduados emigrantes

Fuente: Elaboración propia sobre la base de Clemens (2014).

Uno de los atractivos del Global Skill Partnership es que, a diferencia de otras opciones, este respeta la voluntad
de cada persona de migrar, facilitando su proceso y desarrollo, mientras al mismo tiempo se aumenta la cantidad de
profesionales en el país de origen por medio de la diminución del costo de los programas. Aquellos estudiantes que
opten por el camino de desarrollo profesional en sus países de origen obtendrán una educación subsidiada a cambio
de comprometerse a desempeñarse en el país por un cierto período. De aquel modo, la migración de profesionales no
presentaría una pérdida fiscal para el país, sino que más bien se beneficiaría de ella al contribuir a una mayor oferta
de profesionales, fortaleciendo a las instituciones educativas que se adscriban al programa, y aumentando los ingresos
del país a partir de las remesas enviadas por los migrantes desde el extranjero.
No obstante, el buen funcionamiento de este tipo de acuerdos supone una serie de desafíos. La coordinación entre
las instituciones educacionales y de formación y los estados es necesaria para diseñar programas de formación que
ofrezcan vías compatibles de desarrollo. De igual forma, el reconocimiento de estudios y habilidades de los interesados
de por parte del país receptor es necesaria para certificar la calidad de la enseñanza y definir las prioridades de la
formación en el país de destino. Por último, y a partir de la experiencia internacional en casos similares, es necesario
robustecer los mecanismos de financiamiento de ese tipo de programas, lo cual presenta un desafío importante de
organización entre los países (Clemens, 2014).

Fuente: Elaborado sobre la base de Clemens, M. (2014), Global Skill Partnership: A Proposal for Technical Training
in a Mobile World. CGD Policy Paper 40. Washington DC: Center for Global Development; De La Maisonneuve, C.
and J. Oliveira Martins (2013), Public spending on health and long-term care: a new set of projections, OECD
Economic Policy Papers No. 6, Paris; Grignon, M. Yaw, Owusu-Ansah y Sweetman, Arthur (2012), The International
Migration of Health Professionals. IZA discussion Paper 6517, Institute for the Study of Labor (IZA); OECD (2011)
Health Reform: Meeting the Challenges of ageing and multiple morbidities, OECD. http://dx.doi.org/
10.1787/9789264122314; Zaiceva, A. y Klaus Zimmermann (2014), Migration and the Demographic Shift. IZA
discussion Paper 8743, Institute for the Study of Labor (IZA).

3. Acceso a la salud general y salud sexual y reproductiva


Es frecuente advertir que las personas que migran muestran una particular vulnerabilidad en su salud,
debido a los desajustes emocionales que supone dejar el lugar de origen, los cambios de alimentación o
las dificultades para alimentarse adecuadamente, la incertidumbre de la travesía entre otras
circunstancias. La salud es un aspecto sensible sobre todo para mujeres, niños y niñas en todas las etapas
del ciclo migratorio. Del mismo modo, existen amenazas en el camino que atentan contra la salud y la

92
CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

integridad física de los migrantes, particularmente en el caso de traslados inhumanos en condiciones


climáticas difíciles y/o por territorios hostiles. Esta necesidad está incluida en los Objetivos de
Desarrollo Sostenible con la meta 5.6, que busca “asegurar el acceso universal a la salud sexual y
reproductiva y los derechos reproductivos según lo acordado de conformidad con el Programa de Acción
de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo, la Plataforma de Acción de Beijing
y los documentos finales de sus conferencias de examen” (CEPAL, 2016).
Existen grupos de migrantes que merecen ser considerados como una prioridad por el sistema de salud del
país anfitrión. En primer lugar, los niños y las niñas no acompañados, quienes en busca de la reunificación
familiar o de otro adulto, se exponen a abusos y a un deterioro de su salud debido a la subalimentación, lo
que es especialmente preocupante dado el proceso de desarrollo físico que aún están viviendo.
La salud sexual y reproductiva es también una necesidad para muchas niñas, niños y adolescentes que
son objeto de abuso sexual, por lo que deben ser atendidos con medidas preventivas con el fin de evitar
embarazos tempranos no deseados.
Más allá de estos casos extremos, la salud es un derecho humano esencial que debe ser
garantizado a todo evento a las personas migrantes, máxime cuando la vida está en riesgo. Asimismo,
ha de tenerse en cuenta que el traslado de un país a otro conlleva un riesgo de salud pública por lo que
las políticas de inmunización para las personas migrantes constituyen una prevención de males mayores.

4. Acceso a la educación
Los niños, niñas y adolescentes en edad escolar cuya experiencia migratoria ha sido irregular y riesgosa,
sea sin compañía o como parte de una travesía en compañía de su familia o de otro adulto suelen
comprometer la continuidad de sus estudios. El acceso al sistema educativo del país de acogida ha
venido ampliándose junto con la apertura hacia el universalismo de la educación básica o primaria. Este
ámbito debería ser uno en donde el acceso universal debería resultar menos controversial, en términos
del derecho a la educación de todos los niños, niñas y adolescentes independientemente de cualquier
otra consideración, por los beneficios presentes en términos de inclusión y adaptación social al país de
destino, y a las ventajas futuras en términos de productividad a través gracias a la generación de mayores
capacidades en las nuevas generaciones. La educación habilita para participar con ciertas capacidades
en el mercado de trabajo, pero su acceso también proporciona a las personas migrantes un canal de
integración social. Cumple en ese sentido esa doble función.
Asimismo, los trabajadores migrantes no deberían ver limitadas sus posibilidades de capacitarse
con el fin de facilitar su ingreso al mundo del trabajo, particularmente, al trabajo decente. Esto también
aplica para los migrantes que habiéndose formado en sus países de origen necesitan convalidar estudios
para mejorar su inserción al trabajo. Es frecuente la existencia de barreras y deficiencias institucionales
(procesos lentos y engorrosos) para el reconocimiento de estudios. Los convenios multilaterales en
materia educativa facilitan este proceso, que puede llegar a ser decisivo para el bienestar de las personas
y sus dependientes.
La meta 4.1. de los ODS se orienta en el sentido de garantizar educación para todos los niños y
niñas, al señalar que: “De aquí a 2030, asegurar que todas las niñas y todos los niños terminen la
enseñanza primaria y secundaria, que ha de ser gratuita, equitativa y de calidad y producir resultados de
aprendizaje pertinentes y efectivos” (CEPAL, 2017).

5. Acceso a la vivienda
El acceso a la vivienda está provisto por el mercado con participación del Estado mediante diversos
apoyos y construcción de viviendas sociales. El efecto que la migración puede tener sobre el mercado
inmobiliario (venta y arriendo de viviendas), depende del volumen de inmigrantes en primer lugar, del
poder adquisitivo de estos, y de su condición migratoria, en el entendido de que en situación de
irregularidad merma la capacidad de negociación y de denunciar abusos. La vivienda para un migrante
es una necesidad que no se puede postergar, incluso en casos en que en el lugar de destino cuente con

93
CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

redes de familiares o amigos que les den alojamiento. También, la vivienda puede llegar a convertirse
en el gran proyecto familiar o individual de mediano y largo plazo en el país de destino.
Sin embargo, es más frecuente que quien llega a un país no invierta inmediatamente en un
patrimonio y busque alquilar algo ajustado a sus necesidades y recursos económicos. En este proceso
las personas migrantes se pueden encontrar con algunas dificultades, como el hacinamiento, la
discriminación y el sobreprecio. Es altamente probable que ante una migración precaria (con bajos
recursos, con acceso al mercado informal de baja calificación y por ende de bajo ingreso) la calidad del
alojamiento a la que el inmigrante tenga acceso también sea baja y esté signada por abusos. En efecto,
una estrategia a la que se recurre con frecuencia es un alto nivel de hacinamiento y/o el subarriendo en
condiciones desventajosas.
Por eso el acceso a una vivienda digna es una de las principales necesidades de las personas
migrantes, puesto que su relación con el bienestar, la salud y la seguridad de sus dependientes es muy
estrecha. De una buena vivienda, entendida por la calidad de sus materiales, el espacio y la ubicación,
depende además el acceso a servicios urbanos básicos, como agua potable electricidad, eliminación de
excretas, entre otros.
El acceso a subsidios habitacionales o créditos hipotecarios que permitan al inmigrante iniciar
el camino hacia la casa propia es la vía para garantizar el derecho a la vivienda. Este es un ejemplo más
de que la protección social no admite diferencias de nacionalidades, sino garantías de derechos.

6. Acceso a servicios de cuidado


El cuidado es un servicio esencial para la reproducción humana. En su provisión descansa buena parte
de la reproducción biológica y social de la humanidad. Su importancia es reconocida en la Agenda de
Desarrollo Sostenible con la meta 5.4. “Reconocer y valorar los cuidados y el trabajo doméstico no
remunerados mediante servicios públicos, infraestructuras y políticas de protección social, y
promoviendo la responsabilidad compartida en el hogar y la familia, según proceda en cada país”.
Las necesidades asociadas al cuidado están estrechamente relacionadas a momentos
particulares del ciclo de vida: la infancia y la tercera y cuarta edad, principalmente. Asimismo, hay
varios factores que posicionan al cuidado como una de las necesidades sociales, familiares, e
individuales cuya importancia aumenta a mayor velocidad. Desde la perspectiva de la protección social
ha sido visto como un asunto privado, puesto que son los miembros de la familia (esencialmente las
mujeres) quienes lo realizan de manera no remunerada.
Referirse al cuidado como objeto de protección social obliga a tomar en cuenta no sólo a las
personas que requieren ser cuidadas, sino también a quienes procuran ese servicio, es decir, a los
cuidadores. Es en este último aspecto en que la fuerza de trabajo migrante femenina adquiere un rol
relevante, ya que muchas mujeres migrantes (también hombres, pero en menor proporción) se han
especializado en estas labores muchas veces de manera precaria e informal y se han conformado nichos
laborales segmentados. En estas “cadenas globales de cuidado”, integradas por mujeres migrantes que
cumplen con ese rol, se transfieren tareas de cuidado desde los hogares de los países de origen a los
hogares en el país anfitrión, dando lugar a la formación de familias transnacionales, lo que implica que
la maternidad se ejerce a distancia, y que en el país de origen donde no existen sistemas de cuidado
deben cubrirse las necesidades insatisfechas de cuidado por otras vías, comenzando por las redes
familiares y comunitarias, o bien adquiriendo en el mercado local servicios de cuidado, de nueva cuenta
casi siempre realizadas por mujeres, de forma mal remunerada y precaria. En América Latina el empleo
en el sector del cuidado representa entre 5% y 10% del empleo total. (Sojo, 2017: 206).
En cuanto a la vulnerabilidad de las personas migrantes, es imprescindible seguir insistiendo en
los riesgos que enfrentan niños, niñas, adolescentes y mujeres en las travesías migratorias, y en la
medida de lo posible, poner en marcha dispositivos preventivos principalmente en salud, educación y
alimentación. Para ello es preciso buscar fórmulas más eficaces para garantizarles una vida más segura,
libre de violencia y de malos tratos que atenten contra su dignidad. En ello, la producción de información

94
CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

oportuna y de calidad sobre flujos y características de los migrantes es fundamental, pues con ello se
podrá dar orientación a la toma de decisiones en materia migratoria.

7. Inclusión financiera
En países donde el nivel de bancarización es bajo el acceso al sistema financiero se torna difícil para las
personas migrantes. De hecho, también es difícil para una parte de los nativos acceder al sistema
bancario, lo que supone una barrera estructural no menor. Esta variable puede afectar de manera
importante el bienestar de todo el grupo familiar. Si no es posible acceder a créditos, ahorrar para atender
la necesidad de enviar remesas a sus lugares de origen, se está en una gran desventaja. Por lo general,
el primer requisito para bancarizarse es contar con la documentación migratoria al día, de manera que
aquellos migrantes que permanecen en condición irregular no podrán acceder al sistema financiero. Esto
afecta las posibilidades para iniciar un emprendimiento o acumular recursos con miras a obtener un
patrimonio, lo que podría ser la fuente de ingresos y activos para la familia.
Muchos migrantes están en condiciones de hacer aportes al proceso productivo generando una
actividad económica, abriendo fuentes de empleo y pagando impuestos. Sin embargo, al dificultarse el
acceso al sistema financiero eso difícilmente puede materializarse. De allí la importancia de considerar
a los migrantes en su potencial de contribuir a la economía del país anfitrión.

C. Desafíos institucionales en torno a la migración


y la transnacionalidad
1. Coordinación bilateral y multilateral
Debido al alto porcentaje de inmigrantes que se ocupan en la economía informal, el nivel de
desprotección social de los mismos también suele ser alto. En efecto “en los países con fuertes flujos
migratorios, los inmigrantes perciben ingresos medios más bajos que los de los nativos, presentan
elevados niveles de informalidad laboral y tienen niveles de cobertura de seguridad social
significativamente más bajos que los ocupados nativos” (CEPAL y OIT, 2017, pág. 26)19. Para hacer
frente a esta situación que viven muchos inmigrantes en la región, los gobiernos de los países de destino
pueden ajustar sus legislaciones para regular y ampliar los beneficios a los que ellos tienen derecho.
Asimismo, los gobiernos pueden suscribir acuerdos bilaterales y multilaterales con el fin de dar
continuidad a las coberturas que la persona migrante tenía en su país de origen. En este sentido, “no se
intercambian dineros, sino que más bien se reconocen periodos de afiliación o de cotización que
permitan al migrante poder cumplir con los requisitos necesarios para tener derecho a una prestación”
(Arellano, 2013: 120). Los convenios bilaterales de seguridad social persiguen dos propósitos: 1) ayudar
a mantener la continuidad de la cobertura en la seguridad social para los trabajadores que han dividido
su vida laboral en dos países, permitiéndole acceder a una prestación en ambos países; 2) eliminar la
doble contribución a la seguridad social, que es el caso de un trabajador de un país que se desempeña
en otro. Al respecto, como se retoma más adelante, el Convenio de la Organización Multilateral
Iberoamericano de Seguridad Social es un instrumento cuya implementación activa y efectiva es
sumamente relevante al interior del ámbito iberoamericano.
Por otro lado, la protección social para migrantes internacionales consta de cuatro componentes: a)
acceso a la protección social formal en los países de origen y destino; b) subrogabilidad de los derechos

19 Por ejemplo, en esta publicación se documenta que en la Argentina en 2011 un 67,4% de los inmigrantes de origen
sudamericano se encontraba en situación de informalidad laboral, frente a un 41,7% de los trabajadores no migrantes
y un 41,8% de los migrantes internos, que en Costa Rica el 29% de todos los trabajadores migrantes y el 32% de las
trabajadoras migrantes estarían en la economía informal, al tiempo que en la República Dominicana, en el año 2012
el 83,6% de los trabajadores migrantes haitianos del sector agrario trabajaban de manera informal, mientras que en
la construcción esta tasa alcanzó un 91% (CEPAL y OIT, 2017, pág. 26).

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CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

adquiridos a la seguridad social entre los países de origen y destino; c) condiciones del mercado de trabajo
para los migrantes en el país de acogida y proceso de reclutamiento de los migrantes en los países de origen,
y; d) acceso a las redes formales e informales para apoyar a los migrantes y sus familiares.

2. Portabilidad de derechos de protección social


de las y los trabajadores migrantes
La portabilidad de derechos es todavía una faceta poco visible de los fenómenos de transaccionalidad
asociados a la migración. No obstante, junto a las personas y los recursos (remesas) que vienen y van, a futuro
las prestaciones, beneficios y acceso a servicios adquiridos en el país de origen o de destino deberían ir
incorporándose a esos flujos transnacionales. En efecto, la portabilidad remite a la situación que viven
muchos trabajadores migrantes, quienes estando en el país de destino trabajaron y cotizaron en el sistema de
seguridad social, pero que cuando deciden regresar a su país de origen esos derechos no les son reconocidos.
Así la migración se convierte en un suceso que desprotege al migrante y a su familia, y una pérdida para
quien de otra forma tiene legítimo derecho a retornar a su país de origen. La portabilidad de derechos supone
un desafío no menor para los países con flujos importantes de inmigrantes, ya que no solo deben adecuarse
los marcos legales sino crear la institucionalidad para darle vida.
Los convenios entre países, de manera bilateral o multilateral, y su implementación efectiva
mediante estrategias activas son la vía para materializar el rescate de estos derechos. Un instrumento
creado para tal efecto es el Convenio Multilateral Iberoamericano de Seguridad Social. Este instrumento
al incluir a los países de América Latina, más España y Portugal, se presenta como una solución de largo
plazo para los migrantes pertenecientes a dicho espacio, en la medida que responde adecuadamente a
las necesidades de una migración intrarregional e interregional de gran dinamismo y en franco aumento,
en el primer caso.
La V Conferencia de Ministros y Máximos Responsables de Seguridad Social de los Países de
Iberoamérica celebrada en Sevilla, España, en el año 2005 y la XVII Cumbre Iberoamericana celebrada
en Santiago de Chile en 2007, son dos antecedentes directos de este instrumento elaborado a la medida
de Iberoamérica que protege a millones de trabajadores migrantes en el ámbito de las prestaciones
económicas20. Asimismo, es considerado como una solución de largo plazo a la seguridad social de los
migrantes de la región (Arellano, 2013, pág. 123).
La principal virtud de este Convenio es buscar la coordinación de las legislaciones nacionales
en materia de pensiones como una forma de garantizar la seguridad económica en la vejez. A la fecha
ha sido ratificado por 12 países: España, Portugal, Argentina, Bolivia (Estado Plurinacional de), Brasil,
Chile, Ecuador, El Salvador, España, Paraguay, Perú, Portugal, Uruguay y la República Bolivariana de
Venezuela. A la fecha, 11 de estos países han suscrito el Acuerdo de Aplicación. Un aspecto a destacar
del Convenio es que coordina, pero no modifica, las legislaciones nacionales, al tiempo que implica un
acuerdo entre Estados con modelos de seguridad social muy distintos unos de otros.
A nivel regional, en el marco de la Conferencia Regional sobre Población y Desarrollo, el
Consenso de Montevideo de 2013 incluye la medida prioritaria número 69 que plantea “Promover la
suscripción de convenios bilaterales y multilaterales de seguridad social que permitan acumular años de
trabajo a los trabajadores migrantes” (CEPAL-CELADE, 2013, pág. 26). Como se ha mencionado, el
paso de la portabilidad formal a la “subrogabilidad” o exigibilidad concreta requiere de estrategias y
políticas activas para materializar el acceso a los beneficios, prestaciones, servicios y, en suma, a los
derechos adquiridos por parte de las personas migrantes.

20
Véase [en línea] www.oiss.org.

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CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

V. Algunos comentarios finales

En este trabajo, y en especial la sección anterior, se han presentado diversos instrumentos de protección
social, así como áreas de intervención prioritaria para atender las necesidades, riesgos y vulnerabilidades de
las personas migrantes en las distintas etapas del ciclo migratorio. Sin la ambición de agotar la temática, sino
solo hacer un aporte más a esta discusión, el espíritu de este ejercicio es sugerir líneas de acción política que
puedan adaptarse a la peculiar y heterogénea realidad migratoria de los países de América latina y el Caribe,
apuntando tanto a acciones a nivel de los sistemas de protección social, como también de la institucionalidad
en los países. Desde esa base, cabe resaltar tres mensajes a manera de conclusión.
El primero es que la atención a las personas migrantes está llamada a convertirse en parte
permanente de la agenda pública de todos los países de la región No se trata de una fase transitoria o un
momento de crisis que requiere solamente algunas medidas pasajeras o de urgencia, es parte importante
de la gobernanza migratoria. Muchas problemáticas entrelazan formas clásicas y emergentes de
discriminación hacia personas de nacionalidades diferentes, que afectan a la niñez, tienen anclajes en el
género, se relacionan con la xenofobia y con el racismo, todo lo cual resulta un imperativo para la
protección social. En efecto, el análisis aquí desarrollado a lo largo de las distintas etapas del ciclo de la
migración revela que todos los países se verán interpelados, de una u otra forma, a la necesidad de
asegurar la inclusión, el bienestar y los derechos de las personas migrantes. Encarar estas situaciones
con políticas de estado coadyuvará a desplegar condiciones para la realización del potencial de la
migración en el bienestar individual y colectivo.
El segundo mensaje es que, en el camino hacia el cumplimiento de la Agenda 2030 para el
Desarrollo Sostenible, la migración tiene una presencia transversal, otorgándole una importancia y
dimensión globales. De hecho, los contenidos sociales de la Agenda 2030 (el “pilar social” de dicha
agenda) contemplan, además de la erradicación de la pobreza y la reducción de las desigualdades y el
combate a la discriminación, la universalización del acceso a la salud, a la educación, al agua y
saneamiento, a la energía y a los servicios básicos, entre otros. Desde el punto de vista de la protección
social destaca la meta I.3 en torno a la ampliación y universalización de los sistemas de protección social
en el marco del primer Objetivo de Desarrollo Sostenible (“Poner fin a la pobreza en todas sus formas
y en todo el mundo”). Desde esa perspectiva, en todos los contextos la incorporación de las personas
migrantes a la protección social y a los servicios básicos mencionados forma parte de los compromisos
globales y de largo plazo con el desarrollo sostenible, y requerirán políticas y estrategias específicas.
Cabe mencionar que la problemática en torno al acceso de las personas migrantes a la protección
social y al trabajo decente no solamente son claves como mecanismos de inclusión social, sino que son
parte del compromiso más amplio y global con respecto a la garantía y goce efectivo de los derechos

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CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

humanos, un anhelo que no es nuevo en América Latina y el Caribe. Se espera que el Pacto Mundial
sobre la Migración en el marco de las Naciones Unidas (hoy en proceso de negociación) contribuya a
esa tarea amplia de la gobernanza de la migración.
Como ha planteado el Secretario General de las Naciones Unidas, dicho Pacto constituye una
gran oportunidad para romper mitos perniciosos sobre la migración y en cambio establecer una visión
común que beneficie a todas las partes involucradas. Al respecto, identifica tres prioridades: i) reconocer
y reforzar los beneficios de la migración, que con tanta frecuencia se ignoran en el debate público; ii)
lograr que los Estados fortalezcan el estado de derecho dando un impulso a la forma de tratar y proteger
a los migrantes, en beneficio de sus economías, sus sociedades y los propios migrantes; iii) proteger a
los migrantes vulnerables y restablecer la integridad del régimen de protección de los refugiados de
conformidad con el derecho internacional, puesto que los movimientos no regulados de masas en
circunstancias desesperadas son inaceptables y alimentan la sensación de que las fronteras están
amenazadas y los Gobiernos no las controlan. En sus palabras: “La migración no debería significar
sufrimiento. En efecto, los migrantes aceptan empleos que no puede cubrir la fuerza de trabajo local, de
modo que impulsan la actividad económica. Muchos son innovadores y emprendedores. Casi la mitad
de todos los migrantes son mujeres que buscan una vida mejor y oportunidades de empleo. […] El
desafío fundamental es aprovechar al máximo los beneficios de esta forma de migración ordenada y
productiva y acabar con los abusos y los prejuicios que hacen que una minoría de migrantes vivan un
infierno” (Guterres, 2018).
Finalmente, en el debate público de la migración contemporánea debe hacerse ver que los beneficios
que traerá la extensión de la protección social a todas las personas migrantes sin distinción alguna de su
origen, género, edad o estatus legal, son antes que nada una ganancia para las poblaciones locales en su
conjunto, pues contribuyen a la inclusión social, a la creación de condiciones afines a la convivencia y a la
democracia, legitimando y coadyuvando a los esfuerzos de encarar los flancos de la desigualdad en América
Latina y el Caribe. Más aun, como se planteó en varias secciones del documento, la incorporación a la
protección social de las personas migrantes, un segmento de población hasta ahora poco priorizado por las
políticas y estrategias vigentes, es parte del avance hacia la consecución de la Agenda 2030 para el desarrollo
sostenible y su principio de “no dejar a nadie atrás”, y en particular compromete a los países a garantizar en
sus territorios y sin discriminaciones el acceso universal a la justicia, la identidad jurídica, la educación, la
salud, la protección social, al trabajo decente, la energía, el agua y saneamiento (entre otros elementos),
prioridades que en este trabajo se ha tratado de enfatizar.

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Anexo

103
CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

A. Sistematización de las reuniones sostenidas


en el marco del proyecto
1. A modo de antecedentes
Estas notas se basan en las reuniones realizadas en el marco del proyecto “Apoyo a la implementación
de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible en América Latina y el Caribe”, del programa de
cooperación CEPAL-BMZ/GIZ 2016-2018. Entre las diversas actividades desarrolladas a lo largo de
este proyecto (consultorías, levantamiento de información y procesos de asistencia técnica), la División
de Desarrollo Social y la División de Población-CELADE de la CEPAL implementaron una serie de
encuentros de expertos, académicos, personas de la sociedad civil y representantes de países y gobiernos
de la región con el objetivo de discutir y analizar los aspectos más relevantes sobre los avances y desafíos
que la migración supone a las políticas de protección social de los países.
En el año 2017 se realizaron las siguientes reuniones y seminarios:
• “Conversatorio de migración y protección social”, realizado en Santiago en el mes de enero
[en línea] https://www.giz-cepal.cl/files/2017.01.20%20Nota%20t%C3%A9cnica%20y%20
Agenca%20Conversatorio%20Migraci%C3%B3n.pdf. Esta primera reunión realizada se
organizó en Santiago, con la intención de analizar la migración desde la experiencia chilena,
con énfasis en las discriminaciones relacionadas con el género y la pertenencia étnico-racial.
• Reunión de expertos “Migración y protección social en América Latina: hacia un marco
de análisis”, realizado en San Salvador en abril [en línea] https://www.cepal.org/
es/eventos/reunion-expertos-migracion-proteccion-social-america-latina-un-marco-
analisis. El Salvador fue escogido por ser parte del Triángulo Norte, territorio foco de
importantes desplazamientos migratorios hacia el sur y hacia el norte, principalmente
México y Estados Unidos, así como escenario de retorno de personas migrantes con
importantes consecuencias.
• Reunión de expertos “Migración y protección social: realidades y desafíos desde México”,
realizada en Ciudad de México, en julio [en línea] https://www.cepal.org/es/eventos/reunion-
expertos-migracion-proteccion-social-realidades-desafios-mexico. México mereció ser
abordado no solo como un caso particular en tanto país de origen, tránsito, destino y retorno de
flujos migratorios, sino además debido a su trascendencia en el contexto de las políticas
migratorias estadounidenses y la consiguiente expulsión masiva de personas migrantes.
• El Seminario Internacional “Protección social e institucionalidad: desafíos presentes y futuros
para la inclusión en América Latina y el Caribe”, realizada en Santiago en agosto [en línea]
https://www.cepal.org/es/eventos/seminario-internacional-proteccion-social-institucionalidad-
desafios-presentes-futuros-la. Este seminario incluyó dos mesas sobre el tema específico de
migración y protección social. Los nombres y adscripción institucional de los participantes de
estas reuniones constan al final del anexo.
A continuación, se exponen algunos de los elementos que estaban a la base de las convocatorias
a las reuniones llevadas a cabo durante el año 2017.
Los movimientos migratorios en la región de América Latina y el Caribe son un fenómeno
social y económico complejo, de gran dinamismo y magnitud, común a todos los países de la región.
En el siglo XX los patrones dominantes fueron la migración extrarregional, la inmigración histórica de
ultramar, los intercambios intrarregionales y la migración de retorno. En la actualidad, se observan
importantes flujos heterogéneos de norte a sur, de sur a norte, intrapaís y transfronterizos,
configurándose, además, nuevos corredores migratorios. Según los datos disponibles de las rondas
censales de 2010, hay cerca de 30 millones de latinoamericanos viviendo fuera de sus países de origen

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(Martínez y Orrego, 2016)21. Los motivos que llevan a las personas a desplazarse, voluntaria o
forzadamente, de ida o de retorno, son conocidos y, entre ellos se pueden mencionar, la desigualdad
social, la falta de oportunidades, la violencia social y/o política y los desastres ambientales22. Hoy por
hoy, todos los países, en mayor o menor medida, reciben, expulsan o son territorios de tránsito.
Los desplazamientos de personas en diversos flujos migratorios, considerando que los
migrantes contribuyen al desarrollo tanto de las sociedades de origen como las de destino y/o tránsito,
imponen grandes desafíos a la política pública de los países.
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible plantea la necesidad de avanzar hacia sociedades más
inclusivas, solidarias y cohesionadas, donde se pone a las personas en el centro, se promueve un modelo de
desarrollo sostenible y se hace un llamado a “que nadie se quede atrás” en la senda del desarrollo.
Si bien, en comparación con años anteriores, en la región se observa una recuperación en
términos de crecimiento, el desafío de cumplir con los objetivos de desarrollo sostenible se hace más
difícil. En particular, será necesario implementar iniciativas en los ámbitos de recaudación,
redistribución, fortalecimiento de la institucionalidad e innovación en materia de políticas públicas en
el ámbito social (CEPAL, 2018)23. En particular los ODS que atañen directamente a la población
migrante son el 1, 3, 4, 5, 8, 10, 11, 13, 16 y 1724.
Además de ello, en el documento La matriz de la desigualdad en América Latina y el Caribe,
la CEPAL plantea que, “los ejes estructurantes de la matriz de la desigualdad social se entrecruzan,
potencian y encadenan a lo largo del ciclo de vida, lo que da lugar a una multiplicidad de factores de
desigualdad o discriminación que interactúan de forma simultánea o acumulándose a lo largo del tiempo.
La confluencia de múltiples desigualdades y discriminaciones caracteriza a los “núcleos duros” de la
pobreza, de la vulnerabilidad y de la exclusión social y hace que persistan y se reproduzcan” (CEPAL,
2016, pág. 6). En este marco, se requiere profundizar de qué manera los distintos ejes de la desigualdad
se presentan en la población migrante, particularmente cargada por los factores étnico-raciales, de
género, de ciclo de vida y de territorio, entre otros, que abonan a la reproducción de brechas en ámbitos
centrales del desarrollo social y del ejercicio de los derechos, como son el trabajo decente, el acceso a
ingresos y recursos productivos (así como inclusión financiera), la protección social, la salud, la
educación y espacios de participación democrática, entre otros.
Las realidades nacionales son heterogéneas y conllevan desafíos propios, tanto por las
características de los movimientos migratorios en o desde su territorio como por sus avances en materia
de políticas migratorias, de derechos humanos y de desarrollo y protección social. En ello, es dable
destacar situaciones marcadas por la condición de país emisor, receptor, de tránsito y/o de retorno, con
distintos orígenes y destinos de migración, y con las diversas características socioculturales,
demográficas y económicas de quienes migran. También se identifican proyectos migratorios y personas
que se encuentran en distintas etapas de este “ciclo de vida de la migración”, que no involucra solamente
a la persona que migra, sino al conjunto de su familia y comunidad, tanto de origen como de destino.
Los migrantes, en tanto nacionales de otros países que llegan a un territorio, imponen pensar de
qué manera se asumen los objetivos de la protección social; vale decir: proteger y asegurar el ingreso
de las personas a lo largo del ciclo de vida, identificar la demanda insatisfecha de acceso a los servicios

21
J. Martínez y C.Orrego, “Nuevas tendencias y dinámicas migratorias en América Latina y el Caribe”, serie Población
y desarrollo, N° 114 (LC/L.4164), Santiago, Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
22
En este proyecto se ha puesto énfasis en los movimientos migratorios de las personas que se ven expuestas a riesgos
y desafíos importantes para la protección social. No estamos considerando las migraciones laborales de altos cargos
ni los aventureros. Nos fijamos en quienes migran porque tienen necesidad de generar mejores condiciones de vida
para ellos y sus familias.
23
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Segundo informe anual sobre el progreso y los
desafíos regionales de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible en América Latina y el Caribe (LC/FDS.2/3),
Santiago, 2018.
24
Para ver los objetivos en detalle, están disponibles en http://rosanjose.iom.int/site/es/objetivos-de-desarrollo-sostenible.

105
CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

sociales y garantizar vías de acceso a estos, promoviendo el trabajo decente como vía de acceso a la
seguridad social (Martínez y Cecchini, 2011)25. Las personas migrantes no sólo son usuarios de la
protección social en los países de tránsito o destino, sino que aportantes por la vía de las contribuciones
a la seguridad social, el pago de impuestos y las remesas.
Importa destacar que estas instancias de reunión de expertos y representantes de gobiernos
permitieron un intercambio de información y la posibilidad de iniciar o continuar un diálogo entre partes
que no siempre comparten espacios. Asimismo, todo lo planteado en estas reuniones es fruto de años de
investigación y experiencia que debiera articularse para, en consecuencia, prever actuaciones frente a
emergencias o crisis y diseñar políticas pertinentes mediante la participación de todas las instancias
vinculadas al tema de la migración, generando sinergias y propuestas. Un elemento que rodeó el
desarrollo de las reuniones fue la Reunión Regional Latinoamericana y Caribeña de expertos y expertas
en migración internacional preparatoria del Pacto Mundial para una migración segura ordenada y
regular, que se realizó en Santiago a fines del mes de agosto de 2018.

B. El ciclo de la migración: riesgos y propuestas


1. El punto de partida: el origen
Migran las personas, solas, acompañadas, en grupos familiares o en parejas. De todas las edades. Se
desplazan, dejan sus hogares, barrios, ciudades y países motivados por la búsqueda de un trabajo, nuevos
horizontes, la desesperación o la reunificación familiar. Llevan sus cosas, poco o mucho dinero, sus
diplomas y aprendizajes, su lengua, su manera de cocinar, su forma de vestir, sus vidas. La decisión de
migrar no siempre es voluntaria, a veces se ven compelidos a dejar su territorio porque un huracán o la
sequía destruyó sus medios de subsistencia, porque deben escapar de las extorsiones de algún grupo,
por la violencia social, porque han sido deportados, porque desean reunirse con su familia y/o porque
allá ‒en otro lugar‒hay una promesa de una vida mejor. Si no para siempre, al menos por un tiempo.
En todas las reuniones se habló desde una perspectiva de que las personas tienen el derecho de
desplazarse donde lo deseen, y es desde esa perspectiva que se plantea cómo los países, de manera
unilateral o en modelos compartidos con otros, se hacen cargo ‒o no‒ de velar por el cumplimiento de
sus derechos y su inclusión social. Sin embargo, un elemento interesante puesto sobre la mesa fue el
denominado “derecho a no migrar”; vale decir, que los países debieran hacerse cargo de que las personas
no emigren por situaciones de carencia o incumplimiento de derechos y, en definitiva, reconocer que
merecen vivir en condiciones de paz y dignidad.
Ahora bien, ya decididos a migrar, según se destacó en las reuniones, las personas enfrentan
diversos riesgos, los que pueden darse por separado o en conjunto:
• Costo económico del viaje, los trámites administrativos de salida e ingreso a otro país
(puede hacerse uso de los recursos propios o familiares existentes o endeudarse), lo que se
agrava debido a que, en general, quien migra es un trabajador en estado de precariedad.
• Exposición a abusos por parte de algún intermediario que facilita el desplazamiento (que
puede ser legal o ilegal).
• La separación familiar y los costos emocionales asociados; por ejemplo, el de las mujeres que
dejan a sus hijos a cargo de un familiar para irse como trabajadoras domésticas a otro país.
• Incertidumbre del viaje, sobre todo si tiene etapas de tránsito o se viaja sin oferta
laboral concreta.

25 Véase S. Cecchini y R. Martínez, Protección social inclusiva en América Latina. Una mirada integral, un enfoque de
derechos (LC/G.2488-P), Santiago, Publicación de las Naciones Unidas, 2011.

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CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

Propuestas:
En las reuniones se mencionó que, conociendo las motivaciones de las personas para migrar, los
países debieran apuntar a la reducción de las causas: la violencia, las tasas de pobreza y la inseguridad.

a) El tránsito
En las reuniones realizadas apareció que México y los países del Triángulo Norte son territorios
de tránsito para quienes migran hacia los Estados Unidos que, pese a reforzar sus políticas
antimigratorias, sigue siendo un importante polo de atracción. En esa medida, los riesgos planteados por
los participantes de las reuniones se reúnen en torno a las siguientes menciones:
• Extorsión por parte de personas o grupos que abusan de su situación de desprotección.
• Deportación si no se cuenta con la documentación necesaria; este punto es particularmente
complejo en el caso de los niños que migran sin compañía de adultos, los que se encuentran
en una particular situación de desprotección.
• Riesgos de abuso y maltrato, abuso sexual, particularmente las mujeres y los niños y niñas.
• Desconocimiento de la cultura y lengua del país al que se va.
• Un gran número se ve expuesto a violaciones de derechos humanos y derechos laborales
fundamentales durante el trayecto al país de destino y al atravesar las fronteras.
• Inexistencia más o menos generalizada de políticas de acogida y atención a población
migrante en tránsito.
Propuestas:
En tránsito, sobre todo si son detenidas, se propone que las personas tengan acceso a la
prestación de servicios de protección. Por ejemplo, debieran crearse redes de albergues y acceso a
atención de salud, alimentación e identificación. En general, en México se menciona que la atención de
las personas en esta condición suele estar a cargo de organizaciones de la sociedad civil o instituciones
religiosas. En el caso de Guanajuato quienes reciben y atienden a los migrantes en tránsito son la
Secretaría de Salud, el Instituto del migrante guanajuatense, la Cruz Roja y las casas solidarias.
En el caso de quienes serán retornados, se propone que las estaciones migratorias y albergues
sean mejor acondicionadas para que permitan que las personas en tránsito permanezcan más tiempo allí.
La niñez migrante fue objeto de gran atención en las reuniones, en tanto representa una doble
exposición a la vulnerabilidad, en cuanto niños y en cuanto migrantes. Según información entregada en
la reunión, los niños migran para buscar mejores estándares de vida a causa de la violencia y la
inseguridad, para reunirse con su familia o debido a desastres naturales. Por lo que debieran
implementarse medidas especiales en términos de acogida con un enfoque psicosocial, protección frente
a abusos, otorgamiento de identificación, derecho al asilo, acceso a educación y salud y garantizar que
no sean separados de sus familias y que no sean devueltos por la fuerza.
Un ejemplo es el caso de México, donde se propone fortalecer las Procuradurías de Derechos
de Niños, niñas y adolescentes para conocer si en el proceso de retorno asistido se está tomando en
cuenta el derecho superior del niño, y fortalecerse los sistemas de protección integral desde la óptica
interinstitucional y atacar las causas subyacentes por las cuales migran los niños, niñas y adolescentes.

b) El destino
El fin del viaje. Al arribar se enfrentan algunos desafíos ya conocidos al partir o en el tránsito
y otros nuevos. A partir de lo destacado en las reuniones, en un primer momento, las personas que llegan
deben regular su situación migratoria para poder instalarse y tener donde vivir, así como disponer de
recursos para subsistir (alimentación y vestuario). De ahí en adelante, se agregan el acceso al mercado

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CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

laboral en condiciones de trabajo decente, atención de salud, a educación ‒sobre todo si tienen hijos en
edad escolar‒, a reconocimiento de su certificación laboral y acceso a la justicia.
• Si se viaja sin la documentación necesaria para ingresar, se enfrenta el riesgo de
deportación. Al mismo tiempo, si las personas no cuentan con la documentación de su país
de origen (partidas de nacimiento y otros), aumenta el riesgo de caer en redes de abuso o
de utilización de canales poco convencionales para acceder a servicios.
• Servicios públicos no preparados para recibir y prestar atención a los migrantes.
• Desconocimiento de la cultura y de la lengua del país de destino.
• Discriminación, lo que puede articularse con una multiplicidad de elementos: ser migrante
proveniente de algún país en particular, por tener alguna discapacidad, por ser indígena o
por ser mujer, entre otros.
• Falta de conocimiento sobre la existencia de convenios y dificultades administrativas para
operar los convenios entre los países.
• Necesidades específicas de los distintos momentos del ciclo de vida: infancia, adolescencia,
juventud, adultez y vejez.
• Imposibilidad de ejercer en destino los derechos adquiridos del país de origen, pues no son
portables. Tampoco pueden hacerlo los familiares que permanecieron cuando el familiar
migrante tiene acceso a esta en el país de destino.
• Alto costo de envío de remesas.
• El concepto de hogar trasnacional, en tanto los migrantes desarrollan diversas estrategias
para continuar siendo “familia” a la distancia.
Particularmente relacionados con el trabajo y los derechos asociados a este, los riesgos a relevar son:
• Limitación de oportunidades de trabajo en el país de destino por desplazarse en el marco
de una red social que se desempeña en un área específica de ocupación y que define las
posibilidades de inserción (por ejemplo, mis conocidos trabajan en tareas domésticas y de
cuidado y esas son mis opciones).
• Las empresas tienen límite de cantidad de extranjeros que se pueden contratar.
• No aplicación de la legislación en materia de seguridad social en el extranjero.
• Empleo irregular, atípico o informal y exposición a abusos, pues no hay igualdad de trato
con los nacionales (la figura del contratista o intermediario que abusa).
• Enfrentar un contexto donde no haya suficientes oportunidades de trabajo, lo que ubica a
los migrantes como una competencia para los nacionales.
A nivel institucional se plantean los siguientes riesgos:
• Restricciones de financiamiento de los estados y baja prioridad de las instituciones para
implementar los convenios.
• Falta o insuficiencia de mecanismos de coordinación entre los sistemas de seguridad social
en el país de destino.
Propuestas:
La mayor cantidad de propuestas relativas a los desafíos a asumir durante las etapas del ciclo
migratorio plantadas durante las reuniones, aludieron al destino. Con el primer objetivo de apoyar a los
migrantes para que su experiencia migratoria sea exitosa y su inserción no sea deficiente, y frente a los
diversos riesgos y desafíos que enfrentan una vez arriban a los países de destino, los ámbitos en los
deben desarrollarse acciones para acoger sus necesidades son varios:

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CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

• Empleo y seguridad social.


Contar con un marco normativo que establezca el principio de igualdad de trato, la mantención
de derechos adquiridos, el suministro de servicios y la aplicación de legislación aplicable según el caso.
Desde la OIT se señala el Convenio 102 con criterios mínimos para los regímenes de seguridad social;
el Convenio 143 con la recomendación 151 en que se anexa un modelo de acuerdo bilateral de seguridad
social entre países y el Convenio 189 sobre trabajadores domésticos y la recomendación 167 que
presenta un modelo de convenio internacional en seguridad social. A nivel regional, se destaca el
Convenio Iberoamericano de Seguridad Social.
Es importante reconocer y convalidar los títulos profesionales o técnicos como instrumento para
fomentar la reinserción laboral de los migrantes.
Entre las opciones para proteger a los migrantes están ratificar los convenios y recomendaciones
existentes e incorporarlos a la legislación nacional; negociar convenios de seguridad social a nivel
bilateral o multilateral y armonizar las políticas entre países; negociación de acuerdos bilaterales que
incluyan la portabilidad de derechos relacionados con la seguridad social; fondos o programas de
seguridad social específicos para expatriados y procesos de diálogo social para promoverlos.
En consonancia con la ausencia generalizada de datos específicos sobre diversos aspectos
de la migración, debieran realizarse estudios de mercado laboral en países de destino y de la
inserción de los migrantes.
Además, la inspectoría laboral debe evaluar el cumplimiento de la norma, pero no solo en el
mercado formal, espacio común de inserción laboral de las personas migrantes.
Desde un enfoque tripartito, involucrar a los diferentes actores del mundo del trabajo, ministerios,
sindicatos y organizaciones de empleadores, pues son aliados para trabajar sobre la formalización de la
economía y de los empleos, sobre todo en una región caracterizada por la informalidad.
• Ministerio de Trabajo: necesidades de observar, conocer y analizar los mercados laborales,
tanto nacionales como regionales y locales; rol fundamental de la inspección laboral
(condiciones de trabajo, erradicación del trabajo infantil y trabajo forzoso; seguridad social).
• Sindicatos: campañas de información sobre derechos para trabajadores migrantes; cabildeo
para impulsar ratificación convenios; protección de los derechos de todos los trabajadores
(incluidos los migrantes), lo que protege también a los trabajadores nacionales previniendo
el dumping social.
• Empleadores: crucial involucrarles para lograr respeto de los derechos de los trabajadores;
importante para ellos tener buena reputación para atraer al mejor talento de manera sostenible.
Con relación a la portabilidad de derechos, y en un marco de alta demanda de servicios y pocos
recursos, se plantea la elaboración y cumplimiento de convenios binacionales y multinacionales en que
las personas llevan consigo los derechos sociales que les corresponden desde su país de origen a aquel
al que migran. Esto es importante también en el caso de los ahorros previsionales realizados en el país
de destino. Además, se sugiere la posibilidad de transitar desde políticas de protección social no
contributiva a políticas de fomento productivo donde los migrantes sean sujetos de empleabilidad y
microcrédito. Sería relevante discutir cuáles son los servicios que podrían transnacionalizarse, en tanto
lo que predomina hasta ahora son soluciones nacionales a problemas que van más allá de las fronteras
de los territorios.
• Promover la inserción en las redes de las diásporas, lo que entrega elementos de
reconocimiento social y cultural que facilitan la integración de las personas.
• Promover un cambio de actitud por parte de la sociedad receptora hacia la población
inmigrante que permita convivir en el respeto y la aceptación de las diferencias.
• Educar, formar y capacitar a los funcionarios de servicios públicos en todos los niveles
(local, nacional, estadual y nacional) para una atención respetuosa, informada y dentro de
los márgenes de la ley, alejada del racismo y sus negativas consecuencias.

109
CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

Recuadro A.1
Trabajo migrante en México
En el caso de México como receptor de trabajadores migrantes, el país se regula por la Ley Federal de Trabajo y
la Ley de Migración de 2011, y hay instancias para proteger el trabajo (inspectorías a nivel federal y local), aunque
no funcionan del todo. A partir de un fallo de la Corte Suprema de 2008, los trabajadores migrantes tienen los mismos
derechos que lo nacionales y la Ley de Migración se simplificaron las condiciones de estancia con efecto en las
condiciones para trabajar y se incorporó a trabajadores fronterizos y visitantes locales y regionales; residentes
temporales y residentes permanentes (con o sin autorización para trabajar). En 2012, la Ley de trabajo digno y decente
indicó que en toda empresa o establecimiento debía emplearse por lo menos un 90% de trabajadores mexicanos y
temporalmente a extranjeros en ciertas especialidades, pero no permite a los trabajadores extranjeros formar parte de
los sindicatos.
Respecto al trabajo transfronterizo con Guatemala, que suele presentar condiciones de precariedad y
vulnerabilidad, se aludió a la existencia desde 2014 de un padrón binacional de reclutadores, un observatorio y talleres
de formación. Esto debiera incluir a trabajadores informales, pero no hay certeza si se ha hecho algo. Se destaca la
necesidad de erradicar el trabajo infantil y estudiar los mercados laborales transfronterizos en particular sobre la
articulación y las cadenas de valor asociadas.
Inserción laboral en Alemania
El acceso al mercado laboral es central para la inclusión de las personas en el territorio de destino. Desde el Ministerio
del Trabajo alemán se señaló que en Alemania se puede trabajar luego de 3 meses de estadía en el país, si es que no hay
nacionales o ciudadanos de la Unión Europea solicitando trabajo. Se plantea que los gobiernos y ministerios deben hallar la
forma de incluir a las personas solicitantes de refugio y migrantes dentro de las leyes existentes en un marco de acuerdos
tripartitos y condiciones de trabajo decente donde puedan aportar con sus conocimientos y habilidades. Para ello es clave
facilitar información y orientación sobre empleo en los países de origen; crear alianzas internacionales de formación; apoyar
el cumplimiento de normas de salud y seguridad en las cadenas de suministro globales; garantizar derechos laborales y
proteger y promover entornos de trabajo seguros para todos; dar acceso a la enseñanza de idiomas; mejorar la inclusión social
a través de cursos de integración y reconocer y validar estudios y habilidades.
Acceso a la salud en Chile
Por ejemplo, en Chile, hay brechas reales de acceso en el ámbito de la salud. En el año 2013, entre las personas
que vivían en condiciones de hacinamiento crítico, había 10% de inmigrantes y 1% de chilenos; en el caso de los
niños entre 0 y14 años sin previsión de salud: 12,3% inmigrantes y 1,2% chilenos. Si bien el país ha ratificado casi
todos los acuerdos internacionales en materia de derechos humanos y salud, y existen algunos programas enfocados
a población migrante con el objetivo de otorgar igualdad de acceso y de resultados en salud, existen desafíos
pendientes. Entre ellos puede mencionarse el desconocimiento en migrantes y funcionarios, complejidad de los
trámites, limitado funcionamiento y registros de calidad e interoperabilidad, ausencia de coordinación intra e
interinstitucional, carencia de monitoreo y vigilancia y dificultad de, implementación real de normativas. Un ejemplo
concreto es el Plan Inicial de atención a migrantes de la I. Municipalidad de Santiago y Programa de estudio en Salud
de la Universidad del Desarrollo (como puente de acogida a migrantes que llevan menos de un año en Chile para
entregar información en deberes y derechos y orientarlos.
Salvadoreños en el exterior
Según datos entregados en la reunión sostenida allí, un 30% de su población vive en el exterior. Esa población
es percibida, desde el gobierno como parte de la nación salvadoreña que desempeña un rol fundamental en el desarrollo
productivo del país y cuyos derechos deben ser respetados a lo largo de todo el ciclo de la migración. Con relación a
esta población y la que retorna, en particular en un contexto de expulsión desde Estados Unidos, es que se han
desarrollado políticas de protección y fortalecimiento en el marco de las acciones implementadas por el Viceministerio
para los Salvadoreños en el Exterior.
Los consulados salvadoreños tienen tres áreas específicas de trabajo: servicios consulares, temas de protección
y derechos humanos y la vinculación de los salvadoreños con sus comunidades de origen para que, entre otros temas,
puedan participar en temas de inversión y desarrollo en materia de retorno. Las necesidades que se busca satisfacer y
el plan de acción creado en concordancia se recogieron directamente con los emigrados.

Fuente: elaboración propia sobre la base de presentaciones realizadas en seminarios del proyecto.

c) El retorno
Planteado en todas las reuniones, se indicó que al país de origen se vuelve después de un tiempo
indefinido y el término del proyecto migratorio puede ser, al igual que la partida, voluntario o forzado,
lo que le imprime características particulares y no lo exime de grandes dificultades. Se vuelve para
quedarse o, quizás, para volver a partir. En las reuniones hubo un especial enfoque en los países del
Triángulo Norte y México, en tanto las políticas migratorias de Estados Unidos están impactando

110
CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

fuertemente en los procesos de retorno de nacionales de esos países. En la región hay países donde solo
existen programas de migración temporal, otros donde ni siquiera se pudo ingresar y también hay
retornos después de mucho tiempo y de una experiencia positiva. Y volver al país de origen tiene
dificultades: existe discriminación hacia el que retorna y las condiciones de vida pueden ser muy
distintas a aquellas de cuando se dejó el territorio, donde existen importantes déficits de las políticas
sociales para la población local.
Entre los desafíos sugeridos por los participantes que es necesario reconocer para la población
retornada figuran los siguientes:
• Los retornados vuelven en condiciones disímiles, por lo que se requiere definir medidas de
inclusión y reincorporación económica, social y cultural diferenciadas en el proceso de
recepción. En el caso de la repatriación de deportados, se señala la importancia de
regularizar el proceso de recepción, ojalá con algún grado de coordinación con el país de
expulsión en un enfoque binacional o transnacional (por ej., en el caso de México, con
Estados Unidos, donde El “factor Trump” generó que el gobierno mexicano acelerara la
aprobación de leyes y avanzara en materia migratoria.
• Debe considerarse asesoría legal y hacer uso de todas las instancias (mediante consulados
u organizaciones de la sociedad civil). Un ejemplo es el programa Somos Mexicanos.
• Asegurar reinserción laboral acorde con la preparación y experiencia laboral adquirida en
el exterior con enfoque binacional y transnacional y sensibilizar a las empresas para que
incorporen este valor.
• Facilitar procesos de recuperación y traslado de pertenencias.
• Reconocer los derechos de los retornados jubilados.
• Se necesita una mirada integral e institucional, desde la sociedad civil (ONG, fundaciones
y organismos internacionales), el mundo privado y político (gobiernos estatales, federales
y gobiernos municipales).
• Reconocer el tema de la biculturalidad o incluso la triculturalidad, de los jóvenes que retornan.

C. Otros desafíos
1. Institucionalidad
En todas las reuniones se relevó, de una manera u otra el tema que para proteger los derechos de las personas
debe existir una institucionalidad que vele por ello; esto es, un marco jurídico normativo integral que
reconozca a las personas migrantes como personas con derechos humanos y civiles iguales a la población
nacional y les asegure un mínimo de bienestar económico y de seguridad social en las distintas etapas del
ciclo migratorio y que posibilite procesos migratorios seguros para las personas mediante la protección
consular, mediante políticas y programas que aseguren el cumplimiento de sus derechos.
La institucionalidad dirigida a la población migrante se aboca a dos grandes grupos: los
ciudadanos del país en el exterior (emigrantes), que suelen ser atendidos mediante los consulados, y los
inmigrantes. Independientemente de la variaciones observadas en cuanto al tipo de entidad y objetivos
presentados para promover el desarrollo de integración de la población migrante, en particular los
inmigrantes de otros países, las acciones son coordinadas en su gran mayoría por el Ministerio del
Interior o de Relaciones Exteriores, con enfoque de seguridad nacional y regulación migratoria y no una
que considere la implementación de políticas o programas que garanticen las condiciones para que los
migrantes puedan desarrollar sus proyectos de vida26. Sin embargo, hay ejemplos particulares, como que
26 Véase G. Kattan, “Institucionalidad migratoria: dimensión normativa, organizacional y técnico-operativa”, 2018.
Documento no publicado.

111
CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

en el Brasil el Ministerio del Trabajo es un actor importante de la institucionalidad para los migrantes,
junto con el Ministerio de Interior y Relaciones Exteriores, y en El Salvador existe un Viceministerio
para los Salvadoreños en el Exterior, que vela por las condiciones de vida de los emigrantes y se ocupa
de los procesos de retorno.
Además, es necesario que la institucionalidad en los países sea reconocida y coherente con los
desafíos regionales y cuente con entidades que tengan un rol coordinador y de transversalización y
articulación de iniciativas para dinamizar procesos y lograr políticas adecuadas en los diversos niveles
gubernamentales, incluido el nivel local –o municipal– donde las personas llevan a cabo la vida cotidiana.
En términos jurídico-normativos en la región se observan avances en los países, pero hay una
baja ratificación de convenios y las materias de protección y seguridad social no son vinculantes. En el
caso de los países emisores de migrantes, se plantea que no existen sistemas de reciprocidad y
bilateralidad suficientemente desarrollados –en el caso de emigración y migración– como para prestar
los servicios requeridos y, aun cuando esos acuerdos existan, la implementación en el ámbito técnico-
operativo, siendo fundamental, es compleja y muestra debilidades para su ejecución. En ello también
influyen las barreras culturales y lingüísticas, tanto de las personas migrantes como de los funcionarios
que las atienden en los servicios públicos. Otro problema identificado en las reuniones fue que se carece
de metas de largo plazo y una visión integral y multidimensional y, además, la participación democrática
y la alineación de políticas sectoriales se perciben deficientes.
Tal y como se planteó en las reuniones, entre los retos siguen al debe la necesidad de trascender
el ámbito nacional, y, por lo tanto, se debe buscar consensos buscando evitar la subordinación de las
políticas migratorias a las prioridades en materia de seguridad e intereses económicos nacionales e
internacionales, fortaleciendo los mecanismos necesarios para impulsar acuerdos de reconocimiento y
ratificación a escala regional y, en palabras de una participante, lograr imprimirle un sello
latinoamericano en el marco mayor del Pacto Mundial.
Por último, es fundamental incorporar la dimensión del seguimiento y monitoreo de la creación
y cumplimiento de los acuerdos según indicadores de derechos humanos.

Recuadro A.2
Institucionalidad para la migración en México y en Chile
Por ejemplo, en México hay avances en el nivel legislativo (Ley de Migración de 2011), pero los procesos de aplicación
y traducción de estos en la práctica presentan deficiencias importantes, lo que plantea la relevancia de las estrategias de
implementación en los reglamentos, pues esto impide el acceso de las personas migrantes a los programas y servicios
sociales. Junto con ello se planteó que es necesario contar con recursos económicos e intención política.
Desde una perspectiva de atender las necesidades de sus ciudadanos en el exterior, México cuenta con una red
de acciones de protocolo consular, en vinculación estrecha con el trabajo de Cancillería, en los Estados Unidos
(Miconsulmex), como la Ventanilla de Atención Integral para la Mujer, el Protocolo de atención consular para
víctimas de violencia de género (ONU mujeres) y el Protocolo para la atención de niñas, niños y adolescentes
migrantes no acompañados (UNICEF), así como un Protocolo binacional para personas en situación de trata. Existe
una red de atención, denominada “Casa México” en distintas ciudades de los países de destino de los migrantes
mexicanos donde se apoyan sus necesidades (por ejemplo, expedición de copias certificadas de identidad e
información en materia migratoria). Esto es a nivel de las entidades federativas, donde se atiende a los migrantes desde
los estados, creando sinergias con el trabajo de cancillería.
Por su parte, la legislación chilena es de 1975, creada en un momento en que Chile no era un destino
apreciado y la migración era numéricamente escasa. Esta situación es radicalmente distinta hoy, cuando este
país se ha vuelto eminentemente receptor y la llegada de inmigrantes de otros países ha implicado discutir la
normativa vigente en varios aspectos.

Fuente: elaboración propia sobre la base de presentaciones realizadas en seminarios del proyecto.

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CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

a) Rol de las organizaciones migrantes y de la sociedad civil


En las reuniones realizadas en El Salvador y en México se enfatizó la necesidad de crear
acuerdos subregionales y regionales que incorporen a la sociedad civil, donde los marcos institucionales
vigentes y en proceso puedan ser fortalecidos en una estrategia conjunta, potenciando también la
cooperación sur-sur. Esto porque, como ya se mencionó, la sociedad civil tiene un rol clave en la
respuesta a situaciones de emergencia humanitaria que viven los migrantes (en particular, deportados,
niños que viajan sin compañía u otros). Es clave que las agrupaciones de los propios migrantes, como
redes diasporales, sean parte de la construcción de diagnósticos y propuestas para desarrollar sistemas
más atingentes de protección para las personas que migran, así como realizar auditoría social de la
aplicación efectiva de leyes, normas y circulares. Fortalecer la capacidad de agencia, dar voz, cumplir
con el derecho a la participación de los migrantes es parte sustancial del logro –o no– de estas acciones.

b) Estigma, discriminación y rechazo


Como fue destacado por los participantes en todas las reuniones, la población migrante está cargada
de estigmas y prejuicios que se traducen en limitaciones a su inclusión y plena participación en las sociedades
a las que llegan. En palabras de una participante: “es notoria la contradicción entre el libre tránsito de los
capitales y las dificultades que enfrentan las personas para transitar de un territorio a otro”.
Durante el transcurso de las reuniones se planteó en algunas oportunidades que los países suelen
no tener los mismos parámetros de consideración con los inmigrantes que con los ciudadanos del propio
país en el exterior. La exigencia del cumplimiento de derechos no es necesariamente recíproca. Hay
preocupación por las condiciones del emigrante, pero se mira en menos a los que llegan desde otros
países (dependiendo de los países, también) o zonas del propio país, pues implican mayores costos o, lo
que es aún más chocante: “no mejoran la raza”. Se da, entonces, una competencia entre “ellos y
nosotros”, sea como sea que se entienda los locales y los extranjeros.
El rechazo al otro, que viene de otro país, habla otra lengua o tiene una cultura distinta implica
un riesgo de discriminación que afecta en todas las fases del ciclo, particularmente en países donde los
migrantes son muy visibles, como es el caso de los negros en Chile, país que se ha vuelto receptor
reciente de población afrodescendiente desde Haití, Colombia, Ecuador y República Dominicana y que
significa la negritud como una característica muy distante de lo “chileno” y, por ello, adquiere valor de
“peligroso”. También se da el caso, como en México, donde los migrantes de países del Triángulo Norte
son tildados de narcotraficantes, o se asocian a las pandillas y son objeto de malos tratos y
discriminación al llegar. Por lo tanto, a nivel de la percepción ciudadana, se requiere educar en el valor
y el respeto de quienes vienen de otros territorios. Por otro lado, el caso de Estados Unidos es particular,
pues el racismo ya no se plantea como un tema con la población afro, sino también con los latinos,
quienes están ocupando los niveles más bajos de las ocupaciones. Además, no hay consenso acerca de
los beneficios de la migración laboral para los países de destino, siendo positivamente reconocida en
caso de mano de obra calificada.
En las diversas etapas del ciclo de la migración, es fundamental luchar contra el racismo, la
xenofobia y la discriminación de la que son objeto las personas que migran, pues estas actitudes y
percepciones son obstáculos no siempre tomados en consideración para el desarrollo de políticas
públicas basadas en derechos. Para ello se requiere educar y formar en la tolerancia, el respeto y el
reconocimiento del valor de todas las personas

c) Contar con datos


Saber quiénes son, precisar y desagregar los datos de las personas y grupos que migran, sus
características, sexo, etnia, edad y nivel educativo, entre otros) y sus proyectos migratorios en cada una
de las etapas (origen, tránsito, destino y/o retorno) fue un tema abordado en todas las reuniones
realizadas y desde diversos puntos de vista y aproximaciones.
En términos generales, se considera que la información disponible no da cuenta con precisión
de una realidad, por lo demás, muy cambiante y, por lo tanto, probablemente subregistrada. Los censos,

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CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

fuente habitual de datos sobre migración, no logran ilustrar lo que ocurre entre decenios, pues
representan periodos muy amplios de tiempo. Entre las propuestas para dimensionar diversos elementos
asociados a la migración se mencionó el uso de las diversas encuestas existentes (de hogares, de
demografía y salud), así como distintos registros administrativos27. Idealmente, se querría hacer uso de
todas las diversas fuentes posibles de información de modo de conocer cómo se expresan
cuantitativamente los movimientos de las personas entre países ‒y también al interior de ellos‒ y su
inclusión/exclusión de la protección social, para luego operacionalizarlos en sistemas integrales de
información pormenorizada y construir políticas públicas acordes.

d) Remesas
En general, en las reuniones se señaló la existencia de un discurso pro-remesas en un marco de
crítica a la migración. Cumplirían, en opinión de algunos participantes, una función subsidiaria de acceso a
la protección social –un flujo privado de recursos‒ en el sentido que, ante las fallas del Estado, las familias
asumen el peso de garantizar de manera privada el acceso a un nivel básico de ingreso y consumo.
Las remesas son un elemento fundamental en el ciclo de la migración, pues los emigrantes
envían regularmente un monto de sus ingresos a sus familiares u hogares en los países de origen.
Si bien los montos son variables y dependen de muchos factores, el punto común planteado es
que las remesas son fruto del trabajo (que no siempre es trabajo decente) y del ahorro en otras áreas de
la vida (por ejemplo, se relaciona con el hacinamiento, en tanto se reducen los gastos) y que el costo de
envío es considerado demasiado alto, lo que necesariamente debe reducirse.
Con relación al uso de las remesas, se plantearon dos ideas centrales: que las familias en países de
origen las utilizan para adquirir artículos suntuarios y/o mejorar sus condiciones de vida (aun cuando los
montos sean bajos). Un ejemplo fue que en países del Triángulo Norte esos recursos han permitido cambiar
la agricultura por la ganadería, con consecuencias en la seguridad alimentaria de las poblaciones.
En una vinculación con el tema de la inclusión financiera, se sugirió que debiera reorientarse el
uso productivo de estas, existir educación sobre estrategias de inversión de las remesas (por ejemplo,
financiamiento de educación y/o programas de formación para estudiantes jóvenes) y relación con
programas de acceso a crédito.

e) Un ejemplo puntual: el cuidado y el trabajo doméstico remunerado


El tema de las cadenas de cuidado y la migración fue planteado en las reuniones desarrolladas
en Santiago. En un contexto de envejecimiento de la población, cambios en la composición de los
hogares y aumento de la participación laboral femenina, es evidente que el cuidado de niños, enfermos y
viejos se hace acuciante. En la región, mayoritariamente, la provisión de cuidados es cubierta por las familias
y el mercado, y con una cada vez mayor presencia de trabajadoras domésticas migrantes. Si a lo anterior se
le suma que el trabajo doméstico y de cuidado es considerado un trabajo de segunda categoría con menos
protección y acceso a derechos, que las mujeres que migran para desempeñar estas tareas suelen hacerlo
motivadas por diversas situaciones de dificultad en sus países de origen (falta de trabajo o pobreza, entre
otras), lo que se observa es un mercado laboral bastante desprotegido y expuesto a riesgos de todo tipo que
funciona mediante redes informales en y desde países que se van “especializando” en este trabajo (por ej.
paraguayas en la Argentina, o peruanas y dominicanas en Chile).
Las vulnerabilidades que se observan en el origen aluden particularmente a los costos de la
separación de sus familias; en el tránsito hay riesgos de todo tipo (estafas, abusos y violencia); a la
llegada se enfrenta el desconocimiento de la cultura del lugar y las barreras lingüísticas, ser víctima de
abusos y discriminaciones o aislamiento, entre otros. Sería necesario precisar y mejorar las políticas
específicas en relación con las mujeres migrantes que llegan a los países a trabajar en el área del cuidado:
diseñar políticas migratorias vinculadas con políticas laborales, velar por el cumplimento de los
derechos y actuar en relación con las agencias privadas de empleo, donde no hay injerencia del Estado.

27 Al respecto, se puede señalar que en la División de Desarrollo Social se está llevando a cabo un ejercicio de levantamiento
de información sobre inclusión y exclusión de personas migrantes a partir de las encuestas de hogares en siete países
(Argentina, Brasil, Chile, México, Haití, República dominicana y el Uruguay). Véase estudio “Inmigración en países de
destino de América Latina y el Caribe” de I. Carrasco y J.I. Suárez, 2018 (documento no publicado).

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CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

Cuadro A.1
Participantes de las reuniones sostenidas
Participante Institución y país
Adriana Velásquez Observatorio Centroamericano de Desarrollo Social (OCADES), El Salvador
Albaluz Solorzano Secretaría Técnica y de Planificación de la Presidencia, PACSES, El Salvador
Alberto Henríquez Subsecretario Secretaría Técnica y de Planificación de la Presidencia, STPP
Alejandro Canales Profesor investigador, Universidad de Guadalajara, México
Ally Alvarenga Secretaría Técnica y de Planificación de la Presidencia, El Salvador
Alma Garcia Consultora Internacional, Nicaragua
Álvaro Caballeros Instituto de Estudios Interétnicos de la Universidad de San Carlos
de Guatemala, Guatemala
Amalia Palma División de Desarrollo Social, CEPAL
Ana Solórzano Directora de Atención al Migrante, Dirección General de Migración y Extranjería,
El Salvador
André Saramago Consultor, FAO
Andrés Solimano Consultor internacional
Aquiles Magaña Secretario Ejecutivo, CONMIGRANTES, El Salvador
Azalia Díaz DPE/ Secretaría Técnica y de Planificación de la Presidencia, El Salvador
Báltica Cabieses Universidad del Desarrollo, Chile
Brisa Ceccam GIZ
Byron Sosa Dirección General de Migración y Extranjería, El Salvador
Carlos Heredia Profesor Investigador Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE),
México
Carlos Kroll División de Desarrollo Social, CEPAL
Carlos Maldonado Oficial de Asuntos Sociales, CEPAL
Carlos Sáenz Director de Coordinación de Gobierno, Secretaría Técnica y de Planificación
de la Presidencia, El Salvador
Christopher Gascón Representante OIM, México
Claudia Sandoval Secretaría Técnica y de Planificación de la Presidencia, El Salvador
Claudia Silva Jefa Sección Estudios, Departamento de Extranjería y Migración, Chile
Cristian Doña Investigador Universidad Diego Portales, Chile
Cristián Orrego Asesor Departamento de Extranjería y Migración, Chile
Cynthia Mora Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) de Costa Rica
Cynthia Sampaio OIT Brasil
Daniel Tacher Iniciativa Ciudadana para la Promoción de la Cultura del Diálogo, El Salvador
Daniel Vega Profesor Universidad de Guanajuato, México
Daniela Huneeus Asistente de Ciencias Sociales, CEPAL
David Morales Oficial de información Coordinador, Iniciativa de Gestión de Información de
Movilidad Humana en el Triángulo Norte (NTMI), El Salvador
Denisse Velásquez Coordinadora de Programas, OIM México
Duval Fernandes Pontifica Universidades Catolica de Minas Gerais, Brasil
Eduardo Stein Ex Vicepresidente de Guatemala
Eduardo Thayer Investigador
Ericka Castellón Dirección General de Migración y Extranjería, El Salvador
Eunice Rendón Coordinadora Iniciativa Agenda Migrante, México
Fabienne Venet Directora General, Instituto de Estudios y Divulgación sobre Migración, México
Fernando Lozano Profesor, CRIM UNAM, México
Fernando Soto Representante en México, FAO
Francesco Carella Especialista en migración internacional, Organización Internacional del Trabajo
(OIT), Costa Rica
Francisco Alba Investigador COLMEX, México

115
CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

Cuadro A.1 (continuación)


Participante Institución y país
Francisco Placencia Iniciativa Ciudadana, México
Francisco Villarreal CEPAL México
Gabriel Kattan División de Desarrollo Social, CEPAL
Gaspar Rivera Salgado Profesor, Universidad de California Los Ángeles
Héctor Antonio Rodríguez Director General de Migración y Extranjería, El Salvador
Heidi Ullmann Oficial de Desarrollo Social, CEPAL
Hugo Beteta Director, CEPAL México
Humberto Soto Oficial Asuntos Sociales, CEPAL México
Ignacio Carrasco División de Desarrollo Social, CEPAL
Ignacio Silva Consultor OIT
Jesús Valencia STPP/DPE, el Salvador
Jimmy Vásquez UNICEF El Salvador
Jorge Bravo Naciones Unidas
Jorge Dehays Consultor CEPAL
Jorge Martínez CELADE División de Población, CEPAL
Jorge Peraza, Organización Internacional de la Migraciones (OIM), El Salvador
Jorge Schiavon Investigador CIDE, México
José Samaniego Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Panamá
José Sieber Luz Oficial Principal de Protección, ACNUR México
José Tessada Investigador Pontificia Universidad Católica, Chile
Juan Carlos Mendoza Director Ejecutivo, Instituto de los Mexicanos en el Exterior
Juan Meléndez Director Programas Estratégicos, Secretaría Técnica y de Planificación de la
Presidencia, El Salvador
Juan Pablo Labat Director Nacional de Evaluación y Monitoreo, Ministerio de Desarrollo Social del
Uruguay
Karen Zavaleta Instituto Nacional Migración, México
Karla Gallo UNICEF México
Laís Abramo Directora, División de Desarrollo Social, CEPAL
Laura Barrios Directora de Diseño y Planificación de la Dirección General de Políticas Sociales
de la Secretaría de Acción Social (SAS), Paraguay
Lauro Bocchi Vicepresidente Ejecutivo, INCAMI, Chile
Leandro Reboiras CELADE División de Población, CEPAL
Leticia Calderón Investigadora, Instituto Mora, México
Liduvina Magarín Viceministra para los Salvadoreños en el Exterior, Gobierno de El Salvador
Liliana Jiménez Instituto Mexicano de Seguridad Social, México
Lourdes Rosas UNICEF México
Luis Beduschi FAO, Chile
Magdalena Rendic División de Asuntos de Género CEPAL
Manfred Haebig GIZ
Manuel Novoa Coordinador Prevención de la Violencia juvenil en Centroamérica (PREVENIR)
Agencia de la GIZ, El Salvador
Marcela Cerrutti Centro de Estudios de Población, Argentina
Marcela Correa Servicio Jesuita a Migrantes, Chile
Margarita Baires PACSES, Secretaría Técnica y de Planificación de la Presidencia, El Salvador
María Castro CEPAL México
María de la Paz Yánes Instituto Salvadoreño para el Desarrollo Integral de la Niñez y la Adolescencia
(ISNA), El Salvador

116
CEPAL Protección social y migración: una mirada desde las vulnerabilidades…

Cuadro A.1 (conclusión)


Participante Institución y país
María Elena Valenzuela Consultora internacional
María Emilia Tijoux Investigadora Universidad de Chile
Mario Pino Fundación Friedrich Ebert, Chile
Marta Rangel Consultora, División de Desarrollo Social, CEPAL
Martha Gonzalez Especialista STPP, El Salvador
Martha Rojas ECOSUR, México
Matilde Chávez Directora Sistema Único de Beneficiarios (SIUBEN), República Dominicana
Miguel Peromingo Ministerio Federal de Trabajo y Asuntos Sociales (BMAS), Alemania
Nicole Bidegain División de Asuntos de Género CEPAL
Nidia de Rodríguez Secretaría Técnica y de Planificación de la Presidencia, El Salvador
Norma Posada STPP DCI, Secretaría Técnica y de Planificación de la Presidencia, El Salvador
Pablo Casalí Oficial a Cargo OIT, Chile
Pablo Yanes CEPAL, México
Patricia de Ramírez STPP GAF, Secretaría Técnica y de Planificación de la Presidencia, El Salvador
Patricia Roa Oficial de Programación OIT, Chile
Paula Orsini Dirección de Programas Estratégicos, Secretaría Técnica y de Planificación
de la Presidencia, El Salvador
Paulino Delgado Valle STPP G.G., Secretaría Técnica y de Planificación de la Presidencia, El Salvador
Paulo Saad CELADE División de Población, CEPAL
Pedro Hernández Ministerio de Relaciones Exteriores, Chile
Pedro Medrano Ex Secretario General Adjunto Naciones Unidas
Rodrigo Martínez Oficial de Asuntos Sociales, CEPAL
Rodrigo Sandoval Director Departamento de Extranjería y Migración, Gobierno de Chile
Rolando Alas STPP PACSES, El Salvador
Rolando Sierra Fonseca Director FLACSO, Honduras
Salvador Berumen Director General Adjunto, Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de
Gobernación, México
Silvia Olego Asesora, Misión OIM, Chile
Simone Reperger Representante de la Fundación Friedrich Ebert, Chile
Solange Sanches Fundación Friedrich Ebert, Chile
Susana L. Casablanca Secretaría Técnica y de Planificación de la Presidencia, El Salvador
Virginia Rodas Proyecto Guate te incluye, Fundación AVINA, Guatemala
Walter Mejia Consultor internacional, Colombia
Ximena Erazo Fundación Henry Dunant, Chile
Yamile Cabrera Oficina de Atención al Migrante, Municipalidad de Quilicura, Chile

Fuente: Bases de datos de asistentes a seminarios del proyecto.

117
La migración es un proceso inseparable de la historia de todas las
sociedades, y América Latina y el Caribe no es una excepción. Algunos
de los principales rasgos y desafíos sociales, económicos, culturales
y políticos de la región difícilmente pueden entenderse sin referencia
a la compleja dinámica de las migraciones, intra- y extrarregionales.

La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible llama a facilitar la


migración y la movilidad ordenadas, seguras, regulares y responsables
de las personas, mediante políticas planificadas y bien gestionadas.
También hace un llamado a la ampliación y universalización
progresivas de los sistemas de protección social, para atender las
necesidades de los distintos segmentos de la población, un desafío
pendiente en el caso de las personas migrantes.

En este documento se analizan los desafíos fundamentales de


la migración internacional en la región, en especial para alcanzar
sistemas de protección social universales que abarquen a todos los
grupos de población, incluidas las personas migrantes. Para ello,
se propone una mirada centrada en los riesgos, vulnerabilidades
y necesidades más apremiantes de las personas migrantes en
las distintas etapas del ciclo de la migración: en el país de origen,
durante el tránsito hacia el lugar de destino, en el país de acogida y,
eventualmente, en el retorno (voluntario o forzoso) al país de origen.

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