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Apunte par1uso interno

SAN AGUSTIN

 Todo el componente filosófico de la obra de San Agustín expone el esfuerzo de una fe


cristiana que intenta llevar lo más lejos posible la inteligencia de su propio contenido.
 Los elementos filosóficos los tomó del neoplatonismo, particularmente de Plotino.
http://pdfhumanidades.com/sites/default/files/apuntes/75_Plotino%20-%20En
%C3%A9adas%20I-II.pdf
 La definición de hombre la tomó del Alcibíades de Platón.
http://www.filosofia.org/cla/pla/img/azf01111.pdf

Concepción agustiniana del hombre


Agustín entendió que:

 El hombre es un alma que se sirve de un cuerpo: en cuanto siguió al neoplatonismo.


 El hombre es la unión de cuerpo y alma: en cuanto cristiano.
 La influencia platónica lo condujo a priorizar el alma sobre el cuerpo.
1. El alma
Sólo se une al cuerpo por la acción que ejerce sobre él, vivificándolo.
Está atenta a todo lo que ocurre en el cuerpo.
Si algún objeto exterior hiere los sentidos, los órganos sensoriales sufren su acción.
Siendo el alma superior al cuerpo y puesto que lo inferior no puede actuar sobre lo superior, el
alma no sufre acción alguna.
1.a. ¿Cómo actúa el alma?
Está atenta a todo lo que sucede en el cuerpo, no le pasa inadvertida ninguna modificación de las
que él sufre.
El alma acciona produciendo una imagen semejante al objeto: una sensación.
Las sensaciones son acciones que el alma ejerce, NO pasiones que sufre.
1.b. Las sensaciones
Unas informan sobre el estado y necesidades del cuerpo.
Otras sobre los objetos que lo rodean.
2. Los objetos
Se caracterizan por su inestabilidad: duran en el tiempo, aparecen y desaparecen.
La inestabilidad evidencia la falta de ser. (El ser es entendido aquí en términos platónicos.
Recordemos que para Platón el ser es idea, forma, esencia –lo que permanece y no cambia)
La falta de ser que caracteriza a los objetos, los excluye de todo conocimiento propiamente dicho.
3. El conocimiento
Conocer es aprehender por el pensamiento un objeto que no cambia y cuya estabilidad permite
retenerlo bajo la mirada del espíritu.
El alma es capaz de conocimientos de este tipo: conoce la verdad.
4. La verdad
La verdad es algo distinto de la constatación empírica de un hecho.
Verdad es el descubrimiento de una regla por el pensamiento que se somete a ella.
Por ejemplo: dos más dos son cuatro, o, hacer el bien y evitar el mal; son reglas inteligibles, cuyo
carácter fundamental es su necesidad. No pueden ser de otra manera. Son necesarias, inmutables,
eternas, verdaderas. Sólo lo verdadero, verdaderamente existe.
La verdad existe en nuestra alma.
5. ¿Cómo se explica la existencia
2 de la verdad en el alma?
 En cierto sentido todos nuestros conocimientos derivan de nuestras sensaciones.
 Solo podemos concebir los objetos que hemos podido ver o imaginar en función de lo que
ya hemos visto.
 Ningún objeto de los que vemos, olemos gustamos o sentimos es necesario, inmutable o
eterno. Por el contrario todos son contingentes, mudables o cambiantes, perecederos.
 Aunque tengamos múltiples experiencias sensibles, ninguna ley necesaria se podría sacar
de ello.
 En cambio mi pensamiento es capaz de ver que en matemáticas dos más dos es siempre
igual a cuatro, o que la suma de los ángulos interiores de un triángulo es igual a 180º.

En consecuencia:
 No son los objetos sensibles los que enseñan las mismas verdades que les conciernen.

En este sentido Agustín se pregunta ¿Puede ser el hombre mismo la fuente de la verdad que
encuentra en sus pensamientos verdaderos?
La respuesta es No. La razón que abala la respuesta es que el hombre también es contingente y
mudable, como las cosas. Por eso mismo se inclina el pensamiento ante la verdad que lo domina.
La verdad se impone con necesidad a la razón y en esto se pone de manifiesto su trascendencia.
La verdad está en la razón por encima de la razón.

6. Teoría de la iluminación.
En el hombre hay algo que lo trasciende: La verdad está en la razón por encima de la razón.
La verdad es una realidad puramente inteligible, necesaria, inmutable, eterna.
Precisamente lo que llamamos Dios.
Metafóricamente: Dios es como el sol que ilumina, como el sol inteligible a cuya luz el hombre
alcanza a ver la verdad.
Dios es el maestro interior, es la Vida de nuestra vida, más interior a nosotros mismos que nuestra
propia interioridad.
Por eso, en el pensamiento de San Agustín, todo conocimiento es un camino que va de lo exterior
a lo interior y de lo interior hacia lo superior: Dios.
7. Dios
Dios es para Agustín una realidad viva que se ofrece al pensamiento y a la vez lo trasciende.
Su presencia es atestiguada por las ideas o juicios verdaderos en el pensamiento, ya sean morales,
estéticos o científicos.
El nombre más adecuado de Dios es el que Él mismo se dio: “Yo Soy” (Éxodo 3, 14)
Dios es el ser mismo, realidad plena y total. Dios es essentia (esencia).
(Aquí hay que recordar la influencia platónica en Agustín. Todo lo que cambia, decía Platón, no es
verdadero ser. Lo que cambia está compuesto de ser y no-ser. )
Para Agustín Dios es verdadera esencia porque es inmutable, no cambia.
8. La Trinidad
Dios esencia es Naturaleza divina. Dios es lo Divino mismo que fue asumido en Dios Padre, Hijo y
Espíritu Santo.
La verificación de esto la encuentra San Agustín en el hombre como imagen trinitaria de Dios. El
alma humana es como el Padre que engendra dentro de sí el Hijo, Verbo-Palabra, y el amor-
Espíritu Santo.
Luego Agustín toma el “conócete a ti mismo” 3socrático y afirma que el modo de ascender al
conocimiento de Dios encuentra su punto de partida en el conocimiento de nosotros mismos, de
nuestra propia interioridad: conciencia.

9. La creación
Dios, esencia inmutable, ha creado todas las cosas. ¿Cómo se explica esto?
Las cosas mudables, cambiantes, contingentes –es decir que no tienen en sí mismas la razón de su
propio existir- prueban la NECESIDAD DE UNA CAUSA DE su EXISTENCIA.
Si existen cosas es porque existe Dios. Dios es creador.

10. El tiempo
Dios esencia inmutable ha creado todas las cosas en el tiempo.
El tiempo implica pasado, presente y futuro. Pero el pasado ya no existe y el futuro aún no es.
Aunque el tiempo posee una conexión con el movimiento, no reside en éste ni en las cosas en
movimiento, sino en el alma, porque es allí donde reside el presente.
El presente del pasado es la memoria. El presente del presente es la intuición. El presente del
futuro, la espera. El presente si siempre fuese y no transcurriese hacia el pasado, ya no sería
Tiempo sino Eternidad. Tu “Hoy” es la Eternidad.

11. Dios, el Bien, la creación.


Dios es esencia inmutable es plenitud de ser y plenitud de bien.
Todo lo creado es bueno en la medida en que es.
El bien es proporcional al ser.
En contrapartida el mal es ausencia del bien que corresponde a ese ser. (El mal es la falta del ser
que corresponde.)
La naturaleza caída es mala porque por una falla, pecado, ha abandonado el ser que debería
poseer.
El mal es privación de ser.
12. Bien y moralidad- libertad
La moralidad sólo se encuentra en los actos de las criaturas racionales.
Los juicios de la razón conllevan que los actos que se realizan, ya sea de acuerdo a ellos, o,
decidiendo ignorarlos, sean actos libres.
En consecuencia el libre albedrío implica que se pueda hacerse mal uso de él incurriendo en faltas
morales. El hombre es responsable de su libertad.
El libre albedrío comporta un riesgo: el de elegir el mal. Pero a la vez es un bien inestimable
porque permite al hombre elegir la Bienaventuranza, ser Feliz.

ELEMENTOS FILOSÓFICOS AGUSTINIANOS QUE INFLUENCIARON EN FILÓSOFOS POSTERIORES

 El hombre posee certeza de ser, de conocerse, de amarse.


Ante dichas verdades, no causaban ningún recelo los argumentos de los Académicos que decía
“¿y si te engañas? “
Agustín respondía: “Si me engaño, quiere decir que soy”.
No se puede engañar a quien no existe, si me engaño, por eso mismo soy.
Cuando amo estas dos cosas (ser y conocerme) me agrego-a mí- este amor, como tercer
elemento no menos valioso. Tampoco me engaño al amarme a mí mismo-porque en
aquello que amo no puedo engañarme; y aunque fuese falso lo que amo, seria verdad que
amo cosas falsas, pero no sería falso que yo amo.
Este argumento que en Agustín consiste en una conclusión:
4 Mi existencia se revela en el hecho de
pensar, va ha ser recuperado por Descartes para evidenciar una intuición: la del Cogito o
pensamiento. Es decir, lo que en Agustín fue una conclusión, en Descartes es punto de partida de
su filosofía.
Efectivamente, Descartes vio que en su punto de partida: ¡Dudo!, está implícito el hecho de que
para dudar es necesario pensar: ¡Pienso!, para pensar es necesario existir: ¡Existo!.
Descartes dirá: Soy una cosa que piensa, duda, existe. Y, a esta afirmación, la tomará como punto
de partida, de manera tal, que su filosofar comenzará desde el pensamiento hacia las cosas. Desde
las ideas hacia la realidad.

Los elementos filosóficos propuestos por Agustín los encontraremos en varios filósofos modernos
posteriores. Tengan o no conciencia de ello.
Lo veremos más adelante.

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