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Contexto y efectos económicos que trajo la covid-19

(pandemia) en Bolivia

La pandemia de la COVID-19 se hizo presente en Bolivia, que sin dudar alguna,


pasará a la historia socioeconómica como el hecho que marcó un cambio de ciclo
económico.

A inicios “Bolivia identificó y confirmó los dos primeros casos de covid-19 el 10


de marzo en los departamentos de Oruro y Santa Cruz” [ CITATION Min20 \l 3082 ].
A partir de la detección de los primeros casos confirmados, el gobierno central
de Bolivia tomó medidas inmediatas para combatir la propagación del virus. Este
accionar se vio plasmado en el Decreto Supremo Nº 4179, que declara situación
de emergencia nacional por la presencia del brote del nuevo coronavirus, y el
Decreto Supremo Nº 4199, que declara la cuarentena total en todo el territorio
boliviano. [ CITATION Dec20 \l 3082 ].

El 11 de marzo se inició una campaña informativa nacional y el 12 del mismo mes se


cancelaron las clases presenciales y también se prohibieron los eventos grandes.
Algunos gobiernos departamentales y municipales tomaron sus propias medidas
adicionales; varios, incluso antes que el gobierno central.

¿Cómo esta afectando el coronavirus al sistema económico?

Desde una figura macroeconómica se mencionó que el coronavirus, ha provocado


tanto un choque de oferta como de demanda.

Durante el periodo de mayor aislamiento en Bolivia, abril-mayo, la tasa de crecimiento


del Índice Global de la Actividad Económica cayó desde el 20% al 60%. En los
siguientes días, y con la firma del Decreto Supremo Nº 4192, el gobierno nacional cerró
las fronteras, interviniendo en el transporte, actividades económicas y culturales
cerrando bares, gimnasios, iglesias, etc; a nivel económico se vieron afectadas como
con el resto del mundo, restringiendo las exportaciones. La producción fue afectada por
la prohibición de la movilidad de una buena parte de las personas a sus puestos de
trabajo y por las dificultades en la compra de insumos, entre varios otros. [CITATION
dec20 \l 3082 ]

Esta conmoción de demanda resultó directamente de la inamovilidad de la población


para poder obtener los diferentes bienes y servicios; a no ser lo básico, como alimentos
y medicamentos, la gran mayoría de la población sólo realizaba desplazamientos
mínimos e indispensables para comprar comida y medicamentos durante la cuarentena
total, los transportistas, vendedores, agricultores, policías las enfermeras y farmacias
continuaron trabajando a pesar de la falta de equipamiento de bioseguridad adecuado.
De hecho, la cuarentena estricta provocó una quiebra en el mecanismo de
compraventa, es decir, los mercados. Además, el consumo de muchos trabajadores
independientes que “viven al día” también fue afectado de manera inmediata por la
reducción de sus ingresos laborales[ CITATION Bea20 \l 3082 ]

Por un lado, las empresas y las instituciones fueron retomando, poco a poco,
sus actividades; aunque en este proceso muchas de ellas estuvieron con varias
dificultades para sobrevivir algunas de estas cerraron por la caída de las ventas.
Por otro lado, muchas familias han visto reducidos sus recursos económicos, los
cuales tuvieron una recuperación lenta. Otras familias también han percibido
menores remesas provenientes del exterior y caídas de rentas por concepto de
alquileres, entre otros.[ CITATION Bea20 \l 3082 ]

Los ahorros de las familias y las empresas y las políticas públicas implementadas
desde abril han mitigado, sin duda, la caída de la producción y el consumo. En este
escenario, sin embargo, nuevamente se presenta un efecto negativo del coronavirus
sobre la economía menos percibido, el cual está asociado al costo de oportunidad; es
decir, por ejemplo, los ahorros privados podrían haber sido destinados a mayor
inversión y los recursos del gobierno a promover una mayor calidad educacional.

Todo esto afecto económicamente al País tanto en las ciudades, como las zonas
rurales, ya que a medida que pasaron los días hubo escasez de medicamentos, y
alimentos, y los precios subieron tremendamente.
Según el Centro de Desarrollo Laboral y Agrario, la pobreza se ha agravado, la tasa de
desempleo urbano ha subido de 4,2 % a 7,4 % y la informalidad ronda al 80 % de la
población económicamente activa. El Banco Mundial pronosticó que la recesión en
Bolivia puede provocar en 2020 una caída del 5,9 % del Producto Interior Bruto, la peor
cifra desde los años 80 cuando el país sufrió una devaluación y una inflación históricas.
La peor tasa de esa época fue de -4%, en 1983.

Entre el 2010 y el 2018, gracias al motor de los precios de las materias primas, la
economía boliviana creció anualmente por encima del 4 % y en 2016 alcanzó un pico
de 6,7 %, aunque luego comenzó su declinación hasta situarse en 2019 en 2,2 %,
según datos oficiales.[CITATION Jav20 \l 3082 ]

En este sentido, la pandemia ha perjudicado de manera desproporcionada a los


trabajadores no asalariados y a sus familias.

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