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Elaboró: Abraham Ángel Espinoza Ogarrio Asignatura: Teología del Matrimonio

Profesor: Alfonso Rovira Nolting Facultad: Teología

D. BOROBIO, La Celebración de la Iglesia, Sígueme, Salamanca, 1988, 550-554

El apartado del libro comienza mostrando el fundamento bíblico del Nuevo Testamento respecto
del sacramento del matrimonio, partiendo de la analogía que hay entre Cristo y el matrimonio,
bajo cinco subtemas, a saber, Jesús reconoce el valor del acontecimiento matrimonial, Jesús
hereda la imagen matrimonial, Jesús defiende la indisolubilidad del matrimonio, Jesús supera la
Ley y une el orden creatural y el orden de la alianza, y por último, Jesús eleva el matrimonio a
Sacramento.

Podemos rescatar el valor nupcial entre Cristo y la Iglesia, que se unen en una alianza eterna, en la
figura del matrimonio se apoya Jesús para hablar de su entrega total. Con esta entrega fiel supera
los presupuestos de la Antigua Alianza y la perfecciona, al adoptar una actitud antidivorcista,
además, defiende la igualdad entre hombre y mujer en caso que haya infidelidad en el
matrimonio, Jesús declara una unidad entre los esposos que es indisoluble y que no hay poder
humano que pueda romper esa alianza aunque los cónyuges insistan en lo contrario.

Jesús pone de relieve la voluntad originaria de Dios tocante al matrimonio, pues es el eje, el centro
en el que mejor se expresa y concentra la unidad de creación y alianza.

En este sentido, me gustaría hondar, porque si bien es cierto que el matrimonio es una
prefiguración de aquella Alianza eterna que Dios ha realizado con su esposa la Iglesia, y es
inquebrantable, hoy por hoy, no se ve de facto esta realidad, faltaría contemplar más una realidad
iluminada por la Palabra, que la Palabra misma, de manera aislada, fría, sombría, condenatoria.

Cuanta falta nos hace tomar conciencia de que la sociedad esta cambiando sus esquemas y la
Iglesia, debería de estar saliendo en peregrinación a encontrarse con estas personas, sin embargo,
muchas veces no es así, solamente nos quedamos limitados al confort.

Las preguntas que planteo, versan sobre ¿Qué ha propiciado el desencantamiento del matrimonio
entre nuestra sociedad, que ha perdido importancia?, ¿o será que la institución es la que ha
perdido crédito?
J. P. BAGOT, Para vivir el Matrimonio, Verbo Divino, 1996, 38-42

Este segundo apartado de un pequeño manual sobre matrimonio parte del presupuesto bíblico
planteado en el Nuevo Testamento, específicamente en las cartas de San Pablo, cuyos
fundamentos hunde en la falta de amor autentico entre las comunidades. La estructura del texto
es sencilla, plantea primero el matrimonio y virginidad, proponiendo una forma de diversa a la del
matrimonio, es decir, la soltería, la cual vale más la pena para poder entregarnos por completo al
plan de Dios, abriendo esta posibilidad no solo a los varones sino también a las mujeres. Habla
también del problema de los matrimonios mixtos y la grandeza del misterio conyugal, el cual debe
vivir en medio del amor, la fidelidad, en comunidad.

Ya no se trata de mi egoísmo y mis satisfacciones, sino de don, entrega, confianza, de manera que
ese amor nacido por la carne se perfeccione en la entrega libre por el ser amado.

Hoy en día, nuestra sociedad esta inmersa en una cultura hedonista, y si bien es cierto que hablar
siquiera de amor en este contexto es atrevido y llamado por muchos prejuicioso, porque con la
igualdad de género, el feminismo radical y machista, ante todo esto, vale la pena hablar del amor,
que es más que un simple sentimiento pasional, sino una entrega total, con todas virtudes y
defectos.

Qué difícil es amar porque solo se busca el deseo y la satisfacción, se ha confundo el placer con
deseo, y éste es insaciable, de manera que cuando se obtiene el bien querido no es plenitud, al
contrario, hay vaciamiento, porque lo factico nos distrae de lo trascendente.

La pregunta que planteo es ¿sé amar?, la planteo porque muchos adolecemos de esta dimensión
humana tan natural y ordinaria, pero tan necesaria para poder vivir en comunión consigo mismo y
con los demás, para poder ser pleno.
G. AGUSTÍN, Para entender el sexto mandamiento hoy, Sal Terrae, Alemania, 2014, 92-89

La estructura general del capítulo es un tema antiquisimo de la humanidad, posteriormente habla


de la postura bíblica en la actualidad tocante al adulterio, después habla de la liberación para la
verdadera libertad, también toca el apartado de la experiencia límite como lugar de la experiencia
existencial de la fe y por último habla del ánimo para el amor confiado en la gracia de Dios. Es un
capítulo muy pequeño, pero muy rico, vamos allá.

La idea central gira en torno a la evolución en la concepción del adulterio, sirve como norma
reguladora de convivencia, porque cuando se cometía se veían comprometidos la legitimidad de la
descendencia, el mantenimiento de la familia y de sus bienes raíces, en ese sentido este
mandamiento estaba ordenado al servicio y vela del matrimonio y la familia, así como de sus
intereses, pero más profundamente habla de una posesión de sí tal, que es capaz de
autodeterminar el acto o el impulso, y donde gobierna la razón, es un acto que exige fidelidad en
el amor inquebrantable.

Esto es lo que aleja al hombre hoy de este mandamiento, que pareciera ser impositivo y alejado de
la sociedad, porque priva de la libertad al sujeto, que busca solo placer, ya no es vigente porque ha
perdido de vista su objetivo, que es la entrega, en ese sentido, nos protege del egoísmo que hace
peligrar la convivencia, hoy, se mira como los jóvenes se aíslan en los móviles, en su zona de
confort, y difícilmente, se donan, por eso son carentes de amor, y es que, no están dispuestos a
salir de sí para el otro.

El sexto mandamiento, salvaguarda no solo la fidelidad sino la salida de sí para el encuentro con el
otro, un encuentro sano, donde hay intercambio y que exige conocimiento profundo del otro, que
de fondo, se mira el sacramento del matrimonio que busca eso, fidelidad, exclusividad, entrega,
incondicionalidad, servicio al otro.

La pregunta que planteo es ¿con qué finalidad vivo yo el sexto mandamiento? ¿cómo me ayuda en
mi formación sacerdotal? ¿realmente vivo la fidelidad del amor a Dios en los hombres? ¿cuáles
son los beneficios de la práctica del sexto mandamiento? ¿Me acerca a los demás, me hace salir de
mí para complementarme sanamente en el otro?

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