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GEOGRAFÍA, HISTORIA Y CIUDADANÍA.

MOMENTO II. ACTIVIDAD N°3

El o la estudiante a través de un Artículo de Opinión, dejará saber los conflictos que actualmente
enfrenta la Amazonía.

ARTÍCULO DE OPINIÓN

La Amazonía es la selva tropical y el sistema fluvial más grande que existe, además, es el
lugar con mayor diversidad biológica del mundo: una de cada diez especies conocidas en la
Tierra habita aquí, según el World Wildlife Fund (WWF).

Esta región del planeta abarca ocho países: Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela,
Guyana, Surinam, el territorio de ultramar de la Guayana Francesa y el más importante, Brasil, el
cual posee dos tercios de la Amazonía

El Amazonas enfrenta muchas amenazas, incluida la deforestación por la ganadería extensiva


y la expansión agrícola, la infraestructura mal planificada, la extracción ilegal e insostenible de
recursos naturales y el cambio climático.

El cambio climático amenaza con interrumpir las redes de agua y bosques de los que depende
la vida silvestre. Además, las temperaturas más cálidas y menos lluvias han producido sequías de
proporciones históricas.

La Amazonia, la mayor región tropical del planeta, pierde cada año enormes extensiones de
selva, emitiendo grandes cantidades de gases de efecto invernadero en un contexto de violencia y
violaciones de los derechos humanos. Si queremos evitar un empeoramiento del cambio
climático, la pérdida de su rica biodiversidad y garantizar la supervivencia de los pueblos
indígenas, es fundamental detener la deforestación y degradación de la Amazonia.

Brasil es el país que alberga la mayor parte de la selva amazónica, pero la deforestación y la
degradación forestal es un problema crónico. La expansión de la frontera agrícola para el cultivo
de soja y la creación de pastos para la ganadería es la principal responsable de este problema.
También, la explotación forestal industrial, en gran parte ilegal, abre el camino a la destrucción
posterior mediante el uso del fuego. Otra gran amenaza son los grandes proyectos hidroeléctricos
que amenazan toda los valiosos ríos de la cuenca amazónica, como el complejo de presas
proyectadas en la cuenca del río Tapajos, hogar de la tribu Mundurukú.

No hay datos oficiales disponibles sobre la deforestación actual en Venezuela, pero el


monitoreo por parte de organizaciones científicas locales e internacionales muestra que la
pérdida de bosques aumentó en los últimos años, especialmente después de la creación del Arco
Minero del Orinoco, que hizo explotar la minería en los estados amazónicos.

Con la caída drástica de los precios y la producción de petróleo venezolano desde 2014, el
gobierno de Maduro ha dirigido su atención a los estados ricos en minerales.

Venezuela tiene la sexta reserva natural de oro más grande del mundo, con alrededor de
7.000 toneladas.

En 2016, el presidente Nicolás Maduro creó el Arco Minero, que permite la concesión de
licencias para explotar metales como el oro, el diamante y el coltán (mezcla de columbita y
tantalita utilizada en la industria de los celulares) en un territorio de 112.000 km2, alrededor del
12% de la superficie total de Venezuela.

El área también abarca monumentos naturales, reservas forestales, un parque nacional


amazónico y al menos cuatro territorios indígenas reconocidos.

El plan de Maduro era otorgar concesiones a compañías mineras extranjeras, que tendrían que
formar empresas conjuntas con compañías estatales para explorar el área.

Solo en 2018, según el Banco Central de Venezuela, el Estado compró 9,2 toneladas de oro en
el mercado interno, lo que equivale a la cantidad total que compró entre 2011 y 2017.

La actividad tiene un efecto devastador en la región.

“El oro que existe allí es de muy poca calidad, es sucio. Y la cantidad de oro que se saca de
esta región es muy pequeña”, explica.

La minería está produciendo toneladas de sedimentos que se acumulan en los principales ríos
del país, según los científicos. Y el mercurio, usado para separar el oro de las impurezas, está
contaminando ríos y pueblos indígenas.

En medio de la crisis política en el país, la Asamblea Nacional intentó derogar la ley que creó
el Arco Minero del Orinoco e incluso lo consideró un “ecocidio” o crimen contra el medio
ambiente.

Venezuela perdió cerca de 4% de su bosque original.

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