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REDACTAR

Redactar, etimológicamente (del latín redactum, supino de redigĕre), significa compi-


lar o poner en orden; en un sentido más preciso, consiste en expresar por escrito los pensa-
mientos o conocimientos ordenados con anterioridad.
El orden de las palabras en una oración puede variar según la intención del autor, de
hecho, en ciertas oraciones, éste dependerá de que se diga una cosa u otra. Antes de empe-
zar a escribir es necesario organizar mentalmente las ideas que se quieren trasladar al papel.
Una vez ordenadas en la mente, es necesario identificar las ideas principales y secundarias,
elaborando en esquema en el que se escriban en orden y de acuerdo con la importancia de
cada una. Es importante el orden de una oración ya que de lo contrario resultará carente de
sentido. Más aún, si no es capaz de ordenar lo que se quiere decir de una manera lógica y
cuidada, el escrito perderá todo interés. Toda redacción necesita coherencia y cohesión tex-
tual.

PRINCIPIOS DE REDACCIÓN
El objetivo básico de un texto escrito es conseguir una reacción positiva en el destina-
tario para hacerlo reaccionar favorable o desfavorablemente hacia quien lo escribió. Por tal
motivo, en su redacción deben observarse los siguientes principios:

LA CLARIDAD
Un texto es claro cuando es de fácil comprensión; el mensaje penetra sin dificultad en
la mente del destinatario; evita la introducción de asuntos irrelevantes para el argumento
por tratar; proyecta ideas comprensibles al lector con el mínimo esfuerzo; evita los rodeos y
las frases oscuras y marca las relaciones lógicas de su contenido. La claridad puede lograrse
evitando:

 Las frases largas


 Las expresiones ambiguas o incompletas
 El exceso de adjetivos
 Las palabras superfluas e innecesarias 1
 Los rodeos y circunloquios
 Los lugares comunes y las fórmulas gastadas

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LA PRECISIÓN
Los significados dentro del texto deben ser unívocos, pues una frase u oración ambi-
gua (doble significado doble interpretación) no solo deteriora el texto, sino que lo convierte
en un escrito eventualmente peligroso.

LA CONCISIÓN
Es la expresión de las ideas y conceptos mediante la menor cantidad posible de pala-
bras posibles y con la mayor exactitud. Por lo tanto, debe evitarse el uso de dos o tres pala-
bras cuando estas puedan ser remplazadas por una. La concisión es, pues, una habilidad que
se obtiene gracias a un amplio dominio del idioma, lo cual a su vez, es posible con la lectu-
ra de obras literarias y la consulta frecuente del diccionario. Sin embargo, dicha habilidad
también puede desarrollarse evitando:

 Las expresiones y detalles inútiles


 Los preámbulos, anticipaciones e introducciones
 La repetición de ideas y las aclaraciones innecesarias
 El laconismo, la vaguedad, la charlatanería y lo cantinflesco.

LA COHERENCIA
Es el estado de un texto cuando sus componentes, en razón de sus relaciones de soli-
daridad, reciprocidad e interdependencia, poseen un carácter de unidad. En tal sentido, un
texto debe contener los elementos de información necesarios para no dar ocasión a conjetu-
ras y dificultades. Tan esencial es la exactitud, por ejemplo, en la correspondencia comer-
cial, que muchas ventas, convenios y operaciones distintas se malogran por la imprecisión,
vaguedad y confusión de lo expuesto en cartas y documentos.

LA NATURALIDAD
La comunicación escrita debe ser cordial pero directa, exacta en la exposición de los 2
contenidos y correcta en su redacción, debe limitarse a la información indispensable y evi-
tar la vaguedad (blablismo), el exceso de formulismo, lo coloquial y el abuso de los formu-
lismos administrativos.
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Querer impresionar utilizando frases largas y complicadas suele tener efectos negati-
vos en el lector que por lo general está más interesado en el contenido que en el estilo. En
esto reside el secreto de una buena redacción: conseguir una propuesta sencilla y fácil de
leer.
Los lectores buscan que el mensaje sea claro y sencillo. No se les impresionará con
una redacción brillante. No se olvide que si se utilizan frases cortas y sencillas, los lectores
estarán profundamente agradecidos.
La redacción moderna, en general, se caracteriza por la llaneza o ausencia de afecta-
ción. Esto implica un acercamiento lógico a la naturalidad propia de la conversación, aun-
que con las limitaciones inherentes al lenguaje escrito.

LA TEORÍA DE MORRIS SOBRE EL SIGNO

Todo lenguaje, código, texto o signo, en fin, todo sistema de comunicación es una es-
tructura compuesta por cuatro niveles o dimensiones, así:

LA DIMENSIÓN MORFOLÓGICA

Todo lenguaje, código, texto o signo posee una forma, una sustancia o una materiali-
dad que puede ser visible, auditiva, táctil, gustativa u olfativa. Así, por ejemplo, los grafe-
mas (las letras escritas) son signos visuales, destinados a ser escritos y leídos, mientras que
los fonos (sonidos lingüísticos) son signos auditivos destinados a ser proferidos y escucha-
dos.
Así mismo, existen sistemas de signos mono-expresivos como las imágenes visuales
que solo pueden ser captadas por la vista, y, sistemas de signos multi-expresivos como el
cine, que puede verse y escucharse o la comida que puede verse, tocarse, olerse y degustar-
se.
La dimensión morfológica implica que los signos o los códigos tienen propiedades
físicas como altura, timbre e intensidad; textura, peso, longitud y volumen; color, sabor,
olor, etc.

LA DIMENSIÓN SINTÁCTICA

Todo signo se articula con otros signos gracias a unas reglas de combinación o de ar- 3
ticulación. Y a la vez, todo texto, código o lenguaje es un emplazamiento de signos que se
articulan según tales reglas. La dimensión sintáctica implica, pues, la existencia de unas

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pautas, normas o leyes en virtud de las cuales se articulan las unidades o las partes de un
texto para que dicho texto pueda ser coherente en todos sus niveles.
En el caso del código lingüístico verbal, los fonos o sonidos humanos (las unidades
mínimas) son estudiados por la fonética que enseguida, le asigna a la fonología la tarea de
contrastarlos y convertirlos en fonemas, los cuales, según sus combinaciones posibles, dan
lugar a los morfemas (+ - las palabras), estudiados por la morfología y que a su vez, según
otras reglas de combinación, dan lugar a estructuras mayores como los sintagmas u oracio-
nes, que son estudiados finalmente por la sintaxis.
En conclusión, hablar de la dimensión sintáctica es hablar de las partes de un sistema
y del orden según el cual se organiza dicho sistema.
Valga anotar que tanto la dimensión morfológica como la dimensión sintáctica, por
su naturaleza material o física, constituyen el plano de la expresión del signo o del texto.

LA DIMENSIÓN PRAGMÁTICA

Todo signo o texto establece relaciones tanto con el sujeto como con el contexto, de
lo cual deriva el siguiente haz de relaciones:

 El signo es un mediador entre el sujeto y el contexto


 El sujeto es un mediador entre el signo y el contexto
 El contexto es un mediador entre el sujeto y el signo

Según tales relaciones, el signo es una experiencia que se expresa en términos de co-
modidad o incomodidad; de placer o displacer; de satisfacción o insatisfacción. Por ejem-
plo, un chiste puede animar a los asistentes a una fiesta, pero el mismo chiste resulta in-
apropiado en un funeral. A la vez, el ataúd que en el funeral es un signo de tristeza, puede
resultar muy emocionante y hasta cómico en una comedia de vampiros.
En el caso de los textos escritos, la falta de ortografía y una redacción descuidada
hacen que la experiencia para el lector resulte no solo impertinente e irrespetuosa, sino des-
agradable e incómoda.

LA DIMENSIÓN SEMÁNTICA

La dimensión semántica implica que todo signo o texto significan de dos maneras:
por denotación y por connotación. Grosso modo, la denotación es la significación que se
produce en la relación sujeto-signo con predominio de la información objetiva y verificable
del signo.
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La connotación es la significación que se produce en la relación sujeto-signo con pre-
dominio de la memoria del sujeto. Junto con la pragmática, la dimensión semántica consti-
tuye el plano del contenido.

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DIMENSIÓN MORFOLÓGICA PLANO DE LA
EXPRESIÓN
DIMENSIÓN SINTÁCTICA

DIMENSIÓN PRAGMÁTICA PLANO DEL CONTENIDO

DIMENSIÓN SEMÁNTICA

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