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Uso de los dos puntos

Los dos puntos (:) detienen el discurso para llamar la atención sobre lo que sigue.
No debe emplearse los dos puntos de manera continua en un mismo periodo, sal-
vo si hay la separación en las ideas por un punto y coma.

Se usan los dos puntos en los casos siguientes:

1. Después de enunciar una enumeración. Ejemplos:

Van a subastar tres manuscritos: uno de Borges, otro de Alfonso Reyes y un


tercero de Antonio Machado.

Tres son las provincias aragonesas: Huesca, Zaragoza y Teruel.

También para cerrar una enumeración, antes del anafórico que los sustituye,
se utilizan los dos puntos. Ejemplos:

Natural, sana y equilibrada: así debe ser una buena alimentación.

Terremotos, inundaciones y erupciones volcánicas: esas son las principales


catástrofes naturales.

2. Los dos puntos proceden a las citas textuales. En este caso, después de
los dos puntos se suele escribir la primera palabra con inicial mayúscula.
Ejemplos:

Las palabras del médico fueron: “Reposo y una alimentación equilibrada”.

Ya lo dijo Descartes: “Pienso, luego existo”.

3. Se emplea este signo de puntuación tras las fórmulas de saludo en las car-
tas y documentos. También es este caso la palabra que sigue a los dos
puntos se escribe con mayúscula y, generalmente, en un renglón aparte.
Ejemplos: 1

Querido amigo:
Te escribo esta carta para comunicarte…

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Muy señor mío:
Le agradeceré se sirva tomar a su cargo…

4. Se emplean los dos puntos para conectar oraciones o proposiciones rela-


cionadas entre sí sin necesidad de utilizar otro nexo. Son varias las relacio-
nes que se pueden expresar:

a) Relación causa-efecto. Ejemplos:

Se ha quedado sin trabajo: no podrá ir de vacaciones este verano.

No necesitaba correr: aún era pronto.

b) Conclusión o resumen de la proposición anterior. Por ejemplo:

Varios vecinos monopolizaron la reunión con problemas particulares: no llega-


ron a ponerse de acuerdo.

c) Verificación o explicación de la proposición anterior, que suele tener un sen-


tido más general. Por ejemplo:

La paella es un plato de la cocina española muy completo desde el punto de


vista nutritivo: cuenta con la fécula del arroz, las proteínas de sus carnes y
pescados, y la fibra de sus verduras.

5. Se utilizan los dos puntos para separar la ejemplificación del resto de la


oración. Ejemplos:

De vez en cuando tiene algunos comportamientos inexplicables: hoy ha venido


a la oficina con las zapatillas de andar por casa.

Puedes escribir un texto sobre algún animal curioso: el ornitorrinco, por ejem-
plo.

6. En textos jurídicos y administrativos decretos, sentencias, bandos, edictos,


certificados o instancias, se colocan dos puntos después del verbo, escrito
con todas sus letras mayúsculas, que presenta el objetivo fundamental del
documento. La primera palabra del texto que sigue a este verbo se escribe
siempre con inicial mayúscula y el texto forma un párrafo diferente. Por
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ejemplo:

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CERTIFICA:
Que D. José Álvarez García ha seguido el Curso de Técnicas Audiovisuales
celebrado en la Escuela de Cine durante los meses de abril y mayo del pre-
sente año.
Tomado de Nueva Gramática Española, Real Academia Española, 1999.

En la teoría de Mario Linares*, el caso DP1 (dos puntos caso 1) indica el autor:
“Separan ideas entre cuyo significado existe relación de proximidad y obligan a
añadir una aclaración, explicación, consecuencia o resumen, que deberá figurar
en el significado de la segunda idea.

Ejemplo:

6/1. El gran problema de la humanidad ha sido siempre el mando: es la ex-


plicación de todas las guerras”.

Y añade Linares: “De existir dos DP1 consecutivos en una redacción, lo más fácil
(en el 87 por 100 de los casos) es que el autor de tal redacción se haya equivoca-
do.
Después del segundo DP1 sigue una aclaración, explicación, consecuencia
o resumen de algo que ya tiene, a su vez, ese mismo carácter. Ordenando y co-
mentando los 16 casos posibles, tenemos:

1. Aclaración de una aclaración. Significa que quien redacta es incapaz de ha-


cer una aclaración bien hecha, de una sola vez.
2. Aclaración de una explicación. Mala explicación es la que necesita de una
aclaración.
3. Aclaración de una consecuencia. Señal de que no se entiende la conse-
cuencia.
4. Aclaración de un resumen. Pobre resumen.
5. Explicación de una aclaración. Bonito embrollo.
6. Explicación de una explicación. Caso 1.
7. Explicación de una consecuencia. Confusión.
8. Explicación de un resumen. Resumen mal hecho.
9. Consecuencia de una aclaración. Es divagar: el que redacta está desarro-
llando un tema por medio de ideas, porque no existe otro procedimiento.
Conforme en que haga una aclaración sobre una idea que acaba de expre-
sar, pero lo que debe hacer a continuación es seguir con su tema. Si en lu-
gar de centrarse en su tema se centra en sacar una consecuencia de una
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aclaración incidental, y nada menos que con la fuerza que da el DP1, es
claro que se está divagando, o, al menos desorientando al lector.
10. Consecuencia de una explicación. Ídem.

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11. Consecuencia de una consecuencia. Caso 1.
12. Consecuencia de un resumen. Aceptable, porque es uno de los eternos
caminos que utiliza la mente para avanzar: primero sintetiza una situación
compleja que logra abarcar a duras penas. Inmediatamente que la mente
ha realizado la síntesis ve más claro y saca consecuencias.
13. Resumen de una aclaración. Aceptable, porque no se divaga: el resumen
centra los puntos ya tratados en la aclaración.
14. Resumen de una explicación. Caso 13.
15. Resumen de una consecuencia. Aceptable con reservas, porque las conse-
cuencias suelen ser breves y carece de sentido el resumirlas, salvo excep-
ciones.
16. Resumen de un resumen. Caso 1”.

*Mario Linares, Estilística (Teoría de la puntuación. Ciencia del estilo lógico). Edi-
ciones Paraninfo, segunda edición. Madrid, España. Pág.: 103-104.

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