En 1926, Bolivia firmó un importante contrato con Vickers Armstrong estimado en cerca de 3
millones de libras esterlinas a ser pagadas con parte del empréstito de Dillon&Read originalmente destinado a la mejora de la red ferroviaria entre las ciudades de Cochabamba y Santa Cruz de la Sierra. Este contrato habría incluido una docena de tanques, además de otros equipamientos militares, como radios, cascos, máscaras antigás, motocicletas blindadas, ametralladoras, más de 200 cañones, aviones, fusiles y camiones. Este acuerdo se redujo posteriormente a menos de 1,25 millones de libras esterlinas debido a la crisis del año 1929, donde los tanques fueron aparentemente dejados de lado. Durante el año 1930, Bolivia empezó la negociación para la adquisición de 10 tanquetas blindadas Carden-Loyd, que se mantuvo abierta hasta que comenzó el conflicto con Paraguay. La Guerra del Chaco empezó el 9 de septiembre de 1932 con el ataque del ejército paraguayo sobre Boquerón y en uno de los intentos por abrir el cerco paraguayo sobre dicho fortín se empleó una tanqueta Carden-Loyd. El 20 de septiembre, el Estado Mayor, con la firma del general Filiberto Osorio solicitó, con carácter de urgencia, 6 tanques ligeros, cada uno con dos torretas armadas con una ametralladora cada una y otros 6 tanques ligeros de 6 toneladas cada uno, con un cañón de 65 milímetros y una ametralladora. El 16 de septiembre de 1932, la Comisión Militar encargada de las compras en Inglaterra remitió al Estado Mayor los presupuestos completos de los tanques Vickers. Casi al mismo tiempo, la Legación de Bolivia en París comunicó que disponía de dos presupuestos para la compra de tanques Renault, nuevos o de segunda mano. El 30 de septiembre, como el plazo de entrega de los tanques Vickers era muy largo, se solicitaron presupuestos a firmas de Estados Unidos y la Legación en Washington respondió enviando ofertas de tanques Christie de 380 caballos de potencia armados con una ametralladora. Finalmente, el 3 de octubre, el Ministerio de Guerra cerró el trato con la firma inglesa Vickers Amstrong Limited por 6 tanques, 3 dotados con ametralladoras pesadas y 3 con un cañón y una ametralladora pesada cancelando al mismo tiempo la compra de las 10 tanquetas Carden-Loyd que se venía negociando desde 1930. Se especificó que, de ser posible, los tanques debían estar dotados con cañones de 65 milímetros. Se ordenó también compensar el costo de estos vehículos con los 10 carros Carden-Lloyd cuya compra fue cancelada (no se aclara en qué consistían esos "carros" pero al parecer se tratarían de tanquetas Carden-Lloyd modelo Mk.IV).