Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El Merideno Luis Maria Rivas Davila Un H
El Merideno Luis Maria Rivas Davila Un H
El merideño
Luis María Rivas Dávila
Un heraldo de la libertad
Autor Ramón Sosa Pérez
9. barinas,
haciendo memoria. nº 10. jul-ago.2013.
barinas,may-jun. 2343-6026
ISSN:2343-6026
2013.ISSN:
L Coronel Luis María Rivas Dávila, merideño de grandes virtudes, s.d. Óleo sobre tela de Marcos León Mariño. Fotogragfía: ©Nestor Sánchez
87
L De pie, quinto a la izquierda, en el cuadro del pintor colombiano Marcos León Mariño, representado en la instalación de la Junta Superior Gubernativa de
Mérida en 1810, 1935. Óleo sobre tela de Marcos León Mariño. Fotografía: ©Néstor Sánchez Abad.
“El Benemérito Coronel Luis Rivas Dávila, Comandante del Soberbio Escua-
drón de Dragones de Caracas, de la Orden de Los Libertadores, murió de una
bala de fusil en la brillante acción del 12 de febrero en La Victoria…”, refren-
dó el 28 de marzo de 1814 la Gazeta de Caracas, en indicación sobre la proeza
que tuvo lugar en la tierra inmortal que años ha se llamó Nuestra Señora de
haciendo memoria. nº 10. barinas, jul-ago. 2013. ISSN: 2343-6026
88
Huella libertadora en el año 13 Baquiano de la libertad
Para 1781 Don Ignacio de Rivas era Capitán La Sesión Extraordinaria del 19 de abril, realizada
de la Primera Compañía de Los Comuneros y en el Ayuntamiento caraqueño, estableció un
13 años más tarde Teniente Justicia Mayor de nuevo gobierno que al año siguiente declararía
Mérida. Ejercerá luego de Procurador Municipal la independencia. Concluida la jornada urgía el
en 1802 y en 1813 Presidente del Ayuntamiento. llamamiento a las provincias restantes para que se
Una crónica de Tulio Febres Cordero invoca su adhirieran al grito de Caracas. La Junta Suprema
nombre para validar la cesión de la Casa de la escoge, nombra y manda a Luis María Rivas
Patria que hizo Simona Corredor una vez que el Dávila a los pueblos de Barinas, Mérida y Táchira,
Brigadier marchó de la ciudad en julio del año 13. en calidad de Comisionado para ganar lealtad a
Rivas Dávila, alumno del Seminario en Mérida la declaratoria del recién nacido movimiento
desde el 26 de mayo de 1795, como asienta su liberador de Venezuela. De vuelta a Caracas,
biógrafo Don Vicente Dávila, hizo estudios de llevaba la investidura que Mérida le otorgó como
Leyes en la Universidad de Caracas hasta 1806, su Representante ante la Junta Central.
fue discípulo de monseñor Buenaventura Arias El General Héctor Bencomo Barrios, diligente
Vergara, consagrado Vicario Apostólico de Mérida en la búsqueda de descarriados papeles de historia
en 1827, y del Dr. Cristóbal Mendoza Montilla. patria, al referir la misión de Rivas Dávila cita que
En 1810 Luís María Rivas Dávila ya ejercía como ello “imponía el empleo de hombres de talento
ayudante en el bufete que tutelaba en Caracas el comprobado y compenetrados del contenido
Dr. Juan Antonio Rodríguez Domínguez, antiguo de aquellos acontecimientos. En cumplimiento
discípulo del Real Seminario de Mérida, de suerte de tan importante comisión, tomaron camino
que los acontecimientos del 19 de abril, no lo hacia todos los rincones de Venezuela muchos
tomaron inadvertido. Por aquellos días, como distinguidos compatriotas, llamados con justicia
queda dicho, se ocupaba de concluir su experticia los emisarios de la libertad. Para Mérida, la Junta
y en el Despacho del Dr. Andrés Narvarte prefirió al joven pasante de leyes, Don Luis María
remataba su pasantía antes que la Real Audiencia Rivas Dávila, no sólo porque fuese nativo de
de Caracas le reconociera el Título de Abogado. aquella ciudad, sino por su participación activa
De oídas, los rumores se esparcían por la ciudad en los felices sucesos, y por las prendas morales e
y Luis María los topaba en cualquier esquina y intelectuales que le adornaban”.
así, al sucederse en el Jueves Santo, se sumó de
inmediato a los hechos.
9. barinas,
haciendo memoria. nº 10. jul-ago.2013.
barinas,may-jun. 2343-6026
ISSN:2343-6026
2013.ISSN:
L Escultura en alto relieve en el que se representa la entrada triunfal del Libertador Simón Bolívar a la población de Bailadores en mayo de 1813.
89
L Batalla de La Victoria. s.d. Reproducción: ©Samuel L. Hurtado C.
Por sus altos servicios la Junta Suprema le Libertador, momentos antes de la batalla.
ofreció el grado de Coronel de Milicias y en 1811 En el parte de guerra podía leerse: “Los Dragones
partió con Francisco de Miranda a combatir en de Caracas, en número de 60 a 80 atacaron
Valencia. Luego debió cumplir tareas del Ejecutivo a todo galope a más de mil caballos” y Muñoz
Federal en Maracay y en Julio marcha a Mérida y Tébar más tarde hará elogio de Rivas Dávila: “al
Barinas. Cuenta Bencomo Barrios que en junio arrollar él sólo con su Escuadrón a 1.500 jinetes
de 1812 capituló y fue enviado preso a Puerto enemigos, decidió la victoria a favor de las armas
Cabello, donde se le siguió Causa de Infidencia. de la libertad”. Bencomo Barrios agrega que en
El 13 de mayo de 1813, diez días antes de la adelante a Rivas Dávila se le llamará Benemérito
entrada de Bolívar a Mérida, Rivas Dávila recibía porque “ya en su pecho resplandece la hermosa
de la Real Audiencia de Caracas su libertad y un presea de la Orden de los Libertadores”, otorgada
par de meses más tarde se le uniría en la sabana por el propio Simón Bolívar “con que Venezuela
de Pegones para seguir triunfador en la célebre premia los grandes servicios de sus hijos”.
Campaña Admirable.
90
9. barinas,
haciendo memoria. nº 10. jul-ago.2013.
barinas,may-jun. 2343-6026
ISSN:2343-6026
2013.ISSN:
L Monumento a José Félix Ribas en La Victoria. s.d. Litografía. Colección: ©Museo Bolivariano, Caracas. Reproducción: ©Samuel L. Hurtado C.
91
L Busto de bronce de Luis María Rivas Dávila inaugurado en 1930 en la plaza homónima de la parroquia Belén de la ciudad de Mérida. 2004. Fotografía:
©Samuel L. Hurtado C.
Su hoja militar lo mostraba como valiente La Grita, San Antonio y San Cristóbal reconocieron
soldado con bien ganados lauros en el campo el feliz desenlace de aquella trama de sucesos y se
de batalla. Salió del Occidente con Urdaneta de adhirieron a la Junta Soberana de Mérida”.
donde regresó a La Victoria en socorro de José Félix El combate de La Victoria, ante las tropas
Ribas. De comandante general de la caballería realistas de Tomás José Morales, decidido por
cayó herido en la Batalla de la Victoria, el 12 de el audaz ejército del general José Félix Ribas y
Febrero de 1.814, expirando poco después. En el socorrido por la bizarría del oficial Luis María Rivas
libro Los Héroes Epónimos, Guillermo Morón Dávila, daba razones suficientes para entender que
cita: “al extraer de su cuerpo la bala instrumento de la siembra de aquel 12 de febrero de 1814, hace
su muerte, prorrumpió en aquel hallazgo sublime: ya 200 años, fue útil a la patria, abreviada en el
´llevadla a mi esposa y decidle la conserve, y se epitafio que el mismo prócer merideño transfiriera
acuerde que a ella debo el momento más glorioso de a todas las generaciones: “¡Muero contento! Viva la
haciendo memoria. nº 10. barinas, jul-ago. 2013. ISSN: 2343-6026
mi vida, aquel en que me he perecido defendiendo República!”. Su preciosa sangre inundó el campo
la causa de mi suelo´”. de La Victoria y legó patria libre a los venezolanos.
Tenía apenas 36 años de edad el coronel don Luis
Muero feliz, muero contento!!
L
María Rivas Dávila.
El historiador Néstor Abad Sánchez, en el
prólogo del libro sobre el prócer Rivas Dávila
afirma que éste “participa activamente en los LECTURAS RECOMENDADAS
sucesos del 19 de abril de 1810, y una vez que DÁVILA, Vicente. Proceres merideños. Caracas:
la Junta Suprema lo envía de comisionado a la Biblioteca de Temas y Autores Tachirense 1970.
bencomo barrios, Héctor. “Campaña Admirable
Provincia de Mérida, recorre en su misión toda su de 1813”. En: La Campaña Admirable, celebración
geografía” y el autor, General Bencomo Barrios, del sesquicentenario en Mérida. Caracas: Biblioteca
ratifica: “huelgan los comentarios sobre la forma de Autores y Temas Merideños, 1965, pp. 105-124.
como Rivas Dávila cumplió sus tareas; bástenos saber
que al conjuro de su verbo inflamado, Bailadores,
92