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Estetización de la política

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El término estetización de la política comenzó a utilizarse en el pensamiento
filosófico a mediados del siglo XX para caracterizar ciertos acontecimientos y
efectos en la articulación de la política, la estética, la tecnología y los
procesos de individuación. Walter Benjamin acuñó el término como una descripción
crítica y, posteriormente, fue reutilizado por Jacques Rancière.

Índice
1 Historia conceptual del término
2 Condiciones históricas del concepto
2.1 Vanguardias
2.2 Guerras
2.3 Tecnología
3 Pensadores
3.1 Walter Benjamin
3.1.1 Aura y politización del arte
3.1.2 Experiencia
3.1.3 Estetización de la política y toma de conciencia
3.2 Jacques Rancière
3.2.1 Lo político y la policía
3.2.2 División de lo sensible
4 Casos
4.1 Mercadotecnia
4.2 Los medios de comunicación
4.3 Redes sociales
4.4 Los Memes
4.5 La selfie
4.6 Película No
4.7 Los juegos del hambre
4.8 Arquitectura en el Régimen Nazi
4.9 Cine en el régimen nazi
4.10 Ernesto "Che" Guevara
4.11 Muralismo Mexicano
4.12 Exposiciones
4.13 Informática
4.14 Tecnología mecanismo de control
4.15 Modelo Educativo basado en competencias
4.16 Fútbol y política
4.17 Los libros digitales
4.17.1 El ratón Mickey
4.18 Textos que determinan un ejercicio del cuerpo: Encíclicas Papales
5 Referencias
Historia conceptual del término
Walter Benjamin fue el primero en hacer uso del término estetización de la política
en su texto La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica. El término
se formó cuando el pensador alemán, describe la constelación histórica que
constituye el pensamiento estético contemporáneo en el que se encuentra viviendo,
como una perspectiva de análisis cultural de la experiencia. En este caso, los
análisis literarios y culturales del romanticismo, los mecanismos y las fuerzas
productivas en el capitalismo de comienzos del siglo XX, una incipiente cultura de
masas, la discusión con la teoría de la enajenación marxista, una teoría de la
cultura, y una teoría de la revolución. Por otra parte, también hará una genealogía
de la estética, surgida en el siglo XVIII con los románticos. Aunque dicho discurso
o teoría sobre esta no estuviera formado todavía del todo, pero que el pensador
hace llegar a las teorías de las pasiones del siglo XVI y XVII e incluso a los
discursos griegos sobre las pasiones. Con esto, Benjamin extrae un arsenal
conceptual del que hará un uso político y cultural, en términos de un análisis de
configuraciones de las sensibilidades de los cuerpos en los individuos.

Jacques Rancière toma críticamente el término estetización de la política de


Benjamin, con el objetivo de formular una nueva visión de lo político en relación
con la configuración estética de cuerpos, sensibilidades y subjetividades. Utiliza
la expresión estéticas políticas introduciendo matices debido a los problemas
teóricos a los que se enfrenta: teoría de la ideología, teorías de la
individuación, cuestión de la caída del arte moderno, teoría de la emancipación,
filosofía de la historia, teoría de los regímenes sensibles, teoría del estado y
del poder.

Condiciones históricas del concepto

Cadeau- Man Ray. Obra dadaísta del año 1921.


El año 1936 es cuando Walter Benjamin concibe La obra de arte en la época de su
reproductibilidad técnica, donde podemos encontrarnos por vez primera el término
estetización de la política. Durante la década de 1930 surgió lo que se denomina la
Gran Depresión, una crisis económica mundial que empezó en el año 1929. Tal crisis,
como toda crisis capitalista, golpeó duramente a los obreros. Ejemplo de esto es el
sistema teórico de distribución Tayloriano del trabajo en cadena adoptado en las
fábricas. Además, durante este periodo de tiempo acontece el surgimiento de la
Alemania nazi y se gestan los antecedentes hacia la Segunda Guerra Mundial.

Vanguardias
El fenómeno revolucionario de la historia del arte que se desarrolló a principios
del siglo XX, que fue decisivo para la estética y para nuestra actual concepción de
arte, es la irrupción de los movimientos de vanguardia. Éstos rompían con los
paradigmas establecidos, criticando los principios artísticos que habían regido el
umbral del arte tradicional, tanto en lo que respecta a la práctica de los artistas
como a las formulaciones teóricas. Las guerras que se llevaron a cabo durante el
siglo XX y la emergencia de las vanguardias artísticas, así como la introducción de
alteraciones en la cultura y su impacto en las formas de individuación, fueron
factores fundamentales para que el concepto de estetización de la política surgiera
en la discusión filosófica. La herencia de las vanguardias sirvió para teorizar
acerca del carácter político que tomaría el arte, además de una crítica general a
las concepciones tradicionales del arte.

Benjamin atribuyó a las vanguardias gestos revolucionarios en los que se puede ver
una posibilidad de cambio en las relaciones entre los medios de producción y la
esfera social. El discurso estético deja de pertenecer solo al mundo burgués y se
convierte en lucha política. Así, Benjamin observó en las vanguardias signos de una
participación colectiva y crítica con respecto a mecanismos de apropiación de
producción de la experiencia. En estrecha relación con un cierto discurso marxista,
Benjamin no pasó por alto la importancia que tienen los medios de producción de su
época, por lo que, siguiendo el espíritu vanguardista del arte, reclamó a los
pensadores una transformación de estos, además de una urgencia por modificarlos en
favor de un movimiento revolucionario.[cita requerida]

Lo que debemos exigir del fotógrafo es la posibilidad de dar a su placa una leyenda
capaz de sustraerla del consumo de moda y de conferirle un valor revolucionario.
El Autor como productor
Aunque Benjamin no cita específicamente obras vanguardistas, elaboró
conceptualmente muchos de los gestos dadaístas. Artistas como Bretón, Duchamp,
Picabia, Tzara son ejemplos de artistas que tomaron una participación política y
que constantemente hicieron crítica a los proyectos de lo que llamamos, por
comodidad, modernidad -e incluso a sucesos de su contemporaneidad, como Duchamp
justificando su Fuente en la revista Blindman1 por el escándalo que provocó. En el
caso del cine también hubo respuesta, pues en Tiempos Modernos Chaplin participa de
esta crítica.

Al autor que haya meditado sobre las condiciones de la producción actual nada le
será más ajeno que esperar o incluso desear obras de este tipo
El autor como productor
Rancière se ubica en la segunda mitad del siglo XX, cuando el arte contemporáneo se
ha adherido totalmente al mercado de masas. El arte contemporáneo se caracteriza
por ser un arte no excluyente, este arte no se identifica bajo un solo estilo, más
bien mezcla varias técnicas y estilos en una misma obra, además se inscribe en un
mundo de referencias tanto históricas como sociales: trabaja con toda la herencia
histórica, para asignarle significación o identidades frescas. Rancière se suma a
los autores que han intentado teorizar sobre las transiciones históricas del arte
moderno. En este autor se encuentran reflexiones respecto a la noción histórica de
posmodernidad[cita requerida] caracterizada por movimientos artísticos –como el pop
art o los performance-, noción que no designa ni una época, ni forma de arte, ni
forma de pensamiento, sino que juega un papel polémico y crítico en los modelos
artísticos del modernismo postulados o por la Escuela de Frankfurt o por Clement
Greenberg; a su vez la idea de un modernismo es imaginaria, pues las ideas que
entraña son anteriores al propio movimiento modernista.2

Ejemplo de propaganda usada por el régimen Nazi.


Guerras
Las dos guerras mundiales que sucedieron durante el siglo XX fueron dos de los
episodios más violentos que ha vivido la humanidad, no porque no haya habido
enfrentamientos similares, sino que nunca había habido tantos muertos y tantas
naciones involucradas, además de que las tecnologías facilitaron el asesinato de
millones de seres humanos. Estos sucesos permearon todo el pensamiento intelectual
de ese siglo, siendo Benjamin un pensador que vivió en carne propia la experiencia
de la segunda guerra mundial. Diversos autores respondieron acerca de lo que
sucedió con Europa durante las guerras, y muchos de ellos verán en la estetización
un elemento clave para que se pudiera llevar a cabo semejante suceso. Benjamin
logra darse cuenta de que la propaganda nazi juega un papel fundamental en este
proceso, además de que estimuló a la participación de la masa para determinados
fines. Este proceso de dominación y enajenación por parte de las campañas políticas
del régimen nazi, por mencionar alguno, será objeto de estudio para el pensador
alemán.

Tecnología
Uno de los factores que cobra una influencia importante en el desarrollo del
término de estetización de la política es el de la tecnología pues, para Walter
Benjamin, esta es una herramienta que permite transformar todo ámbito del quehacer
humano y el campo en el que mejor se nota su empleo es en el del arte, donde su
producción se ve modificada gracias a estos avances tecnológicos. Los ejemplos más
claros de ellos son el cine y la fotografía.

Pero no solo se trata del arte pues, además, los avances en tecnología como la
invención del televisor, del cine sonoro, incluso la tecnología utilizada para la
fabricación de armas usadas en la primera guerra mundial, la tecnología ocupada
para los desarrollos científicos, la tecnología utilizada en los modos de
producción y de construcción de las grandes ciudades, etcétera; hacían visible que
la capacidad del ser humano para transformar y crear herramientas que modificaran
su realidad estaba en pleno apogeo.

Todos estos elementos se mezclaron y construyeron una nueva forma de experiencia,


diferente a la que había en el pasado. Benjamin y Rancière se dan cuenta de que con
el uso de la tecnología la experiencia es modificada constantemente y con ello la
realidad, y es por eso que la estética y la política recobran un papel fundamental
en los sucesos acontecidos durante el siglo XX y en la discusión filosófica que
tales sucesos provocan.

Pensadores

Walter Benjamin en 1928


Walter Benjamin
En la parte final de La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica,
en relación con el acontecimiento de las crecientes formación de masas y
proletarización del hombre, un momento en el que las fuerzas productivas superan
las relaciones de producción -dadas en el capitalismo-, Benjamin elabora el término
estetización de la política para caracterizar la doble intención fascista de
organizar a las masas proletarias y mantener, mediante el funcionamiento de
mecanismos y dispositivos estético-políticos, las relaciones de producción y de
propiedad heredadas; intención que, nos dice Benjamin, culmina en el goce con la
autoaniquilación3 y que establece condiciones para que no se produzca la
revolución[cita requerida]. Dicho modo de organización fascista consiste en formas
de producir experiencia íntimamente relacionadas con la aparición de las
tecnologías de difusión y reproducción masiva moderna y su repercusión en la
función social del arte actual o en la época de su reproductibilidad técnica.

Benjamin consideraba que los análisis que Marx llevó a cabo sobre los modos de
producción capitalistas tenían un valor de prognosis en cuanto dichos modos de
producción estaban en sus inicios.4 No fue sino hasta su propia época que se podía
tener un registro de la vigencia de las condiciones de producción capitalista
adquirida en todos los ámbitos de la cultura. En ese seno, en la transformación de
las condiciones de producción y la emergencia de los modos de producción llevados a
cabo de manera capitalista y autoritaria, surge de manera novedosa «la reproducción
técnica y en masa»,5 lo que conllevó una modificación histórica, por una parte, de
la percepción sensorial, de la experiencia, de la humanidad (una modificación de lo
que tradicionalmente la caracterizaba como tal), por otra parte, de la producción
artística, de la esencia de la obra de arte, de la recepción artística.6

Para Benjamin la percepción sensorial está condicionada históricamente, es decir,


la organización de la percepción es diferente en diferentes periodos históricos, se
transforma, cobra y pierde vigencia de una época a otra en la medida en que el
medio en que ella tenga lugar se modifique.7 Así, con la aparición de las
condiciones de producción modernas y capitalistas, en específico, con el despliegue
de las condiciones tecnológicas, se produce un nuevo entorno y con él un nuevo tipo
de constitución de la experiencia que Benjamin diagnosticó como una «pobreza de
experiencia»,8 una «experiencia reducida» o una degradación de la riqueza
histórica, tradicional a shock[cita requerida]. La experiencia, nos dice Benjamin,
entendida como un legado se transmitía de generación en generación, de los mayores
a los jóvenes, mediante refranes, cuentos y relatos,8 instituyéndose, a la postre,
como hábitos que guían el contacto y comportamiento con el mundo. Con el cambio de
las condiciones del entorno mediante la creciente aplicación de la tecnología, por
ejemplo, la industrialización de las ciudades, la generalización del telégrafo y el
teléfono, la aplicación de la máquina de vapor al ferrocarril, la incursión en el
espacio aéreo y marino,9 una alteración de la relación con las cosas, arribó un
continuo desmentimiento de las experiencias y con ello cayó sobre los hombres una
gran pobreza: nuestra pobreza de experiencia que, indica Benjamin, implicó una
desconexión con la cultura y la tradición.10 En la medida en que las nuevas
tecnologías, en referencia específica a las nuevas técnicas de comunicación que
transforman los mecanismos tradicionales de transmisión de experiencia, se
introducían en la vida diaria se alteraban las viejas costumbres. Sin embargo, este
trastorno de la tradición consiste a la vez en una crisis y una renovación de la
humanidad.11

En el tratamiento específico que plantea Benjamin de la experiencia estética o la


recepción artística, la experiencia modificada mediante la aparición de las fuerzas
tecnológica desemboca en la destrucción del aura de la obra de arte.12 Para
Benjamin, los conceptos tradicionales y usuales de la teoría del arte para pensar
la experiencia estética han sido útiles para los fines fascistas, por lo que
resultaba conveniente en la lucha actual, respecto a la toma del poder, construir
conceptos que fueran completamente inutilizables por el fascismo y que, en cambio,
fueran útiles para un cambio en las relaciones de producción.13 Estos nuevos
conceptos ayudan a distinguir dos momentos en la historia del arte: el arte
aurático y el arte en la época de su reproductibilidad técnica. Con esto, con la
introducción del término aura para caracterizar cualidades históricas de la obra de
arte, Benjamin se distancia de la forma clásica de entender el arte y le sirve para
describir cómo esta vieja formulación comienza a replantearse en la modernidad.
Benjamin nos dice que en la antigüedad el arte estaba al servicio del ritual; que
primero fue mágico y luego fue religioso, dándole de esta manera un carácter de
culto y manteniendo así su autenticidad.

Una obra de crítica e ironía, fue hecha por Marcel Duchamp.


L.H.O.O.Q. es una obra de Marcel Duchamp que muestra la caída aurática que enuncia
Benjamin, pues es una obra que interviene una reproducción de la Gioconda de Da
Vinci. Expresa la modificación de los medios de producción y de la experiencia que
señala Benjamin.
Aura y politización del arte
¿Qué es propiamente el aura? Un entretejido muy especial de espacio y tiempo:
aparecimiento único de una lejanía, por más cercana que pueda estar.14
La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica
El aura es un concepto que Walter Benjamin utilizó para caracterizar aquello que
hace que una obra sea única e irrepetible, es decir, su rasgo de autenticidad. La
obra que tiene un aura está sometida: a una historia, a una determinada tradición,
es decir, a un aquí y ahora en el que fue producida. Apreciar el aura de los
objetos es conocer todo lo que rodea su existencia, cuál fue su origen y cuál su
devenir, qué lo ha hecho llegar hasta mí y cuál es la experiencia que yo le
impregno a su vez. Es por esto que la autenticidad de una obra mantiene siempre una
autoridad frente a su copia (reproducción manual), sin embargo, no sucede lo mismo
frente a su reproducción técnica, ya que la introducción de la tecnología puede
hacer que la autoridad de la obra se llegue a tambalear, porque la autenticidad no
es reproducible. Con la tecnología, según Benjamin, ya no existe algo que pueda ser
llamado auténtico, se desvaloriza su aquí y ahora. Por ejemplo, en el caso de la
fotografía (la reproducción técnica de imágenes), todo cuanto es fotografiado puede
ser puesto y exhibido en lugares inalcanzables para el original, es decir, con el
uso de la tecnología se está posibilitando un acercarse hacia el objeto mismo:

La catedral abandona su sitio para ser recibida en el estudio de un amante del


arte; la obra coral que fue ejecutada en una sala o a cielo abierto puede ser
escuchada en una habitación.15
La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica
Por otro lado cuando se empieza a tambalear la autenticidad de una obra de arte, es
decir, su aura, por parte de la tecnología; se puede llegar al derrumbamiento o
destrucción por completa de esta autoridad que tiene la obra. Por ejemplo, el
derrumbamiento del aura en la obra del arte, se da cuando se empieza a reproducir
tecnológicamente de manera masiva, provocando que se pierda su aparición única.

Valor de Culto
Es importante mencionar que Benjamin se sirve de este concepto de aura para
señalar, que hay objetos (no solo obras de arte) que tienen un valor cultual, esto
es, objetos que tienen una autoridad y a causa de este valor cultual se nos
muestran como intocables, dignos de respeto y admiración. El uso de la tecnología
nos permite modificar los objetos hasta sus últimas consecuencias, es decir, hasta
su destrucción. Con la tecnología se cae el aura de los objetos y con ella su valor
cultual. Por eso con la tecnología tenemos la posibilidad de reproducir los objetos
cuantas veces queramos.
Según Benjamin, en los comienzos del arte occidental europeo el polo dominante en
las obras de arte fue el del "aura", el "valor para el culto"14
La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica
Benjamin deja ver que con la reproductibilidad técnica, tenemos la posibilidad de
llegar a la politización del arte, lo cual es, reproducir los objetos sin la
necesidad de rendirles culto. En cambio la otra posibilidad que tenemos es la de
llegar a la estetización de la política, esto es, a pesar de tener toda la
tecnología para reproducir y transformar los objetos, no lo hacemos pues
conservamos resabios cultuales. La estetización de la política aparece en sentido
propio cuando las potencias que abría la incursión de la tecnología en lo humano,
la incansable capacidad técnica de los individuos para experimentar, modificar la
realidad y tocar lo que no podía ser tocado, se anulan en una apropiación fascista
y capitalista de las nuevas condiciones de producción, apropiación que promueve los
valores de culto y contemplación que originalmente cuestionaba. La técnica genera y
organiza un nuevo contacto con el cosmos, que para Benjamin se traducía en «la
interacción concertada entre la naturaleza y la humanidad»,16 sin embargo, cuando
esta técnica se confunde con el ritual, tiene por finalidad el dominio de la
naturaleza y el dominio del hombre por el hombre. Se suplanta el papel de productor
y la actitud de modificar los objetos por la actitud de goce. Cómo se relacione el
arte con la técnica confundida con el ritual o con la técnica de los medios
mecánicos17 decide su función social, el poder de la obra de arte. La técnica
aparece así en la obra de Benjamin como condición de posibilidad de la de la
estetización de la experiencia y de la estetización de la política, tanto como de
la politización del arte.

Experiencia
El concepto de experiencia es fundamental para entender fenómenos como el de la
estetización de la política, ya que es en la experiencia de los sujetos donde los
procesos estéticos de dicho fenómeno tienden a obrar. En el ensayo Sobre algunos
temas en Baudelaire, Benjamin explica dos sentidos del concepto de experiencia al
tomar como eje central de esta discusión a Baudelaire y su poesía para ejemplificar
una transformación histórica en la experiencia.

Para definir esta transformación, Benjamin se remite al texto de Bergson, Matiére


et mémoire, donde el autor considera que la estructura de la memoria es decisiva
para la experiencia. Para Bergson, parece que el hecho de que el sujeto pueda
encarar el flujo de los datos en la memoria es algo voluntario. Sin embargo, hay
otro autor (Proust) al que se refiere Benjamin para construir su definición de la
experiencia, el cual divide a la memoria en voluntaria e involuntaria. Y de aquí
parten los dos sentidos del concepto de experiencia. En la memoria, según Proust,
hay datos que se acumulan involuntariamente y que quedan rezagados en ella hasta
que el recuerdo voluntario los dispone a la memoria. Por lo tanto, hay situaciones,
o hechos externos, que no se conforman en nuestra experiencia sino únicamente como
datos acumulados inconscientemente sin que tengamos conciencia de ellos. Así,
podemos definir a la experiencia en dos sentidos, como experiencia sin intervención
de la conciencia, o experiencia tenida en bruto. Y experiencia con intervención de
la conciencia, o vivencia.

Para Walter Benjamin, los intereses interiores del hombre (podemos decir, las
creencias, los deseos, y hasta el gusto), no tienen un carácter privado por
naturaleza. Y esto se debe al hecho de que lo que le interesa, lo que cree, lo que
desea y, en suma, los hechos externos tienen muy pocas posibilidades de
incorporarse en la experiencia de los sujetos. Es decir, debido al hecho de que la
experiencia de los acontecimientos se guarda en la memoria involuntariamente. Hay
distintos factores que han provocado que podamos experimentar vívidamente los
hechos externos. El periódico, como signo de esta disminución, nos ayuda a explicar
esta atrofia progresiva de la experiencia. El propósito del periódico, nos dice
Benjamin, consiste en excluir los acontecimientos del ámbito en el cual podrían
obrar sobre la experiencia del lector. Esto depende del hecho de que la
información, como es manejada, no entra en la tradición. Los periódicos, al
aparecer en grandes tiradas impiden al lector tener algo de sí para contar a los
demás. El periódico, con su distribución masiva de la información sustituye al
relato y a la narración tradicional en los que se encarnaba la vida del relator
para proporcionar lo narrado como experiencia, es decir, como vivencia. Y es de la
misma manera, podemos decir, que operan los procedimientos de los que se vale la
estetización de la política, configurando la experiencia de los sujetos de forma
que sus cuerpos se ejerciten y se expresen inconscientemente. La acumulación
inconsciente de información, o las experiencias no vividas, se presentan cuando el
proceso que los ha dejado en la memoria no llegó nunca a la conciencia.

Estetización de la política y toma de conciencia


Si los procesos de la estetización de la política atrofian la experiencia de los
sujetos, la conciencia tendría una función de importancia para restaurar la
vivencia: la de hacer de los estímulos que el medio externo le proporciona a los
sujetos una experiencia vivida. Estos estímulos externos, Benjamin los entiende
como shocks, es decir, como amenazas provenientes de energías demasiado grandes que
obran en el exterior. El hecho de que el shock sea captado y detenido así por la
conciencia, proporcionaría al hecho que lo provoca el carácter de experiencia
vivida en sentido estricto. En el ámbito artístico Benjamin considera que hay
quienes hacen que la conciencia capte determinados shocks para que no queden
rezagados en nuestra memoria, y que lo que nuestros sentidos capten no conformen
nuestra experiencia inconscientemente. Por ejemplo, Baudelaire, quien lo hace en su
propia persona espiritual y física, y lo manifiesta en sus expresiones poéticas. La
recepción de shocks es regla en toda su poesía, y de una poesía de este tipo
debería esperarse un alto grado de conciencia. Es por ello por lo cual la obra de
Baudelaire va dirigida a lectores a los que la lectura de la lírica pone en
dificultades. Porque la lírica, imposibilita al lector a experimentar vívidamente
lo acaecido al pertenecer a una tradición de escritores considerados como poetas en
sí. Escritores a los que un público distinto, moderno, encuentra ya lejanos. Hecho
que tal vez se explique por el desarrollo del concepto de derrumbamiento del aura
que Benjamin desarrolla en el ensayo de La obra de arte en la época de su
reproductibilidad téctinica. El lector al cual se dirige la obra de Baudelaire le
sería proporcionado en una época siguiente, donde la toma de conciencia sea un
efecto de los mecanismos estéticos que apelan a nuestra sensibilidad.[cita
requerida]

Jacques Rancière

Jacques Ranciere
En el caso de Rancière sería más adecuado hablar de una estética de lo político que
de una estetización de la política. Uno de los principales intereses del autor es
elaborar de nuevo el concepto de lo político, debate que trata a su vez de
redefinir en qué consiste la reflexión de la filosofía política diferenciándola de
aquello que habitualmente conocemos como política y que él la define como policía
-en un sentido amplio y general, no como un aparato del Estado-; de manera paralela
reelabora el sentido de otros conceptos como el de estética, emancipación y
subjetivación política. Nos dice que en la base de la política hay una estética que
no tiene nada que ver con la estetización de la política.18

Lo político y la policía
Lo primero sería esclarecer de qué se trata lo político en este autor. Tanto en su
escrito El desacuerdo como en La división de los sensible, Rancière analiza
concepción de política de Aristóteles y Platón, según la cual, la política es
aquello que se desarrolla en el espacio de lo común, es decir, de la comunidad.
Para los autores griegos la comunidad o el orden político estaban repartidos en
partes según proporciones geométricas o aritméticas, para que la ciudad estuviese
bien ordenada se definía cada parte de la comunidad por la cuota que dicha parte
aportaba al bien común, los axiai o títulos de comunidad serían los siguientes: la
oligarquía de los ricos, la aristocracia de la gente de bien o la democracia del
pueblo. La política comienza precisamente allí donde dejan de equilibrarse pérdidas
y ganancias. Aristóteles dice que la justicia consiste en no tomar más de lo que
corresponde de las cosas ventajosas ni menos de las desventajosas. Para que una
comunidad tendiese al bien común se debía dar la exacta combinación de estos
títulos. El pueblo era visto como cuerpos parlantes condenados al anonimato del
trabajo y la reproducción –esclavos-, quienes, si bien tenían la capacidad de
comprender un logos, no tenían la capacidad misma de él. En una cita de Aristóteles
se dice que el esclavo es quien participa en la comunidad del lenguaje solo en la
forma de la comprensión (esthesis), no de la posesión (hexis), este logos es lo que
ordena y da derecho a ordenar. Es importante esta diferenciación porque el hombre
es animal político en cuanto hace uso del logos, esto es, es político porque es una
animal literario que se deja apartar de su destino “natural” por el poder de las
palabras. Sin embargo, Rancière cuestiona precisamente la idea de política griega,
va a ser también a través del logos que se iguala la política, porque si se supone
que quien da las órdenes tiene el logos, aquel que las obedece y sabe porque la
obedece necesariamente lo tiene también: la conciencia de que se tiene la palabra
porque se sabe que significa; si tanto el gobernante como el esclavo poseen el
logos significa que entre ambos hay una igualdad última que le permite al esclavo
reclamar su igualdad y cuestionar su orden social, en otras palabras, existe una
inteligencia que iguala a todas las personas: un poder colectivo fundamento no en
conocimientos o ciencias particulares sino en una capacidad que tendríamos todos, y
que permite rebatir la constitución de la esthesis.

Anteriormente se menciona en este artículo que la política es tema de la filosofía


política porque se trata en últimas de la fundamentación de la política. Como dice
Rancière, la filosofía no se convierte en política porque la política sea algo
importante que necesite su intervención. Lo hace porque zanjar la situación de
racionalidad de la política es una condición para definir la propia razón de ser de
la filosofía: la cual, surge bajo el desacuerdo, momento en que uno de los
interlocutores entiende y no entiende lo que dice el otro.

Existen tres niveles de participación política que pueden ser vulnerados, el


primero cuando se es miembro de la comunidad pero se viola su derecho de
participación, por ejemplo ser un ciudadano pero no permitirle postularse a cargos
públicos; el segundo nivel consiste en pertenecer a una comunidad pero no ser
reconocido por ella en la decisiones que se toman, como por ejemplo que una minoría
étnica no se le reconozca el derecho de voto; el tercer nivel es el que fundamenta
los dos anteriores, y es la pregunta por quién define quién tiene derecho a ser
actor político y quien no, este nivel se pregunta por quién hace las veces de Dios
y define los actores, por ejemplo quién fue el que decidió que la minoría étnica no
podía participar en las decisiones aunque sea a asuntos concernientes pues le
afectan particularmente. Los dos primeros niveles constituyen lo que Rancière llama
asuntos policíacos, el tercer nivel que decide quien hace parte y quien no, es
propiamente el terreno de la política.

Lo policíaco es, según Rancière, la materialización de la actualización que tuvo


lugar en lo político, que consiste en los mecanismos y procedimientos que
distribuyen las jerarquías sensibles: los momentos y los lugares para los actos.
Rancière usa la palabra policí en el sentido amplio y general, no la identidica
únicamente con la parte sensible de la policía, el aparato de Estado: la policía es
la esencia misma de la ley que define la parte o la ausencia de parte de las
partes. Dicho claramente, la policía es el orden de los cuerpos, quien define las
divisiones entre el modo de actuar, hacer del decir y del ser, para que los cuerpos
sean asignados únicamente a tal lugar y a tal tarea. Es el conjunto de procesos
mediante los que se efectúa la agregación y el consentimiento de las
colectividades, la organización de los poderes, la distribución de los lugares
donde residen dichos poderes y donde se legitíma los sistemas de distribución.
Habla de que una muestra clara que de lo policial está haciendo mal su trabajo, es
cuando su presencia material prolifera en mayor cantidad- La naturaleza de lo
policíaco nunca va a cambiar, aunque Rancière habla de mejores y peores órdenes
policíacos, los primeros serían los que tienden a acortar la brecha entre dominados
y dominadores, por decirlo de algún modo. Lo que define un orden policial dependerá
de dos cosas, tanto de la espontaneidad de las relaciones sociales, como de la
rigidez de las funciones estatales.18

Lo político es precisamente una antagonía de lo policial. La política es donde se


rompe, según Rancière, la configuración sensible. Es instancia en la que se pone en
cuestión quién es considerado un sujeto de participación política, en el caso
griego la parte pueblo puede cuestionar porque no participa de la vida política de
su comunidad. Es en la política donde se pueden revertir los órdenes de dominación,
mientras la aristocracia encarnaría la anti-política al evitar precisamente negarle
parte a los que no tiene parte, esto es, impedirles participar a aquellos que no
cuentan y ni siquiera se constituyen como subjetividades políticas. En este sentido
lo político no es más que la disputa por la existencia de un escenario común, la
existencia y la calidad de quienes están presentes en él.18 Lo político tiene dos
dimensiones que necesitan encontrarse para que en sí haya política: la lógica
igualitaria anteriormente descrita y lo lógica policial a la que se lo opone, o lo
que es lo mismo el cuerpo social reunido por ficciones desigualitarias. La política
no es una lucha de clases, sino una lucha entre partes inexistentes por hacerse
visibles en la división de lo sensible establecida. Lo político como forma de
experiencia tiene connotaciones estéticas propias de una época con respecto a lo
común. Se refiere a sistema de evidencias sensibles sobre los espacios, tiempos y
formas de actividad que determinan la participación de las personas dentro de una
sociedad, es un asunto estético porque las imposiciones se hacen sobre el cuerpo y
se manifiestan en modos sensibles.

División de lo sensible
La división de lo sensible es el sistema a priori de formas que determinan que
puede experimentar un sujeto dentro de la sociedad, es una división de las
identidades dentro de una comunidad, la configuración de las competencias o
incompetencias que se pueda tener respecto a lo común. Es por esto que la política
es el espacio donde se discute los modos de subjetivación; en el conflicto político
es que puede abrir paso a nuevas representaciones de la experiencia, y con ellas a
nuevas subjetividades, produciendo multiplicidades que no estaban en la
constitución policial de subjetividades existentes. La política es, en este
aspecto, un campo en el que se fracturan los estereotipos, un campo para la
desidentificación: los modos de hacer, ser y decir en las relaciones de lo común se
recomponen, no obstante que darán lugar a su vez a nuevas distribuciones
policíacas. La división sensible es siempre una división desigual de lo sensible, y
siempre en la política se está intentando imponer una división igualitaria que
arruine la anterior. La esencia de lo político es pues un conflicto fundamental y
nunca terminado, la actividad política demuestra como las configuraciones sensibles
son contingentes, y como pueden actualizarse.

La división de lo sensible no solo ocurre en el espacio de lo social, también


ocurre en un nivel ontológico, en donde la configuración humana se da a través de
los otros, en la distinción gobernador-gobernado, la existencia del primero
requiere necesariamente de la existencia del segundo. Pensemos en un todo social,
sin distinciones de ningún tipo, en el momento en el que surge una distinción, no
importa de que tipo, comienza a darse una reparticiones de tareas y capacidades que
van diferenciando a este todo y creando conjuntos de individuos comunes en alguna
de sus capacidades; unos pueden pensar soluciones, poseen el logos (gobernadores),
los otros resolverlos a través de acciones físicas (gobernados); Esto define el
hecho de ser o no visible en un espacio común. Tener tal o cual "ocupación" define
competencias o incompetencias respecto de lo común. Eso define el hecho de ser o no
visible en un espacio común, dotado de una palabra común, etc.
Hay entonces, en la base de la política, una 'estética' que no tiene nada que ver
con esta 'estetización de la política' propia de la 'época de masas'
El reparto de lo sensible. Estética y Política
Casos
La humanidad, que fue una vez, en Homero, un objeto de contemplación para los
dioses olímpicos,se ha vuelto ahora objeto de contemplación misma. Su
autoenajenación ha alcanzado un grado tal, que le permite vivir su propia
aniquilación como un goce estético de primer orden. De esto se trata en la
estetización de la política puesta en práctica por el fascismo. El comunismo le
responde con la politización del arte.
La Obra de Arte en la Época de su Reproductibilidad Técnica, Walter Benjamin
Actualmente la estetización de la política somete la imagen publicitaria con la
intención en que se modifica lo mostrado para darle una finalidad y un significado
prestablecido. Es decir, se modifica la imagen para provocar un shock subjetivo en
el que la conciencia no intervenga. En suma, la estetización de la política
conforma nuestra subjetividad, de tal manera que los intereses a los que
respondamos sean, mediante un encarecimiento de la experiencia, reflejados en la
política y en la economía. Desde el mercado global, empresas (corporativos) medios
de comunicación como las televisoras, la radio, el internet (redes sociales) e
instituciones, todos ellos modifican nuestra experiencia al hacer que lo que
observamos se reduzca a un shock que no es captado ni detenido por la conciencia.

Mercadotecnia
Es bien sabido que uno de los rasgos predominantes de nuestras sociedades llamadas
sociedades de la imagen o sociedades del espectáculo, producen el retoque de una
estetización de lo real que nace de la superabundancia de imágenes, del renovado
predominio de lo visual y del gusto visual. Siendo así que la mercadotecnia, la
publicidad y las campañas políticas. Se encargan de educar el gusto de los
consumidores colocando un mensaje de significación en un contexto específico y con
un determinado fin: vender un producto, una idea, hacer parecer algo como bueno,
interesante y conveniente.
Los medios de comunicación
Televisa y el PRI: monopolio del poder
El espectáculo del poder
Los medios de comunicación proporcionan a la población una gran cantidad de
información. Información que a su vez está cargada de ideología que se traduce en
actitudes frente al mundo, porque forman y entrenan los sentidos, los sentimientos
y crean creencias para determinar cierta práctica social.
Redes sociales
Las redes sociales provocan shocks cuando los usuarios agregan comentarios; agregan
imágenes haciendo sátira, burla, parodia, o ironía, a las noticias que salen
diariamente, es decir, distorsionan la imagen. Esta distorsión de imágenes los
usuarios internautas las nombran memes, agregándoles un toque de humor. Asimismo se
distorsiona la experiencia, pues esta se vacía ahí. Muchas veces se es víctima de
la red social, la experiencia tiene que estar depositada ahí para tener cierta
validez
Las redes sociales son para todos
Las redes sociales te enganchan
Los Memes
Los memes son imágenes que distorsionan el contenido principal de una imagen
publicada en las noticias, en la televisión, en las campañas publicitarias, en los
partidos políticos u otro medio. La mayor parte de las memes son imágenes que se
han vuelto populares en determinado momento: ya sea por haber hecho algún
comentario público (provocando una reacción masiva en las redes sociales) shocks
expandiéndose como mensaje viral [véase [fenómeno de internet]]. La operación de la
experiencia vivida del individuo radica en la individuación. Todos están
sintonizados a la nube (el internet) y la provocación de shock es en bruto y
masivamente ocasionando los dos tipos de experiencias, mencionadas en el mismo
apartado el problema de la experiencia. La convivencia en esta nube solo es
simulada, donde solo hay cúmulos de información masivo. El siguiente ejemplo está
relacionado con este anteriormente señalado.

La selfie
La selfie se caracteriza cuando alguna persona toma una foto con sus amigos,
familiares, paisajes, pero con la presencia de la persona que toma la foto. Es
decir, es un autorretrato moderno. Cuyo auge ha sido en los últimos años, gracias a
las herramientas tecnológicas que lo posibilitan, ya sean, teléfonos inteligentes o
tabletas. La selfie muestra un shock “un momento de existencia con”, mejor dicho:
es la afirmación del yo con el otro, viviendo un instante y demostrándolo a los
demás.

Muestra de la práctica del selfie


Ulteriormente, los efectos de este encarecimiento de la experiencia se reflejan en
nuestro consumismo, nuestra preferencia por algún partido político, y nuestra
praxis vital en general. En la estetización de la política de las campañas
publicitarias de la política actual de nuestro país, podemos encontrar estos
procedimientos cuando vemos que se intenta modificar nuestra preferencia por algún
hecho o persona política valiéndose del poder que una televisora, a través de la
fama de una de sus "estrellas", tiene sobre nuestra subjetividad. De esta manera,
podemos decir, que se intenta establecer un interés político en nosotros que se
relaciona con el gusto y el valor preestablecido de lo que los medios de
comunicación implantan en nuestra experiencia.

"El campo artístico mantuvo siempre sobre las obras un valor de culto, irrepetible
y divino. La invención de la fotografía modificó esta concepción no solo porque la
captura de una imagen implicaba una relación diferente con el objeto representado,
sino porque su reproducción técnica permite acercar las obras a las masas". Luciano
Sáliche.19

La selfie consagra la libertad de producir el efecto que uno escoja para proclamar
“éste soy yo ahora”.20 Es menos una cuestión de narcisismo que de voluntad de
dominio: revela la necesidad de autoproponerse a través del control de la propia
imagen. Esta suerte de segundo grado del narcisismo, no está, sin embargo,
despojada de extrañeza: representa un intento de rescate del aura, cuya pérdida
denunciaba Benjamin en su célebre “ensayo sobre la fotografía en la época de la
reproductibilidad”. Pero es un aura desconectada de cualquier tradición o valor,
puramente hedonista. Y aunque sus más fervientes apóstoles intentan rastrear sus
orígenes en la cultura del autorretrato pictórico, más allá de parecidos formales,
su radical inmediatez excluye la condición del arte. En los selfies, como en la
pintura o cualquier otra forma artística, hay esbozos de pasiones humanas —pedazos
de ficción, paranoia, voyeurismo… —, pero en un autorretrato pictórico el artista
quiere menos ofrecer su imagen que su arte; lo que propone es justo aquello que la
autofoto instantánea reduce al mínimo: ese tiempo del yo reelaborado.

Película No
La película No muestra un caso en el que se puede ver el empleo de la politización
de la estética en todo su sentido. El uso de la propaganda es fundamental en la
película -que está en contra de Pinochet- y es gracias a ella que las votaciones
tienen una repercusión inmediata en las elecciones: "No" será el elemento que
usarán los publicitarios para impedir que Pinochet gane las elecciones, y es bajo
esta propaganda que se utiliza toda la artillería propia del término: medios de
producción, diseño, experiencia -muestran los horrores cometidos por el
totalitario-entre otros elementos que están siendo usados pormeados por una
intención política. La estetización política se verá mostrada, a su vez, en la
campañada realizada por los de la dictadura pinochetista, pues estos buscan ganar
las elecciones a través de los mismos mecanismos de la politización, solo que ellos
buscan paralizar a la población y reducirla a una masa, a diferencia de los
segundos, que buscan emancipar a los ciudadanos de ese fatal gobierno.
Los juegos del hambre
Los Juegos del Hambre es otro ejemplo de estetización de la política. La película,
dentro de su contexto, muestra cómo es que en una sociedad el elemento del
espectáculo es fundamental para la manipulación y el dominio político. La película,
que está basada en la novela escrita de Suzanne Collins, de género futurista y
distópica, se encuentra la figura del Estado totalitario y manipulador. Los
recursos estéticos que se emplean para la dominación de las masas son precisamente
los que se llevan a cabo en los juegos del hambre, una competencia anual en la que
participan 2 individuos de cada distrito (Estados) a la fuerza, ya sea por hambre o
por fama, son encaminados a asesinarse entre ellos, sobreviviendo solo uno frente a
un espectáculo transimito ante todos los demás Estados. Se dice en la publicidad de
esa masacre televisiva, que esos juegos representan un recuerdo de que fueron
vencidos por el distrito mayor (El capitolio) que los amó y los protegió hasta que
los demás distritos organizaron una rebelión, la cual perdieron. A partir de eso,
se les recuerda mediante tales juegos la "bondad" del Capitulio por no destruirlos
por su supuerta traición y a cambio, solo se lleva a dos de sus habitantes cada año
para sacrificarles en frente de los medios. De todo esto se hace un espectáculo,
pues cada momento es grabado en un formato de realty-show, donde elementos como el
amor, la amistad, el compañerismo y demás, son utilizados de forma estética para
hacer de ese sufrimiento un espectáculo disfrutable, y crear una experiencia entre
los televidentes, una experiencia que no busca la revolución, si no que pretende el
deleite estético de lo que les sucede a los otros en la competencia. El desarrollo
de las películas es interesante, pues muestra cómo es que se va construyendo una
revolución y un golpe los represores a partir de una experiencia estética y
emocional.
Arquitectura en el Régimen Nazi

Albert Speer, Adolf Hitler, Architekt Ruff


Otro ejemplo de estetización de la política, es la arquitectura en el régimen nazi.
Los elementos que formaban las edificaciones tenían la función de imponer cierto
poder que reforzaba la personalidad del gobierno.

Hitler, como gran admirador de las artes, sentía un particular gusto por la
Arquitectura de la Antigua Roma, pues consideraba que aquellos hombres instauraron
las bases de lo que posteriormente sería el gobierno ario, así que, decidió darle a
Alemania un aire de la antigua capital italiana.

Su arquitecto de cabecera fue Albert Speer, quien desarrollo los proyectos como el
castillo Ordensburg Vogelsang, el Ministerio del Reich para la Ilustración Pública
y Propaganda y el Campo Zeppelín. No todo los proyectos que tenía en mente Hitler
fueron construidos para la nueva cara que tendría la ciudad de Berlín, algunos solo
quedaron en papel, pues las obras tuvieron que pararse en 1943, en plena Segunda
Guerra Mundial, debido a los bombardeos ocurridos en la capital por parte del
Ejército Aliado.

Cine en el régimen nazi


Las películas de propaganda nazi fueron producidas con el propósito de reforzar la
campaña bélica de Alemania. Inmediatamente después de que la guerra diera comienzo,
el ministro de propaganda alemán empleo todos los medios posibles para lograr que
los noticieros fueran un instrumento efectivo de propaganda. De este modo los nazis
llevaron a cabo su propaganda cinematográfica para la guerra con dos tipos de
películas: Los noticieros semanales, incluyendo una copilación de noticieros
titulada Blitzkrieg im Westen y filmes de largometraje sobre las campañas, dos de
los cuales fueron, incluso, exhibidos en EE.UU; estos fueron: el Feuertaufe que
trataba de la campaña de Polonia y el Sieg im Westen que trataba de la campaña de
Francia.
Ernesto "Che" Guevara
Ernesto Guevara es un buen ejemplo de nuestro tema. Estetización de la Política:
Él, en su momento, fue icono de la transgresión, promovía ideales completamente
anti-capitalistas, estaba en contra de los sistemas políticos y económicos: él era
"El revolucionario". Sin embargo, entendía la importancia de una imagen pues
existen cientos de fotografías que él mismo pagaba con intenciones
propagandísticas. Las razones caerán en especulación pero es innegable que lo
posicionan como una figura icónica del cambio y del desacuerdo social. Es decir,
Ernesto Guevara, se encuentra relacionado indisolublemente a la idea de revolución.
[...] el fantasma del Che.
está atrapado a mitad de un puente generacional, entre unos jóvenes que saben muy
poco de él, pero que lo intuyen como el gran comandante y abuelo rojo de la utopía,
y la generación de los 60..., cuyos supervivientes entienden que el Che sigue
siendo el heraldo de una revolución latinoamericana que a su vez, por más que
parezca imposible, sigue siendo absolutamente necesaria
Paco Ignacio Taibo II, Ernesto Guervara, También conocido como el Che

Fotografía del Che Guevara, una de las imágenes más reproducidas de nuestro tiempo.
Al convertirse en el paradigma del revolucionario, y dada la cantidad de
información (de alguna forma mitificada) que existe sobre él, su ideales pierden
fuerza, se desvalorizan y se comercializa no solo su imagen, sino todo el concepto
de lo que debería ser un revolucionario. El revolucionario o lo revolucionario se
convierte en un producto, al grado de poder encontrar ropa de marcas reconocidas
mundialmente con el rostro de Guevara, estrellas rojas o leyendas como "viva la
revolución, abajo el capitalismo"; logra consolidarse al nivel de mito y así se
convierte en el percutor de algunos de los movimientos estudiantiles en México. Las
acciones del "Che" (sean trascendentes o no) dejan de ser relevantes, alguien que
tiene la pretensión de ser revolucionario apela a un asunto de surte estético y
deja de lado la relevancia política de actuar.21

Muralismo Mexicano
Murales Rivera - Ausbeutung durch die Spanier 1.jpg
El muralismo mexicano es un gran ejemplo de la estetización de la política, siendo
un fundamento histórico de gran importancia para la actualidad nacional mexicana.
Como parte del programa impulsado por José Vasconcelos, quien en los años veinte
ocupaba el cargo de secretario de educación, teniendo así la responsabilidad de
divulgar los bienes de la cultura y la educación a una población sumergida en la
ignorancia y la pobreza, resultado de décadas de marginación porfirista y los años
de lucha revolucionaria. Este contexto llevó a Vasconcelos a la práctica de un
programa educativo que, entre otras medidas, contemplaba la educación de las masas
por medio de ideas e imágenes en los muros públicos de ciertas instituciones.
De este modo el muralismo conjunto el choque de dos mundos entre la cultura
grecolatina y las culturas prehispánicas, dando origen a una nueva raza y por ende
a una nueva cultura, que se encargarían plasmar los artistas en sus obras. La idea
de Vasconcelos era que, México fuese redimido por su propia cultura por el
reconocimiento de sí mismo, de sus orígenes, de su pasado y presente. Esta toma de
conciencia abriría un camino, basado en el conocimiento del ser cultural y en la
confianza de sí mismo. La concepción de lo mexicano, que era esta nueva raza fruto
del mestizaje, conduciría a la creación de una identidad nacional que generaria la
unión de un país que se encontraba fragmentado después de la revolución. De esta
manera lo mexicano se volvió el ser nacional, asumido como identidad que propicio
un nacionalismo popular.

Exposiciones
Algunos tipos de exposiciones, entendido esto como un acto de convocatoria que se
abre al público en general y en el que se exhiben diversas colecciones de alguna
temática, pueden ser un claro ejemplo de estetización de la política. Para ser más
específicos nos referiremos a dos ejemplos:

SS-20 en exposición en el Museo de la Gran Guerra Patriótica, Kiev.


El primero es sobre las muchas exposiciones que hay sobre armamentos, tecnología y
estrategias militares. Este tipo de exposiciones son dirigidas a las propias
fuerzas de cada uno de los gobiernos, pero también, al público en general bajo la
propuesta de que el público se acerque a las fuerzas encargadas de guardar el orden
y que se acerquen para conocer su trabajo. Más allá de estos motivos o de cualquier
otro, es de notar para nuestro propósito que este tipo de exhibiciones crean
alrededor de ellas una especie de aura, una especie de admiración del tremendo
poder de que son portadoras tales fuerzas militares en sus tecnologías usadas en su
armamento, sus estrategias, uniformes, etcétera; si entendemos la estetización de
la política como aquella que busca rastros de culto allí donde no los hay, parece
que este tipo de espectáculo lo logra, dejando de lado lo que en última instancia
es, fríamente, formas de exterminio de posibilidades de la vida.

El segundo ejemplo que nos puede servir para ejemplificar aquí es la exposición del
proyecto “Humanae” de Angélica Dass,22 este proyecto consiste en una serie de fotos
de rostros humanos, de retratos, a través de los cuales se trata de captar la
“esencia humana en sí misma” y superar cualquier clase de diferencia sea esta el
color de la piel, las diferencias sociales, diferencias de dogmas, etcétera. Cuyo
fin es situar a todos los individuos en términos igualitarios y mostrar que
nuestras diferencias solo son sutiles. Sin embargo, ya mismo Benjamin menciona que
con la aparición de la fotografía se comienza a eliminar cualquier síntoma de aura,
no obstante, hay un último resquicio en el que se encuentra este valor y es ni más
ni menos que las fotografías del rostro humano.23 Ello viene a colación, pues, el
ejemplo citado pretende a través de estos retratos de diversos rostros mostrar
algún tipo de esencia humana y en el que por cierto su consecuencia es mostrar que
hay igualdad o al menos que estamos lejos de estar categorizados bajo diferencias
tan tajantes como el de los colores de la piel, y respecto a esto, lo que Benjamin
diría bajo el concepto de estetización de la política podría bien aplicarse a este
proyecto y así cuestionarse si de algún modo se alcanza su objetivo, a decir,
captar la esencia humana y la igualdad a que esta conlleva, ya que, en última
instancia parece peligroso que una serie de imágenes se exhiban y hagan efectiva la
igualdad mencionada. Sobre todo porque se trataría de hacer la igualdad a través de
herramientas políticas que rebasen el simple espectáculo de la exhibición.

Informática
En cuanto a la informática, que toma relevancia en nuestros tiempos modernos,
podemos apreciar los mecanismos que impiden que tomemos el poder sobre nuestra
experiencia, en este caso, la digital. El software privativo, que no es otra cosa
más que los programas que usamos todos los días diseñados por las empresas de
software que todos conocemos, escritos en secreto, únicamente las empresas que los
desarrollan tienen el derecho legal de revisar el código y mejorarlo de acuerdo a
lo que ellos consideran que son nuestras necesidades como usuarios. Lo que puede
generar muchos problemas a quienes cierto software no les satisfaga, pues aunque
pagan por el, tienen prohibido modificarlo para que se ajuste a sus necesidades y
lo único que les queda es esperar a que su problema sea de prioridad resolución
para los desarrolladores legítimos según las leyes. El problema sobre los
mecanismos que evitan una mejora en nuestra experiencia es evidente en este caso.
Existe software libre, el cual está bien documentado y está abierto a los cambios
que el mismo usuario quiera hacerle para adaptarlo y mejorarlo, pero es un hecho
que la preferencia mundial entre los usuarios se inclina por el software privativo,
más que nada porque a muchos se les ha limitado la experiencia al hacerles creer
mediante los procesos educativos informáticos, que las soluciones del software
privativo son las únicas que existen y que vale la pena aprender a usar.
La tecnología del control
La manzana de la enajenación
Tecnología mecanismo de control
En la actualidad, estamos determinados por falsos valores de uso, los dispositivos
que en apariencia tratan de hacer más fácil la vida ( dispositivos móviles y de
almacenamiento masivo). Aunque Benjamin creía que los medios tecnológicos
emanciparían a la humanidad, es evidente que aquella promesa ha quedado suspendida.
Ya que el aparato técnico determina el funcionamiento de las relaciones sociales,
funciona para satisfacer necesidades creadas y conservar el mismo sistema que las
genera. La tecnología está constituyendo formas de control y cohesión social más
efectivas y má placenteras, este mecanismo de control tiende hacer totalitario,
pues se afirma y se extiende en las zonas del mundo menos desarrolladas creando una
homogeneización cultural.
Modelo Educativo basado en competencias
Consiste en estandarizar la educación con el propósito de formar individuos con las
mismas capacidades y habilidades. Sistematizando los contenidos y la evaluación
para la acreditación de estos. Haciendo abstracción de las determinaciones
culturales, histórico-sociales igualando así las potencialidades, aptitudes,
actitudes y conocimientos para poder ser funcionales en cualquier circunstancia.
Este modelo tiene como base fundamental la hiper especialización, la cual tiene
como única finalidad hacer individuos con conocimientos unilaterales, sin la
capacidad de cuestionar su realidad y entenderla.
Fútbol y política
La existencia de prácticas que arrastran el fervor de las masas no es una novedad,
se apoyan en el ejemplo de la enorme influencia de los espectáculos donde se
congrega a las comunidades a partir de aquello que llama la atención, elementos que
han sido usados para distraer a las masas frente a las realidades geopolíticas y
ejercer represiones a la acción política. Con la injerencia del apodado “Deporte
Rey” en los diversos y numerosos círculos de la sociedad es indiscutible. La Copa
Mundial de Fútbol paraliza a millones de individuos, situándolos frente al
televisor, cerca de la radio, y, actualmente apoyados por las mejoras tecnológicas
desde una computadora o un teléfono celular.

En el caso de esta competición orbital, en la que están inmersas 32 selecciones


representativas de las diferentes naciones del planeta, en búsqueda del trofeo que
acredite a una de ellas como “la mejor del mundo”, el fenómeno y toda la gama de
elementos que lo rodean, dentro y fuera de las canchas, se acrecienta, porque del
lenguaje de la competición deportiva se pasa a una sutil confrontación entre
naciones, entre culturas, entre ideologías políticas y modos de practicar el
fútbol. en esto consiste la fuerza de este espectáculo, que muchas veces resulta
determinante en las posturas o visiones de ciertos individuos en sociedad.

Por otro lado la mercadotecnia sobre el fútbol. Es un auténtico negocio en cuyo


mercado se mueve hoy en día más dinero que en ningún otro. Es el negocio que
encierra millones de dólares, euros, tiene muchos beneficiados, desde los dueños de
los equipos, dueños de los estadios, Televisoras, medios de comunicación,
jugadores, patrocinadores. Según indica “ellitoral.com”, acerca de un informe de la
consultora Deloitte & Touche revela que el fútbol es la 17a. economía del mundo con
un volumen de negocios estimado en 500.000 millones de dólares anuales y con 240
millones de jugadores pertenecientes a 1,5 millones de equipos afiliados en forma
directa o indirecta a la FIFA. Cabe resaltar el gran protagonismo que han adquirido
los futbolistas ya que no solo hacen aparición en las canchas sino que su imagen se
ve reflejada en perfumes, revistas de espectáculo y demás formas mediáticas. Todos
estos elementos convierten este deporte en un rotundo éxito mediante un espectáculo
de contemplación.

Las marcas de ropa

Con la tecnología actual, se nos presenta la oportunidad de transformar y crear,


nuestra propia indumentaria. Muestra de ello es el fácil acceso que tenemos a las
telas, los accesorios, el estampado y los materiales para trazar cualquier prenda.
Incluso la tecnología actual pone en nuestro umbral los aparatos para crear
nuestras propias telas, claro ejemplo: son los telares. A pesar de esto, hoy en día
incontables empresas de ropa abastecen nuestros guardarropas y adornan nuestras
prendas con sus logotipos. Parecería que poco importan los trazos o los colores de
las mismas con tal de que la marca sea muy visible. Creando una supuesta identidad
en el individuo a partir del uso de cierta marca, haciendo alusión a un sentimiento
falso de pertenencia y a un estatus económico-cultural.
Los argumentos en contra del consumo a estas empresas, que son la esclavización de
sus trabajadores, incluso de niños,24 parecen importar poco a la hora de lucir una
blusa ZARA, un vestido Tommy Hilfiger, unos zapatos-tenis Nike o una camiseta GAP.

Por eso las marcas de ropa, que suelen ser tan codiciadas y anheladas por gran
parte de la población mundial (si esto no fuera así, estas transnacionales no
tendrían tanto éxito económico) son un claro ejemplo de lo que Walter Benjamin
llamó estetización de la política pues a pesar de que tenemos la posibilidad de
crear y transformas los objetos, seguimos rindiéndoles culto: respetando las buenas
prendas, de calidad y de buen gusto.

Los libros digitales


Debemos reconocer que solo históricamente ha sido posible el desarrollo
tecnológico. Habitualmente vivimos un mundo efectuado por medios automatizados que

Lector de libros electrónicos Kindle Paperwhite de Amazon.


posibilitan otros modos de experiencia frente a un mismo hecho. Es decir, en el
momento en el que pensamos cómo está conformada nuestra experiencia contemporánea,
reconocemos que nuestras facultades y nuestros modos de percepción son distintos a
los de hace 100 años. Gracias a ellos muchas situaciones imposibles, son
realizables en cualquier espacio y en cualquier tiempo: es posible pensar en
cualquier individuo leyendo en el transporte público, mientras camina, en los
intersticios de sus días, por la madrugada, en Groenlandia, en África, mientras
vuela, etcétera. Pues contamos con mecanismos que posibilitan trasladar (sin
necesidad de cargar cada tomo) inmaterialmente y en muchos idioma, una casi
infinita colección de obras literarias.

Los libros digitales son versiones digitalizadas de cualquier texto. Son un ejemplo
de estetización de la política porque atestiguan la destrucción del “aura” de cada
obra ya que plantean la destrucción de la obra única y original; al ser siempre
reemplazable por la copia, el original deja de tener la importancia central que
antes jugaba, su autenticidad, su aquí y ahora, se van diluyendo. No importa tanto
si materialmente posees o no el texto, sino el acceso al mismo.

Al multiplicar y multiplicar la obra, al ser llevada a cualquier parte, se ejecuta


una modificación en las formas de transmisión del conocimiento, una ruptura con las
formas de vida tradicionales, y una re elaboración de la relación entre lector-
autor-obra, pues el supuesto respeto hacia la obra y hacia la figura del autor se
diluye conjuntamente con la idea de la inalterabilidad del pasado. Para Benjamin,
tal efecto no debe ser revisado con anhelo ni melancolía hacia el pasado sino como
un nuevo espacio que posibilita cambiar y construir la experiencia del individuo.

El ratón Mickey
Entre las funciones sociales del cine, se encuentra que éste permite al hombre
hacerse una representación de su entorno. Cuya característica principal, señala
Benjamin, es que algo puede ser producido una infinidad de veces, hasta llegar al
resultado esperado. Gracias a la técnica fílmica (cuyo alcance es inmenso) es
posible visualizar experiencias que antes de ella se encontraban fuera de nuestro
campo normal de percepción. La misma civilización y su tecnificación conllevan
peligrosas tensiones que pueden producir lo que en psicoanálisis se denomina
"psicosis masiva", pero yace en la misma técnica puesta al servicio de las masa, la
posibilidad de una "vacuna psíquica", esta es por medio de la creación de películas
utilizando la cámara como constructora de experiencias visuales inconscientes en
las que se representen fantasías sádicas o figuras del sueño colectivo de manera
terapéutica, con la finalidad de evitar que se desarrollen de manera peligrosa
entre las masas. Ejemplos de lo anterior los encuentra Benjamin en las películas
grotescas americanas, y las películas de Disney, entre las cuales está la figura
del ratón Mickey.

Textos que determinan un ejercicio del cuerpo: Encíclicas Papales


Otro ejemplo en el que podemos pensar la relación entre estética y política son las
Encíclicas. El “reparto de lo sensible” (como espacio estético que supone la
configuración de subjetividades específicas y si se modifican, distintas) al poder
determinar quién puede hacer qué y en qué momento, configura un mundo para cada
individuo.

Las Encíclicas Papales son cartas o circulares enviadas por los sumos Pontífices a
sus obispos o fieles, con interés de tratar o aclarar su postura ante algún tema
relativo a la doctrina católica. Es claro como la carta encíclica “Humanae Vitae”,
al prohibir todo uso artificial para el control de la natalidad y proclamarse en
contra el aborto, también está construyendo un espacio específico para un modo de
ser “hombre”, un modo de ser “mujer”, un modo de la sexualidad, de la reproducción,
de las formas de concepción, de los deseos, de los sentimiento, de lo posible y lo
imposible para cada ser humano… el texto construye el “modo adecuado” y dentro del
cual los individuos tienen un lugar, son visibles dentro de la comunidad. Esta
encíclica es un mecanismo policíaco en tanto que el esquema o el espacio está
estipulado, es inflexible e inalterable, no puede ser revolucionado ni
revolucionario, no acepta lo diferente, lo que no cabe en el esquema (por ejemplo,
los cuerpos hermafroditas). Jerarquiza las capacidades o facultades que cada cuerpo
debe desarrollar en afirmaciones como que si se hace uso prácticas anticonceptivas:
"Podría también temerse que el hombre... acabase por perder el respeto a la mujer
y, sin preocuparse más de su equilibrio físico y psicológico, llegase a
considerarla como simple instrumento de goce egoístico y no como la compañera,
respetada y amada", Humanae Vitae,17.

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vi_enc_25071968_humanae-vitae_sp.html
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