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Judicial |29 Sep 2013 - 9:00 pm

Se trata del trabajador Eunisio Pineda Luján, quien, dice, vio


paramilitares en la finca del empresario

El testigo que enreda a Santiago Uribe

Por este testimonio y el del mayor (r) Juan C. Meneses, Uribe


fue citado a indagatoria el 17 de octubre por supuestos nexos
con ‘paras’.

Por: Juan David Laverde Palma - jlaverde@elespectador.com -

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El
empresario Santiago Uribe, hermano del expresidente Álvaro Uribe
Vélez. / Archivo

Más de 16 años después de que fuera interrogado por su presunta


participación en el grupo paramilitar conocido como los 12
Apóstoles, el ganadero Santiago Uribe Vélez tendrá que comparecer
el próximo 17 de octubre ante un fiscal de derechos humanos para
explicar si promovió a ese grupo ilegal que entre 1993 y 1994 hizo
presencia en Yarumal y Santa Rosa de Osos (Antioquia). Aunque
este caso fue archivado en 1999 por falta de pruebas, un testimonio
rendido en agosto pasado fue la clave para reabrir el expediente.

Se trata de la declaración que el trabajador Eunisio Alfonso Pineda


Luján le dio a la Fiscalía desde el consulado de Colombia en
Santiago de Chile. El Espectador conoció su testimonio, que sumado
al que había entregado el mayor (r) Juan Carlos Meneses en 2010 —
también vinculado a este proceso— constituye una acusación directa
contra el hermano del expresidente Álvaro Uribe. El testigo de 46
años nació en Toledo (Antioquia) y se ganó la vida ordeñando vacas,
cuidando cerdos y abonando potreros, hasta que una vaca lo dejó
inválido.

Pineda Luján relató que llegó a trabajar a la finca de Álvaro


Vásquez, que colindaba con la finca La Carolina, de Santiago Uribe,
y que su patrón le dijo una vez que fuera a diario a La Carolina a
darle vuelta al ganado. Eso fue en 1993. Entonces, contó, se
levantaba muy temprano a ordeñar y a darles comida a los cerdos y
después pasaba a la finca de Uribe, pero pronto vio que gente de
civil y con radios llegaba a ese lugar. En su declaración relató que a
Santiago Uribe le decían El Abuelo cuando lo llamaban por radio; a
Álvaro Vásquez, El Tío, y a otro más, El Sobrino.

El testigo manifestó que vio gente armada en La Carolina. “Les


hacían reuniones e iba la Policía de Yarumal y otra gente de civil”,
sostuvo. Agregó que empezó a verlos con uniforme del Ejército y
con un brazalete que decía Auc y que supuestamente entraban y
salían de La Carolina. Los trabajadores le dijeron una vez: “Cómo te
parece que allá hay una casa más arribita, cómo te parece que de
aquí sacaron uno anoche y apareció muerto en tal parte”. Según él,
jamás dijo nada hasta que un paramilitar de nombre Rodrigo le
entregó un arma y le dijo que ellos pagaban $200.000 y que
estuviera tranquilo porque trabajaban con Santiago Uribe.

Pineda Luján aseguró que jamás aceptó trato con ellos y que
entonces alias Rodrigo mató en frente de él a otro sujeto al que en
Yarumal le decían El Gavilán. Según él, le dijeron que si no hacía lo
que ellos querían era una traición que pagaría con la vida y que ya
estaba salpicado, “porque está metido en la pomada”, en referencia a
que había sido testigo de un asesinato. Y fue más allá, pues incluso
declaró que Santiago Uribe y Álvaro Vásquez se reunieron un día
para planear su muerte, porque supuestamente sabía mucho.

Por eso, relató, salió huyendo y se dirigió a la Cuarta Brigada del


Ejército para denunciar los hechos. Luego viajó a Santa Marta para
esconderse en esa región, y pasó por Bucaramanga, Riohacha y
Barrancabermeja, hasta que regresó a Antioquia. De acuerdo con su
relato, pasó cerca de La Carolina y unos hombres lo detuvieron, le
pegaron, le dijeron que era un sapo, intentaron sacarle los dientes
con un alicate y al final le pegaron un tiro en la mano. Pudo volarse,
según su versión, y no fue a ningún hospital, “porque al que quedaba
herido lo buscaban en los hospitales de los pueblos para acabar de
matarlo”.

Así pasaron los años y Pineda Luján consiguió trabajos en fincas en


Antioquia sin despertar sospechas. Incluso dijo que laboró en La
Palmira, que era de propiedad de Juan Carlos El Tuso Sierra,
narcoparamilitar extraditado a Estados Unidos en mayo de 2008. En
esa época, a finales de los años 90, una vaca le cayó encima “y me
jodió la columna”. Entre 2001 y 2004 estuvo incapacitado y luego
viajó a Manizales, de donde salió a Circasia y a otras regiones del
Quindío, pero, de acuerdo con él, siempre le llegaban razones de que
querían matarlo.

Por último, manifestó que se comunicó con la Fiscalía cuando vio


por televisión que el mayor (r) Juan Carlos Meneses había declarado
contra Santiago Uribe, también desde Chile, en el año 2010, ante el
Premio Nobel de Paz Adolfo Pérez Esquivel. Fue justamente ese
testimonio el que reabrió el caso de los 12 Apóstoles en la Fiscalía.
No obstante, sólo en agosto pasado pudo el ente investigador
desplazarse hasta Chile para tomar su versión. El fiscal del caso le
pidió algunas precisiones y el testigo así lo hizo: por ejemplo, que
estuvo entre el 93 y julio del 94 en La Carolina.

Además dio detalles de la finca de Álvaro Vásquez, la distancia que


la separaba de la finca de Uribe, algunas características de la
propiedad en la que trabajó con Vásquez y las descripciones de
algunos trabajadores, aunque cuando el fiscal le mencionó a más de
10 empleados de La Carolina dijo no reconocer a ninguno. Sobre
Santiago Uribe refirió: “Lo vi entregando armas y lo vi con radio en
la mano”. Mencionó un par de homicidios que supuestamente se
dieron en los predios de La Carolina, pero sin dar mayores detalles.
Su testimonio fue calificado como muy sospechoso por el abogado
de Santiago Uribe, Jaime Granados, quien indicó al respecto que “no
existe ninguna prueba que señale al señor Uribe Vélez, distinta al
falso testigo, mayor (r) Juan Carlos Meneses, y ahora el señor
Eunisio Alfonso Pineda Luján, quien, al igual que Meneses, llegó de
forma sorpresiva y sospechosa a declarar en el proceso”.

Granados lamentó en un comunicado la “desafortunada coincidencia


de esta decisión (de llamar a indagatoria a Uribe), que se produce
después de que el señor Daniel Prado Albarracín, abogado
representante de la parte civil, públicamente retara a la Fiscalía, al
indicar que ‘lastimosamente el poder que tiene Álvaro Uribe Vélez
ha impedido que la Fiscalía tome las medidas que debe tomar en
contra de su hermano’”.

Consultado por El Espectador, el abogado Granados aseguró que


Pineda Luján es un testigo “absolutamente mentiroso”, llevado al
proceso de una forma sospechosa por el abogado Daniel Prado, y
que “es fácil concluir que se trata de un falso testigo, todavía más
falso que el mayor (r) Meneses”. Indicó también que va a presentar
denuncia contra Pineda Luján por falso testimonio.

Granados recordó que este proceso ya fue archivado una vez y dijo
que desde 2010, cuando la Fiscalía lo reabrió, “lo único que ha
habido son testimonios a favor de Santiago. Después de tres años, y
justo una semana después de que el expresidente Álvaro Uribe
presentara su candidatura al Senado, traen un nuevo falso testigo.
Aquí hay una motivación política. Lo único que pedimos es
garantías, porque no hay que olvidar que Santiago ha sido víctima
del conflicto. Esta es una revictimización en su contra”.

Por su parte, Santiago Uribe Vélez siempre ha sostenido que es


inocente y que quieren enlodarlos a él y a su familia para hacerle
daño al expresidente Uribe, hoy en campaña en cabeza de la lista al
Senado por el Centro Democrático. El próximo 17 de octubre
Santiago Uribe deberá dar sus explicaciones.

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