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Investigar desde el medio mientras empleo mi mejor caligrafía para escribir el año en curso
sobre la flamante tapa de mi cuaderno recién comprado.
Un rizoma no empieza ni acaba. siempre está en el medio,
Los cuadernos que guardo son de tamaños y formatos direr-
entre las cosas, inter-ser, intermezzo.
sos. Lo he intentado con pequeños cuadernillos que siempre llevo
GILLES DELEUZE y l'ÉLIX GUIITTARI (2003: 56)
conmigo para tomar rápidas notas de campo. También con grames
Inicié el curso 2007-2008 con el espíritu renovado que insufla siem- blocs de dibujo que me permiten una escritura más expansiva, lima
pre el mes de septiembre. Es un estado de ánimo contagioso, que las de mapas y dibujos. Los tengo con hojas blancas y con hojas cua-
editoriales administran en vistosos fascículos coleccionables que driculadas y, cuando no hay nada más a mano, escribo sobre netas
nadie llega nunca a completar. En el instituto, ese año repetí.a ter- Post-it y servilletas de papel. Como sucede con esas interminables
cero de ESO -por tercera vez-, por lo que en mi clase ya no quedaba colecciones por entregas que abarrotan los quioscos en septiembre,
casi nadie del curso anterior. Al otro lado de la puerta de mi aula todos mis cuadernos están inacabados.
me esperaba un nuevo grupo de chicos y chicas que desconocía y Durante un tiempo, releí esos cuadernos inacabados con de-
con los que escribiría la historia de ese año que recién empezaba. En sánimo. El modo de posicionarme en el aula con mis estudiantes
la Facultad de Bellas Artes también iniciábamos un nuevo semina- dificultaba mi empeño de ejercer, al mismo tiempo, de etnógnfo.
rio sobre investigación narrativa, que ese curso dedicaríamos a las El contenido de mis diarios se resentía debido a una escritura imer-
metodologías de investigación basada en las artes. Nuestro modo mitente y a la dificultad para mantener mi posición de observzlor
de abordar las metodologías propuestas en los diversos seminarios en el aula. En algunos momentos esta constatación me paralizaba.
por los que transitábamos respondía a un posicionamiento que En otros momentos me animaba a pensar que precisamente de esta
Joe L. Kincheloe (2004: 4) resumió con una pregunta provocado- dificultad emergia la capacidad de mi diario para representar rnien-
ra: «¿Quién dijo que la investigación se debe hacer de este modo?». crucijada como profesor e investigador. Al fin y al cabo, el aula en un
Para ello nos aproximábamos a la autoetnografía o la investigación lugar complejo, caótico e imprevisible (Kincheloe, 2001a: 45) cuya
basada en las artes con el ánimo de explorarlas como autores, de representación no se resolvía con una narración lineal y sin fisuras.
enfrentarnos al reto de constituirnos en investigadores desde cada Pero mi escritura era discontinua y fragmentada. Un día describía
perspectiva para comprender sus posibilidades y sus límites, aquello con gran profusión de detalles una experiencia y, al día siguiente,
que nos ofrecían y nos negaban. Pero, más allá de la oportunidad de apenas conseguía rescatar cuatro líneas. Anotaba preguntas, dudas
profundizar en este u otro conocimiento metodológico, lo que cada -o certezas que debían ser interrogadas- a través de momentos de
año me animaba a participar en los seminarios de doctorado erala escritura lúcidos y turbios a la par. «Decidirme a contar era parar» y,
posibilidad que me brindaban de compartir con el grupo el proceso justo cuando me disponía a hacerlo, un cuaderno se cerraba Yotro
de construcción de mi investigación de tesis doctoral. nuevo se abría.
El curso académico tiene una cadencia que -al menos a mí, que En algún momento de ese curso empecé a relacionarme con mis
vengo de una familia de campesinos del delta del Ebro- me recuerda {nademos de otro modo. Aunque todavía pasaría algún tiempo has-
el ciclo agrícola. Todo parece lo mismo y, a la vez, todo es distinto. 1., que, a través de la noción de bricoleur de Joe L. Kincheloe (2004),
Cada año, al empezar el curso, me compro una libreta nueva. Es un llegara a precisar una forma de explicarlo. Tal como lo narra Yvonna
ritual que ya forma parte de mi modo de reivindicar mi confianza en S. Lincoln (2001: 693), cuando Clifford Geertz (1988) tomó de Gau-
todo In valioso que el curso me depara. Sin embargo, estrenar una eleLévi-Strauss (1964) el término bricoleur inició un proceso de reu-
libreta .,1 in irinr ('1 curso también puede ser el indicio de un cierto I ilización y resignificación que conducirla hasta la versión elabora-
deseo dt' pill.'!I'. de marcar un punto de inflexión desde el que em- dil por Joe L. Kincheloe (2001b). La idea de bricolage de Lévi-Strniss
/)('ZM (/¡. 1I111'1//) ... Esta vez vaya hacerlo bien», me digo a mí mismo, «-definía el trabajo de campo corno un proceso menos preestab!eci-

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do de lo que se había venido considerando hasta entonces. De ahí
emergía la figura del bricoleur como alguien que usaba los materiales
disponibles y las herramientas a su alcance para completar la tarea
de investigación. En el fondo yacía la constatación de que el campo
no es un territorio dócil a la labor del investigador. Más bien al con-
trario, es el propio investigador quien se debe adaptar y construir su
forma de acercarse al campo, su metodología. Pero, según Yvonna S.
I.incoln (2001: 693), la caracterización de bricoleur que Joe 1. Kin-
cheloe propone es la de alguien mucho más cualificado y hábil que
un mero «manitas». I 'gUIa 1.Cartograflassu(per)puestas. Alfred Porres Pla (2007). Butacas ubl<adas en una de las falsaszonas
'Il·,desquese forman en el Interior de las vias que dan acceso a la carretera N HOa su paso por Amposta.

Este «manitas» busca los nodos, los nexos, los enlaces, las interco-
nexiones, los frágiles vínculos entre disciplinas, entre cuerpos de Leer mis diarios de estos últimos años en el instituto como m
conocimiento, entre conocimiento y comprensión en sí mismos. .elato cíclico en el que las experiencias se «superponían» para «su-
(Lincoln, 2001: 693-694) poner» e imaginar «conexiones todavía no imaginadas» (Líncdn,
1001: 693), fue una idea que tomé de un proyecto artístico en el q,¡e
En el trasfondo de esa insistencia en el nodo, el nexo, el enlace, estaba trabajando por aquel entonces. Cartografías suíperrpuesta"
la conexión y el vínculo resuena la «lógica del y" con la que se cons- era una propuesta cuya metodología se situaba a medio camino I[)-
truye el rizoma. lre el arte público, las prácticas colaborativas y el aprendizaje en
red. El dispositivo de actuación consistía en desplegar -por la 00-
El árbol es filiación, pero el rizoma tiene como tejido la conjunción dad y a través de Internet- estrategias de registro y representacén
"y... y... y... ». En esta conjunción hay fuerza suficiente para sacudir y mediante las cuales las personas participantes pudieran cartogra-
desenraizar el verbo ser. (Deleuze y Guattari, 2003: SS-56) fiar los usos particulares y las apropiaciones que hacían de sus 15-
pactos públicos. Era una aproximación híbrida, fronteriza, mestua,
Ser~tado frente a las inconclusas páginas de mi diario, empecé a incompleta en cada uno de sus intentos, pero compleja y múltipleen
leer mIS relatos como uno solo, superpuesto. El relato de un profe- la articulación de estos. El propósito último del proyecto era carto-
sor de Secundaria que cada año -corno hicieran antaño mis abuelos grafiar la propia experiencia vivida y superponerla a otras comoen
en los arrozales del delta del Ebro- volvía una y otra vez sobre ese un palimpsesto, para obtener representaciones heterogéneas, erre-
~ismo surco que nunca era el mismo. Una faena sin principio ni fin, riadas, contradictorias, superpuestas y supuestas (fig. 1).
siempre en el medio.
14. El proyecto se desarrolló en dos fases en el marco del festival de video ycle
¿Adónde vais? ¿De dónde partís? ¿Adónde queréis llegar? Todas digital Strobe, en su edición del 2007 y el 2008. La primera (ase -duranre el cU'so
1007-2008- adoptó la forma de un taller de invesLigación y aprendizaje colaboati-
estas preguntas son inútiles. Hacer tabla rasa, partir o repartir
Vil en el que participó alumnado del bachillernto arr íst ico del instituto Ramon3e
de cero, buscar un principio o un fundamento, implican una falsa .cnguer IV de Amposta, La segunda fase .•e mantuvo OCI iva durante los 365 dJa>de
concepción del viaje y del movimiento (metódico, pedagógico, ini- conmemoración del centenario de la cunrcslón d,·1 1ft ulu de ciudad a Amposta-de
ciático, simbólico ...). Kleist, Lenz O Büchner tienen otra manera de Junio de 2008 a junio de 2009-, a través cit· uu.t ","1,,,611 del proyecto denomirsda
vji1j~r y de moverse, partir en medio de, por el medio, entrar y salir, .16525 días, que incorporaba intervcncioues "11 l.• ",11" Y se articulaba en torso a
IIn sitio web donde se archivaba y publ« .Ih" ,·1 ",.,1",';'\1 producido por el proyeto
no e-mpezar ni acabar. (Deleuze y Guattari, 2003: 56)
(textos, fotograñas. videos y mapas).

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Para superponer mis diarios, el bricolage tomó prestadas estra- palabra -su(per)puesta- pretendía condensar la naturaleza de lcre-
tegias del cal/af¡e. Según Arthur Eñand, Kerry Freedman y Patricia presentado en dicha cartografía. Con «superpuesta» aludla al he ho
Stuhr (2003: 193): de que siempre hay algo más allá de lo observable. Con «supuera-
ursinuaba que ese algo no se puede abordar nunca desde una cereza
Cuando el conocimiento es representado como un collage, o una red ':in fisuras. Escribí en mi diario sobre las consecuencias de ado¡tar
o un entramado interconectado, la investigación es menos propen- vsta forma de su(per)poner mi relato.
sa a proceder de modo jerárquico, siguiendo la lógica tradicional.
Adquiere, en cambio, la forma de un relato, o mejor aún, de una No da cuenta de un proceso sino de un tránsito. El proceso si~ue
multiplicidad de pequeños relatos. una secuencia preestablecida, el tránsito no. El proceso apinta
en una dirección fija y persigue la consecución de un propóito
Las consecuencias para mi invesligación no se hicieron esperar. certero, el tránsito no. En ambos hay un desplazamiento pero en
1\1 prestar atención a los ..elementos imaginativos y ficcionales» el tránsito, el desplazamiento no se asocia a ninguna nociór de
(Kincheloe y Berry, 2004: 1) que construían mi relato -recuérde- progreso.
se la distinción de Joe L. Kincheloe (2004: 20) entre «ficcional» e Lo recogido (no me atrevo a llamarlo evidencias) no se ord-na
«irrealv- di con una imposibilidad que había quedado velada por mi en torno a una cronología: no responde a una secuencia ni se artcu-
dificultad de esos años para manejarme como etnógrafo en el aula. la en una sucesión de acontecimientos. Más bien se desparrama r se
A veces, en el momento de escribir, tenía la sospecha de que lo que expande, se arremolina y se agrupa, se imanta y se repele.
escribía no era lo que buscaba, de que no bastaba con contar lo su- La estructura narrativa no es lineal (planteamiento/nudode-
cedido, de que lo no-sucedido también importaba y de que el registro senlace) sino en red, enredada, cíclica, replegada en sí misma.ex-
de lo dicho no servía de mucho sin el registro de lo no-dicho. Rescato pandida y condensada simultánea y sucesivamente. El relato no
un fragmento de mi relato autoetnográfico en el que lidiaba con ese fluye por un único cauce sino que se extiende como una rnaruha.
empeño. Lo mismo se atasca y se atraganta en un nudo, que se desata les-
bordándolo todo.
La experiencia es siempre múltiple, fragmentada, dispersa, contra- (13 de febrero de 2008)
dictoria, efímera, recurrente, esquiva. Escribir sobre 10 vivido es
mucho más que contar lo sucedido. De hecho, quizá lo sucedido sea Era una forma de «escuchar la cacofonía de la experiencia vivrla,
lo más irrelevante, un telón tras el que se debate la experiencia en 1.1 coexistencia de diversos significados e interpretaciones» (Kindie-
toda su complejidad. (Borrador 2, 10 de febrero de 2007) loe y Berry, 2004: S) en la que cada relato solo era el indicio del si-
)',uiente y cuyo significado siempre se situaba en el medio.
Relatar la experiencia en toda su complejidad es lo que persigue
la «descripción densa» de Clifford Geertz (1973) que, según Eliot El medio no es una media, sino, al contrario, el sitio por el queLas
Eisner (1998: 33), «es un intento de interpretar, de hacer aflorar des- cosas adquieren velocidad. Entre las cosas no designa una relaoón
de debajo d(' 1,1 superficie el aspecto más enigmático de la condición localizable que va de la una a la otra reciproca mente, sino unadi-
1111111,111,1: 1,1 r onst rucción del significado». Al reunir mis relatos en rección perpendicular, un movimiento 1 ransversal que arrasta a
1111.1 «1.11111)',1,111,1 su(pcr)puesta,.los confines de mi indagación se la una y a la otra, arroyo sin principio ni fin que socava las dos er i-
'·1I1J!"Z.1I 0)11 .1 p('lltl.ll', dejando al descubierto las discontinuidades y llas y adquiere velocidad en el 111('(110. (Dclcuzc y Guattari, 2003:
lo:: V.tI lO'. '1111' p"hl"han el mapa de mi investigación. La propia con- 56-57).
1'"11 101' d.· 1,,·,dtl'; I('rminos -supuesta y superpuesta- en una sola

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Su condición provisional -el desplazamiento continuo del Solo hay sujetos que preguntan 15
significado a cada nueva aproximación- es lo que daba sentido a Pero esa subjetividad siempre se constituye a través de que pre-
una metodología que intentaba aprehender lo no-observable, lo no- guntan.
dicho, aquello que no podía expresarse en palabras. El hilo de mi (27 de julio de 2008)
indagación se tejía con interrogantes, aunque estos no siempre es-
tuvieran habitados por preguntas conscientes. Elizabeth Ellswor· Decir "no hay preguntas, sino sujetos que preguntan" desde esa
th (2005a: 23) lo explica a partir de su propia experiencia como incomodidad que me embargaba significaba reconocer la posioona-
profesora: lidad corporeizada del sujeto investigador. Al igual que TamiSpry
(2001: 716), cuando exclamaba que la teoría le ayudaba a nombrar
Tengo numerosas preguntas que dan forma a mi práctica como pro- las experiencias enterradas en su cuerpo, la intersección de mi ex-
Iesora que está interesada por la enseñanza sobre y a través de la periencia vivida con los marcos teóricos desde los que la rescataba
diferencia social y cultural. Algunas son preguntas conscientes que me permitió empezar a transformar la desazón en posición y ilgu-
puedo plantear en un lenguaje del tipo: ¿cuál es la relación entre las nos de mis interrogantes en preguntas.
formas de dirigirnos o posicionar a nuestros estudiantes dentro de
la diferencia social y cultural y lo que aprenden?
Algunas de estas preguntas son menos conscientes. Existen 3. De lo que no podía ser dicho
como rastros de pensamiento, emoción y sensaciones de un día de
ciase dudas ... olvidos ... empezar algo y después cambiar a otra Las palabras no lo dice 1/ todo, las escuchas no lo escuchar todo
cosa y especulaciones vagas, corno ¿por qué soy suspicaz ante y las miradas no lo mirall todo, de ahí que la oportusidad
afirmaciones sobre las posibilidades del diálogo en la educación de seguir pensando está habiltada.
multicultural? SANDRA NICASTRO (1006)

Toni Morríson'" sostiene que el único modo de expandir el coaoci-


En ocasiones, mis interrogantes solo se traducían en desazón.
miento es comprometerse en no escribir solamente sobre lo que uno
De ahí que escribiera la siguiente reflexión -con tintes de paradoja-
sabe, sino también sobre lo que no sabe. Pero ¿cómo escribir sobre
en mi diario.
lo que uno no sabe? Alexandra Fidyk y Jasan Wallin (2005: 215)
sostienen que requiere que cultivemos «una cierta hospitalidad ha-
Hay preguntas
cia las discontinuidades, las repeticiones y los silencios ... Algo que
Solo preguntas. Preguntas que no invocan respuestas sino que
poblaba mis numerosos diarios inacabados y que, a través de suiper)
se desgranan en preguntas más complejas y situadas. Siempre hay
ponerlos, había empezado a documentar.
un tránsito. Las preguntas sirven para reposicionarse.
Anniina Suominen (2006) abordó este empeño a través de 11 fo-
tografía. En una investigación a la que dedicó tres años (2000-2<)03)
No hay preguntas
Aunque, ante la imposibilidad de preguntar, uno siempre puede
interrogarse sobre la posicionalidad que ocupa como sujeto que (no) 15. «No hay preguntas, sino HujclOs lIu" p,·cflunlan y para los cuales las res-
pregunta. puestas no son las mismas ». Aforisnlll tll rlbuiel" ni t alrnudlstn y malemáti,. Rav
iajam Shoshani. <hltp://www.porlnlhll1<.III.t. ... ".M/n~visla/02. aprendienID_vi-
vir_misterio.htm> [con acceso c179 de Jul,,, el .. /O(llll.
J6. Pseud6nimo con el que firma C'lrI,,,·/lrtl ""rty Wn((ord, escritora afroaneri-
rana que recibió el premio Nobcl de 1111',.11111,1 '·11 I D'n

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