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1 Roland Barthes (1985). Crítica y verdad. Trad. José Bianco. México, Siglo XXI, 7ª. ed., p. 57.
2 Los términos en cursiva y las expresiones entrecomilladas provienen del comienzo de “La
actividad estructuralista”, publicado originalmente en 1963. Ver Roland Barthes (1983).
Ensayos críticos. Trad. Carlos Pujol. Barcelona, Seix Barral, pp. 255-256. Agradezco a Judith
Podlubne el recuerdo de esta referencia.
3 Roland Barthes (1987). “‘Mucho tiempo he estado acostándome temprano’”, en El susurro
del lenguaje. Trad.: C. Fernández Medrano. Barcelona, Paidós, p. 327.
4 Philippe Lacoue-Labarthe y Jean-Luc Nancy (2012). El absoluto literario. Teoría de la lite-
ratura del romanticismo alemán. Trad. Cecilia González y Laura Carugati. Buenos Aires,
Eterna Cadencia, p. 17.
5 Ver Jacques Derrida (1984). “Kafka: Ante la ley”, en La filosofía como institución. Trad.: Ana
Azurmendi. Barcelona, Juan Granica, pp. 93-144.
6 Para las tres referencias señaladas, ver RolandBarthes (2005). La preparación de la novela.
Notas de cursos y seminarios en el Collège de France, 1978-1979 y 1979-1980. Texto esta-
blecido, anotado y presentado por NathalieLéger. Edición en español al cuidado de Beatriz
Sarlo. Trad. Patricia Wilson. Buenos Aires, Siglo XXI, pp. 197, 204 y 372, respectivamente.
7 La imagen de la “cámara de ecos” es una transposición de la que usa Barthes para explicar
el sentido de las apropiaciones conceptuales en sus experimentos ensayísticos. Ver Roland
Barthes (1978). Roland Barthes por Roland Barthes. Trad. Julieta Sucre. Barcelona, Kairós,
pp. 81-82.
8 “Las salidas del texto” está recogido en El susurro del lenguaje, op. cit., pp. 287-298.
9 Roland Barthes (2004). Lo neutro. Notas de cursos y seminarios en el Collège de Fance, 1977-
1978. Texto establecido, anotado y presentado por Thomas Clerc, bajo la dirección de Éric
Marty. Edición en español al cuidado de Beatriz Sarlo. Trad. Patricia Wilson. Buenos Aires,
Siglo XXI, p. 117
10 Ver Roland Barthes por Roland Barthes, op. cit, p. 172.
11 Barthes alude a esas resistencias morales, cuando especula sobre las razones por las que no
escribió una ficción novelesca (ver La preparación de la novela, op. cit., p. 164).
12 Roland Barthes (1983). El grado cero de la escritura. Trad. Nicolás Rosa. México, Siglo XXI,
6ta. ed., p. 44.
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13 “No hay una escuela Robbe-Grillet”, en Ensayos críticos, op. cit. p. 122.
14 Alain Robbe-Grillet (2009). “El partido de RolandBarthes”, en Por qué me gusta Barthes.
Textos reunidos y presentados por Olivier Corpet. Trad. María José Furió Sancho. Madrid,
Paidós, p. 91.
15 Como la mención a la mediocridad “enorme” de Roger Garaudy, en El grado cero de la
escritura; la réplica destemplada a MD (¿Marguerite Duras?), en Roland Barthes por Roland
Barthes, porque juzgó idiota su máxima “uno escribe para que lo amen”; o la descalificación
burlona sobre las reservas de X frente a El placer del texto, también en RB por RB. Serían
los gustos que se da un cuerpo en estado de arrogancia, más acá de cualquier cálculo
estratégico.
16 En una nota reciente, Antoine Compagnon expone su perplejidad ante la máxima sobre el
carácter esencialmente fascista de la lengua, haciendo notar la contradicción entre lo que
enuncia y la libertad de los juegos de palabra y los actos de lenguaje que distinguen a su
enunciador (ver AA.VV. (2013). “Lequel es le vrai?”, en Roland Barthes. Paris, Magazine
Littéraire-Nouveau Regards, pp. 9-14).
17 Julia Kristeva (1998). Sentido y sinsentido de la revuelta. Literatura y psicoanálisis. Trad.
Irene Agoff. Buenos Aires, Eudeba, p. 328 y ss.
18 El grado cero de la escritura, op. cit., p. 12.
19 Maurice Blanchot (2007). “Gide y la literatura de experiencia”, en La parte del fuego. Trad.
Isidro Herrera. Madrid, Arena, p. 203. Este ensayo fue publicado por primera vez en
L’Arche23, janvier, 1947.
20 Maurice Blanchot (2005). “La búsqueda del punto cero”, en El libro por venir. Trad. Cristi-
na de Peretti y Emilio Velasco. Madrid, Trotta, p. 242. La primera versión de este ensayo,
titulada “Plus loin que le degré zéro”, se publicó en La Nouvelle Revue Française 9, 1953.
21 Las reservas sobre el valor de los modernos (“¿y si se hubieran equivocado?”, “¿y si no tuvie-
ran talento?”) quedaron registradas en “Noches de París”, fragmentos de un diario personal
publicados póstumamente (ver Rolan Barthes (1987). Incidentes. Trad. Jordi Llovet. Barce-
lona, Anagrama, p. 94). La profesión de fe modernista, en un diálogo con Maurice Nadeau,
de marzo de 1974, publicado bajo un título de inspiración blanchotiana: “¿Adónde va la
literatura” (reproducido en Rolan Barthes (2003). Variaciones sobre la literatura. Selección
y Traducción: Enrique Folch González. Buenos Aires, Paidós.
22 Ver “La respuesta de Kafka”, en Ensayos críticos, op. cit., pp. 167-172. Este ensayo se publicó
por primera vez en France-Observateur, el 24 de marzo de 1960. Sobre el carácter central
que ocupa este ensayo en una formalización de la ética barthesiana, ver Alberto Giordano
(1995). Roland Barthes. Literatura y poder. Rosario, Beatriz Viterbo.
23 Tardíamente, en las notas del curso sobre Lo neutro, encontramos una descripción precisa
del sentido ético de esta inclinación: “manera de buscar –libremente– mi propio estilo de
presencia en las luchas de mi tiempo” (Lo neutro, op. cit., p. 53).
24 Roland Barthes (1980). S/Z. Trad. Nicolás Rosa. Madrid, Siglo XXI, p. 1.
25 “Literatura y significación”, en Ensayos críticos, op. cit., p. 316.
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26 Barthes pronunció esta máxima durante el diálogo que mantuvo con Robbe-Grillet, des-
pués de la intervención de este en el Coloquio de Cerisy-la-Salle dedicado a su obra, en
1977. Ver Alain Robbe-Grillet: “Por qué me gusta Barthes”, op. cit., p. 30.
27 Rolan Barthes (1986). “La canción romántica”, en Lo obvio y lo obtuso. Imágenes, gestos,
voces. Trad. C. Fernández Medrano. Barcelona, Paidós, p. 279.
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