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Se han hecho grandes avances en el tratamiento de esta enfermedad y sus síntomas, pero
todavía no existe cura. Sin embargo, los niños con FQ ahora viven más tiempo, gracias al
progreso científico.
Aproximadamente 60.000 niños y adultos en todo el mundo han sido diagnosticados con
FQ, aproximadamente la mitad de ellos (30.000) están en Norte América. En 1989, los
investigadores descubrieron el gen que provoca la FQ. Las parejas que están planificando
tener hijos se pueden someter a pruebas genéticas y consejería para averiguar si son
portadores del gen de la FQ.
Señales y síntomas
La mayoría de los casos de FQ se diagnostican dentro de los primeros dos años de vida; en
muchos estados, las pruebas médicas en recién nacidos incluyen ahora una prueba
obligatoria para FQ. (La FQ se puede diagnosticar incluso antes del nacimiento del bebé
con una prueba genética, así como a través de la detección de una anormalidad que se
encuentre en un ultrasonido o una ecografía en las últimas etapas del embarazo). Su
pediatra puede tener sospechas de que su hijo tenga FQ si no aumenta de peso, lo que a
menudo acompaña esta enfermedad. Otros signos y síntomas varían con el grado de
afección de los órganos, tales como los pulmones.
Diagnóstico
Para confirmar el diagnóstico, su pediatra ordenará una prueba de sudor para medir la
cantidad de sal que su hijo pierde cuando transpira. Los niños con fibrosis quística tienen
mucha más sal en el sudor que los niños que no tienen FQ. Es posible que se necesiten dos
o más de estas pruebas para confirmar un diagnóstico preciso, ya que los resultados no
siempre son positivos o negativos con toda claridad. Si el diagnóstico de su hijo es positivo
para la enfermedad, el pediatra le ayudará a obtener la ayuda médica especializada
adicional que se necesite.
Tratamiento
El tratamiento de las infecciones pulmonares causadas por la FQ es el aspecto más
importante en el cuidado de su hijo. El objetivo es ayudar a despejar las secreciones
espesas de los pulmones de su hijo, lo que puede implicar diferentes técnicas que le
ayudan a expectorar el esputo con mayor facilidad. Las infecciones pulmonares en sí se
tratan con antibióticos. Los períodos en que las infecciones pulmonares empeoran se
llaman exacerbaciones, lo que se asocia con más tos y producción de esputo y puede
requerir de tratamiento con el uso de antibióticos intravenosos.
Para tratar la falta de enzimas digestivas en la FQ, a su hijo se le recetarán cápsulas que
contengan enzimas para que las tome con cada comida o refacción. La cantidad de
enzimas se basa en el nivel de grasa de la dieta y el peso de su hijo. Una vez que se tome
la cantidad correcta de enzimas, el patrón de las evacuaciones de su hijo se volverá más
normal y él empezará a ganar más peso. Él también deberá tomar suplementos
vitamínicos.
Carga emocional de la FQ
Debido a que la FQ es una enfermedad hereditaria, muchos padres se sienten culpables
por la enfermedad de su hijo. Sin embargo, la FQ es una enfermedad genética que no es
culpa de nadie, así que no hay razón para culpar a nadie. En cambio, debe canalizar sus
energías emocionales en el tratamiento de su hijo.
Es importante criar a su hijo como lo haría si no tuviera esta enfermedad. No hay razón
para limitar sus metas de educación o profesionales. La mayoría de los niños con FQ
pueden esperar crecer y llevar vidas adultas productivas. Su hijo necesita tanto amor
como disciplina y se le debe animar a desarrollar y poner a prueba sus límites.
Equilibrar las demandas físicas y emocionales creadas por esta enfermedad es difícil tanto
para el paciente con FQ como para su familia, así que es muy importante que obtengan
tanto apoyo como sea posible. Pida al pediatra que lo ponga en contacto con el centro de
FQ más cercano y con los grupos de apoyo de FQ. Cystic Fibrosis Foundation también le
puede ayudar