Está en la página 1de 7

- Efeméride Belgraniana: 06 de julio; “Exposición Secreta del General Manuel

Belgrano ante el Soberano Congreso General Constituyente en Tucumán,


(6 de julio de 1816)”.1

“El General Manuel Belgrano informa sobre la situación europea ante el Congreso General
de las Provincias Unidas en Sud América”. Óleo sobre tela del pintor, escultor y
restaurador Tomás Ignacio del Villar (1911 – Buenos Aires – 1969). Complejo Museográfico
Provincial “Enrique Udaondo”, Lujan - Provincia de Buenos Aires.

La situación en la Europa posnapoleónica.

Para 1814 y 1815 la situación en el viejo continente había variado sustancialmente,


respecto del momento histórico en que acontecieron los movimientos revolucionarios
en el virreinato del Rio de la Plata.

1
Texto elaborado por el GB (R) “VGM” Carlos Maria Marturet. Licenciado en Estrategia y Organización. Miembro de
número y secretario académico del Instituto Nacional Belgraniano, y miembro de número del Instituto Argentino de
Historia Militar.

1
En Europa, con la derrota definitiva de Napoleón Bonaparte en la batalla de
Waterloo el 18 de junio de 1815, finaliza el primer imperio francés. Las potencias
triunfantes, Gran Bretaña, Francia, Prusia, Rusia y Austria, reunidas en el Congreso de
Viena, entre octubre de 1814 y junio de 1815, acordarán, principalmente, la
restauración de la monarquía absolutista en Europa, el reordenamiento de las fronteras
internas, y el control de la expansión de las ideas políticas y filosóficas emanadas de la
revolución francesa.

En España, entre 1808 y 1814, tiene lugar la guerra de la independencia contra la


ocupación francesa, que finalizará, en mayo de 1814, con el regreso del rey Fernando
VII al trono. Decidido y consecuente con la situación europea, el rey dispondrá, con la
finalidad de restaurar su poder absoluto, la derogación de la Constitución Liberal de
1812 y la persecución de sus súbditos liberales o “temperados”. Militarmente, ordena
preparar una expedición para sofocar los movimientos revolucionarios en América. Esta
imponente fuerza terrestre y naval, compuesta por más de 15.000 hombres,
embarcados en 65 buques, a cargo del general Pablo Morillo y Morillo “el pacificador”,
partirá en febrero de 1815, inicialmente con objetivo en las provincias del Rio de la
Plata, para finalmente desembarcar en abril, en las costas de Venezuela, y será el mayor
esfuerzo militar realista destinado a restaurar y controlar el reino de España en América.

Misión diplomática de Belgrano y Rivadavia ante las cortes europeas de Madrid, Paris y
Londres.

Frente a la grave situación internacional, el gobierno central decidió comisionar a


Bernardino Rivadavia y Manuel Belgrano en misión diplomática ante las cortes de
Inglaterra y España. El propósito de esta misión, que se realizó entre diciembre de 1814
y noviembre de 1815, buscaba asegurar “(…) la independencia política de este
continente, o a lo menos, la libertad civil de estas provincias (…)”.2

El 15 de noviembre de 1815, disconforme por la forma como se estaban llevando


las negociaciones, Belgrano, “(…) sin Infante y sin dinero (…)” emprende el regreso a
Buenos Aires. Las tratativas quedaron en manos de Rivadavia, quien permaneció en
Europa durante veintisiete meses más, regresando a Buenos Aires, sin recursos y sin
haber obtenido los objetivos propuestos, en febrero de 1818.

En lo político, esta misión diplomática fue un cometido esperanzador, pero


candoroso, y al final, estéril. Pero también lo fue revelador; Belgrano regresó
convencido que las provincias unidas del Rio de la Plata urgían su independencia.

Inicia sus sesiones el Congreso General Constituyente.

En abril de 1815 asume como director supremo interino, el coronel mayor Ignacio
Álvarez Thomas. El poder legislativo fue ejercido por una junta de observación,
nombrada por el cabildo. Este órgano legislativo sancionó, el 5 de mayo, el Estatuto
Provisional para la Dirección y Administración del Estado, que debería regir los actos
del director supremo y el de los gobiernos de provincia. En la práctica, este estatuto
nunca llegó a tener plena vigencia. No obstante merece ser recordado por su artículo
número 30, que establecía que el director: “(…) luego que se posesione del mando,
invitará, con particular esmero y eficacia, a todas las ciudades y villas de las provincias
interiores para el pronto nombramiento de diputados que haya de formar la
constitución, los cuales deberán reunirse en la ciudad de Tucumán (…)”.

2
MARIO BELGRANO, Belgrano, Misión Diplomática a Europa, en Instituto Nacional Belgraniano, Capitulo XV, referencia
número 7, Buenos Aires, 2006, pp. 314 y 330.

2
El 24 marzo de 1816 inicia sus sesiones el Congreso General Constituyente. La
independencia empezaba a tomar forma jurídica.
Manuel Belgrano, Jefe del Ejército de Observación de Mar y Tierra, el pacto de Santo
Tomé.

El 27 de marzo de 1816 el director supremo interino, el coronel mayor Ignacio


Álvarez Thomas, nombra a su tío político, Manuel Belgrano, jefe del ejército de
observación de mar y tierra. Se trataba de una fuerza de defensa del gobierno central,
destinada a la contención de la Liga de los Pueblos Libres.
La designación de Belgrano no fue bien recibida en Santa Fe en razón de su
parentesco y familiaridad con el director supremo, quien se negaba a mantener dialogo
con los caudillos federales, no obstante las sugerencias del prócer de encontrar
consensos con ellos, con el objeto de: “(…) destruir la anarquía antes que eche raíces
más profundas (…)”.

Belgrano apenas alcanza a arribar a Rosario, asiento de paz de esta fuerza, cuando
el 9 de abril, el coronel mayor Eustoquio Díaz Vélez, jefe de la vanguardia, y su ex
segundo comandante durante la campaña al Alto Perú, firma, con el señor Cosme
Maciel, representante por Santa Fe y comisionado ante el caudillo José Gervasio Artigas,
el Pacto de Santo Tomé. Cosme Maciel había sido el ciudadano a quien Manuel Belgrano
invito, el 27 de febrero de 1812, a izar la bandera blanca y celeste en las costas del rio
Paraná.

Este tratado inconsulto, que excedía las atribuciones de Díaz Vélez, y por lo tanto
inválido, por no haber sido autorizado por el gobierno central ni por el propio general
Belgrano, pactaba básicamente, la separación de Belgrano del mando del ejército de
Buenos Aires, y su relevo por Díaz Vélez; además, la evacuación inmediata de todos los
efectivos porteños que ocupaban la provincia de Santa Fe; también, la destitución del
director supremo Álvarez Thomas.

El 16 abril, el director Álvarez Thomas, presenta su dimisión, y Belgrano quien se


encontraba “bajo custodia militar” debe regresar a Buenos Aires. Ni dos meses ha
estado en el cargo, y ya ha percibido en carne propia, los estragos que la anarquía y la
guerra civil producían en el cuerpo político y social de la revolución. Pero no será la
última vez que deba enfrentarlos.

Manuel Belgrano, su presentación ante el Congreso General Constituyente en Tucumán


y la Declaración de la Independencia.

En enero de 1816, el brigadier Juan Martín de Pueyrredón fue electo diputado por
San Luis ante el congreso constituyente. Estando en Tucumán, los congresales lo
nombraron Director Supremo de las Provincias Unidas. A mediados de mayo,
Pueyrredón solicita a Belgrano su presencia ante el soberano congreso. Belgrano formo
parte, en mayo de 1810, del primer gobierno patrio, y ahora él, quien durante tanto
tiempo - con acciones y símbolos - la venía pregonado, es convocado para ser partícipe
del acontecimiento de la declaración de la independencia.

El 6 de julio, fue la fecha en la que Belgrano se presentó ante los congresales


constituyentes. En esta sesión secreta expondrá su visión sobre el estado de las
provincias unidas; además explicará la situación política reinante de Europa; y
manifestará sus ideas respecto de la forma de gobierno que conviene adoptar, que el
percibía, en razón de las circunstancias del contexto político nacional e internacional,
como una monarquía constitucional, encabezada por un príncipe incaico.

3
Esta presentación fue registrada en un acta de dos fojas, que resume, en su
introducción y en cinco puntos, lo expuesto por Belgrano en esa jornada. De este
documento señalamos, el inicio de la sesión - el párrafo introductorio -, donde el
congreso le enuncia a Belgrano los temas de interés de los diputados, y la advertencia
para que evite emitir ideas que pudieran influenciar en ellos; y a continuación –
sintéticamente – lo redactado en los cinco puntos de su presentación:

“(…) Sesión Secreta del día 6 de julio por la mañana de 1816.


Reunidos los señores Diputados en la Sala del Congreso a las nueve de la mañana,
después de discutidos y acordados los puntos que constan del acta pública de ese
día, el General don Manuel Belgrano en virtud de las órdenes que se le
comunicaron, avisó estar presente, e introducido a la sala y tomando asiento en
ella en el lugar que le fue señalado, el señor Presidente le hizo entender que la
soberanía le había llamado para que sus exposiciones sobre el estado actual de la
Europa, ideas que reinaban en ella, concepto que ante las Naciones de aquella
parte del globo se había formado de la revolución de las Provincias Unidas y
esperanza que estas podían tener de su protección, de todo lo cual lo creía
ilustrado después del desempeño de la comisión a que fue destinado, pudieran
orientarla más extensamente de tan interesantes objetos, estando advertido que
en el seno del Congreso había una comisión que entendía exclusivamente en
asuntos de relaciones exteriores, y que no debía hacer exposiciones o contestar
de un modo capaz de mandar idea de ellas y exponer el secreto; en cuya
conformidad, contestando a las preguntas que se le hicieron por varios señores
Diputados, el citado General expuso todo lo que sigue:

Primero; el proceso revolucionario en América, como consecuencia del desorden y


anarquía, ya no contaba, entre los poderes de Europa, con el merecido alto
concepto con que empezó.

Segundo; que había acaecido una mutación completa de ideas en la Europa, en lo


respectivo a formas de gobierno; que como el espíritu general de las naciones en
años anteriores era republicarlo todo, en el día se trataba de monarquizarlo todo,
(Y nombra como ejemplo a la nación inglesa, a Francia, al Rey de Prusia, y a otras
naciones).

Tercero; que conforme a estos principios, en su concepto la forma de gobierno


más conveniente para estas provincias sería la de una monarquía temperada;
llamando la dinastía de los incas por la justicia que en sí envuelve la restitución de
esta casa tan inicuamente despojada del trono por una sangrienta revolución (y
otras varias razones que expuso).

Cuarto; que el poder de España en la actualidad era demasiado débil e impotente


por la ruina general a que la habían reducido las armas francesas, discordias que
la devoraban, y poca probabilidad de que el gabinete inglés le auxiliase para
subyugarnos, siempre que de nuestra parte cesasen los desórdenes que hasta el
presente nos han devorado; pero que al fin, siempre tenía más poder que nosotros,
y debíamos poner todo conato en robustecer nuestros ejércitos.

Quinto; que la venida de tropas portuguesas al Brasil era precaver la infección del
territorio del Brasil, que el Rey D. Juan era sumamente pacífico y enemigo de
conquista, y que estas provincias no debían temer movimientos de aquellas fuerzas
contra ellas (…)”.

4
La Declaración de la Independencia.

Tres días después de esta presentación, el 9 de julio, el soberano congreso general


constituyente declara la: “(…) Independencia del Rey de España Fernando VII, sus
sucesores y metrópoli, (…) y unos días después amplía esta declaración con el agregado
de: “(…) y toda otra dominación extranjera (…)”.

El historiador, escritor y poeta Félix Luna (La Rioja, 1925 – Buenos Aires, 2009),
con pluma selecta, nos describió el escenario del nacimiento soberano de la Patria:

“(…) La Declaración de la Independencia fue, básicamente, un acto de bravura,


una especie de gran compadrada en el peor momento de la emancipación
americana.
En el norte del continente, Bolívar había sido derrotado.
Chile estaba nuevamente en manos de los realistas.
Los españoles amenazaban Salta y Jujuy y apenas si eran contenidos por las
guerrillas de Güemes.
La Banda Oriental estaba virtualmente ocupada por los portugueses.
En Europa prevalecía la Santa Alianza, contraria a las ideas republicanas.
Y para empeorarlo todo, Fernando VII había recuperado el trono de España y se
preparaba una gran expedición cuyo destino sería el Río de la Plata.
En ese momento crítico los argentinos decidimos declararnos independientes.
Fue un gran compromiso, el rechazo valiente de una realidad adversa.
Era empezar la primera navegación de un país independiente, sin atender las
borrascas ni los riesgos. Un grandioso acto de coraje (…)”.

Fotografía de la histórica Acta.

5
Transcripción completa del acta de la Sesión Secreta.

“(…) Sesión Secreta del día 6 de julio por la mañana de 1816.3

Señores Presidente. Vicepresidente. Serrano. Paso. Anchorena. Sáenz. Darregueira.


Rivera. Acevedo. Gorriti. Pacheco. Bulnes. Bustamante. Aráoz. Medrano. Godoy. Maza. Uriarte.
Oro. Gascón. Malabia. Gallo. Loria. Salguero. Castro. Thames. Cabrera.

Reunidos los Señores Diputados en la Sala del Congreso a las nueve de la mañana, con
asistencia de los que se anotan al margen, después de discutidos y acordados los puntos que
constan del acta pública de ese día, el General Don Manuel Belgrano en virtud de las órdenes
que se le comunicaron en el anterior (tachado), avisó estar presente, e introducido a la sala y
tomando asiento en ella en el lugar que le fue señalado, el Señor Presidente le hizo entender
que la soberanía le había llamado para que sus exposiciones sobre el estado actual de la Europa,
ideas que reinaban en ella, concepto que ante las Naciones de aquella parte del globo se había
formado de la revolución de las Provincias Unidas y esperanza que estas podían tener de su
protección, de todo lo cual lo creía ilustrado después del desempeño de la comisión a que fue
destinado, pudieran orientarla más extensamente de tan interesantes objetos, estando
advertido que en el seno del Congreso había una comisión que entendía exclusivamente en
asuntos de relaciones exteriores, y que no debía hacer exposiciones o contestar de un modo
capaz de mandar idea de ellas y exponer el secreto; en cuya conformidad, contestando a las
preguntas que se le hicieron por varios Señores Diputados, el citado General expuso todo lo que
sigue:

- Primero: que aunque la revolución de América en sus principios, por la marcha majestuosa con
que empezó, había merecido un alto concepto entre los poderes de Europa, su declinación en el
desorden y anarquía continuada por tan dilatado tiempo, habría servido de obstáculo a la
protección, que sin ella se habría logrado de otros poderes, debiéndonos en el día contar
reducidas a nuestras propias fuerzas.

- Segundo: que había acaecido una mutación completa de ideas en la Europa, en lo respectivo a
formas de gobierno; que como el espíritu general de las naciones en años anteriores era
republicarlo todo, en el día se trataba de monarquizarlo todo; que la nación inglesa, con el
grandor y majestad a que se ha elevado, no por sus armas y riquezas, si por una Constitución de
monarquía temperada, había estimulado las demás a seguir su exemplo; que la Francia la había
adoptado: que el Rey de Prusia, por sí mismo, y estando en el goce de un poder despótico, había
hecho una revolución en su reino, y sujetádose a bases constitucionales iguales a las de la Nación
inglesa; y que esto mismo habían practicado otras naciones.

- Tercero: que conforme a estos principios, en su concepto la forma de gobierno más


conveniente para estas provincias sería la de una monarquía temperada; llamando la dinastía de
los incas por la justicia que en sí envuelve la restitución de esta casa tan inicuamente despojada
del trono por una sangrienta revolución, que se evitaría para en lo sucesivo con esta declaración
y el entusiasmo general de que se poseerían los habitantes del interior, con sola noticia de un
paso para ellos tan lisonjero, y otras varias razones que expuso.

3
Exposición de Manuel Belgrano ante el Congreso de Tucumán proponiendo la adopción de una monarquía incaica como
forma de gobierno. 6 de julio de 1816. Documentos escritos. Fondo Congreso General Constituyente. Legajo 1, Doc.
7.

6
- Cuarto: que el poder de España en la actualidad era demasiado débil e impotente por la ruina
general a que la habían reducido las armas francesas, discordias que la devoraban, y poca
probabilidad de que el gabinete inglés le auxiliase para subyugarnos, siempre que de nuestra
parte cesasen los desórdenes que hasta el presente nos han devorado; pero que al fin, siempre
tenía más poder que nosotros, y debíamos poner todo conato en robustecer nuestros ejércitos.

- Quinto: que la venida de tropas portuguesas al Brasil no era efecto de combinación de aquel
gabinete con la España, pues que la Casa de Braganza jamás podría olvidar la cooperación de la
España a la entrada de los franceses en Lisboa, y desgracias que ha sentido por ella*; que el
verdadero motivo de la venida de esas tropas era precaver la infección del territorio del Brasil;
que el carácter del Rey D. Juan era sumamente pacífico y enemigo de conquista, y que estas
provincias no debían temer movimientos de aquellas fuerzas contra ellas.

* Después de todo lo cual y – evacuadas - otras preguntas que se le hicieron por algunos señores
diputados, y se omiten por menos interesantes, se retiró de la Sala y terminó la sesión.

* Que enviado Salazar por el gabinete español cerca de S. M. F. para pedir temporalmente, y
mientras se subyugaban estas provincias, la posesión de la isla de Santa Catalina había recibido
una terminante negativa y sólo se le habían ofrecido los auxilios que el derecho de gentes
exigiere.

* Que a él se le había prometido en aquella Corte observar exactamente el armisticio mientras


el Gobierno de las Provincias Unidas no faltase por su parte, y que así se había permitido, a
pesar de reclamaciones del enviado español, la libre entrada y salida de aquel reino a los hijos
de estas provincias (…)”.

Hitos en la recuperación, recreación y puesta en valor de la casa de la Independencia en


Tucumán. Ensamble fotográfico.

También podría gustarte