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III.

EL TERCER MANDAMIENTO DEL MATRIMONIO:

COMPROMETERME A HABLAR BIEN DE MI CÓNYUGE RESPETÁNDOLE.

Anfitriones antes de empezar la clase darles a los que no traen donde anotar,
una hoja y lápiz o pluma para que el Maestro diga al inicio de la clase que van
a anotar una lista de palabras en el transcurso de la clase para poner en
práctica en su matrimonio.

Éxodo 20:7 No pronuncies el nombre del Señor tu Dios en vano. Yo, el Señor,
no tendré por inocente a quién se atreva a pronunciar mi nombre en vano.

El término “en vano”, quiere decir vacío, sin razón, sin sinceridad, no dando
respeto, carente de propósito.

Así como no debemos hablar, pronunciar a la ligera el nombre del Señor, así
tampoco debemos decir palabras que le quiten dignidad a nuestro
matrimonio, ya que al hablar mal de mí cónyuge, hablo mal de mí, de mi
matrimonio, y ocultamente hablo mal del que diseño el matrimonio; Dios.

Cuando hablamos de alguien a la ligera erosionamos (desgastamos,


deterioramos) nuestro respeto por esa persona y terminaremos faltándole al
respeto.

El hablar con ligereza de tu cónyuge destruye su respeto.

Prov. 10:19 En las muchas palabras no falta pecado. Más el que refrena sus
labios es prudente.

En el matrimonio, pocas cosas pueden afectar la relación con tanta fuerza


como las palabras.

Las palabras son como grandes contenedores, ellas pueden estar llenas de
amor o llenas de odio, llenas de gozo o llenas de tristeza, llenas de amor o
llenas de amargura.

Hay un gran poder en las palabras.

Lo siguiente más que un chiste hagámoslo como una reflexión:


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Una mujer estaba acompañando en el hospital a su esposo, que acababa de
salir de un estado de coma en el que había caído hacía varios meses. Ella
había permanecido a su lado todos los días, esperando su recuperación, y
cuando finalmente volvió en sí, el esposo le pidió que se acercara y con
lágrimas en los ojos le dijo al oído: “querida en los malos momentos siempre
has estado conmigo…. (Y la esposa con lágrimas en los ojos, la mirada tierna,
le abraza y le besa) el esposo le sigue hablando “cuando fui despedido,
estabas allí para apoyarme; cuando quebró el negocio, estabas ahí conmigo;
cuando perdimos la casa, permaneciste a mi lado; (la esposa acariciándolo
tiernamente le escucha) “cuando me quebré la pierna, estuviste a mi lado;
cuando mi salud comenzó a deteriorarse seguías a mi lado …. ¿Sabes una
cosa?” y ella que estaba con toda la gama de sentimientos bonitos por las
palabras de su esposo dice “mi amor, yo también te amo y no tienes que
agradecérmelo” en eso estaba ella cuando él la interrumpe y le dice ¡no, no!
Lo que quiero decir es que ¡tú me has traído la mala suerte!

El poder de las palabras, ¿crees que ella siguió mirándolo tiernamente y a su


lado?

Santiago 3: 4-6 Fíjense también en los barcos. A pesar de ser tan grandes y de
ser impulsados por fuertes vientos, se gobiernan por un pequeño timón a
voluntad del piloto, así también la lengua es un miembro muy pequeño del
cuerpo, pero hace alarde de grandes hazañas. ¡Imagínense qué gran bosque
se incendia con tan pequeña chispa! También la lengua es un fuego, un
mundo de maldad. Siendo uno de nuestros órganos, contamina todo el
cuerpo y, encendida por el infierno, prende a su vez fuego a todo el curso de
la vida.

Santiago dice que la lengua es como el timón de un barco, y llevará el barco


de nuestro matrimonio en cualquier dirección que nuestras palabras tengan,
puede llevarlo a aguas turbulentas y grandes tempestades o puede llevarlo a
aguas tranquilas y pacíficas.

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Como hables de tu matrimonio es como está y estará:

Prov. 10:11 Fuente de vida es la boca del justo, pero la boca del malvado
encubre violencia.

Pensemos por un momento:

¿Mis palabras edifican, construyen, animan, ayudan, benefician a mi esposa


(o)?

Aprendamos a hablar bien de nuestro cónyuge, edifiquemos a nuestra pareja


con nuestras palabras y estaremos contentos hacia donde nuestras palabras
guían nuestro matrimonio.

Prov. 13:2 Quien habla el bien, del bien se nutre.

Hablar de unidad y armonía es algo característico del matrimonio, y podemos


ver los ejemplos de Cristo y la iglesia; unidad y armonía.

También en los discípulos en Hechos 2:42-47. 42 Se mantenían firmes en la


enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en el partimiento del pan y en la
oración. 43 Todos estaban asombrados por los muchos prodigios y señales que
realizaban los apóstoles. 44 Todos los creyentes estaban juntos y tenían todo
en común: 45 vendían sus propiedades y posesiones, y compartían sus bienes
entre sí según la necesidad de cada uno. 46 No dejaban de reunirse en el
templo ni un solo día. De casa en casa partían el pan y compartían la comida
con alegría y generosidad, 47 alabando a Dios y disfrutando de la estimación
general del pueblo. Y cada día el Señor añadía al grupo los que iban siendo
salvos.

De estos versículos podemos desprender aspectos relativos a vivir


respetuosamente aplicados a nuestro matrimonio:

Los discípulos se mantenían firmes en la enseñanza (perseveraban), firmes en


la comunión unos con otros, firmes en el partimiento del pan y en la oración,
estaban asombrados por los milagros y prodigios de los apóstoles, tenían en
común todas las cosas, vendían y compartían sus bienes con los necesitados,

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no dejaban de congregarse, compartían la comida con alegría y sencillez de
corazón, alababan a Dios y disfrutaban de la estimación de los demás.

Aspectos para considerar sobre el pasaje en nuestros matrimonios.

1. El respeto se inicia en Dios, en perseverar en conocer Su palabra Su


voluntad para mi vida. ¿Respeto palabra de Dios?, puedo respetar sus
palabras de mi esposa (o). Respeto Su voluntad de Dios, puedo
respetar la voluntad de mi esposa (o).
2. Se mantenían firmes en la comunión unos con otros, podemos tener
comunión (relación, trato, afinidad, correspondencia) esposo-esposa.
Un hablar respetuoso lleva a tener una buena relación matrimonial.
3. Oraban juntos, la oración en el matrimonio es el fundamento de la
dependencia de Dios en su relación.
4. Asombrados de los milagros, prodigios, señales. En el matrimonio a
veces pasamos por alto los grandes milagros que Dios está haciendo en
nuestro cónyuge, lo opuesto a la paciencia es ira, así que reaccionamos
con falta de respeto en nuestro hablar. Debemos asombrarnos por la
misericordia de Dios en nuestro matrimonio.
5. ¿En nuestro matrimonio qué tenemos en común? ¿Qué compartimos?
¿Hemos llegado a disfrutar del respeto entre nosotros que queremos
contagiar a los demás con nuestro ejemplo de respeto?
6. Los discípulos no dejaban de congregarse, nosotros podemos asistir a
la congregación, al grupo de matrimonios, a los eventos que se realizan
para matrimonios ya que ahí nos enseñan a creer y crecer en Cristo.
7. Los discípulos comían juntos con alegría y sencillez de corazón. En
nuestro tiempo de comer juntos ¿expresamos alegría por estar con
nuestro cónyuge? Le respetamos cuando agradecemos el empeño que
hace para estar juntos.
8. Alabar a Dios, darle la Gloria a Él, por nuestra vida, nuestro
matrimonio.
9. Los demás les apreciaban. La importancia del testimonio. Aquí cabe
mencionar que al hablar con respeto estoy testificando que tengo

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respeto por Dios y por mi esposa (o). ¿Encuentran los demás que me
expreso con respeto hacia mi esposa (o)?

En el libro los 5 lenguajes del amor, se menciona que las palabras de


afirmación son una expresión del lenguaje que demuestra el amor a través de
las palabras.

Vamos a hacer una dinámica para terminar la clase no sin antes


preguntarnos:

Esposa; pregúntese ¿lo que estoy a punto de decir le mostrará respeto a mi


esposo?

Esposo; pregúntese ¿lo que estoy a punto de decir le mostrará respeto a mi


esposa?

Maestros: Darles un tiempo y se digan el esposo a la esposa palabras que


animen a seguir adelante, palabras que expresen el amor, la gratitud,
(anímenlos a que sean positivos, creativos y den el ejemplo ustedes como
maestros primero y luego ellos), es entre ellos las palabras no al grupo.

Maestros: terminar la clase preguntando quién quiere compartir la lista de


palabras que van a poner en práctica y ya saben al final orar.

No se olvidar ENVAR EL REPORTE DE LA CLASE.

Gracias y bendiciones.

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