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Respondo
La pasión es cierto movimiento, como dice III Physic. Por eso es preciso tomar la contrariedad de las
pasiones según la contrariedad de los movimientos o de las mutaciones.
Respondeo dicendum quod passio quidam motus est, ut dicitur in III Physic. Unde
oportet contrarietatem passionum accipere secundum contrarietatem motuum
vel mutationum.
Ahora bien, en las mutaciones y en los movimientos hay una doble contrariedad, como dice V
Physic. Una, por aproximación y alejamiento de un mismo término. Ésta contrariedad es
propiamente de las mutaciones1, esto es, de la generación, que es mutación hacia el ser, y de la
corrupción, que es mutación desde el ser.
1
En sentido filosófico, no biológico
contrarietas est proprie mutationum, idest generationis, quae est mutatio ad
esse, et corruptionis, quae est mutatio ab esse.
Así, pues, en las pasiones del alma se encuentra una doble contrariedad: una, según la contrariedad
de los objetos, es decir, del bien y del mal; y la otra, por aproximación y alejamiento del mismo
término.
En las pasiones del concupiscible se halla solamente la primera contrariedad, esto es, la que
proviene de los objetos, mientras que en las pasiones del irascible se encuentran ambas.
La razón de esto es que el objeto del concupiscible, como se ha dicho antes (a.1), es el bien o el mal
sensible considerado absolutamente. Pero el bien, en cuanto bien, no puede ser a modo de término
a quo, sino solamente a modo de término ad quem, porque ningún ser rehuye el bien en cuanto
bien, sino que todas las cosas lo apetecen. De igual modo, ningún ser apetece el mal en cuanto tal,
sino que todas las cosas lo rehuyen, y por eso el mal no tiene razón de término ad quem, sino sólo
de término a quo.
Cuius ratio est quia obiectum concupiscibilis, ut supra dictum est, est bonum vel
malum sensibile absolute. Bonum autem, inquantum bonum, non potest esse
terminus ut a quo, sed solum ut ad quem, quia nihil refugit bonum inquantum
bonum, sed omnia appetunt ipsum. Similiter nihil appetit malum inquantum
huiusmodi, sed omnia fugiunt ipsum, et propter hoc, malum non habet rationem
termini ad quem, sed solum termini a quo.
Así pues, toda pasión del concupiscible respecto del bien tiende hacia él, como el amor, el deseo y
el gozo; mientras toda pasión respecto del mal se aleja de él, como el odio, la huida o abominación
y la tristeza. Por consiguiente, en las pasiones del concupiscible no puede haber contrariedad por
aproximación o alejamiento respecto del mismo objeto.
Sic igitur omnis passio concupiscibilis respectu boni, est ut in ipsum, sicut amor,
desiderium et gaudium, omnis vero passio eius respectu mali, est ut ab ipso, sicut
odium, fuga seu abominatio, et tristitia. Unde in passionibus concupiscibilis non
potest esse contrarietas secundum accessum et recessum ab eodem obiecto.
En cambio, el objeto del irascible es el bien o el mal sensible, no absolutamente, sino bajo la razón
de dificultad o arduidad, según se ha expuesto antes (a.1). Pero en el bien arduo o difícil hay motivo
para que se tienda hacia él en cuanto es un bien, lo cual pertenece a la pasión de la esperanza, y
para apartarse de él, en cuanto es arduo o difícil, lo que corresponde a la desesperación. De manera
semejante, en el mal arduo hay motivo para que sea evitado, en cuanto es un mal, y esto conviene a
la pasión del temor, pero presenta también un motivo para tender hacia él como hacia algo arduo,
por lo que se evita la sujeción al mal, y así tiende hacia él la audacia.
Sed obiectum irascibilis est sensibile bonum vel malum, non quidem absolute, sed
sub ratione difficultatis vel arduitatis, ut supra dictum est. Bonum autem arduum
sive difficile habet rationem ut in ipsum tendatur, inquantum est bonum, quod
pertinet ad passionem spei; et ut ab ipso recedatur, inquantum est arduum vel
difficile, quod pertinet ad passionem desperationis. Similiter malum arduum
habet rationem ut vitetur, inquantum est malum, et hoc pertinet ad passionem
timoris, habet etiam rationem ut in ipsum tendatur, sicut in quoddam arduum,
per quod scilicet aliquid evadit subiectionem mali, et sic tendit in ipsum audacia.
Luego en las pasiones del irascible se da contrariedad según la contrariedad del bien y del mal,
como entre la esperanza y el temor, y, además, por aproximación y alejamiento respecto del mismo
término, como entre la audacia y el temor.
De igual manera tampoco en cuanto a la contrariedad del bien y del mal, porque al mal presente se
opone el bien conseguido, que ya no puede tener razón de arduo o difícil. Y después de la
consecución del bien no queda otro movimiento sino el reposo del apetito en el bien conseguido,
que pertenece al gozo, pasión del concupiscible.
El movimiento de la ira, por tanto, no puede tener como contrario ningún movimiento del alma, sino
únicamente se opone a él la cesación en el movimiento. Como dice el Filósofo en su Retórica, el
aplacarse se opone al airarse, lo cual no es opuesto contrariamente, sino negativa o privativamente.