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MUESTRARIO DE POESÍA 37 – DOMINICAN STYLE – ALEXIS GÓMEZ ROSA

Alexis
Gómez
Rosa
Dominican Style
y otros poemas

BIBLIOTECA
DIGITAL DE
AQUILES
JULIÁN

Muestrario de
Biblioteca Digital Poesía 37
MUESTRARIO DE POESÍA 37 – DOMINICAN STYLE – ALEXIS GÓMEZ ROSA
2

Dominican Style y otros


poemas
Alexis Gómez Rosa, República
Dominicana
Edición digital gratuita de

Muestrario de Poesía 37
Editor: Aquiles Julián, República Dominicana.

Primera edición: Marzo 2009


Santo Domingo, República Dominicana

¿Qué somos?
Muestrario de Poesía es una colección digital gratuita que se difunde
por la Internet y se dedica a promocionar la obra poética de los grandes
creadores, difundiéndola y fomentando nuevos lectores para ella. Es una
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MUESTRARIO DE POESÍA 37 – DOMINICAN STYLE – ALEXIS GÓMEZ ROSA
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Contenido
Alexis Gómez Rosa: pasión por las palabras / Aquiles Julián 5
Poética 6
Ars poética 7
Error en tiro 10
Plagio 10
Dicen las malas lenguas que soy 11
(En esta tierra de oro…) 12
(Lo dispuso así Dios…) 12
(Una calle sin fin: mas diminuta…) 12
(¡Válgame Dios! Por fin…) 13
(Una pena me embarga…) 13
(Muchos vieron arder la sombra en la madrugada…) 14
(Cerca de aquí se escucharon ayer…) 15
(El día se alarga, se alargaba, añadiendo…) 15
Ferryboat de una noche invertebrada 16
Paraíso interior 17
Ausencia de Guarina Rodríguez 19
(Llueve muy hondo, en voz baja, sin límites…) 19
Matapasión 20
Clandestinos 20
Noche adentro 21
Ojo en vigilia 24
Dominican style 24
Tíguere gallo 24
Test a mentir 25
Museo de una hora nocturna 25
Quita sueño 26
Técnica mixta sobre puente vespertino 27
(Alada mariposa) 27
(Arte poética) 28
(Dios) 29
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4
(…) 29
(3) 30
(por las vías de la página introduciendo…) 30
La unión 30
Si hablo sigan la broma 31
Circulo madre al cuadrado 32
Borrar lo escrito 32
Cuerpo culebro 33
Ex libris 33
Haikus 34
Sextante de noche a sol 35
Melodía en lo mío 35
Café sublime verde y negro 37
Carrusel de los gordos felices y dichosos 37
Oración 38
Son del vacilador 39
Idea fija 40
La musa araña 40
Soledad colectiva 41
Cartón de publicidad 42
Pez on line 42
Campeador de onda corta 43
Forma en tránsito de una fórmula impura 44
Entre ningún lugar y el adiós 45
Espejos que borrar 45
Desencuentro 46
El buen sujeto de la mala conciencia 47
Urbano corazón 47

Atreverse a morir en cada página / Roira Sánchez 49


Alexis Gómez Rosa / Biografía 56
MUESTRARIO DE POESÍA 37 – DOMINICAN STYLE – ALEXIS GÓMEZ ROSA
5

Alexis Gómez Rosa: pasión por las


palabras
Por Aquiles Julián

Lo conocí en los comienzos de la


década de los ´70. Yo iniciaba mi
formación como escritor. Él era parte
de lo que entonces se denominaba
Joven Poesía o Poetas de Post-guerra.

Desde esa época, Alexis Gómez Rosa


destacó por su búsqueda personal de
un tono propio, alejado de los excesos
retóricos impuestos a la poesía por las
agrupaciones extremistas que
buscaban instrumentalizarla como
plataforma de propaganda y aplaudían cualquier desenfreno verbal.

El paso de los años mostró con mayor profundidad el compromiso de


Alexis Gómez con la poesía. Exploró, ensayó, enriqueció su verso, lo
probó en distintos formatos, desde el haikú hasta la poesía concreta.
Respaldó aquel valioso proyecto propuesto por el maestro Manuel
Rueda: el Pluralismo, sumando su talento.

Su trajinar ha ido poblando su bibliografía con libros que muestran su


tránsito, su maduración, su aventura vital.

Su poesía es rica en resonancias, plena de humor y de rejuegos


verbales, pletórica de hallazgos. Posiblemente nos hallamos ante la obra
poética de mayor riqueza y envergadura de la poesía dominicana
contemporánea, sin desmérito del valioso aporte de otros relevantes
creadores.

Y para mayor satisfacción de todos aquellos que le admiramos y


queremos, de todos esos lectores que hemos ido apreciando su
indeclinable pasión por las palabras y su elección vital como poeta, en
los últimos tiempos se ha revelado como un brillante narrador, cuyos
cuentos han ido imponiéndose en diferentes certámenes.

Este es Alexis Gómez Rosa, brillante, incisivo, apasionado y talentoso.


Dueño de un registro verbal versátil y espléndido. Poeta de una
madurez y singularidad sobresalientes. Y nos enorgullece y nos honra
que sea parte de este Muestrario de Poesía.

Aquiles Julián
MUESTRARIO DE POESÍA 37 – DOMINICAN STYLE – ALEXIS GÓMEZ ROSA
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Poética
La palabra viaja y en su propio vehículo se transforma y
recompone con su arsenal de significados. Chata, irregular o
atormentada; inquieta y desgarrante, la palabra da vueltas,
hace piruetas, cordilleras, hasta cuajar en refrán, merengue,
requiebro, jingle, consigna o literatura. De esta última forma
de expresión, el poema ha sido el molde que me contiene: ya
en versos libres, poesía concreta, haikú, o poema en prosa,
modalidad que vengo practicando impulsado por la
reciedumbre de algún propósito mayor.

Toda escritura se me presenta con su camisa de fuerza, su


camisa de prueba. En este sentido el poema es un campo minado donde voy a
desactivar mecanismos, para reactivar o crear otros, para integrarlos. Un
espacio se abre: las palabras se preñan, juegan, transgreden sus fronteras
tradicionales para dar pie al texto que recoja en su entramado la soberana
locomoción de su estrategia.

El poema es, entonces, masa penetrable / envolvente y pulmón con que respira,
en su hibridez, ese cuerpo pulsátil que niega las normativas literarias creando
un espacio nuevo donde prospera el texto/suma del más variado decir. Escritura
en tránsito de formas, el poema (ese cuerpo goloso), se levanta con todos sus
abismos (prescindencia y expresionismo), dejando en el mundo su chiquita
universalidad, como un oscuro temblor, corporeizado en un moño de chispas.
Otra definición, ¡la poesía!, es el espejismo que me refleja. Viaje interior,
destape del que pasa; oráculo del que vendrá.

Escribo entre las palabras de los otros. Dos poemas dominicanos atrajeron mi
atención sobre el poema totalizante a muy temprana edad. "Vlia" de Freddy
Gatón Arce y "Rosa de Tierra" de Rafael Américo Henríquez: ambos
intímamente vinculados a la experiencia surrealista; tradición en la cual conocí,
posteriormente, "Nadja" y "El amor loco" de André Bretón. Esa lectura
(espejo/imán) me hizo poner en perspectiva mi viejo santuario poético (Ezra
pound. T.S. Eliot, Edgar Lee Masters y el Juan Ramón Jiménez de "Animal de
fondo" y "Espacio"), contrapunteados por otras voces de la modernidad y la
vanguardia (Saint John Perse, Henry Michaux, Fernando Pessoa, César Vallejo
y Octavio Paz), con quienes siempre diálogo en mi poesía. Mis últimos dos libros
(New York City en tránsito de pie quebrado y Si Dios quiere y otros versos por
encargo), son polos de una practica moderna de apertura y ruptura,
multicultural y multilingue, en la que asoman las aristas y fragmentos de la
tensión creada en la página, pero cuya dicción (más que suma es resumen),
reordena sus elementos en función de otro lenguaje y otras técnicas que
apuntalan un orden proteico. Poesía y ensayo que se penetran críticamente para
engendrar una escritura nueva (me corrijo: una criatura distinta; reflexiva),
capaz de hacer y decir su propia historia en ese proceso dialógico de fugas y
regresos.
MUESTRARIO DE POESÍA 37 – DOMINICAN STYLE – ALEXIS GÓMEZ ROSA
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Si algo ha caracterizado a la poesía es su carácter plural, en el que coexisten, a
un tiempo, voces diversas que conforman ese coro que sensibiliza y da sentido a
una época.

Dígase, en Hispanoamérica: Vicente Huidobro, Oliverio Girondo y César Moro,


o en la Península: Luis Cernuda, Vicente Aleixandre y Federico García Lorca.
Aquí en New York, lugar sin límites de convergencias y divergencias, la poesía
participa de un canon para la desorientación general en una sociedad
rediseñada como aldea (¡el museo ha salido a la calle!) y en la que el transeunte
(el poeta) se ve obligado a reinventarse en cada paso para orientar su mundo.

New York City


Junio de 1997

Ars poética

Misión del poeta:


atreverse a morir
en cada página

***
La poesía es el acto más lúcido de la política

***
Pensar como hablar.
¿Borrar? La escritura:
es la cicatriz del sonido.

***
Mitad cuerpo de luz, la otra mitad de sombras,
soy en mi osario de letras un manifiesto de sangre.

***
La cabeza me pesa una palabra inhallada.

***
Soy un camino que se anuda
en la podredumbre de su origen.

***
Ábrete los oídos y programa tu lápiz,
como una cicatriz -y es una cicatriz-
erizada en la mente.

***
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Amanecí a lo largo de un pensamiento
dormido en el zaguán de un getho.

***
En las palabras que reúno
está el corazón que se dispersa.

***
Estoy escribiendo sobre la voz el lenguaje de la carne.

***
Sentir la luna es inundarse de claridad,
vivo en la luna, como un paria del desierto
de la página, fundando vértigos, perversidades.

***
El que camina traduce la pisada.
El que habla se corrige a sí mismo,
se suprime.

***
La palabra como una culpa
se queja en el vaso de agua.

***
Ahora lo sé: yo soy el otro, el que vendrá,
esgrimiendo su espejismo, petrificado,
como estoy en el recinto de una luz de tambores.

***
Mi biografía no me pertenece
la historia en que me oculto.

***
Arrecia la posibilidad de no pensar Contra
la pluma la espuma, es vacuidad (exergo),
lo que llena tu imposible ortografía.

***
La noche es al ojo, lo que a la piedra
es el cincel que la dignifica.

***
Mi sombra limita mis movimientos
y pone minas y trampas por donde echo
a correr genealogías.

***
El signo se ha maculado en su mensaje.

***
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Tallado el ojo en la mirada imprecisa,
nunca se talla el ojo en la mirada certera.

***
Está dicho: parado un espejo frente a otro no hay espejo.
Prolonga el vacío su capacidad de blancas conjeturas.

***
Mi cuerpo lo arroja mi mujer, lo vomita su lesbiana.
Algo me huele negro, muy feo.
La poesía: perpendicular es al bostezo de un polícia de tránsito.

***
El tiempo presente de mirar el pasado moviliza el presente.
El tiempo de llegar, más tarde que temprano
a la pizarra de un reflejo, es una meditación.

***
El verso no tiene edad. Empieza superpuesto
a la lectura que realizo.

***
Corresponde a la autoría de Saint-John Perse
el nerviosismo que viene.

***
Entregado el cuerpo al sueño la cabeza continúa
labrando una leyenda.

***
Me he acostado contigo en la cabeza y ya tienes
la dimensión del deseo en la manzana de alto precio.

***
Estoy en el lugar que soy.
Continuidad de la sombra
es el espejo que me transfigura.

***
Lector: yo soy tu espejo y tú mi literatura.

***
Ha vuelto a ser desierto el ofertorio azul de tus palabras.

***
Claror magnético el de la página todo lo aguanta:
la demagogia como al líder, el sarcasmo como antifaz de lo erótico,
la lengua incorregible. La lengua:
única responsable de tus uniformados heroismos.
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Error en tiro

(Haciendo equilibrio entre el


postumismo y la poesía sorprendida)

No te voy a engañar: tú bien sabes que del béisbol


viene el título.
El misterio lo he dejado en una caja fuerte. También
el subjetivismo.
Busco una poesía sin memoria la historia: sostiene
la torre de los locos de la que hago memoria
en tránsito hacia el coro.

(Una carta de presentación con el decir de los vulgares


-decía-que baile un merengue profano en todos
los sancochos).
Nada de cristalería, baratijas, ni fragilidades
de ángeles desterrados.
Los problemas del cuerpo, a la cama. A la poesía
se viene desnudo con los dientes
de leche, incubando los huevos de la fiebre
en la ruta de una estrella gitana.
Quiero una poesía que respire con el pulmón
de Moreno Jiménes,
el aire que le fue destinado a Manuel del Cabral.
Muerte al ángel doctrinario, nada de maniqueísmos.
Lo moral es ridículo.

Plagio
A todas mis hermanas

Me acabo de reír de cuajo se me sale mi madre,


por los cuatro costados del cuerpo.
Con la cabeza, las tripas, el corazón me estoy riendo
y a nadie le debo el desparpajo.
Nunca he sido tan Altagracia como hoy padre
da olvido, desplumándome por el barrio
(157 Street and Broadway), ejecuta un ronco saxofón
venéreas nocharniego, pero esta risa madre?
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Pin pun la mueca, el estallido, el punto de remate
con que me cierro a una, traigo de ti una sombra
intermediaria de comunicación tierra y cielo.
(Para los nacidos bajo el signo de Virgo: te favorece
el No. 14, el 26,
y "cuídate de esa mujer de piel trigueña".
Con tus ojos lo verás con tus manos.
Descaminar la risa, avance quilombos, tragaespaldas
miserable,
y mamá rodando al piso. (Versión original: "y al
unísono mamá, rodando abajo es que me orino").
Cacofonía de la calle (pero cacofonía física),
que termina en una bandeja de fiambre con galletas
de soda.
Dándome contra el imbécil bribón que me camina
(altagraciano), con los buches repletos de comida.

De: Si Dios quiere y otros versos por encargo, 1997

Dicen las malas lenguas que soy


A Cayo Claudio Espinal

Poeta: eso dicen las malas lenguas que soy: un decir


parásito al coro.
Argamasa de música y letras con todos los sentidos,
haciéndole la vida imposible a los buceadores de sueños,
a los enamorados que, en los palcos
de la luna, les desenrollo la lengua y la sacudo.
Bah, dizque poeta, y no poder empinarme en tus palabras
para echar florecitas a ese amor que me dieron
en préstamo.
Ni tampoco llevar, con legítimo orgullo
y sacerdotal desasosiego, el matrimonio de dos cuerpos
por mi poesía.
Error de la benevolencia (¿de cálculo?),
seguro que error de apreciación:
grave, muy grave, en el saludo rotundo que circula
(amantísimo),
lirismo del viento de Long Island.
(Para corazones de capa y espada,
una tonadilla de niebla y alcanfor).

De: Si Dios quiere y otros versos por encargo, 1997


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(En esta tierra de oro…)


En esta tierra de oro,
Yacen, colectivamente,
Los chinos de Bonao: amigos
Del Jefe y del país.
La comunidad cantonesa
En República Dominicana,
Siempre laboriosa y altruista,
Ruega a Dios, todopoderoso,
Por el eterno descanso
De estos comerciantes politeístas:
El oído del mundo.

De: Lápida circa y otros epitafios de la torre abolida, 1994

(Lo dispuso así Dios…)


Lo dispuso así Dios
Y no tuve más que aceptar,
A regañadientes, bajar a la noche
De los elegidos. De modo
Que ya no tendré que devanarme
Los sesos, articulando mentiras,
Ni hacer que todo un pueblo,
Se dirija embobado a Plaza Lama.
Aquí disfruta Efraim Castillo,
El de Los ecos tardíos.

De: Lápida circa y otros epitafios de la torre abolida, 1994

(Una calle sin fin: mas diminuta…)


Una calle sin fin: mas diminuta,
Acogió mis pasos futuristas,
Evaporados, en mi chacabana dos
Lirios.
MUESTRARIO DE POESÍA 37 – DOMINICAN STYLE – ALEXIS GÓMEZ ROSA
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Ahora, ascendido a difunto,
Recuerdo aquellos días de Puerto Plata
El Atlántico, almacenados en la Poza
Del Castillo, como una superficie
Sórdida de gemidos.

Llegado el momento, me tocó, pues,


Entregar mi voz, como en efecto
Entregué, a la inquietud del desierto,
Que no imaginé tan confortable.

Hago constar y certifico


En esta hora postrera,
Poeta Ramón Francisco.

De: Lápida circa y otros epitafios de la torre abolida, 1994

(¡Válgame Dios! Por fin…)


¡Válgame Dios! ¡Por fin
la muerte! Ciñe de la poesía
su diadema. Sobre la mesa
dejo el romance, el soneto y la lira,
para ganar en piedra
o mármol tu homenaje postrero,
es mi tormento mayor.
Así termina y se oferta
Mi obra, de un polvo a otro
Con fin, (¡sálvame Dios!),
Rodeado por el diapasón
De tu lengua.

De: Lápida circa y otros epitafios de la torre abolida, 1994

(Una pena me embarga…)


Una pena me embarga,
Mi hermano,
El día de mi entierro,
No podré contabilizar
Los asistentes.
De: Lápida circa y otros epitafios de la torre abolida, 1994
MUESTRARIO DE POESÍA 37 – DOMINICAN STYLE – ALEXIS GÓMEZ ROSA
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Como espiga llena de luz,


Bajó a la oscuridad
A ilusionar la tierra, la poeta
Soledad Álvarez, hija
De la noche y el día.
Ayer gustó transitar a corazón
Abierto la ciudad, descalza,
Entre el ser y la nada.
Ahora, podrás, caminante
Inadvertido, encontrarla
En cualquier recodo
Del camino.

De: Lápida circa y otros epitafios de la torre abolida, 1994

La tregua de los mamíferos (fragmentos)


Muchos vieron arder la sombra en la madrugada
Del puente.

Casas dormitando su miseria en el río


Después de un nutrido bombardeo… vuelve,
Volvió a ser roble la ceniza:

Piedra caribe
El muro gnomo y la casa de oración…
Abrió luego su pórtico el aullido. Oremos.

Vísceras de menesterosos, ¿quién dijo?


Cartílagos de plástico, fibras de vidrio y poliéster
Por las reventadas vitrinas, hierve la vida
En un oscuro convivio de ratas invioladas,
Colgados maniquíes en desfile,
Frente a mis ojos:
Chorreantes las luces de mercurio.

De: La tregua de los mamíferos, 2005.

Cerca de aquí se escucharon ayer dos explosiones.


―Dios bendiga este hogar.
MUESTRARIO DE POESÍA 37 – DOMINICAN STYLE – ALEXIS GÓMEZ ROSA
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En toda puerta de Cristo, sálvese quien pueda.
Hijos del hombre, ¡Padre!,
Por qué me has desprotegido;
De tu carne a mi carne, hay un grito abandonado;
Retorcidas calles lacrimógenas por casas nudos;

Sombras por árboles abismándose al oído,


Tiembla la luna de los hambrientos.

Flanco derecho del río,


Sale un cuerpo en mi cuerpo,
Flanco izquierdo,
Sigilan los endriagos
Día y noche nochísima en los rostros del tiempo
Sorprendido:
Se cubren las cabezas suplicantes.

De: La tregua de los mamíferos, 2005.

(El día se alarga, se alargaba,


añadiendo…)

El día se alarga, se alargaba, añadiendo


A su guardarropía naturaleza, el zapato de Pedro
Piel y agua;
La casaca Olivero, digamos
Piedra y sol, somormujada en los cascotes;

Casas fueron aquellas que habitaron allí,


Juan carpintero y su mujer tan mucho;
Cheché Demetrio,
Perdido entre sus huesos,
Con leche de bija levantaba la cría.
Aquellas fueron casas cobijadas por hombres
Bajo el sermón de las piedras.

Tierra de luz, estragada, sitiada en lengua


Sarampión de micromitin que lame los hidrantes
De las esquinas,
Otea el Máuser la cabeza que acogerá
Su ardiente plomo (cuerpo y cabeza
De hidra);
La oscura boca del Máuser.
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Ferryboat de una noche invertebrada


Hacia el final de tus latidos,
el ferryboat corta la rosa de los vientos,
entre otras amputaciones y cicatrices
frente a la noche de un solo temblor.
En el ojo izquierdo:
pulso de águila,
guardo pequeñas travesías
que en tu cuerpo se pierden,
y hace olvido,
porque nuevos naufragios
el ojo derecho inicia y te bendice
señora,
por altas planicies
menos mía,
que el vaivén sobrecogido
en tu piel que delira y adormece
los sentidos.
Aprendiz de brujo,
te observo y me extravío
por tu fosforescente desnudez;
más lírica cuanto más te abandonas;
sorprendida,
y en la lengua te anudas
con un prontuario inútil
de sílabas líquidas,
entrecortadas,
como si en ellas se borraran
tus párpados de amarilla enfermedad,
y el mar y su infinito sombrío
que alimentaran
su inequívoco paisaje.

Animal hecho de la materia prima


de la muerte.
Sobre tu cuerpo la noche
avanza mi palabra en el tiempo,
el ferry muge anclado bajo el bostezo
de los astros:
el agua parlanchina
que intercambia el cifrado mensaje
MUESTRARIO DE POESÍA 37 – DOMINICAN STYLE – ALEXIS GÓMEZ ROSA
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de tu elocuencia danzaria.
Mujer,
manantial de niebla, trampa
del paraíso.
Gime tu piel en su castillo
el día,
se levanta intranquilo
ante tus ojos narcóticos
de contracción sedienta, irredimible.
En ellos cabe la urdimbre
de la incontinencia y del desasosiego,
el tránsito del amor en la ciudad
donde sangra,
el sol de tu quimera.

Paraíso interior
Estas palabras pretenden (pretendieron)
ser una carta.
Las concebí y almacené y ahora
las asumo como labios, dentadura, como
lengua vacía.
Una carta cuyo lenguaje
se articula aproximando música y saudades;
testimonios, fugas y desnudeces
de tu ilusión mejor.

Una carta sin fecha porque nació


fuera del tiempo,
en la edad de la palabra
que ilumina el asombro de ver en la Osa
Mayor, un archipiélago donde fundar
nuestro animal deseo:
la carne atada
en los disturbios del mundo.

Lancero de mi batalla interior,


más bien pienso que te voy a escribir
y en su lugar se construyen nichos, cárceles,
laberintos,
o escaleras que remiten
al noveno círculo del infierno,
que acerca sus muñecas violadas,
su perfume podrido.
Si escribiera con palabras,
con lúcidas y sentidas palabras,
MUESTRARIO DE POESÍA 37 – DOMINICAN STYLE – ALEXIS GÓMEZ ROSA
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una cascada de sonidos multicolores


me inundaría como si fueran peces,
como si fuera espuma,
como si fueran nubes
capitaneadas por un recóndito fulgor.
Escribo con el cuerpo allá el ojo
que va y viene,
unísono en el latir
que corresponde a tu ausencia viscosa,
nido de hormigas,
escribo con los días
y la sal de mi condena.

Extranjero ante tu relieve volcánico,


inmarcesible, en ti soy la idea fija
de tus pulsaciones,
el corazón de la hora
porvenir,
babeando una erección
de porcelana.
Estas palabras que pretendieron
ser una carta,
las guardé para desatar
tu geometría, decorar la noche
de tu cuerpo;
las guardé paraíso ultramarino
para reducirme a ese cuello de ámbar,
arrimado a un temblor.

Ausencia de Guarina Rodríguez

Llueve con tristeza sobre las cuatro de la tarde.


Llueve sobre el hueco que debió
ilustrar tu cuerpo de palisandro, inaprensible,
donde terminarán mis manos a horcajadas.
Llueve rápido, ruidoso, con sentimiento de ruinas.
Llueve aquí en mi corazón trapecista,
porque tu credo se mueve al son de otra basílica,
de otras empobrecidas mareas.
Llueve cal, salitre o arena ante tu indefensión
de ultramar, el ferryboat guarda en tus ojos
un arcoiris de gelatina tibia bueno y válido
para el próximo escalofrío.
MUESTRARIO DE POESÍA 37 – DOMINICAN STYLE – ALEXIS GÓMEZ ROSA
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Llueve, y llueve con mucho feeling, de ahí ahí,
entre los pliegues de tus sábanas acalambradas.
(Las sábanas que guardan las miserias
del último inquilino cara de náufrago).
Llueve muy hondo, con consecuencia modulada,
una minuta del verano en tus muslos, en tus caderas.
Llueve un sarampión de agujas ebrias,
imantadas, paralelo a tu sueño deshecho
en cama de tormenta. Llueve de abajo
hacia arriba hasta cubrir tu nombre,
hasta botarlo. Llueve a cántaros entre los hilos
del contestador telefónico, digo el silencio,
la censura, la telaraña. Llueve con mala fe,
con mala leche. Llueve a intervalos nones
sobre una cadena de ceros tautológicos
en el mar de tu angustia sin fin. Llueve a tono
con tu miedo de lagartija de ojos saltones,
saltarines, sal si puedes. Llueve lujuria, delirio,
frenesí: esto da sexo por todas partes.
Llueve en primera persona, en voz baja,
sin límites ni comentarios marginales. Visto
y comprobado el caso, llueve contra tus senos
meditabundos, huraños y convincentes,
que huyen bajo una blusa de pecados mortales.
Llueve ausencia contra el reloj
de arterias imperfectas.
Llueve con prosapia de Caribe aborígen.

(Llueve muy hondo, en voz baja, sin límites…)


Llueve muy hondo, en voz baja, sin límites
ni comentarios marginales. Visto y comprobado
el caso, llueve contra tus senos meditabundos,
huraños y convincentes, que huyen bajo
una blusa de pecados mortales.
Llueve ausencia contra el reloj
de arterias imperfectas.
Llueve con prosapia de Caribe aborigen.

Matapasión
A mi frágil edad
de animal sentimiento,
MUESTRARIO DE POESÍA 37 – DOMINICAN STYLE – ALEXIS GÓMEZ ROSA
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todo, verdaderamente
converge: la razón,
la enfermedad,
la muerte misma.

Por ti perdí la razón


en afluentes lastimeros:
una muerte mecánica,
sin pausas ni horizontes,
me destinaron
como última ganancia.

Sin embargo el amor


que por tus ojos llega
(llegó), luz ha puesto
en la casa
y en la sangre,
haciendo más visible
la oscuridad
que arropa el tambor
de mi agonía.

Centro del mundo


el esplendor de tu deseo,
(d)escribe consustanciado
al olvido,
los delitos de un cuerpo
que ofrece su cabeza.

Clandestinos
Los amantes de mi tiempo,
los de la última tanda,
su amor entrado en carne derramaron
por el otoño dormido, en el otoño
recobrado.

En el trópico íntimo de una playa


nocturna, o en la ilusión de metrópolis
del malecón al filo de la madrugada.

En el huracán sin ruta


de una cita automovilística,
asi en el jacuzzi amable de aguas
efervescentes aún más amables.

En el happy hour del piano bar


del Jaragua su luna, o en el perfume
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acuartelado de un suspiro
en un hotel de chinos.

En el cinema invierno de las 9: 15


allá un film de Visconti6
o en el revival glorioso de una cafetería
de l Conde, de alucinante ideología,
o en el palco rojo de un estadio
de béisbol.

En el tiempo petrificado de un museo


de la ciudad colonial,

o en la planicie litúrgica de una iglesia


de la misma ciudad.

En las convocatorias rock


de la fortaleza Ozama;
dígase igual: en los jazz session
de la fortaleza Ozama.

En el colorido mágico
de las ferias del Parque Colón,
o en las comparsas bullangueras
del carnaval los diablos y la muerte.

Guarida hicieron allí los amantes


de mi tiempo.
Nosotros, los sobrevivientes,
los de la hora del perro,
amor hicimos mordiéndonos la cola,
dejando caer sobre el mar
de lo imposible,
las babitas del deseo.

6. Luchino Visconti 1906-1976. Director de teatro y de cine italiano dueño de una obra
cinematografica cargada de extraordinario lirismo y fuerte denuncia social

Noche Adentro
Noche adentro la mar,
noche carnicera;
espuma y olor de aceite
me amparan, solitario,
en la baranda de Nausica.

Minutos atrás, al camarote


Guarina se marchó; minutos
MUESTRARIO DE POESÍA 37 – DOMINICAN STYLE – ALEXIS GÓMEZ ROSA
22
por delante:
imprevisible
una cascada de gaviotas,
las estrellas, gritos dejaron
en la popa emblanquecida,
como una lenta conflagración
de colores inéditos,
noche adentro:

apareces convertida
en mágico surtidor de pañuelos
(Isadora de niebla),
o en sombra
de un pájaro de la tierra
que avanza a picotear
del corazón
rojos latidos,
que asustados salieran
de un motel de chinos.

Noche íntima, de vidrio,


destilada como en el ojo
de un gato,
maullando el retorno
eterno al suplicio insondable.

Noche irresoluta, de ojos


largos, los puñales, déjame hoy
echar los caracoles.

Graffiti Sombra de Agua

El Hombre ofilia.

Hizo un gesto de piedra


enmarcado en los pormenores
de un recuerdo difuso

El hombre descalza su paisaje

Habitado por lejanas serpientes


el tiempo muerto, el paisaje
regresa en la fotografía
night & day , de un carnaval
febrerista

Ladeada la boina,
Verde una aceituna te resbala
en la boca tonalidades
clorofílicas del verde de tu lengua
desgasta, con su bosque
MUESTRARIO DE POESÍA 37 – DOMINICAN STYLE – ALEXIS GÓMEZ ROSA
23
lluvioso de sentidos,
Como un delito que florece.

El hombre compra su historia


que también le arrastra
en su meollo.

Una historia
de brújula, cabotaje
y astrolabio,
con ciudades de bolsillo
repletas de buzos misioneros,
y vitrinas vaporosas por donde
orea tu fantasía de niña
volandera
que estrena pantalón y camisa
a corte y confección
de Víctor Montás & Asociados:
un anatomista de otro mundo

El hombre crece a su interior.


atormentado, íngrimo, fuente ovejuna,
el hombre recorta su lirismo
meditando del tiempo
fugaces geografías,
por donde babea su amargura
haciéndose una paja con el alma
de Bukowski. (5)

El hombre de la muerte,
rumiante de soledad, en la noche
aciaga, el hombre
destapa su memoria maltrecha.

Organiza su reino, se despide,


ante una mujer sorda y ruín
ahoga en su acertijo
inmemorial.

Sombra de aguas muertas.

(Pírrico espacio del poema)

5.Charles Bukowski. (1920-1994). Poeta y narrador norteamericano autor del


célebre libro de relatos La maquina de follar.

Ojo en vigilia
El niño pintó un huevo
excesivamente real.
MUESTRARIO DE POESÍA 37 – DOMINICAN STYLE – ALEXIS GÓMEZ ROSA
24
El modelo se deterioró con la eficacia
de un dentrífico,
brilla y da protección a sus dientes.

El niño buscó un huevo


y pidió sal.
Blanco sobre blanco
del mantel a la página,
sucumbe
una pobre dieta de aminoacidos
y cereales,
frente a la tirilla cómica de Tom
y Henry.

El niño abandona pradera en mesa


su difteria, sobre un corral
de gemidos.

Dominican style
La casa, de invierno a verano,
es algo más que el verano.
Si la miro de frente,
el azul me apabulla en su proximidad
al rojo, puro blanco destila
en el fondo de la imaginación
27 de febrero.
La casa, muy hermosa
para ser realidad, ya sea de frente
o de perfil, anuncia
las inclemencias del invierno.

Tíguere gallo
Hoy, iluminado en el umbral
que atesora mi vida,
entro a una edad proclive al popular
cáncer de próstata.
Otras enfermedades me adornaron
para otras enfermedades ganar,
exasperado por la gula
de tu amor carnicero.
Había que tener 33 años
para derrochar la gracia de mi enfermedad,
en un mágico polvo de intermitentes
MUESTRARIO DE POESÍA 37 – DOMINICAN STYLE – ALEXIS GÓMEZ ROSA
25
estrellas.
Hoy, que a tu origen de mujer
regreso, medio calvo y desdentado,
sólo tengo fuerzas para decir:
- "Recuerdas"?

Test a mentir
Escribo sombras, muchedumbre,
como se orina, a gatas, frente a Lucrecia,
la enfermera del dispensario médico
Dr. Abel González.
Escribo enfermedades, cosas
de individuos, llorando con una pobre
canción de Hector J. Díaz,
capaz de provocar crímenes hermosos
de páginas amarillas.
Pero Plinio Chahín, por que esta compulsión
loca de poner en rojo y negro,
esos temblores fríos que pertenecen
a Stendall?
Escribo con espíritu de grifo
y me derramo lunes (acicalado
y puntual), como se cumple hoy martes
el misterio líquido.

Museo de una hora nocturna


Acostado sobre la cama leo un libro
de poesía.
El ojo se desplaza sobre una línea
de Santa Teresa de Jesús el ratón
aparece.
Negro y plomizo el ratón
me juega la cabeza, sacando el nombre
de la santa de la página,
para llevarlo detrás
de la consola marrón donde permanece
un buen rato.
Que hará ese roedor
con el nombre sagrado de quien naciera
en Avila en 1515?
Se me ocurre pensar
que, como la poesía de la Madre Teresa,
el ratón ha penetrado en el misterio
MUESTRARIO DE POESÍA 37 – DOMINICAN STYLE – ALEXIS GÓMEZ ROSA
26
sombreando de incertidumbre las páginas
que leo.
Pero no; el ratón no está
en el misterio, sino en un lugar indeter-
minado detrás de la consola.

Lo busqué con mala fe


y esa hora sólo me deparó ansiedad
religiosa;
lo busqué minuciosamente.

Su ausencia me ha devuelto a cierto


regocijo espiritual,
y a la intensidad lírica de la santa.

Quita sueño
Quisiera ganar la enfermedad
que iluminó a Milito: ese mal del amor
que te dispersa en la sangre
con temblores de último cielo.
Milito, que fue paria, tecato, buscavida
insufrible.
Llegó al noveno inning
con su morral de nombres en escalofrío,
cosquilleándole la lengua
intransferible; los nombres de la patria
montonera.
Quién se había interpuesto
en su camino de oscura montería,
a reclamarle noches de abandono
en la vorágine que anuncian
los timbales?
Cerró en cero la noche
y con ella Milito depositó en otra vida
sus ojos pordioseros.

Técnica mixta sobre puente vespertino


MUESTRARIO DE POESÍA 37 – DOMINICAN STYLE – ALEXIS GÓMEZ ROSA
27
El puente que cruza frente a mi casa
une dos muertes.
Un puente majestuoso,
corre ve y dile, de imposible arquitectura.

Un puente: cresta de nubes


contra el Ozama tendido, que abre ahora
su horario de cangrejos y duendes.

El puente sube a nadar y hasta desaparece,


llevándose los carros de concho
y los perros hambrientos los deseos
de la tercera edad,
sobre las aguas
vidriosas del río de los malos negocios.
(Aunque usted no lo crea,
el mismo
puente que atravesara veloz el amor
hacia el banquillo del juicio final.)
Un puente lejano, muy lejano, hecho
de adioses y tinieblas,
se levanta frente
a mis ojos bovinos, estragados,
que se chupara(n) esta tierra los huesos.

(Alada mariposa)

(Arte poética)
MUESTRARIO DE POESÍA 37 – DOMINICAN STYLE – ALEXIS GÓMEZ ROSA
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(Dios)
MUESTRARIO DE POESÍA 37 – DOMINICAN STYLE – ALEXIS GÓMEZ ROSA
29

(…)

(3)
MUESTRARIO DE POESÍA 37 – DOMINICAN STYLE – ALEXIS GÓMEZ ROSA
30

(por las vías de la página introduciendo…)


por las vías de la página introduciendo
inusitados caballos de fuerza.
Lo que se desprende del techo
de un loco y que ahora encuentro inerte
en la boca del teléfono: constituyentes
son del tiempo de mi poesía.
El deseo en trance convertido en carne
de mi carne. El labio A,
censurado por su opuesto a quien ve.

(De “Cabeza de alquiler”, del libro Contra la pluma la espuma, 1990).

La unión
Soldadura de labios.
(El callejón de Regina a la hora none
de los monjes) Soldadura de pechos.
(La noche dentadura de luto en los relojes)
Soldadura de alientos.
(Arrobos del pachulí sus trenzas Dios
la esculpe:
Soldadura de vientres.
MUESTRARIO DE POESÍA 37 – DOMINICAN STYLE – ALEXIS GÓMEZ ROSA
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(Adivinanza: lo que va viene ¿vaivenes?)
Soldadura de sexos.
(El sol declaratorio/ la luna clarividencia)
Soldadura de palabras.
(Caldero de los signos/ el sí y el no del sino)
Soldadura de silencios.
(Las sábanas jinetes/ el viento sacerdote)
Hazlo sonar de nuevo en el gramófono.

Si hablo sigan la broma


Tengo por declarar a continuación,
lo que me baja por el centro de la lengua
impulsado por la memoria inválida.
Lo que vive rumorado en una oreja: toda
la oreja. Lo que se agacha debajo
de la lengua transpira el habla: envuelta
en sábanas de transparencia. Lo dicho
por un labio que en el otro rechina.
El paso del silencio encorvado sobre
párpados abiertos, arenales me avanza muerte
y cerrojo. Lo que circula
entre las líneas del poema que pienso.
Los puntos suspensivos, y aparte,
los asteriscos que no son correspondidos, los signos de
número más, número menos
La carta que reposa en el lápiz
de mi mujer, y que sospecho, no habrá
de alcanzar nunca el blanco y negro.
Lo que se asoma a la cabeza
para dejarme en babia.
La sorpresa que me reserva el camino
que inicio. Lo que llega instalado
en una clave de música (Sentimiento puro,
¿no?/ azúcar). Lo que vibra de noche
para escaparse de día. El discurso
enredado en las celdillas del micrófono,

-¡óyelo!/ fuera de serie. Eso que arrolla

por las vías de la página introduciendo


inusitados caballos de fuerza.
Lo que se desprende del techo
de un loco y que ahora encuentro inerte
en la boca del teléfono: constituyentes
son del tiempo de mi poesía.
El deseo en trance convertido en carne
de mi carne. El labio A,
MUESTRARIO DE POESÍA 37 – DOMINICAN STYLE – ALEXIS GÓMEZ ROSA
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censurado por su opuesto a quien ve.

Circulo madre al cuadrado


Supermarket, aeropuertos, máquinas de coser,
el mundo chico de mi madre el mundo grande.
El mundo ancho de mamá el mundo largo,
príncipe negro, rascacielos, el arte culinario.
La túnica desnuda, corotos, el espejo risueño,
el mundo rojo de mi madre el mundo blanco.
El mundo tierra de mamá el mundo agua,
canta el gallo, la iglesia, es la casa de Dios.
Amuletos, planetas, la piel de los caminos,
el mundo sueño de mi madre el mundo superficie.
El mundo grave de mamá el mundo transparencia,
hospitales, museos, los dédalos del cuerpo.
El mundo macho cimarrón, ¡claro!, los cuervos
del leopardo: ese mundo sincero.

De “Opio territorio”, del libro Contra la pluma la espuma, 1990).

Borrar lo escrito
La mandarina está detenida
en la mirada de Carlos.
En la mesa yace la mandarina
en su equilibrio, la mirada de Carlos.
También el aire
que atraviesa la ventana, y los ladridos
del perro empozado en el jardín:
inmóvil sobre la mesa
como si fuera a operarlo:
la mano quirúrgica si esta fuera
a conocer su existencia.
Desde el jardín de música,
a la ventana errante,
así como a la mirada exacta de Carlos:
la percepción de vértigos
de la memoria. Vale decir:
silogismos, calendario,
galimatías, ¡oh campo magnético del signo!
inmutable, sobre la (ir)realidad
de los sentidos.
MUESTRARIO DE POESÍA 37 – DOMINICAN STYLE – ALEXIS GÓMEZ ROSA
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Cuerpo Culebro
Todo su cuerpo es una ambulancia llorando en emergencia,
el negro bouquet
de su emperramiento abrasivo, echado a correr sobre los
tres minutos
del rojo que alfombra la escalera.
(El rojo león que alberga un no declarado nerviosismo).
El cuerpo entero, hasta el delirio borrado, quedó sílaba temblando
en el aire,
que lo eterniza, manchado por sus contracciones de animal
sentimiento (la gata o la culebra),
volcado en la misantropía de un lunes. Un lunes cualquiera
con su torva muchedumbre de gentiles y gentilicios.
Más nada logró aplacar esa vidriosa pasión contra la razón
estrellada;
esa querencia de arácnido evolucionando en alacranes y en
tijeretas de alacranes.
El corazón no le dictó cosa buena: «Otro día habrás de nacer,
bañada por la sangre que pueda en la tierra repetirte»,
escuchó decir a la voz de los astros, en la emisión dominical
de la Radio H.I.Zeta.
Lo demás, es materia de testamento convertida en noticia,
gracias al generoso patrocinio de la Compañía de
Seguros
San Rafael, igualmente en noticia convertido.
En vida se llamó Conchita Navarro. La vi crecer en mi sangre
y en la lengua, tenía ya el vuelo
en contumelia de la palabra invertebrada.

Ex libris
Una vida llevo echando páginas para la izquierda.
Versos altruistas, misericordiosos, con mucho sentido
patrio en agrio naranja;
páginas que atravesaron
los mares y las altas montañas,
para concentrar
–palabra en el tiempo–, el subsuelo animista
de la experiencia cósmica.
Mucho he leído lo que guardo
de Grecia en la memoria, lleva Roma sapiencia
en sus corceles.
Elocuencia de la espada
y las letras sus hazañas consagran;
sombra de gemido en la sangre.
MUESTRARIO DE POESÍA 37 – DOMINICAN STYLE – ALEXIS GÓMEZ ROSA
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Hacia la izquierda levanta el corazón
su cargo de conciencia.
Pesados bloques de letras
de la selvática prosa, avanzan su doctrinaria red,
su entramado de luces, en campo fértil de la gris materia
sabias ideas.
Acrobacias del signo, grafismo,
pirotecnias verbales, se agolpan a la izquierda se alarga
la página en su mutabilidad cercada,
escolios exornan
al texto pensar la mortificada escritura.
Hoy, como ayer, cuarenta años después, 1967,
la poesía,
entre mis libros, memoria guarda del fuego.
El tiempo es ese fuego por el que habla la poesía.

Haikus
1
Carambano, si,
el de la luna ciega,
lamen los perros.

2
Ebrios caminan
dos hechizos:la luna
y quien le canta.

3
La noche blanca,
enjaulada de trinos,
desborda sombras.

4
El ojo salta,
muchedumbre, tallado
en su delirio.

5
Gota de semen
sin nombre, por favor,
no me repitas.

6
Anda un tema
por la luna. Lorca,
dejalo hablar.

7
MUESTRARIO DE POESÍA 37 – DOMINICAN STYLE – ALEXIS GÓMEZ ROSA
35
Llevo, al solar
de tus dias, mis latidos
que nadie uso.

8
Sale un barco,
ahogado, en un dolor,
de pañuelos.

9
Orejas de trébol:
escucha en mis pasos
percutir la sangre.

10
Caballito de mar,
en cual naufragio
dejaste tu relincho.

Sextante de noche a sol


Congeladas las manos y los pies y la cabeza en flecos dividida.
Unos contra otros apiñados. Los unos sobre los otros en las alturas.
El cielo se desploma transformando su azul en melodía de pífano.
El lago, carcelero, retiene la mirada de Dios imantada en la escarcha.
La hora manda un whisky y prevenido en el desgarrón del ahora.
Meditación : contempla arcos y escaleras. La luz catedralicia desova colibríes y
gorriones.
Tanta belleza me azora y enloquece. A eso (¡por Dios!),
hay que sacarle el cuerpo.

Melodía en lo mío
El día se origina en un plato de arroz con lentejas
y costillitas de chivo.
Para mis compañeros de oficio (obsedidos por el colesterol
y la vitalidad sexual), el día
no termina de crecer, a pesar de su hinchazón al voleo,
proveniente de las masas de gas, sin riendas de las nubes.
Es miércoles cimarrón dotado de un especial encanto,
gasolina y merengue,
frente a la carretera que nos conduce al cielo de Sosúa,
y al infierno (no menos celeste),
de la finca del comodoro Williams.
Agua y cocoteros en azul turquesa recortados por la brisa
MUESTRARIO DE POESÍA 37 – DOMINICAN STYLE – ALEXIS GÓMEZ ROSA
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que aleja las montañas.
(Isabel de Torres, como un ojo del tiempo,
en protección de los bañistas, ilustra el viaje que ya gana
las tierras de Río San Juan).
Agua y cocoteros a lo largo del ojo enardecido.
Casas meditabundas que son nudos en la carretera desatada,
y en sus frentes, unos hombres huraños,
negociando mas allá de las petacas d carbón, la ingravidez
de su delirio.
Sin caminar nos desplazamos: el humo del veguero,
los percherones; el humo pecho del veguero cabeceando
en su arcádica lentitud,
el día estalla en su planicie nemorosa.
Las horas se iban almacenando con el mismo tic nervioso
como si fueran a parar a un frasco
(Un retrato se forma el paisaje de una verde
ilusión, la luz como el sonido venidero).
El pasado ahora suma unos minutos cuya conquista
pertenece al futuro, sombra y transcurre.
En esta hora se dan cita un gajo de sol, el temblor
del colibrí, y la fanfarria de la guayaba y el níspero.
Mi cuerpo se tiende en la sensualidad de lo efímero,
y se deja preñar por todo aquello que a la cita
dice presente.
Galope sordo, infecundo, por la gradería oriental, galope
ciego. Yunta de bueyes,
narigones, arrastrando un sol cardenalicio
por los atajos que abrevan en Charco Largo, mitigan
colores los arrayanes en primer plano:
desdibuja el labrador su fe de hondo cielo.
Este debe ser uno de los rostros de la felicidad, otro,
debe llamarse Bárbara:
la mujer que me confirma en su llave.
Dentro de unos instantes habrá de crearse el fuego;
y con él la cocción y bendición de los alimentos,
acercará nuestras voces
en un solo corazón, lavado por el verdor de marzo.
La casa ha recobrado su sentido y por el sueño,
los cuerpos se anudan por el suelo, se anulan,
en la mordaza de fugas y regresos.

Café sublime verde y negro


MUESTRARIO DE POESÍA 37 – DOMINICAN STYLE – ALEXIS GÓMEZ ROSA
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A Miguel Alfonseca, René del Risco.


A Efraín Castillo.

Pero una cosa es con violín y la otra es con guitarra.


El ladrillo: rojo picor los ladrillos, sirven de marco
al tumbe de rápidos carteristas.
Súbita emoción, y en las niñas: hubo pánico de vivir
el goce de la mano en el trasero.
Luego las pobladas y los altibajos monetarios
y de la economía,
añaden un nuevo ingrediente en los mentideros de líderes
y patriotas.
El polvo en las orejas, correrías, en la política
de El Conde, y las manos que regresan del Rialto
por el sexo, abriéndome en todo el ojo,
a los espasmos de una ética piadosa.
De un lado a otro (difícil resulta determinar su procedencia),
el Volkswagen negro, al pasar,
se lleva mi pensamiento de las cuatro
menos cuarto, a sabiendas
(Manolo Tavárez, Severo Cabral, Rodríguez Echavarría,
Juan Bosch), de ser otros los símbolos
que difunde la radio, en su galería de afamadas estrellas
de la canción.
Aún exhibía mis pantaloncitos cortos y coleccionaba
cangrejos
que del Ozama subían (suben), a mi infancia
de trompos y chichiguas.
Lo de las domésticas fue posterior. También el berenjenal
de la guerra y la poesía.
Tremendo jaleo el que se armó
durante esos días con sus noches (las más ricas),
desenrollando el ojo por la cuesta de la calle Hostos
a la Luperón, hasta el remate de una bandeja
de frituras.
Engorde, caríjole, engorde, en emulación del vecino,
y que a ninguno de ustedes mal le cuadre.

Carrusel de los gordos felices y dichosos


Apiñados en el rencor de un tufo camicero, tragan
en seco, los insaciables golosos.
Redondos (no es una metáfora), pero redondos hasta el fin
de la cuesta,
MUESTRARIO DE POESÍA 37 – DOMINICAN STYLE – ALEXIS GÓMEZ ROSA
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dan lengua los gordos mordiendo en el vacío,
el pato asado que impone su vuelo
y el cuá cuá nos recuerda...
Se lamen los dedos y en el ombligo escarban, con mucha
nostalgia y poco sentido común;
su infancia inalterable (coma),
con mucho sentido del gusto reducido al paladar
impostergable.
Me place verlos merodear la vitrina pomposa
de un rojo pequinés.
Rodar naranjas, botellones. Rimar la circularidad
con lo absoluto.
Tengo el firme convencimiento de que Botero los echó
a andar, con la visible complicidad
de Teté Marella,
y en súbita venganza contra la pequeña humanidad
que me habita: los gordos bacanales, levantan
sus ojos de un momento.
Gruñen y se comen las uñas y se rascan el culo
muertos de risa. Y un dedo les sale por un hoyo de la nariz,
diciendo sí, diciendo no.
Y como si pertenecieran a un combo, visten de blanco
y negro marchando uno tras de otro.
Sé que esto no suena muy creíble, ¿cierto?
Ni yo estoy aquí para cantar verdades.
Además, no se imaginan ustedes lo mucho que gocé la función
caravana, hinchado hasta el delirio,
con más miedo que vergüenza, pobrecito de mí.
(Apiñados los gordos, cuente los paseantes, aire le falta
a la respiración del día).

Oración
El mercado es el mercado y en él compro.
El mercado es el mercado y en él copulo.
El mercado es el mercado y en él vendo tu alma al diablo.
En el mercado soy la espuma en el vaso de cerveza.
En el mercado soy la máscara que ausculta los mundos interiores.
En el mercado soy la botella en la marea de tus pulsaciones,
haciendo girar basílicas y obeliscos del siglo XXI.
En el mercado no hay más mercado, se vende la vida.
En el mercado me abro al viento Sur como al del Norte.
En el mercado grito y blasfemo y esas pulcras palabras,
recrean la opípara mesa de la última cena.
MUESTRARIO DE POESÍA 37 – DOMINICAN STYLE – ALEXIS GÓMEZ ROSA
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Son del vacilador


Ojerosa, la calle, en el crudo meridiano al sur del Bronx, le salen como ganglios
y cerosas
membranas.

Los carniceros, en la esquina, meditan en un cuchillo el reporte meteorológico


de que habrá
Nieve. Los bodegueros, rumiando entre las uñas la ganancia, celebran el
paso
arrocero de la nieve.

Y los mecánicos, carteros y zapateros, programados en lustrosa lujuria, dejan


escapar sus
ojos entre apretados glúteos en la nieve.

Buhoneros y come ojos y chulos trafalmejas, imponen contra reloj su lotería, en


un minuto
impuro de nieve.

Los santeros de la lechuza con su mágico herbario, protegen las almas


desahuciadas que
orillan la nieve.

Tecatos, rufianes, gariteros, dispútanse un cliente que vacila en la noche caen


seis pulgadas
de nieve.

Los bomberos y policías: custodios twenty four hours del inmaculado tesoro de
jardines y
veneros, desandan -perseguidores- las huellas del delirio esparcidas en la nieve.

Los camareros, ¡ah, los camareros!, con mejillas de nalgas infantiles, sonríen
por acción
dentrífica semejante a la nieve

Las estilistas de belleza, como voluptuosas odaliscas, como gatas, ira ponen en
las pestañas
que mueven intermitentes en la nieve.

Los pastores adventistas (¡santísimo!), oriundos del mismo dogma por el que
negué la fe, la
conmiseración reparten cubiertos por la nieve.

Los automovilistas y ciclistas (no podrían faltar), celosos de la blancura del


tiempo,
aceleran el vértice (da igual, extreman el vértice), que hace la muerte más nieve.
MUESTRARIO DE POESÍA 37 – DOMINICAN STYLE – ALEXIS GÓMEZ ROSA
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Salseros y magos (ojerosa esta la calle al sur del Bronx), madrugadores del
olvido, a la pista
salen fortalecidos en el espíritu de la nieve.

Idea fija
Entregado el cuerpo al sueño la cabeza continúa labrando una leyenda

Con espíritu de mujer negra y cuerpo de viento antillano, al lado mío, arrambla
en su
vigilia, la noche con su carnaval de espejitos. Noche del diablo y su
hermano,
albaricoque. Noche latigo y campana en la pleamar de su lamento.

Así, como la idea que avanza y engorda y en fiebre se convierte. Como la flecha
orgullosa
que repetidamente hace blanco en la esfera, he contraído una noche que
es todas
las noches (Borges), por la que se desprende un nerviosismo envuelto en
una
imagen bifronte.

Dos expresiones: rostro de buenas tardes y nomeolvides, habilitando viajes de


ida y vuelta
por los relieves de un sueño en el que no sobrevivo a su bestiario. Mujer
diosa de
los condenados, -lugar común- en el que todo animal abreva y fija sus
raíces.

Me he acostado contigo en la cabeza y ya tienes la dimensión del deseo en la


manzana de
alto precio. El bosque todo paraíso en tu árbol. La luz (de fibras
acanaladas),
arrastra en su lengua el cortejo de las moscas.

La musa araña
Me baja tu corazón en abundancia de lunas.
(Dando golpes en el techo de la muerte, en las esferas
bisiestas, por donde corre un animal sietemesino,
llorando incontenible en su equinoccial romanticismo).
MUESTRARIO DE POESÍA 37 – DOMINICAN STYLE – ALEXIS GÓMEZ ROSA
41
En mis manos está tu corazón: es una verdad a medias.
Tiene manos tu corazón de terciopelo las uñas:
es una verdad absoluta.
Una sentencia, como una ambulancia, ha dejado el celaje.
Un espacio, como una sala de espera, se va llenando
de una flema en emergencia.
Ha vuelto a ser desierto el ofertorio azul de tus palabras.
Musa del mercado. Una calle, a la estación ferroviaria,
inexplicablemente se cierra en torno a un grito.
Como tu corazón me baja el sueño: siete horas
de intermitencias.
(En la cama: lunas al amanecer y si te ausentas,
medallones de niebla en el lecho huracanado.)
No. Más oscura no pudo ser la realidad.
Y de echar una mirada en retrovisor perspectiva,
lo vivido a su vera,
tienen el color de los lentes de Stevie luscu.

(De New Cork City en tránsito de pie quebrado).

Soledad colectiva
Este poema cargado de voces
no es un árbol.
Lo he hallado en el aliento
de un perro callejero,
es un árbol,
que ignora el miserable lugar
de sus raíces.
(¡Fantástico¡
-cómo no ha de ser?).
Este poema
ha crecido a orillas del Harlen River
como un buen árbol,
-dicen que mueve
sus frutos y linternas en el vagón
de un silbido…
Esta voz,
estas negras palabras
que a nuestra casa regresan.
Me traslado a otro silencio.
MUESTRARIO DE POESÍA 37 – DOMINICAN STYLE – ALEXIS GÓMEZ ROSA
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Cartón de publicidad
Soy hombre de mingitorios callejeros.
Su olor varonil vende más que el drugstore
más cercano, soy una musaraña que organiza

su teatro. Ilumino el entarimado y baño al público


con sangre de gallina en la sangre.
Soy hombre de apaga y vámonos.
La mochila en el pensamiento. A decir verdad,
la mochila en los malos pensamientos,
soy una ¨guira en trásito a una orquesta de cámara.
Palabras ue traen palabras,
la música de alquiler contra viento y marea,
soy un virgoniano bajo el signo de escorpión.
Todos los signos reúno bajo el signo de escorpión,
soy una página luscuamperfecto
desprovista de todo lo perfecto.
En la columna izquierda los verbos auxiliares,
los verbos auxiliados en la columna derecha,
soy una especie de arqueólogo del sueño.
Mitad cuerpo de luz, la otra mitad de sombra,
soy en mi osario de letras un manifiesto de sangre.
-Quién ha puesto a secar el alma en mi recinto?
Soy un camino que se a nuda
en la podredumbre de su origen.

Pez on line
Te miro (niebla en la recámara como en la noche azogue),
desde la pelvis semejante a un paisaje lunar,
aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaacuarto menguante;
te miro ida y venida en la blancura inhóspita; blanco sobre
blanco al ojo le viene insoportable.

Duermes o finges dormir arrinconada en el decúbito


de tu almanaque mensual,
aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaloca por teñir de carmín ese páramo
de luna ebria (la novia tísica de los postumistas), con sus fallas
y estrías las sábanas que lavanda te acogen.

Has llegado con ese horrible uniforme de policía fulero:


el subrayado es mío;
aaaaaaaaaaaacon tantos kilómetros amarrados a ese peregrinaje
de horizonte barroco y cielo abierto,
aaaaaaaaaaaaaaaaaaaque puntualmente almacenas en tus zapatos.
MUESTRARIO DE POESÍA 37 – DOMINICAN STYLE – ALEXIS GÓMEZ ROSA
43
Estás ahí cual la hiedra (es un bolero); como una piedra,
una gema, acurrucada en la cama triste y vacía,
tu cuerpo;
aaaaaaaalo vi antes caer por el muslo impecable que termina
en cinco dedos petardos de lascivia estridencia.

Lo había escuchado hace tiempo. En esos pies pequeños


que hacen frágiles huellas,
aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaase anuncia el muérdago insomne
de una enrojecida querencia.

Allí tiene la pasión en la boca del estómago, una culebrilla


nerviosa que nos abre todos sus abismos,
aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaapara permitir pasos
de gato a horas negras y amarillas.

Pero ya ven ustedes cómo me pierdo en mullidas disquisiciones,


sin ton ni son, corazón;
aaaaaaaaaaaaaaaaaaaate miro a soga corta, como de costumbre,
y la respiración se me hace una tolvanera de oscuras vellosidades,
de picante olor a selva profunda, reptando
por ese trópico ámbar donde la espalda pierde el nombre.

Te miro largo y tendido y es tu dormir esponjoso,


a todo pulmón, inalcanzable.
aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaUn dormir apretujado,
como de abeja, creciendo de manera minuciosa, con malicia,
como de piedra:
aaaaaaaaaaaaaaatus pechos llenos de cielo
que a otro suelo de lengua, labios y dientes llenos conducen,
tus pezones en línea suben y bajan las estrellas.

Te miro sin ojos, al rojo vivo, en la cima de una urticante


pimienta (otra sentencia):
aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaacrea su cuello de botella
inaugurando en la garganta incurable, las ruinas de un deseo
habilitado para encampanar la voz a lo más hondo.

Campeador de onda corta


Voy articulando el poema.
Cambiando sombras por botellas,
sordo, como un policía,
que ha perdido su infancia
con el primer muerto de su oficio.
Asesinar el poema, la madre.
Ir borrándolo hasta que surja el otro:
MUESTRARIO DE POESÍA 37 – DOMINICAN STYLE – ALEXIS GÓMEZ ROSA
44
el texto innumerable (tintura
de mis días), el rostro
palimpsesto. Apostilla: ir contra
la página como contra sí mismo.
El poema ensamblado, relojería,
proveniente del plagio,
se busca un padre honesto.
El poema espontáneo, complaciente,
orillador de fórmulas:
pobre cantar de ciego.
Ingeniosidad versus ingeniería.
Está bajando sangre por mis letras,
vísceras y testículos.
La poesía: es el acto más lúcido
de la política.
Abierto el ojo, tinta sobre tiza,
amplificando el sonido
de las esferas terrestres.

Forma en tránsito de una fórmula impura


Propicio a la poesía es el tiempo del olvido.
Me ha llegado en el mejor momento: avanzada la calvicie
y el miembro de preñar, el miembro de hacer venir,
a la espera de un examen de diabetes.

El resultado importa poco a mis años, equilibra el corazón


una ruma de grageas. (Cuerpo ñoño, errante,
en el berenjenal del día por día, el cuerpo que se aleja).

Propicio al tiempo del poema es el encabalgamiento


polidireccional del sentimiento colectivo.
Salta, a la vista, una marea lujosa de intraducibles labios
del Leteo, devorando, a ininterrumpido ring ring,
las ilusiones del marketing guarda tu piel un torrente
febril de silicona, marcando a marcha tendida,
la periferia textil del abrazo: puro cigarro a mi olfato.

Propicio al tema del olvido es el tiempo de autófago


que el propio olvido ejercita.
Me acuesto Alexis y me levanto ¿quién soy?, de madrugada,
suplicando un sorbo mudo de leche compasiva,
en esa línea horaria en que los hombres se afeminan.

De pronto el amanecer llega, intonso, con sus bidones


y cencerro. Entonces, con sus grilletes y picaporte,
el amanecer borra y todo se pone rancio, color de hormiga
MUESTRARIO DE POESÍA 37 – DOMINICAN STYLE – ALEXIS GÓMEZ ROSA
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aaaaaaaaaaa enemigo.
-Aires y noticias ruidosas del tiempo presente.

Entre ningún lugar y el adiós


Lugar entre ningún lugar y el adiós es este,
donde se origina una ruidosa intersección de colores
en fuga, donde cruzan trenes aéreos hacia una remota
estación de la luna: eso parece; luna prenatal,
caracolera, similar a un derretido de queso.

En este lugar, que no es ningún lugar sino un temblor,


brota un ramillete de ojos chequeando el movimiento norte
como el del sur (particularmente este último, que suena,
en cuerpo nuevo, con un lujoso estremecimiento
de caderas): movimiento gordo, movimiento húmedo
de prometer: meter, éter glorioso que avanza
(odorante), a conquistar azules geografías.

Hora: en este ahora que desborda su aquí descabezado,


contemplo el humo en que lentamente te conviertes
-eres ya historia patria-, porque así estaba escrito
la noche residual de los insomnes varones, amontonados
en la capilla del alma inaprensible.
De mañanita: hombres y mujeres en cueros
Dios los trajo al mundo, en un lugar muy lugar
del cual no guardo memoria, repite la noria
su invencible costumbre.

En este lugar, desplegado a minuto en su inexistencia,


una maraña se abre mi cabeza en dos pedazos
hambrientos, traspasando, de un hemisferio
a otro, la horrorosa masa de sentidos: sudoraciones,
agrios fluidos de ingles y entrepiernas me hacen
torpe la boca; desarmonizan la madeja verbal
que retinta en los labios, la comisura del deseo.

Espejos que borrar


El espejo me aburre su lección de semejanzas.
Desde afuera, con la navaja, lo borro sin tocarlo.
Al espejo que discurre le superpongo un espejo
estacionado.
MUESTRARIO DE POESÍA 37 – DOMINICAN STYLE – ALEXIS GÓMEZ ROSA
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Lo borro con ternura facial de llanto intransitivo.
Le miento sacándome la máscara favorita de mamá:
aquella de septiembre dos de mil novecientos
cincuenta.
El espejo que sonríe no es el espejo que me reparte
en fragmentos.
Al primero le doy los buenos días,
y el segundo me declara su imposible.
Está dicho: parado un espejo frente a otro
no hay espejo.
Prolonga el vacío su capacidad de blancas conjeturas.
Así, escribir espejos de agua con el hilillo Huidobro
de una sombra.
O subscribir espejismos con la piedra que deja el agua
al secarse.
El espejo que me busca se demora en una imagen
rupestre.
Cavernícola hasta la próxima piedra, algo nuboso,
me veo empañado en el tambor de un horizonte.

Desencuentro
¿Y el cojo? ¿En qué aire abandonó
su pierna?, ¿en qué zapato regresa?
Ensartando vacíos, remolinos, donde
antes había carne, huesos,
membranas,
un pie danzante.
Siento el percutir de las horas
goteando en el oído del mundo.
También un galope unánime, ascendiendo
pedradas, los enanos.
Todos vuelven a ser coro.
Todos se llenan la boca de espagueti,
ensayando duendes, federicos,
entro a la nada en la que acontece
una ventana. Saltan allí mandíbulas,
cojeando, la palabra que consagra.
Ombligos de primerísima emoción
hacia la funeraria y el templo,
resulta verdaderamente atractivo.
¿Quiénes encaminan miradas
a continuación del sol visionario
de los ciegos?
Lo visto transmigra y se abulta
en calles y anexos.
La vista se angosta e involuciona
MUESTRARIO DE POESÍA 37 – DOMINICAN STYLE – ALEXIS GÓMEZ ROSA
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puertos, altos azules, a curricán
de veloces estrellas.
Mi cuerpo lo arroja mi mujer,
lo vomita su lesbiana. Algo me huele
negro, muy feo.
La poesía: perpendicular es al bostezo
de un policía de tránsito.

El buen sujeto de la mala conciencia


Qué cosa: un loco se está mordiendo una oreja en el espejo. A
dentelladas limpias se devora las cuatro letras de su nombre.
Se muerde una mejilla, la nariz, que termina en puente de cotorra
por donde pasan los disturbios de su mundo interior.
Aletea ilusionado: loco suma gorgojos. Aletea sangrando a profusión
en una mezcla de mucosidad y fétido humor, riendo con lágrimas
larvas que evolucionan mariposas.
Ríe a la muchedumbre de curiosos afectada de solemnidad Kodak,
obsedida por la barbarie.
En la mano izquierda el corazón (aún latiendo), en su ordinario
papel de mal romanticismo, le dice cosas y se asusta al callar
otras.
El loco de la 169 street engulle con grandes mordiscos sus tripas Su
miembro viril succiona, desesperado, hasta hacerlo esculpir largas
blasfemias, provocando oleadas de vómitos y náuseas, oleadas
de aceite.
Ya doblado sobre sus rodillas: mapa de arterias, hígado y riñones, lo
conducen a completar su antropofagia convencido de finalizar
(muerto de risa), con los siete días de la creación, ¿existe?, ¿no
existe?
Abandonado a suerte y verdad, en plena calle, présago de su historia,
lo espera el cuerpo errante de la noche.

Urbano corazón
—¿Te acuerdas, viejo, del pipicito cívico?
(De un diálogo familiar)
La tarde, en las esquinas, se olvida de preparar la noche.
La tarde rítmica (lo que es más lamentable),
se olvida de proponer a la noche planicies o relieves,
y en la glorieta del parque Independencia
nos quedamos, infelices restauradores de la tarde.
(Déjame decirlo más claro:
infelices restauradores cívicos de la República).
MUESTRARIO DE POESÍA 37 – DOMINICAN STYLE – ALEXIS GÓMEZ ROSA
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Teoría simple. En el mar de la dialéctica: teoría
compuesta.
A flor de labios la diatriba, clavada en un epíteto,
la imagen de quien colgó la sombra de un silencio.
Altos cambronales y el campeche:
no sirve para el carbón del campesino.
Por el litoral norte la ringlera de tiendas de campaña.
El polvo-culebra, venenoso, en el rumor verde olivo.
En el litoral sur:
el mar en su erotismo despliega las velas
del deseo en la escollera: litoral de luces de bohemia.
¿Cómo no cortar la rosa de los nombres?, ¿cómo cerrarme
al sueño, viejo carcamal de tantas noches
derramadas en un vaso?
—Conozco la historia de los moradores de esta villa.
La gorra tipo Charles de Gaulle, sobre la mirada analítica,
nos preserva de una eventual claudicación,
nosotros los pequeños burgueses.
Avanza el golpe de Estado en los pies del canillita
que vocifera: “a Dios gracias”.
(Carros de asalto, muchedumbre, proclamas de reafirmación
cristiana). Avanza la noche
como un solo cartel de Ramírez Conde o Silvano Lora:
aborto de ojos cortados para un.vernissage surrealista.
La poesía se hace en las calles (mañana, frente al baluarte
de El Conde...) la palabra de los restauradores:
teoría simple; desencadenado el verbo, desencarnado:
teoría con puertas. ¿Quién entra?, ¿sales?
La poesía cívica, como el amor de Pigmalión y Galantea,
se encuentra en el mercado de las pulgas.
MUESTRARIO DE POESÍA 37 – DOMINICAN STYLE – ALEXIS GÓMEZ ROSA
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Atreverse a morir en cada página


ALEXIS GOMEZ ROSA
o la entrega hecha poesía

Por Roira Sánchez

¿Cuáles características definieron su formación literaria?

Como hijo de la generación del 60, toda nuestra cosmovisión del mundo en
relación con la literatura y la realidad que la sostiene se produjo “sobre la
marcha”. (título del primer libro de poemas de Norberto James que, a la vez,
refleja la una de las características más visible de la época: la improvisación). En
el bachillerato, con los amigos que posteriormente me acompañaron en el
proyecto literario del grupo La Antorcha, fui definiendo gustos y afinidades de
una vocación que con los años ha cobrado perfiles muy particulares en su
ramificación y complejidad. Yo te diría que comencé a hacer camino al andar
intercambiando libros, discos, nombres; visitando las vacas sagradas del
parnaso: poetas mayores de menor cuantía y, en ese largo camino de búsqueda
insaciable y sed infinita de un ideal de belleza, fui consolidando mi formación
artístico-literaria entre los huecos y desatinos de una gran insuficiencia.

Bueno, has escrito fundamentalmente poesía; ¿pero has tenido


algún acercamiento a otro género literario?

Sí. He trabajado narrativa y crítica literaria y de arte. Publiqué algunos ensayos


en periódicos y revistas del país y del extranjero: los ensayos de una imposición
académica. Recientemente obtuve el primer lugar de un concurso de cuentos
auspiciado por la Secretaría de Cultura con el tema del béisbol, titulado: “The
real thing”.Tiempo después, poco tiempo después, obtuve premio en el
Concurso de FUNGLODE con el cuento “Oir y nada decir, una mañana”: los
cuentos de un mal endémico. Allá en el barrio todos eran cuentistas.

Participé con dos relatos que forman parte de mi libro Mesa culpable: una obra
en la que vengo trabajando desde mis días niuyorquinos y que, al igual que la
poesía, no busca hacer concesiones a un gusto huero y acartonado.

¿Con qué género literario se siente más cómodo escribiendo?

Para mí el trabajo de literatura es uno sólo. Por ser un acto de lenguaje no


establezco mayor diferencia entre hacer poesía o cuento; analizar un hecho o
MUESTRARIO DE POESÍA 37 – DOMINICAN STYLE – ALEXIS GÓMEZ ROSA
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formular tesis desde el ensayo. Se podría decir, incluso, que la narrativa se ha
convertido en el espacio donde revientan otras manifestaciones del lirismo: allí
la poesía ha ganado pulmón; respiro a mis anchas. Si antes la escribía (la poesía)
pidiendo permiso entre un verso y otro; ahora, cuando narro, la siento brotar
con la elocuencia de un poderoso caudal. Escribo siempre con vocación de
desafío, de apuesta. De ahí que me niegue a repetirme abultando de libro en
libro un currículum que ahoga el valor real de la escritura.

¿Por qué lo inquietó la poesía?

Si se puede hablar de un género literario en Santo Domingo es de la poesía.


Desde la escuelita hogar y las veladas dominicales, en una primera edad, el
género a través del cual todo se canalizaba era la poesía: el amor y el desamor; la
patria y sus héroes; la vida y sus imponderables. Es el género de mayor tradición
en el país y, por tanto, hay más poetas en él que trabajadores en la nómina del
Estado, que es mucho decir. Y es que a falta de radio, poesía; a falta de televisión
y cine, poesía; para matar el tiempo, poesía. ¿Me explico? Para los políticos
inseguros, los cortesanos del poderlos solitarios, los tímidos enamorados y los
pobres publicistas de frases enlatadas, el remedio es el mismo: poesía, la señora
poesía que se levanta la falda todos los días.

¿Cómo está la poesía dominicana en comparación con la escrita en


otros países de lengua española?

La poesía dominicana vista en el ámbito de la lengua castellana goza de muy


buena salud, en el decir de muchos. En el decir de unos pocos padece por la
ausencia de oxígeno y vitalidad creadora. Es cómoda, gratuita, repetitiva y no se
inquieta en ensayar nuevas formas y procedimientos. Siento que se oxida con
suma rapidez y se conforma con estar a la sombra de los discursos prestigiosos y
de los nombres altisonantes que hacen las horas de cafeterías y tertulias. La
crítica dice que está muy bien. Y los poetas del parnaso también repiten la
especie, muy orondos, con sus poemas de bolsillo de sonoras y aburridas
profundidades.

Tomemos un ejemplo elocuente y por todos respetado: Franklyn Mieses Burgos.


Pongamos su obra poética ante la de sus contemporáneos latinoamericanos:
Pablo Neruda, Humberto Díaz Casanueva, Lezama Lima, Cintio Vitier, Enrique
Molina, José María Eguren, César Moro, Carrera Andrade, Xavier Villaurrutia,
Octavio Paz y tendremos su real dimensión. ¿Qué sucede entonces? Un
sentimiento de pequeñez nos arropa que nos hace ver lo que somos en función
de nuestra geografía, de nuestra pobreza, y no de la lengua que nos homologa y
que posibilita que un poeta como Rubén Darío llegue al mundo en Nicaragua y
no en la metrópolis. Seguro estoy que el paradigma no está en Franklin, con su
séquito de serafines y arcángeles. Otros poemas, como Vlía, Yelidá, Rosa de
tierra, representan caminos de mayor riqueza y sorpresas para los jóvenes
poetas dominicanos.
MUESTRARIO DE POESÍA 37 – DOMINICAN STYLE – ALEXIS GÓMEZ ROSA
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¿Cuáles son los poetas jóvenes que están alzando el vuelo en RD?

Yo gusto mucho de lo que vienen haciendo los poetas de la generación del


milenio, como los he bautizado. El trabajo de Homero Pumarol, Juan Dicent,
Frank Báez, Rita Indiana Hernández, Ariadna Vásquez Germán me crea mucha
expectación por la fuerza liberadora de su propuesta estética que prescinde de
presupuesto poético y de teorías amordazantes. Leerlos es recibir una bocanada
de aire fresco aunque a los lejos se sientan los ecos de la Beat Generation y Black
Mountain, que le quitaron a la poesía ese olor rancio a mirra y alcanfor.

Tengo mucha fe en ese grupo de poetas bilingües, amantes del heavy metal y del
cine underground, que han logrado matrimoniar tradición y eclosión callejera;
los nombres del canon y las hambres del villano.

No incluyo a “los erranticistas” (donde aprecio mucho talento) pues literatura y


oralidad no son sinónimos. Ambiciono leer sus textos que, como las muelas del
gallo, brillan por ausentes.

Dicen que la poesía es un género casi extinto, una cultura de


minorías. ¿Qué papel crees que puede jugar la poesía en nuestros
días?

Mientras exista el hombre habrá poesía. La poesía realmente esta íntimamente


vinculada a la naturaleza humana, es una necesidad del ser para alcanzar un
equilibro con la existencia. Es un culto de minorías mayoritarias porque son las
que hacen el sentir público aperturando los puentes de la pasión y el deseo.
Poesía es revelación en el asombro; sorpresa en la cotidianidad. Es la fuerza
responsable de producir ese luminoso temblor colectivo que generaliza y
eterniza en la palabra la verdad de quienes somos.

Los poemas son fáciles de concebir en el sentido de que son muchos


los que se pueden escribir al día, ¿cierto? O mejor dicho: ¿Cómo te
llega la inspiración para hacer un poema?

Hace poco, en Brasil, se me hizo una pregunta parecida y respondí que no he


sido tocado por ángel alguno ni un favorecido del cielo. No, no tengo un
momento, ni un método, ni se me presenta un duende que señale y determine
“la inspiración” para escribir. No existe una fórmula para escribir poesía como
tampoco nadie se gradúa de poeta. La poesía es un acto de lenguaje y lo
determina la necesidad interior de abrir puertas a insospechados latidos. Por
eso yo escribo sin lugar específico y a cualquier hora y todo me sirve de
escritorio en un aprendizaje infinito: el asiento de una guagua, de un tren, o de
un avión; un banco en el parque, una avenida. Luego, el trabajo artesanal, de
orfebrería, lo realizo en mi casa donde sí poncho tarjeta en mi mesa de trabajo.
Allí le doy forma, corrijo, someto a rigor y pulimento esas cosas que de manera
aleatoria la vida entrega y nos deja como ineludible presencia.
MUESTRARIO DE POESÍA 37 – DOMINICAN STYLE – ALEXIS GÓMEZ ROSA
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A veces me he sentido como un intérprete de ese dictado que muchos llaman


inspiración, y que no es otra cosa que ceguera por exceso de luz: un oscuro
escalofrío que necesariamente necesitamos compartir; entrar en diálogo con los
demás (los hombres, la naturaleza, el mundo): un diálogo en el que nadie te
invita a participar y donde por gravedad, sientes, el peso de una vocación
participante.

¿Cuáles son tus autores favoritos? ¿Han influido estos en tu obra o


en tu estilo poético?

La literatura es la culminación de un proceso y ese proceso la suma de lecturas


que a lo largo la vida dan sentido a una obra, un estilo. Es la búsqueda de
formas de la expresión que tipifican un carácter, una personalidad. Tras ese
objetivo yo formé mi galería de héroes de circunstancias, que sumaron nuevas
circunstancias, por lo que son muchos mis héroes.

En mi primera juventud leí a Pedro Mir: Lorca y Neruda reciclados. Leí a Mieses
Burgos
y a los poetas sorprendidos donde hallé dos perlitas: Vlía y Rosa de Tierra y de
esa misma época otra gema: Yelidá. Los Poemas de una sóla angustia de
Incháustegui Cabral y un nutrido puñado de poemas de Manuel del Cabral
equilibran la balanza. Ya haciendo vida universitaria conocí a Rubén Darío
(fundamental); César Vallejo, Huidobro, Lezama Lima, Octavio Paz
(fundamentales). El conocimiento de este último marchó parejo con los poetas
que él me sugería en sus ensayos y los que por mi cuenta iba sumando a ese
conjunto de iluminados: Walt Whitman, Ezra Pound, T.S. Eliot, Wallace
Stevens, Edgar Lee Master, Elizabeth Bishop, entre los norteamericanos. Leí
también con mucho entusiasmo a Fernando Pessoa, Saint John Perse, René
Char y Henri Michaux, Ives Bonnefoy, Jacques Roubaud. Claro está: te hablo de
clásicos contemporáneos y a quienes más visité.

¿Crees que la poesía y la música tienen relación?

La poesía es música, la música no es poesía. El origen: común es a las dos; su


desarrollo: pronto reclamó independencia. ¿Qué te diría? (Excúsame la
paternidad de los versos): Pensar como hablar / ¿borrar? / La escritura: es la
cicatriz del sonido.

¿Por qué muchos escritores ponderan la poesía como el género de


los géneros?

Porque la poesía es la expresión más alta de la lengua; la que no aparece por


mandato, ni decreto, ni mecánica per se; la que se oculta en la punta de la
lengua: la otra, en largo y sostenido trabajo. En el poema no hay espacio para la
novela, pero la novela puede contener (y contiene) poesía en sus diversas
manifestaciones. (“Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, mientras
MUESTRARIO DE POESÍA 37 – DOMINICAN STYLE – ALEXIS GÓMEZ ROSA
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nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de
movimientos vivos, de fragancia oscura”. (Eso es de Cortázar, en Rayuela,
capítulo siete.) En otra dirección podemos ver el poema como espacio de
reflexión indeterminada (Octavio Paz); y, en sentido complementario, tenemos
el ensayo que toca cielo por la magia y el encanto de sus atributos (el mismo
Paz), de su predicamento. Y es que la poesía, al ser un artículo hecho con
palabras, atraviesa la madeja de la sensibilidad y el pensamiento.

¿Qué tipo de ética surge entre lector y escritor?

La ética de la complicidad, la del desasosiego; la de esa llamita inquietadora que


va de boca en boca construyendo su propio universo: un universo creado por el
solista en dirección al coro y que, ya en coro convertido, despierta sus sonoras
individualidades, su entramado de vasos comunicantes, para revivir y destapar a
ese cómplice dormido que viene jalonando nuestra propia historia.

Cuando tú piensas en la ciudad, ¿qué ideas se te vienen a la cabeza?

Para comenzar debo decirte que soy un capitaleño de la escuela del Profesor
Amiama Gómez y de Franklin Mieses Burgos. De los que superpone la ciudad
soñada a la ciudad herida y abandonada. De los que se refugian en la ciudad
romántica de Joaquín Balaguer (la ciudad colonial) y por eso la rescató y elevó
alejada de mi bolsillo.. De los que situados en la acera de enfrente aplaudió la
construcción de la Avenida 27 de Febrero y la Plaza de la Cultura; y ahora
defiende los elevados y los pasos a desnivel y el Metro de Santo Domingo de
Leonel Fernández. De los que se sienten frustrados por la ceguera de munícipes,
sociólogos y políticos que no tuvieron visión para promover la construcción de
la isla artificial. De los críticos a una población de indolentes que arrabalizan la
ciudad con espíritu deportivo y la reproducen con sus ruidos en destartalados
carros de concho. De los que ven con pena cómo la falta de conciencia cívica
convierte las áreas comunes de condominios y edificios en anexos y verjas que
adulteran su arquitectura. En fin, soy un enfermo celebrante de la ciudad que
sufro en cada paso por las aceras rotas y los montículos de cemento que dejan
albañiles chapuceros. Pese a la enfermedad, a ese sentimiento de amor/odio que
te genera un tránsito caótico de guagueros desaprensivos, soy un loco
enamorado de Santo Domingo (día y noche), con su atarazana, puertos,
monumentos coloniales y un malecón que es una invitación al delirio.

¿Cómo llegan tus acercamientos a las editoriales?

Bueno, en un principio, como todos, reuní mis chelitos y me acerqué donde


conseguí mejor precio. Aunque, a decir verdad sólo hice una publicación pagada
(vanity press); las demás se hicieron posible como resultado de premios o por el
interés de ciertos editores en publicar mis cosas.

Así vino en la sorpresa mi primer libro: Oficio de post-muerte, financiado por el


Comité Pro Defensa de los Derechos Humanos de República Dominicana, con
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asiento en Nueva York, donde vivía. Cuando regresé al país lo reimprimí con la
Editorial Alfa & Omega, en una versión ampliada. Luego, trabajando en el
Centro Dominicano de Promoción de Exportaciones, vi la posibilidad de hacer
una colección poética con el papel sobrante al desfilarse la revista de esa
institución. Noté que se desperdiciaba una franja de papel considerable y decidí
utilizarla para hacer la Colección de poesía “Luna Cabeza Caliente”. Digamos
que un desperdicio chico significó mucho para decir algo grande. Y por todo lo
alto se dijo, con muy buenos títulos de poesía. Dentro de la colección publiqué
High Quality, Ltd. en 1985 y Contra la pluma la espuma en 1990. Esas fueron
publicaciones en un proyecto de efervescencia colectiva en el que hice de
chamán para el desconcierto de los iluminados.

¿Cómo describirías tu poesía?

Mi poesía es la crónica de un viaje sobre el filo de la navaja. El ojo atento y la


mirada en ristre y en ese trance, en ese tránsito, el presagio de una marcha en la
que todo es riesgo, apuesta. Escribo con pie de plomo sobre el lomo del tiempo
presente. Mi poesía, entre pisada y pisada, camina en extrema tensión de la
lengua que la sostiene y en la que avanzo retrocediendo, corrigiéndome. El
poema que la encierra se nutre de un viaje hecho de asombros y perplejidades.

Cuándo escribiste “Lápida circa y otros epitafios de la torre abolida”, por


ponerte un ejemplo, tuviste que desechar algunos poemas o todo lo hiciste
condensado con la publicación que ibas a sacar.

Con Lápida circa y otros epitafios de la torre abolida yo quise hacer un


homenaje a la amistad desde el imaginario de la ausencia. Pensé a mis amigos
poetas del otro lado de la barda, en el barrio de los acostados y quise retratarlos
destacando sus mejores galas. A diferencia de los epitafios cubanos que tienen la
intención de zaherir, subrayando vicios y defectos de la personalidad, yo he
procurado celebrar por lo que admiro y hermana en su picardía.

Tienes a nivel de tu escritura una manera de cambiar de escenario,


de cambiar de tema, y te has movido en diversos terrenos… ¿Cómo
logras cambiar de una forma a otra?

Bien sabemos (verdad de Perogrullo) que la escritura es diversa y el acto


escritural (cuando se asume visceralmente), es único. Drama, novela, cuento,
poema, son formas de la literatura que traducen expresiones de la vida. La
diversidad de mi escritura es la diversidad de la vida que delínea en un género lo
que mejor le acomode a su propósito, a su intencionalidad. Mi actitud no difiere
cuando escribo poesía, ensayo o cuento. Es la misma: sufrir y sudar en la
palabra su más fina vestidura.

¿En algún momento pensaste en ser alguien diferente, distinto?

Siempre he sido el que vendrá; el de la máscara imprecisa, unisex; el de voz


impostasiada en su pluralidad. De niño soñé con ser bombero y paracaidista;
terminé como boy scout. Ya grande, y con esa experiencia de boy scout, me
MUESTRARIO DE POESÍA 37 – DOMINICAN STYLE – ALEXIS GÓMEZ ROSA
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negué a ser del Club Rotario. Ya sabes lo que decía Franklin Mieses Burgos del
que transita entre esos extremos.

¿Cuál es tu compromiso con la palabra?

Hacerla gritar, mutar, experimentar y significar en el terreno inexplorado de lo


inédito, a fin de producir el estallido expresivo de sus posibilidades sonoras y
semánticas, en abierto juego de imágenes y símbolos.

¿Qué les dirías a los jóvenes que sienten ese imperioso deseo de
pasar al mundo de la literatura?

Atreverse a morir en cada página demorando en el trabajo su vida. Como decía


Wilde, “genio es trabajo” y se hace preciso trabajar de manera sistemática,
pausadamente, nunca contra el reloj. No hay peor enemigo para el escritor que
la prisa en terminar, la prisa por publicar. Me hubiese gustado haber tenido
conciencia de oficio cuando publiqué mi primer libro, porque mi carta de
presentación se habría dado con mayor equilibrio y madurez. Soy del parecer
que hay que dejar el forro sobre la mesa leyendo, escribiendo, corrigiendo,
reescribiendo, hasta que el ojo rechine al borde de su insuficiencia. Hacer de la
poesía un sacerdocio.

Y es que la literatura se alimenta de literatura. Conocer bien la tradición (porque


la letra entra con sangre), para luego dar fisonomía a la escritura: voz que se
perfila e ilumina en el habla de todos; voz solitaria en la trastienda del deseo.

Roira Sánchez. Dominicana. Periodista y manager de agrupaciones de rock de


Santo Domingo. Actualmente es la Coordinadora de Literatura y Cultura del
matutino El Caribe, donde ejerce la crítica literaria y de arte. Tiene una novela
inédita.
MUESTRARIO DE POESÍA 37 – DOMINICAN STYLE – ALEXIS GÓMEZ ROSA
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Alexis Gómez Rosa / Biografía

Nació en Santo Domingo el 2 de septiembre de


1950. Poeta. Realizó sus estudios de secundaria en
su ciudad natal; obtuvo una Licenciatura en Letras
de la State University of New York (Saratoga
Spring, 1989), ciudad donde vivió durante varios
lustros. Tiene una maestría en Literatura
Hispanoamericana de New York University.
Trabajó como profesor de lengua española en el
sistema de educación pública de New York, y
enseñó cultura dominicana en The City University
of New York (Hunter College). Ha obtenido el
primer premio en el concurso de poesía de Casa de
Teatro en dos ocasiones, en 1990 con el poemario ?New York City en tránsito de
pie quebrado? y en 1996 con ?Self Service Poems (Ahora disponible en su
versión castellana)?. En 1991 recibió el Premio Nacional de Poesía con ?Si Dios
quiere y otros versos por encargo?. Sus poemas han aparecido en las revistas
?Casa Silva? (Bogota), ?La Gaceta?, ?Plural? y ?Casa del tiempo? (México),
?Casa de las Américas? (Cuba), ?Zurgai?, ?Balcón?, ?Atlántica? y ?Turia?
(España), ?Imagen y Poesía? (Venezuela), ?Románica?, ?Caronte?, ?De Azur?,
?Tercer Milenio? e ?Hispamérica? (Estados Unidos), entre otros. Pertenece al
grupo de poetas de postguerra, surgido a raíz de la guerra de abril de 1965. Fue
miembro fundador del grupo literario La antorcha. Es uno de los poetas más
reconocidos de las últimas décadas en el país.

Ha escrito los libros de poesía: ?Oficio de post-muerte? (1973); ?Pluróscopo?


(1977); ?High Quality, Ltd? (1985); ?Contra la pluma la espuma? (1990); ?Tiza y
tinta? (1991); ?New York en tránsito de pie quebrado? (1993); ?Si Dios quiere y
otros versos por encargo? (1996). ?Self Service Poems (Ahora disponible en su
versión castellana)? (2000).

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