Está en la página 1de 14

DOCENTE FANNY CARVAJAL QUEVEDO

ÁREA DE CASTELLANO
TERCER PERÍODO
GRADO 1102
AÑO 2021

PRUEBA PIRA 1

ENVIAR FOTO CON RESPUESTAS A CLASS ROOM EN LA CARPETA TITULADA PRUEBA PIRA 1
Y SEGUIR INDICACIONES DADAS EN CLASE ONLINE
Para la filosofía las preguntas sólo empiezan, nunca terminan
LA REVOLUCIÓN DIGITAL: UNA HISTORIA DE COLABORACIÓN

El computador e internet se cuentan entre los inventos más importantes de nuestra era, pero pocas
personas saben quiénes fueron sus creadores. No surgieron de la nada en un garaje por obra del tipo de
inventores solitarios que suelen aparecer destacados en las portadas de las revistas. Lejos de ello, la
mayoría de las innovaciones de la era digital fue fruto de la colaboración. Hubo muchas personas
fascinantes involucradas, algunas de ellas ingeniosas y unas cuantas incluso geniales.
Entender su trabajo en equipo es importante porque a menudo no nos fijamos en lo crucial que resulta
esa capacidad para la innovación. Existen abundantes libros en los que se homenajea a personas que los
biógrafos retratamos, o mitificamos, como inventores solitarios. Yo mismo he escrito unos cuantos. En
cambio, tenemos muchos menos relatos de la creatividad colaborativa, la cual resulta más importante
para entender cómo se configuró la actual revolución tecnológica.
Las fuerzas sociales y culturales proporcionan la atmósfera propicia para la innovación. En el caso del
nacimiento de la era digital, estas incluyeron un ecosistema de investigación nutrido por el gasto público
y gestionado por la colaboración académico-militar-industrial. A ello vino a unirse una alianza difusa de
líderes comunitarios, hippies de mentalidad colectivista, aficionados al trabajo manual y hackers
domésticos, la mayoría de los cuales recelaban de la autoridad centralizada.

Lo individual y lo colaborativo empezaron como polos opuestos de la revolución digital, hasta que se
combinaron. Si bien internet se creó originalmente para facilitar la colaboración, los computadores
personales, en especial los destinados al uso doméstico, fueron inventados como herramientas de
creatividad individual. Durante más de una década, desde comienzos de la de 1970, el desarrollo de las
redes y el de los computadores personales tuvieron lugar de manera independiente, hasta que
empezaron a aproximarse a finales de la de 1980, con el advenimiento de los módems, los servicios
online y la Red. Al igual que la combinación de la máquina de vapor y los procesos mecánicos ayudó a
fomentar la revolución industrial, la combinación del ordenador y las redes distribuidas condujo a una
revolución digital que permitió a cualquiera crear, difundir y acceder a cualquier información en
cualquier lugar.
La colaboración se volvió parte del código genético de internet. El poder de crear y transmitir
información se distribuía plenamente a todos y cada uno de los nodos de internet, y cualquier intento
de imponer controles o una jerarquía podía ser derrotado por completo. Un sistema de redes abiertas
conectadas a ordenadores controlados individualmente tendía, como en su día ocurrió con la imprenta,
a arrebatar el control de la distribución de información de manos de los guardianes, autoridades
centrales e instituciones que empleaban a escribanos y amanuenses. Se volvió más fácil para la gente
corriente crear y compartir contenidos.
Finalmente, el arte: la creatividad más auténtica de toda la era digital provino de aquellos que fueron
capaces de conectar arte y ciencia. Ellos creían que la belleza importaba. Las personas que se sintieron
cómodas en esa intersección entre la tecnología y las humanidades contribuyeron a crear la simbiosis
humano-máquina que constituye el corazón de la historia de la innovación digital.
Fuente: Walter Isaacson, Los innovadores. Los genios que inventaron el futuro. Trad. Inga Pellisa Díaz, Marcos Pérez Sánchez y Francisco J.
Ramos Mena. Debate (2014) (fragmento adaptado).

21. Según el texto, ¿qué se volvió parte del código genético de internet?
A)La individualidad B)La colaboración
C)La creatividad D)La innovación

22. ¿Cuál es la idea principal del primer párrafo?


A)Algunos de los inventos más importantes de nuestra era son el computador e Internet.
B)Las portadas de las revistas suelen destacar la labor de inventores solitarios.
C)La mayor parte de las innovaciones de nuestra era se debió al trabajo colaborativo.
D)Algunos de los inventores de la era digital fueron ingeniosos e incluso geniales.

23. ¿Cuál es el tema del último párrafo?


A)La creatividad al servicio de la tecnología B)El aporte del arte a la innovación digital
C)La conexión entre arte y ciencia D)El valor de la belleza

LOS ORÍGENES DE LA SOCIOLOGÍA


La gente ha vivido siempre en sociedad, pero la reflexión sobre la sociedad no aparece hasta el momento
en que su funcionamiento se empieza a convertir en un problema. La indagación sobre un tema suele
hacerse cuando se rompe la rutina de la vida y surge una necesidad, pues pensar es costoso y requiere
esfuerzo y tiempo. Lo que es habitual en nuestras vidas se transforma con facilidad en «natural», en
lógico, en conveniente, a través de unos procesos sociales de «legitimación», como les solemos llamar
en sociología. Como nos indica Berger, la explicación final de lo «natural» nos la dan la filosofía, la moral
y la religión. Esta última ha sido, a través de la historia humana, la principal fuente de legitimación para
el mantenimiento de la sociedad. El mecanismo por el que opera tal legitimación es esencialmente
simple: las estructuras e instituciones de la sociedad se interpretan como si fueran parte integrante del
orden básico del universo.
En la práctica, la reflexión sobre la existencia de la sociedad y de las estructuras que la definen se inicia
casi siempre en el choque de dos culturas maduras. Las formas frecuentes de confrontación cultural son
las invasiones extranjeras, la marginación de los grandes grupos y los viajes. Situaciones todas que se
dan abundantemente en Europa a mediados del siglo XIX, y así se sientan las bases para la sociología,
que definimos como un intento de aplicar los métodos de la ciencia al estudio del ser humano como ser
social y de la sociedad. Como dice Bottomore, «la sociología se formó en la crisis de la transición hacia
una sociedad capitalista industrial en los países europeos. Su característico conjunto de problemas y de
ideas se formó en el período que va desde la década de 1830-1840 hasta el final del siglo diecinueve,
cuando las sociedades urbanas, democráticas, industriales, burocráticas y seculares en las que vivimos
ahora se estaban configurando; y se puede alegar, que seguimos viendo el mundo social por medio de
dichas ideas». Una vez se ha tomado conciencia de la sociedad y se ha intentado definirla como unidad
de análisis, la aplicación del método científico dará lugar al nacimiento de la sociología.
Fuente: Antonio Lucas Marín, Sociología. El estudio de la realidad social. EUNSA (2011), pp. 20-35 (fragmento adaptado).
24. ¿Cuál ha sido, históricamente, la principal fuente de legitimación para el mantenimiento de la
sociedad?
A)La sociología B)La filosofía C)La religión D)La moral

25. ¿Qué función desempeña el segundo párrafo dentro del texto?


A)Describe una serie de excepciones a las ideas generales sobre el tipo de análisis descrito en el primer
párrafo.
B)Explica cómo el tipo de reflexión descrito en el primer párrafo se convierte en la disciplina analizada
en el texto.
C)Aplica el tipo de análisis del primer párrafo a un momento histórico específico, cuyo estudio es el
interés central del texto.
D)Ejemplifica el tipo de reflexión del primer párrafo usando una serie de momentos históricos en los
que se cumple.

PRISIONEROS DE LA GEOGRAFÍA
¿Qué ves cuando abres la ventana en la mañana? ¿Montañas? ¿Playas? ¿Neblina? ¿O ha caído tanta
nieve que ni siquiera la puedes abrir? Nos hemos acostumbrado a ver edificios, carreteras, túneles,
puentes e islas artificiales, hasta el punto de que pensamos que hemos dejado atrás la geografía. Durante
casi toda la historia humana, nuestros ancestros han sido conscientes de que la realidad es muy distinta.
La geografía siempre ha sido una suerte de prisión, una que define lo que una nación es o puede llegar
a ser, y una de la que los líderes mundiales han intentado con frecuencia liberarse. Con el avance del
siglo XXI, la mayoría de los factores geográficos que ayudaron a moldear nuestra historia continuará
moldeando nuestro futuro. Ciertamente, la geografía no dicta el desarrollo de todos los
acontecimientos. Las grandes ideas y los grandes líderes forman parte del tira y afloja de la historia. Pero
no podemos negar que todos ellos deben actuar dentro de los confines de la geografía. Los líderes de
Bangladesh pueden soñar con evitar que la crecida de las aguas inunde la bahía de Bengala, pero saben
que el 80 por ciento del país se levanta sobre llanuras aluviales que no pueden desplazarse.
Nuevas realidades geográficas como el cambio climático ofrecen nuevas oportunidades y desafíos. El
calentamiento global bien puede provocar desplazamientos masivos de individuos. Si las Maldivas, entre
muchas otras islas, parecen de verdad destinadas a ser engullidas por las olas, el resultado no solo
afectará a aquellos que abandonen el lugar antes de que sea demasiado tarde, sino a los países a los que
acudan. Si las inundaciones de Bangladesh empeoran, el futuro del país y de sus 160 millones de
habitantes será funesto: si el nivel de las aguas crece mucho, este empobrecido país puede acabar bajo
ellas. Y si prosigue la desertización de las tierras que quedan justo debajo del Sahel, guerras como las
vistas en Darfur, Sudán —causada en parte por el hecho de que el desierto invadió a los nómadas del
norte, empujándolos en dirección sur, hacia el territorio de la etnia de los fur—, se intensificarán y se
expandirán.
Mirando a más largo plazo, mientras continuamos rompiendo las cadenas de nuestra geografía y
apuntamos al universo, las luchas políticas persistirán en el espacio exterior, por lo menos en el futuro
próximo. Resulta tentador pensar en nuestras misiones en el espacio como un modo de unir a la
humanidad a un futuro colectivo y cooperativo. Los desafíos que supone la conquista del espacio exterior
resultan de tal magnitud que quizá debamos unir fuerzas para alcanzarlos: viajar por el universo no como
rusos, norteamericanos o chinos, sino como representantes de la humanidad. Sin embargo, aunque nos
hayamos liberado de los grilletes de la gravedad, seguimos prisioneros de nuestras propias mentes,
limitados por las sospechas que nos despiertan los «otros», de aquí nuestra primigenia competencia por
los recursos. Nos queda mucho camino por recorrer.
Fuente: Tim Marshall, Prisioneros de la geografía (2016). Trad. Antonio Lozano.
Barcelona: Ediciones Península (2017), pp. 327-331 (fragmento adaptado).

26. ¿Cuál es, según el texto, un reto geográfico que enfrenta bangladesh?
A) Falta de bahías B) Exceso de nieve
C) Desertización D) Inundaciones
27. ¿Cuál es la función del último párrafo dentro del texto?
A)Enumerar contextos en los que no se entienden los retos de la geografía
B)Resumir las formas en las que los países son prisioneros de la geografía.
C)Mostrar un nuevo escenario en el que aplican los efectos de la geografía.
D)Explicar ciertas circunstancias en las que se está superando la geografía

ESBJERG EN LA COSTA
Me contó toda la historia, el primer día, el lunes, cuando vino a verme encogido como un perro, con la
cara verde y un brillo de sudor enfriado en la frente.
Empezó junto con el invierno, con esos primeros fríos secos que nos hacen pensar a todos, sin darnos
cuenta de lo que estamos pensando, que el aire fresco y limpio es un aire de buenos negocios, de
escapadas con los amigos, de proyectos enérgicos; un aire lujoso, tal vez sea esto. Él, Montes, volvió a
su casa en un anochecer de esos, y encontró a la mujer sentada al lado de la cocina de hierro y mirando
el fuego que ardía adentro. No veo la importancia de esto; pero él lo contó así y lo estuvo repitiendo.
Kirsten estaba triste y no quiso decir por qué, y siguió triste, sin ganas de hablar, aquella noche y durante
una semana más. Estaba triste y no quería decirle qué le pasaba. “No tengo nada”, decía. Después se
dedicó a llenar la casa con fotografías de Dinamarca, del rey, los ministros, los paisajes con vacas y
montañas o como sean.

De repente una noche ella apagó la luz cuando estaban en la cama y dijo: “Si me lo permites, te voy a
contar una cosa, y tenés que oírla sin decir nada”. Él dijo que sí, y se mantuvo estirado, inmóvil al lado
de ella, con la atención pronta, como un dedo en un gatillo, esperando que apareciera un hombre en lo
que iba contando la mujer. Pero ella no habló de ningún hombre, y con la voz ronca y blanda, como si
acabara de llorar, le dijo que allá podían dejarse las bicicletas en la calle, o los negocios abiertos cuando
uno va a la iglesia o a cualquier lado, porque en Dinamarca no hay ladrones; le dijo que los árboles eran
más grandes y más viejos que los de cualquier lugar del mundo, y que tenían olor, cada árbol un olor que
no podía ser confundido, que se conservaba único mezclado con los otros olores de los bosques; dijo
que al amanecer uno se despertaba cuando empezaban a chillar los pájaros del mar y se oía el ruido de
las escopetas de los cazadores; y allí la primavera está creciendo escondida bajo la nieve hasta que salta
de golpe y lo invade todo como una inundación y la gente hace comentarios sobre el deshielo. Ese es el
tiempo, en Dinamarca, en que hay más movimiento en los pueblos de pescadores.
También ella repetía: “Esbjerg er nær ved kystten”, y esto era lo que más impresionaba a Montes,
aunque no lo entendía: dice él que esto le contagiaba las ganas de llorar que había en la voz de su mujer
cuando ella le estaba contando todo eso, en voz baja, con esa música que sin querer usa la gente cuando
está rezando. Una y otra vez. Eso que no entendía lo ablandaba, lo llenaba de lástima por la mujer, y
quería protegerla como a una nena perdida. Debe ser, creo, porque la frase que él no podía comprender
era lo más lejano, lo más extranjero, lo que salía de la parte desconocida de ella. Desde aquella noche
empezó a sentir piedad que crecía y crecía, como si ella estuviese enferma, cada día más grave, sin
posibilidad de curarse.

Así fue como llegó a pensar que podría hacer una cosa grande por ella. Se le ocurrió conseguir el dinero
para pagarle el viaje a Kirsten hasta Dinamarca. Anduvo preguntando cuando aún no pensaba realmente
en hacerlo, y supo que hasta con dos mil pesos alcanzaba. Después no se dio cuenta de que tenía adentro
la necesidad de conseguir los dos mil pesos. Se lo dijo a ella un sábado, en la cena, y vio en la cara de ella
un poco enrojecida por la comida y el vino, que Kirsten no le creía; que pensaba que él mentía, durante
un rato, para pasar después, despacio, al entusiasmo y a la alegría, después a las lágrimas y a la decisión
de no aceptar. “Ya se me va a pasar”, diría ella; y Montes insistiría hasta convencerla.
Algunas noches, cuando pensaba en la oscuridad en los dos mil pesos, algunas noches en que él soñaba
en el sueño de ella, esperando dormirse, Kirsten volvió a hablarle de Dinamarca. En realidad, no era
Dinamarca; sólo una parte del país tocada por el mar, un pedazo muy chico de tierra, donde ella había
nacido, había aprendido un lenguaje, donde había bailado por primera vez con un hombre y había visto
morir a alguien que quería. Era un lugar que ella había perdido como se pierde una cosa, y sin poder
olvidarlo. Le contaba otras historias, aunque casi siempre repetía las mismas, y Montes se creía que
estaba viendo en el dormitorio los caminos por donde ella había caminado, los árboles, la gente y los
animales.
Entonces Montes pensó en créditos en los bancos, en prestamistas y hasta pensó que yo podría darle
dinero. Algún sábado o un domingo se encontró pensando en el viaje de Kirsten mientras estaba con
Jacinto en mi oficina atendiendo los teléfonos y tomando jugadas para Palermo o La Plata. Hay días
flojos, de apenas mil pesos de apuestas; pero a veces aparece alguno de los puntos fuertes y el dinero
llega y también pasa de los cinco mil. Él tenía que llamarme por teléfono, antes de cada carrera, y
decirme el estado de las jugadas. Se le ocurrió que podía no avisarme, que podía esconderme tres o
cuatro jugadas más fuertes, hacer frente, él solo, a un millar de boletos. Podía hacerlo si se animaba.
Así fue cómo empezó a tragarse jugadas que se convirtieron en tres mil pesos y se puso a pasearse
sudando y desesperado por la oficina. Así fue, cuando comenzó a enterarse de que perdía y que los
dividendos iban creciendo, cientos de pesos a cada golpe de teléfono, como estuvo sudando ese sudor
especial del miedo, un poco verde, helado, que trajo en la cara cuando en el mediodía del lunes tuvo al
fin en las piernas la fuerza para volver a la oficina y hablar conmigo. Y así fue cómo Montes me lo contó,
hablando de Dinamarca con la misma naturalidad que hablaba de los tres mil pesos que me robó. Y yo:
tomaba aceitunas del frasco y luego depositaba los huesos en el plato, junto con los cigarrillos arrugados,
mirándolo, fijamente, decidiendo qué hacer con el cuento sobre la esposa y el viaje y los árboles, si el
cuento daba para los tres mil pesos.
Juan Carlos Onetti, “Esbjerg en la costa”. En Cuentos completos. Madrid: Alfaguara (1998) (fragmento adaptado).

28. ¿Cómo decidió Montes obtener el dinero para el pasaje de Kirsten?


A)Haciendo trabajos adicionales con Jacinto en la oficina.
B)Hurtando del narrador el dinero de unos préstamos.
C)Escondiendo algunas de las apuestas que recibía.
D)Pidiendo créditos en los bancos y no pagándolos.

29. Podemos deducir que Esbjerg es


A)el primer hombre con el que bailó Kirsten.
B)el apellido tradicional de la familia de Kirsten.
C)una de las principales ciudades de Dinamarca.
D)una ciudad costera donde nació la esposa de Montes.

30.¿Qué oración del texto sugiere que el narrador puede haber modificado detalles de la historia que
relató Montes?
A)“Empezó junto con el invierno, con esos primeros fríos secos que nos hacen pensar a todos, sin
darnos cuenta de lo que estamos pensando, que el aire fresco y limpio es un aire de buenos negocios”.
B)“No veo la importancia de esto; pero él lo contó así y lo estuvo repitiendo”.
C)“Después se dedicó a llenar la casa con fotografías de Dinamarca, del rey, los ministros, los paisajes
con vacas y montañas o como sean”.
D)“Así fue como llegó a pensar que podría hacer una cosa grande por ella”.

LA CIENCIA Y LA PREGUNTA “POR QUÉ”

¿Puede la ciencia dar respuestas a quienes buscan entender el sentido de las cosas? Intentaré aclarar
esta cuestión, que no es fácil. Se dice con razón que la misión de la ciencia es la de contestar a la pregunta
«qué» y a la pregunta «cómo»: ¿Qué es lo que hay en el mundo? ¿De qué está hecho? ¿Cómo funciona
(en el sentido de cuáles son las leyes que rigen los fenómenos naturales y cómo actúan)?
Pero la ciencia no busca encontrarle un sentido al mundo, y por eso no se pregunta por qué las leyes son
como son y no de otra manera. Simplemente son así y bastante tenemos con intentar formularlas y
averiguar cómo actúan. Cuando encendemos la luz no nos preguntamos por qué existe la electricidad,
sino cómo utilizarla para nuestros fines. No hacemos ningún acto filosófico cuando accionamos el
interruptor o cuando nos montamos en un avión.
La pregunta «por qué» no es, pues, científica, aunque quizás sería mejor decir que la pregunta que de
verdad no es científica es «para qué»: ¿cuál es el propósito de esas leyes? ¿Para qué sirven?
El científico huye de la noción de propósito en la naturaleza, y puede hacerlo sin que nadie ponga reparos
en los campos de la física, de la química y de la geología. Efectivamente, los océanos y las cordilleras
carecen de propósito para un científico. No están ahí para nada, sino por algo, por procesos tectónicos
que han operado en el pasado y siguen actuando.
Sin embargo, hay una aparente teleología (finalidad, intencionalidad) en los seres vivos. Sus
adaptaciones parecen estructuras teleológicas porque aparentan tender a un fin, objetivo o propósito
(un telos, como decían los griegos). Un ojo sirve para ver, un ala para volar, una garra para cazar. Esa es,
en todos los casos citados, su función. Incluso llegamos a decir que esa es su misión, que suena todavía
más teleológico, más dirigido a un fin.
El concepto de telos era fundamental en la biología del gran filósofo griego Aristóteles porque era su
manera de entender a los seres vivos. Lo mismo, en realidad, hacen todavía el biólogo y el paleontólogo
modernos cuando se enfrentan al problema de investigar un organismo: preguntarse para qué sirven las
estructuras que se observan, qué función cumplen (o cumplían, si es una especie fósil).
Por supuesto, todas las máquinas que diseñan los ingenieros tienen un telos, un propósito, sirven para
algo, poseen alguna utilidad. Podemos decir, razonando por analogía, que el biólogo y el paleontólogo
se aproximan al estudio de un organismo actual o extinguido de la misma manera que lo haría un
ingeniero con una máquina. Realizan ingeniería inversa, descomponiendo la máquina biológica que es
un ser vivo para analizar sus piezas (los órganos), y su funcionamiento (la fisiología).
Este fue el problema al que tuvo que enfrentarse Charles Darwin, el de explicar las adaptaciones (que
son estructuras anatómicas, funciones o comportamientos hereditarios que muestran utilidad) como
resultado de la actuación de procesos naturales que no tienen ningún propósito. Su éxito le aseguró a la
evolución un lugar estable en la ciencia.
La evolución trabaja modificando los diseños heredados de los antepasados, y esa es la clave para
entender por qué cualquier ser vivo responde a un patrón concreto: el de su especie. Todos los modelos
de vertebrados terrestres, por ejemplo, son modificaciones (de diferentes tipos) realizadas a partir de
antepasados comunes con aspecto de peces. Por eso los seres vivos también pueden entenderse, en
cuanto a su composición, preguntando «por qué» y contestando en términos de historia. ¿Por qué
tenemos dedos en las manos y en los pies? ¿Por qué el sonido se transmite a través de una cadena de
huesecillos en el oído medio? ¿Por qué tenemos huesos en el cuerpo, para empezar? ¿Por qué tenemos
cerebro? ¿Por qué tenemos fecundación interna? La respuesta está en nuestros antepasados, en nuestra
historia, y se contesta en términos narrativos, explicando cómo se ha llegado a la situación actual.
En otras palabras, distintos científicos estudian las causas inmediatas de las adaptaciones biológicas (cuál
es su función concreta en un individuo, cuándo se utilizan, cómo se forman en el desarrollo). Pero las
causas últimas de las adaptaciones (qué las ha producido) hay que buscarlas en la evolución.
En realidad, lo que se propone la paleontología es transformar la pregunta «por qué las especies son
como son» en la pregunta «cómo han llegado las especies a ser como son». A los científicos no nos
gustan las preguntas del tipo «por qué», como puede verse.
Fuente: Juan Luis Arsuaga, Vida, la gran historia. Un viaje por el laberinto de la evolución. Ediciones Destino (2019) (fragmento adaptado).

31. Según el texto, el científico huye de la noción de


A)un propósito en la naturaleza. B)la teología en los seres vivos.
C)los organismos como máquinas. D)procesos naturales sin propósito.

32. ¿Cuál es la función del segundo párrafo del texto?


A)Comparar las maneras científicas de abordar las leyes de la naturaleza.
B)Ejemplificar las distintas variedades de preguntas que hace la ciencia.
C)Dar una respuesta inicial a la pregunta con la que empieza el texto.
D)Responder en detalle las preguntas de ejemplo del párrafo anterior.

33. ¿Cuál es el propósito principal del texto?


A)Formular diversas preguntas sobre el método científico.
B)Aclarar ciertas ideas sobre los alcances de la ciencia.
C)Presentar la evolución como un ejemplo de una idea científica central.
D)Explicar una diferencia de enfoque entre dos ramas de la ciencia.
LA QUÍMICA DEL UNIVERSO

En los orígenes del universo, cuando la temperatura era de alrededor de mil millones de grados, se
comenzaron a formar los núcleos de los elementos. Primero se formaron los más simples: el hidrógeno
(H) y el helio (He); posteriormente, en el interior de las estrellas se fueron formando los núcleos de los
elementos que actualmente forman parte de los cuerpos celestes, de nuestro planeta y de los seres
vivos. Así, es posible afirmar que el origen de todo lo que nos rodea, y el de la vida misma, son las
estrellas.
Cuando en el planeta Tierra aún no aparecía la vida, debió de existir una atmósfera muy diferente a la
actual. Los gases estaban sometidos a las altas temperaturas y a la radiación ultravioleta que llegaba del
Sol sin obstáculos, lo que debió dar origen a nuevas moléculas orgánicas, como los aminoácidos. Es muy
probable que el vapor de agua contenido en la atmósfera se disociara por acción de los rayos ultravioleta,
generando así oxígeno. Las reacciones químicas seguramente generaron agua líquida y nitrógeno y, con
el tiempo, la cantidad de este último aumentó gradualmente hasta llegar a predominar en la atmósfera.
De manera semejante, se formó el ozono que, al constituir una capa en la atmósfera superior, impidió
posteriormente, en gran medida, la entrada de los rayos ultravioleta del Sol, con lo que se facilitó la
aparición de la vida vegetal. Esta, a su vez, por medio de la fotosíntesis, liberó oxígeno, que gradualmente
se fue acumulando en la atmósfera hasta propiciar los eventos que permitieron la aparición de otras
formas de vida. La atmósfera de la Tierra, así, poco a poco, se fue acercando a la composición que tiene
actualmente y de la que disfrutamos quienes habitamos en ella.
El resto de los planetas de nuestro sistema solar no son tan afortunados como el nuestro, pues ninguno
tiene agua en abundancia ni tiene una atmósfera rica en oxígeno. Por ejemplo, en Mercurio existen
temperaturas superiores a 300 ºC en el día e inferiores a 200 ºC bajo cero por la noche. Su atmósfera,
constituida por gases inertes como helio, argón y neón, la hace completamente irrespirable para el ser
humano, quien moriría por asfixia en poco tiempo.
Los principales elementos de que está formado el cuerpo humano son carbono (C), oxígeno (O),
hidrógeno (H) y nitrógeno (N), elementos que son también los principales componentes de todos los
seres vivos, desde los organismos unicelulares hasta los enormes seres, como las ballenas y los grandes
árboles.
La molécula más abundante en los seres vivos es el agua. En el ser humano llega a ser más de 70% de su
peso, de manera que, si una persona de 100 kg de peso fuese desecada, su materia seca pesaría tan sólo
30 kg. Ahora bien, si esta materia restante fuese incinerada, la mayor parte se convertiría en bióxido de
carbono, que regresaría a la atmósfera. De esta manera, todos los elementos que fueron tomados de la
Tierra y de la atmósfera para crear un ser vivo regresan a su punto de origen, donde quedan en
disposición de ser reutilizados. Los elementos que forman parte de los seres vivos no sólo son
importantes constituyentes de nuestro planeta, lo son también de otros cuerpos celestes,
encontrándose incluso en los espacios interestelares.
Fuente: Alfonso Romo de Vivar y Guillermo Delgado, Química, universo, Tierra y vida (4 ed.). México: Fondo de Cultura Económica (2011),
pp. 19-37 (fragmento adaptado).

34. Según el texto, ¿cuál es el origen de toda la materia que tenemos alrededor?
A)La atmósfera B)El hidrógeno C)Las estrellas D)El agua

35. ¿Con qué propósito se menciona a Mercurio en la lectura?


A)Describir las circunstancias que se observan en distintos planetas del sistema solar.
B)Ejemplificar las condiciones que no permitieron el surgimiento de la vida en otros planetas.
C)Precisar las razones concretas que llevan a que ese planeta no permita la vida humana.
D)Explicar por qué los planetas más cercanos a la Tierra no tienen una atmósfera rica en oxígeno.

36. ¿Cuál es el tema del último párrafo?


A)La incorporación de elementos sin vida en los seres vivos
B)La proporción de agua en la composición de los seres humanos
C)La presencia de unos mismos elementos en toda la materia del universo
D)La distribución de elementos en las estrellas y los espacios interestelares
LA FIESTA DE ANGELITA

Cuando Angelita iba a cumplir los quince años, mandó las invitaciones como un mes antes, y me acuerdo
que todo el mundo se la pasaba hablando de la fiesta en los recreos. Los que más hablaban eran Eduardo
Pineda y José Nicolás Urdinola y el flaco Calero, que ya sabían bailar y todo, además que eran del equipo
de natación del colegio; José Nicolás se volvería muy famoso luego con la natación, fue hasta Tokio
representando al país, y volvió con una medalla de bronce.
A mí también me invitaron a la fiesta de Angelita, seguro por no quedar mal con mi mamá; porque yo sí
andaba con ellos, pero no tenía ningún amigo, y además no sabía bailar, y mucha gente lo sabía. Un
domingo que fui a Dapa con mis papás a la finca de los Restrepo y que había qué montón de gente, todos
ellos también fueron llegando, porque había muchos que también veraneaban en Dapa; yo estaba por
allí todo perdido recogiendo guayabas agrias, y me sentía muy feliz; pero ellos llegaron a donde yo
estaba, haciendo bulla, y se pusieron a preguntarme cosas que yo se las respondía rápido, y yo no sé qué
era lo que pensaban, pero al rato me dijeron que fuera con ellos a la casa.
Había muchas jóvenes. Angelita era la más bonita de todas, toda vestida de blanco. Yo querría acercarme
a ella si no hubiera tanta gente y hablarle cosas que aprendí en Moby Dick, un libro que leí hace mucho,
sobre el color blanco, pero más bien me contentaba con ubicarme donde podía mirarla sin la presión de
conversar. Luego descubrí que ella tenía en la blusa una manchita en el vientre como de color verde,
pero tampoco le pregunté nada de aquella mancha, que por lo demás ella parecía no advertirla siquiera.
También estaba Amparo Rivera, que se quedó detrás, creo que para caminar al lado mío, y yo le ofrecí
guayabas agrias, pero estaban muy agrias para ella, y las escupió. De todos modos, a mí me gustaban.
Luego en la casa fue cuando me dijo que si bailábamos y yo tenía que afrontar la vida, ¿no? Le dije que
no, que no sabía, y hasta pensé en el futuro durante un segundo, todo fresco, pero ella me dijo camine
yo le enseño. Yo tuve que salir a la pista, y era que yo tenía muy tieso el cuerpo o no sé, pero de todos
modos no me pudo enseñar nada. Amparo dijo que no importaba, pero yo sabía que sí, y aún así se sentó
a mi lado y se puso a conversarme cosas que yo no entendía, además que todo el mundo me estaba
mirando. Yo le dije a Amparo que perdón un momentico, que ya venía, pero mentiras: me fui de allí a
buscar a mi mamá.
Serían las seis cuando la vine a encontrar: caminaba con mi papá por la orilla del lago, con la cabeza
recostada en el hombro de él, abrazándole la cintura, y él tenía su brazo en el hombro de ella, y los dos
eran muy felices a la distancia. Yo me hice detrás de una lomita a mirarlos detrás de una fortaleza
invisible e inexpugnable. Caminaron así creo que sin hablar ni nada, hasta que se hizo de noche y
subieron la loma jugando y corriendo. Pasaron junto a mí, pero no me vieron, en serio. En la casa fue
cuando ella preguntó por mí, y yo me demoré en aparecer. ¿Hubiera podido quedarme a vivir en la
montaña, y bajar algún día la ciudad? Cuando aparecí, ella corrió un poquito hacia mí y me dio un abrazo.
Cuando nos fuimos de allí los muchachos todavía bailaban. Amparo estaba bailando con José Nicolás,
que hacía muy buenos pasos.
En los días que antecedieron a la fiesta de Angelita, yo me les pegaba a los grupos en los recreos, y los
oía hablar en silencio, pensando en mis cosas. Por la tarde mi mamá me esperaba ya con el disco puesto
para practicar una hora de baile, y yo a pesar de que me esforcé no aprendí muy rápido; me gustaba
mucho era verla bailar a ella. Faltando como una semana todavía no sabía hacer bien los pasos, pero mi
mamá estaba empeñada en hacerme aprender, y doblamos el tiempo a dos horas de puro baile. Yo creo
que ella ya se aburría al final, pero nunca en su vida me lo demostró. Y cuando mi papá llegaba de la
finca se sentaba en la sala sin decir nada, a vernos bailar, y decía que no se explicaba que él siendo tan
buen bailarín yo hubiera salido más tieso que varilla. Pero aprendí a hacer los pasos básicos. Con eso
tenés, me dijo mi mamá, no es sino que contés mentalmente los pasos. No es sino aflojar el cuerpo.
Luego, cuando vas siguiendo el ritmo, es mucho más fácil. No es sino aflojar el cuerpo. Vas a ver que salís
muy bien. Y yo la miraba y le decía que le creía.
Fuente: Andrés Caicedo, Noche sin fortuna. Seix Barral (2019), pp. 21-24 (fragmento adaptado).

37. ¿De qué le quería hablar el narrador a Angelita cuando la vio?


A)De los colores de su blusa. B)De su fiesta de quince años.
C)De algo que había leído en un libro. D)De las guayabas que estaba comiendo.
38. ¿Qué se puede deducir sobre Amparo Rivera?
A)Es muy buena bailarina. B)Es exigente con la comida.
C)Está interesada en el narrador. D)Conoce a la mamá del narrador.

39. ¿Cuál de las siguientes oraciones, si se agregara al final del último párrafo, cambiaría más nuestra
percepción del narrador?
A)Pero ella sabía, como yo, que en la fiesta iba a necesitar más que los pasos que me había enseñado.
B)La fiesta llegó al fin, y me la pasé recordando los pasos en silencio; ni siquiera con Amparo quise
bailar.
C)Cuando llegó el día de la fiesta, y Amparo me invitó a bailar, me volvió a decir que estaba muy tieso,
pero esta vez no dijo que no importaba.
D)Y parece que le creí, porque, en la fiesta, con tanta práctica encima, invité a bailar a Angelita y nos
pasamos la canción hablando del blanco de su vestido.

40. Mirar la imagen siguiente y responder

También podría gustarte