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PBIO\UNIDAD II\Tema 5. GUIÓN DE APOYO.

La finalidad de estos guiones no es sustituir la revisión de materiales y las investigaciones que por
iniciativa propia haga a fin de estudiar los contenidos del curso, como autogestor de su aprendizaje.
Tienen la intención de presentar algunas ideas que faciliten la comprensión de las láminas resumen
de los temas del curso. Nota: L (lámina).

Continua la Unidad II con el Tema 5, dedicado a la biomasa, que es uno de los productos del BRR.
En la L-2, un recordatorio que debes tomar en cuenta para profundizar en algunos conceptos.

Se define en las L-3 y 4 el concepto de biomasa. Se observa un colorido paisaje donde aparecen
materiales de diversa índole, pero todos de naturaleza orgánica… y eso es la biomasa… materia
orgánica y energía renovable.

Lo anterior hace que, para comprender un poco más ese concepto, se hace necesario abordarlo
desde dos puntos de vista: materia orgánica/fuente proteica y recurso energético. Empezaremos
por la primera aproximación.

Los materiales orgánicos están conformados fundamentalmente por cuatro elementos (C-H-N-O) y
además compuestos minerales, cuyas combinaciones dan producto a todo lo que se conoce como
materia viva (L-6). En los BRR se produce biomasa, que es principalmente proteínas, que se generan
en una proporción que dependerá de las condiciones controladas de ese ambiente.

En ese sentido, las células microbianas (biomasa) que se producen, se emplean en dos ámbitos bien
delimitados de la industria de los alimentos: como fuente alimenticia (SCP) y como iniciadores en
fermentaciones (L-7).

SCP, significa single cell protein o proteína unicelular. Así se denomina a la proteína que se obtiene
a partir de MOs y que se puede utilizar como alimento tanto humano como animal (L-9). ¿Cómo
surgió la idea de alimentarse a partir de MOs?... de una crisis!

Para la época de la 1era guerra mundial, el déficit de alimentos a consecuencia de la confrontación,


hizo que se buscaran otras fuentes baratas de proteína, que es uno de los nutrientes más
importantes que necesita el ser humano en su dieta. Las primeras, se crearon a partir de S. cerevisiae
por ser una levadura ampliamente conocida; no obstante, su poco atractivo sensorial hizo que una
vez superada la crisis de la guerra, se retomaran las fuentes de proteína tradicionales (L-10). Al punto
que, la SCP que se produce en la actualidad tiene como destino la alimentación animal (L-11). Y
aquella que se emplea en consumo humano, se integra a los productos como un ingrediente
complementario para enriquecerlos.

En las L-13 hasta la 15, se enuncian las ventajas y las desventajas del uso de SCP como recurso
proteínico. Entre las ventajas destaca el hecho de que es una proteína que no depende de aspectos
estacionales, de la que se puede obtener un alto rendimiento porque se produce en ambientes
controlados; además resulta rentable, debido a que se pueden obtener a partir de materias primas
muy económicas e incluso residuos agroindustriales.

Por su parte, de las desventajas la mayor limitación es cultural, porque en occidente (el lado del
mundo donde vivimos) el hecho de ingerir MOs resulta poco atractivo. Otro aspecto, pero desde el
punto de vista tecnológico, es que en el caldo de fermentación la SCP se produce en poca cantidad
sumado al hecho de que hay que hacerla atractiva organolépticamente. Entonces eso hace que la
inversión para acondicionarla y darle las características de producto final, puede llegar a ser elevada.

Los principales componentes de la biomasa bacteriana, son altamente aprovechables como se


muestra en la L-17; pueden ampliar la información en el enlace que se incluye. Siendo que los
principales MOs que se utilizan para producir biomasa, son los que se indican en la L-18.

Recordando que estos MOs son de uso industrial, deberán cumplir con las premisas que se
enumeran en la L-19. En la L-20, los sustratos mayoritariamente empleados en la producción de
biomasa y los MOs asociados.

Debido a que la producción de biomasa es un proceso industrial, se han desarrollado varias patentes
para su comercialización, las que aprovechan distintos tipos de sustratos y MOs (L-21), como se verá
a continuación.

Cuando se trata de alcanos, o compuestos hidrocarbonados de enlaces simples, las patentes más
conocidas son la de BP (Laverna-Fr) o la del consorcio BP-ANIC, ver L-22. Cabe precisar que BP, es la
compañía petrolera británica (British Petroleum) que emplea cortes baratos de la refinación del
petróleo con la finalidad de producir SCP, llamada tropina (L-23).
Otra opción como sustrato es la que representa el metano, éste es el compuesto gaseoso más simple
de los alcanos, cuyas ventajas y desventajas se leen en la L-25. Esta también es una iniciativa de una
compañía petrolera… la Shell.

Para superar las limitaciones de seguridad técnica del metano, se originó un nuevo proceso que
emplea en este caso alcoholes de cadena corta (L-26) y que dan como producto la patente ICI para
obtener pruteen (SCP).

Con estas patentes que emplean como sustratos productos asociados con la refinación petrolera,
existe el temor de que la proteína que se produce pueda contener residuos de hidrocarburos
potencialmente cancerígenos; aspecto que atenta contra la seguridad de la SCP como alimento. Por
esta razón, se ha migrado hacia el aprovechamiento de residuos agroindustriales, que además de
ser económicos están disponibles en grandes cantidades y también representa una alternativa de
aprovechamiento ecológico que minimiza el impacto ambiental de esos residuos (L-27).

Retomando lo relacionado con la seguridad, se tiene primero que considerar el hecho de los MOs
como recurso proteico resultan muy competitivos. Esto es verificable al observar el aporte de éstos
(L-29) en comparación con las fuentes tradicionales de proteína (L-30); no obstante, existen algunas
limitaciones (L-31) que han hecho que la SCP sea mayormente aprovechable en consumo animal.

En la segunda sección de la clase, se estudiará a la biomasa como recurso energético por su uso para
producir biocombustibles (L-33 hasta la 35). Estos combustibles son de diversa índole: sólidos,
líquidos o gaseosos, pero tienen en común que son de naturaleza renovable.
Los biocombustibles han evolucionado con el tiempo (L-37). En sus inicios, se produjeron a partir de
material vegetal rico en carbohidratos y aceites, pero resultó que esos mismos cultivos eran
empleados en alimentación. Entonces se creó el debate en torno al tema de qué era más
importante: producir energía o alimentarse. Esa situación motivó a la búsqueda de otros recursos y
se llegó al aprovechamiento de residuos ricos en celulosa.

Posteriormente, se encontró que había material vegetal no comestible que además de crecer muy
rápido, resultaban muy ricos energéticamente y con ellos se obtuvieron biocombustibles de 3era
generación. Hoy día, con la situación del calentamiento global a consecuencia de un uso
indiscriminado de los recursos, se ha llegado a una 4ta generación de combustibles a partir de
bacterias, que tienen la ventaja de la producción en ambientes controlados.

Ya se ha hecho frecuente escuchar los términos de biodiesel, bioetanol y biogas. Estos tres son, por
excelencia, los biocombustibles que han promovido el crecimiento de la industria energética, con el
aprovechamiento de diversos recursos vegetales y el uso que se les da a estos combustibles (L-38 y
39). Cabe destacar que a la par del desarrollo de la síntesis de biocombustibles, ha sido necesario la
innovación en la tecnología de los motores para su adecuado aprovechamiento.

En las L-41 hasta la 43, se muestran las rutas tecnológicas que se emplean para producir
biocombustibles; y en la L-44, una alternativa que también está disponible que consiste en
aprovechar a las algas para producir biodiesel.
De manera general, lo que hace atractivo a cualquier combustible es su capacidad para producir
energía: el poder calorífico (L-45). Si comparan el poder de combustibles tipo bio (tabla superior)
con el de los convencionales (tabla inferior) se observa que los bio son competitivos, con el añadido
de que además generan muy pocas emisiones contaminantes al ambiente. En las L-46 y 47, se
sistematizan las ventajas y limitaciones del uso de biocombustibles.

La clase finaliza, con una lectura obligatoria.

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