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LA RECONSTRUCCIÓN FRANQUISTA Y LA EXPERIENCIA DE LA EUROPA

OCCIDENTAL, 1934-1959 1

Jordi Catalan
Universitat de Barcelona

1. Introducción.

Este trabajo pretende establecer si la economía española creció por encima o por debajo de su
potencial durante el primer franquismo y cuánto. Para responder a estas cuestiones, he intentado
contrastar las teorías que explican las diferencias en los ritmos de crecimiento de los estados de la
Europa capitalista entre mediados de los años treinta y finales de los cincuenta. Una vez obtenida
la variable explicativa más relevante de la pauta de expansión de los países de la Europa occidental
en cada período histórico, estimo hasta qué punto el crecimiento español efectivo se alejó del
potencial. A continuación, exploro las causas de dicho alejamiento. El análisis efectuado arroja,
además, alguna luz sobre las causas del éxito de la segunda reconstrucción europea del Novecientos
y los fundamentos de la "edad de oro".
Los períodos considerados son dos: 1934-1949 y 1949-59. Durante el primero, parecen hechos
capitales el enfrentamiento bélico mundial (con su prolegómeno español) y el proceso de
reconstrucción europeo en clave macroeconómica. El punto escogido para inicio del primer tramo
de análisis ha sido el año de 1934, porque dicho momento se halla equidistante del estallido de la
guerra civil (1936) y del de máxima intensidad de la depresión (1932). Puede, por tanto,
considerarse un año de relativa normalidad en el conjunto de países de la Europa occidental2 . Debo
advertir que sólo tomo en consideración las economías con población superior a un millón de
habitantes que siguieron siendo economías capitalistas después de la guerra.
He considerado el año de 1949 como final del priver intervalo de análisis debido, principalmente,
a ser el momento en que la Europa capitalista recuperó el nivel de PIB per capita prebélico

1
Versiones previas de esta investigación fueron presentadas en los seminarios de historia
económica de las universidades de Barcelona, Complutense de Madrid y Santiago y en la U.I.M.P.
Agradezco a los asistentes a dichos seminarios sugerencias y ayuda y, especialmente, a Carlos
Barciela, Albert Carreras, Xan Carmona, Juan Hernández Andreu, Alfonso Herranz, Enrique Llopis,
José Antonio Miranda, Jordi Nadal, Núria Puig, Maria Carme Riera, Raimon Soler, Carles Sudrià
y Daniel Tirado. Los errores son de mi exclusiva responsabilidad. El trabajo ha contado con el
apoyo financiero del proyecto PB98-1187
2
Para reducir el impacto cíclico he utilizado como valor de PIB per capita de 1934 la media del
período 1933-35. Ello también ha favorecido tomar como punto de partida 1934, puesto que haber
utilizado 1935 implicaría utilizar en la media móvil de España el dato de gran anormalidad
correspondiente a 1936.
(atendiendo a las cifras de Maddison). Señala, por tanto, el punto final de la reconstrucción desde
un punto de vista puramente macroeconómico.A nivel continental constituye, además, un buen corte
debido al realinamiento generalizado de paridades de septiembre de dicho año, que inauguró un
período de relativa estabilidad cambiaria en la Europa occidental. Por lo que se refiere a la economía
española, el límite de 1949 está lleno de sentido dado que en dicho año concluye un decenio de bajo
crecimiento (el de los cuarenta), para dar lugar a una década de fuerte expansión (la de los
cincuenta), y, porque alrededor de 1949, cristaliza un giro en la política económica del régimen.
La constitución de la Unión Europea de Pagos (1950) y la paulatina supresión de las cuotas a la
importación por las economías de la Organización Europea para la Cooperación Económica; la
firma del Tratado de París (1951) con la resultante Comunidad Económica del Carbón y del Acero;
y la firma del Tratado de Roma (1957), que condujo a la formación de la C.E.E.; constituyeron
piezas básicas del nuevo equilibrio institucional intra-europeo e impidieron la marcha atrás en la
reconstrucción macroeconómica. A partir de 1958 las principales divisas europeas adoptaron la
convertibilidad exterior. En 1959 comenzaría el desarme arancelario en el comercio intra-
comunitario previsto en el Tratado de Roma. No es descabellado, por tanto, finalizar el análisis en
el año de 1959, tomándolo como punto de inflexión de los controles de los flujos comerciales y
financieros en la Europa capitalista. La restauración de la convertibilidad exterior de las divisas y
la nueva fase de apertura comercial propiciada por la Europa de los Seis (y adicionalmente por la
E.F.T.A.), puede considerarse que dan por terminada la fase de reconstrucción institucional de la
economía europea.
En el caso español tiene particular sentido tomar finales de los cincuenta como punto de corte,
puesto que el umbral de 1959 separa el crecimiento inestable e insostenible previo a la estabilización
de la expansión más saneada e intensa del período desarrollista. El programa de ajuste y reformas
estructurales que conocemos como Plan de Estabilización, significó arrinconar definitivamente los
principales rasgos característicosdel primer franquismo y optar por un modelo de regulación estatal
de la actividad económica más acorde con el tradicional proteccionismo arancelario de la España
prebélica.
Para evitar el problema de la sincronía de los ciclos de los distintos países, que tiende a
distorsionar significativamente la imagen derivada de operar con tasas de crecimiento, he calculado
éstas en base a la media de tres años.

2. Desastre español en perspectiva comparada, 1934-49.

Durante los tres últimos lustros, el tema que seguramente ha suscitado más debate entre los
economistas interesados por el crecimiento ha sido el de la hipótesis de la convergencia. En su
forma más simple dicha teoría postula que en el interior de un espacio con libre movilidad de
factores, las economías que parten de un nivel de renta per capita inferior tienden a crecer más
rápido. Entre las explicaciones teóricas de la relación inversa entre nivel de renta de partida y
crecimiento posterior destacan tres: la naturaleza de bien público de la tecnología; la existencia de
rendimientos decrecientes en la acumulación de capital; y la presunción de que la libre movilidad
de capital y trabajo tiende a igualar la remuneración de dichos factores.
En cuanto a la primera, la inspiración vino de Gerschenkron, quien difundió la visión del "late-
comer" como un país con un "gap" o desfase de productividad en relación a la del país
tecnológicamente líder. Gerschenkron, a su vez, recuperó una idea de Veblen, quien al estudiar la
impresionante reacción industrial de Alemania de finales del Ochocientos, apuntó a la ventaja que
un país rezagado podía sacar en términos de crecimiento al incorporar las tecnologías diseñadas
originariamente en la Gran Bretaña, sin incurrir en la obsolescencia propia de la economía líder3 .
La segunda fuente de inspiración de la idea de convergencia fue el modelo de crecimiento de Solow,
también conocido como neoclásico simple. La representación de la economomía en base a una
función de producción agregada de tipo Cobb-Douglas, con rendimientos decrecientes a la
acumulación de cada uno de los inputs por separado, implica que a largo plazo un país con
abundancia relativa de capital, experimentará una disminución en su ritmo de crecimiento debido
a que operarán los rendimientos decrecientes en la utilización del capital4 .

3
Veblen T. (1915): Imperial Germany and the Industrial Revolution, MacMillan, New York.
Gerschenkron A. (1956): "Economic Backwardness in Historical Perspective", Hoselitz B. (Ed.),
The Progress of Underdeveloped Areas, Chicago U.P. Abramovitz M. (1986): "Catching Up,
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Post-War European Economic Growth, Centre for Economic Policy Research, Cambridge U.P.
Temple J. (1999): "The New Growth Evidence", Journal of Economic Literature, March, pp.148-
149.
4
El modelo de Solow-Swan sólo predice convergencia si todos los países tienen idénticas tasas
de ahorro y de crecimiento de la población. Además, cuando varían parámetros como preferencias,
tecnologías o instituciones, las economías tienden a estadios estacionarios distintos. Barro y Sala
i Martin defienden, en consecuencia, que el modelo neoclásico simple no predice convergencia
absoluta sino relativa, es decir, condicionada por el nivel estacionario al que tiende la renta de la
economía en cuestión. Dos alternativas de condicionamiento son válidas para comprobar la validez
de la hipótesis de la convergencia en la aproximación empírica: el estudio de economías parecidas
(en las que podía suponerse homogeneidad de preferencias, tecnologías e instituciones) o la
utilización de regresiones múltiples (que permitieran capturar el estadio estacionario hacia el que
tendía cada economía). La primera de las alternativas de condicionamiento me parece adecuada para
el caso europeo donde no es descabellado suponer homogeneidad en preferencias, técnicas y marco
institucional. Solow R.M. (1956): "A Contribution to the Theory of Economic Growth", Quarterly
Journal of Economics, February. Barro R.J. (1991): "Economic Growth in a Cross Section of
Countries", Quarterly Journal of Economics, May. Barro J. & Sala i Martin X. (1991):
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(1994): Apuntes de crecimiento económico, Antoni Bosch, Barcelona. Sala i Martin X. (1997): "I
Just Ran Two Million Regressions", The American Economic Review, May.
Por último, siguiendo a Williamson, la libre movilidad de capitales en el seno de un área
determinada, tiende a favorecer que éstos vayan hacia las zonas donde su remuneración es alta y el
coste del trabajo, bajo5 . Lo contrario ocurre con la fuerza laboral que emigra hacia donde los
salarios son altos. Ambas tendencias operan en la dirección de igualar los niveles de renta a escala
planetaria, nacional o de otras áreas donde trabajo y capital fluyen libremente.
Si comparamos las tasas de crecimiento de los países de la Europa capitalista durante 1934-49
con el PIB per capita de partida, podemos observar que en este período no se cumplió la hipótesis
de la convergencia. Países con niveles de renta relativamente elevados en 1934 como Suecia, Suiza
y el Reino Unido estuvieron entre las que más crecieron durante los tres lustros, mientras que los
estados relativamente pobres de Grecia, España o Italia se situaron en la cola del dinamismo. Dicha
interpretación viene confirmada al someter a contrastación la hipótesis de existencia de una relación
inversa entre PIB per capita en 1934 y tasa de crecimiento posterior para las 17 economías de la
Europa capitalista. La regresión simple resultante tiene signo contrario al predicho por la teoría de
la convergencia (aunque el coeficiente no es significativo). Por tanto, el período de 1934-49 aparce
como de clara divergencia.

2.1. El shock bélico.

Neutrales como Suecia, Suiza y Portugal o países donde las hostilidades de la Segunda Guerra
Mundial fueron limitadas (Finlandia, Noruega y Reino Unido), destacan entre los que registraron
mayores ritmos de crecimiento durante el período. El impacto depresivo de las contiendas militares
dislocó la actividad productiva en los países involucrados en la guerra por múltiples vías: corte de
suministros básicos, pérdida de mercados, carencia de mano de obra y destrucciones de
infraestructuras y equipo. El shock macroeconómico experimentado en el momento de máxima
intensidad de la guerra es un buen candidato a explicar el potencial de crecimiento de cada país
europeo en este intervalo histórico. Para medir dicho impacto he construido la variable
PIBMIN3649, definida como el cociente entre el PIB per capita mínimo registrado por cada
economía entre 1936 y 1949 y el PIB per capita medio de 1934 (cuadro 1). La variable identifica
el grado de dislocación máxima de la actividad económica durante el intervalo considerado a causa
de la guerra. Puede observarse como Grecia (donde el PIB cayó hasta el 39% del nivel de 1934)

5
Williamson J.G. (1965): "Regional Inequality and the Process of National Development: A
Description of Patterns", Economic Development and Cultural Change, July. Williamson J.G.
(1991): Inequality, Poverty and History, Basil Blackwell, Oxford.
Williamson J.G. (1995): "The Evolution of Global Markets Since 1830: Background Evidence and
Hypotheses" Explorations in Economic History, vol.32. O'Rourke K.H. & Williamson J.G.
(1999): Globalization and History. The Evolution of a Nineteenth-Century Atlantic Economy, The
MIT Press, Cambridge Mass.
Cuadro 1. Crecimiento del PIB per capita en 1934-49 e impacto macroeconómico de las hostilidade

CREC3449 PIBMIN3649
Tasa de crecimiento anual Nivel mínimo de PIB p.c.
acumulativo del PIB p.c. en 1936-49 respecto a 1934

1 Austria 0,86 0,60


2 Bélgica 0,66 0,83
3 Confederación Helvética 2,79 0,99
4 Dinamarca 1,28 0,85
5 España -1,00 0,73
6 Finlandia 2,30 1,10
7 Francia 1,04 0,58
8 Grecia -1,77 0,39
9 Irlanda 0,93 0,77
10 Italia 0,63 0,64
11 Noruega 2,26 0,96
12 Países Bajos 1,12 0,55
13 Portugal 1,66 1,05
14 Reino Unido 1,50 1,09
15 República Federal Alemana -0,29 0,65
16 Suecia 3,32 1,12
17 Turquía 1,17 0,84

Notas: El PIB per capita correspondiente a 1934 es la media de 1933-35. En los casos
de Irlanda y Portugal son la media de 1933 y 1936 y de 1928 y 1938, respectivamente.
La tasa de crecimiento se calcula entre la media de 1933-35 y la de 1948-50.
Fuente: Maddison A. (1995):Monitoring the World Economy 1820-1992, OECD, Paris.
Para estimar la caída máxima del PIB per capita de Portugal he utilizado
la estimación de Valèrio. La serie de Irlanda es incompleta.

o Austria, Alemania e Italia (que retrocedieron por debajo del 65%), estuvieron entre los países de
crecimiento promedio más lento. En cambio, en los neutrales y países nórdicos y en la Gran
Bretaña, donde el PIB per capita no retrocedió, se experimentaron las tasas de crecimiento
promedio máximas.
Al estimar una regresión simple con el método de los mínimos cuadráticos entre la variable que
mide la intensidad del shock bélico (PBMIN3649) y el crecimiento del período 1934-49 obtenemos
resultados significativos (cuadro 2)6 Es decir, la caída máxima del PIB entre 1936 y 1949 explica
bien la tasa de crecimiento que en promedio registraban las 17 economías de la Europa capitalista.
Dicho de otra forma: las economías que experimentaron una mayor recesión en su nivel de actividad
entre medidados de los años treinta y finales de los cuarenta, fueron las que mostraron una menor
tasa de crecimiento para los tres lustros anteriores a 1950.
El ejercicio, además de confirmar que la tasa de crecimiento del período depende de la intensidad
del shock bélico, permite estimar el potencial de crecimiento de cada país durante 1934-49. Si
aceptamos que la variable explicativa fundamental de las diferencias en intensidad de crecimiento
es la recesión en la actividad productiva provocada por las hostilidades bélicas y que la muestra de
países con la que operamos no es sesgada, la regresión obtenida puede utilizarse como indicador

6
El signo del coeficiente es el esperado, el estadístico t se sitúa por encima de 4 y la
probabilidad de que no exista relación entre ambas variables es sólo del 5 por 10.000.
del potencial de crecimiento (gráfico 1).
Cuadro 2. Resultados de CREC3449 = C + b1 PIBMIN3649 + e
Dependent Variable: CREC3449

Method: Least Squares

Included observations: 17

Variable Coefficient Std. Error t-Statistic Prob.

C -2.565292 0.782142 -3.279829 0.0051

PIBMIN3649 4.517930 0.935624 4.828788 0.0002

R-squared 0.608531 Mean dependent var 1.085594

Adjusted R-squared 0.582433 S.D. dependent var 1.277860

S.E. of regression 0.825746 Akaike info criterion 2.565072

Sum squared resid 10.22784 Schwarz criterion 2.663097

Log likelihood -19.80311 F-statistic 23.31719

Durbin-Watson stat 2.175017 Prob(F-statistic) 0.000221

En el caso español y dando por buenas las cifras de Prados utilizadas por Maddison, la caída
máxima del PIB se dió en 1938, momento en que el PIB per capita alcanzó sólo el 73% del nivel
medio prebélico. La caída hispana durante la guerra civil explicaría parcialmente que el Estado
español no se situase entre los países de máximo crecimiento en el período que nos ocupa. Pero
ésta fue inferior a la experimentada por Grecia, Francia e Italia o por los Países Bajos, Austria y
Alemania. De acuerdo con la ecuación estimada para el conjunto del continente, a un PIB de sólo
el 73% en el momento de máxima intensidad de la contracción, le correspondería una tasa de
crecimiento promedio del 0,74% anual durante 1934-49, mientras que la efectiva fue del -1,00%.
Es decir, según la norma europea, la economía española se comportó mucho peor de lo que le
tocaría por el impacto de la Guerra Civil. Incorporando el efecto negativo de la misma sobre el
crecimiento, quedaría un notable residuo de mal comportamiento español a explicar. España
habría crecido durante 1934-49 alrededor del 1,74% menos al año (en promedio) de lo que cabía
esperar de acuerdo con la magnitud de la recesión provocada por la guerra civil. Siguiendo la pauta
de reconstrucción europea y teniendo en cuenta la caída de actividad máxima en la guerra, el PIB
per capita español en 1949 habría sido de alrededor de 3.086 dólares Geary-Khamis de 1990,
nivel que de hecho sólo se alcanzó en 1955 y que superaba en alrededor de un 30%, el PIB per
capita medio
efectivamente registrado
4
en 1949 (fila primera,
cuadro 3).
El anterior ejercicio
corrobora el fracaso de la
2
pauta de reconstrucción
económica seguida

ESP
-2
0.2 0.4 0.6 0.8 1.0 1.2

PIBMIN3649
Cuadro 3. Discrepancia entre el PIB per capita medio efectivo de España y el predecido por las regresiones.

Variable dependiente: CREC3449

Variables independientes Tasa de crecimiento 1934-49 PIB per capita estimado para 1949
%
$ Geary- respecto al respecto al
efectiva estimada residuo Khamis 1990 efectivo 1949 efectivo 1934

PIBMIN3649 -1,001 0,742 -1,743 3086 130 112

PIBMIN3649, MARSHPCOL -1,001 0,243 -1,244 2864 121 104

PIBMIN3649, MARSHPCOL,
DEVR48 -1,001 -0,142 -0,860 2704 114 98

PIBMIN3649, MARSHPCOL,
DEVR48, CAMBNEG48 -1,001 -0,210 -0,791 2676 113 97

Notas: La tasa de crecimiento estimada es la ajustada por la regresión que toma como variables exógenas
las que figuran a la izquierda y como endógena la tasa de crecimiento del PIB per capita medio en 1934-49.
El residuo es la diferencia entre la tasa de crecimiento efectivamente registrada y la tasa predecida por la
ecuación. El PIB per capita en $ Geary-Khamis es el obtenido de aplicar la tasa de crecimiento estimada
al PIB per capita de partida en 1934 (2762$ Geary-Khamis de 1990). La última columna es el cociente entre
el PIB per capita estimado y el valor entre paréntesis, multiplicado por 100. La penúltima se construye con el
numerador anterior y el PIB per capita medio efectivo de 1949 (2375$ G-K de 1990). Cifras en %.
Fuente: Elaboración propia con las fuentes de los cuadros del texto, que presentan las variables.
Los resultados de las regresiones se presentan en los cuadros adjuntos. La muestra corresponde a los
17 países de la Europa capitalista con población superior al millón de habitantes.
durante el primer franquismo7. He achacado dicha ruptura de posguerra a la confluencia de cuatro
factores: escasez de materias primas, restricciones energéticas, caída del rendimiento laboral y
consecuencias del alineamiento político y económico del nuevo régimen con las fuerzas del Eje.
La escasez de materias primas se derivó, primeramente, de la disminución en los volúmenes
físicos de importación8. La reducción de las importaciones de algodón y lana repercutió

7
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de Historia Industrial, Barcelona.
8
Las cifras de comercio exterior para este período son en algunos países como España muy
negativamente sobre la producción textil9. La principal causa de la lenta recuperación siderúrgica
fue la reducción en las importaciones de coque y chatarra10. El retroceso en las adqusiciones de
fosfatos impidió la normalización en la producción de superfosfatos. Este hecho y la disminución
de las compras en el exterior de sulfato amónico y nitratos, contribuyeron a la lenta recuperación
del consumo de abonos inorgánicos y, por tanto, de la producción agraria 11. La producción de
calzado y papel fueron hipotecadas respectivamente por las bajas importaciones de cueros y
pasta de papel12. La industria alimentaria padeció la caída en las compras exteriores de inputs
como hojalata o cacao13.
En segundo lugar, se creó escasez adicional de inputs básicos debido a la intervención de la
distribución de los mismos con instrumentos como el racionamiento y la fijación de cupos y
precios de tasa14. En los repartos centralizados de materias primas y alimentos se concedió

problemáticas, debido a la existencia de fuertes controles de cambios y la extensión del estraperlo.


Los ejercicios de regresión realizados utilizando las cifras oficiales que figuran en los anuarios de
las Naciones Unidas no han sido siempre concluyentes. El resultado más significativo obtenido es
el que liga el valor medio per capita de las importaciones en dólares con el crecimiento. El nivel per
capita de la importación en 1949 resulta significativo para explicar la tasa de crecimiento europea,
tanto en regresión simple como acompañando a la variable PIBMIN3649. La variable confirma que
España a finales de los cuarenta registraba un nivel anormalmente bajo de importaciones en el
contexto de la Europa occidental. De haberse registrado un nivel de importación acorde con la pauta
continental, España habría crecido a un ritmo próximo al que se obtenía suponiendo su participación
en el Plan arshall, pero incluso suponiendo un valor más normal de importación el crecimiento
español es mucho menor a lo que le correspondería.
9
Maluquer Sostres J. (1973): La política algodonera (1940-1970), Banca Catalana, Barcelona.
Calvet J. (1992): La indústria tèxtil llanera a Espanya, 1939-1959, Col.legi de Doctors i Llicenciats,
Sabadell.
10
Catalan J. (1993): "Economía e industria: la ruptura de posguerra en perspectiva comparada",
Revista de Historia Industrial, 4.
11
Leal J.L., Leguina J., Naredo J.M. & Tarrafeta L. (1975): La agricultura en el desarrollo
capitalista español (1940-1970), Siglo XXI, Madrid. Barciela C. (1986): "Introducción. Segunda
Parte", Garrabou R., Barciela C. y Jiménez Blanco J.I. (Eds.), Historia agraria de la España
contemporánea, 3, El fin de la agricultura tradicional, Crítica, Barcelona. Catalan (1995).
12
Miranda J.A. (1994): "La industria del calzado española en la posguerra: los efectos del
intervencionismo sobre una industria de bienes de consumo", Revista de Historia Económica, XII,
n.2. Moreno R. (1994): La autarquía en Alicante (1939-1952), Instituto Juan Gil Albert. Gutierrez
M. (1999): Full a full. La indústria paperera de l'Anoia (1700-1998): Continuïtat i modernitat,
Abadia de Montserrat, Barcelona.
13
Catalan J. (1994): "Industrialización difusa y desarrollo económico: el retroceso de 1939-58"
en Nadal J. & Catalan J. (Eds.), La cara oculta de la industrialización española, Alianza, Madrid.
14
Los estudios sectoriales anteriormente citados presentan multitud de evidencias que indican
la magnitud de las distorsiones creadas por los suministros preferentes y los precios intervenidos.
prioridad a las empresas que trabajaban en proyectos de interés oficial o preferente. Gozaron de
esta clasificación, los proyectos de los ministerios militares, del Instituto Nacional de Industria
y todo tipo de actividades consideradas prioritarias por los vencedores de la Guerra Civil, desde
las obras de Falange Española hasta las de la Dirección General de Prisiones. La fijación de
precios de tasa relativamente bajos en una coyuntura de marcada escasez dio lugar a la
canalización de parte de los materiales obtenidos a precios de tasa hacia el mercado negro, donde
era normal que se pagase entre dos y tres veces el precio de tasa. Por ejemplo, en 1949 la
producción del principal producto de transformación siderúrgica, los perfiles laminados alcanzó
las 420.139 toneladas. De éstas el 68% se canalizó hacia mercados intervenidos preferentes, el
21% se repartió en forma de cupos entre el conjunto de empresas transformadorasy el 8% quedó
en manos de las propias acererías productoras15. Un 1% se dedicó a la exportación y sólo otro
1% se dedicó a la venta interior libre.
La fijación de precios poco realistas y el racionamiento de la oferta de materias primas y
alimentos, no sólo creó escasez artificial sino que, además, favoreció que los grandes beneficios
pasaran a generarse no tanto con la introducción de nuevos productos o procesos técnicos como
con el estraperlo con cupos o licencias de importación. Los precios administrados y el
racionamiento de la oferta de inputs y alimentos, también llevó al deterioro de las calidades de los
productos.
De manera similar, una componente básica de las restricciones energéticas fue la disminución
de las importaciones. España importaba un promedio de alrededor del millón de toneladas de
carbón en 1934 y no volvió a este nivel hasta 1953. Entre 1934 y 1949 las toneladas de
importación de petróleo en Italia quintuplicaron y en Portugal más que triplicaron, mientras que
en España sólo se multiplicaron por 2,6.
También en el caso de la energía, políticas erróneas contribuyeron a generar escasez adicional. Los
precios de los carbones de calidad (hulla y antracita) estuvieron controlados mientras que los de
los lignitos fueron libres16. Ello conllevó que el output carbonífero de peor calidad aumentase
mucho más rápidamente que el de hulla y antracita. La intervención de la distribución favoreció

15
Cifras originales hechas públicas por el Sindicato Nacional del Metal.
16
Sudrià C. (1987): "Segunda parte: 1936 a 1961", Coll S. y Sudrià C., El carbón en España,
1770-1961. Una historia económica, Madrid.
a determinados sectores y áreas geográficas, mientras estranguló a otros17. La congelación de
precios de la electricidad en un marco de elevada inflación determinó un abaratamiento real de la
oferta muy superior al operado en la mayoría de países occidentales18. Dada la insuficiencia en
las importaciones de combustibles fósiles, ello provocó un fortísimo aumento de la demanda de
energía eléctrica. Por otra parte, la capacidad instalada creció más lentamente en la posguerra que
antes de 1936 debido, primeramente, a las mayores dificultades de financiación de las inversiones
por las compañías eléctricas privadas, cuyos beneficios reales se erosionaron. El sector tampoco
constituyó prioridad del INI antes de 1944, momento en que se generalizaron las restricciones.
De ahí que a partir de entonces y hasta 1955, la demanda eléctrica sobrepasara ampliamente la
oferta y se impusieran los cortes periódicos de suministros.
El rendimiento laboral disminuyó por efecto combinado de la represión con que se saldó la
guerra civil (que privó a las fábricas de parte de recursos humanos particularmente valiosos), la
falta de materias primas, las restricciones energéticas y la notable disminución de los salarios
reales19. A nivel español el salario real neto se situaba en 1950 a un nivel del 74% con respecto
al de 193520. El retroceso parece notablemente superior al que indican los datos de PIB per capita
(86%). Si, como parece, los salarios reales cayeron bastante más que el PIB, operó una notable
redistribución de renta en contra del trabajo y a favor del capital. Ésta también tuvo que ver con
políticas libremente escogidas por los vencedores de 1939.
Además de conducir a la disminución en la intensidad de trabajo, el recorte permanente de
salarios reales tuvo otras tres consecuencias significativas. Frenó la recuperación de la demanda
real de bienes de consumo de masas, perjudicando a las actividades y territorios donde

17
Ribas A. (1978). L'economia catalana sota el franquisme (1939-1953), Barcelona.
18
Sudrià C. (1990): "La industria eléctrica y el desarrollo económico de España", García
Delgado J.L. (Ed.), Electricidad y desarrollo económico: perspectiva de un siglo, Oviedo. Catalan
(1992). Sudrià C.(1997): "La restricción energética al desarrollo económico de España", Papeles
de Economía Española, 73.
19
Molinero C. & Ysàs P. (1985): "Patria, justicia y pan". Nivell de vida i condicions de treball
a Catalunya, 1939-1951, La Magrana, Barcelona. Catalan (1992). Catalan J. (1993):
"Reconstrucción, política económica y desarrollo industrial: tres economías del Sur de Europa',
1944-1953", Prados L. & Zamagni V. (Eds.): El desarrollo económico en la Europa del Sur:
España e Italia en perspectiva histórica, Alianza, Madrid.
20
Catalan (1993).
predominaban las actividades productivas orientadas hacia el consumo. Aumentó la demanda de
trabajo, comportando una notable reducción del paro permanente. Por último, favoreció un
modelo de industrialización muy intensivo en la utilización de mano de obra y poco mecanizado.
El alineamiento político con el Eje durante la Segunda Guerra Mundial implicó que España
renunciase a utilizar créditos de los aliados cuando éstos estaban dispuestos a darlos y los indujo
a utilizar el corte de suministros como arma estratégica21. Dichas preferencias provocaron que al
término del conflicto, Franco estuviese aislado y fuese excluido de organismos como las Naciones
Unidas, el F.M.I. y el B.I.R.D. También le situó mal para acceder a la compra de inputs exteriores
sometidos a asignación internacional. Impidió, asimismo, el acceso a los fondos del European
Recovery Programme. La continuidad de Franco favoreció asimismo el cierre de fronteras por
Francia, obstaculizando la normalización de las importaciones.
La política económica no es, por tanto, la única explicación del fracaso en la reconstrucción
franquista de posguerra, aunque como ya he ido apuntando, contribuyó a ampliar los efectos de
las escaseces derivadas de la disminución de materias primas e inputs energéticos de importación.
En línea con la política exterior del régimen, la política económica del primer franquismo tuvo en
Alemania e Italia sus principales inspiradores. Los seis rasgos principales que emparentan el
modelo de reconstrucción español con las políticas aplicadas en los mencionados países del Eje
desde mediados de los años treinta son:
1. Veleidades autárquicas, entendidas como sacrifico de las importaciones básicas en aras a los
objetivos políticos del régimen.
2. Impulso de una industrialización guiada por prioridades de orden militar.
3. Intervención directa del estado en la fijación de precios, asignación de inputs y autorización de
inversiones.
4. Rechazo frontal a la devaluación como vía de ajustar la balanza de pagos y preferencia por un
sistema rígido de control de cambios.
5. Establecimiento de un sistema de relaciones laborales basado en la represión del sindicalismo

21
Viñas A. (1984): Guerra, dinero, dictadura. Ayuda fascista y autarquía en la España de Franco,
Crítica, Barcelona. García Pérez R. (1994): Franquismo y Tercer Reich, Centro de Estudios
Constitucionales, Madrid. Catalan (1995). Leitz C. (1996): Economic Relations Between Nazi
Germany and Franco's Spain 1936-1945, Clarendon Press, Oxford.
libre, encuadramiento obligatorio de los trabajadores en organizaciones verticales y fijación
centralizada de salarios.
Este modelo de política económica se ajustaba a las necesidades de los años treinta de los países
del Eje, cuyos objetivos principales fueron la reactivación económica en un marco no inflacionario
y la preparación de la guerra. Pero no era la estrategia más adecuada para favorecer la rápida
reconstrucción postbélica de un país pequeño que pretendiese normalizar los niveles de
producción y consumo con apremio. El principal problema de la posguerra europea fue de sub-
utilización de la capacidad productiva por falta de inputs, diendo origen al llamado "dollar gap",
falta de dólares para financiar las importaciones básicas. En Europa éstas se financiaron
inicialmente con cargo al U.N.R.R.A. y los créditos estadounidenses, y, en 1947, cuando la
recuperación pareció peligrar, la administración Truman anunció el lanzamiento del European
Recovery Programme.

2.2. El efecto del Plan Marshall.

El impacto del Plan Marshall sigue siendo controvertido. Milward mostró que los países
europeos recurrieron a productos americanos para su reconstrucción doméstica por encima de sus
requerimientos, debido a que estaban convencidos que los americanos acabarían financiándolos22.
En su opinión, sin la ayuda estadounidense la expansión europea hubiese podido seguir su curso,
aunque a un ritmo más lento. De Long y Eichengreen han insistido en el gran potencial de
substitutibilidad de los productos importados por Europa. La eliminación de las importaciones
europeas del input que causó los estrangulamientos más severos (el carbón) habría reducido el
producto de la Europa occidental durante el período de duración del ERP en no más de un 3%.
Además destacan que la ayuda del ERP no fue muy superior en términos reales a la canalizada
por el UNRRA y no superó el 3% de los ingresos nacionales de los países receptores durante
1948-5123. Eichengreen ha seguido insistiendo en la idea de que el auténtico éxito del Plan

22
Milward A.S. (1987): The Reconstruction of Western Europe 1945-51, Methuen.
23
De Long B. & Eichengreen B. (1993): "The Marshall Plan: History's Most Successful
Structural Adjustment Program", Dornbusch R., Nöling W. & Layard R. (1993) (Eds.), Postwar
Economic Reconstruction and Lessons for the East Today, The MIT Press.
Cuadro 4. Crecimiento del PIB per capita en 1934-49 y valor per capita de la ayuda Marshall durante 1948-49.

CREC3449 MARSHPOBCOL
Tasa de crecimiento anual $ de ayuda ERP p.c.
acumulativo del PIB p.c. durante 1948-49

1 Austria 0,86 54
2 Bélgica 0,66 19
3 Confederación Helvética 2,79 0
4 Dinamarca 1,28 41
5 España -1,00 0
6 Finlandia 2,30 0
7 Francia 1,04 14
8 Grecia -1,77 44
9 Irlanda 0,93 33
10 Italia 0,63 19
11 Noruega 2,26 48
12 Países Bajos 1,12 64
13 Portugal 1,66 2
14 Reino Unido 1,50 14
15 República Federal Alemana -0,29 18
16 Suecia 3,32 11
17 Turquía 1,17 5

Nota: Para calcular el valor per capita de ayuda Marshall se ha utilizado el total de población del
estado (es decir, incluyendo las colonias).
Fuente: Los valores de ayuda ERP se han calculado a partir de las cifras para 1948-51 que proporciona
Geiger T. (1999), "Reconstruction and the Beginnings of European Integration", Schulze (Ed.),
Western Europe. Economic and Social Change since 1945, Longman.
La población de las colonias en U.N.,Statistical Yearbook, 1949-50, New York.

Marshall se debió a que la condicionalidad de la ayuda llevó a los gobiernos europeos a imponer
disciplina financiera a sus economías y desmantelar los controles domésticos. Creó incentivos
para que se impusieran políticas cooperativas en el mercado de trabajo e incluso salvo a Europa
de las perversas consecuencias del modelo político-económico de la Argentina peronista.

El Estado español quedó al margen del E.R.P., impuso paz laboral con el terror y experimentó
una de las recuperaciones más lentas del continente. Todo ello sugiere que quizás el impacto del
Plan Marshall en la recuperación europea no fue tan leve como pretenden las tesis revisionistas.
Dado que el E.R.P. permitió acceder a un umbral mínimo de importaciones de inputs básicos o
de equipo para atemperar los estrangulamiento más dramáticos en el sistema de transportes o la
generación de electricidad, pudo contribuir decisivamente a la normalización de los niveles de
producción y consumo en los países de la Europa capitalista que se beneficiaron de la ayuda
(todos excepto España, Finlandia y Suiza). Si calculamos el impacto del plan Marshall en
términos del total de población bajo el dominio del estado en cuestión24, parece que los países

24
Las regresiones arrojan resultados más significativos cuando se dividen los fondos del E.R.P.
por la población total (incluyendo las colonias) que cuando el denominador se refiere solamente
más beneficiados por el ERP en términos per capita fueron los Países Bajos, Austria, Noruega,
Grecia y Dinamarca (cuadro 4).

Cuadro 5. Resultados de CREC3449 = C + b1 PIBMIN3649 + b2


MARSHPCOL + e
Dependent Variable: CREC3449

Method: Least Squares

Included observations: 17

Variable Coefficient Std. Error t-Statistic Prob.

C -3.758252 1.022933 -3.673994 0.0025

PIBMIN3649 5.466045 1.047163 5.219859 0.0001

MARSHPCOL 0.018799 0.011159 1.684693 0.1142

R-squared 0.674516 Mean dependent var 1.085594

Adjusted R-squared 0.628018 S.D. dependent var 1.277860

S.E. of regression 0.779371 Akaike info criterion 2.498126

Sum squared resid 8.503872 Schwarz criterion 2.645164

Log likelihood -18.23407 F-statistic 14.50641

Durbin-Watson stat 2.357571 Prob(F-statistic) 0.000387

Al intentar completar nuestro análisis del crecimiento de 1934-49 añadiendo a la variable shock
bélico (PIBMIN3649) el valor per capita de la ayuda Marshall percibida durante los dos primeros
años completos de funcionamiento del programa (MARSHPCOL), obtenemos una relación
positiva entre cantidad de los fondos recibidos y expansión del PIB per capita (cuadro 5). Dicha
variable aparece en el límite de significancia (el estadístico t permite descartar la ausencia de
correlación con un nivel de significancia del 90%, pero no del 95%). La conclusión es que la ayuda
Marshall contribuye a explicar las diferencias en ritmos de crecimiento de la Europa occidental
a finales de los años cuarenta. Utilizando la ecuación estimada con los datos europeos de impacto
del shock bélico (PIBMIN3649) y ayuda Marshall per capita (MARSHPCOL), podemos

a la población europea de los mencionados estados, como suele hacerse.


apuntar que dado que España no obtuvo ayuda estadounidense en los cuarenta y dada la caída del
PIB durante la guerra civil, su crecimiento habría tenido que equivaler a una tasa promedio del
0,24% anual para 1934-49 (fila segunda, cuadro 3). Asumiendo dicha tasa, el PIB per capita en
1949 en España habría sido de 2.864 $ Geary-Khamis de 1990, es decir, un 21% más del
efectivamente registrado. Dicho de otra forma, aún teniendo en cuenta que España no se benefició
de la ayuda Marshall durante 1948-49, el comportamiento del PIB per capita español continuaría
siendo deficiente de acuerdo con la norma europea.

2.3. La política de cambio como paradigma de emulación del Eje.

Las decisiones políticas y económicas tomadas por los ganadores de la guerra explican que
España creciese muy por debajo de lo que le correspondería teniendo en cuenta el impacto
macroeconómico de la guerra civil y haber sido excluida de la ayuda Marshall a finales de los años
cuarenta. Hemos analizado más arriba cómo los errores de política económica contribuyeron a
hacer más intensos los estrangulamientos derivados de las escaseces físicas. Entre éstos, quizás
el caso más flagrante de fracaso en la política económica libremente escogida correspondió a la
cambiaria. La peseta mantuvo siempre una paridad oficial poco acorde con la inflación diferencial
experimentada por España durante la guerra civili ni mundial. La divisa española estuvo
notablemente sobrevalorada25. La paridad irrealista de 11,085 pesetas por dólar implicó un exceso
de demanda de la divisa estadounidense al que se hizo frente con un rígido control de cambios y
que desvió un gran número de potenciales compradores de dólares hacia los mercados
clandestinos (el más conocido, el de la ciudad de administración internacional de Tánger, ocupada

25
Eguidazu F. (1978): Intervención monetaria y control de cambios en España 1900-1977, ICE,
Madrid. Viñas A., Viñuela, Eguidazu, Fernández Pulgar & Florensa (1979): Política comercial
exterior de España, 3 vols., Banco Exterior, Madrid. Catalan J. (1993): "Economía e industria: la
ruptura de posguerra en perspectiva comparada", Revista de Historia Industrial, 4. Serrano Sanz
J.M. & Asensio M.J. (1997): "El ingenierismo cambiario. La peseta en los años del cambio
múltiple, 1948-1959", Revista de Historia Económica, XXV, 3. Aixalá J. (1999): La peseta y los
precios. Un análisis de largo plazo (1868-1995), Prensas Universitarias de Zaragoza, Zaragoza.
Serrano J.M.(2000): "Veinte años de soledad. La autarquía de la peseta, 1939-1959", García
Delgado J.L. & Serrano Sanz J.M. (Dirs.), Del real al euro. Una historia de la peseta, La Caixa,
Barcelona.
por el Estado español durante el conflicto mundial).
El control de cambios puede considerarse un invento alemán de la Gran Guerra. Posteriormente,
el régimen nacional-socialista redescubrió el racionamiento de la divisa para evitar la devaluación
y mantener la ficción de una paridad fija respecto del oro. Además, el Reichmark pasó a ser la
primera divisa de la historia gobernada con un sistema de tipo de cambio múltiple. La España
franquista, primero, siguió por la vía alemana de mantener la ficción del cambio oro apreciado y
un rígido (y discrecional) control de cambios. Después intentó encubrir la devaluación por la vía
del sistema de cambios múltiple. En 1946 se empezó a ensayar la multiplicidad de cambios, al
establecerse un cambio preferencial de 16 ptas. por dólar para turismo y ayuda familiar. En
diciembre de 1948 se extendió y generalizó el sistema de cambios múltiples, conllevando una
notable devaluación encubierta. Tanto la brutal apreciación relativa entre 1936 y 1948 como la
opción por los cambios múltiples para enmascarar la devaluación, fueron soluciones que ratifican
que las innovaciones en materia económica de los países del Eje tuvieron el campo abonado en la
España del primer franquismo. Aunque España no fuese el único estado europeo en mantener la
divisa apreciada y los controles de cambios después de la Guerra Mundial, sí que estuvo entre
los que después de 1944 se enfrentó más abiertamente con la solución propugnada desde Bretton
Woods de unicidad de tipo de cambio26.
La sobrevaloración del cambio exterior de la peseta y la existencia de un extensísimo mercado
negro de divisas, constituyeron los resultados de elecciones autónomas del régimen, no impuestas
por el tan manido cerco internacional. En cuanto, se revelaron como errores de bulto de la política
económica, contribuyen a explicar que el crecimiento español de posguerra quedase por debajo
del potencial. Para demostrarlo intentaré primero probar la existencia de una relación directa entre
grado de devaluación real en la posguerra y crecimiento en la Europa capitalista. Posteriormente,
abordaré el tema de hasta qué punto la distorsión generada por la existencia de mercados paralelos
de divisas fue superior en España que en otros países.
Con objeto de contrastar la hipótesis de la existencia de relación entre el grado de devaluación
real y el crecimiento del producto per capita, he calculado los índices de tipo de cambio real para

26
No comparto, por tanto, lavisión exculpatoria de la política económica exterior franquista
de Guirao F. (1998): Spain and the Reconstruction of Western Europe, 1945-57. Challenge and
Response, Macmillan-St. Antony's College.
Cuadro 6. Crecimiento del PIB per capita en 1934-49 y devaluación real de la divisa en la posguer

CREC3449 DEVR48
Tasa de crecimiento anual Indice de depreciación
acumulativo del PIB p.c. real en 1948 respecto a 1935

1 Austria 0,86 1,10


2 Bélgica 0,66 0,65
3 Confederación Helvética 2,79 1,08
4 Dinamarca 1,28 0,85
5 España -1,00 0,63
6 Finlandia 2,30 0,56
7 Francia 1,04 1,35
8 Grecia -1,77 0,41
9 Irlanda 0,93 0,83
10 Italia 0,63 1,23
11 Noruega 2,26 1,17
12 Países Bajos 1,12 1,09
13 Portugal 1,66 0,80
14 Reino Unido 1,50 0,98
15 República Federal Alemana -0,29 1,43
16 Suecia 3,32 0,85
17 Turquía 1,17 0,81

Fuentes: Elaboración propia. Los tipos de cambio nominales proceden de losStatistical


Yearbook de la Sociedad de Naciones y de las Naciones Unidas, varios años. Los índices
de precios al por mayor vienen recogidos en Mitchell B.R. (1978),European Historical
Statistics, 1750-1970, Macmillan. Los valores del comercio exterior utilizados para ponderar
proceden de Yearbook of International Trade Statisticsen el caso de los países europeos y de
las Estadísticas de Comercio Exterioren el de España, Madrid, varios años.

cada una de las economías consideradas (ver apéndice27). El índice se basa en el cambio respecto
del dólar, ponderado por el relativo a la divisa del principal socio comercial europeo de cada país.
Dado que se trata de cambio real la evolución nominal ha sido corregida con la trayectoria de los
precios al por mayor de los Estados Unidos y del principal socio europeo en relación a los
precios
domésticos. El año base de la comparación es 1935, último de paz en toda Europa, asumiéndose
que en dicho momento los cambios de las divisas europeas estaban próximos al equilibrio.
Por dicho procedimiento, más detallado en el apéndice, se ha obtenido el grado de depreciación
experimentada por el tipo real de cambio de las divisas europeas en la posguerra con relación a

27
Los tipos de cambio nominales proceden de los Statistical Yearbook de la Sociedad de
Naciones y de las Naciones Unidas, varios años. En el caso español se ha considerado como tipo
nominal la media entre el mínimo y el máximo de los cambios múltiples. Los índices de precios al
por mayor vienen recogidos en Mitchell B.R. (1978): European Historical Statistics, 1750-1970,
Macmillan. Los valores del comercio exterior utilizados para ponderar proceden de los Yearbook
of International Trade Statistics en el caso de los países europeos y de las Estadísticas de Comercio
Exterior en el de España.
1935. Aquellos estados con índices inferiores a 1 mantenían sus divisas sobrevaloradas en 1948,
mientras que lo contrario pasó con los que figuran con valores superiores a la unidad. El cuadro
6 muestra que Grecia, Finlandia, España y Bélgica experimentaron notables apreciaciones reales
de sus divisas entre 1935 y 1948. Excepto el estado nórdico, fueron economías que crecieron por
debajo de su potencial durante el período considerado. Al incorporar la variable DERVR48 a una
regresión múltiple, donde figuran las anteriores variables explicativas, obtenemos resultados muy
significativos (cuadro 7). Por tanto, la apreciación real del tipo de cambio debió frenar el
crecimiento de las exportaciones e ingresos exteriores, contribuyendo a agudizar uno de los
principales problemas de la Europa de posguerra: la falta de dólares para financiar las
importaciones básicas o "dollar gap".

Cuadro 7. Resultados de CREC3449 = C + b1 PIBMIN3649 + b2


MARSHPCOL + b3 DEVR48 + e
Dependent Variable: CREC3449

Method: Least Squares

Included observations: 17

Variable Coefficient Std. Error t-Statistic Prob.

PIBMIN3649 5.646369 0.917949 6.151073 0.0000

MARSHPCOL 0.016654 0.009791 1.701027 0.1127

DEVR48 1.410441 0.609721 2.313256 0.0377

R-squared 0.769426 Mean dependent var 1.085594

Adjusted R-squared 0.716217 S.D. dependent var 1.277860

S.E. of regression 0.680733 Akaike info criterion 2.271030

Sum squared resid 6.024162 Schwarz criterion 2.467081

Log likelihood -15.30376 F-statistic 14.46035

Durbin-Watson stat 1.871610 Prob(F-statistic) 0.000196

Tal como hemos apuntado, los mercados paralelos de divisas proliferaron en la Europa de los
cuarenta, donde los controles de cambios fueron generalizados. La discrepancia entre precios
oficiales y libres de la divisa puede utilizarse para intentar medir la distorsión en la asignación de
recursos derivada del control de cambios. El cuadro 8 presenta el cociente entre el tipo de mercado
Cuadro 8. Crecimiento del PIB per capita en 1934-49 y premio del $ en el mercado negro (1948).

CREC3449 CAMBNEG48
Tasa de crecimiento anual Relación entre cambio
acumulativo del PIB p.c. oficial y negro

1 Austria 0,86 3,80


2 Bélgica 0,66 1,23
3 Confederación Helvética 2,79 0,93
4 Dinamarca 1,28 0,18
5 España -1,00 3,34
6 Finlandia 2,30 4,00
7 Francia 1,04 1,67
8 Grecia -1,77 2,04
9 Irlanda 0,93 1,15
10 Italia 0,63 1,15
11 Noruega 2,26 1,86
12 Países Bajos 1,12 1,92
13 Portugal 1,66 1,04
14 Reino Unido 1,50 1,33
15 República Federal Alemana -0,29 2,05
16 Suecia 3,32 1,44
17 Turquía 1,17 1,63

Nota: El tipo de cambio negro es el del mes de diciembre. Fuente:P.C.Y., 1955.

negro correspondiente al mes de diciembre de 1948 y el tipo oficial (ver apéndice)28. El resultado
permite observar que el premio del dólar en el mercado negro fue máximo en Finlandia, Austria,
España, Grecia y Alemania Occidental. Los tres últimos registraron crecimiento negativo durante
el período considerado.
Si realizamos una regresión múltiple donde la variable a explicar siga siendo el crecimiento del
PIB per capita (CREC3449) y las variables exógenas el impacto de la guerra (PIBMIN3649), el
valor de la ayuda Marshall per capita (MARSHPCOL), el grado de depreciación real alcanzado
por la divisa en 1948 (DEVR48) y el cociente entre cambio negro y oficial (CAMBNEG48),
obtenemos un R2 muy satisfactorio y todos los signos de los coeficientes aparecen con el signo
predicho por la teoría (cuadro 9). De acuerdo con los estadísticos t, las variables shock bélico y
grado de devaluación aparecen con un nivel de significancia del 95% y la ayuda del E.R.P., del
90%. El premio del cambio en el mercado negro no resulta significativo, aunque el signo de la

28
Los tipos de cambio negro se han obtenido del Pick's Currency Yearbook, 1955. Debo
agradecer a la gentileza de Jordi Palafox el conocimiento de esta fuente.
regresión es el predicho por la teoría (negativo), tanto en la regresión múltiple como en una de
simple. La insuficiente significancia del premio de las divisas en el mercado negro puede deberse
al hecho de que el precio no refleja suficientemente el peso relativo de las distorsiones generadas
por la intervención del cambio, al no ser ponderado por la cantidad de divisas canalizadas hacia
las transacciones clandestinas, que nos es desconocida. El problema podría residir, además, en el
propio grado de representatividad del precio del mercado negro. Por último, también podría
derivarse de una componente meramente estadística del problema, dado que se da una moderada
correlación entre los países que mantuvieron cambios reales apreciados y premios altos en el
mercado negro29.
Sin embargo, debe destacarse que cuando a las variables impacto de la guerra y ayuda Marshall
per capita, añadimos las variables de política de cambio consideradas, el residuo no explicado de
la regresión se reduce apreciablemente (filas tercera y cuarta, cuadro 3). Incluyendo dichas
Cuadro 9. Resultados de CREC3449 = C + b1 PIBMIN3649 + b2
MARSHPCOL + b3 DEVR48 + b4 CAMBNEG48 +e
Dependent Variable: CREC3449

Method: Least Squares

Sample: 1 17

Included observations: 17

Variable Coefficient Std. Error t-Statistic Prob.

C -4.993092 1.279350 -3.902837 0.0021

PIBMIN3649 5.612088 0.959662 5.847987 0.0001

MARSHPCOL 0.016878 0.010186 1.657004 0.1234

DEVR48 1.361904 0.654740 2.080069 0.0596

CAMBNEG48 -0.056509 0.197173 -0.286595 0.7793

R-squared 0.770994 Mean dependent var 1.085594

Adjusted R-squared 0.694658 S.D. dependent var 1.277860

S.E. of regression 0.706117 Akaike info criterion 2.381856

Sum squared resid 5.983209 Schwarz criterion 2.626919

Log likelihood -15.24578 F-statistic 10.10007

29
Ello contribuye a que los resultados de la regresión múltiple no varien mucho al tomar o no
en consideración la variable CAMBNEG48.
Durbin-Watson stat 1.863148 Prob(F-statistic) 0.000811

variables adicionales, la tasa de crecimiento anual promedio de la economía española ya no sería


positiva sino negativa (-0,79%). De acuerdo con el valor predicho con la nueva ecuación (y a
diferencia de lo que sucedía cuando considerábamos sólo el impacto de la guerra o éste y el del
Plan Marshall), España en 1949 no habría recuperado el nivel de PIB per capita prebélico (2.762
$ Geary-Khamis de 1990). Es decir, considerando la política cambiaria (libremente escogida por
el régimen) y dadas la perturbación provocada por la Guerra Civil y la falta de ayuda Marshall,
el PIB per capita resultante para 1949 (2.676 $ Geary-Khamins) se sitúa por debajo del nivel
medio de 1934. Además, quedan todavía más de tres cuartos de punto porcentual de crecimiento
anual que España habría alcanzado de haberse comportado más acordemente con la pauta
europea. Una parte substancial de los mismos deben atribuirse a los efectos negativos de las
distorsiones provocadas por las restantes decisiones políticas del período. En síntesis, el análisis
de la pauta de crecimiento de la Europa capitalista durante 1934-49 permite concluir que si el PIB
per capita en la última de las fechas quedaba por debajo del de la primera no era ni por el efecto
directo de la Guerra Civil ni por haber sido excluida del Plan Marshall, sino debido a las
consecuencias de las decisiones tomadas libremente por los vencedores de la guerra.

3. Crecimiento subóptimo en época de convergencia europea, 1949-59.

El déficit de crecimiento de España durante 1934-49 contrasta con la tendencia a la rápida


expansión del PIB per capita durante 1949-59. El trienio de 1950-52 marcó un claro cambio de
ritmo en la dirección de la recuperación económica de España. Los principales factores que, a
corto plazo, permitieron la aceleración del crecimiento español fueron los siguientes:
1. El notable aumento de la capacidad de importación (favorecido por el boom exportador de
1950-51, durante la Guerra de Corea).
2. La disminución de las restricciones energéticas.
3. El nuevo rumbo de la política económica en la dirección de fijar precios más realistas y reducir
intervenciones.
Entre 1949 y 1952 se produjo un notable aumento de las importaciones de abonos y sus inputs,
algodón, chatarra, metales, cueros, hojalata y demás materia primas, que permitió ir normalizando
los niveles de utilización de la capacidad productiva30. El gran salto experimentado por las
cantidades importadas fue debido, primeramente, al dinamismo de las exportaciones, que
crecieron bastante más deprisa que las importaciones durante la Guerra de Corea. Además, la
exportación se benefició del aumento de la oferta de inputs para los sectores exportadores, los
créditos estadounidenses (que antecedieron a la firma de los Pactos de Madrid) y la recuperación
de las compras alemanas. Las exportaciones a la R.F.A. triplicaron en valor entre 1950 y 1953,
convirtiéndose el país teutón en el segundo importador europeo de productos hispanos.
Los tonelajes medios de carbón y fuel-oil aumentaron en alrededor del 20% entre 1949 y 1952.
El incremento de la producción eléctrica se aproximó al 50%. La contribución de las empresas del
INI a la generación de electricidad pasó del 2% en 1948 al 10% en 195331. En conjunto, el
consumo bruto de energía primaria puedo crecer alrededor de un 20% entre 1949 y 1958,
contribuyendo a la notable suavización de las restricciones energéticas32.
La política económica se reorientó en la dirección de fijar precios más realistas y reducir
controles, dado el absoluto fracaso de la anterior estrategia. Los precedentes habían sido el
establecimiento de los tipos de cambio múltiples en 1948 y la supresión del sistema de tejidos
técnicamente únicos y la libertad de precios para las manufacturas de algodón en 1949. Pero el
nuevo rumbo se consolidó sólo durante el trienio de 1950-52.
En 1950 se estableció la libertad de precios y comercio para algunos alimentos (patatas, leche
condensada y en polvo) y manufacturas (laneras). Se ofreció a los exportadores la posibilidad de
negociar una parte de sus ganancias en divisas en la bolsa de Madrid. Se revisaron al alza las

30
Un índice cuántico de importación de materias primas no energéticas que construí en mi tesis
doctoral, señala un aumento del 40% entre la media trienal correspondiente a 1949 y la de 1952.
Catalan (1992), p.379.
31
Martín Aceña P. y Comín F. (1991): I.N.I. 50 años de industrialización española, Espasa
Calpe, Madrid.

32
Sudrià C. (1987): "Un factor determinante: la energía", Nadal J., Carreras A. & Sudrià C.
(Comps.), La economía española en el siglo XX. Una perspectiva histórica, Ariel, Barcelona.
tarifas ferroviarios y determinados precios industriales y agrícolas. Incluso se concedió un plus
de carestía de vida del 25% en la mayoría de industrias.
La nueva política económica quedó reflejada en la estructura del gobierno de 1951, que separó
las carteras de Industria y Comercio, apeando del gabinete al adalid de la autarquía (Suanzes) y
encumbrando a ministros partidarios del aumento de las importaciones de materias primas
(Arburúa) y precios agrarios más remuneradores (Cavestany)33. El cambio institucional conllevó
la limitación de las atribuciones de la Comisaría General de Abastecimientos y Transportes, la
Delegación Oficial del Estado en la Industria Siderúrgica y la Fiscalía de Tasas. En 1952 se
aprobaría la libertad de comercio, precios y circulación para un gran número de alimentos y
productos de la industria ligera. Fueron suprimidas las Juntas Provinciales de Precios y se dio por
concluido el racionamiento de alimentos.
La suavización de los estrangulamientos físicos y la mejor asignación de recuros, permitío que
España pasase a beneficiase de las condiciones favorables a la rápida expansión de la actividad
productiva en las economías de la Europa periférica34. En perspectiva de largo plazo, la tendencia
del crecimiento hispano durante 1949-59 fue intensa debido a la confluencia de dos hechos:
1. Los efectos de incorporación de las tecnologías de la segunda revolución tecnológica,
iniciándose el retorno hacia la senda seguida con paso firme durante los años veinte y extraviada
debido al modelo de reconstrucción autárquica de posguerra.
2. La mejora en la disponibilidad de divisas para importar equipo e inputs, gracias al aumento de
la demanda de bienes (exportaciones) y servicios (turísticos) y a la financiación exterior
estadounidense.
Sin embargo, el crecimiento quedó debajo del potencial debido a que la oferta de exportaciones
no fue capaz de responder satisfactoriamente a la mejoría de la demanda. Después de 1952, las
exportaciones aumentaron mucho más lentamente que las importaciones. Las reservas exteriores

33
Ros Hombravella J., Clavera J., Montserrat A., Esteban J. y Monés M.A. (1973): Capitalismo
español: de la autarquía a la estabilización (1939-59), 2 vols., Edicusa, Madrid. Barciela C. (1987):
"Crecimiento agrario y cambio en la agricultura española desde la Guerra Civil", Nadal J., Carreras
A. & Sudrià C. (Comps.), La economía española en el siglo XX, Ariel, Barcelona.
34
Catalan J. (1999): "Spain, 1939-96", Schulze M.S. (Ed.): Western Europe, Economic and
Social Change since 1945, Longman.
retrocedieron ininterrumpidamente desde 1955. Las medidas restrictivas aplicadas durante el
bienio de 1957-58 fueron insuficientes para interrumpir el drenaje. En 1959 la expansión acabó
estrangulándose por falta de divisas.

3.1. Un alto potencial de convergencia.

Los años cincuenta no registraron grandes movimientos de capital privado, dado que persistieron
férreos controles sobre los mismos en la mayoría de países europeos. Tampoco pueden
considerarse un período en que operasen los rendimientos decrecientes a la acumulación de
capital, ya que las tasas de ganancia tendieron a aumentar en la mayoría de países. En cambio,
entre las tres grandes interpretaciones teóricas detrás del fenómeno de la convergencia, sí que
puede detectarse un intenso proceso de imitación de las tecnologías americanas en el viejo
continente. En 1949 las economías europeas estaban utilizando técnicas bastante más atrasadas
que las difundidas en América desde la primera guerra mundial. Existía, por tanto, una gran
reserva de nueva tecnología lista para ser utilizada sin incurrir en costes importantes de
investigación y desarrollo. Esa tecnología había sido sólo lenta y parcialmente incorporada por
las economías europeas durante la primera mitad de siglo, debido al efecto de encadenamiento
entre conflictos bélicos y depresiones. Una vez recuperado el nivel de utilización de la capacidad
productiva instalada, la renovación tecnológica podía beneficiar más a aquellos países que partían
de una situación de mayor desventaja. Las economías con técnicas más atrasadas y donde los
Cuadro 10. Crecimiento del PIB per capita en 1949-59 y nivel medio de partida en 1949.

CREC4959 PIBPC49
Tasa de crecimiento anual PIB per capita medio de 19 4
acumulativo del PIB p.c. en $ Geary Khamis de 1990

1 Austria 6,59 3276


2 Bélgica 2,45 5115
3 Confederación Helvética 2,83 8856
4 Dinamarca 2,67 6277
5 España 3,78 2375
6 Finlandia 3,52 3999
7 Francia 4,01 4824
8 Grecia 5,07 1895
9 Irlanda 1,91 3430
10 Italia 5,59 3205
11 Noruega 2,67 4813
12 Países Bajos 3,07 5648
13 Portugal 3,52 2075
14 Reino Unido 2,12 6643
15 República Federal Alemana 7,87 3703
16 Suecia 2,54 6495
17 Turquía 3,51 1267

Notas: El PIB per capita correspondiente a 1949 es la media de 1933-35. La tasa


de crecimiento se calcula entre 1948-50 y 1958-60.
Fuente: Maddison A. (1995):Monitoring the World Economy 1820-1992, OECD, Paris.

nuevos productos se habían difundido hasta entonces muy lentamente, contaban con una mayor
brecha de productividad e iban a poder crecer más deprisa.
El análisis a simple vista del cuadro 10 sugiere la existencia de una relación inversa entre punto
de partida y crecimiento del PIB per capita durante los años cincuenta. Nótese como todos los
países con ingresos por habitante por debajo de los 4.000 dólares Geary-Khamis de 1990 en 1949
crecieron en términos per capita a una tasa superior al 3,5% anual, con la excepción de Irlanda.
Ninguno de los estados que superaban el mencionado umbral de PIB per capita alcanzó dicho
ritmo, salvo Francia.
Si efectuamos una regresión simple entre crecimiento del PIB per capita promedio durante 1949-
59 (CREC4959) y PIB per capita medio de partida en 1949 (PIBPC49), se nos confirma que la
tendencia a la convergencia entre los estados de la Europa capitalista es tan clara que se da sin
necesidad de condicionarla (cuadro 11). La regresión simple entre PIB per capita en el origen
(1949) y tasa de crecimiento del producto por habitante durante 1949-58, presenta el signo
negativo esperado y resulta significativa al 90%.
8

4
ESP

0
0 2000 4000 6000 8000 10000

PIBPC49

Cuadro 11. Resutados de CREC4959= C + b1 PIBPC49 +e


Dependent Variable: CREC4959

Method: Least Squares

Included observations: 17

Variable Coefficient Std. Error t-Statistic Prob.

C 5.280093 0.905000 5.834354 0.0000

PIBPC49 -0.000352 0.000190 -1.855319 0.0833

R-squared 0.186648 Mean dependent var 3.748924

Adjusted R-squared 0.132425 S.D. dependent var 1.643985

S.E. of regression 1.531269 Akaike info criterion 3.800201


Sum squared resid 35.17175 Schwarz criterion 3.898226

Log likelihood -30.30171 F-statistic 3.442209

Durbin-Watson stat 2.430134 Prob(F-statistic) 0.083309

La teoría de la convergencia parece, por tanto, un fundamento sólido para determinar el potencial
de crecimiento de cada país en la Europa de los cincuenta. En la base del "catching up" que se
manifiesta durante el período se encuentra antes que nada el esfuerzo por incorporar las
tecnologías disponibles más avanzadas.
Las industrias metalo-mecánicas y químicas son las que mejor encajan en la caracterización de
sectores líderes a nivel continental durante los años cincuenta35. Sus productos contaron con
elasticidades renta de la demanda altas y estas actividades experimentaron la difusión de
innovaciones radicales tanto a nivel de producto como de proceso. La cadena de montaje continua
popularizó el automóvil y mejoró las condiciones de movilidad de personas y mercancías. El
motor eléctrico revolucionó el trabajo doméstico. La química de los derivados del carbono
multiplicó la oferta de productos intermedios como plásticos, fibras, pinturas, detergentes
tensoactivos, abonos o medicamentos. La difusión de los aceros eléctricos impulsó los
rendimientos en la producción de maquinaria. El auje de la motorización, la mejora en las nuevas
generaciones de máquinas y la difusión de nuevos materiales, produjeron notables externalidades
para la gran mayoría de actividades económicas.
Los estados más atrasados de Europa estuvieron en condiciones, a partir de la normalización
macroeconómica alrededor de 1949, de beneficiarse de la incorporación de estas tecnologías sin
incurrir en el coste de su desarrollo. De ahí que el signo de la regresión entre crecimiento y
producto en el origen sea negativo.
Si consideramos la regresión explicativa del crecimiento en función del PIB per capita de
partida, observaremos que España queda ligeramente por debajo de su potencial durante 1949-59.
Tal como ilustra el gráfico 2, el alejamiento de la economía española de la pauta europea
(representada por la recta de regresión) es de magnitud mucho menor que para el período anterior.
Durante 1949-59, España creció a una tasa promedio del 3,78% anual, lo que representa un ritmo

35
Catalan J. (en prensa): 1939-1975. La ruptura de posguerra y la industrialización española
bajo el franquismo. Vol.III. Atlas de la industria española, dirigido por J.Nadal.
Cuadro 12. Discrepancia entre el PIB per capita medio efectivo de España y el predecido por las regresiones.

Variable dependiente: CREC4959

Variables independientes Tasa de crecimiento 1949-59 PIB per capita estimado para 1959
%
$ Geary- respecto al respecto al
efectiva estimada residuo Khamis 1990 efectivo 1959 efectivo 1934

PIBPC49 3,777 4,444 -0,666 3668 107 133

PIBPC49, CUOTAXCEURO 3,777 4,192 -0,415 3581 104 130

PIBPC49, CUOTAXCEURO,
DEVREAL4958 3,777 4,008 -0,231 3518 102 127

PIBPC49, CUOTAXCEURO,
DEVREAL4958, CAMBNEG54 3,777 3,630 0,147 3392 99 123

Notas: La tasa de crecimiento estimada es la ajustada por la regresión que toma como variables exógenas
las que figuran a la izquierda y como endógena la tasa de crecimiento del PIB per capita medio en 1949-59.
El residuo es la diferencia entre la tasa de crecimiento efectivamente registrada y la tasa predecida por la
ecuación. El PIB per capita en $ Geary-Khamis es el obtenido de aplicar la tasa de crecimiento estimada
al PIB per capita de partida en 1949 (2375$ Geary-Khamis de 1990). La última columna es el cociente entre
el PIB per capita estimado y el de 1934, multiplicado por 100. La penúltima se construye con el
numerador anterior y el PIB per capita medio efectivo de 1959 (3441$ G-K de 1990). Cifras en %.
Fuente: Elaboración propia con las fuentes de los cuadros del texto, que presentan las variables.
Los resultados de las regresiones se recogen en el apéndice. La muestra corresponde a los 17 países de
la Europa capitalista con población superior al millón de habitantes.

de expansión mucho mejor que el de los años cuarenta, pero todavía algo inferior al que le hubiese
correspondido de acuerdo con la norma continental definida por el producto per capita de partida
(fila primera, cuadro 12).
La regresión nos permite afirmar que en el caso español queda un moderado residuo de mal
comportamiento (un déficit equivalente a 0,67% de crecimiento anual). Según la experiencia de

las 17 economías consideradas, a España le hubiese tocado crecer a un ritmo del 4,44% anual, lo
que la habría situado en un PIB per capita de 3.668 $ Geary-Khamis en 1959 (el nivel medio
efectivamente alcanzado fue de 3.441 $). Ello implica que dado el punto de partida en 1949, con
un comporatamiento europeo medio el producto por habitante medio en 1959 habría sido
alrededor de un 7% superior.

3.2. La traslación del centro de la economía europea.

El aprovechamiento del potencial abierto por la incorporación de nuevas tecnologías depende de


que éstas sean efectivamente adoptadas. Ayuda que existan mercados lo suficientemente amplios
para absorber el incremento de productos ofertados. Adam Smith destacó que la división del
trabajo venía limitada por la dimensión del mercado. Marx apuntó al subconsumo como causa de
las crisis periódicas de la economía capitalista. Keynes insistió en que la ley de Say podía no
cumplirse a corto plazo y que un aumento de oferta no tenía por qué encontrar comprador
automáticamente. Debe, por tanto, explorarse la hipótesis según la cual mejores condiciones de
demanda incentivan la incorporación de técnicas más productivas y facilitan la realización del
potencial de crecimiento.
La vinculación a mercados de bienes de consumo de masas parece un factor decisivo para cubrir
el desfase de productividad. En un marco de creciente apertura como el de la Europa de los
cincuenta, las economías con mercados exteriores dinámicos para sus productos, debieron tener
más incentivos para incorporar técnicas más modernas. Como es bien sabido, la relación existente
entre crecimiento del PIB y expansión de las exportaciones ha centrado la atención de cantidades
ingentes de literatura generada por los economistas. La exportación no sólo permite aprovechar
la demanda exterior al introducir nuevas tecnologías. Simultáneamente hace posible que las
importaciones de materias primas y maquinaria requeridas por la diversificación industrial no
queden estranguladas debido a falta de medios exteriores de pago. No es por tanto de extrañar que,
por lo menos desde el trabajo de los años sesenta de Emery, numerosos economistas hayan ido
insistiendo en la relación directa existente entre exportaciones y crecimiento económico36. Según
Levine y Renelt, una de las relaciones más robustas que arrojaron sus pruebas, fue la existente
entre cuota de la exportación en el PIB y tasas de crecimiento37. No obstante, estos trabajos,
aunque indican que las economías cuyas exportaciones aumentan más rápido suelen crecer más
deprisa, no demuestran por qué unos países logran exportar más que otros, ni son convincentes
en cuanto a la dirección de la causalidad última. Un avance reciente y relevante es el trabajo de
Frankel y Romer, quienes utilizan las componentes geográficas de las economías como variables
instrumentales para estimar el efecto del comercio exterior sobre la renta38. La utilización del
modelo gravitatorio, les permite obtener una relación robusta y moderadamente significativa del

36
Emery R. (1967): "The Relations of Exports and Economic Growth", Kyklos.
37
Levine R. & Renelt D. (1992): "A Sensitive Analysis of Cross-Country Growth
Regressions", American Economic Review, September.
38
Frankel J. & Romer D. (1999): "Does Trade Causes Growth?", The American Economic
Review, June.
comercio exterior sobre la renta, superando el problema de causación circular que suele darse
cuando se estudia la relación entre ambas variables.
Los historiadores han insistido tradicionalmenteen los condicionantes geográficos de los procesos
de industrialización. Algunos han caracterizado la revolución industrial como un proceso desigual
de cambio inducido desde un centro -inicialmente Gran Bretaña- que forzó a la adaptación de las
regiones o países periféricos. La distinción entre una Europa-centro y una Europa-periferiaha ido
abriéndose paso en los análisis de algunos historiadores y economistas39. Aunque el concepto ha
tenido un fuerte componente económico, su raíz geográfica ha sido tan o más importante.
A mediados del siglo XIX el corazón de la Europa-centro estaba, sin lugar a dudas, en el Reino
Unido. Los países próximos y estrechamente vinculados a dicha economía pudieron beneficiarse
más de la transferencia de tecnología diseñada en el país líder y del fuerte crecimiento de la
demanda de importaciones de la economía que se industrializó antes. En consecuencia, Bélgica,
Holanda, Francia, Suiza, Alemania y algunos territorios limítrofes pasaron a constituir parte de
la Europa-centro.
Durante los últimos decenios del ochocientos comenzaron a manifestarse signos de agotamiento
en el dinamismo innovador del país líder. Ello significó en Europa una tendencia al
reemplazamiento del Reino Unido por las regiones del Rhin como núcleo del centro. Este proceso
de traslación del núcleo, tuvo que ver con factores de localización, cualificación de la fuerza de
trabajo, creación de sistemas nacionales de innovación y dotación de recursos naturales, quedando
interrumpido entre las dos guerras mundiales. Una vez recreado un orden internacional estable,
la Europa renana reemprendió su marcha hasta conseguir el liderazgo continental, mientras que
Gran Bretaña retomaba su particular vía de involución relativa, convirtiéndose paulatinamente en
un área semicéntrica.
A lo largo de los años cincuenta la tendencia a la relocalización del centro de la economía europea

39
La lista completa sería muy larga. Los trabajos siguientes me parecen particularmente
sugerentes: Pollard S. (1981): Peaceful conquest: the industrialization of Europe, 1760-1970,
Oxford U.P. Berend I. T. & Ranki G. (1982): The European periphery and industrialization1780-
1914, Cambridge U.P. & Editions de la Maison des Sciences de l'Homme, Cambridge-Paris.
Krugman P. (1992) Geografía y comercio, Antoni Bosch, Barcelona.O'Rourke K. & Williamson
J.G. (1997): "Around the European Periphery, 1870-1970: Globalization, schooling and growth",
European Review of Economic History, 1,2.
se manifestó de nuevo abiertamente. El marco institucional asociado a la creación de la OECE, la
UEP y la CECA, tendió a acelerar el proceso. Milward destacó que los países más dinámicos
durante este período fueron aquellos cuyos flujos comerciales estaban más orientados hacia

Cuadro 13. Crecimiento del PIB per capita en 1949-59 y cuota de exportación de la Europa centro.

CREC4959 CUOTAXCEURO
Tasa de crecimiento anual Peso de la Europa
acumulativo del PIB p.c. centro en la exportación

1 Austria 6,59 0,44


2 Bélgica 2,45 0,37
3 Confederación Helvética 2,83 0,40
4 Dinamarca 2,67 0,31
5 España 3,78 0,26
6 Finlandia 3,52 0,22
7 Francia 4,01 0,23
8 Grecia 5,07 0,38
9 Irlanda 1,91 0,07
10 Italia 5,59 0,26
11 Noruega 2,67 0,26
12 Países Bajos 3,07 0,40
13 Portugal 3,52 0,21
14 Reino Unido 2,12 0,12
15 República Federal Alemana 7,87 0,53
16 Suecia 2,54 0,28
17 Turquía 3,51 0,28

Notas: La Europa centro se define como el conjunto formado por los estados del Benelux,
la RFA, Francia, Suiza, Austria e Italia. La cuota es el peso de las exportaciones a dicho
conjunto en el total de exportación de cada país durante 1948-50.
Fuentes: PIB, Maddison (1995). Cuota de exportación, U.N., Yearbook of International Trade
Statistics, New York.

Alemania40. Lindlar & Holtfrerich han explicado satisfactoriamente los valores del comercio
bilateral alemán para los primeros años cincuenta y sesenta con un modelo gravitacional en que
aparecen como variables más signficativas, positivas, el PIB y el PIB per capita, y, negativas, la
distancia de los socios comerciales y el régimen de comercio de estado 41.

40
Milward A.S. (1987): The Reconstruction of Western Europe 1945-51, Methuen. Milward
A.S. (1992): The European Rescue of the Nation-State, Routledge, London.
41
Lindlar L. & Holtfrerich C. (1997): "Geography, exchange rates and trade structures:
Germany's export performance since the 1950s", European Review of Economic History, I.
En mi opinión, la distribución geográfica de las exportaciones fue un elemento decisivo para
explicar los diferenciales de crecimiento en los cincuenta. Aunque el paper estelar correspondiese
a la Alemania Occidental, parece que en esta fase histórica el centro de la economía europea se
extiende más allá de las fronteras de la RFA para abarcar Suiza, el norte de Francia, el Benelux,
Austria y la Italia del Po, que comerciaron intensamente entre sí. El centro de gravedad de la
Europa de los cincuenta, más que por su nivel de riqueza, quedaría definido por la densidad de
los intercambios y la proximidad de los mercados de la Europa renana. Las ventajas de
localización unidas al efecto del proceso de creciente interdependencia que se dio en el continente
desde la inmediata posguerra, habrían provocado efectos acumulativos sobre la expansión
económica de los estados de la Europa-centro (donde incluimos al Benelux, la RFA, Francia,
Suiza, Austria e Italia). El cuadro 13 sugiere que, en efecto, Alemania y varios de sus países
limítrofes, con exportaciones altamente orientadas hacia la Europa-centro, tendieron a crecer más
de lo que les correspondía dado su nivel de partida en renta per capita. En 1949, Austria, Suiza
y la propia República Federal, economías que crecerían por encima del potencial delimitado por
la renta per capita de partida, dirigían un 40% o más de sus exportaciones a la Europa-centro.
La hipótesis a contrastar es que los países que hacia 1949 colocaban una mayor cuota de su
exportación hacia la Europa centro, definida como la suma de los siete estados mencionados,
crecieron más rápido durante los años cincuenta. Ello debido básicamente a que se beneficiaron
de condiciones de demanda exterior mucho más dinámicas. Cuando añadimos la variable peso
agregado medio de las exportaciones a los estados de la Europa-centro en el valor total exportado
por cada país en 1949 (CUOTAXCEURO) a la del producto per capita en el momento inicial
(PIBPC49), la regresión múltiple resultante presenta resultados muy significativos, con
estadísticos t bastante superiores a 2 para todos los coeficientes y con los signos esperados de
acuerdo con la teoría (cuadro 14).
Cuadro 14.Resultados de CREC4959 = C + b1 PIBPC49 +
CUOTAXCEURO + e
Dependent Variable: CREC4959

Method: Least Squares

Included observations: 17

Variable Coefficient Std. Error t-Statistic Prob.

C 2.629075 0.894334 2.939703 0.0108

PIBPC49 -0.000394 0.000132 -2.990200 0.0097

CUOTAXCEURO 9.621314 2.315216 4.155687 0.0010

R-squared 0.635848 Mean dependent var 3.748924

Adjusted R-squared 0.583827 S.D. dependent var 1.643985

S.E. of regression 1.060559 Akaike info criterion 3.114255

Sum squared resid 15.74700 Schwarz criterion 3.261292

Log likelihood -23.47116 F-statistic 12.22277

Durbin-Watson stat 1.869537 Prob(F-statistic) 0.000849

Los resultados corroboran algunas de las interpretaciones avanzadas por la historiografía


europea. La peligrosa vinculación de la República de Irlanda con el Reino Unido ha sido
subrayada por estudiosos del país entre las causas de la divergencia del pequeño estado42. El
avasallador peso del comercio con Gran Bretaña conllevó que la cuota media de comercio de la
República de Irlanda con la Europa centro fuese en 1948-50 de sólo el 7%, alejando enormemente
al pequeño estado del núcleo más dinámico del continente. Parece también que quienes han
atribuido el declive británico al excesivo peso de las relaciones con las ex-colonias, no van muy
desencaminados: sólo un 11% del comercio de exportación de exportación del Reino Unido se

42
Kennedy K., Giblin T. & McHugh D. (1988): The economic development of Ireland in the
Twentieth Century, Routledge, London. Ó Gráda C. & O'Rourke K. (1996): "Irish economic
growth, 1945-88", Crafts N. & Toniolo G. (Eds.): Economic growth in Europe since 1945, Centre
for Economic Policy Research..
orientaba en 1948-50 hacia el conjunto de los siete estados considerados.
España estuvo bastante menos volcada hacia la Europa-centro que los países renanos o los
escandinavos, beneficiándose en menor medida del boom del comercio intra-euoropeo continental
de los años cincuenta. Esto explicaría la ligera reducción del PIB per capita estimado para la
España de 1959, cuando se añade la variable CUOTACXEURO a la de PIPC49 (fila segunda,
cuadro 11). Nótese, sin embargo, que las relaciones comerciales españolas se orientaban más hacia
la Europa-centro que en los casos de Gran Bretaña, Irlanda y Portugal.

3.3. La sobrevaloración de las divisas de la Europa periférica.

El comportamiento de las exportaciones no dependió exclusivamente del dinamismo de los


mercados a los que se dirigían sinó también de su precio de venta en los mismos. El tipo real de
cambio puede considerarse una buena aproximación al precio relativo de las exportaciones de un
país. El derrumbe del patrón oro en los años treinta y la inflación generada por la segunda guerra
mundial afectaron de manera muy dispar a las economías europeas, modificando notablemente
su competitividad externa. Aunque los acuerdos de Bretton Woods pusieron los fundamentos
para la institucionalización de un sistema de paridades fijas, los procesos inflacionarios de
posguerra llevaron a los gobiernos a intentar recuperar competitividad a través de nuevas
modificaciones en los cambios. Sólo después del reajuste de paridades de 1949, se dio un período
prolongado de estabilidad cambiaria en la dirección contemplada en Bretton Woods. A partir de
entonces, el control de la inflación constituyó la vía principal -aunque no única- que los gobiernos
utilizaron para intentar restaurar su competitividad externa.
Las políticas de tipo de cambio y de control de la inflación tuvieron que afectar al
comportamiento de las exportaciones y, por tanto, al crecimiento global. La hipótesis es que
cuando se produjo una devaluación en términos reales respecto al tipo de cambio vigente antes
de la guerra mundial y cuando ésta se mantuvo a lo largo de los años cincuenta, el país en cuestión
tendió a crecer más rápido. Lamfalussy apuntó tempranamente el papel que jugó el tipo de
cambio en el éxito de la exportación alemana, italiana y holandesa durante los años cincuenta43.

43
Lamfalussy A. (1963): The United Kingdom and the Six. An Essay on Economic Growth
in Western Europe, Homewood.
Señaló que las autoridades aliadas sobreestimaron los daños bélicos experimentados por dichos
países al fijar el tipo nominal. El pronunciado abaratamiento del cambio sentó las bases del
posterior 'círculo virtuoso' de crecimiento guiado por la exportación en dichas economías. La
política monetaria prudente de los años cincuenta habría hecho el resto.
Los autores que defienden la idea del 'círculo virtuoso' destacan que una ventaja inicial -en este
caso derivada de un tipo de cambio muy favorable- se reproduce y amplía en el tiempo. Así, el
tipo depreciado habría evitado la pérdida de mercados de exportación e incentivado la inversión.
El crecimiento de la inversión, habría permitido un avance más rápido de la productividad y, por
tanto, mejorado la propia competitividad de las exportaciones, creando las condiciones de la
reproducción del proceso.
Cuadro 15. Crecimiento del PIB per capita en 1949-59 y devaluación real de la divisa durrante
1949-58.

CREC4959 DEVR4958
Tasa de crecimiento anual Indice de depreciación real
acumulativo del PIB p.c. en 1949-58 respecto a 1935

1 Austria 6,59 1,1456


2 Bélgica 2,45 0,7105
3 Confederación Helvética 2,83 1,1323
4 Dinamarca 2,67 0,9299
5 España 3,78 0,9245
6 Finlandia 3,52 0,6744
7 Francia 4,01 1,1304
8 Grecia 5,07 0,7907
9 Irlanda 1,91 0,9513
10 Italia 5,59 1,4483
11 Noruega 2,67 1,2006
12 Países Bajos 3,07 1,1852
13 Portugal 3,52 0,8667
14 Reino Unido 2,12 2,0360
15 República Federal Alemana 7,87 1,7445
16 Suecia 2,54 0,9313
17 Turquía 3,51 0,8872

Fuentes: Elaboración propia. Los tipos de cambio nominales proceden de losStatistical


Yearbook de la Sociedad de Naciones y de las Naciones Unidas, varios años. Los índices
de precios al por mayor vienen recogidos en Mitchell B.R. (1978),European Historical
Statistics, 1750-1970, Macmillan. Los valores del comercio exterior utilizados para ponderar
proceden de Yearbook of International Trade Statisticsen el caso de los países europeos y de
las Estadísticas de Comercio Exterioren el de España, Madrid, varios años.

Boltho volvió sobre el tema, manteniendo que en Alemania e Italia, la opción en favor de un tipo
de cambio real bajo constituyó un ingrediente capital del círculo virtuoso de competitividad44.
Mundell ha subrayado recientemente que la subvaloración del marco y el yen en la inmediata

44
Boltho A. (1996): "Convergence, competitiveness ant the exchange rate", Crafs N. & Toniolo
G. (Eds.): Economic growth in Europe since 1945, Centre for Economic Policy Research.
posguerra explican buena parte del espectacular comportamiento de las economías de la RFA y
el Japón45.
Reforzando la interpretación, pero en el extremo contrario, encontramos a Bélgica. Cassiers ha
atribuido el 'milagro belga' hacia el crecimiento lento a la política de moneda fuerte adoptada en
dicho país46. En particular, la revaluación relativa del franco belga en 1949, habría deteriorado la
competitividad y llevado la economía del reino hacia un círculo vicioso, erosionando la inversión
y contrayendo, por tanto, la demanda por dos vías: exportaciones y formación de capital.
En varios trabajos he defendido que la sobrevaloración del tipo de cambio frenó la recuperación
económica de la España franquista. También he argumentado que la política salazarista del escudo
fuerte, pudo retrasar el crecimiento económico portugués durante los años cincuenta47.
Los índices de tipo real de cambio medio para 1949-58 (DEVREAL4958) indican que, gracias
a la devaluación encubierta propiciada por los cambios múltiples, la peseta no estuvo tan
sobrevalorada como en los años cuarenta, pero siguió estando apreciada en términos reales con
relación a 1935 durante el decenio 1949-58. Los cálculos de tipo real presentados en el cuadro 15
(y en el apéndice) indican que el escudo compartió el sino de la peseta.
La mera observación de los índices de tipo de cambio real es congruente con las interpretaciones
mencionadas más arriba. Los milagros económicos de Alemania e Italia aparecen con los tipos de
cambio más subvalorados del continente, lo que proporciona una evidencia clara del origen del
éxito de la posguerra. Los Países Bajos, Noruega, Austria, Suiza y -muy ligeramente- el Reino
Unido mantuvieron durante los años cincuenta un tipo de cambio medio subvalorado en relación
a 1935, aunque el grado de devaluación real fuese mucho menor al alemán o italiano.
El franco belga, por su parte, aparece como la segunda divisa más sobrevalorada del continente,

45
Mundell R.A. (2000): "A Reconsideration of the Twentieth Century", The American
Economic Review, June, 90-3. Para el Japón, comparte esta tesis, Tsuru S. (1999): El capitalismo
japonés, Akal, Madrid.
46
Cassiers I. (1994): "Belgium's postwar growth and the catch-up hypothesis", European
Economic Review, 38. Cassiers I., De Villé P. & P. Solar (1996): "Economic growth in postwar
Belgium", Crafts N. & Toniolo G. (Eds.), Economic growth in Europe since 1945, Centre for
Economic Policy Research.
47
Catalan J. (1992): "Reconstrucción, política económica y desarrollo industrial: tres economías
del Sur de Europa, 1944-1953", Prados L. & Zamagni V. (Eds.). Catalan J. (1993): "Economía e
industria: la ruptura de posguerra en perspectiva comparada", Revista de Historia Industrial, 4.
siguiendo a Finlandia. El conjunto de países de la periferia presentan también divisas
sobrevaloradas. No sólo Portugal y España. Grecia y Turquía mantuvieron divisas todavía más
revaluadas en términos reales durante los años cincuenta en relación a mediados de los años treinta
que los estados ibéricos. La libra irlandesa también se sitúa con el grupo de divisas
sobrevalorados, pero a niveles mucho más modestos que los de las divisas de la periferia
meridional de Europa.
Para contrastar la hipótesis de la existencia de relación entre el grado de devaluación real y el
crecimiento agregado per capita de manera más formal, utilizo la variable DEVREAL4958. Dicha
variable explica bien las diferencias en el crecimiento del PIB per capita en una regresión simple.
También aparece como muy significativa y con el signo esperado, cuando se añade a las variables
PIBPC49 y CUOTAXCEURO en una regresión múltiple (cuadro 16).
Al considerar la nueva ecuación, el residuo negativo de la tasa de crecimiento de España en los
cincuenta se reduce, lo que indica que parte del mal comportamiento español del período puede
atribuirse a la política de cambio, que aún sin alcanzar los niveles de sobrevaloración del decenio
anterior, continuó penalizando la exportación y el crecimiento. Dados el PIB per capita, el grado
de orientación de la exportación hacia la Europa-centro en 1949 y el nivel de sobrevaloración de
la peseta durante 1949-58, la tasa de crecimiento de la economía española debería de haber sido
del 4,01% anual (fila tres, cuadro 12). Dicho ritmo habría colocado el PIB per capita en 1959
alrededor de los 3.518 $ Geary-Khamis de 1990 (un 2% por arriba del efectivamente registrado).
Las cinco economías más atrasadas de la Europa capitalista coincidieron en tener divisas
sobrevaloradas en términos reales, aunque el origen de dicha trayectoria fuese distinto. Mientras
el escudo y la libra irlandesa, no experimentaron devaluación nominal alguna entre 1949 y 1958,
los cambios del dracma y la libra turca se modificaron en varias ocasiones y en la misma dirección
que evolucionaron los cambios múltiples españoles. Ni la ortodoxia monetaria de Salazar y del
Fianna Fáil, ni la laxitud financiera de los estados del Mediterráneo oriental, rindieron éxito en
términos de crecimiento. Tampoco la esquizofrenia cambio oficial-cambiosmúltiples de la España
de Franco presenta un balance favorable, aunque fuese mucho menos nefasta que la política
anterior a 1948.
Cuadro 16. Resultados de CREC4959 = C + b1 PIBPC49+ b2
CUOTAXCEURO + b3 DEVREAL4958 + e
Dependent Variable: CREC4959

Method: Least Squares

Sample: 1 17

Included observations: 17

Variable Coefficient Std. Error t-Statistic Prob.

C 0.570161 0.883283 0.645502 0.5298

PIBPC49 -0.000422 9.81E-05 -4.298960 0.0009

CUOTAXCEURO 6.890653 1.883216 3.658982 0.0029

DEVREAL4958 2.866232 0.812107 3.529376 0.0037

R-squared 0.814037 Mean dependent var 3.748924

Adjusted R-squared 0.771122 S.D. dependent var 1.643985

S.E. of regression 0.786502 Akaike info criterion 2.559880

Sum squared resid 8.041601 Schwarz criterion 2.755930

Log likelihood -17.75898 F-statistic 18.96878

Durbin-Watson stat 1.515019 Prob(F-statistic) 0.000050

Las tres variables consideradas hasta ahora explican mucho mejor las diferencias en el ritmo de
crecimiento europeo durante 1949-59 que las tasas de ahorro e inversión, que han sido utilizadas
con frecuencia para explicar tanto los diferentes grados de éxito en la Europa de posguerra como
la insatisfactoria pauta de crecimiento español48.

48
Para Europa la tasa de inversión ha sido utilizada de manera poco convincente en Eichengreen
B. (1995): "Mainsprings of economic recovery in post-war Europe", Eichengreen (Ed.), Europe's
post-war recovery, Cambridge U.P. Eichengreen al estudiar la recuperación europea en la
posguerra, incluye en sus regresiones a Estados Unidos, Canadá, Australia y Japón, mientras que
ni Irlanda ni ningún país del Sur de Europa a excepción de Italia se consideran en la muestra. Ello
le permite llegar a la conclusión de que existe una estrecha correlación entre crecimiento y cuota de
la inversión en el PIB en los años cincuenta. Sin embargo, excluyendo a los primeros e
incorporando el resto de economías europeas, dicha relación deja de ser significativa. Ver pp.7-16
y especialmente el cuadro 1.5. También insisten en la tasa de inversión como variable explicativa
fundamental Crafts N. & Toniolo G. (1996): "Postwar growth: an overview", Crafts N. & Toniolo
G. (Eds.) (1996): Economic growth in Europe since 1945, Centre for Economic Policy Research.
En el caso español la insuficiente tasa de acumulación de capital fue considerada básica por Donges
J.B. (1976): La industrialización en España, Oikos-Tau, Barcelona. Siguen también por esta línea:
Prados L. & Sanz J. (1996): "Growth and macroeconomic performance, 1939-93", Crafts N. &
Toniolo G. (Eds.): Economic growth in Europe since 1945, Centre for Economic Policy Research
3.4. Distorsiones en la asignación de recursos.

El agotamiento de las reservas exteriores fue la causa principal que llevó al giro de política
económica de 1959. Aunque España contó con nuevos flujos compensatorios del déficit de la
balanza comercial (principalmente, financiación americana y gastos de turistas), éstos no fueron
de entidad suficiente para impedir un intenso drenaje de medios internacionales de pago durante
la segunda mitad de los años cincuenta. El insostenible déficit exterior tuvo que corregirse a base
de restricción monetaria y fiscal, unificación y devaluación del cambio de la peseta y reducción
de los controles domésticos. Aunque el plan de estabilización sentó las bases del crecimiento más
saneado de los años sesenta, a corto plazo conllevó la recesión de 1959-60, que contribuyó
significativamente que el crecimiento de los cincuenta quedase por debajo del potencial.
Detrás del creciente déficit exterior en el transcurso del decenio estuvo la falta de dinamismo de
las exportaciones. Según mis cálculos, mientras las exportaciones en dólares sólo crecieron a un
ritmo del 3,5% anual durante 1952-58, las importaciones aumentaron a una tasa del 10,8% al año
(es decir, tres veces más rápido)49. Este desequilibrio fundamental abocó a la estabilización50.
España se situó entre los países europeos cuyas exportaciones crecieron más lentamente durante
1952-58 debido a varias razones. Primeramente, sus precios evolucionaron peor que el de sus
competidores. Este fenómeno, puede captarse en la trayectoria del cambio real (que volvió a
apreciarse hasta que se aplicaron las medidas preestabilizadoras en 1957). Podemos considerar

49
Calculado con las cifras de Catalan J. (1995): "Sector exterior y crecimiento industrial.
España y Europa (1939-59)", Revista de Historia Industrial, 8. Una revisión más reciente de las
cifras de comercio exterior y del conjunto de las magnitudes de la balanza de pagos del período es
la de Martínez Ruíz E. (1998): Las balanzas de pagos de la autarquía. Una revisión, Documentos
de Trabajo de la Universidad Carlos III, 94 83, Madrid. Las cifras de comercio exterior de Martínez
Ruíz mejoran la imagen que teníamos para los años cuarenta, aunque me dejan perplejo debido a
la pronunciada caída de las importaciones y exportaciones en dólares de 1950. Para el decenio de
los cincuenta prefiero seguir utilizando mis propios datos, que no discrepan mucho con los de
Martínez Ruíz.

50
El ínfimo crecimiento de las exportaciones españolas después de 1953 me impide estar de
acuerdo con García Delgado, cuando afirma que el proceso de desarrollo español durante los
plateados cincuenta no difiere en lo substancial del de los países occidentales. García Delgado J.L.
(1990): "Crecimiento económico y cambio estructural (1951-1975)", Martín Aceña P. & Comín F.
(Eds.): Empresa pública e industrialización en España, Alianza, Madrid, p.138.
que el análisis de la sección anterior ha permitido captar el efecto de deterioro en la
competitividad en precios.

Entre los restantes factores explicativos del bajo perfil de la exportación española, cabría añadir
el deterioro de calidades provocado por el remanente de intervención de los años cincuenta y el

Cuadro 17. Crecimiento del PIB per capita en 1949-59 y premio del $ en el mercado negro (1954)

CREC4959 CAMBNEG54
Tasa de crecimiento anual Relación entre cambio
acumulativo del PIB p.c. oficial y negro

1 Austria 6,59 1,13


2 Bélgica 2,45 1,01
3 Confederación Helvética 2,83 1,00
4 Dinamarca 2,67 1,08
5 España 3,78 3,92
6 Finlandia 3,52 1,54
7 Francia 4,01 1,07
8 Grecia 5,07 1,08
9 Irlanda 1,91 0,95
10 Italia 5,59 1,02
11 Noruega 2,67 1,11
12 Países Bajos 3,07 0,99
13 Portugal 3,52 1,00
14 Reino Unido 2,12 1,04
15 República Federal Alemana 7,87 1,03
16 Suecia 2,54 1,06
17 Turquía 3,51 2,40

Nota: El tipo de cambio negro es el del mes de diciembre. Fuente:P.C.Y., 1955.

efecto discriminatorio sobre algunos sectores de la pluralidad de cambios de la peseta, reflejados


en la continuidad del mercado negro de pesetas. Para intentar medir el efecto de este segundo tipo
de factores, he utilizado nuevamente el cociente entre el cambio negro de la divisa y el tipo oficial
referido al momento central del período (CAMBNEG54). En el cuadro 17 puede observarse que
hacia 1954, sólo Turquía (un país que también creció por debajo de su potencial y padeció
estancamiento de sus exportaciones), mostraba una discrepancia comparable entre el precio oficial
de su divisa y el del mercado negro de la divisa hispana.
A_adiendo la variable CAMBNEG54 a las consideradas relevantes para explicar la diferencia
de ritmos de crecimiento en la Europa capitalista de los años cincuenta, obtenemos resultades
similares a los hallados para los cuarenta. La variable CAMBNEG54 aparece como poco
significativa, aunque el signo de la regresión sigue siendo el predicho por la teoría: negativo. Es
decir, pese a que esta variable parece mucho menos significativa que las anteriores, la evidencia
sugiere que la distorsión provocada por la existencia de mercados clandestinos de cambio tuvo que
afectar negativamente al crecimiento.

Cuadro 18. Resultados de CREC4959 + b1 PIPC49 + b2


CUOTAXCEURO + b3 DEVREAL4958 + b4 CAMBNEG54 + e
Dependent Variable: CREC4959

Method: Least Squares

Included observations: 17

Variable Coefficient Std. Error t-Statistic Prob.

C 0.990693 1.177937 0.841040 0.4168

PIBPC49 -0.000447 0.000110 -4.051824 0.0016

CUOTAXCEURO 6.898007 1.935034 3.564799 0.0039

DEVREAL4958 2.778173 0.849120 3.271828 0.0067

CAMBNEG54 -0.168413 0.300721 -0.560032 0.5858

R-squared 0.818773 Mean dependent var 3.748924

Adjusted R-squared 0.758365 S.D. dependent var 1.643985

S.E. of regression 0.808124 Akaike info criterion 2.651726

Sum squared resid 7.836776 Schwarz criterion 2.896789

Log likelihood -17.53968 F-statistic 13.55387

Durbin-Watson stat 1.431815 Prob(F-statistic) 0.000209

Si damos por buena la regresión múltiple incluyendo el premio de las divisas en el mercado negro,
el residuo no explicado del crecimiento español deja de ser negativo. La tasa de crecimiento
resultante de considerar el PIB per capita medio de partida (PIBPC49), la propensión inicial de
la exportación hacia la Europa-centro (CUOTAXCEURO), el grado de devaluación real media de
la divisa (DEVREAL4958) y el premio de la misma en el mercado negro (CAMBNEG54) pasa
a ser del 3,63% anual, es decir, casi muy próxima a la real (3,78%) (fila cuarta, cuadro 12). En
otras palabras, los efectos agregados de la relativa apreciación real de la peseta en los años
cincuenta y la distorsión provocada por el sistema de intervención de cambios, habrían sido de
una magnitud suficiente para explicar el déficit de crecimiento del PIB per capita español durante
1949-59.
Por último, las ecuaciones estimadas para los períodos 1934-49 y 1949-59 pueden utilizarse
para intentar responder a dos preguntas contrafactuales. La primera es cuál hubiera sido el PIB
per capita español sin Guerra Civil, con Guerra Mundial y neutralidad, y con crecimiento en los
cincuenta de acuerdo con la pauta europea y el PIB per capita de partida. A un PIB per capita
de 3.086 $ Geary-Khamis de 1990 en 1949, hubiese correspondido una tasa de crecimiento del
4,19% anual, lo que implicaría un PIB per capita medio en 1959 de 4.653 $ Geary-Khamis de
1990: es decir, un nivel un 35% superior al medio efectivamente registrado.
La segunda pregunta es cuál hubiera sido el producto per capita con Guerra Civil, sin
participación en el Plan Marshall, con vinculación a la Europa centro idéntica a la de 1949 y con
crecimiento durante 1949-59 de acuerdo con la trayectoria europea. De acuerdo con los dos
primeros supuestos el PIB per capita en 1949 habría alcanzado los 2.864 $ Geary-Khamis de
1990. La tasa de crecimiento correspondiente a la segunda ecuación estimada para 1949-59 sería
4,19%, lo que comportaría un PIB per capita medio en 1959 de 4318 $ Geary-Khamis de 1990.
Este producto por habitante es todavía un 25% superior al medio efectivamente registrado en
1959. Por tanto, el coste de la política económica libremente escogida por los gobiernos
franquistas en la posguerra se situaría alrededor de un cuarto del PIB per capita efectivamente
registrado en el momento de la estabilización. Ni el shock macroeconómico de la Guerra Civil, ni
la exclusion del Plan Marshall, ni el "cerco exterior", fueron de magnitud suficiente para explicar
la pobre trayectoria de recuperación de la economía española durante el Primer Franquismo.
CONCLUSIONES

La variable que mejor explica las diferencias en el crecimiento de las economías de la Europa
capitalista durante 1934-49 es el impacto macroeconómico de las hostilidades bélicas. La ayuda
Marshall contribuyó positivamente a la recuperación europea. Pero aún teniendo en cuenta el
impacto de la Guerra Civil y de la exclusión de España del E.R.P., el crecimiento español durante
1934-49 quedó muy por debajo de la pauta europea. Los errores en la fijación de precios
(especialmente de la divisa) y las distorsiones generadas por la centralización de la asignación de
recursos (reflejadas en la profusión de mercados negros), explican por si solos que el producto
per capita en 1949 no hubiese recuperado el nivel prebélico.
El período de 1949-59, a diferencia del anterior, fue de neta convergencia a nivel europeo
(debido principalmente al efecto de la difusión de las técnicas de la segunda revolución
tecnológica). Si consideramos que en dicho período el PIB per capita de partida definió el
potencial de crecimiento de cada economía, España quedó otra vez por debajo de dicho potencial
(aunque con resultados relativos mucho mejores que durante los años cuarenta). Tampoco alcanzó
a crecer en consonancia con lo que cabía esperarse dado su grado de vinculación a los mercados
del núcleo más dinámico de la economía europea (la de los Seis más Austria y Suiza). La política
económica (y especialmente la cambiaria) siguió impidiendo que se sacase suficiente partido al
dinamismo de la demanda de la Europa-centro y a las posibilidades de convergencia que ofrecían
tecnologías como el motor eléctrico, el de explosión o la química orgánica.
Sin Guerra Civil, el producto per capita español en 1959 habría sido, por lo menos, un tercio
más alto. Incluso con la Guerra de España y la exclusión del Plan Marshall, pero con políticas
más sensatas y menos intervención franquista en la asignación de recursos, el PIB per capita se
habría situado cerca de un cuarto por encima del nivel medio efectivamente registrado durante la
estabilización. La elección de políticas económicas de inspiración netamente fascista y libremente
escogidas por el bando azul constituye la clave de la ruptura de posguera.
APÉNDICE
Cuadro A1. Grado de subvaloración del tipo real de cambio respecto de 1935.

Austria Bélgica Confed.H. Dinamarca España Finlandia


1935=1 1935=1 1935=1 1935=1 1935=1 1935=1
1948 1,1021 0,6484 1,0819 0,8477 0,6341 0,5568
1949 1,0273 0,6749 1,0571 0,8730 0,8168 0,5890
1950 1,1490 0,7157 1,1300 0,9775 0,8502 0,7687
1951 1,1324 0,6697 1,1246 0,8763 0,8725 0,6207
1952 1,0778 0,6850 1,1079 0,8985 1,0624 0,6059
1953 1,2344 0,7178 1,1365 0,9464 0,9703 0,6256
1954 1,1735 0,7271 1,1272 0,9463 0,9383 0,6317
1955 1,1551 0,7184 1,1401 0,9216 0,9004 0,6496
1956 1,1643 0,7190 1,1373 0,9254 0,8660 0,6304
1957 1,1532 0,7246 1,1553 0,9575 1,0008 0,8392
1958 1,1888 0,7538 1,2072 0,9765 0,9674 0,7833
1949-58 1,1456 0,7105 1,1323 0,9299 0,9245 0,6744

Francia Grecia Irlanda Italia Noruega P.Bajos


1935=1 1935=1 1935=1 1935=1 1935=1 1935=1
1948 1,3524 0,4146 0,8260 1,2341 1,1721 1,0941
1949 1,2235 0,2447 0,8702 1,2460 1,2165 1,0330
1950 1,2462 0,5311 0,9550 1,4582 1,4094 1,2865
1951 1,0783 0,6733 0,9893 1,4182 1,2699 1,1630
1952 1,0005 0,6601 0,9634 1,4660 1,1876 1,1692
1953 1,0388 1,1204 0,9621 1,4494 1,1864 1,1956
1954 1,0589 0,9973 0,9826 1,4620 1,1661 1,1844
1955 1,0705 0,9430 0,9442 1,4639 1,1504 1,1977
1956 1,0582 0,8866 0,9745 1,4759 1,1316 1,2084
1957 1,2333 0,9108 0,9441 1,5026 1,1272 1,1944
1958 1,2955 0,9394 0,9277 1,5432 1,1612 1,2195
1949-58 1,1304 0,7907 0,9513 1,4483 1,2006 1,1852

Portugal Suecia R.Unido R.F.A. Turquía


1935=1 1935=1 1935=1 1935=1 1935=1
1948 0,7998 0,8531 0,9797 1,4317 0,8080
1949 0,7551 0,9004 0,9751 1,8277 0,6948
1950 0,8391 1,1195 1,1673 1,8531 0,8032
1951 0,8763 0,9527 1,0844 1,7635 0,8385
1952 0,8503 0,8828 1,0240 1,6599 0,8114
1953 0,9024 0,9294 1,0208 1,6926 0,9781
1954 0,8786 0,9297 1,0160 1,7266 1,0568
1955 0,8855 0,9019 1,0346 1,6918 0,9142
1956 0,8760 0,8789 1,0279 1,7257 0,8922
1957 0,8968 0,8965 1,0095 1,7442 0,7776
1958 0,9061 0,9219 1,0053 1,7673 1,1052
1949-58 0,8667 0,9313 1,0360 1,7445 0,8872

El índice de tipo real obtenido se define como:

ITRij= (1-&i) ITR$ij + &i ITREij;


donde
ITR$ij= (T$ij/T$i35)*(Pusj/Pij);
siendo T$ij el tipo de cambio de la divisa del país 'i' respecto del dólar en el año 'j'; T$, el tipo de
cambio de dicha divisa en relación al dólar en 1935; Pij, el valor del índice de precios al por mayor
con base en 1935 del país 'i' en el año 'j'; Pusj, el valor del índice de precios al por mayor con base
en 1935 de los Estados Unidos en el año 'j'.
ITREij= (TEij/TEi35)*(Pej/Pij);
siendo TEij el tipo de cambio en el año 'j' de la divisa del país 'i' respecto a la del país 'e', que se
define como el principal mercado de exportación de 'i' a mediados del período analizado (1954);
TEi35 es el tipo de cambio en el año de 1935 de la divisa de 'i' respecto a la de 'e'. Pej, es el valor
del índice de precios al por mayor con base en 1935 del país 'e' en el año 'j'.
&i es el peso de la exportación desde el país 'i' hacia el país 'e' durante el año de 1954, que
se considera representativodel período 1949-58. Dado que '&i' es un porcentaje de la exportación
total del país 'i', se cumplirá que 0<&i<1.
Ver texto para las fuentes.
Cuadro A2. Paridad oficial y cambio negro de las divisas en 1948

unidades de divisa nacional por $ U.S. CAMBNEG48


1 2 (1)/(2)
tipo oficialcambio negro
1 Austria chelines 10 38 3,8000
2 Bélgica francos 43,85 53,75 1,2258
3 Confederación Helvética francos 4,31 3,99 0,9258
4 Dinamarca coronas 9,6 1,698 0,1769
5 España pesetas 11,22 37,5 3,3422
6 Finlandia marcos 135 540 4,0000
7 Francia francos 312 520 1,6667
8 Grecia dracmas 5 10,2 2,0400
9 Irlanda libras 0,248 0,286 1,1532
10 Italia liras 575 660 1,1478
11 Noruega coronas 4,96 9,25 1,8649
12 Países Bajos florines 2,65 5,1 1,9245
13 Portugal escudos 24,86 25,8 1,0378
14 Reino Unido libras 0,248 0,33 1,3306
15 República Federal Alemana marcos 10 20,5 2,0500
16 Suecia coronas 3,6 5,2 1,4444
17 Turquía liras 2,8 4,55 1,6250

Nota: El tipo de cambio negro es el del mes de diciembre. Fuente:P.C.Y., 1955.

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