Reducción en Origen

 Gestión de inventario: se deben hacer los cálculos correctos sobre lo que se

requerirá. Por ejemplo, cuando se desea cementar, a fin de no preparar una mayor
cantidad de lechada de la que en realidad se necesita, pues lo que no se usa podría
acabar desperdiciándose. De la misma manera se debe trabajar cuando se calculan
las cantidades de agua, aditivos y demás recursos a usar durante las operaciones de
perforación. También en las tareas más cotidianas que se realizan en el día a día
como, por ejemplo, la preparación de la comida para el personal, se debe cuidar de
que sea la necesaria para no generar residuos.
A su vez, no solo se debe guardar cuidado sobre las cantidades, sino también sobre
la peligrosidad de la materia con la cual se trabaja. Si, por ejemplo, trabajamos con
un densificante que resulte perjudicial para los recursos, la formación que atraviesa
o el ambiente, se debe considerar su reemplazo por otro de menor peligrosidad.
 Modificación de los procesos de producción: esta técnica involucra la disminución
del uso de materiales descartables. En particular, se puede observar ya en la compra
de las distintas bebidas embotelladas, cuando se procura adquirirlas en envases
retornables y en la cantidad necesaria. También en el tratamiento de los distintos
aditivos a fin de no desecharlos y así poder volver a reutilizarlos en las distintas
operaciones de la perforación.

Reducción de volumen
Involucra todas aquellas técnicas que servirán para separar los distintos tipos de residuos
que se generen para, de esta manera, poder desecharlos adecuadamente o reutilizarlos. Por
ejemplo, se separan los residuos orgánicos e inorgánicos que se generan en el comedor para
su posterior descarte. Por otro lado, se disponen de mecanismos como las zarandas,
centrifugadores, desarenadores y desarcilladores para eliminar las impurezas del lodo de
perforación y así poder reutilizar el mismo. Se realiza, también, una recuperación parcial
del agua para su reutilización.