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LA SEXUALIDAD
La sexualidad no sólo tiene que ver con el acto de reproducirse, sino que representa la
generación de deseos, sentimientos, fantasías y emociones, es decir, el desarrollo de
una identidad sexual, que se puede definir como aquella parte de la identidad del
individuo que le permite reconocerse como un ser activo responsable.
En la cultura sobre sexualizada actual de los sitios de internet, los animadores de los
medios masivos de comunicación y la programación durante las 24 horas del día sobre
los aspectos básicos de la reproducción es completamente inadecuada. La única manera
de fomentar el bienestar y la seguridad de los padres y los hijos por igual es preparar con
cuidado a los niños para los cambios normales en sus cuerpos, el ataque continúo
ejercido por la presión de los compañeros, la glorificación mediática de la sexualidad
irresponsable y los atractivos engañosos de la publicidad.
Para que los jóvenes y adultos puedan ejercer una sexualidad responsable no solo
hace falta saber de métodos anticonceptivos, sino desarrollar valores que permitan
disfrutar el erotismo con prudencia.
El único método infalible para lograr la seguridad sexual, por supuesto, es decir "no" y
posponer la actividad sexual hasta ser mayores o hasta estar completamente seguro o
segura de querer experimentar esa actividad, es lo que usted desee y como se sienta
cómodo no lo que le digan los demás. La buena noticia es que la mitad de todos los
adolescentes lo hacen. Pero eso deja a la otra mitad en riesgo; muchos de ellos tienen
relaciones sexuales sin protección, lo que los expone a enfermedades potencialmente
graves y embarazos no deseados, lo que se traduce en que la parte emocional muchas
veces se ve afectada.
"Lo más importante que deben enseñarle los padres a su hijo es la responsabilidad",
dice el Dr. Warren Seigel, M.D., FAAP, director del Departamento de Pediatría y director
de medicina adolescente en Coney Island Hospital, Brooklyn, N.Y. "Hablar sobre cómo
tomar decisiones y hágales entender cuáles serán las consecuencias de tales decisiones.
Después de todo, tener relaciones sexuales o no tenerlas tiene sus consecuencias y cada
niño va a recibir mucha información falsa en su vida, tanto sea de sus amigos y
compañeros, como de los medios de comunicación".
Durante la adolescencia, el joven está expuesto a riesgos que se deben evitar mediante
medidas preventivas:
La sexualidad entra dentro de la intimidad: Las relaciones sexuales pertenecen a la
intimidad de las personas, por lo que no es necesario compartir los detalles sobre las
mismas, a no ser que se quiera hacer. Los padres y el entorno no deben presionar al
adolescente.
Informar: Es vital dotar al adolescente de la información necesaria sobre los riesgos que
traen las relaciones sexuales sin protección (embarazo precoz, Enfermedades de
Transmisión Sexual, etcétera), así como de los beneficios que reporta practicar sexo
seguro.
El placer sexual, que tiene su furor entre las etapas de la adolescencia y la juventud, no
puede satisfacerse de manera desbordada. Si la persona solo busca satisfacer su deseo y
placer no solo pone en riesgo su vida sino también la vida de los demás. Para ejercer
nuestra sexualidad de forma responsable no solo basta con saber sobre métodos
anticonceptivos y de protección para evitar embarazos no deseados o ETS, sino que es
necesario desarrollar una cantidad de valores que permitan a la persona la toma de
decisiones.
Adolescencia temprana (11-13 años): Durante esta etapa, que se caracteriza por
la velocidad de los cambios físicos en el adolescente, el joven se encuentra aún
lejos del deseo sexual adulto, por lo que se presenta como una fase de
autoexploración (a menudo a través de la masturbación), debido a los nuevos
cambios físicos y psíquicos que experimenta (como la aparición de los primeros
impulsos sexuales y de la espermarquia o primera eyaculación), y también de
exploración del contacto con el otro sexo.