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Crisis de La Civilizacion
Crisis de La Civilizacion
Samantha
Apellido
Mercedes Santana
Matricula
2021-0166
Asignatura
Educación Ambiental
Tema
Crisis de la civilización y el surgimiento de la llamada cuestión ambiental
Docente
Manuel Liriano
Fecha
19-05-2021
Introducción
Antropocentrismo y biocentrismo
El antropocentrismo es la doctrina que, en el plano de la epistemología, sitúa
al ser humano como medida y centro de todas las cosas, y en el de la ética
defiende que los intereses de los seres humanos son aquellos que deben
recibir atención moral por encima de cualquier otra cosa.
El biocentrismo es un término aparecido en los años 1970 para designar a una
teoría moral que afirma que todo ser vivo merece respeto moral. Asociado en
sus orígenes con la ecología profunda o ecologismo radical, el biocentrismo
pretende reivindicar el valor primordial de la vida.
El antropocentrismo ético considera moralmente relevante sólo al ser
humano, a la vez que a los animales y el resto de la naturaleza como
portadores de un valor utilitario. Por el contrario, la ética biocéntrica pretende
considerar moralmente relevantes, portadores de valor intrínseco por motivo
de su sola existencia, a toda la naturaleza y sus seres vivos. En su
planteamiento, contempla la defensa de la relevancia moral de toda la
naturaleza, la que compartiría con el ser humano la especial característica de
"estar viva". De ahí el nombre biocentrismo: una ética centrada en la vida de
todo organismo individual, donde cada uno tiende a su realización, a su
desarrollo y florecimiento al modo de la physis aristotélica: "el bien del
organismo, en efecto, se identifica ampliamente con el florecimiento o
desarrollo de las características esenciales de la especie a la que ese individuo
pertenece."
Con este planteamiento, el biocentrismo saca del centro de la escena al
hombre, para ponerlo en relación y en contacto directo con el resto de las
entidades de la naturaleza, como una especie más interrelacionada con el
árbol de la vida darwiniano. La ética daría relevancia moral a todos los seres
vivos, y con Albert Schweitzer, declara: "yo soy vida que quiere vivir, y existo
en medio de vida que quiere vivir."
Una postura menos universalista dentro del biocentrismo son las aportaciones
que enfatizan la relevancia ética de los animales no humanos como entidades
vivas, promovidas por Tom Regan y Joel Feinberg. Digo menos universalista
porque la argumentación central gira en torno a la relación humanos y
animales, no tomando como referencia otras formas de vida (como los
vegetales por ejemplo). Su postura biocéntrica toma elementos del
antropocentrismo ético para reflexionar sobre la relevancia moral de los
animales no humanos como seres vivos particularmente valiosos en tanto
portadores de valor intrínseco.
Tanto Regan como Feinberg toman como referencia el concepto de sentencia
(capacidad de sentir dolor y placer) promovida por el utilitarismo
antropocéntrico de Peter Singer (ver artículo anterior) y hacen de la posesión
de intereses una condición necesaria de la posibilidad para poseer derechos.
En este sentido, la sola atribución de la calidad de "sujeto de una vida" para un
individuo es suficiente para saber que tienes intereses y atribuirle, por tanto,
derechos morales básicos y un valor inherente, allende el valor instrumental:
"Ser sujeto de una vida es mucho más que estar vivo y más que ser consciente.
Para ser sujeto de una vida hay que ser un individuo cuya vida se caracteriza
por tener creencias y deseos, percepción, memoria y un sentido del futuro,
incluyendo el propio futuro; una vida emocional junto con sentimientos de
placer y de dolor, interés por su propio bienestar, habilidad para actuar de
acuerdo a sus deseos y metas, una identidad psicofísica a través del tiempo, y
un bienestar individual en la medida que pueda sentirse afectado de manera
positiva o negativa, independiente de su utilidad para otros y lógicamente
independiente de convertirse en el objeto de los intereses de otro.
Conclusión
“estamos ante una crisis multidimensional que afecta todas las áreas de la vida.
Es la crisis de un modelo de producción y consumo insostenible, que amenaza
la vida del planeta, es la crisis terminal del patrón civilizatorio de la
modernidad occidental capitalista. Esa crisis afecta la vida y la salud en el
sentido más amplio, afecta los ecosistemas y su biodiversidad que pone en
riesgo la vida en el planeta. La crisis ambiental y el cambio climático son sólo
una de sus más graves y evidentes manifestaciones. En este artículo
comentaremos las múltiples alteraciones sobre la salud que genera esa crisis,
entre ellas el surgimiento de pandemias o desastres naturales, que son
expresión del deterioro ambiental y la ruptura del metabolismo sociedad
naturaleza. Como conclusión, planteamos que la única salida a la crisis, de allí
su carácter civilizatorio, es un cambio profundo y radical del modelo
civilizatorio que caracteriza al capitalismo globalizado, que implica construir
una nueva forma de vivir, relacionarnos, producir y consumir. En esa
perspectiva, nos aproximamos a la propuesta de Vivir Bien / Buen Vivir de
nuestros pueblos originarios, que se encuentra con las propuestas del
socialismo comunitario y ecosocialismo.”
Bibliografía
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1405-
74252000000200003.
http://www.luisrazeto.net/content/la-crisis-de-la-civilizaci%C3%B3n-
moderna-y-la-creaci%C3%B3n-de-una-nueva-civilizaci%C3%B3n
https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-
65682012000300007
https://cdsa.aacademica.org/000-008/1098.pdf
http://www.ub.edu/fildt/revista/RByD16_master.htm