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Bemisia tabaci (Gennadius) fue descrita hace más de 100 años y desde entonces se ha
convertido en una de las plagas más importantes en la agricultura del trópico y del
subtrópico. Esta especie se adapta fácilmente a las plantas hospederas y a nuevas
regiones geográficas y sus biotipos se han identificado en diferentes áreas del mundo, lo
cual sugiere que se trata de una especie compleja que cuando es sometida a estrés puede
evolucionar. Estos biotipos pueden presentar diferencias en la eficiencia y transmisión
de virus, en las tasas desarrollo, en endosimbiontes y en el aprovechamiento y daños
fisiológicos causados al hospedero (Oliveira et al., 2001).
Existen varias prácticas culturales que han venido siendo recomendadas y utilizadas
para el manejo de problemas relacionados con moscas blancas como plaga directa o
vector de virus:
Rotación de cultivos
Una de las prácticas culturales más perjudiciales para los cultivos susceptibles,
es la siembra continua de la misma especie vegetal o de especies igualmente
susceptibles al virus y que son buenos hospederos de la mosca blanca. Se debe
hacer una rotación con cultivos que no sean atacados por la mosca blanca como
maíz, cilantro, repollo, cebolla, ajo, arracacha, remolacha y zanahoria. Otra
práctica que se debe evitar, porque favorece el aumento de las poblaciones de
mosca blanca, es la de hacer siembras escalonadas que proveen a las poblaciones
de este insecto de una fuente continua de alimento.
Manejo de malezas
Excepcionalmente, existen casos como el del mosaico enano del fríjol, donde la
principal fuente del virus son malváceas silvestres del género Sida, muy
frecuentadas por B. tabaci, el vector del Virus del mosaico enano del frijol.
Destrucción de residuos de cosecha
Hay una gran diversidad de organismos que actúan como: parasitoides, predatores, a
estos se suman especies de hongos entomopatógenos que son capaces de
reproducirse y realizar su ciclo biológico, colonizando al insecto plaga, lo que
permite que el entorno suministre un aporte continuo de fauna útil a los cultivos. De
hecho, la mayor parte de los enemigos naturales de moscas blancas que actualmente
se están comercializando e inoculando en los invernaderos (Castañé et al. 2008).
Una de las razones para que la resistencia genética no haya recibido la atención que
merece en América Latina, es la inversión relativamente alta en recursos humanos y
materiales, más el tiempo necesario para desarrollar variedades mejoradas. A estos
factores se le agrega la tendencia de los productores a tratar de solucionar
rápidamente los problemas de plagas mediante el uso de productos químicos, a pesar
de que la mayoría de los insecticidas utilizados no controla mosca blanca.
Una estrategia para el control de Bemicia tabaci tiene que ver con el manejo de la
mosca blanca vector. Hasta el momento, la seriedad del problema que representa B.
tabaci ha dado lugar a una cantidad de investigación que provee métodos de manejo
aceptables. En países de América Central y del Caribe se han utilizado con éxito
medidas específicas de control. Sin embargo, según Ellsworth y Martínez-Carrillo la
estrategia más efectiva ha sido la combinación coordinada de las medidas existentes
en los programas agrícolas. Entre las revisiones más recientes sobre las diferentes
estrategias de manejo de B. tabaci, se encuentran: Ellsworth y Martínez-Carrillo,
Faria y Wraight , Gerling . Según Oliveira, el común denominador de la mayoría de
los programas de control de B. tabaci es el uso de insecticidas solos o en mezclas.
Afortunadamente, el problema de la resistencia ha sido en parte evitado con la
implementación de umbrales de acción y de programas de manejo de la resistencia.
Adicionalmente, se han realizado grandes esfuerzos para incorporar el control
cultural, el biológico y métodos no químicos dentro de los sistemas de manejo en los
cuales, la base del control son los insecticidas. Los avances logrados en el control
biológico indican que el aumento y conservación de los enemigos naturales pueden
ser factores fundamentales en el manejo de este insecto. Sin embargo, la acción de
los agentes de control biológico solo será realizada cuando se aprenda a usar
racionalmente los productos químicos (Morales y Anderson 2001). Finalmente, se
ha adoptado el uso de mallas, coberturas, plantas trampa y otras formas de
exclusión, al igual que materiales reflectivos para repeler B. tabaci y han sido
parcialmente efectivos en algunos sistemas agrícolas (María Elena Cuéllar, 2016)
Bibliografía
Francisco J. Morales, C. C. (2006). Manejo integrado de enfermedades de plagas causadas por
virus transmitidos por moscas blancas. Colombia.
María Elena Cuéllar, F. J. (2016). La mosca blanca Bemisia tabaci (Gennadius) como plaga y
vectora de virus en frijol común (Phaseolus vulgaris L.). scielo.org, 1-9.
Moreno, L. L. (2015). Avances del control biológico de Bemicia tabaci en la región neotropical.
Habana - Cuba: Instituto de Investigaciones de Sanidad Vegetal (INISAV).
Bibliografía
Francisco J. Morales, C. C. (2006). Manejo integrado de enfermedades de plagas causadas por
virus transmitidos por moscas blancas. Colombia.
María Elena Cuéllar, F. J. (2016). La mosca blanca Bemisia tabaci (Gennadius) como plaga y
vectora de virus en frijol común (Phaseolus vulgaris L.). scielo.org, 1-9.
Moreno, L. L. (2015). Avances del control biológico de Bemicia tabaci en la región neotropical.
Habana - Cuba: Instituto de Investigaciones de Sanidad Vegetal (INISAV).