Afios de guerra
ia guerra estaba decidida.
Pero, como ya se ha visto, todo indica quelo estaba desde mucho antes de
jue Odiseo y Menelao fueran rechazados por Priamo, incluso desde mucho
antes de que Paris raptara a Helena, Tal vez eso era lo que sentia o sabia el
wy de Troya cuando despidié a la embajada de los griegos sin satisfacer su
jedido, De nada habria valido devolver a la mujer que amaba su hijo.
Los adivinos lo habian advertido veinte afios atrds, También lo habia
hecho su hija, la profetisa, cuando Paris se embareé rumbo a Esparta,
cunque nadie le hizo caso.
Ha llegado entoncesel tiempo de averiguar cudl seré el final de esta gue-
tua inevitable. El tiempo de que se completen los designios del Destino.
Pero el Destino, creian los griegos, solia dar rodeos para cumplirse, El
Destino sabia tomarse su tiempo.
Y en ocasién de esta célebre guerra, decidié tomarse muchos afios.
Los preparativos
abfa fracasado la embajada de paz. Los reyes, reunidos
enasamblea, aceptaron el ardoroso pedido de Menelao,
Cumplirian con la palabra que habian empefiado.
Pero lo mas conveniente sera designar a un jefe entre
los jefes, para que conduzca nuestra temible empresa
consideré uno.
Creo que es sensato proponer a Agamenén -respondié
oto,
Dices bien —intervino un tercero-. Tan cierto como que
cl sol sale y se pone cada dia es que el belicoso Atrida*® ha
mostrado sobradamente su valor en numerosos combates
al frente de los bravos guerreros de Micenas,
Luego de consultarse unos a otros, sin controversia,
\odos Iegaron a ese acuerdo.
em accetion 239
46 En a lengua griega,
el sufijo -ida corres-
pondia al patronimico,
Atrida significa, pues,
“descendiente de
Atreo” 0, mas espe-
cificamente, “hijo de
Atreo”. Asi se designa
tanto aAgamenén
como a su hermano
Menelao.go ° Laguerra de Troya
47 Autide es una anti-
gua ciudad portuaria
situada frente a la gran
isla de Eubea,
ja es la region
en la cual se encuentra
Aulide.
49 Los lacedemonios
son los habitantes de
Lacedemonia, regién
al sur del Peloponeso,
cuya ciudad mas im-
portante era Esparta.
50 Se denomina arg
vos a los habitantes de
la ciudad de Argos
51 Avido quiere decir
“ileno de deseo o de
codicia’
52 Un ardid es un plan
que se ha tramado para
tograr un propésito.
Comenzaron por lo tanto los preparativos de guerra en,
toda Grecia. Disponer ejércitos y flotas, aprontar el ar-
mamento, reunir provisiones para tan colosal expedicién,
no era una tarea sencilla. Se necesitaba tiempo. La prisa
podia convertirse en otro enemigo si los llevaba a comete!
errores al comienzo del extenso viaje.
Agamenén establecié entonces una fecha prudente en la
que debian congregarse las fuerzas, y determiné el lugar des-
de donde partirian rumbo a Troya: el puerto de Aulide,*”
Los primeros en llegar fueron los jefes de las ciudades
de Beocia,** mas cercanas al punto de reunion: Peneleo,
Arcesilao y Ascdlafo, También alli, entre los primeros,
estaban Agamenén, el poderoso rey de hombres, con cien
naves repletas de soldados, y el aguerrido Menelao, que
habfa arribado al mando de los esforzados jacedemonios, *®
urgido por la impaciencia. Y asf se presentaron Elefénor
de Eubea, el ateniense Menesteo, el gran Ayax, hijo de
Telamén, superior en talla y en fuerza a todos los restan-
tes aqueos, el argivo%* Diomedes, semejante a un dios en
bravura, el anciano Néstor, que conducia noventa negras:
naves de la regién de Mesenia, Tlepélemo desde la lejana
Rodas y el valiente Idomeneo de Creta,
Uno por uno, hasta reunir mas de mil barcos con sus
velas Avidas** de vientos favorables, llegaron todos los
demas jefes convocados. Todos, menos Odiseo,
~jSabio Néstor! jNoble Palamedes! -dijo Agamenén-.
A ustedes les encomiendo que vayan en rapida misién
para reclamar su presencia entre los fieros guerreros que
esperan con ansia el momento de partir,
Al llegar a [taca, encontraron a Odiseo sujeto a un
arado junto con un buey y un asno, marchando hacia
atras y sembrando granos de sal... Todo parecia indicar
que el rey de la isla se habia vuelto loco, Pero Palamedes
sospeché que se trataba de un ardid* del astuto jefe. Tomé
entonces al pequefio Telémaco, el hijo de Odiseo que atin
no contaba un afio, y lo colocé frente a la reja del arado,
Miter ex acrdin ) a
Odiseo reaccioné al instante y salvé a la criatura del peli-
jro. Descubierto el truco, se resigné a dejar su tierra y se
despidié de su esposa,
{Dulce Penélope! -dijo conmovido-. Sabes que no fue
cvobardia lo que me impulsé6 a fingir mi locura, sino al
dolor de dejarte a ti y a nuestro pequefio hijo. No volveré
«verlos hasta que esta larga guerra termine y yo consiga
lepgresar, si no muero en tierras troyanas. 7
jAmado esposo -lo interrumpié ella con lagrimas en
los ojos-, juirame por Zeus que volveras sano y salvo a
huestra casa!
E1 la rodeé con sus fuertes brazos y respondié:
Prométeme entonces que esperaras mi regreso.
jAsf lo haré! -exclamé Penélope-. ¥ que los dioses me
castiguen sin piedad si no cumplo mi promesa.
cea
El rey de ftaca alisté rapidamente doce naves. Cuando
se disponfan a zarpar hacia Aulide, el venerable** Néstor
se dirigié a él con estas palabras: —
Odiseo, necesitamos tu ayuda para una dificil tarea. De
no cumplirla, temo que esta guerra no nos sera propicia.
Cuenta con mi brazo y mi discernimiento,* noble an-
ciano -respondié Odiseo-. Pero dime ya de qué se trata.
Los adivinos han anunciado que la sagrada Ilién* no
sera vencida si Aquiles, el hijo de Peleo, no combate junto
nosotros. Pero su madre lo ha ocultado en la corte del
rey Licomedes y nadie ha podido descubrirlo.
Aquiles no era mas que un jovencito en ese entonces.
sin embargo, la fama de su fuerza, de su velocidad enla
carrera y de su destreza con las armas se habia desparra-
mado por todos los rincones de la Hélade. Poco después
de nacer, Tetis lo habia sumergido en el Estige,** cuyas
aguas hacian invulnerable a quien se bafiara en ellas.
Pero el talén por el que sostuvo a la criatura no habia
53 El adjetivo venera-
ble significa "digno de
respeto” y se usa como
epiteto para referirse
allas personas de reco-
nocida virtud.
54 El discernimiento
es la capacidad para
distinguir las cosas
con claridad.
5 llidn es el otro
nombre que se daba a
la ciudad deTroya.
56 El fstige es uno
de los rios de los
infiernos42) Laguerra de Troya
57 Esciro es una isla
del mar Egeo, situada
al este de la peninsula
griega y de la isla de
Eubea. Alf reinaba
Licomedes, padre
de Deidamia. Esta
se habia casado con
Aquiles y habia tenido
con él un hijo, llamado
Neoptélemo,
58 Urdir un planes
tramarlo con mucho
cuidado para lograr un
objetivo.
89 El término tacho-
nado se aplica alos
objetos adornados con
tachas, o pequefios
clavos de cabeza
grande.
60 En este caso,
guarnecida significa
“adornada’,
6 Lacimeraes la par
te superior de! casco.
62 Blandir un arma
es moverla de un lado
4 otro.
sido mojado por la milagrosa corriente. Ese era su tinico
punto vulnerable.
Cuando la célebre diosa de largas trenzas se enteré de los
preparativos de la guerra, quiso proteger a su hijo. Rauda
como un soplo de viento, lo Ilevé a Esciro.5’ Valiéndose
del rostro anifiado del muchacho, en el que no asomaban.
atin el vello y la barba, lo disimul6, disfrazado, entre las
doncellas del palacio.
Odiseo viajé hacia el palacio de Licomedes, ataviado
con vestimentas de mercader. Su agudo ingenio habia
urdido* un plan. Al llegar, se hizo conducir al aposento
de las mujeres y allf desplegé sus mercancias: ricas telas,
perfumes y aceites aromaticos, brazaletes tachonados® de
plata y oro, Entre esos objetos hab{a mezclado preciosas
armas de combate: una espada de bronce guarnecida®? con
clavos de plata, y un casco, en cuya cimera® ondeaba un
terrible penacho de crines de caballo. Una de las jévenes se
adelanté presurosa a tomar el casco y blandir® la espada
con arrebato.
-jT eres Aquiles, el de ligeros pies! ~dijo Odiseo.
~Asies, me has descubierto-acepté el muchacho, mien-
tras el orgullo guerrero volvfa a fluirle en la sangre.
De regreso en su tierra, Tetis le hablé de este modo a
su hijo:
Quiero que sepas que los inmortales tienen reservada
para ti una larga y apacible existencia, si permaneces en
casa y aceptas vivir como la mayorfa de los mortales ~y
aguard6 un instante antes de continuar~. En cambio,
si decides ir a Troya, tendrds gloria y tu nombre sera
recordado por siempre... pero en esas tierras encontraras
Ja muerte, en plena juventud.
Aquiles miré los ojos entristecidos que esperaban su
respuesta.
Miter om. acer. | 43
-Mi destino, madre -dijo finalmente-, me espera ante
los muros de Troya.
Lleno de dolor, el rey Peleo mandé aprovisionar cin-
cuenta naves, en cada una de las cuales embarcaron cien
inirmidones,® feroces en el combate. Antes de partir, le
dio la divina armadura forjada por Hefesto, que el ilustre
dios de la fragua le hab{a obsequiado el dia de su boda.
SEES
Por fin se habfan completado las fuerzas militares de
los aqueos. Reunidas unas junto a las otras en Aulide, las
céncavas naves estaban dispuestas para zarpar hacia la
guerra. Pero los dias pasaban y los barcos permanecian en
cl mismo lugar, con sus amplias velas inméviles: ni en el
rosado aire de las mafianas ni en la penumbra cerrada de
las noches se dejaba sentir el mas ligero soplo de viento.
Entonces los aqueos consultaron a Calcante.“*
-Artemisa,°$ diosa soberana de las fieras -respondié el
venerable adivino-, ha recibido hace tiempo una ofensa
de nuestro rey Agamenén. Ella es quien ha detenido los
vientos, y no permitira que las naves de los aqueos surquen
cl ancho mar hasta que se la haya resarcido.°
‘Todos los reyes dirigieron la mirada hacia el comandante.
-Es verdad -reconocié Agamenén con los ojos ensombreci-
dos-, al llegar aqui he matado uno delos ciervos consagrados
ala diosa. Dime qué dispone la divina hermana de Apolo
y, sin importar lo que sea, cumnpliré su voluntad.
Calcante no respondié de inmediato, Agamenén compren-
dié la gravedad de la situacién y se apresuré a agregar:
~jNobles reyes, ustedes son testigos de mi juramento
ante los dioses del Olimpo! No ser4 mi falta la que nos
impida castigar la afrenta®” de los troyanos. Repararé la
ofensa a la diosa tal como ella ordene.
-{Glorioso rey! -exclamé entonces Calcante-. Es preciso
que sepas que la voluntad de Artemisa te ocasionar4 un
63 Los mirmido-
nes eran un pueblo
guerrero dela region
de Tesalia, en la zona
este del cantro dela
peninsula griega
64 Caicante es uno de
los adivinos mas fa
mosos dela mitologia
ariega. Era nieto de
Apolo, quien le habia
otorgado el don de la
profecta.
$5 Hija de Zeus y
hermana gemela de
Apolo, Artemisa es
una diosa cazadora
de gran habilidad con
elarco.
66 Resarcir es reparar
una falta 0 un dao.
67 Una afrenta es un
acto deshonroso. En
este caso, Agamenén
se refiere al rapto de
Helena.44) Laguerra de Troya
68 El adjetivo brufide
es sindnimo de “relu-
ciente’.
69 inmolar es sacrifi-
car una victima
70 La quilla es la pieza
que va de proaa popa
por debajo del barco y
sobre la que se asienta
toda su armazén.
dolor muy grande... La diosa exige que en su altar sea
sacrificada tu hija Ifigenia.
Agamenén sintié que la fuerza faltaba a sus rodillas para
sostenerlo y se le nublé la vista. Entre lagrimas buscé los
rostros de los principales jefes, como pidiendo consejo,
como implorando una alternativa. La mirada inflexible de
su hermano Menelag, la de Odiseo, la del sabio Néstor, la
de cada uno de los reyes alli presentes eran como un escudo
brunido™ donde se reflejaba su funesto juramento,
~Que asi sea —dijo finalmente, con el tiltimo resto de
voz que le quedaba.
Tee
La desdichada Ifigenia, ignorante de su cruel destino,
fue conducida hasta Aulide con excusas engafiosas. En el
altar de la diosa fue inmolada,® tal como estaba dispuesto,
mientras Agamenén lloraba amargas lagrimas solo en su
tienda, cercana al mar y a las naves.
Poco después, comenzaron a soplar vientos propicios
para la flota de los aqueos, e inundaron con su gemido la
oscuridad de la noche.
Un combate inesperado
as naves de los aqueos apenas se distingufan entre las
oscuras olas. Mas de mil sombras herfan la superficie
del agua, y de esas heridas brotaba la espuma: un
reventén de luz ptirpura y fugaz contra las quillas”® a la
altura de las proas. Como cientos de grullas que siguen
infatigables a sus guias en busca de las tierras cdlidas donde
har4n sus nidos, asi los barcos dibujaban una formacién.
pertecta detras de sus jefes. Se disponian en grupos cerrados
siguiendo la estela de la nave del fiero Agamenén, la de
Odiseo, la del joven Aquiles 0 la del altivo Menelao,
Mets em accdn | 45
“Vuelvo a cruzar el océano”, pensaba el rey de Esparta,
"como lo he cruzado hace no mucho tiempo. Pero en aquella
oportunidad evaba mi anhelo de recobrar en paz lo que
os mio, Ahora los troyanos deberan enfrentar el deseo de
venganza que crece en mi pecho”.
Asi alimentaba el Atrida su furor, desde el rosado na-
‘imiento del dia hasta que el sol se ocultaba detras de la
Hota de los helenos.
también el sabio Calcante iba sumido en sus pensa-
inientos. Antes de salir de Aulide habia presenciado un
jvodigio:” una serpiente surgié de la tierra para trepar a
un Arbol, donde habfa devorado a los ocho pichones de un
hide junto con su madre.
“froya caera”, comprendié el adivino, “pero antes deberdn
lanscurrirnueveaiios completos de dura guerra. Las sombras
corraran los ojos de muchos de estos nobles jefes. Solo unos
pocos podran regresar a casa”, Esto pensaba una mafiana,
‘nando el horizonte mostré una delgada linea oscura.
3Esa es la tierra troyana? -pregunté a Agamenén uno
de sus hombres.
La tierra que ves es una isla -respondié el belicoso hijo
de Atreo, después de fijar con atencién la vista~. Mira
en el centro -agregé-, y divisaras los picos de dos altos
iontes. Silos navegantes no mienten, aquella es la bien
construida Lesbos.”*
La flota arribé a la isla poco después del mediodia. Las
iaves de seis jefes entraron de a una por un pequefio es-
ivecho, Enseguida la tierra se abrfa y formaba una gran
lierradura, que encerraba al mar como si fuera un lago.
{a guardia del rey los esperaba en la costa, Cuando des-
cendieron de sus barcos, Agamenén, Idomeneo, Menelao,
Diomedes, Odiseo y Néstor fueron conducidos al palacio
y presentados ante Filomelides.
acontecimiento extra-
fio, que excede los limi-
tes de la naturaleza.
yal es la tercera
isla en tamafio de Gre-
cia (después de Creta
y Eubea), Esta situada
frente a las costas de
Asia Menor.46 2 Laguerra de Troya
73 La hospitatidad era
una tradicién impor
tantisima en el mundo
griego; se creia que
era necesario honrar
yagasajar al huésped,
en parte, segiin cuenta
la leyenda, porque en
cualquier momento un
dios podia aparecerse
adoptando el disfraz
de un extranjero.
-jOh, rey! -dijo Néstor en nombre de todos-. Venimo.
de tierras lejanas, y nos dirigimos rumbo a costas ma:
distantes aun, Pedimos tu generoso permiso para qu
nuestros hombres descansen en tu isla un dia o dos y, luego
de aprovisionarnos de agua fresca, podamos reemprende:
el fatigoso viaje.
-Venerable Néstor, famoso por tu sabiduria -respondié
Filomelides-, mi hospitalidad’ tiene una condicién. Quiza
no sepan que me enorgullezco de mi valor y la fuerza de!
mis brazos. Es por ello que quienes llegan a esta isla estan)
obligados a combatir contra mi.
~2Qué obligacién es esa? -pregunté airado Agamenén,
Filomelides se puso de pie. Superaba en mas de un.
cabeza a cualquiera de los aqueos.
~Tendran que elegir a uno de ustedes -continué el rey,
mientras los miraba fijamente- para que luche conmigo,
Simwuere en el combate, se iran de inmediato de aqui. Solo’
en caso de que los dioses le permitieran vencerme —agregé
con una sonrisa de desprecio-, podrian tomar de estas
tierras agua y comida para continuar su rambo,
Los jefes comenzaron a murmurar, llenos de indignacién,
pero Odiseo se adelanté a los demas:
Seré yo-exclam6-, rey soberbio, quien acepte tu desa-
fio! j¥ si me asiste la divina Atenea, mafiana ya no podras_
ver la luz del dia!
Se dispuso el combate en un claro cerca del palacio.
Alli, entre las manos del vanidoso rey, habian muerto ya,
muchos viajeros, Filomelides parecfa un gigante frente a
Odiseo, quien incluso era de menor estatura que los otros
jefes aqueos.
El rey se lanz6 contra él, abriendo sus brazos poderosos
como arboles, pero el astuto hijo de Laertes esquivé la.
embestida y comenzé a correr agilmente a su alrededor.
CBr eda
jDetente y pelea! -grité Filomelides.
Odiseo se apresuré aun mas.
jIntenta alcanzarme! -le contesté con tono de burla.
Como un ciervo que sortea” veloz los Arboles del bos-
ue dando giles saltos a un lado y a otro, asi rodeaba
Odiseo el cuerpo de su enemigo y cambiaba de direc-
cién, ¥ cuando le parecié que el enorme rey empezaba
1 confundirse, tomé del suelo dos pufiados de polvo y
Jos arrojé violentamente contra los ojos que lo buscaban
con furia.
vilomelides, lanzando un alarido de rabia, traté de
despejar con sus manos la tierra que lo cegaba. No llegé
a ver a Odiseo, que ya alzaba con sus poderosos brazos
\una piedra de tal tamaiio que dos hombres comunes no
podrfan haberla levantado. Con ella hirié a Filomelides
«la altura de la cadera. El rey cay6, mientras trataba
de cubrir el corte por el que manaba abundante sangre.
Lntonces Odiseo volvié a tomar la piedra y lo golped en
la frente.
Asf se nublaron los ojos de Filomelides con las sombras
de la muerte. i
Valiente Odiseo, gratoa los dioses—exclamé Diomedes-,
que tu gloria ante las murallas de Troya sea igual a la que
ic ha coronado en este dia!
iQue en cada batalla te acompamie Atenea -agregé
|domeneo-, para que siempre seas artifice de nuestras
victorias, como lo has sido hoy!
De igual modo lo alababan Menelao y Agamenén, Pero el
prudente Néstor, viendo que los soldados del palacio seacer-
caban al cuerpo de su rey muerto, se apresuré a deci
-jLeales guerreros de Lesbos! {Todos nosotros escuchamos
cl compromiso que el belicoso Filomelides pronuncié al
lanzar su desaffo!
Elcomandante de la guardia alz6 una mano para detener
cl avance de sus hombres. El anciano comprendié que era
escuchado y prosiguié:
THEN este caso,
significa "esquiv:
a748 > Laguerra de Troya
Un augurio es un
indicio de algo que va
a suceder.
76Ul 0 eS UN pe-
fiasco 0 un promonto-
rio de gran dimensién,
generalmente de dificil
acceso y transito.
~Noes este el lugar donde los helenos hemos de encontrar
la victoria o la muerte, sino en las todavia lejanas tierras
del rey Prfamo. Por eso les pido que cumplan la voluntad
de Filomelides; dejen que nos aprovisionemos aqui y per-
mitan que luego partamos hacia Troya.
Y asi fue como, mientras los habitantes de la isla pre-
paraban los funerales de su rey, las naves de los aqueos
cargaron agua y alimentos para continuar su viaje,
De esta manera, con el triunfo de Odiseo en un ines-
perado combate cuerpo a cuerpo, habian comenzado las
acciones de guerra de los griegos. Todos interpretaron el
hecho como un buen augurio’ de los dioses.
El destino de Filoctetes
a flota griega Ilegé finalmente a las cercanias de la
costa troyana. Préxima a tierra firme, se hallaba la
isla de Ténedos, A ella se dirigieron las naves de los
aqueos, con las proas ansiosas por tocar nuevamente la
arena de la playa después de tantas jornadas de arduo
viaje. Los remeros ayudaban con el brio de sus brazos a
los vientos que los empujaban hacia tierra.
Al pasar los barcos frente a un elevado risco” de la isla,
comenzaron a caer enormes piedras sobre ellos. En lo
alto del promontorio, el mismo rey Tenes, asistido porun
grupo de guerreros, alzaba grandes rocas para lanzarlas
contra los helenos.
Entonces Aquiles, el de dgiles pies, se arrojé al agua y
nadé con la destreza de los delfines hacia la costa. Una
vez allf, trepé hasta la cima sin ser herido por los ene-
migos. De un feroz salto alcanz6 a Tenes y le atravesé el
pecho con la espada. Huyeron los soldados, aterrados por
la fuerza del Pelida, mientras este se asomaba gritando
hacia las naves:
~jVamos, aqueos! jLa isla es nuestra!
Mater em acct. |, 49
Los mirmidones desembarcaron rapidamente para ir al
cncuentro de su jefe, y lo mismo hicieron los demés reyes
con los guerreros que estaban a su mando. No les levé
iucho tiempo saquear la isla y destruir su palacio,
sa misma tarde, Palamedes, el fiel primo de Menelao,
olrecié un sacrificio a Apolo en agradecimiento por la
\ipida victoria, que no habfa ocasionado muertes entre
los helenos.
Imprevistamente, surgié de la tierra junto al altar una
culebra, que mordié en el pie a Filoctetes, famoso por la
(estreza en el uso del arco.”’ La herida se infecté rapi-
damente y comenzé a despedir un olor insoportable. El
liéroe daba terribles gritos de dolor, y de nada servian los
\ngitentos que le aplicaban para intentar curarlo,
Cuando las naves zarparon de la isla, los jefes esperaban
\jue Filoctetes se aliviaria al retomar la expedicién y que
u 4nimo guerrero se sobrepondria al sufrimiento. Pero
lus alaridos eran tan espeluznantes que se escuchaban en
todas partes y aterraban a las tropas.
Entonces Odiseo le dijo a Agamenén:
No podremos enfrentar a los troyanos si en nuestro
)opio ejército hay una causa de miedo.
Dices bien -asintié el supremo jefe de los aqueos, y
ieflexioné un instante-. Sera necesario dejar a Filoctetes.
{ce encomiendo esa tarea.
Odiseo llevé al dolorido guerrero hasta la cercana isla de
jemnos, dedicada al dios Hefesto, cuyos sacerdotes eran
{amosos por su habilidad para curar heridas. Lo dejé en
la playa y reemprendié la navegacién para reunirse con
cl resto de la flota.
Todavfa escucharon las quejas de Filoctetes durante un buen
sato, hasta que la distancia les trajo el deseado silencio.
77 El arco ylas flechas
de Filoctetes eran un
regalo de Heracles,
uno de los semidioses
ms famosos entre los
griegos