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DEGRADACIÓN DEL HORMIGÓN

FRENTE A ALTAS TEMPERATURAS


Xargay, Hernán1; Ripani, Marianela2; Sambataro, Luciano3; Folino, Paula2
1
Ing. Civil; 2 Inga. Civil, Dra. en Ingeniería; 3 Estudiante Ing. Civil
Facultad de Ingeniería, UBA
Email de contacto: pfolino@fi.uba.ar
RESUMEN
Aunque el comportamiento mecánico del hormigón frente a la acción de elevadas
temperaturas concentra la atención de diversos grupos de investigación en el mundo, es aún
hoy un tema con muchas preguntas abiertas. Se distinguen dos casos completamente
diferentes: el de estructuras sometidas a elevadas temperaturas durante su vida útil, y el caso
de incendios. En este trabajo, se presenta una descripción del estado del conocimiento
respecto a la degradación que sufren distintas propiedades del hormigón al ser sometido a
una temperatura creciente. Luego, se muestran resultados de recientes investigaciones
respecto a la incidencia de la temperatura sobre el tipo de falla que experimenta una probeta
de hormigón y considerando distintos estados de carga, y se presenta la descripción y los
primeros resultados de un plan de ensayos actualmente en desarrollo, cuyo objeto es
contribuir al conocimiento respecto a la incidencia de la calidad del hormigón en la
degradación de las principales propiedades del hormigón frente a altas temperaturas.

ABSTRACT
Although concrete mechanical behavior under the action of high temperatures concentrates
the attention of the research community, is still today a topic with several open questions. Two
completely different cases can be distinguished: structures which are subjected to high
temperatures during their service life, and the case of fires. In this paper, a description of the
state of knowledge regarding the degradation affecting various properties of concrete when
subjected to an increasing temperature is presented. Then, some recent research results
showing the incidence of temperature on the type of failure experienced by a concrete
specimen and considering various loading conditions are presented, as well as the description
and first results of an experimental campaign currently under development aiming to contribute
to existing knowledge regarding the incidence of concrete quality on the degradation of
concrete main properties under high temperatures.

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INTRODUCCIÓN

El fuego y las altas temperaturas son algunas de las acciones más destructivas que
pueden actuar sobre estructuras compuestas por materiales cementicios. Los efectos
destructivos de la exposición a las altas temperaturas han ocasionado una gran
cantidad de accidentes severos, tal es el caso del incendio del edificio Windsor
(Madrid, España), de 32 pisos, que poseía una estructura resistente compuesta por
elementos de acero y hormigón armado y que había sido diseñado bajo las normas
del código Español de edificación que regía en su época de construcción. Cuando el
fuego comenzó, se propagó rápidamente a través del edificio y en consecuencia, toda
la estructura resultó severamente dañada comprometiendo la estabilidad global de la
estructura, ver Figura 1.

Figura 1: Incendio en la Torre Windsor, 2005. Madrid, España,


antes y después del fuego

Figura 2: Incendio en el Channel Tunnel, 1996. Francia-Inglaterra

Otro ejemplo importante, es el incendio en el “Channel Tunnel”, túnel que conecta


Inglaterra y Francia, que se desató en el año 1996 y tuvo una duración de 10 horas
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con temperaturas que alcanzaron los 700ºC. A raíz del incendio, su estructura de
hormigón reforzado con fibras sufrió un importante descascaramiento superficial en
una longitud mayor a 100 metros. Además de las preguntas que surgieron en torno a
la seguridad estructural y a las pérdidas económicas (US$1.5M por día, durante los 6
meses de su clausura por reparaciones), el incendio del túnel dejó entrever la falta de
conocimiento que existe respecto de los mecanismos que gobiernan el
comportamiento del hormigón bajo altas temperaturas, ver Figura 2.
Sin embargo, las altas temperaturas no sólo se presentan como parte de un siniestro,
sino que también pueden formar parte de la vida útil de la estructura como es el caso
de los reactores nucleares, los hornos y las chimeneas industriales, que a pesar de
no estar expuestos a temperaturas extremadamente altas, deben ser diseñados para
funcionar a temperaturas mayores a la ambiente, tal es el caso de un reactor nuclear
que opera a temperaturas que rondan los 300ºC, ver Figura 3.

Figura 3: Plantas nucleares


Central nuclear de Atucha, Argentina (Izq.) y Torres de enfriamiento, Perú (Der.)

Comparativamente, el hormigón tiene varias ventajas sobre otros materiales en


términos de resistencia al fuego: (1) No es combustible ni incrementa su carga de
fuego, (2) Detiene la propagación del fuego y no produce humo ni gases tóxicos,
reduciendo así el riesgo de los ocupantes, (3) Luego de un incendio se puede reparar
relativamente fácil, permitiendo de este modo, reanudar las actividades prioritarias de
la estructura a corto plazo, (4) No es afectado por el agua de enfriado, sin embargo,
se debe tener en cuenta que el choque térmico podría dañarlo.
En muchos casos, para prevenir que el hormigón alcance temperaturas críticas, se
emplean protecciones pasivas. Dentro de las técnicas de aislación más reconocidas,
se destaca la aplicación de morteros superficiales, pinturas, yeso, mezclas
cementicias, vermiculita, paneles de lana mineral, entre otros. El riesgo de
descascaramiento explosivo (spalling), aumenta en hormigones de baja
permeabilidad y puede mitigarse agregando fibras de polipropileno en la masa de
hormigón y/o protegiendo la superficie de la estructura con barreras térmicas. Cabe
destacar, que en estructuras de hormigón armado, el recubrimiento retarda la
transferencia de calor a las armaduras, ya que la conductividad térmica del hormigón
ronda los 0.8-1.5 [W/(m.K)], mientras que la del acero ronda los 45-60 [W/(m.K)]. Por
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esta razón, los códigos de diseño estructural generalmente se limitan a establecer
recubrimientos mínimos de hormigón, que garanticen en el acero temperaturas
menores a la crítica durante un tiempo razonable de exposición al fuego.
En este trabajo, se presenta una síntesis del estado del conocimiento relativo a los
efectos que causan las temperaturas elevadas sobre el hormigón y se presenta una
campaña experimental actualmente en desarrollo en la Facultad de Ingeniería de la
Universidad de Buenos Aires, avocada al estudio de la incidencia de la calidad del
hormigón y de la adición de fibras sobre el comportamiento del hormigón frente a la
acción térmica.

EFECTOS DE LAS ALTAS TEMPERATURAS EN EL HORMIGÓN

Durante exposiciones prolongadas a temperaturas elevadas, la composición química,


la estructura física y el contenido de humedad de la pasta de cemento pueden
experimentar cambios drásticos (Piasta, 1984[1]; Kizilkanat et al., 2013[2]; Gawin et al.,
2003[3]), dando lugar a dos efectos fundamentales: (1) la deshidratación de la pasta
de cemento endurecida y (2) la falla por “spalling” o fractura del material en planos
paralelos a la superficie calentada. La deshidratación de la pasta de cemento, da lugar
a la degradación irreversible de dos propiedades fundamentales del material: la rigidez
elástica (por daño térmico) y la resistencia mecánica (por descohesión).

Figura 4: Esquema de los efectos térmicos sobre el hormigón


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Los efectos del calor sobre el hormigón varían según el nivel de temperatura
alcanzado, ver Figura 4 (Ripani, 2016[4]). Por debajo de 200ºC, sólo tiene lugar la
expulsión del vapor de agua alojado en la red de poros interconectados y no se
evidencian cambios significativos en las propiedades mecánicas del material (Mihashi
et al., 1992[5]). Sin embargo, y debido a la acción de los gradientes térmicos, pueden
manifestarse daños a nivel estructural y en algunas propiedades físicas del material,
como es el caso de la permeabilidad, comprometiendo la durabilidad de la estructura
(Di Maio et al., 1999[6]; Lee et al., 2008[7]).
La deshidratación de la pasta de cemento, más específicamente de los silicatos de
calcio hidratados (SCH), comienza por encima de los 200ºC, consecuentemente,
crece el tamaño de los poros y su distribución se torna más uniforme (Janotka and
Bagel, 2002[8]), tal es así, que la porosidad puede incrementarse hasta un 40%
(Harmathy, 1970[9]).
Por otro lado, el hidróxido de calcio (Ca(OH)2), también responsable de la resistencia
mecánica de la pasta de cemento, se descompone químicamente a 500ºC. Más allá
de los 500ºC, también los agregados gruesos comienzan a degradarse y los cambios
químicos y físicos del hormigón se tornan sustanciales e irreversibles.
La evidencia experimental demuestra claramente aquello hasta aquí expuesto. En las
Figuras 5 a 7 se presentan gráficos (Ripani, 2016[4]) en los que se representan
resultados de distintos ensayos experimentales obtenidos de la bibliografía, con el
objetivo de mostrar la variación de las diferentes propiedades del hormigón con el
aumento de la temperatura (Marechal, 1972[10]; Anderberg and Thelandersson,
1976[11]; Carette et al., 1982[12]; Diederichs et al., 1988[13]; Castillo and Durrani,
1990[14]; Lie, 1992[15]; Furumura et al., 1995[16]; Noumowe et al., 1996[17]; Della Croce
et al., 2000[18]; Janotka and Bagel, 2002[8]; Phan and Carino, 2002[19]; Xu et al.,
2003[20]; Chang et al., 2006[21]; Sancak et al., 2008[22]; Tanyildizi and Coskun, 2008[23];
Guo and Shi, 2011[24]; Bahr et al., 2013[25]).

Figura 5: Datos experimentales de la degradación de la resistencia a compresión


(izq.) y de la resistencia a tracción (der.)

La Figura 5 muestra que, a temperaturas elevadas, tiene lugar una drástica caída de
la resistencia mecánica, tanto a compresión como a tracción. En la Figura 6 puede

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observarse que el módulo de Young y el coeficiente de Poisson resultan severamente
disminuidos, evidenciando una elocuente degradación de las propiedades elásticas.

Figura 6: Datos experimentales de la degradación del módulo de elasticidad (izq.) y


del coeficiente de Poisson con el aumento de la temperatura (der.)

Figura 7: Datos experimentales (a) de la deformación pico en ensayos de


compresión uniaxial y (b) la energía de fractura para distintas temperaturas

En la Figura 7 puede observarse que el hormigón se vuelve, en cierto modo, más


dúctil, es decir, la deformación correspondiente a la resistencia máxima es mayor
conforme aumenta la temperatura. Las superficies donde se localiza la falla se tornan
más tortuosas, incrementándose la energía de fractura liberada a través de las fisuras.
En general, este aumento de energía se mantiene hasta los 400ºC, y luego disminuye
a causa del excesivo daño térmico y a la fuerte pérdida de resistencia a tracción y a
compresión (Baker, 1996[26]; Zhang et al., 2002[27]; Nielsen and Bicanic, 2003[28];
Menou et al., 2006[29]; Zhang, 2011[30]).
En la Figura 8 se muestra que la pérdida de peso es otro efecto importante de las altas
temperaturas sobre el hormigón. La disminución del peso está relacionada al aumento
de la porosidad por pérdida de humedad y por efecto spalling (Janotka and Bagel,
2002[8]). Entre los 20 y los 200ºC, el hormigón pierde su humedad rápidamente por
pérdida de agua evaporable. Entre 200 y 600ºC la tasa de pérdida de peso disminuye,
porque depende principalmente de la deshidratación de la pasta de cemento, es decir,
de la evaporación del agua químicamente adherida a los SCH. Más allá de los 600ºC,
la pérdida de peso puede alcanzar valores de hasta un 10% y esto se debe a la
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descomposición de los agregados gruesos (Anderberg and Thelandersson, 1976[11];
Zhang et al., 2002[27]; Lee et al., 2008[7]; Zhang, 2011[30]). En general, hasta 300ºC, la
pérdida de peso es un poco mayor en hormigones de resistencia normal que
hormigones de alta resistencia (Zhang et al., 2002[27]). Además, cuanto mayor es el
tiempo de permanencia de las temperaturas elevadas, mayor es la pérdida de peso.

Figura 8: Pérdida de peso porcentual en función de la temperatura (izq.) y efecto


superficial del spalling en el incendio del túnel Mont Blanc, 1999. Francia-Italia (der.)

Cabe destacar que la información obtenida en los resultados experimentales varía en


función de la calidad del hormigón, del tipo de agregados, de la tasa de calentamiento,
del tiempo de permanencia de la temperatura y del momento de la medición. La
mayoría de los autores coinciden en que los hormigones de alta resistencia se vuelven
más frágiles cuando son expuestos a las altas temperaturas (Chan et al., 1996[31];
Balendran et al., 2003[31]; Gawin et al., 2003[3]; Li et al., 2004[33]; Mehmet and Ozturan,
2010[34]; Zhen-jun and Yu-pu, 2010[35]). Sin embargo, la degradación del módulo de
elasticidad se manifiesta de manera similar para las distintas calidades de hormigón y
bajo distintas condiciones de precarga (Castillo and Durrani, 1990[14]).
En general, existen tres metodologías principales para estudiar el efecto de las altas
temperaturas (Castillo and Durrani, 1990[14]):
1. Ensayos no tensionados: cuando la probeta es calentada hasta una temperatura
específica y luego cargada hasta la falla.
2. Ensayos tensionados: cuando se aplica a la probeta una fracción de la resistencia
a compresión uniaxial, a temperatura ambiente, luego es calentada hasta alcanzar
una temperatura específica y finalmente cargada hasta la falla.
3. Ensayos residuales: cuando la probeta es calentada sin la acción de cargas
mecánicas iniciales, luego enfriada hasta alcanzar la temperatura ambiente y
posteriormente cargada hasta la falla.
Los ensayos tensionados y no tensionados también se denominan ensayos en
caliente, ver Figura 9.
Generalmente, en ensayos residuales de compresión uniaxial, la resistencia obtenida
es menor que en ensayos en caliente, ya que en estos últimos, la presencia de
tensiones de compresión retarda el crecimiento de las fisuras provocadas por el
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calentamiento (Castillo and Durrani, 1990[14]; Khoury, 2000[37]). Además, durante la
fase de enfriamiento ocurre una importante reacción química en el hormigón: el óxido
de calcio (que previo al calentamiento era hidróxido de calcio) se expande conforme
va absorbiendo la humedad del ambiente, dando lugar a nuevas fisuras. Este proceso
puede reducir la resistencia a compresión hasta un 20% más. Por lo tanto, para
propósitos de diseño es conveniente considerar la resistencia a compresión uniaxial
del ensayo residual (Hertz, 2005[38]).
En cambio, en los ensayos a flexión, la resistencia que se obtiene a través de ensayos
en caliente resulta menor que aquella obtenida en los ensayos residuales. Esto se
debe a que durante el calentamiento la expansión de los agregados origina tensiones
que favorecen la propagación de las fisuras de flexión (Watanabe et al., 2013[39]).

Figura 9: Máquina para ensayos en caliente (Shaikh and Vimonsatit, 2015[36])

Figura 10: Barrera de humedad y aumento de la presión de poro


en un elemento de hormigón calentado (izq).
Datos experimentales de presión de poro vs. temperatura (der)

Como se mencionó anteriormente, el spalling es uno de los efectos fundamentales de


la acción de las altas temperaturas en el hormigón. Antiguamente, este efecto solo se
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atribuía al aumento de la presión de poro. En hormigones rápidamente calentados, el
agua viaja en forma de vapor desde las zonas más calientes hacia las más frías, donde
se condensa formando una barrera de humedad, ver Figura 10 (Ulm y Coussy,
1999[40]). Dicha barrera de humedad impide la expulsión de nuevo vapor de agua
induciendo fuertes presiones de poro, que dan origen al descascaramiento de la
superficie del elemento estructural.
En la actualidad, se cree que el aumento de la presión de poro solo actúa como un
disparador de la falla (Mindeguia et al., 2010[41]), es decir, una vez iniciada la fisura
por sobrepresión, el desarrollo del spalling depende de las tensiones inducidas por los
gradientes térmicos (Hager, 2013[42]).
En la Figura 10 se muestra la variación de la presión de poro en función de la
temperatura actuante. Estos valores fueron extraídos de ensayos experimentales
realizados en hormigones de resistencia normal (Kalifa et al., 2000[43]; Mindeguia et
al., 2010[41]; Pereira et al., 2011[44]). Como puede observarse, la presión de poro
aumenta fuertemente alrededor de los 250ºC, denominada temperatura de disparo. A
temperaturas mayores ocurre una fuerte reducción de la presión de poro por fisuración
del hormigón. En general, la máxima presión de poro ronda en 1 MPa para hormigones
de resistencia normal, y 4 MPa para hormigones de alta resistencia (Kalifa et al.,
2000[43]).
La falla estructural durante un incendio, depende de la naturaleza del fuego, de las
cargas actuantes y del tipo de estructura. Los códigos para el diseño de estructuras
que incluyen el diseño frente a fuego, especifican curvas de temperatura a considerar,
pudiéndose distinguir distintos tipo de fuego, como por ejemplo: (1) Curva Tiempo-
Temperatura celulósica estándar (ISO 834), que es la más utilizada en el mundo
entero, especialmente por las normas BS 476, AS 1530, DIN 4102, ASTM y la nueva
norma Europea (BS EN 1363-1). Representa un fuego natural controlado por
ventilación, es decir fuegos en edificios comunes, donde se considera que el aumento
de la temperatura es de 842ºC luego de 30 minutos. (2) Curva de Hidrocarburos (HC-
FIRE), que simula un fuego combustible ventilado, con un incremento de temperatura
de 1110ºC luego de 30 minutos. (3) Curva RABT (Alemana), que representa fuegos
provocados por vehículos tales como automóviles o trenes. Esta curva muestra un
rápido aumento de la temperatura, alrededor de 1200ºC en 5 minutos. (4) Curva RWS
(Rijkswaterstaat) desarrollada en los países bajos, que modela un fuego de 300MW
basado en la combustión del petróleo en un área cerrada, como es el caso de los
túneles. Esta curva está internacionalmente aceptada y especifica que luego de 30
minutos la temperatura alcanza un nivel de 1300ºC. Las diferentes curvas de fuego
mencionadas previamente se muestran en la Figura 11.
Respecto de la incidencia del tipo de fuego en la ocurrencia del spalling, el fuego HC
resulta más agresivo que el fuego ISO-834. Esto se debe a que en el primer caso, la
tasa de aumento de temperatura es más alta que en el segundo. Sin embargo, la
presión de poro en un HC puede resultar menor que aquella experimentada en la ISO-
834, ya que en el caso del fuego HC el daño térmico es mayor, el hormigón incrementa
su permeabilidad a causa de la fisuración inducida por el daño térmico permitiendo

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que los fluidos puedan escapar más fácilmente hacia el medio ambiente (Pereira et
al., 2011[44]).

Figura 11: Curvas de fuego (Variación de la temperatura en función del tiempo)

CAMPAÑA EXPERIMENTAL

Descripción general

Con el objeto de comparar las propiedades mecánicas residuales de hormigones de


alta resistencia con y sin fibras al ser sometidos a altas temperaturas, se diseñó una
amplia campaña experimental a ser desarrollada en el Laboratorio de Materiales y
Estructuras de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires.
En este trabajo, considerando que los ensayos están actualmente en desarrollo, sólo
se describe la campaña y se presentan los primeros resultados experimentales
obtenidos.
Se diseñaron y ejecutaron cuatro pastones de hormigón autocompactante de alta
resistencia con la misma dosificación básica, siendo la resistencia uniaxial buscada
de 80 MPa. A dos de ellos, se les adicionó macrofibras de acero y microfibras de
polipropileno comerciales, es decir, una combinación híbrida de fibras. La
denominación que se le dio a cada uno de los pastones, se lista a continuación
‐ SF1: hormigón sin fibras de referencia.
‐ SF2: hormigón sin fibras, sometido a 600°C de temperatura.
‐ CF1: hormigón con fibras de acero y polipropileno de referencia.
‐ CF2: hormigón con fibras de acero y polipropileno, sometido a 600°C de
temperatura.

Materiales

Se utilizaron tres fracciones de agregados en la composición del hormigón: arena fina


natural de río (18%), arena de trituración granítica (32%) y piedra partida granítica
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(50%). El Módulo de finura (MF) de la mezcla de agregados fue 4.29, y el tamaño
máximo nominal del agregado grueso, 9.5 mm. En la Figura 12 se presenta la curva
granulométrica del conjunto.
El cemento utilizado fue Loma Negra CPN50. Adicionalmente, se utilizó escoria de
alto horno finamente molida en una relación del 30% del material cementicio total.
El aditivo hiperfluidificante empleado para obtener la consistencia adecuada fue Sika
Viscocrete 3085.

100

75
% pasa

50

25 18 - 32 - 50
Fuller
0
0.0 1.5 3.0 4.5 6.0 7.5
Abertura tamiz [log mm + 3]
Figura 12: Granulometría

 
Figura 13: Macrofibras de acero industriales
Las macrofibras de acero industriales utilizadas fueron Wirand FS3N (Figura 13). Sus
principales propiedades geométricas y mecánicas informadas por el fabricante son:
longitud de fibra lf = 33 mm, diámetro de fibra df = 0.75 mm, relación de esbeltez Re=
44, resistencia a tracción ft > 1100 MPa, módulo de Young E = 2100 MPa y
deformación a la rotura ɛu <4%.
Las microfibras de polipropileno monofilamento empleadas fueron FibroMac 12. Sus
principales características técnicas informadas por el fabricante son: longitud de fibra
lf = 12 mm, diámetro de fibra df = 32 μm, resistencia a tracción ft = 400-500 MPa,
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módulo de Young E = 3500-3900 MPa, deformación a la rotura ɛu>40%, temperatura
de fusión Tf = 160°C y peso específico Pe = 0,91g/cm3.
La dosificación de los hormigones se observa en la Tabla 1. Se mantuvo una relación
agua/materiales cementicios de 0.35

SF1 y SF2 CF1 y CF2

Cemento CPN50, kg/m3 434 434


Escoria, kg/m3 186 186
Agua, kg/m3 217 217
Arena fina natural, kg/m3 283.4 283.4

Arena de trituración, 511.7 511.7


kg/m3
Piedra partida, kg/m3 795 795
Hiperfluidificante, kg/m3 3.1 3.1
Fibras acero, kg/m3 - 60
Fibras polipropileno, - 0.914
kg/m3
Tabla 1: Dosificación

Moldeo de especímenes y curado

Se moldearon por pastón, sin vibración, al menos 12 probetas cilíndricas de 100mm


de diámetro y 200 mm de altura y 3 prismas (vigas) de 150 x 150 x 600 mm en moldes
de acero. Luego de 24 horas del hormigonado fueron desmoldados. A continuación,
todos los especímenes fueron curados sumergidos en agua a 20°C durante 28 días y
posteriormente almacenados en condiciones de laboratorio para la estabilización de
su humedad hasta el tratamiento térmico.

Tratamiento térmico

Las probetas correspondientes a las mezclas SF2 y CF2, fueron sometidas en un


horno eléctrico a 600°C de temperatura máxima durante 3 horas. El calentamiento se
realizó a una tasa de 10°C/min hasta alcanzar la temperatura objetivo. Luego, las
probetas se dejaron dentro del horno durante 24hs hasta alcanzar la temperatura
ambiental.

Ensayos mecánicos

Se realizaron tres tipos de ensayos: compresión uniaxial (UC), tracción indirecta por
compresión diametral (Splitting tensile test, ST) y flexión en tres puntos (Three Point
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Beam flexural test, TPB). Estos ensayos fueron realizados en un marco de compresión
con sistema servo hidráulico de lazo cerrado de 2000 kN de capacidad. (Para mayor
información acerca del equipamiento ver Folino-Xargay, 2014[45]).
El layout y los dispositivos de medición implementados en los ensayos UC y ST
pueden observarse en las Figuras 14 y 15, respectivamente.

Figura 14: Layout del ensayo UC Figura 15: Layout del ensayo ST

Figura 16: Layout del ensayo TPB

En la Figura 16, se observa el layout de los ensayos de flexión en tres puntos, en los
cuales, la distancia entre apoyos fue de 500 mm, y la aplicación de la carga, centrada
en la luz. Todas las vigas fueron entalladas en su sección media. La altura de la entalla
fue 25 mm y su ancho 4 mm aproximadamente.
En estos ensayos TPB, con el objeto de registrar el postpico, el control se realizó por
medio de un clip gauge (Figura 17) midiendo la abertura en la boca de la fisura de
(Crack Mouth Opening Displacement, CMOD) y especificándose una velocidad
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constante en el tiempo de apertura de fisura de 0.05 mm/min hasta alcanzar los 0.25
mm y de 0.20mm/min a partir de este valor y hasta la finalización del ensayo. La
medición de la carga se realizó a través de una celda de carga externa, con el objeto
de obtener una mejor precisión (Figura 18).

   
Figura 17: Clip gauge Figura 18: Celda de carga

Resultados

En las Tablas 2 y 3 se presentan los resultados obtenidos hasta el momento, y que ya


se encuentran procesados, correspondientes a compresión uniaxial y a tracción
indirecta, respectivamente. Se aclara que estos resultados corresponden a las
muestras antes de ser sometidas a temperatura. Al momento de realizarse la
presentación de este trabajo, se incluirá el resto de los ensayos descriptos que
actualmente se encuentran en ejecución.

 
Propiedad SF1 SF2 CF1 CF2
f´c (MPa) 98.40 97.90 88.58 76.74

ε max 2.95 2.62 2.07 2.55

Tabla 2: Resultados ensayos UC

Propiedad SF1 SF2 CF1 CF2

f´t (MPa) 5.20 4.86 6.65 6.27


f´t/f´c 0.053 0.050 0.075 0.082

Tabla 3: Resultados ensayos ST

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Conclusiones

En este trabajo se ha presentado una detallada descripción del estado del arte relativo
al comportamiento del hormigón frente a la acción de temperaturas elevadas. Del
mismo, se concluye que a medida que la temperatura aumenta, el hormigón presenta
una degradación progresiva de sus propiedades fundamentales debido a distintos
efectos que la acción de la misma va causando en la matriz cementicia y a partir de
cierto punto, también en los agregados gruesos. Esta degradación se ve influenciada
por diversos factores como la calidad del hormigón, el tipo de agregados, la tasa de
calentamiento y el tiempo de permanencia bajo temperatura.
Si bien existe una gran cantidad de trabajos científicos disponibles en la literatura,
referidos tanto a ensayos experimentales como a estudios teóricos, éstos en su gran
mayoría se refieren a hormigones de resistencia normal, y en general sin adición de
fibras.
Los grandes desafíos que presenta la industria de la construcción hacen que resulte
de particular interés profundizar en el conocimiento del comportamiento de
hormigones especiales, no sólo frente a fuego sino también frente a altas
temperaturas a las que están sometidas algunas estructuras durante su vida útil. La
profundización de este conocimiento permitirá incluir recomendaciones adecuadas en
los códigos de edificación.
 

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Colaboradores: Se agradece la colaboración en la campaña experimental al Ing. Humberto
Bálzamo y a los alumnos de ingeniería civil de FIUBA Mariela Mrinigo, Ezequiel Zysler y
Andreina Brugaletta.
Agradecimientos: Se agradece el financiamiento otorgado por la Universidad de Buenos
Aires a través del Proyecto UBACyT 2014-2017, N° 20020130100769BA. También, a la
empresa Maccaferri Argentina por la provisión de fibras, y a la empresa LOMAX, en particular
al Ing. Gastón Fornasier, por su constante apoyo. Particulamente, se agradece a la Comisión
Nacional de Energía Atómica (CNEA) quien nos facilitara el horno para someter las probetas
a temperatura.
Referencias:
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of cement paste. Materiaux et Construction 17 (6), 415–420.
[2] Kizilkanat, A. B., Yuzer, N., Kabay, N., 2013. Thermophysical properties of
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[4] Ripani, M., 2016. Modelización computacional no local y análisis del hormigón en
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[6] Di Maio, A., Hirschi, F., Giaccio, G., Zerbino, R., 1999. Hormigones expuestos a
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