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Instituto Bíblico Bethel

Surgimiento y función de los principales grupos


religiosos del periodo del nuevo testamento
INTRODUCCION

El presente informe describe el surgimiento, doctrinas y funciones de los


principales grupos religiosos del nuevo testamento con el objetivo de reconstruir el
ambiente en el que nació el evangelio y describir los lados políticos, culturales y
sociales de esa época que faciliten su entendimiento.
En el nuevo testamento se mencionan estor grupos religiosos y se puede ver que
Jesús estaba en contra de las «inmoralidades, robos, homicidios, adulterios,
codicias, perversidades, fraudes, desenfreno» (Marcos 7,20-23) que existían. Pero
en esos tiempos, quienes imponían cargas más pesadas al pueblo desasistiéndolo
y arrojándolo a la pobreza, impotencia y desesperanza eran los jefes religiosos-
políticos de su pueblo que, según Jesús, en lugar de ser pastores eran «ladrones
y bandidos asalariados». Jesús escuchó los clamores de los marginados por la
religión y sociedad de su pueblo, y optó por ellos aún a costa de su vida.
LOS FARISEOS
Fariseos (gr. farisáios; transliteración del heb. Perûshîm, “los separados”; aram.
perishay-ya’). Secta o partido religioso conservador del judaísmo en tiempos
intertestamentarios y del NT. Se llamaban a sí mismos los “compañeros” (heb
jabêrîm) o los “santos” (heb. qedôshîm)
El nombre “fariseo” aparece primeramente en el contexto de los primeros reyes
sacerdotes asmoneos. La palabra “fariseo” significa separado, su origen es un
tanto oscuro.
Origen
Los fariseos y saduceos aparecen como partidos distintos en la última mitad del
siglo II a.C., aunque representan tendencias que se pueden seguir mucho más
atrás en la historia del judaísmo, tendencias que se acentuaron después del
retorno de Babilonia (537 a.C.). Los progenitores inmediatos de los dos partidos
fueron, respectivamente, los jasideos y los helenistas; los últimos, antecesores de
los saduceos, tenían la intención de eliminar la estrechez del judaísmo, y participar
en las ventajas de la vida y cultura griegas. Los jasideos, una transliteración del
término hebreo jasidim, esto es, los piadosos, eran un grupo de hombres celosos
de la religión, que actuaban bajo la conducción de los escribas, en oposición al
impío partido helenizante; se refrenaron de oponerse al legítimo sumo sacerdote
incluso cuando este se puso de parte de los helenistas. Así, los helenizantes eran
una secta política, en tanto que los jasideos, cuyo principio fundamental era una
separación completa de los elementos no judíos, eran el partido estrictamente
legal entre los judíos, y llegaron finalmente a ser el partido más popular e
influyente.
Habiendo llegado a ser un partido religioso-político, se opuso activamente al
gobierno mundano de Juan Hircano, y aún más al de su hijo Alejandro Janco (103-
76/75 a.C.). El resultado fue una sangrienta persecución contra estos religiosos
celosos y la muerte de muchos fariseos notables. Pero pronto fue claro que su
influencia sobre la gente aumentaba a pesar de la adversidad. La viuda y sucesora
de Janeo, Alejandra (Salomé), procuró una reconciliación con ellos, y los fariseos
llegaron a ser una poderosa fuerza en su Estado. Cuando Palestina cayó bajo el
dominio romano (63 a.C.), los fariseos retuvieron su posición como partido político
influyente y como abanderados de la ortodoxia. Herodes el Grande, al subir al
poder (40-4 a.C.), fue lo suficientemente prudente como para no perseguirlos,
porque sabía que tenían gran influencia sobre el pueblo, aunque su número era de
unos 6.000, cantidad relativamente pequeña. A esa época pertenecen Hillel y
Shammai, sus maestros, más grandes de todos los tiempos. Sus enseñanzas
sobrevivieron en los escritos rabínicos de la Mishná y del Talmud. Los fariseos
formaban uno de los 3 grupos que componían el Sanedrín, junto a los saduceos y
a los herodianos. La secta de los fariseos fue la que por varios siglos continuó
produciendo los mayores dirigentes religiosos entre los judíos ortodoxos, y de ese
modo ejerció más influencia sobre la vida religiosa de su nación que cualquier otra
fuerza dentro del judaísmo.
Características más notables.
-Contaban con numerosos doctores de la Ley
- Se dedicaban principalmente al estudio e interpretación de la Ley en una doble
orientación: comentario y actualización de las normas jurídicas, y las, de aspecto
teórico y teológico. Eran estrictos observadores de la misma, con el fin de
asegurar su cumplimiento, establecieron numerosos preceptos (248) y
prohibiciones (365), que constituyen la tradición oral, con la misma obligatoriedad
que la Ley. Venían a ser un valladar en torno a la Ley, con lo que se trataba de
evitar la transgresión de la misma, aunque fuese por ignorancia.

– Provenían de las clases humildes de la sociedad. Había doctores que tenían a


honra el ejercicio de un trabajo manual. Pero Shammai recomendaba recibir
alumnos de las clases bien acomodadas. La condición de fariseo requería un
conocimiento notable y meticuloso de la Ley y de las tradiciones orales, lo cual
exigía autonomía económica y social, habida cuenta del tiempo que aquél
requería. Al grupo de los fariseos podían pertenecer personas de todas las clases
sociales, pero en su mayoría eran laicos. Encarnaban las aspiraciones y
sentimientos de las gentes humildes en oposición a las clases aristocráticas. No
ejercían oposición a los sacerdotes, pero le reprochaban su secularismo, su
ambición y su intromisión en la política. Ellos, a pesar de su soberbia y desprecio
con que miraban a los demás, eran estimados y admirados por celo en el
cumplimiento de la Ley.

– Constituían la secta más prestigiosa en tiempo de Jesús. Según Flavio Josefo


eran unos seis mil, a los que habría que añadir numerosos simpatizantes. Fue
decisiva su influencia en el judaísmo, al que moldearon e imprimieron el sello
característico que les permitió sobrevivir a las catástrofes de los años 70 y 135,
mientras que desaparecieron de la escena los saduceos, esenios y zelotes.
Creencias y doctrinas
Los fariseos fueron herederos de los profetas. Intérpretes de la Ley, su doctrina
teológica y moral era muy elevada, tanto que no todas, pero sí muchas llevan el
sello de la doctrina farisaica. Así lo afirma, en su obra citada al final, J. Klausner,
profesor judío, buen conocedor de los Evangelios.
– Los fariseos creían en la venida del Mesías y en el establecimiento de su Reino.
Se creyeron el verdadero Israel (como los esenios y los monjes de Qumrán). Sólo
los judíos se salvan, pues solamente a Israel fue dada la Ley; no hay esperanza
para los gentiles.
– Profesaban una decidida hostilidad respecto del ám-ha-ares (el “pueblo de la
tierra”), el pueblo que no conoce la Ley y es, por lo mismo, maldito (Jn 7,49).
Sostenían que “el castigo sólo ha venido al mundo por culpa del ám-ha-ares” Y
que todos los padecimientos y todas las calamidades de Israel provienen del ám-
ha-ares. Cuando un fariseo era invitado a un banquete, primero se informaba de si
asistían a él miembros del ám-ha-ares. En caso positivo rechazaba estar con ellos.
– Referente al ayuno que los fariseos practicaban dos días a la semana, a pesar
de que el ayuno era obligatorio solamente el día de la expiación (Lev 22,16s)
tenían ideas peculiares: se podía ofrecer por los pecados propios, por los de los
demás y por los pueblos como tal. El ayuno expía los pecados, vuelve propicio a
Dios y acelera la liberación de Israel. También la muerte expía los pecados. Si un
hombre es condenado a muerte por sus delitos, la pena capital tiene valor
expiatorio.
– Respecto del matrimonio tenían ideas diversas, por lo que se refiere al divorcio.
Para que el hombre pudiera dar libelo de repudio a su mujer, según la escuela
(laxa) de Hillel bastaba cualquier motivo: que la mujer dejase quemar la comida
del marido, que la mujer saliese a la calle sin el rostro cubierto, que el marido la
encontrase en la calle hablando con otro hombre…; según la escuela de Shammai
(rigorista) era preciso una falta grave como el adulterio (cf Mt 19,1-9).
– Los fariseos creían finalmente en la resurrección, en la inmortalidad personal en
un más allá, en los ángeles, en la Providencia. En cuanto a la resurrección, que
ellos afirman frente a los saduceos, Cristo la demuestra según las normas de la
argumentación rabínica (Mc 12,18-27). Creen en la vida perdurable y en la
condenación eterna, con una teodicea singular: si a una persona injusta le va bien
en la tierra, Dios le recompensa las cosas buenas que ha hecho (nadie hay tan
malo que no haga algo bien). De modo que en el juicio sólo tendrá que imponerle
el castigo. Si, de modo singular, a un justo tiene sufrimientos en esta vida es para
que reciba aquí el castigo de las transgresiones que haya cometido, de modo que
en el juicio Dios tenga que darle sólo recompensa.
Los fariseos de oponían a Jesús sobre cuestiones religiosas

LOS SADUCEOS
Saduceos (gr. saddoukáios, “partidarios de la justicia”; transliteración del heb.
tsadûqîm, que podría provenir del verbo tsâdaq [“ser justo”] o de Tsâdôq [Sadoc],
el nombre de un sumo sacerdote de la época de David [2Sa 8:17; 15:24], de quien
pretendían ser descendientes todos los sumos sacerdotes que vinieron después).
Partido judío político-religioso, minoritario, de los tiempos del NT, que
representaba el ala rica, liberal, aristocrática y secularizada del judaísmo.

Origen
Casi nada se sabe de sus orígenes ni de la primera etapa de su historia. En la
época de los Macabeos, Alejandro Janeo (103-73/75 a.C.), hijo de Juan Hircano I,
1029 favoreció a los saduceos hasta el punto de crucificar a una considerable
cantidad de fariseos. Pero hacia el fin de su vida se disgustó con ellos, y en su
lecho de muerte le aconsejó a su esposa que favoreciera a los fariseos, lo que ella
efectivamente hizo. Después de su deceso, los saduceos se pusieron de parte de
su hijo Aristóbulo II el menor y más capaz de sus 2 hijos, y apoyaron sus
pretensiones en contra de su hermano Juan Hircano II. Más tarde se aliaron con el
partido de los herodianos y colaboraron con los romanos. Manifestaron mucho
interés por los asuntos seculares de la nación, aceptaron con gusto diversos
cargos públicos y ejercieron una influencia que excedía por mucho a la que
correspondía a su número. Durante la dominación romana y el gobierno de los
Herodes, la conducción de las actividades políticas de los judíos estaba
mayormente en sus manos. En Israel controlaban los impuestos, al principio los
saduceos no eran un grupo religioso, pero con el tiempo, para defender sus
intereses, apoyaron al sumo sacerdote. Hasta la mitad del siglo I después de
Cristo controlaban el sanedrín. Después, al serles quitado el poder secular,
primero por los Zelotes y después por los romanos, desaparecieron del judaísmo.
Doctrinas
A diferencia de los fariseos y los esenios, quienes dejaron una cantidad de
escritos con información referente a sus creencias, los saduceos no legaron obras
de tal naturaleza. Por eso, nuestra información acerca de sus opiniones y sus
doctrinas es más bien escasa, y debernos basar nuestro conocimiento de ellas
mayormente en Josefo y el NT. La mayoría de los sacerdotes de los primeros
siglos (a.C. y d.C.) pertenecían a esta secta, aunque no todos los saduceos eran
sacerdotes. Por lo general constituían un núcleo de personas altamente
privilegiadas, por ejemplo, comerciantes ricos y funcionarios gubernamentales
Como partido religioso, se enorgullecían de su estricta interpretación de “la Ley”,
es decir, de los 5 libros de Moisés, que eran los únicos que ellos aceptaban como
inspirados, al punto que rechazaban toda doctrina que no tuviera un apoyo
explícito en ellos. Sin duda, éste es el Fundamento de la acusación de Jesús de
que erraban “ignorando las Escrituras y el poder de Dios” (Mat 22:29). La marca
religiosa de los saduceos fue su conservadurismo. Negaban la validez permanente
de toda ley que no formara parte de los escritos del Pentateuco. Rechazaban las
doctrinas tardías del alma y su existencia en el más allá, la resurrección, las
recompensas y retribuciones, los ángeles y los demonios. Creían que no existía el
destino, que el hombre podía elegir libremente entre el bien y el mal, y que la
prosperidad y la adversidad eran resultado de las propias acciones del hombre.
Al negar la resurrección, la vida futura y la idea de un castigo venidero (Mat 22:23;
Act 23:8), le daban destacada importancia a los intereses seculares y materiales
de la vida. Creían que Dios le prestaba muy poca atención a los seres humanos y
manifestaba escaso interés en sus asuntos, y sostenían a la vez que el hombre
era el árbitro de su propio destino. Negaban la existencia de ángeles y de espíritus
(Act 23:8).
Los modales de los saduceos eran bastante groseros, eran descorteses con sus
iguales como si estos fuesen extranjeros, y consideraban una virtud disputar con
sus maestros. No tenían seguidores entre las masas populares, sino solamente
entre los de buena posición económica. Eran más severos en sus juicios que otros
judíos. Muchos de los sacerdotes, aunque no todos, eran saduceos; pero casi
todos los saduceos parecen haber sido sacerdotes, especialmente de las familias
sacerdotales más poderosas. Bajo los primeros asmoneos algunos saduceos
desempeñaron cargos en la gerousia (cuerpo de “ancianos”, “senado”, o
sanedrín).
Tanto los saduceos como los fariseos fueron objeto de las punzantes denuncias
de Juan el Bautista (Mat 3:7). Se unieron a los fariseos para pedirle a Cristo una
señal del cielo (16:1-4), y Jesús previno a sus discípulos acerca de ambos (vs 6-
12). Después de la ascensión, se unieron a los sacerdotes para perseguir a Pedro
y a Juan (Act 4:1-3). Había fariseos y saduceos presentes en el juicio de Pablo
ante el Sanedrín, y el apóstol, al darse cuenta de esa circunstancia, puso a discutir
a los unos con los otros (23:6-10). Un sumo sacerdote saduceo presidió el
Sanedrín responsable de la muerte de Santiago, hermano de nuestro Señor, y de
otros cristianos. Cuando el templo fue destruido en el 70 d.C., con la desaparición
del estado judío, los saduceos dejaron de existir como partido.
Su oposición a Jesús se hallaba principalmente sobre consideraciones políticas.

HERODIANOS
Partidarios de la casa de Herodes Antipas, seguramente judíos políticos con
influencia ante el rey y mantenedores del gobierno de Herodes, sostenían que un
gobernador extranjero era mejor garantía para la protección de la vida y la
propiedad.
Acerca de su carácter y doctrinas, nada se sabe con certeza. Los Herodianos se
aliaron con los fariseos, a pesar de ser contrarios, para buscar la manera de
sorprender a Jesús en alguna palabra que sirviera para prenderle. Los Herodianos
y los fariseos fueron quienes interrogaron a Jesús sobre si era lícito pagar el
tributo al César, Mt 22, 16-22; Mc 12, 13. Cuando Jesús entró en la sinagoga y
curó en día sábado a un hombre que tenía la mano paralizada, los fariseos le
asechaban y al salir se confabularon con los Herodianos buscando eliminarle, Mc
3, 6.

LOS ZELOTES
gr.gr. griego zeµloµteµs (“el lleno de celo [entusiasta; fanático]”, “el patriota”)
A uno de los doce apóstoles se le llama Simón el Zelote (Lc. 6.15; Hch. 1.13; ya
sea a causa de su temperamento celoso o apasionado o por alguna asociación
con el partido de los zelotes (* Cananita). Pablo dice de sí mismo que fue celoso
en lo religioso (Hch. 22.3; Gá. 1.14), y a los muchos miembros de la iglesia de
Jerusalén se los describe como “celosos por la ley” (Hch. 21.20).
Origen
El partido de los zelotes, descrito por Josefo como la “cuarta filosofía” entre los
judíos. Se les llamaba zelotes porque seguían el ejemplo de Matatías y sus hijos y
seguidores, que manifestaron celo por la ley de Dios cuando Antíoco IV intentó
suprimir la religión judía (1 Mac. 2.24–27), y el ejemplo de Finees, que evidenció
un celo parecido en momentos de apostasía en el desierto (Nm. 25.11; Sal.
106.30.
El movimiento, no mencionado como tal en el Nuevo Testamento, comenzó
cuando Judas el galileo encabezó una sublevación contra los romanos en el año 6
después de Cristo (Hch 5.37), considerándose el sucesor espiritual de los
macabeos. Cuando aplastaron la sublevación, los zelotes quedaron como el ala
extremista de los fariseos, dispuestos a recurrir a las armas antes que pagar
tributo.
Los zelotes tomaron parte activa en la gran rebelión de 66–73 después de Cristo
en contra de los romanos, siendo los últimos en ser reducidos en su fortaleza de
Masada, cerca del mar Muerto, recientemente investigada por los arqueólogos.
Simón debe de haber sido miembro del partido antes de acudir a Jesús. El
fanatismo de los zelotes contribuyó a desencadenar la guerra entre judíos y
romanos.
Los zelotes eran vistos como un partido de patriotas judíos militantes del primer
siglo. Su movimiento comenzó con Judas de Galilea en los días de Quirino como
una oposición clandestina al poderío romano. Ellos sostenían que la violencia era
justificada si libraba a la nación de sus opresores extranjeros. Josefa los describió
como fanáticos cuyas extravagantes demandas y destemplada imprudencia se
transformaron en obstáculos para su propia causa.
Doctrinas
En doctrina eran muy parecidos a los fariseos a causa de su interpretación
nacionalista en extremo del Antiguo Testamento, y en espíritu eran como los
macabeos. Su intenso deseo de un reino independiente pudiera, haber llevado a
algunos de ellos a buscar la compañía de los discípulos de Jesús. Por lo menos a
uno de ellos, Simón, se distingue de Simón Pedro por ser llamado “el zelote” (Lc.
6:15; Hch. 1:13

BIBLIOGRAFIA

C. F. Pfeiffer, “Sectas judías”, Diccionario bíblico


El mundo del Nuevo Testamento, 1973, pp.pp. páginas 293–298; F. López,
https://csalazar.org/2007/08/20/grupos-religiosos-en-el-tiempo-de-jesus/
https://www.biblia.work/diccionarios/zelotes/
https://www.biblia.work/diccionarios/fariseos/
https://www.biblia.work/diccionarios/herodianos/
https://www.biblia.work/diccionarios/saduceos /

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