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TEMOR DE DIOS


Dios es amor -lo escribe San Juan. San Pablo nos dice como es el amor,
comprensivo, servicial, no tiene envidia, no es presumido, no es
engreído, disculpa, cree y espera sin límite. Es un amor que no pasará
jamás

Hoy frente al amor de los amores, recordar su amor, es decir el don del
temor de Dios, es volver a sus brazos, sin miedo, sin obligaciones,
mejor dicho, es retornar al padre de mirada tierna y amor eterno e
infinito.

Dios nos amó, nos ama y nos seguirá amando, tanto que el mayor
sacrificio de su hijo en la cruz se recordará por siempre en el altar con
un poco de pan y un poco de vino.

Encontrar significados y ejemplos de Dios amor son muchos quizás el


más significativo son aquellas manos unidas de un niño con sus padres,
este pequeño que confía en el amor incondicional de ellos, tanto así
que se unen en una relación tan fuerte como la de nuestro padre
celestial con nosotros sus hijos.

En este acróstico queremos dejar ver tres caminos y dos frutos que nos
regala el Espíritu de Dios, para quienes queremos tener en nuestro
corazón y mente el don del temor de Dios.

T emor a ofenderte y de alejarme de ti ese es mi mayor miedo,


porque cada vez que me alejo de ti, no encuentro el camino de
la santidad, que sea tu santo temor que me ayude a encontrar tu
voluntad y en ella mi felicidad. Tú me enseñas el camino de la vida; con
tu presencia me llenas de alegría; ¡estando a tu lado seré siempre
dichoso! (Sal 16:11).
E la Esperanza de tus hijos amados en la búsqueda de tu
encuentro amoroso es la forma por la cual la humanidad
encuentra el descanso a tanto agobio cultural, económico,
político y social. "Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo
porqué tú vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan" Salmo 23

M Misericordia siempre encontraré en ti cuando con un


corazón humilde y arrepentido reconozco mi fragilidad,
cómo aquel hijo pródigo retorna a los brazos de su padre
así señor quiero yo permanecer a tu lado. "Pues rescataste mi vida de la
muerte para que marche en la presencia de Dios, iluminado por la luz
de la vida" Salmo 56

O
La oración es el camino certero y eficaz donde me encuentro
con tu consuelo amoroso y la fuerza que me impulsa a seguir
cumpliendo tu gran mandato amanse los unos a los otros
como yo los he amado.

R Resistencia te pido, oh Dios! cuando me encuentro en


tentación pues solo tu voz y tu espíritu me ayuda a no alejarme
de tu amor. En Dios está mi salvación y mi honor, Dios es mi
roca firme y mi refugio. Salmo 62

Los invitamos a preguntarse cada uno en esta noche frente al amor


sacramentado, frente a ese amor que lo conoce todo hasta lo más
íntimo de nuestro ser.

¿SI verdaderamente le amamos como debería ser? Y así mismo


¿amamos de la manera de Dios, a los que nos rodean? Ven oh santo
Espíritu
DON DE FORTALEZA

Cuando nos hablan del don de la fortaleza, inmediatamente
pensamos en nuestras debilidades o en las veces que hemos fallado o
hemos caído y Dios nos tiende la mano para levantarnos. Pero el don
de la fortaleza no sólo es útil para los momentos difíciles, sino que es la
compañía diaria de Dios para cada uno de nosotros, aunque sea difícil
comprender cómo la mano de Dios guía y acompaña nuestro caminar.
Es el don de la fortaleza el que silenciosamente actúa sobre quienes le
dejan actuar en sus vidas.

Para entender mejor este don, recordemos aquella historia que


muchos conocemos de huellas en la arena; donde aquel hombre frente
al momento difícil, le reclama a Dios ¿dónde estabas cuando te
necesite? El amor de Dios responde estabas en mis brazos, por eso
solo veías un solo par de huellas en la arena.

Esa arena es nuestro hogar, trabajo, estudio, parroquia o con


nuestros amigos, la arena de los momentos difíciles y también de los
buenos momentos donde Dios nos sostiene y nos pide sostenernos.
San Pablo nos dice en la carta a los tesalonicenses anímense y
fortalézcanse unos a otros. Porque en estas dos acciones hacemos vida
en cada lugar en los que estamos el don de la fortaleza, esa imagen de
Dios cargando al débil hombre en sus brazos.

Hoy somos nosotros los responsables y primeros en animar y


fortalecer a todos aquellos que luchan a diario por sus sueños, por una
vida en paz y justa, por una familia unida en el amor, por una Iglesia
servidora que vive por los más pequeños, no para gloriarnos nosotros,
sino para dignificar aquellos que por muchos años han sido
marginados por las miradas de poder, riqueza y orgullo. Es este don de
la fortaleza que nos hace salir al encuentro del amor de Dios, sabiendo
que somos débiles y frágiles porque somos de barro y volvemos al
barro. Pero animados y fortalecidos por la acción de su espíritu en cada
uno de sus hijos.
Recordemos que el mismo Jesús nos dice frente a la tormenta y
la suma calma: ¡no tengan miedo! En esta noche el Señor quita de
nosotros esos miedos y haznos fuertes para así poder ser fuerza y vida
para los demás.

Como un pequeño signo invitamos a todos que nos ven que


miren a los ojos de quienes están a su lado y se den un fuerte abrazo
como compromiso de animasen y fortalecerse. Y nosotros en el templo
parroquial pensemos y oremos por nuestras familias por quienes están
y quienes se han ido y démonos un abrazo fuerte con ese mismo
compromiso.
Don de Consejo

Lámpara apagada:
Todos estamos llamados a ser santos. Así como esta lámpara está
llamada, fue hecha para iluminar. También nuestra vida, cuando nos
enfocamos en la santidad, ilumina la vida de quienes están a nuestro
alrededor. Mientras no nos decidimos a ser santos nuestra vida no
ilumina la vida de nadie.

Y ¿de qué sirve una lámpara apagada? No sirve para nada. Pero
Nuestro Señor Jesús quiere que tú y yo seamos lámparas encendidas,
puestas en lo alto que iluminen la oscuridad de muchas vidas. “Brille así
su luz entre los hombres” Para qué? “Para que viendo las buenas obras
que ustedes hacen den Gloria a Dios Padre” La misión de todos
nosotros es darle la Mayor Gloria a Dios con todo lo que hagamos.

Bombilla:
Nuestro cerebro, nuestra razón es como esta bombilla que está
puesta ahí para cumplir la función de dar luz. Nuestra razón es
iluminada cuando hacemos silencio interior para escuchar la Voz de
Dios. También cuando reflexionamos sobre nuestros propios actos sin
apresuramiento y pedimos la iluminación del Espíritu Santo para tomar
las decisiones correctas.

Corriente eléctrica:
Pero esta bombilla no ilumina sola. Necesita de la luz eléctrica
para iluminar. Y esa es la Gracia de Dios, el don del Consejo del Espíritu
Santo que ilumina nuestra razón y nos indica claramente cuál es la
Voluntad de Dios. Sin este don nuestra mente está a oscuras. El don del
Consejo del Espíritu Santo viene, cuando lo pedimos, a mostrarnos lo
correcto, lo que agrada a Dios, lo que es Su Voluntad concreta para
nuestra vida.
Encendedor:
Pero para que llegue la luz eléctrica a la bombilla hay un
encendedor. Se necesita accionar este encendedor para que la
corriente eléctrica fluya hacia la bombilla y ésta pueda encenderse e
iluminar.

Y es que, los santos nos enseñan, que para poder llegar a la


santidad y hacer en todo la Voluntad de Dios, debemos en muchos
momentos ser humildes y pedir la iluminación de un Director Espiritual
o Confesor. A quien le compartamos nuestras inquietudes espirituales y
él iluminado por el Espíritu Santo con el don del Consejo, nos ayude a
discernir lo más conveniente según la Voluntad de Dios.

No es fácil discernir cuál es la Voluntad de Dios para nuestra vida,


por eso necesitamos de la oración, (pedirle a Dios que nos muestre su
Voluntad, nos muestre el camino) necesitamos darle tiempo y
necesitamos reconocer también que muchas veces necesitamos del
Consejo de un Confesor para que nos oriente con el Don del Consejo y
así podamos vivir la Santidad que nos permitirá un día poder disfrutar
de los Gozos del Cielo.
DON DE PIEDAD

La Piedad es el don que nos hace participar de los sentimientos
de Dios, donde le contemplamos como nuestro Padre, a Jesús como el
amigo, hermano y maestro; al Espíritu como el dulce hospede del alma;
a María como Madre. El amor de piedad, también despierta el amor
fraterno en las comunidades y despierta la compasión de aquel que no
conoce a Jesucristo y la compasión con quien vive en la periferia -
como lo dice el papa Francisco-.

Es el don que nos hace capaz de amar, servir y perdonar.

Todos tenemos el don de piedad desde nuestro bautismo, si no


se usa, se atrofia y si lo usas te llevará a tener un corazón tan grande,
tan amoroso como el corazón del mismo Jesucristo. El don de la
piedad es el regalo de poder llamar a Dios – papá-, cómo lo enseña la
Escritura en la carta a los Gálatas «la prueba de que sois hijos es que
Dios ha enviado a nuestros corazones el espíritu de su hijo que clama,
Padre».

Nos recuerda Santa Teresa del niño Jesús que el don de la piedad
es el cariño y ternura para con el padre y el padre para con sus hijos.
Esto nos debe motivar a llamar y sentir a Dios como nuestro verdadero
Padre, tanto en los días serenos como en los días dolorosos y difíciles,
en los días de sufrimiento y en la enfermedad.

En medio de estas situaciones sociales, políticas, educativas y


sobre todo en campo de la salud, clamamos como hijos de este Padre
amoroso que nos ayude aliviar tanto llanto y sufrimiento por las
muertes a causa de la violencia y que nos envíe su espíritu de piedad
para no decaer en nuestra fe como cristianos llamados a amar y servir,
tal como nos los enseña Jesús: ¡Padre que estos sean uno como tú y yo
somos uno!

En la búsqueda de esta unidad en el amor y ternura, el mismo


Jesús nos enseña una oración que busca que la relación que nos dice
Santa Teresa se intensifique y se haga más fuerte, y es la oración del
Padre Nuestro.

Esta oración que es la herencia de Jesús para tener un diálogo


sincero y cercano con nuestro Padre, donde en ocho peticiones
hacemos un recorrido piadoso de amor a Dios; donde la primera
palabra es Padre, porque le reconocemos como nuestro papá y le
decimos que su nombre es sagrado; que estamos dispuestos a su
voluntad y se haga vida en cada uno; donde pedimos por una
necesidad básica y tan mal distribuida como el pan diario y ahí mismo
reconocemos nuestra fragilidad ante el pecado, el mal, y el no poder
perdonar, pidiéndole que nos enseñe y nos acompañe en este caminar
de la vida.

Que oración tan bella y tan filial, que muchas veces no la


valoramos como debiera ser.

Pidámosle al Espíritu Santo que aumente mucho el don de


piedad en nosotros y que podamos a provechar. Por eso en esta noche
te invito a que cada día que ores el padre nuestro, seas una súplica
consistente y verdadera para fortalecer esta relación de amor que en el
día del bautizo construimos con nuestro Padre.

Como signo del don de piedad, cantemos esta oración del Padre
Nuestro consientes de ese amor eterno que Dios Padre nos tiene para
que en todo momento nosotros estemos comprometidos a
fundamentar esta hermosa relación.
Don de Ciencia.

Cuando hablamos de ciencia, algunos piensan que es la enemiga
de la enseñanza de Dios. Pero es, al contrario, fe y ciencia son dos
caminos que nos llevan a encontrar lo bello de su obra creadora. Y a
Dios que actúa y dota al ser humano de este don para que le encuentre
por medio de la razón.

Por medio de este don reconocemos la grandeza de la obra


creadora de nuestro Padre y a nosotros nos hace maravillarnos de ella,
que desde el inicio nos la dejó para someterla y cuidarla.

Sin embargo, tristemente el 92% de la población mundial vive en


lugares donde la contaminación del aire excede sus límites; donde
33,3% de la comida producida para consumo humano cada año se
pierde o desperdicia; donde 30%-50% de todas las especies podrían
extinguirse a mediados de este siglo por el cambio climático; donde a
nivel mundial se producen más de 2.100 millones de toneladas de
desechos cada año, lo que podría llenar más de 800.000 piscinas
olímpicas.

Hoy hacemos un llamado a todos a cuidar, proteger y


salvaguardar toda la creación que nos dejó a cargo como simples
administradores. En palabras del papa Francisco «no podemos creer
que la creación es propiedad nuestra y mucho menos de solo algunos.
Es un regalo de todos para cuidar»
En los diversos ámbitos de la vida, el don de Ciencia se hace
presente como en nuestro.

Hogar. El don de ciencia en nuestros hogares nos ayuda a


comprender que, desde los más pequeños hasta los más grandes,
somos pasajeros y debemos cuidar, proteger los recursos de las
generaciones que están por pasar.

Trabajo. Desde las industrias y lugares trabajo se hace necesario


el cuidado de la naturaleza y de los principios necesarios para la
construcción de sociedades justas y en paz.

Iglesia. El Papa nos sigue haciendo ese llamado de cuidar la


tierra común, reconociéndonos cómo parte de esta obra y no como
creadores. En este momento es necesario salvaguardar la vida de
aquellos que no tienen voz en la sociedad.
Científico. En el campo científico el don de la ciencia, ayuda a
discernir los caminos técnicos y tecnológicos para poder encontrar las
mejores soluciones para los dolores o enfermedades que nos aquejan
como seres humanos.

Pedimos el espíritu de ciencia que ilumine y guíen a todos los


que de una u otra manera luchan a diario en contra de este virus que
se ha llevado miles de vida y tiene a muchas más en clínicas y
hospitales.

Que sea tu santo. Oremos en un momento de silencio por todos


estos hermanos nuestros.
DON DE SABIDURÍA

Para acercarnos, en esta noche de oración a lo que significa el
don de la sabiduría, quiero compartirles una experiencia entrañable de
mi vida.

Mi nombre es Jeimi y sucede que en medio de un problema


familiar, me cuestioné muchas cosas, como el por qué “me pasaba esto
a mi” creía que tenía el control de todo, que lo sabía todo y pensé
equivocadamente que estaba haciendo un bien.

Esta situación me llenó de preocupación y de confusión, no sabía


qué hacer y recurrí a contar mi problema a personas que pensé, me
iban a aliviar ese sentimiento de angustia, pero esto me llenó aún más
de dudas, tantos consejos y a la vez tantos señalamientos, me hicieron
sentir mal. Ahí fue cuando aprendí que debía ser más cuidadosa al
confiar mis cosas a personas equivocadas y a ser prudente.

Finalmente, tenía dos opciones, seguir en esa angustia y


perjudicar mi estado emocional o salir de ella. Así que un día me
dispuse a asistir a una eucaristía, que me llenó de alegría, de amor, de
esperanza y total paz. Recuerdo que salí de la eucaristía muy contenta
y quise conocer más de este misterio, entonces comencé leyendo su
Palabra, esto fue el principio del conocimiento del amor de Dios. Un
día leyendo la epístola de Santiago, capítulo 1, versículo 5 decía:
Pero si alguno de vosotros se ve falto de sabiduría, que la pida a
Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.
Sé que fue Él, quien me regalo este versículo, que me llenó de
consuelo, porque verdaderamente la sabiduría viene de Dios, que es
verdad y amor.

Ese día comprendí la necesidad de suplicar al Señor el don de la


Sabiduría; la única que me puede dar un corazón capaz de discernir el
bien y el mal. Sabiduría para entender el mundo que me rodea y los
hechos de mi vida diaria, para que en ellos descubra la inmensa
misericordia de Dios para conmigo. No la sabiduría del mundo, que es
astuta y engañosa; que saca al ser humano de su inocencia, le
entorpece la menté y le vuelve soberbio. No, esa sabiduría que
conduce a la perdición por toda clase de experimentos y desafíos a la
providencia y omnipotencia de Dios, llevando a las personas a querer
ser como dioses o prescindir de Él; sino la sabiduría humilde, sencilla,
profunda, eterna, que me ayude a ser prudente, moderada en los
deseos, laboriosa para la gloria de Dios, cuidadosa en mis juicios,
profunda en mis enseñanzas y consejos, mesurada en lo que hablo, leal
con mi credo sincero con Dios y con la humanidad, fiel a la verdad,
bondadosa al corregir, discreta al escuchar, moderada al mostrarme e
inteligente al actuar. ¡Ese es el don que todos días debo suplicar y
pedir!
DON DEL ENTENDIMIENTO

Qué fácil es entender con la simple inteligencia humana que hay
ricos y pobres, sanos y enfermos, niños que tienen abundancia y niños
que mueren de hambre, animales que son tratados mejor que las
personas y personas que son tratados peor que animales.
Antigüedades que valen una fortuna y ancianos que son despreciados
como muebles viejos que estorban. Qué fácil es entender porcentajes
de personas, que viven en el mundo toda clase de miserias y
porcentajes, que aquí mismo, viven derrochando fortunas, salud y lujo.

Que fácil es captar con la mente que hay injusticias, muchas


injusticias en la tierra, y quedarse con el corazón duro y no sentir ni el
menor remordimiento, quizá porque siempre la inteligencia hallará una
disculpa o un simple: “Así es la vida”. No basta entender con la mente,
o saber ideas es necesario sentir y entender con el corazón humano,
llenos de los sentimientos y del amor de Dios. Es necesario entender
con el corazón misericordioso de Dios.

Sino pedimos el don del entendimiento tomamos caminos


diferentes a los trazados por Dios, pues nos gusta el facilismo y no
entendemos que nuestros hermanos necesitan nuestra ayuda y nuestra
oración.

Por eso, pidamos en esta Santa Vigilia, con una actitud de


humildad y oración que el Espíritu Santo descienda y nos llene con el
don del entendimiento, para que, yendo más allá de los datos,
entendamos que detrás de cada miseria hay una persona y que yo
debo y puedo hacer algo por ella.

Roguemos al Señor que a través del don del entendimiento sea


descongelado nuestro corazón, para que no busquemos justificar la
miseria, que se da en los hermanos que la sufren. Ven, Espíritu Santo, y
dónanos tu manera de entender, para que no busquemos ser
comprendidos, sino comprender; no busquemos ser amados sino amar;
no busquemos ser servidos, sino servir.

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