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SP1.

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Moral

Entre la moral y la ética

Advirtiendo la existencia de estos dos dominios, el dominio de las normas o mandatos y el dominio
de las preguntas acerca de las normas o mandatos, es que podemos diferenciar entre ética y
moral.

 Con el término "moral" se designan todas aquellas reglas y valores que tenemos en cuenta
cuando actuamos o cuando juzgamos nuestro comportamiento o el de otras personas. En este
sentido, lo relativo a la moralidad se relaciona directamente con enunciados que establecen lo que
está permitido o prohibido hacer.

Estas reglas nos sirven también para tomar decisiones, la moral tiene como función la de regular
conflicto de intereses entre los individuos que viven en sociedad.

En toda sociedad, en toda comunidad humana, siempre vamos a encontrar una moral. La moral es
un hecho social indiscutible y su función es siempre la de regular la relación y la convivencia entre
los hombres. El hombre es un ser moral solamente porque vive en sociedad; no hay moral en la
naturaleza

La sociedad impone a cada individuo unas normas; estas normas, para Durkheim, lejos de
esclavizar a los individuos, los liberan puesto que solo en la sujeción a las normas pueden estos
encontrar la libertad. Para Durkheim la libertad consiste en poder librarse de la fuerza

 La moral es la condición de existencia de toda sociedad, es la condición necesaria para poder
llevar una vida humana. Sólo sujetándonos a las reglas, nos dice Durkheim, es como podemos
liberarnos de nuestra animalidad para convertirnos en humanos.

Las afirmaciones de Durkheim tienen otras implicaciones. Una de las más importantes es que
ciertos actos son malos porque la sociedad los prohíbe y no al revés.

Todos los seres humanos, en tanto nacemos y vivimos en una sociedad, hemos sido sometidos a
un proceso de educación moral, proceso que comienza en el círculo íntimo de la familia y se
prosigue en otros círculos sociales, vamos adquiriendo el conocimiento de las normas morales por
obra y efecto de los procesos de socialización.

La palabra moral está vinculada a la voz latina "mores" que significa modo de ser o costumbre: la
moral tiene que ver con las costumbres de un grupo humano.

Siempre que se habla de un problema moral se está aludiendo a una situación en la que se
relacionan dos o más personas 
La moral se presenta siempre como una respuesta, la respuesta más inmediata a la pregunta
¿cómo debo actuar ante mis semejantes? Las afirmaciones del tipo no debes mentir, no debes
robar, debes cuidar de los enfermos, debes devolver las cosas prestadas son ejemplos de reglas
morales.

Es también a partir de estas normas que juzgamos el comportamiento de otras personas, los
derechos humanos vendrían a ser entendidos como un conjunto de "mínimos morales" que deban
ser respetados en toda cultura.

H2.

ETICA

La moral no nos da respuestas ya que se nos presenta como un conjunto de mandatos para la
acción. Necesitamos de la ética, reflexión que parte de una serie de interrogantes como: ¿qué es
bueno? ¿qué debo hacer? ¿por qué preferir el bien al mal?.

La ética es una reflexión crítica sobre la moral. La ética se parece más a un modo particular de
ejercitar el pensamiento que a un catálogo de obligaciones, que es como se entiende a menudo.

Rama de la filosofía cuyo objeto de estudio es la moral. Si por moral se entiende un conjunto de
normas o costumbres (mores) que rigen la conducta de una persona para que pueda ser
considerada buena, la ética es la reflexión racional sobre qué se entiende por conducta buena y en
qué se fundamentan los juicios morales.

 El estudio de la etimología de la palabra nos obliga a mencionar dos raíces griegas: êthos y éthos.

La primera es más antigua y significa morada o lugar donde se habita. Significa la actitud del
hombre ante el mundo y ante sí mismo. Lo ético (êthos) comprende ante todo las disposiciones
del hombre en la vida, su carácter, sus costumbres.

 Éthos, tiene el sentido de hábito y por ello guarda una profunda relación con la primera, ya que el
carácter se forma a través del hábito.

Éthos, significa carácter o modo de ser, la ética invita a forjar un carácter que nos permita alcanzar
la felicidad, no se nace con carácter si no que se hace.

Para Aristóteles, la ética es un saber práctico al igual que la política, es decir, no se trata de un


saber teórico sino de una reflexión orientada completamente a necesidades prácticas, a la acción.

- Teórico: Su objetivo es saber que son las cosas


- Practico: Interesados en la acción, en la forma de nuestra conducta (Ética)

Según Aristóteles la ética tiene que mostrarnos cuál es el estilo de vida que conduce a la felicidad.
Entiende que todo ser racional no podrá dejar de prestar su asentimiento a la respuesta según la
cual la felicidad es el bien supremo de la vida humana.
La ética es para Aristóteles  una tarea que nos involucra existencialmente, tarea en la que
procuramos esclarecer cuál es fin de la vida humana y el estilo de vida que hay que adoptar para
alcanzarlo.

Ante todo hay que tener en claro el fin más que las normas y reglamentos. Una vez esclarecido el
fin que nos proponemos alcanzar hay que aclarar qué acciones, qué hábitos nos serán útiles; en
definitiva, cuál es el carácter (ethos) más conveniente;  el carácter se define como un conjunto de
hábitos que por ser adquiridos pueden modificarse. En este punto es preciso distinguir el carácter
del temperamento ya que éste último comprende esa dotación psíquica con la que se nace y se
vive toda la vida. El temperamento representa la dotación pasiva de la persona mientras el
carácter comprende la dimensión activa, puesto que por medio de sucesivas elecciones los
hombres pueden modificarlo o direccionarlo en vistas a un fin.

 Aristóteles distingue entre hábitos innatos, que más que hábitos son tendencias o disposiciones
naturales, y hábitos no innatos, es decir, aquellas disposiciones a actuar de cierta manera que
adquirimos en el curso de la vida. En cuanto a lo primeros, y en lo que hace al mundo humano,
decimos que corresponde hablar de temperamento constituido por aquellos sentimientos y
actitudes con los que se nace y que no se pueden cambiar mientras que reservaremos para el
conjunto de los segundos la denominación de carácter.

"la virtud es un hábito tal que nos torna capaces de los mejores actos y nos dispone lo mejor
posible hacia lo mejor".

H3.

Libertad y Responsabilidad

 La moral sólo nos dice que debemos o no debemos hacer tales cosas, pero no nos dice por qué.

Si queremos hallar respuestas no podemos acudir a la moral; necesitamos, entonces, de la ética.


La ética supone pensar, deliberar, antes de actuar. Supone que uno no actúa automáticamente
como una máquina o instintivamente como un animal. Una máquina o un animal no piensan antes
de actuar, simplemente actúan siguiendo reglas inflexibles, reglas mecánicas, lógicas o naturales.

La libertad es condición necesaria del acto moral y de la reflexión ética. Para que pueda calificarse
a un acto como moral o inmoral previamente ha de determinarse que quien llevó adelante el acto
en cuestión actuó libremente. Si no hay libertad no hay moralidad.

Tener libertad es contar con la capacidad de elegir hacer o no hacer una cosa, hacer, o dejar de
hacer, una u otra cosa.

 No hay decisiones humanas inevitables aunque sí hay circunstancias inevitables. En nuestra vida
como en la vida de cualquier individuo, hay contextos, factores que no podemos evitar: no
elegimos la familia en la que nacemos, no elegimos que nos roben o nos peguen. En estos
aspectos no somos libres ya que se trata de circunstancias que se nos imponen. Ahora, lo que sí
elegimos es la forma en que reaccionamos frente a estas circunstancias: obedeciendo o
desobedeciendo, conformándonos o procurando modificar las cosas, con sumisión o con espíritu
crítico.

Es por ello que frente a las circunstancias somos responsables; responsables de nuestra actitud
frente a ellas.

Siempre que hay libertad, hay responsabilidad. Ser libres implica responder por nuestros actos
ante nosotros mismos y ante los demás 

La ética es el saber que intenta dar forma al ejercicio de nuestra libertad. La ética es el saber que
lleva a asumir críticamente la libertad con la que contamos en nuestros actos

La ética es un saber que procura hacernos capaces de actuar racionalmente en el conjunto de


nuestra vida.

"Un ciudadano maduro y crítico, no es el que obra según la ley sino el que ayuda a la
transformación y mejora de la misma, previa la comprensión de su justificación filosófica y
crítica".

La ética es la práctica reflexiva de la libertad, la tarea que frente a todos los condicionamientos,
circunstancias y programas nos exige reflexión y deliberación antes de actuar.

SP2. H1

Principismo y consecuencialismo

Dos tipos de sistemas o modelos éticos, a los que denominan Principismo y Consecuencialismo.

- Desde el punto de vista del Principismo, la corrección moral de una acción deberá


valorarse atendiendo a si esa acción responde a la realización de un principio o deber,
independientemente de las consecuencias que dicha acción produzca. Es decir, una acción
será considerada correcta moralmente para el Principismo, cuando la misma es realizada
conforme a un determinado "deber" o "principio" que la informa, sin atender a los efectos
o consecuencias de la acción. Por ejemplo, estaremos obrando "moralmente" siempre que
cumplamos con el deber de "no mentir", no por las consecuencias nocivas o perjudiciales
que violar dicho deber supongan, sino por el hecho de estar obrando conforme a la regla,
deber o principio que nos dice que no debemos mentir.
- Para el Consecuencialismo, en cambio, debemos valorar la corrección moral de nuestras
acciones no conforme a la adecuación de las mismas a un determinado deber o principio,
sino de acuerdo a la bondad o maldad de las consecuencias que dicha acción produzca.
Para este sistema o modelo ético, las acciones son "correctas moralmente" cuando los
efectos o consecuencias de las mismas se adecuen a determinados objetivos o fines
considerados positivos o benéficos, independientemente que se está cumpliendo o no con
una determinada regla o principio moral.
H2

Utilitarismo

El utilitarismo es la teoría ética consecuencialista por antonomasia. Su concepción acerca de la


moralidad implica que una acción sea considerada como "correcta moralmente" de acuerdo a la
valoración de las consecuencias que esta acción puede producir y no por la adecuación de la
misma a algún principio o norma moral.

La concepción utilitarista, originada en la obra de pensadores ingleses como Jeremy


Bentham y John Stuart Mill durante los siglos XVIII y XIX el Utilitarismo tuvo repercusión no solo en
el ámbito filosófico  sino también en el plano político, económico y jurídico.

Bentham concibe al hombre con una naturaleza tal que lo hace buscar, su propio placer o interés,
evitando lo que le produzca displacer o dolor. Una vez que la naturaleza la impuesto semejante
guía, a partir de allí los deberes que se imponga el hombre no podrán hacer caso omiso de la
misma. En las palabras del propio Bentham: "La naturaleza ha puesto a la humanidad bajo el
gobierno de dos señores soberanos, el placer y el dolor. Son ellos solos quienes señalan lo que
debemos hacer, como así también determinan lo que haremos. A sus tronos están ligados por un
lado los standards de lo correcto y lo incorrecto, y, por el otro, la cadena de causas y efectos".

Pero en la búsqueda de placer individual, los hombres se enfrentan los unos a los otros. Se
generan conflictos de intereses. Entonces es necesario –para satisfacer este rasgo de la naturaleza
humana y evitar los conflictos- que la búsqueda de placer se haga de manera social y no de un
modo meramente individual.

Surge de este modo el "principio de mayor felicidad". Este establece que la corrección moral de un
acto está determinada por la contribución de sus consecuencias a la felicidad (entendida como
suma de placeres, o satisfacción de deseos o intereses) de todos quienes están afectados por tales
consecuencias. Es decir, que un acto será valorado moralmente de acuerdo al mayor grado de
felicidad que produzca en el mayor número de individuos afectados por la acción. El utilitarismo
busca de este modo el mayor bienestar general, y no solo el mero bienestar individual.

Tres rasgos compartidos por los defensores de una posición utilitarista : el consecuencialismo,


el hedonismo, y el universalismo.

 Es una posición consecuencialista en tanto juzgar que un acto es bueno o malo de acuerdo


a la valoración de las consecuencias o efectos que dicho acto produce
 El carácter hedonista del Utilitarismo. Esto significa que las acciones serán consideradas
correctas moralmente cuando sus consecuencias tiendan a la ‘felicidad’ o a lo
‘placentero’, el bien buscado por el Utilitarismo será el bien general, la mayor felicidad
para el mayor número, y no meros bienes individuales.
 Universalismo El "principio utilitarista" se plantea como un criterio para identificar la
moralidad de una acción apto para aplicarse en cualquier sociedad en todo tiempo y lugar,
independientemente de las condiciones culturales e históricas particulares.

Dos versiones del utilitarismo

- Utilitarismo de la acción
- Utilitarismo de la regla

H3

Kantismo

El interés fundamental de la filosofía kantiana va a ser, la teoría moral.  Subordinar esta "razón


pura" a lo que él va a llamar la "razón práctica", postulando la supremacía de la segunda por sobre
la primera. Va a ser entonces su principal objetivo desarrollar una teoría moral para el género
humano.

Este pensador sostiene que los calificativos morales (bueno, malo, etc.) solo pueden predicarse
respecto de los actos que realizan los seres humanos, y no de las cosas.  Es el hombre el único que
puede distinguir entre lo que "hace" y lo que "quiere hacer", siendo que los predicados morales al
estilo de "bueno" o "malo" son asignados al valorar no lo que los hombres "hacen", sino lo que
"quieren hacer". Es decir, lo único que puede ser malo para Kant es la "voluntad humana. Lo que
quiere decir Kant es que valoramos moralmente una acción de acuerdo a la intención del agente
moral (a lo que "quiere hacer"), por lo que la moralidad tiene que ver con la "voluntad humana" y
no con el análisis de los hechos en particular.

- Fenómeno, Neunómeno :
El hombre es un ser fenomenal es decir, seres que viven en el mundo de la naturaleza, los
mismos están limitados por las leyes de la naturaleza (contingentes). Al hacer uso de la
razón actuamos como seres nominales, es decir tenemos la capacidad y la libertad para
actuar conforme a las leyes de la razón práctica (universales)

 La posición kantiana es principista y no consecuencialista, puesto que al momento de juzgar la


moralidad de una acción valora la voluntad humana y la adecuación de esta acción a un
determinado principio, y no las consecuencias o los efectos que la acción produce.

Kant se pregunta cuál es una "voluntad humana buena". Para contestar esto debemos observar
que todo acto voluntario se nos presenta con la forma de un imperativo, es decir, de una
imposición o mandamiento. Podemos identificar dos tipos de imperativos: categóricos e
hipotéticos.

Los imperativos hipotéticos son aquellos que condicionan el cumplimiento de un imperativo a la


realización de un determinado hecho (condición). Por ejemplo, el juicio "Debes estudiar si quieres
aprender y aprobar la materia" es un imperativo hipotético, puesto que el mandato -"debes
estudiar"-, está condicionado –es decir, solo deberás cumplir con el mandato "si quieres aprender
y aprobar la materia".

Los imperativos categóricos son mandatos que no están sujetos a condición alguna, por lo que el
imperativo está puesto incondicionalmente, absolutamente. Ejemplos de este tipo de imperativos
son los mandatos morales, como por ejemplo: "debes decir siempre la verdad". Para Kant, es este
último tipo de imperativo el que se vincula a una "voluntad buena"; es decir, una "voluntad
humana" es "buena" cuando se rige por imperativos categóricos incondicionados, y no por
imperativos hipotéticos.

Solo podemos preguntarnos acerca de la moralidad indagando  las intenciones, lo que los hombres
quieren hacer, y esta voluntad humana será "buena" cuando obre simplemente por "respeto al
deber", y no con otra intención o interés.  Analizaremos si la acción es realizada "por respeto al
deber".

Para saber si la acción es realizada conforme al deber, Kant nos ofrece un imperativo categórico
que pueda servir de principio para valorar la moralidad de toda acción. Un imperativo general
universalizable, aplicable a todas las situaciones posibles en las que debamos juzgar la moralidad
de una acción. Podemos enunciar del siguiente modo: obra de modo tal que quieras al mismo
tiempo que la máxima que guía tu acción se torne ley universal. Esto significa que, por ejemplo, si
creemos que debemos mentir cuando nos convenga, tendremos que pensar si estaríamos
dispuestos a aceptar que esta máxima se transforme en ley universal, es decir, que todos deban
mentir cuando les convenga. De este modo, el imperativo categórico aparece como una ley formal
de la cual es posible derivar los diferentes enunciados sustantivos sobre la moral.

Es importante para la teoría kantiana que podemos distinguir las reglas prudenciales de las reglas
morales. Las reglas prudenciales son aquellas formuladas bajo la forma de imperativos hipotéticos,
indicándonos como actuar en el mundo de la naturaleza si queremos lograr algo. Pero las reglas
morales, es decir, aquellas aptas para el mundo moral, se nos presentan bajo imperativos
categóricos, que nunca pueden estar condicionados o limitados como sí lo están las reglas
prudenciales.

Actuar moralmente es –para Kant- actuar conforme al deber, independientemente de las


consecuencias que nuestras acciones pudieran tener. La teoría ética kantiana rechaza así toda
posición consecuencialista (al estilo del Utilitarismo), centrando su atención en el hecho de que la
acción sea realizada conforme a un deber, y no en sus efectos.

Imperativo categórico:

Fundamento, el hombre en tanto ser racional es fin en sí mismo. Los hombres no pueden ser
usados como medios para satisfacer un fin distinto.

Para la teoría Kantiana la acción debe ser realizada de acuerdo a un deber y no en sus efectos

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