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DE RESPONSABILIDAD
MEDIOAMBIENTAL Y SU
DESARROLLO
REGLAMENTARIO
FINANCIAN:
Fondo Social Europeo, Fundación Biodiversidad y Fundación Centro de Recursos Ambientales de Navarra.
Con la colaboración del Departamento de Innovación, Empresa y Empleo de Gobierno de Navarra, la
Confederación de Empresarios de Navarra, Sodena y La Caixa
DISEÑO Y MAQUETACIÓN:
ENDO Comunicación
IMPRESIÓN:
Gráficas Ulzama
Nº DEPOSITO LEGAL:
NA-3020/2009
Pamplona, 2009
GUÍA DE LA LEY 26/07 DE RESPONSABILIDAD MEDIOAMBIENTAL Y SU DESARROLLO REGLAMENTARIO
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GUÍA DE LA LEY 26/07 DE RESPONSABILIDAD MEDIOAMBIENTAL Y SU DESARROLLO REGLAMENTARIO
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ÍNDICE
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GUÍA DE LA LEY 26/07 DE RESPONSABILIDAD MEDIOAMBIENTAL Y SU DESARROLLO REGLAMENTARIO
PRESENTACIÓN
La publicación de una Guía como la que el lector tiene en sus manos se encuentra justificada por la
indudable trascendencia de la materia que nos ocupa para los agentes sociales. La Ley de Responsabilidad
Medioambiental (LRM) trata de dar satisfacción a la creciente sensibilización de nuestra sociedad por la
preservación del medio ambiente, y es lo cierto que de su aprobación resulta todo un elenco de obligaciones
que no deberían escapar al conocimiento de trabajadores, directivos y empresarios. Esta Ley viene a
regular la responsabilidad de los operadores para prevenir, evitar y reparar los daños medioambientales,
mientras que el Reglamento que la desarrolla parcialmente (aprobado por el Real Decreto 2090/2008,
de 23 de diciembre) tiene como objeto el establecimiento de un método de cálculo eficaz y homogéneo
para la evaluación de los escenarios de riesgo y los costes de reparación asociados a cada uno de ellos.
La incidencia económica de la nueva normativa en la actividad industrial está fuera de toda duda, a tal
punto que en el año 2010 un buen número de PYMES, especialmente las adscritas a los sectores industriales
y de transporte, deberán constituir garantías financieras para cubrir la responsabilidad derivada de un
eventual daño medioambiental producido por su actividad.
Esta Guía puede parecer prematura dado el poco tiempo de vigencia de la norma. Ciertamente, la Ley
entró en vigor el 25 de octubre de 2007 y el Reglamento se publicó en el BOE el día 23 de diciembre de
2008. Sin embargo, es precisamente el corto recorrido de estas disposiciones lo que hace necesario
impulsar su conocimiento y divulgación entre los agentes sociales a los que se dirige, pues esa labor
informativa contribuirá decisivamente a favorecer el cumplimiento de las obligaciones legales por las
empresas afectadas. De ahí que esta Guía, concebida como una primera aproximación al régimen de
responsabilidad medioambiental, se dirija a familiarizar al lector con los conceptos y contenidos de dicho
régimen, tratando de aclarar las dudas interpretativas que con mayor frecuencia suscita su aplicación.
La finalidad divulgativa de esta publicación no puede desmerecer el rigor técnico a la hora de explicar los
aspectos legales de la responsabilidad medioambiental. Por este motivo, la Guía se inicia con un primer
apartado en el que, de forma sencilla y comprensible, se abordan algunas cuestiones que despiertan mayor
interés en las empresas, especialmente las relativas al establecimiento y cuantificación de las garantías
financieras por su indudable impacto económico. A ello le sigue, para un mayor grado de profundización
en la materia, la explicación de las novedades que la Ley aporta expuestas en cinco bloques temáticos,
tras lo cual se inserta, a modo de conclusión, un glosario de términos, algunas referencias bibliográficas
y citas de webs informativas, así como un apartado con documentación adicional, entre la que destaca
especialmente la relación de actividades del Anexo III de la LRM, que abarca un amplio conjunto que van
desde aquellas sometidas a autorización ambiental integrada, hasta actividades de transporte de mercancías
peligrosas, pasando por los vertidos en aguas interiores, subterráneas o al mar territorial sujetos a
autorización previa, etcétera.
Todo ello, insistimos, con el objetivo de hacer esta Guía una herramienta de trabajo últil para trabajadores,
directivos y empresarios, que contribuya a avanzar hacia una empresa más consciente dando así un paso
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PRESENTACIÓN
La elaboración de esta Guía se ha realizado en el marco del convenio firmado en 2008 entre la Fundación
de Recursos Ambientales de Navarra (CRANA) y la Fundación Biodiversidad, gracias al cual se ha puesto
en marcha el proyecto "Ecoinnovación y Responsabilidad Social Empresarial en las PYMEs navarras.
EcoinnovaRSE". Este proyecto es cofinanciado por el Fondo Social Europeo (FSE), en el marco del Programa
Operativo Adaptabilidad y Empleo 2007-2013, a través del Programa empleaverde de la Fundación
Biodiversidad. Esta apuesta por la competitividad sostenible cuenta además con la colaboración de la
Confederación de Empresarios de Navarra (CEN), el Departamento de Innovación, Empresa y Empleo del
Gobierno de Navarra, la Sociedad para el Desarrollo de Navarra (SODENA) y La Caixa.
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GUÍA DE LA LEY 26/07 DE RESPONSABILIDAD MEDIOAMBIENTAL Y SU DESARROLLO REGLAMENTARIO
ACRÓNIMOS
BOE: Boletín Oficial del Estado.
CE: Constitución Española de 1978.
CCAA: Comunidades Autónomas.
COM: Comisión Europea.
CP: Código Penal.
Dir.: Directiva de la Unión Europea.
DOUE: Diario Oficial de la Unión Europea.
EMAS: Eco-Management and Audit Scheme.
EURATOM: Tratado constitutivo de la Comunidad Europea de la Energía Atómica.
IPPC: Integrated Pollution Prevention and Control.
ISO: International Organization for Standardization.
LAg.: Texto refundido de la Ley de Aguas (RDLeg. 1/2001)
LCS: Ley 50/1980, de Contrato de Seguro.
LGT: Ley 58/2003, General Tributaria.
LRJAP: Ley 30/1992, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas.
LRM: Ley 26/2007, de Responsabilidad Medioambiental.
MIRAT: Modelo de Informe de Riesgo Ambiental Tipo.
OMG: Organismo Modificado Genéticamente.
OMGs: Organismos Modificados Genéticamente.
RD: Real Decreto.
RDLeg.: Real Decreto Legislativo.
REDA: Revista Española de Derecho Administrativo.
RM: Responsabilidad medioambiental.
STS: Sentencia del Tribunal Supremo.
SSTS: Sentencias del Tribunal Supremo.
STJCE: Sentencia del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas.
STSJ: Sentencia del Tribunal Superior de Justicia.
TCE: Tratado constitutivo de la Comunidad Europea.
TSJ: Tribunal Superior de Justicia.
UE: Unión Europea.
UNE: Una Norma Española.
VVAA: Varios Autores.
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GUÍA DE LA LEY 26/07 DE RESPONSABILIDAD MEDIOAMBIENTAL Y SU DESARROLLO REGLAMENTARIO
LO QUE DEBERÍA
SABER SOBRE LA
RESPONSABILIDAD
MEDIOAMBIENTAL DE
LA EMPRESA
1) ¿LE AFECTA A MI EMPRESA LA LRM?
Vaya por delante que ninguna empresa escapa a la aplicación de la Ley de Responsabilidad Medioambiental
(en adelante, LRM). De una u otra forma, todas se ven afectadas por esta norma. Cuestión distinta es
el alcance de la responsabilidad medioambiental de una concreta actividad económica o profesional, lo
que dependerá de si figura o no en el listado de actividades del Anexo III de la LRM. Dicho Anexo se
reproduce íntegramente en la parte final de esta Guía, sin perjuicio de lo cual cabe señalar entre tales
actividades, sin ánimo exhaustivo, las siguientes:
- Los afectados por la IPPC (en su Anexo I).
- Cualquier gestor de residuos.
- Aquellos que vierten a dominio público hidráulico (aguas interiores superficiales, aguas
subterráneas, mar territorial, la inyección de contaminantes...), así como la captación y el
represamiento de aguas sujetos a la LAg.
- Aquellos que fabriquen, usen, almacenen, transformen, embotellen, liberen al ambiente o
transporten sustancias peligrosas, preparados peligrosos y productos fitosanitarios, biocidas,
etcétera.
- El transporte por carretera, ferrocarril, vías fluviales, marítimo o aéreo de mercancías peligrosas
o contaminantes.
- Toda utilización confinada, incluido el transporte, de microorganismos modificados genéticamente.
- Toda liberación internacional en el medio ambiente, transporte y comercialización de organismos
modificados genéticamente.
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LO QUE DEBERÍA SABER SOBRE LA RESPONSABILIDAD MEDIOAMBIENTAL DE LA EMPRESA
La LRM se dirige a proteger las especies silvestres y los hábitats, las aguas, la ribera del mar y las rías, y
el suelo. El daño (o la amenaza inminente de que el daño ocurra) infringido a estos recursos naturales y
con efectos adversos significativos para los mismos, generan la responsabilidad medioambiental de la
empresa integrada en el Anexo III con independencia de que concurra dolo, culpa o negligencia, esto es,
sin entrar a valorar la intencionalidad ni la licitud o ilicitud de su conducta. Si su empresa desarrolla una
actividad de las relacionadas en el Anexo III y es la causante de un daño medioambiental, deberá entonces
asumir las medidas de prevención, evitación y reparación. Por el contrario, si su empresa desempeña
actividades distintas a las del Anexo III, estará en todo caso obligada a acometer las actuaciones de
prevención y evitación, pero no tendrá que pagar la factura de la reparación salvo que en su conducta
haya mediado dolo, culpa o negligencia.
Por lo tanto, para calibrar el alcance de la responsabilidad medioambiental de su empresa y las obligaciones
legales que le compete asumir, es imprescindible conocer si se dedica o no a las actividades del Anexo III
de la LRM.
Los bienes protegidos por la LRM son de naturaleza medioambiental (especies silvestres y los hábitats,
las aguas, la ribera del mar y las rías, y el suelo), quedando expresamente excluidos de su ámbito los
daños tradicionales que afectan a los particulares y a sus propiedades. Las actividades económicas y
profesionales susceptibles de ocasionar daños medioambientales son aquellas ya reguladas por la
legislación comunitaria que, por su naturaleza, entrañan riesgos, aunque sean potenciales, para el medio
ambiente o para la salud humana. Entre las más destacadas cabría citar las instalaciones cubiertas por
la normativa de prevención y control integrado de la contaminación (conocida como Ley IPPC), las
relativas a la gestión de todo tipo de residuos, las más importantes de las reguladas por la normativa
de aguas (con vertido de sustancias peligrosas incluidas), las relativas a la producción, almacenado y
transporte de sustancias peligrosas, biocidas y fitosanitarios; el traslado fronterizo de residuos peligrosos
y el traslado de mercancías peligrosas. En todos estos supuestos, la responsabilidad se exige sin necesidad
de que concurra dolo, culpa o negligencia en el operador.
PERSONAS:
RESPONSABILIDAD - Daños personales
CIVIL POR PROPIEDADES:
- Personas públicas o privadas
CONTAMINACIÓN DERECHOS ECONÓMICOS:
- Lucro cesante
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GUÍA DE LA LEY 26/07 DE RESPONSABILIDAD MEDIOAMBIENTAL Y SU DESARROLLO REGLAMENTARIO
Las actividades distintas de las anteriores también se verán afectadas por la ley en cuanto al deber de
reparar, pero sólo cuando haya mediado dolo, culpa o negligencia.
La LRM obliga a las empresas a adoptar y a ejecutar las medidas de prevención, de evitación y de
reparación de daños ecológicos y a sufragar su coste, cualquiera que sea su cuantía, cuando resulten
responsables de los mismos. Como se ha dicho antes, de la reparación no responderá su empresa si está
excluida del Anexo III y siempre que haya actuado sin dolo, culpa o negligencia. Además, la LRM establece
la obligación de comunicar de manera inmediata a la autoridad competente la existencia de daños
medioambientales o la amenaza inminente de dichos daños, que hayan sido ocasionados o se puedan
ocasionar. Y también la obligación de colaborar a la hora de fijar las medidas reparadoras así como a
ejecutar las que adopte la Administración.
- Disponer de una garantía financiera en forma de seguro, aval, o reserva técnica. (art. 24)
- Reparar los daños solo si se ha incurrido en dolo (intencionalidad), culpa o negligencia. (art. 19.2)
# Independientemente de todo y siempre que sea responsable de los daños, deberán sufragar los costes de las medidas
adoptadas. (art. 9.1)
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LO QUE DEBERÍA SABER SOBRE LA RESPONSABILIDAD MEDIOAMBIENTAL DE LA EMPRESA
La LRM, según la actividad a que se dedique su empresa, le obliga a analizar los factores ambientales
del medio que la rodea; a valorar el coste de la reparación del dicho medio tras un impacto ambiental;
y a asegurar el importe de dicha reparación con la contratación de una garantía financiera.
Si su empresa es titular de una instalación industrial que desarrolla una actividad del Anexo III de la
LRM, como potencial causante de un daño ambiental resulta más que conveniente tener claros aspectos
como los siguientes:
A la hora de constituir una garantía financiera, es importante saber que existen tres modalidades
diferentes:
Ahora bien, en función de cuál sea la cuantía económica resultante de la evaluación monetaria de los
posibles daños a reparar, su empresa quedaría liberada de prestar esta garantía financiera si se encuentra
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GUÍA DE LA LEY 26/07 DE RESPONSABILIDAD MEDIOAMBIENTAL Y SU DESARROLLO REGLAMENTARIO
Si su empresa realiza una actividad del Anexo III deberá analizar los riesgos de cada instalación sujeta
a autorización administrativa. Este análisis se dirige a delimitar la potencialidad y magnitud del posible
impacto ambiental que su empresa podría ocasionar en el medio en que se desarrolla. El análisis de
riesgos identifica los escenarios accidentales y establece la probabilidad de ocurrencia asociada de cada
escenario, lo que se llevará a cabo siguiendo el método establecido en la norma UNE 150008 de Evaluación
de Riesgos Ambientales o normas equivalentes.
Todo ello permite saber a la postre cuánto cuesta la recuperación de los daños medioambientales
generados en los diversos escenarios del análisis de riesgos y, por consiguiente, a cuánto asciende la
cuantía de la garantía financiera que su empresa debe constituir. La empresa debe presentar el análisis
de riesgos y una propuesta de la cuantía de la garantía financiera ante la Administración, que a la vista
de todo ello concretará la cantidad que se debe garantizar. Esa cifra dependerá de la intensidad y
extensión del daño que la empresa pueda causar.
Ya hemos dicho que la LRM obliga a las empresas que desarrollan actividades potencialmente contami-
nantes (las del Anexo III) a suscribir las garantías financieras que aseguren las posibles responsabilidades
medioambientales. En aras a facilitar el cumplimiento de esta obligación, el Gobierno de España aprobó
un Reglamento con los criterios aplicables para fijar la cuantía de esas garantías, donde se insertan los
análisis de riesgos con los que se evalúan los distintos escenarios inherentes a la actividad de la empresa
que pueden entrañar algún tipo de riesgo medioambiental.
Sin embargo, dada la complejidad y el coste que conlleva la realización de estos análisis, el Reglamento
flexibiliza el sistema de cálculo de las garantías, pudiendo las empresas recurrir a modelos de informe
de riesgo ambiental tipo (MIRAT), los cuales incorporan todas las tipologías de actividades e instalaciones
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LO QUE DEBERÍA SABER SOBRE LA RESPONSABILIDAD MEDIOAMBIENTAL DE LA EMPRESA
del sector en todos los escenarios relevantes en relación con los medios receptores. Estos modelos deben
particularizarse para la realidad del entorno y emplazamiento específico donde se ubique la instalación
o actividad de la empresa. Los MIRAT constituyen una herramienta que facilita la aplicación efectiva y
eficiente del nuevo régimen de responsabilidad ambiental, siendo especialmente útiles para la evaluación
de la necesidad de constituir, por parte de las empresas, las garantías financieras por responsabilidad
ambiental.
Para una mayor información sobre el análisis de riesgos medioambientales puede consultar el bloque
4 de esta Guía.
La garantía debe quedar constituida desde la fecha en que surta efecto la autorización necesaria para
el ejercicio de la actividad y habrá de mantenerse en vigor durante todo el periodo de actividad.
Si su empresa ya existe y desarrolla una actividad del Anexo III, la fecha a partir de la cual le será exigible
la constitución de la garantía financiera obligatoria se determinará por Orden del Ministerio de Medio
Ambiente. Estas órdenes ministeriales se aprobarán a partir del 30 de abril de 2010 y antes del 31 de
diciembre de 2012 deberán estar en vigor para todas las actividades del Anexo III.
La LRM incluye un severo régimen sancionador que contempla la imposición de sanciones a personas
físicas y jurídicas privadas que sean operadores de actividades económicas o profesionales y que resulten
responsables de los hechos constitutivos de infracciones administrativas.
Las sanciones prevén multas que oscilan entre los 50.001 y los 2.000.000 euros, en el caso de infracción
muy grave, y entre los 10.001 y los 50.000 euros, en el caso de las infracciones graves. Además, se prevé
en ambos casos la posibilidad de suspender la autorización concedida a la empresa por un periodo
máximo de dos años en las infracciones muy graves y de uno en el caso de infracciones graves.
Entre las infracciones graves se relacionan una serie de figuras que van desde no adoptar medidas
preventivas o de evitación o reparadores a incumplimientos de instrucciones de la autoridad competente
o falta de información, omisiones, resistencia u obstrucción de actuaciones que fueren de obligado
1 En la actualidad la Asociación de la Industria Navarra (AIN) está elaborando un proyecto piloto de MIRAT para el sector automoción tomando como referencia la
planta industrial de Volkswagen en Pamplona.
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GUÍA DE LA LEY 26/07 DE RESPONSABILIDAD MEDIOAMBIENTAL Y SU DESARROLLO REGLAMENTARIO
cumplimiento. Por su parte, serían infracciones muy graves no adoptar medidas preventivas o de evitación
o reparadoras cuando tengan como resultado un daño real; no ajustarse a instrucciones recibidas o no
facilitar la información debida en caso de daños reales; así como el incumplimiento de constituir las
garantías financieras obligatorias o no mantenerlas durante el tiempo oportuno.
La LRM entró en vigor el 25 de octubre de 2007. Sus efectos se retrotraen al 30 de abril del 2007, salvo
lo referente a las garantías financieras (cuya constitución es obligatoria a partir del 30 abril de 2010) y
al régimen sancionador (por el principio constitucional de irretroactividad de las normas sancionadoras
desfavorables). La LRM no se aplica a aquellos daños causados por una emisión, un suceso o un incidente
anterior al 30 de abril de 2007, ni tampoco a los causados con posterioridad cuando se deriven de una
actividad específica realizada y concluida antes de dicha fecha. Por su parte, el Reglamento entró en vigor
el 23 de abril de 2009.
Por otro lado, en relación al ámbito temporal de la responsabilidad medioambiental, esta se extingue a
los treinta años desde que tuvo lugar la emisión, el suceso o el incidente que los causó, computándose
dicho plazo desde el día en que termina por completo o se produce por última vez la emisión, el suceso
o el incidente causante del daño.
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LO QUE DEBERÍA SABER SOBRE LA RESPONSABILIDAD MEDIOAMBIENTAL DE LA EMPRESA
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GUÍA DE LA LEY 26/07 DE RESPONSABILIDAD MEDIOAMBIENTAL Y SU DESARROLLO REGLAMENTARIO
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GUÍA DE LA LEY 26/07 DE RESPONSABILIDAD MEDIOAMBIENTAL Y SU DESARROLLO REGLAMENTARIO
DESARROLLO DEL
MARCO LEGAL Y
REGLAMENTARIO
BLOQUE 1:
El medio ambiente es una de las materias desarrolladas como política comunitaria en el marco de la UE,
a tal punto que el Tratado de la Comunidad Europea (TCE) define los objetivos de la política de protección
del medio ambiente con una enorme amplitud, señalando que ésta deberá contribuir a alcanzar: a) la
conservación, protección y mejora de la calidad del medio ambiente; b) la protección de la salud de las
personas; c) la utilización prudente y racional de los recursos naturales; y d) el fomento de medidas a
escala internacional destinadas a hacer frente a los problemas regionales o mundiales del medio ambiente.
El TCE también establece los principios que deben presidir la actuación comunitaria en este ámbito y
que deben ser respetados por las legislaciones de los Estados miembros de la UE. Estos principios básicos
de la legislación medioambiental europea fundamentan el régimen de responsabilidad para la prevención,
evitación y reparación de los daños medioambientales previsto en la LRM:
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DESARROLLO DEL MARCO LEGAL Y REGLAMENTARIO: BLOQUE I
que se produzca dicho deterioro. Nuestra LRM va más allá del principio «quien contamina paga»
al hacer de las medidas reparadoras un elemento central de la normativa, asentado de esta
manera el principio «quien contamina, repara».
La LRM, más que a pagar, obliga a prevenir y reparar íntegramente el coste del daño causado, dejando
el entorno ecológico como se encontraba originariamente. Junto a la reparación efectiva se refuerzan
las actuaciones de índole preventiva dirigidas a impedir la generación del daño. Para ello obliga a los
operadores a adoptar las medidas necesarias ante un supuesto de amenaza al medio ambiente. La labor
de prevención resulta del todo indispensable y exige que las empresas utilicen con el máximo rigor las
tecnologías actuales. Además, atendiendo al dicho del “más vale prevenir que curar”, es lo cierto que
la prevención acostumbra a ser más ventajosa en términos económicos, pues la factura de la reparación
suele ser bastante más cara que las actuaciones de tipo preventivo.
La LRM pretende dar cumplimiento a la obligación de reparar los daños causados al medio ambiente,
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GUÍA DE LA LEY 26/07 DE RESPONSABILIDAD MEDIOAMBIENTAL Y SU DESARROLLO REGLAMENTARIO
esto es, hacer efectivo el principio «quien contamina repara», de mayor alcance que el principio «quien
contamina paga». Se trata de asegurar que el responsable de la actividad devuelva los recursos naturales
dañados a su estado original, sufragando el total de los costes, aún cuando no haya cometido ninguna
infracción administrativa y haya actuado de conformidad con la normativa aplicable. Dicho con otras
palabras: que el causante de la contaminación se encargue de la restauración total del impacto ambiental,
por lo que no se trata sólo de una simple indemnización dineraria. Así pues, bastará con que las autoridades
señalen el origen del daño en la actividad del agente contaminador para que éste tenga que repararlo.
Con ello se pretende evitar que el coste de la reparación sea sufragada con cargo a los presupuestos
públicos, como viene ocurriendo en muchas ocasiones hasta la fecha.
La LRM se dirige a hacer efectivas las previsiones de la Constitución Española (CE) en materia
medioambiental. Para la CE, el medio ambiente tiene una doble dimensión: por un lado, el derecho a su
disfrute, y por otro, el deber de su conservación. El artículo 45.3 CE reconoce el derecho de los ciudadanos
a disfrutar de un medioambiente adecuado como condición indispensable para el desarrollo de la persona,
así como la obligación de reparar el daño causado por la no utilización racional de los recursos y el
incumplimiento con la protección de la naturaleza. A las Administraciones les corresponde velar por la
utilización racional de todos los recursos naturales para lograr una protección y mejora de la calidad de
vida, y una defensa y restauración del medio ambiente. Para que dichas finalidades puedan hacerse
efectivas en caso de violación, el derecho interviene estableciendo medidas de carácter penal o
administrativo, sin perjuicio de la obligación de reparar el daño que se haya ocasionado.
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DESARROLLO DEL MARCO LEGAL Y REGLAMENTARIO: BLOQUE I
La LRM establece un régimen de responsabilidad para la prevención, evitación y reparación de los daños
medioambientales. Los principales afectados son todas aquellas empresas incluidas en el Anexo III (los
«operadores», en terminología de la Ley) que desarrollen actividades económicas y profesionales
susceptibles de ocasionar daños al medio ambiente o a la salud humana, aunque sean potenciales
(fábricas; empresas de transporte de mercancías peligrosas; de gestión de residuos y sustancias peligrosas,
biocidas y fitosanitarios; instalaciones afectadas por la normativa de prevención y control integrado de
la contaminación -Ley de Prevención y Control Integrado de la Contaminación, conocida como Ley IPPC-
etcétera).
La LRM obliga a los operadores a adoptar medidas para prevenir y evitar daños medioambientales y, si
se han causado ya, repararlos. Ello comporta el deber de sufragar el coste de las medidas de prevención,
evitación y reparación, salvo que demuestre que el daño medioambiental o la amenaza de daño se deben
exclusivamente a la actuación de un tercero ajeno al ámbito de la actividad o al cumplimiento de una
orden o instrucción obligatoria dictada por una autoridad pública competente.
De este modo, la LRM configura un sistema de responsabilidad con las siguientes notas:
a).- Es un régimen administrativo de responsabilidad medioambiental, por lo que la Administración
se ve investida de una serie de potestades que puede ejercer para garantizar su cumplimiento.
b).- La responsabilidad es objetiva para los operadores que desarrollen una actividad económica
o profesional de las enumeradas en el Anexo III y ocasionen daños medioambientales o amenazas
de que dichos daños se produzcan, pues deberán adoptar las medidas de prevención, de evitación
o de reparación reguladas en la ley independientemente de que se aprecie dolo, culpa o negligencia
en su actuación.
c).- La responsabilidad es también objetiva para todos los operadores, incluidos o no en el Anexo
III, respecto a las amenazas de daños medioambientales, estando aquéllos obligados a adoptar
medidas de prevención o de evitación, lo cual comporta una novedad de la LRM sobre la Directiva
2004/35/CE del 21 de abril de 2004.
d).- La responsabilidad es ilimitada, pues la obligación de reparación se extiende a la restitución
de los recursos naturales dañados a su estado original.
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GUÍA DE LA LEY 26/07 DE RESPONSABILIDAD MEDIOAMBIENTAL Y SU DESARROLLO REGLAMENTARIO
Cuando la LRM establece la obligación de las empresas de prevenir, evitar y reparar daños ecológicos
crea de esta forma una nueva clase de responsabilidad, denominada medioambiental, diferente a la civil
(por daños a personas y propiedades) y penal (por comisión de delitos contra los recursos naturales y
el medio ambiente). La prioridad es el interés público y el objeto exclusivo de reclamación es el daño
ocasionado al medio ambiente.
Para asegurar que las empresas disponen de fondos económicos con que atender esta nueva responsabilidad,
la LRM les exige, en determinadas circunstancias, contratar garantías financieras por importes que
pueden alcanzar los 20 millones de euros (Véase el bloque 4 de esta Guía).
La LRM tiene carácter de legislación básica de protección del medio ambiente, sin perjuicio de las
facultades de las CCAA de establecer normas adicionales de protección. En este sentido, el Estado o las
CCAA, en el ámbito de sus respectivas competencias, pueden adoptar disposiciones más exigentes sobre
prevención, evitación y reparación de determinados daños medioambientales o en relación con algunas
actividades. Además, las CCAA podrán someter otras actividades u otros sujetos al régimen de
responsabilidad establecido en esta Ley.
La LRM introduce el concepto de «daño medioambiental», esto es, aquél ocasionado a las especies
silvestres y a los hábitats, a las aguas, a la ribera del mar y de las rías, y al suelo. Se trata de recursos
naturales en muchos casos sujetos a dominio público (aguas y costas, por ejemplo), aunque también
pueden estar bajo titularidad privada (los suelos). La LRM protege el bien, el recurso natural en sí mismo
considerado, y no la propiedad o cualquier otro tipo de derecho que pueda constituirse sobre él. La
responsabilidad medioambiental nace por un daño al bien (a su valor ecológico, su degradación o su
destrucción como recurso natural) y no al derecho afecto al mismo.
No todos los recursos naturales encuentran amparo en la LRM, sino sólo los que tienen cabida en el
concepto de daño medioambiental (daños a las aguas; al suelo; a la ribera del mar y rías; a los hábitas
y especies de la flora y de la fauna silvestres). Quedan excluidos los daños al aire y los denominados
daños tradicionales (a las personas y a sus bienes, salvo que estos últimos constituyan un recurso natural).
Igualmente, no todos los daños que sufran estos recursos naturales generarán responsabilidad medio-
ambiental. Para que entre en juego la LRM se deberá estar en presencia de amenazas de daños o de
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DESARROLLO DEL MARCO LEGAL Y REGLAMENTARIO: BLOQUE I
daños propiamente dichos que produzcan efectos adversos significativos sobre el propio recurso natural.
En el caso de los suelos el concepto de daño incluye, además, los riesgos significativos de que se produzcan
efectos adversos sobre la salud humana.
Por lo tanto, para que se trate de un daño medioambiental debe producir efectos adversos significativos
y mensurables sobre su estado básico (aquel en el que, de no haberse producido el daño medioambiental,
se habrían hallado los recursos naturales y los servicios de recursos naturales en el momento en que
sufrieron el daño, considerado a partir de la mejor información disponible). Conocer si el daño experimentado
por el recurso natural es adverso y significativo y, por lo tanto, si entra en la esfera de aplicación de la
LRM, hace preciso delimitar el estado en que se encontraba el recurso natural afectado y evaluar si la
alteración experimentada es significativa y adversa a la luz de los criterios del Anexo I de la LRM. Para
ello habrá que recopilar datos tales como los siguientes:
La LRM ofrece un concepto genérico de daño (todo cambio adverso y mensurable de un recurso natural
o el perjuicio de un servicio de recursos naturales, tanto si se produce directa como indirectamente) que
habrá que concretar después para cada recurso natural.
1.- Daños a las especies silvestres (fauna y flora) y a los hábitats: El bien que protege la LRM es
el mantenimiento del estado favorable de conservación de las especies de la flora y de la fauna
mencionadas en la Directiva 2004/35/CE (artículo 2.3.a.) o que estén protegidas por la legislación
comunitaria, estatal o autonómica, o por los tratados internacionales en que España sea parte,
siempre que se hallen en estado silvestre en el territorio español, sea con carácter permanente
o estacional. En particular, son especies silvestres las incluidas en el Catálogo Nacional de
Especies Amenazadas o en los catálogos de especies amenazadas establecidos por las CCAA en
sus respectivos ámbitos territoriales. Se excluyen las especies exóticas invasoras. Los daños a
la especie se producirán cuando tengan efectos adversos significativos, lo que habrá que
determinar caso por caso. Pensemos por ejemplo en el efecto tan negativo que para la conservación
de la especie produciría la muerte de un oso en peligro de extinción.
2.- Daños a las aguas: Serán significativos si la masa de agua receptora experimenta un efecto
desfavorable de su estado ecológico, químico o cuantitativo, en el caso de aguas superficiales
o subterráneas, o de su potencial ecológico, en el caso de aguas artificiales y muy modificadas,
que traiga consigo, en ambos casos, un cambio en la clasificación de dicho estado (según las
definiciones de la legislación de aguas) en el momento de producirse la afectación.
3.- Daños a la ribera del mar y de las rías: Cualquier daño que produzca efectos adversos
significativos sobre la integridad física y adecuada conservación de las riberas del mar y de las
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GUÍA DE LA LEY 26/07 DE RESPONSABILIDAD MEDIOAMBIENTAL Y SU DESARROLLO REGLAMENTARIO
rías, así como otros que impliquen dificultad o imposibilidad de conseguir o mantener un adecuado
nivel de calidad de aquéllas (en consonancia con lo dispuesto en la Ley 22/1988, de 28 de julio,
de Costas). Un claro ejemplo de ello sería el vertido del petrolero Prestige en el año 2003, por
los efectos medioambientales que generó la marea negra en las costas gallegas.
4- Daños al suelo: Los que entrañen riesgo significativo de que se produzcan efectos adversos
para la salud humana o el medio ambiente debidos al depósito, vertido o introducción directos
o indirectos de sustancias, preparados, organismos o microorganismos en el suelo o en el
subsuelo.
Están fuera del concepto de daño medioambiental los generados al aire, exclusión lógica si tenemos en
cuenta que muchas veces se trata de una contaminación de carácter difuso en la que no es posible
identificar al causante. No se excluyen, sin embargo, aquellos casos en que a causa de una emisión a la
atmósfera se produzca un daño a los recursos protegidos por la LRM.
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DESARROLLO DEL MARCO LEGAL Y REGLAMENTARIO: BLOQUE I
Los bienes protegidos por la LRM tienen naturaleza medioambiental. No todos los recursos naturales
entran en su ámbito de protección: sólo aquéllos englobados en el concepto de daño medioambiental,
definido en los términos ya expuestos. La LRM se aplica a los daños medioambientales y a las amenazas
inminentes de tales daños cuando hayan sido causados por:
a).- Las actividades económicas o profesionales enumeradas en el Anexo III, exista o no dolo,
culpa o negligencia.
b).- Las actividades económicas o profesionales distintas de las enumeradas en el Anexo III, en
los siguientes términos:
Cuando medie dolo, culpa o negligencia, serán exigibles las medidas de prevención, de evitación
y de reparación.
Cuando no medie dolo, culpa o negligencia, serán exigibles las medidas de prevención y de
evitación.
c).- Una contaminación difusa, cuando sea posible establecer una relación de causalidad entre
las actividades desarrolladas por los operadores y los daños causados.
El régimen de responsabilidad se puede aplicar, por ejemplo, en los casos en que el daño ha sido provocado
por accidentes industriales o por la contaminación gradual causada por sustancias peligrosas o residuos
vertidos al medio ambiente por fuentes identificables, pero no es un instrumento adecuado para los
casos de contaminación generalizada, de carácter difuso, en que es imposible vincular los efectos
negativos sobre el medio ambiente con las actividades de determinados agentes.
Asimismo, la responsabilidad medioambiental no se aplicará a los daños ni a las amenazas inminentes
de tales daños cuando se deba a alguna de las siguientes causas:
a).- Un acto derivado de conflicto armado, de hostilidades, de guerra civil o de una insurrección.
b).- Un fenómeno natural de carácter excepcional, inevitable e irresistible.
c).- Las actividades cuyo principal propósito sea servir a la defensa nacional o a la seguridad
internacional.
d).- Las actividades cuyo único propósito sea la protección contra los desastres naturales.
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GUÍA DE LA LEY 26/07 DE RESPONSABILIDAD MEDIOAMBIENTAL Y SU DESARROLLO REGLAMENTARIO
ACTIVIDADES NO
INCLUIDAS EN EL
ANEXO III DE LA LRM
Según estimaciones del Ministerio de Medio Ambiente, la LRM obliga a más de 5.000 industrias, a 30.000
empresas de transporte de mercancías peligrosas, a casi 1 millón de explotaciones agrícolas y ganaderas,
a más de 1.000 presas y balsas mineras y, en general, a las actividades potencialmente dañinas para el
entorno, como las de gestión de residuos y sustancias peligrosas, biocidas y fitosanitarios, y las afectadas
por la Ley IPPC.
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DESARROLLO DEL MARCO LEGAL Y REGLAMENTARIO: BLOQUE I
independencia de que no hayan cometido infracción administrativa alguna; además, deben actuar de
modo respetuoso con la normativa medioambiental y dar cumplimiento al principio de que «quién
contamina repara».
La LRM alude permanentemente a una categoría de sujetos destinatarios de esta norma: los «operadores».
El sistema de responsabilidad medioambiental afecta a los operadores que realicen alguna actividad
económica o profesional en el territorio español.
En primer lugar, se considera operador a cualquier persona física o jurídica, pública o privada, que
desempeñe una actividad económica o profesional o que, en virtud de cualquier título, controle dicha
actividad o tenga un poder económico determinante sobre su funcionamiento técnico. La condición de
operador va vinculada a dos circunstancias:
a).- El ejercicio de una actividad económica o profesional, que se concibe en sentido amplio, al
margen del carácter público o privado de la actividad, o de que tenga fines lucrativos o no.
b).- El control o poder económico determinante sobre una actividad.
Se excluyen del concepto de operador los órganos de contratación de las Administraciones Públicas
cuando ejerzan las prerrogativas que les reconoce la legislación sobre contratación pública en relación
con los contratos administrativos o de otra naturaleza que hayan suscrito con cualquier clase de contratista,
que será quien tenga la condición de operador a los efectos de lo establecido en la LRM.
En segundo lugar, por actividad económica o profesional se entiende toda aquella de índole económica,
un negocio o una empresa, con independencia de su carácter público o privado y de que tenga fines
lucrativos o no. Para determinar a quiénes afecta la LRM, ésta prevé tres ámbitos distintos:
1.- Operador que desarrolle una actividad económica o profesional de las recogidas en el Anexo
III de la LRM y que ocasiona daños medioambientales o amenazas de que dichos daños se
produzcan.
2.- Daños o amenazas de daños medioambientales ocasionados por cualquier tipo de actividad
económica o profesional, no incluida en el Anexo III de la LRM, y cuando no medie dolo, culpa o
negligencia.
3.- Daños o amenazas de daños medioambientales ocasionados por cualquier tipo de actividad
económica o profesional, no incluida en el Anexo III, y cuando sí medie dolo, culpa o negligencia.
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GUÍA DE LA LEY 26/07 DE RESPONSABILIDAD MEDIOAMBIENTAL Y SU DESARROLLO REGLAMENTARIO
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DESARROLLO DEL MARCO LEGAL Y REGLAMENTARIO: BLOQUE II
BLOQUE 2:
La LRM impone a los operadores, por un lado, la obligación de adoptar las medidas de prevención,
evitación y reparación que sean necesarias, debiendo asumir su coste, cualquiera que sea la cuantía, así
como, por otro lado, la obligación de colaborar con las Administraciones Públicas, a las que han de
comunicar las amenazas de daño o daños medioambientales de los que tengan conocimiento.
1.- Obligación de adoptar y ejecutar las medidas de prevención, evitación y reparación de daños
medioambientales y de sufragar sus costes.
Corresponde a los operadores sufragar los costes de estas medidas, sea cual fuere su importe, cuando,
como consecuencia de la aplicación de la LRM, resulten responsables del daño. Los operadores deben
realizar las medidas preventivas y reparadoras de los daños o, en su caso, sufragar los costes de las
mismas, por lo que la responsabilidad es así compensatoria o reparadora de los daños, pero también
desincentivadora (y preventiva) de las acciones lesivas.
2.- Obligación de comunicar a la autoridad competente la existencia de daños medioambientales o la
amenaza inminente de dichos daños.
Sobre los operadores recae este concreto deber de información. La comunicación ha de ser inmediata
y va encaminada a facilitar a la Administración aquellas informaciones de utilidad que le permitirá adoptar
las decisiones correspondientes. Salvo supuestos de extrema urgencia, es aconsejable que las comuni-
caciones con la Administración se efectúen por escrito y por vía de registro oficial o por cualquier otro
medio que permita constatar su envío y recepción.
La obligación de comunicación opera en tres momentos distintos. El primero, con carácter inmediato,
en cuanto se tiene conocimiento del daño o la amenaza y sin esperar a la adopción de las medidas de
prevención, evitación o reparación provisionales que correspondan. El segundo, adoptadas las medidas
oportunas, el operador deberá informar a la autoridad competente sobre su contenido y alcance.
Finalmente, si adoptadas las medidas correspondientes, la amenaza de daño no hubiera desaparecido,
deberá informase a la autoridad de esta circunstancia.
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GUÍA DE LA LEY 26/07 DE RESPONSABILIDAD MEDIOAMBIENTAL Y SU DESARROLLO REGLAMENTARIO
Además de lo anterior, las actividades del Anexo III deberán realizar un análisis de riesgos de cada actividad
o instalación sujeta a autorización administrativa que permita identificar los escenarios accidentales que
pudieran derivarse de su actividad, establecer la probabilidad asociada a cada escenario (aspectos que
se llevarán a cabo siguiendo el método establecido en la norma UNE 150008 o normas equivalentes) y
calcular la garantía financiera. El análisis de riesgos deberá mantenerse actualizado durante todo el
periodo de actividad y renovarse cuando se renueve la autorización sustantiva o cuando se produzcan
modificaciones sustanciales en la actividad o en la instalación.
Por otro lado, deberán disponer de sistemas de gestión de las fuentes de peligro que desempeñarán
funciones de seguridad y de disminución de la posibilidad de que determinado accidente se manifieste,
aún a costa de crear o incluso aumentar la probabilidad de generar accidentes de consecuencias menores.
Tendrán esta consideración los sistemas amparados por una certificación EMAS o ISO 14.001.
La LRM no sólo se aplica a los daños medioambientales, sino también a las amenazas inminentes de que
tales daños ocurran, es decir, cuando existe una probabilidad suficiente de que se produzcan daños
medioambientales en un futuro próximo. Ante una amenaza inminente de daños medioambientales
originada por cualquier actividad económica o profesional, hay que adoptar sin demora (y sin necesidad
de advertencia o requerimiento administrativo previo) las medidas preventivas o de evitación más
apropiadas para que la amenaza no llegue a materializarse. Además, resulta fundamental poner en manos
de la Administración la información relativa a la amenaza, al menos, de los siguientes aspectos:
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DESARROLLO DEL MARCO LEGAL Y REGLAMENTARIO: BLOQUE II
Igualmente, habrá que recopilar información del tipo siguiente: cartografía del terreno; foco de
contaminación; estado básico del medio ambiente; usos del territorio; límites admisibles de las sustancias
para los recursos que pudieran verse afectados; posibles técnicas de reparación primaria a aplicar y
objetivos; y normativa reguladora de la actividad causante del daño.
La LRM, se ha dicho antes, exige una actuación inmediata ante la amenaza o producción de un daño
medioambiental. Ello hace innecesario tramitar un procedimiento previo que pruebe la relación existente
entre la actividad del operador y la producción del riesgo o del daño. El operador está obligado a actuar
por sí mismo, sin trámite de audiencia o alegaciones, y tendrá que elegir entre aplicar las medidas de
prevención o evitación que estime necesarias, pagando su coste aun cuando no tenga la certeza de estar
obligado a ello o, por el contrario, quedarse de brazos cruzados con el riesgo de ganarse una sanción
administrativa.
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GUÍA DE LA LEY 26/07 DE RESPONSABILIDAD MEDIOAMBIENTAL Y SU DESARROLLO REGLAMENTARIO
Se perfila así un nuevo régimen de responsabilidad que hace extensivas las obligaciones de prevenir y
evitar no sólo a aquellos comportamientos dolosos o culposos sino también a situaciones, acciones u
omisiones en torno a todo tipo de actividades económicas o profesionales que supongan un riesgo
inminente de daño medioambiental. Ahondando en el carácter objetivo e ilimitado del citado régimen
de prevención, incluso cuando los riesgos sean accidentales o imprevisibles, la empresa estará obligada
a actuar sin demora nada más tener conocimiento de su producción con el fin de prevenir el daño o, una
vez materializado, de evitar que éste propague sus efectos.
En tal caso la empresa tendrá que: a) informar a la autoridad competente; b) adoptar medidas de evitación
precisas para limitar o impedir mayores daños; y c) adoptar medidas reparadoras adecuadas, buscando
que el recurso natural retorne al estado anterior.
La idea, en definitiva, es que se acometan medidas suficientes para evitar la propagación y extensión
del daño, que ello se haga sin demora y, de nuevo, sin que tengan que requerirlo las autoridades. La LRM
es clara a este punto: el operador debe ejecutar medidas de evitación con independencia de que, en
aplicación de la LRM, le corresponda o no hacerse cargo de la reparación.
Ante un siniestro ecológico, hay que determinar el daño y su impacto sobre los recursos afectados, a
cuyo fin deberán realizarse acciones como las siguientes:
a).- Identificar al agente causante del daño y los recursos naturales y servicios afectados (si se
trata de un incendio, por ejemplo, y el agente desencadenante es de tipo químico, físico o
biológico).
b).- Cuantificar el daño según:
- Su extensión (cantidad de recursos o servicio afectado).
- Su intensidad (severidad del daño, efectos crónicos y potenciales).
- Su escala temporal (duración, frecuencia y reversibilidad).
c).- Evaluar su significatividad: analizar la variación que experimenta el recurso natural afectado
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DESARROLLO DEL MARCO LEGAL Y REGLAMENTARIO: BLOQUE II
a partir de su estado básico, con base en criterios que, en atención al recurso natural afectado
(especies silvestres, aguas, suelo, ribera del mar y rías) y tipo de agente (químico u organismo
modificado genéticamente), establece el Reglamento de la LRM.
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GUÍA DE LA LEY 26/07 DE RESPONSABILIDAD MEDIOAMBIENTAL Y SU DESARROLLO REGLAMENTARIO
La LRM se dirige no sólo a reparar sino también a prevenir y evitar los daños al medio ambiente. Prevenir
implica que el operador, sea o no legalmente responsable a reparar, tiene en todo caso que emprender
las medidas preventivas apropiadas sin tardanzas ni necesidad de requerimiento administrativo, así
como informar a la autoridad competente de un peligro potencial.
Las medidas de prevención tienen como finalidad impedir que se produzca un daño medioambiental, y
son tomadas ante un suceso que suponga una amenaza inminente de daño medioambiental. Por su
parte, las medidas de evitación tienden a impedir que, producido un daño, se puedan generar daños
mayores. Cualquier operador estará obligado a adoptar tales medidas.
Para adoptar las medidas prevención y evitación se hace necesario valorar el efecto sobre la seguridad y salud públicas, su
probabilidad de éxito, el beneficio para el recurso natural o para el servicio medioambiental, o el tiempo necesario para su
ejecución. La concreción de estas medidas dependerá de cada caso debido a la gran variedad de sucesos que se pueden
presentar. A título de mero ejemplo, si se produce una interrupción del proceso industrial que podría causar una explosión
por una presión demasiado alta en determinados tubos, será necesario adoptar medidas técnicas precisas para controlar
NormalaUNE 150008
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DESARROLLO DEL MARCO LEGAL Y REGLAMENTARIO: BLOQUE II
Análisis de riesgos
medioamientales
Sistema de gestión de
las fuentes de peligro
Contratación de una
garantia financiera
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GUÍA DE LA LEY 26/07 DE RESPONSABILIDAD MEDIOAMBIENTAL Y SU DESARROLLO REGLAMENTARIO
Por otra parte, la LRM atribuye una serie de facultades de intervención a la Administración pública
competente para que ésta pueda actuar con carácter directo y en cualquier momento.
Medidas de reparación
Son las acciones dirigidas a reparar, restaurar o reemplazar los recursos naturales dañados a consecuencia
de un suceso, acto u omisión que haya ocasionado un daño medioambiental. Comportan también la
adopción de las medidas provisionales necesarias para reparar, restaurar o reemplazar de forma inmediata
los recursos naturales y servicios de recursos naturales dañados. El operador debe someter a la aprobación
de la autoridad competente una propuesta de medidas reparadoras de los daños medioambientales
causados.
La reparación del daño medioambiental tendrá como finalidad devolver los recursos naturales y los
servicios de los recursos naturales dañados a su estado básico, para lo cual se identificarán el tipo, la
cantidad, la duración y la ubicación de las medidas reparadoras necesarias. Por ello, resulta imprescindible
determinar el daño medioambiental, lo que implica una serie de actuaciones encaminadas, en primer
lugar, a identificar el agente causante del daño y los recursos naturales y servicios dañados o afectados;
en segundo lugar, a cuantificar el daño en función de su extensión, intensidad y escala temporal; y
finalmente, a evaluar su significatividad, tal y como se puede ver en la siguiente Tabla, siguiendo el
contenido del Reglamento.
En caso de reparación de daños al suelo, se adoptarán las medidas necesarias para garantizar, como
mínimo, que se eliminen, controlen o reduzcan las sustancias, preparados, organismos o microorganismos
nocivos de que se trate, de modo que el suelo contaminado deje de suponer una amenaza significativa
de que se produzcan efectos adversos para la salud humana o para el medio ambiente. Si en dicha
reparación no se alcanzara el estado básico, deberá llevarse a cabo la recuperación hasta lograr dicho
estado. Los elementos clave del conjunto de los recursos naturales constituirán objetivos ineludibles de
la reparación.
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DESARROLLO DEL MARCO LEGAL Y REGLAMENTARIO: BLOQUE II
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GUÍA DE LA LEY 26/07 DE RESPONSABILIDAD MEDIOAMBIENTAL Y SU DESARROLLO REGLAMENTARIO
La reparación del daño medioambiental se consigue restituyendo el medio ambiente a su estado básico
mediante tres tipos de medidas reparadoras:
a).- Reparación primaria: toda medida correctora cuya finalidad primordial es restituir o aproximar
al máximo los recursos naturales o servicios de recursos naturales dañados a su estado básico.
b).- Reparación complementaria: toda medida correctora adoptada en relación con los recursos
naturales o los servicios de recursos naturales para compensar el hecho de que la reparación
primaria no haya dado lugar a la plena reparación de los recursos naturales o servicios de recursos
naturales dañados. Su finalidad principal es proporcionar un nivel de recursos naturales o servicios
de recursos naturales (inclusive, si procede, en un lugar alternativo) similar al que se habría
proporcionado si el lugar dañado se hubiera restituido a su estado básico. En la medida en que
sea posible y adecuado, el lugar alternativo deberá estar vinculado geográficamente al lugar
dañado, teniendo en cuenta los intereses de la población afectada.
c).- Reparación compensatoria: este tipo de reparación se efectuará para compensar las pérdidas
provisionales de recursos naturales o servicios de recursos naturales que tengan lugar desde la
fecha en que se produjo el daño hasta el momento en que la reparación primaria haya surtido
todo su efecto. Esta reparación compensatoria consiste en aportar mejoras adicionales a las
especies silvestres y los hábitats o a las aguas, ya sea en el lugar dañado o en un lugar alternativo,
y no en compensar económicamente al público.
Si la reparación primaria no da lugar a la restitución del medio ambiente a su estado básico, se efectuará
una reparación complementaria y, además, se realizará una reparación compensatoria para compensar
las pérdidas provisionales.
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DESARROLLO DEL MARCO LEGAL Y REGLAMENTARIO: BLOQUE II
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GUÍA DE LA LEY 26/07 DE RESPONSABILIDAD MEDIOAMBIENTAL Y SU DESARROLLO REGLAMENTARIO
BLOQUE 3:
RÉGIMEN ADMINISTRATIVO DE
RESPONSABILIDAD AMBIENTAL
El alcance de las obligaciones exigidas a los operadores por la LRM varía, de un lado, según se trate de
un supuesto de daño ambiental o de una amenaza de producción del mismo y, en el primer caso, según
medie o no dolo, culpa o negligencia. Y por otro lado, atendiendo a si las actividades económicas o
profesionales de las cuales deriva el daño o su amenaza se encuentran o no enumeradas en el Anexo
III de la Ley.
En los casos del Anexo III la responsabilidad se exige sin necesidad de que concurra dolo, culpa o
negligencia en el operador. Los que se dediquen a otras actividades también tienen el deber de reparar,
pero sólo cuando haya mediado dolo, culpa o negligencia. Eso sí, la obligación de prevenir y evitar daños
medioambientales se generaliza a todos los operadores, con independencia de que su actividad se
inserte o no en el Anexo III de la LRM.
La LRM habilita la actuación directa de la Administración para ejecutar por sí misma las medidas de
prevención, de evitación de nuevos daños o de reparación cuando así lo requiera la más eficaz protección
de los recursos naturales y concurran circunstancias que lo justifiquen.
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DESARROLLO DEL MARCO LEGAL Y REGLAMENTARIO: BLOQUE III
Como regla general, la ejecución de la ley corresponde a las CCAA en cuyo territorio se localicen los
daños causados o la amenaza inminente de daños, lo cual tiene algunas excepciones:
a).- Si el daño o amenaza afecta a cuencas hidrográficas gestionadas por el Estado o a bienes
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GUÍA DE LA LEY 26/07 DE RESPONSABILIDAD MEDIOAMBIENTAL Y SU DESARROLLO REGLAMENTARIO
de dominio público de titularidad estatal, será preceptivo que el órgano estatal competente
emita un informe vinculante en cuanto a las medidas de prevención, evitación o reparación que
se deban adoptar respecto de dichos bienes.
b).- Si en virtud de lo que disponga la legislación de aguas y de costas, corresponde a la
Administración General del Estado velar por la protección de los bienes de dominio público de
titularidad estatal y determinar las medidas preventivas, de evitación y de reparación de daños,
aquélla Administración aplicará la LRM en el ámbito de sus competencias.
c).- Si se ven afectados territorios de varias CCAA, o cuando deban actuar éstas y la Administración
General del Estado según las reglas anteriores, las Administraciones afectadas establecerán los
mecanismos de colaboración pertinentes para el adecuado ejercicio de las competencias que
la ley establece, ajustándose en todo caso a los principios de información mutua, cooperación
y colaboración.
d).- Por último, con carácter excepcional y cuando así lo requieran motivos de extraordinaria
gravedad o urgencia, la Administración General del Estado puede promover, coordinar o adoptar
cuantas medidas sean necesarias para evitar daños medioambientales irreparables o para
proteger la salud humana, con la colaboración de las CCAA y de acuerdo con sus respectivas
competencias.
En cuanto a las facultades de la Administración, ésta podrá adoptar por resolución motivada cualquiera
de las siguientes decisiones:
En estos supuestos en los que la autoridad ha adoptado por sí misma las medidas de prevención, evitación
o reparación, o las medidas adoptadas en caso de emergencia, exigirá al operador responsable la
obligación de satisfacer los costes generados, en un plazo de hasta 5 años a partir de la fecha más tardía
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DESARROLLO DEL MARCO LEGAL Y REGLAMENTARIO: BLOQUE III
La resolución por la que la autoridad competente decida tomar estas medidas deberá estar motivada
y dictada de acuerdo con el procedimiento recogido en la LRM, con la excepción de los supuestos de
emergencia.
Son responsables solidarios del pago de las obligaciones pecuniarias que resulten de la LRM los sujetos
a los que se refiere el artículo 42.2 LGT, que son los siguientes:
a).- Los que sean causantes o colaboren en la ocultación o transmisión de bienes o derechos
del obligado al pago con la finalidad de impedir la actuación de la Administración tributaria.
b).- Las que, por culpa o negligencia, incumplan las órdenes de embargo.
c).- Las que, con conocimiento del embargo, la medida cautelar o la constitución de la garantía,
colaboren o consientan en el levantamiento de los bienes o derechos embargados, o de aquellos
bienes o derechos sobre los que se hubiera constituido la medida cautelar o la garantía.
d).- Las personas o entidades depositarias de los bienes del deudor que, una vez recibida la
notificación del embargo, colaboren o consientan en el levantamiento de aquéllas.
La remisión efectuada a la LGT es inequívoca, por lo que deberá aplicarse a los anteriores supuestos,
y no a otros, por muy similares que sean. Esta solidaridad significa que el pago de la obligación puede
exigirse indistintamente a cualquiera de los responsables, y ello con independencia de la relación interna
existente entre ellos y sin perjuicio del derecho que asiste a quien haga el pago a exigir del resto la
parte proporcional de la obligación pecuniaria.
Cuando falla el deudor principal y, en su caso, los responsables solidarios, pueden entrar en juego los
responsables subsidiarios de los deberes y obligaciones pecuniarias, y éstos son los siguientes sujetos:
a).- Los gestores y administradores de hecho y de derecho de las personas jurídicas cuya
conducta ha sido determinante de la responsabilidad de éstas.
b).- Los gestores o administradores de aquellas personas jurídicas que hayan cesado en sus
actividades, en cuanto a los deberes y obligaciones pendientes en el momento de dicho cese,
siempre que no hubiesen hecho lo necesario para su cumplimiento o hubieran adoptado acuerdos
o tomado medidas causantes del incumplimiento.
c).- Los que sucedan por cualquier concepto al responsable en la titularidad o en el ejercicio de
la actividad causante del daño, dentro de los límites previstos en la LGT.
d).- Los integrantes de administraciones concursales y los liquidadores de personas jurídicas
que no hubieren realizado lo necesario para el cumplimiento de los deberes y de las obligaciones
devengados con anterioridad a tales situaciones.
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GUÍA DE LA LEY 26/07 DE RESPONSABILIDAD MEDIOAMBIENTAL Y SU DESARROLLO REGLAMENTARIO
B) RESPONSABILIDAD
SUBJETIVA
16). ¿EN QUÉ CASOS LA EMPRESA QUEDA EXIMIDA DE PAGAR LOS COSTES DEL DAÑO?
La empresa no estará obligada a sufragar los costes imputables a las medidas de prevención, de evitación
y de reparación de daños cuando demuestre que los daños medioambientales o la amenaza inminente
de tales daños se produjeron exclusivamente por:
La LRM también alude a dos supuestos adicionales que eximen a la empresa del coste imputable a las
medidas reparadoras (sí, por tanto, tendrá que soportar el coste de medidas de prevención y evitación)
siempre que no haya incurrido en dolo o negligencia:
a).- Cuando la emisión o el hecho directamente causante del daño medioambiental sea el objeto
expreso y específico de una autorización administrativa otorgada de conformidad con la
normativa aplicable a las actividades enumeradas en el Anexo III, siempre que el operador se
haya ajustado estrictamente en el desarrollo de su actividad a las determinaciones o condiciones
establecidas al efecto en dicha autorización y a la normativa que le sea aplicable en el momento
de producirse la emisión o el hecho causante del daño medioambiental.
b).- Cuando el daño medioambiental fue causado por una actividad, una emisión, o la utilización
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DESARROLLO DEL MARCO LEGAL Y REGLAMENTARIO: BLOQUE III
La LRM entró en vigor el 25 de octubre de 2007, pero sus efectos se retrotraen al 30 de abril de 2007
salvo en lo relativo a las garantías financieras (no obligatorias antes del 30 de abril de 2010) y al régimen
sancionador (pues el artículo 9.3 CE garantiza la irretroactividad de las disposiciones sancionadoras
no favorables o restrictivas de derechos individuales).
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GUÍA DE LA LEY 26/07 DE RESPONSABILIDAD MEDIOAMBIENTAL Y SU DESARROLLO REGLAMENTARIO
de 2007.
b).- Aquéllos causados por una emisión, suceso o incidente producido con posterioridad al 30
de abril de 2007 derivados de una actividad específica realizada y concluida antes de dicha
fecha.
La LRM tampoco es aplicable a los daños medioambientales si han transcurrido 30 años desde que tuvo
lugar la emisión, el suceso o el incidente que los causó. Se trata de un plazo de caducidad (no susceptible
de interrupción) y que puede suscitar dudas especiales en aquellos casos, bastante frecuentes, en los
que los daños medioambientales sean continuados. Para resolver estos supuestos, la LRM dispone que
el plazo se computará desde el día en el que haya terminado por completo o se haya producido por
última vez la emisión, el suceso o el incidente causante del daño.
La actuación directa de la Administración tiene carácter facultativo. Las circunstancias que pueden dar
lugar a ella son las siguientes:
La autoridad competente recuperará los costes en los que incurra por la adopción de estas medidas
del operador o del tercero causante del daño o de la amenaza.
Ante casos de emergencia la autoridad puede actuar sin necesidad de tramitar el procedimiento que
contempla la LRM para fijar las medidas reparadoras, de evitación o de reparación de los daños
medioambientales o para exigir su adopción. Lo que prevalece es el principio de protección medioambiental
y de acción preventiva o reparadora conforme a los criterios de eficacia e inmediatez. Desaparecida
la situación de emergencia, la Administración tramitará el procedimiento legalmente establecido
garantizando la participación de los interesados y el derecho de audiencia. La resolución que dicte fijará
la cuantía de los costes de las medidas objeto de actuación directa y los obligados a pagarlos.
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DESARROLLO DEL MARCO LEGAL Y REGLAMENTARIO: BLOQUE IV
BLOQUE 4:
GARANTÍAS FINANCIERAS
19). ¿EN QUÉ CASOS LA EMPRESA DEBE CONSTITUIR UNA GARANTÍA FINANCIERA?
Como regla general, los operadores de las actividades incluidas en el Anexo III de la LRM deberán
disponer de una garantía financiera que les permita hacer frente a la responsabilidad medioambiental
inherente a la actividad o actividades que pretendan desarrollar. Se trata de un requisito imprescindible
con el que se pretende asegurar que el operador disponga de los recursos económicos suficientes para
afrontar los costes derivados de la adopción de medidas de prevención, de evitación y de reparación
de los daños medioambientales.
La exigencia de garantía financiera tiene unos umbrales que pretenden evitar notables exigencias
económicas para las PYMES y empresas que tengan implantados sistemas de gestión medioambiental.
Así, no es necesario constituir una garantía financiera obligatoria en los siguientes casos:
a).- Los operadores de aquellas actividades susceptibles de ocasionar daños cuya reparación
se evalúe por una cantidad inferior a 300.000 euros.
b).- Los operadores de actividades susceptibles de ocasionar daños cuya reparación se evalúe
por una cantidad comprendida entre 300.000 y 2.000.000 de euros que acrediten mediante
la presentación de certificados expedidos por organismos independientes, que están adheridos
con carácter permanente y continuado, bien al sistema comunitario de gestión y auditoría
medioambientales (EMAS), o bien al sistema de gestión medioambiental UNE-EN ISO 14001:1996.
c).- La utilización de productos fitosanitarios y biocidas con fines agropecuarios y forestales.
La garantía financiera deberá quedar constituida desde la fecha en que surta efecto la autorización
necesaria para el ejercicio de la actividad y permanecerá en vigor durante hasta que ésta pueda
considerarse finalizada conforme a lo dispuesto en la normativa sectorial aplicable, con independencia
de los posibles cambios que puedan producirse en la modalidad de la garantía o de la entidad financiera
o aseguradora con que ésta se suscriba.
La garantía financiera la determina la autoridad competente según la intensidad y extensión del daño
que la actividad de la empresa pueda causar, a partir de una evaluación homogénea de los escenarios
de riesgos y de los costes de reparación asociados a cada una de ellos, de donde resultará una delimitación
uniforme de la definición de las coberturas que resulten necesarias para cada actividad o para cada
instalación.
11 Estos umbrales deberán ser derivados por el Gobierno de España, que elaborará un informe antes del 31 de Diciembre de 2015 proponiendo su mantenimiento o
modificación. Las CCAA pueden fijar niveles de menor cuantía o incluso eliminar estas excepciones, de forma que el operador de una actividad del Anexo III tenga
en todo caso que constituir la garantia financiera.
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GUÍA DE LA LEY 26/07 DE RESPONSABILIDAD MEDIOAMBIENTAL Y SU DESARROLLO REGLAMENTARIO
a).- La cantidad que deberá estar garantizada, como mínimo, no limitará las responsabilidades
establecidas en la LRM.
b).- Esta garantía será ajena e independiente de la cobertura de cualquier otra responsabilidad
penal, civil, administrativa, u otras, y no quedará reducida o agotada por gastos, reclamaciones
o exigencias no relacionadas con las responsabilidades medioambientales.
c).- Tendrán la consideración de sujeto garantizado tanto el operador de la actividad económica
o profesional, y los subcontratistas y los profesionales que colaboren con el operador en la
realización de la actividad autorizada.
d).- La garantía tiene que contemplar la cobertura de los siguientes costes:
- Los derivados de las obligaciones del operador en materia de prevención y de evitación
de nuevos daños, siempre que el daño que se pretenda evitar o limitar haya sido originado
por la contaminación.
- Los derivados de las obligaciones del operador en materia de reparación, siempre que
el daño que se pretenda evitar o limitar haya sido originado por contaminación.
e).- La cobertura de dicha garantía financiera nunca será superior a 20 millones de euros y se
aplicará como límite por evento y anualidad.
f).- La cuantía garantizada será independiente de la que pueda respaldar actividades que sean
objeto de autorizaciones diferentes, sin que pueda ser objeto de pignoración o hipoteca, total
o parcial.
g).- El ámbito temporal de la garantía podrá limitarse de tal forma que queden incluidas aquellas
responsabilidades en las que conjuntamente se den las siguientes circunstancias:
- Que el comienzo de la emisión causante de la contaminación o bien el comienzo de la
situación de riesgo inminente de contaminación sea identificado y se demuestre que ha
ocurrido dentro del período de la garantía.
- Que la primera manifestación constatable de la contaminación se haya producido
dentro del período de la garantía o del plazo de tres años a contar desde la terminación
de la misma.
- Que la reclamación del operador por la contaminación haya tenido lugar dentro del
período de garantía o dentro del plazo de tres años a contar desde la terminación de
la misma.
1).- Póliza de seguro suscrita con una entidad aseguradora autorizada para operar en España y con el
siguiente alcance y contenido:
a).- Sujetos garantizados. El operador será quien se configure como tomador del seguro y
asegurado principal, sin perjuicio de que la póliza pueda extenderse a administradores sociales,
directivos y empleados al servicio de la empresa sometidos a una relación laboral.
b).- Concepto por el que se asegura. La obligación de reparar los daños ambientales causados
en el ejercicio de alguna de las actividades contempladas en el Anexo III, con el carácter de
garantía financiera obligatoria.
c).- La suma asegurada. Los límites cuantitativos de la garantía quedan pendientes, como ya se
ha señalado, de la determinación que realice la autoridad competente aplicando los criterios y
el método establecido en el Reglamento de valoración de daños. Aunque la cuantía se determina
con el carácter de mínimo, nunca superior a 20 millones de Euros, de forma voluntaria y si el
51
DESARROLLO DEL MARCO LEGAL Y REGLAMENTARIO: BLOQUE IV
mercado asegurador así lo acepta, podrían suscribirse límites superiores. Se contempla también
la posibilidad de establecer sublímites específicos, no inferiores al 10% de la suma asegurada,
para las obligaciones de prevención y evitación de daños.
d).- La franquicia. La LRM contempla la posibilidad de que quede a cargo del operador, en
concepto de franquicia, una cantidad que no supere el 0,5% de la cuantía a garantizar que en
cada caso se fije.
e).- La fecha de vigencia y duración de la garantía. La garantía quedará constituida desde la
fecha en que surta efectos la autorización necesaria para el ejercicio de la actividad y el operador
deberá mantener la garantía en vigor durante todo el período de actividad, sin perjuicio de que,
como es habitual, los seguros se suscriban por un período anual.
f).- La instalación garantizada-asegurada. El hecho de que el importe de la garantía se fije a
través de un método basado en criterios técnicos de evaluación de los escenarios de riesgos y
costes de reparación medioambientales implica que cada instalación obligada, sometida a una
autorización o licencia, deberá contratar una póliza independiente y exclusiva.
g).- Objeto y alcance del seguro. Atender los costes de prevención, evitación y reparación de
daños ambientales originados por una contaminación que se produzca de forma accidental y
aleatoria, es decir, que sea extraordinaria y que no se haya generado por ninguna de las siguientes
causas:
- Actos intencionados.
- Funcionamiento normal.
- Hechos previstos y consentidos.
- Incumplimiento de las normas por el asegurado.
- Mala utilización o falta de mantenimiento o reparación consciente.
- Abandono de instalación sin adopción de medidas.
- Alborotos, motines, huelgas, disturbios, sabotajes y actos de terrorismo o bandas
armadas.
2).- Aval bancario concedido por alguna entidad financiera autorizada para operar en España. En este
caso, el aval podrá ser otorgado por bancos, cajas de ahorro, cooperativas de crédito, sociedades de
garantía recíproca o establecimientos financieros de crédito. Si esta garantía se constituye a favor de
la Administración General del Estado se depositará en la Caja General de Depósitos o en alguna de sus
sucursales, encuadradas en las Delegaciones de Economía y Hacienda, y se ajustará a los requisitos
establecidos en el RD 161/1997. Cuando la garantía se constituya a favor de una CCAA, se depositará
en el órgano que disponga a tal efecto la CCAA y se ajustará a los requisitos específicos previstos en
su normativa reguladora.
3).- Reserva técnica mediante la dotación de un fondo ad hoc con materialización en inversiones
financieras respaldadas por el sector público. Esta posibilidad no se trata más que de una retención del
riesgo que, en lugar de afrontarse como gasto en el momento de realizarse el siniestro, se configura
como un fondo de autoseguro, reflejándose en el pasivo del balance empresarial. El operador podrá
constituir la reserva técnica en el plazo máximo de 5 años desde que la garantía financiera sea exigible.
Hasta dicha fecha, la responsabilidad medioambiental se cubrirá con cualquiera de las otras dos
modalidades de garantías financieras. Esta reserva se reflejará en la contabilidad de la empresa en una
cuenta denominada «Reserva técnica de responsabilidad medioambiental». La materialización de la
reserva técnica tendrá que garantizar el valor de la cuenta de la garantía en términos nominales.
Las anteriores modalidades podrán ser alternativas o complementarias entre sí, tanto en su cuantía
como en los hechos garantizados; se puede utilizar una fórmula mixta, como por ejemplo, cubrir una
parte de la garantía con una póliza de seguro y otra parte con un aval. Sea como fuere, la garantía tiene
52
GUÍA DE LA LEY 26/07 DE RESPONSABILIDAD MEDIOAMBIENTAL Y SU DESARROLLO REGLAMENTARIO
a).- Los derivados de las obligaciones del operador en materia de prevención y de evitación de
nuevos daños, siempre que el daño que se pretenda evitar o limitar haya sido originado por la
contaminación.
b).- Los derivados de las obligaciones del operador en materia de reparación, siempre que el
daño que se pretenda evitar o limitar haya sido originado por contaminación.
De todos estos instrumentos financieros, el seguro es el único en que el riesgo garantizado se transfiere
del pasivo de la empresa.
La concreción del importe de la garantía financiera depende del análisis de riesgos medioambientales,
consistente en una evaluación en la que el operador:
Este análisis debe acometerlo la empresa directamente o, lo que será más habitual, un tercero contratado
por aquélla (por ejemplo, una consultora medioambiental) con arreglo a la metodología prevista en el
Reglamento y en la norma UNE 150008 u otras equivalentes, y debe ser verificado por un organismo
acreditado. El verificador comprobará que el informe se ha realizado conforme a dicha norma o modelo
técnico equivalente que sirva como referencia; la veracidad y trazabilidad de los datos empleados para
la elaboración del análisis de riesgos; y la garantía de que los modelos, las herramientas y las técnicas
utilizadas son solventes para el ámbito de aplicación del análisis.
La cuantía mínima que se haya de garantizar se actualizará en los términos en que se indique en la
póliza o en el correspondiente instrumento de constitución de garantía financiera. El operador podrá
solicitar la actualización de la cuantía cuando actualice su análisis de riesgos.
La garantía financiera por responsabilidad medioambiental se establecerá por cada actividad
económica o profesional, o autorización relacionadas en el Anexo III de la LRM. Cuando el operador
53
DESARROLLO DEL MARCO LEGAL Y REGLAMENTARIO: BLOQUE IV
desarrolle su actividad en más de una instalación, con independencia de que esté sujeta a la misma o
a distintas autorizaciones, podrá elegir entre una de estas dos opciones:
Cuando el operador desarrolle en una sola instalación actividades diferentes de las contempladas en
el Anexo III de la LRM, podrá cubrir sus responsabilidades con un solo instrumento de garantía financiera.
Si un operador desarrolla actividades incluidas en el Anexo III de la LRM, y otras que no lo están,
utilizando para ambas las mismas instalaciones, medios de transporte o personal, podrá admitirse que
quede incluida en la garantía la responsabilidad que pueda generarse con el conjunto de actividades
en las que concurra dicha circunstancia.
Por último, si la garantía se agotara o redujera en más de un cincuenta por ciento, el operador deberá
reponerla en un plazo de 6 meses.
54
GUÍA DE LA LEY 26/07 DE RESPONSABILIDAD MEDIOAMBIENTAL Y SU DESARROLLO REGLAMENTARIO
COSTES CUBIERTOS
Los operadores contemplados en el Anexo III de la LRM están obligados a realizar el análisis de riesgos
para saber si están sujetos a garantía financiera obligatoria o si, por el contrario, están exentos. Los
parámetros de determinación del daño medioambiental son los siguientes:
55
DESARROLLO DEL MARCO LEGAL Y REGLAMENTARIO: BLOQUE IV
56
GUÍA DE LA LEY 26/07 DE RESPONSABILIDAD MEDIOAMBIENTAL Y SU DESARROLLO REGLAMENTARIO
Sin embargo, el Reglamento flexibiliza el sistema de cálculo de las garantías financieras y contempla
una serie de instrumentos pensados para facilitar la confección de los análisis de riesgos y reducir su
coste:
Los MIRAT tendrán que incorporar todas las tipologías de actividades e instalaciones del sector
en todos los escenarios accidentales relevantes en relación con los medios receptores. Los
criterios y guías recogidas en los MIRAT deberán particularizarse para la realidad del entorno y
emplazamiento específico donde se ubique la instalación o actividad. Esa particularización es
fundamental para tener en cuenta las características medioambientales del entorno potencialmente
afectado por la actividad.
El Ministerio de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino difundirá los MIRAT o las guías
metodológicas que informe la Comisión Técnica de Prevención y Reparación de Riesgos Medio-
ambientales. Está previsto que la aprobación de los MIRAT se ajuste al calendario previsto en la
LRM para la aplicación de la garantía financiera (a partir de abril de 2010).
a).- El cumplimiento de la norma UNE 150.008 o norma equivalente que sirva de referencia.
57
DESARROLLO DEL MARCO LEGAL Y REGLAMENTARIO: BLOQUE IV
b).- La trazabilidad de los datos de partida empleados para la elaboración del análisis de riesgos.
c).- La garantía de que los modelos, las herramientas y las técnicas utilizadas en el marco del
método establecidos por los estándares de la norma UNE 150.008 o equivalente, gozan de
reconocimiento internacional por parte de la comunidad técnico-científica, o son considerados
como solventes para el ámbito de aplicación del análisis.
El Fondo también cubrirá las obligaciones que correspondan a aquellos operadores que hayan suscrito
un seguro y cuya entidad aseguradora hubiera sido declarada en concurso o, habiendo sido disuelta, y
encontrándose en situación de insolvencia, estuviese sujeta a un procedimiento de liquidación intervenida
o ésta hubiera sido asumida por el propio Consorcio de Compensación de Seguros. Cubrirá las
responsabilidades hasta los importes determinados por las Autoridades Ambientales para cada actividad,
con el límite máximo del importe total constituido en el Consorcio.
Por otra parte, el Fondo estatal de reparación de daños ambientales se destina a sufragar los costes
derivados de medidas de prevención, de evitación o de reparación de los bienes de dominio público de
58
GUÍA DE LA LEY 26/07 DE RESPONSABILIDAD MEDIOAMBIENTAL Y SU DESARROLLO REGLAMENTARIO
titularidad estatal, en aquellos supuestos en los que los operadores no estén obligados a sufragar los
costes. Este Fondo presenta tres características:
a).- Es un Fondo de naturaleza pública gestionado por el Ministerio de Medio Ambiente, Medio
Rural y Marino, financiándose con recursos procedentes de los Presupuestos Generales del
Estado.
b).- Presenta una naturaleza alternativa, ya que es operativo cuando no procede la aplicación
del régimen general de responsabilidad ambiental.
c).- Es un Fondo restringido en cuanto a su ámbito de aplicación, pues no se extiende a todos
los daños ambientales, sino solamente a bienes de dominio público de titularidad estatal en
determinadas condiciones.
d).- Se trata de un Fondo que queda abierto a la participación de las CCAA a través de los
instrumentos de colaboración entre las diferentes Administraciones previstos en la legislación
vigente. Así, las CCAA podrán participar en su financiación y gestión, en cuyo caso el ámbito de
cobertura podrá ampliarse a otros daños.
B) RESPONSABILIDAD
SUBJETIVA
59
DESARROLLO DEL MARCO LEGAL Y REGLAMENTARIO: BLOQUE V
BLOQUE 5:
El régimen sancionador de la LRM prevé la imposición de sanciones a personas físicas y jurídicas privadas
que sean operadores de actividades económicas o profesionales y que resulten responsables de los
mismos. Las infracciones tipificadas definen aquellos comportamientos que constituyen incumplimientos
de las obligaciones impuestas a los operadores, agrupándolas en dos categorías: graves y muy graves
(no existen las leves), atendiendo a los perjuicios, mayores o menores, que para los recursos naturales
pueden derivarse tales conductas.
Las sanciones prevén multas que oscilan entre los 50.001 y los 2 millones de euros, en el caso de
infracción muy grave, y entre los 10.001 y los 50.000 de euros, en el caso de las infracciones graves.
Además, se prevé en ambos casos la posibilidad de suspender la autorización concedida al operador
por un período máximo de 2 años en las infracciones muy graves y de uno en el caso de las infracciones
graves.
60
GUÍA DE LA LEY 26/07 DE RESPONSABILIDAD MEDIOAMBIENTAL Y SU DESARROLLO REGLAMENTARIO
B) RESPONSABILIDAD
SUBJETIVA
61
DESARROLLO DEL MARCO LEGAL Y REGLAMENTARIO: BLOQUE V
B) RESPONSABILIDAD
SUBJETIVA
a).- Toda persona física o jurídica en la que concurra alguna de las siguientes circunstancias:
- Que sean titulares de derechos o intereses legítimos individuales o colectivos.
- Que, sin haber iniciado el procedimiento, tengan derechos que puedan resultar afectados
por la decisión que en el mismo se adopte.
- Que tengan intereses legítimos, individuales o colectivos, que puedan resultar afectados
por la resolución y se personen en el procedimiento en tanto no haya recaído resolución
definitiva.
b).- Cualesquiera personas jurídicas sin ánimo de lucro que tengan entre sus fines estatutarios
la protección del medio ambiente en general o de alguno de sus elementos en particular, siempre
que se hubieran constituido legalmente al menos 2 años antes del ejercicio de la acción y que
vengan ejerciendo de modo activo las actividades necesarias para alcanzar sus fines estatutarios,
y que según sus estatutos desarrollen su actividad en un ámbito territorial que resulte afectado
por el daño medioambiental o la amenaza de daño. Las asociaciones y organizaciones represen-
tativas de intereses económicos y sociales, serán titulares de intereses legítimos colectivos en
los términos que la Ley reconozca.
c).- Los titulares de terrenos en que se deban realizar las medidas de prevención, evitación o
62
GUÍA DE LA LEY 26/07 DE RESPONSABILIDAD MEDIOAMBIENTAL Y SU DESARROLLO REGLAMENTARIO
Los interesados tienen otras facultades reconocidas en la LRM como por ejemplo: formular alegaciones
y aportar información que consideren relevante en el marco del correspondiente procedimiento; ser
recibidos en audiencia por la autoridad competente para alegar lo que estimen conveniente o aportar
la documentación adicional oportuna; solicitar medidas preventivas o de evitación, o provisionales; así
como instar la ejecución forzosa de las resoluciones administrativas que impongan el deber de realizar
medidas de prevención, evitación o reparación. Al margen de estos derechos, los interesados tendrán
todos aquellos derechos que la legislación general reconoce a favor de los administrados en el marco
de cualquier procedimiento, a lo que habrá que añadir aquéllos otros que puedan contemplar las CCAA
en sus respectivas legislaciones.
Vaya por delante que durante el curso del procedimiento los ciudadanos se encuentran facultados para
solicitar a la Administración la información de la que disponga sobre los daños medioambientales y
sobre las medidas de prevención, de evitación o de reparación de tales daños. De este modo, cualquier
persona puede ejercer ese derecho de acceso a la información ambiental que obre en poder de las
autoridades públicas o en el de otros sujetos en su nombre, sin que para ello estén obligados a declarar
un interés determinado, cualquiera que sea su nacionalidad, domicilio o sede. La información sobre los
daños y sobre las medidas de prevención, evitación o reparación de tales daños entra de lleno en el
concepto de «información ambiental» que la propia LRM contempla.
12 LEY 27/2006, de 18 de Julio por la que se regulan los derechos de acceso a la información , participación pública y acceso a la justicia en materia de medio ambiente
( Ley Aarhus) 63
DESARROLLO DEL MARCO LEGAL Y REGLAMENTARIO: BLOQUE V
que haya de realizar la autoridad competente, aún a costa del responsable. Dichas medidas pueden ser
modificadas durante su tramitación, de oficio o a petición de parte, y se extinguirán en todo caso con
la resolución administrativa que ponga fin al procedimiento.
El procedimiento finaliza por medio de resolución administrativa, que declarará (de forma expresa y
motivada) la existencia o no de responsabilidad por parte del operador/es implicado/s. La resolución
administrativa que declare la responsabilidad deberá contener los siguientes datos:
Dicho lo anterior, cabe la posibilidad de que la conclusión del procedimiento se produzca en cualquier
momento de forma convencional, lo que ocurrirá cuando la Administración y la empresa suscriban un
acuerdo sobre el contenido de la resolución final del procedimiento. Esta concertación puede resultar
una vía útil al existir la oportunidad de dar una respuesta ágil y eficaz a determinados problemas aunando
voluntades para lograr una solución lo más satisfactoria posible para todas las partes implicadas. La
LRM prevé el uso de este instrumento como vía para concretar el contenido final de la resolución
administrativa, pero no como alternativa a la misma, pudiendo ser objeto de acuerdo los siguientes
extremos:
a).- El contenido y alcance de las medidas que se deban adoptar por el responsable o responsables.
b).- La forma de su ejecución.
c).- Las fases y prioridades y los plazos parciales y totales de ejecución.
d).- Los medios de dirección o control administrativo.
e).- Las garantías de cumplimiento y cuantas contribuyan a asegurar la efectividad y la viabilidad
de las medidas.
f).- Las medidas que deba ejecutar la autoridad competente, a costa de los responsables.
Las negociaciones pueden comenzar a iniciativa de la autoridad competente o del operador responsable,
suspendiéndose el plazo para resolver por un período máximo de dos meses (plazo que no es básico).
Una vez transcurrido dicho plazo sin haberse alcanzado un acuerdo, la autoridad competente deberá
continuar la tramitación del procedimiento hasta su terminación. Si se adopta un acuerdo, éste será
vinculante para los firmantes, teniendo en cuenta las siguientes particularidades:
64
GUÍA DE LA LEY 26/07 DE RESPONSABILIDAD MEDIOAMBIENTAL Y SU DESARROLLO REGLAMENTARIO
TIPOS DE REPARACIÓN
Según la LRM, las infracciones graves prescribirán a los 2 años y las muy graves a los 3, cuyo plazo
65
DESARROLLO DEL MARCO LEGAL Y REGLAMENTARIO: BLOQUE V
empezará a contarse desde el día en el que la infracción se hubiese cometido o, cuando se trate de una
actividad continuada, desde su finalización.
Las sanciones graves también prescribirán a los dos años y las muy graves a los tres, y el plazo se
computará desde el día siguiente a aquél en el que adquiera firmeza la resolución por la que impone
la sanción.
66
GUÍA DE LA LEY 26/07 DE RESPONSABILIDAD MEDIOAMBIENTAL Y SU DESARROLLO REGLAMENTARIO
DOCUMENTACIÓN
COMPLEMENTARIA
1. ESTRUCTURA DE LA LRM Y DEL REGLAMENTO
CAPÍTULOS
DISPOSICIONES ADICIONALES
67
DOCUMENTACIÓN COMPLEMENTARIA: ESTRUCTURA DE LA LRM Y DEL REGLAMENTO
ANEXOS
CAPÍTULOS
DISPOSICIONES ADICIONALES
Disposición adicional 1ª: Remisión de información a la Comisión técnica de prevención y reparación de daños medioambientales
Disposición adicional 2ª: Régimen económico de la Comisión técnica de prevención y reparación de daños medioambientales
Disposición adicional 3ª: Adaptación de los seguros existentes
Disposición adicional 4ª: Revisión del método para la fijación de la cuantía de la garantía financiera y para la reparación del daño
medioambiental
Disposición adicional 5ª: Reconocimiento de las garantías financieras de responsabilidad medioambiental de otro Estado miembro
de la Unión Europea
Disposición adicional 6ª: Adaptación de análisis de riesgos ambientales existentes
ANEXOS
68
GUÍA DE LA LEY 26/07 DE RESPONSABILIDAD MEDIOAMBIENTAL Y SU DESARROLLO REGLAMENTARIO
1. La explotación de instalaciones sujetas a una autorización de conformidad con la Ley 16/2002, de 1 de julio, de Prevención y
Control Integrados de la Contaminación. Esto incluye todas las actividades enumeradas en su Anexo I, salvo las instalaciones o
partes de instalaciones utilizadas para la investigación, elaboración y prueba de nuevos productos y procesos.
1.1 Instalaciones de combustión con una potencia térmica de combustión superior a 50 MW:
a. Instalaciones de producción de energía eléctrica en régimen ordinario o en régimen especial, en las que se
produzca la combustión de combustibles fósiles, residuos o biomasa.
b. Instalaciones de cogeneración, calderas, hornos, generadores de vapor o cualquier otro equipamiento o
instalación de combustión existente en una industria, sea ésta o no su actividad principal.
1.2 Refinerías de petróleo y gas:
c. Instalaciones para el refino de petróleo o de crudo de petróleo.
d. Instalaciones para la producción de gas combustible distinto del gas natural y gases licuados del petróleo.
1.3 Coquerías.
1.4 Instalaciones de gasificación y licuefacción de carbón.
13 Con el fin de facilitar su comprensión, se ofrece el contenido del anexo III de la LRM en su versión consolidada, incluyendo la relación de instalaciones sujetas a
una autorización que se enumeran en el anexo 1 de la Ley 16/2002, de 1 de julio, de Prevención y Control Integrados de la Contaminación.
69
DOCUMENTACIÓN COMPLEMENTARIA: ANEXO III
2.6 Instalaciones para el tratamiento de superficie de metales y materiales plásticos por procedimiento electrolítico o
químico, cuando el volumen de las cubetas o de las líneas completas destinadas al tratamiento empleadas sea superior
a 30 m3.
3. Industrias minerales.
3.1 Instalaciones de fabricación de cemento y/o clínker en hornos rotatorios con una capacidad de producción superior
a 500 toneladas diarias, o de cal en hornos rotatorios con una capacidad de producción superior a 50 toneladas por
día, o en hornos de otro tipo con una capacidad de producción superior a 50 toneladas por día.
3.2 Instalaciones para la obtención de amianto y para la fabricación de productos a base de amianto.
3.3 Instalaciones para la fabricación de vidrio incluida la fibra de vidrio, con una capacidad de fusión superior a 20
toneladas por día.
3.4 Instalaciones para la fundición de materiales minerales, incluida la fabricación de fibras minerales con una capacidad
de fundición superior a 20 toneladas por día.
3.5 Instalaciones para la fabricación de productos cerámicos mediante horneado, en particular tejas, ladrillos, refractarios,
azulejos o productos cerámicos ornamentales o de uso doméstico, con una capacidad de producción superior a 75
toneladas por día, y/o una capacidad de horneado de más de 4 m3 y de más de 300 kg/m3 de densidad de carga por
horno.
4. Industrias químicas.
La fabricación, a efectos de las categorías de actividades de esta Ley, designa la fabricación a escala industrial, mediante
transformación química de los productos o grupos de productos mencionados en los epígrafes 4.1 a 4.6.
4.1 Instalaciones químicas para la fabricación de productos químicos orgánicos de base, en particular:
a. Hidrocarburos simples (lineales o cíclicos, saturados o insaturados, alifáticos o aromáticos).
b. Hidrocarburos oxigenados, tales como alcoholes, aldehídos, cetonas, ácidos orgánicos, ésteres, acetatos,
éteres, peróxidos, resinas epóxi.
c. Hidrocarburos sulfurados.
d. Hidrocarburos nitrogenados, en particular, aminas, amidas, compuestos nitrosos, nítricos o nitratos, nitrilos,
cianatos e isocianatos.
e. Hidrocarburos fosforados.
f. Hidrocarburos halogenados.
g. Compuestos orgánicos metálicos.
h. Materias plásticas de base (polímeros, fibras sintéticas, fibras a base de celulosa).
i. Cauchos sintéticos.
j. Colorantes y pigmentos.
k. Tensioactivos y agentes de superficie.
4.2 Instalaciones químicas para la fabricación de productos químicos inorgánicos de base, como:
l. Gases y, en particular, el amoníaco, el cloro o el cloruro de hidrógeno, el flúor o floruro de hidrógeno, los óxidos
de carbono, los compuestos de azufre, los óxidos del nitrógeno, el hidrógeno, el dióxido de azufre, el dicloruro
de carbonilo.
m. Ácidos y, en particular, el ácido crómico, el ácido fluorhídrico, el ácido fosfórico, el ácido nítrico, el ácido
clorhídrico, el ácido sulfúrico, el ácido sulfúrico fumante, los ácidos sulfurados.
n. Bases y, en particular, el hidróxido de amonio, el hidróxido potásico, el hidróxido sódico.
o.Sales como el cloruro de amonio, el clorato potásico, el carbonato potásico (potasa), el carbonato sódico (sosa),
los perboratos, el nitrato argéntico.
70
GUÍA DE LA LEY 26/07 DE RESPONSABILIDAD MEDIOAMBIENTAL Y SU DESARROLLO REGLAMENTARIO
p. No metales, óxidos metálicos u otros compuestos inorgánicos como el carburo de calcio, el silicio, el carburo
de silicio.
4.3 Instalaciones químicas para la fabricación de fertilizantes a base de fósforo, de nitrógeno o de potasio (fertilizantes
simples o compuestos).
4.4 Instalaciones químicas para la fabricación de productos de base fitofarmacéuticos y de biocidas.
4.5 Instalaciones químicas que utilicen un procedimiento químico o biológico para la fabricación de medicamentos de
base.
4.6 Instalaciones químicas para la fabricación de explosivos.
5. Gestión de residuos.
Se excluyen de la siguiente enumeración las actividades e instalaciones en las que, en su caso, resulte de aplicación lo establecido
en el artículo 14 de la Ley 10/1998, de 21 de abril, de Residuos.
5.1 Instalaciones para la valorización de residuos peligrosos, incluida la gestión de aceites usados, o para la eliminación
de dichos residuos en lugares distintos de los vertederos, de una capacidad de más de 10 toneladas por día.
5.2 Instalaciones para la incineración de los residuos municipales, de una capacidad de más de 3 toneladas por hora.
5.3 Instalaciones para la eliminación de los residuos no peligrosos, en lugares distintos de los vertederos, con una
capacidad de más de 50 toneladas por día.
5.4 Vertederos de todo tipo de residuos que reciban más de 10 toneladas por día o que tengan una capacidad total de
más de 25.000 toneladas con exclusión de los vertederos de residuos inertes.
7. Industria textil.
7.1 Instalaciones para el tratamiento previo (operaciones de lavado, blanqueo, mercerización) o para el tinte de fibras
o productos textiles cuando la capacidad de tratamiento supere las 10 toneladas diarias.
8.1 Instalaciones para el curtido de cueros cuando la capacidad de tratamiento supere las 12 toneladas de productos
acabados por día.
71
DOCUMENTACIÓN COMPLEMENTARIA: ANEXO III
10.1 Instalaciones para el tratamiento de superficies de materiales, de objetos o productos con utilización de disolventes
orgánicos, en particular para aprestarlos, estamparlos, revestirlos y desengrasarlos, impermeabilizarlos, pegarlos,
enlacarlos, limpiarlos o impregnarlos, con una capacidad de consumo de más de 150 Kg de disolvente por hora o más
de 200 toneladas/año.
11.1 Instalaciones para la fabricación de carbono sinterizado o electrografito por combustión o grafitación.
Igualmente incluye cualesquiera otras actividades y establecimientos sujetos al ámbito de aplicación del Real Decreto 1254/1999,
de 16 de julio, por el que se aprueban medidas de control de los riesgos inherentes a los accidentes graves en los que intervengan
sustancias peligrosas.
2. Las actividades de gestión de residuos, como la recogida, el transporte, la recuperación y la eliminación de residuos y de residuos
peligrosos, así como la supervisión de tales actividades, que estén sujetas a permiso o registro de conformidad con la Ley 10/1998,
de 21 de abril.
Estas actividades incluyen, entre otras cosas, la explotación de vertederos y la gestión posterior a su cierre de conformidad con
el Real Decreto 1481/2001, de 27 de diciembre, por el que se regula la eliminación de residuos mediante depósito en vertedero y
la explotación de instalaciones de incineración, según establece el Real Decreto 653/2003, de 30 de mayo, sobre incineración de
residuos.
3. Todos los vertidos en aguas interiores superficiales sujetas a autorización previa de conformidad con el Real Decreto 849/1986,
de 11 de abril, por el que se aprueba el Reglamento del Dominio Público Hidráulico y la legislación autonómica aplicable.
4. Todos los vertidos en las aguas subterráneas sujetas a autorización previa de conformidad con el Real Decreto 849/1986, de 11
de abril, y la legislación autonómica aplicable.
5. Todos los vertidos en aguas interiores y mar territorial sujetos a autorización previa de conformidad con lo dispuesto en la Ley
22/1988, de 28 de julio, de Costas y en la legislación autonómica aplicable.
6. El vertido o la inyección de contaminantes en aguas superficiales o subterráneas sujetas a permiso, autorización o registro de
72
GUÍA DE LA LEY 26/07 DE RESPONSABILIDAD MEDIOAMBIENTAL Y SU DESARROLLO REGLAMENTARIO
conformidad con el Real Decreto Legislativo 1/2001, de 20 de julio, por el que se aprueba el Texto Refundido de la Ley de Aguas.
7. La captación y el represamiento de aguas sujetos a autorización previa de conformidad con el Real Decreto Legislativo 1/2001,
de 20 de julio.
8. La fabricación, utilización, almacenamiento, transformación, embotellado, liberación en el medio ambiente y transporte «in situ»
de:
a) Las sustancias peligrosas definidas en el artículo 2.2 del Real Decreto 363/1995, de 10 de marzo, por el que se aprueba
el Reglamento sobre notificación de sustancias nuevas y clasificación, envasado y etiquetado de sustancias peligrosas.
b) Los preparados peligrosos definidos en el artículo 2.2 del Real Decreto 255/2003, de 28 de febrero, por el que se
aprueba el Reglamento sobre clasificación, envasado y etiquetado de preparados peligrosos.
c) Los productos fitosanitarios definidos en el artículo 2.1 del Real Decreto 2163/1994, de 4 de noviembre, por el que se
implanta el sistema armonizado comunitario de autorización para comercializar y utilizar productos fitosanitarios.
d) Los biocidas definidos en el artículo 2.a) del Real Decreto 1054/2002, de 11 de octubre, por el que se regula el proceso
de evaluación para el registro, autorización y comercialización de biocidas.
9. El transporte por carretera, por ferrocarril, por vías fluviales, marítimo o aéreo de mercancías peligrosas o contaminantes de
acuerdo con la definición que figura en el artículo 2.b) del Real Decreto 551/2006, de 5 de mayo, por el que se regulan las operaciones
de transporte de mercancías peligrosas por carretera en territorio español, o en el artículo 2.b) del Real Decreto 412/2001, de 20
de abril, que regula diversos aspectos relacionados con el transporte de mercancías peligrosas por ferrocarril o en el artículo 3.h)
del Real Decreto 210/2004, de 6 de febrero, por el que se establece un sistema de seguimiento y de información sobre el tráfico
marítimo.
10. La explotación de instalaciones que, estando sujetas a autorización de conformidad con la Directiva 84/360/CEE del Consejo,
de 28 de junio de 1994, relativa a la lucha contra la contaminación atmosférica procedente de las instalaciones industriales en
relación con la liberación a la atmósfera de alguna de las sustancias contaminantes reguladas por la Directiva mencionada,
requieren una autorización de conformidad con la Ley 16/2002, de 1 de julio, de Prevención y Control Integrados de la Contaminación.
11. Toda utilización confinada, incluido el transporte, de microorganismos modificados genéticamente, de acuerdo con la definición
de la Ley 9/2003, de 25 de abril, por la que se establece el régimen jurídico de la utilización confinada, liberación voluntaria y
comercialización de organismos modificados genéticamente.
12. Toda liberación intencional en el medio ambiente, transporte y comercialización de organismos modificados genéticamente
de acuerdo con la definición de la Ley 9/2003, de 25 de abril.
13. El traslado transfronterizo de residuos dentro, hacia o desde la Unión Europea sujeto a autorización o prohibido según lo
dispuesto en el Reglamento (CE) número 1013/2006, del Parlamento Europeo y del Consejo, de 14 de junio de 2006, relativo al
traslado de residuos.
14. La gestión de los residuos de las industrias extractivas, según lo dispuesto en la Directiva 2006/21/CE del Parlamento Europeo
y del Consejo, de 15 de marzo de 2006, sobre la gestión de los residuos de industrias extractivas y por la que se modifica la Directiva
2004/35/CE.
73
DOCUMENTACIÓN COMPLEMENTARIA: ALGUNAS RESEÑAS DE LA JURISPRUDENCIA
JURISPRUDENCIA ESPAÑOLA:
74
GUÍA DE LA LEY 26/07 DE RESPONSABILIDAD MEDIOAMBIENTAL Y SU DESARROLLO REGLAMENTARIO
75
DOCUMENTACIÓN COMPLEMENTARIA: CUADRO RESUMEN DE LA JERARQUÍA DE LAS NORMAS EN ESPAÑA
5. CUADRO RESUMEN DE LA
JERARQUÍA DE LAS NORMAS EN ESPAÑA
76
GUÍA DE LA LEY 26/07 DE RESPONSABILIDAD MEDIOAMBIENTAL Y SU DESARROLLO REGLAMENTARIO
GLOSARIO DE
TÉRMINOS
Acción popular: mediante la acción popular los ciudadanos pueden hacer valer intereses públicos, actuando
como miembros de la colectividad en el ámbito que la Ley precise.
Aguas: son todas las aguas continentales (superficiales, subterráneas, costeras y de transición) definidas
en el Texto refundido de la LAg., así como los restantes elementos que forman parte del dominio público
hidráulico.
Actividad económica o profesional: a efectos de lo dispuesto en la LRM, es toda aquella realizada con
ocasión de una actividad de índole económica, un negocio o una empresa, con independencia de su
carácter público o privado y de que tenga fines lucrativos o no.
Aval: es un compromiso solidario de pago de una obligación a favor del acreedor o beneficiario, otorgada
por un tercero para el caso de no cumplir el obligado principal con el pago de un título de crédito. El aval
implica la voluntad de una tercera persona inmersa en el título de manera unilateral, a dicha persona se
le llama avalista.
Biocidas: son las sustancias activas y preparados que contengan una o más sustancias activas, presentados
en la forma en que son suministrados al usuario, destinados a destruir, contrarrestar, neutralizar, impedir
la acción o ejercer un control de otro tipo sobre cualquier organismo nocivo por medios químicos o
77
GLOSARIO DE TÉRMINOS
La presidencia recae sobre la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental, mientras que la
vicepresidencia la ocupa un representante de las CCAA. La Comisión tiene 16 vocales por parte de la
Administración General del Estado (5 del MARM y 11 de otros ministerios) y un representante por cada
CCAA y cada ciudad autónoma, más un representante de las entidades locales.
Consorcio de compensación de seguros: es una entidad pública empresarial dependiente del Ministerio
de Economía y Hacienda a través de la Secretaría de Estado de Economía. Desde sus orígenes ha estado
al servicio del sector asegurador complementando las coberturas de éste en la atención de determinadas
necesidades sociales especialmente difíciles de asumir por el mercado, basándose en los principios de
solidaridad, compensación, colaboración y subsidiariedad. Durante su trayectoria el Consorcio ha ido
abarcando distintos ámbitos del seguro, en función de las citadas necesidades, y entre los que cabe citar
las funciones que tiene encomendadas en la cobertura de los riesgos extraordinarios (catástrofes naturales
y actos de grave incidencia social como el terrorismo); en el sistema del seguro agrario combinado; en
el seguro de automóviles de suscripción obligatoria; en la liquidación de entidades aseguradoras, y en
otros terrenos de menor incidencia en cuanto a cúmulo de actividad, como el seguro de crédito a la
exportación, el seguro obligatorio de viajeros, el seguro obligatorio del cazador y el seguro de riesgos
nucleares
Costes: a efectos de lo dispuesto en la LRM, es todo gasto justificado por la necesidad de garantizar una
aplicación decapada y eficaz de la Ley ante un supuesto de daño medioambiental o de amenaza de daño
medioambiental, cualquiera que sea su cuantía. Comprende todos los gastos derivados de la ejecución
de las medidas preventivas, reparadoras, y de evitación, y de la amenaza inminente de que tales daños
ocurran. También se incluyen los costes administrativos y jurídicos para ejecutar tales actividades.
Culpa: es la falta de intención en el sujeto activo de provocar las consecuencias que el acto que emprende
suscita -por lo que se dice que no se representó mentalmente el resultado de su accionar-.
Daño: a efectos de lo dispuesto en la LRM, es todo cambio adverso y mensurable de un recurso natural
o el perjuicio de un servicio de recursos naturales, tanto si se produce directa como indirectamente.
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GUÍA DE LA LEY 26/07 DE RESPONSABILIDAD MEDIOAMBIENTAL Y SU DESARROLLO REGLAMENTARIO
Directiva de la Unión Europea: (o Directiva comunitaria), es un acto normativo dispuesto por el Consejo
de la Unión Europea o la Comisión Europea, mutuamente obligatoria, y que obliga a todos o parte de los
Estados miembros en cuanto al objetivo a alcanzar, pero les permite elegir la forma y los medios para
conseguir tales objetivos.
Dolo: es el conocimiento y voluntad de realizar un delito o una conducta punible. Está integrado por dos
elementos: un elemento cognitivo, que es el conocimiento de realizar un delito, y un elemento volitivo,
que es la voluntad de realizar el mismo.
Dominio público: es el conjunto de bienes y derechos de titularidad pública, destinados al uso público (p.
ej. las calles), o a un servicio público (p. ej. un hospital público) o aquellos a los que una Ley califica como
demaniales para impedir su apropiación por los particulares (como las playas, las aguas o las minas y
cuyo uso privativo, en su caso, requiere una concesión, que sólo la administración pública puede otorgar.
Ejecución subsidiaria: consiste en la realización por parte de las Administraciones públicas de una
determinada conducta u obligación, bien por sí o a través de las personas que determinen, que ha sido
impuesta en virtud de un acto administrativo, siendo a cargo del obligado los gastos consecuentes de
dicha obligación.
Especies silvestres: son las especies de la flora y de la fauna mencionadas en el artículo 2.3.a. de la
Directiva 2004/35/CE o que estén protegidas por la legislación comunitaria, estatal o autonómica, o por
los tratados internacionales en que España sea parte, siempre que se hallen en estado silvestre en el
territorio español, sea con carácter permanente o estacional. En particular, son especies silvestres las
incluidas en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas o en los catálogos de especies amenazadas
establecidos por las CCAA en sus respectivos ámbitos territoriales. Se excluyen las especies exóticas
invasoras.
Estado básico: a efectos de lo dispuesto en la LRM, es aquél estado en que, de no haberse producido el
daño medioambiental, se habrían hallado los recursos naturales y servicios en el momento en que sufrieron
el daño, considerado a partir de la mejor información disponible.
Fitosanitarios: son aquéllas sustancias activas y preparados que contengan una o más sustancias activas,
presentados en la forma en que se ofrecen para su distribución a los usuarios, destinados a proteger los
vegetales o los productos vegetales contra todos los organismos nocivos o evitar la acción de los mismos,
y mejorar la conservación de los productos vegetales. Se regulan en el RD 2163/1994, de 4 de noviembre.
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GLOSARIO DE TÉRMINOS
Fraude de ley: (o fraude a la ley), es una situación –prohibida por el Derecho- en la cual, para evitar la
aplicación de una norma jurídica que no le favorece o no le interesa, un sujeto se ampara en otra u otras,
llamadas normas de cobertura, y busca dar un rodeo que le permita sortear la prohibición o las obligaciones
que le imponía la norma vulnerada.
Garantías financieras: requisito imprescindible para el ejercicio de las actividades del Anexo III, con las
que se pretende asegurar que el operador disponga de los recursos económicos suficientes para hacer
frente a los costes derivados de las medidas de prevención, de evitación y reparación de los daños
medioambientales. La LRM prevé tres modalidades: póliza de seguro, aval bancario y constitución de una
reserva técnica mediante la dotación de un fondo ad hoc con materialización en inversiones financieras
respaldadas por el sector público.
Hábitat: es la zona terrestre o acuática diferenciada por sus características geográficas, abióticas y
bióticas, y que estén mencionadas en el artículo 2.3.b. de la Dir. 2004/35/CE, o que estén protegidas por
otras normas comunitarias, estatales o autonómicas, o por tratados internacionales en los que España
sea parte.
IPPC: (abreviatura, del acrónimo inglés Integrated Pollution Prevention and Control) Prevención y control
integrados de la contaminación debida a actividades industriales. Está regulado por la Directiva 96/61/CE,
la Ley 16/2002, que incorpora dicha Directiva al ordenamiento jurídico español y su Reglamento de
desarrollo.
Ministerio Fiscal: es un órgano del Estado que tiene por misión promover la actuación de la justicia en
defensa de la legalidad, de los derechos de los ciudadanos y del interés público tutelado por la ley, de
oficio o a petición de los interesados. Se encuentra integrado en el Poder Judicial ejerciendo sus funciones
por medio de órganos propios.
MIRAT (Modelo de informe de riesgos ambientales tipo): son proyectos piloto de análisis de riesgos
sectoriales cuya finalidad es reducir el coste que podría suponer para el operador analizar los riesgos
medioambientales de su actividad sin ningún modelo de referencia. Dicho análisis es necesario para el
cálculo de la cuantía de la garantía financiera, garantía que empezará a ser obligatoria a partir del año
2010 siguiendo los trámites previstos en la Disposición Final 4ª de la LRM.
OMG: (abreviatura, del acrónimo inglés Genetically Modified Organism). Es aquél organismo es aquél cuyo
material genético es manipulado en laboratorios donde ha sido diseñado o alterado deliberadamente con
el fin de otorgarle alguna característica de interés. Se les denomina comúnmente «transgénicos», y son
creados artificialmente en laboratorios por ingenieros genéticos.
Operador: a efectos de lo dispuesto en la LRM, es cualquier persona física o jurídica, pública o privada,
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que desempeñe una actividad económica o profesional o que, en virtud de cualquier título, controle dicha
actividad o tenga un poder económico determinante sobre su funcionamiento técnico.
Pérdidas provisionales: son las pérdidas derivadas del hecho de que los recursos naturales o los servicios
de recursos naturales dañados no puedan desempeñar sus funciones ecológicas o prestar servicios a
otros recursos naturales o al público hasta que hayan surtido efecto las medidas correctoras.
Personas jurídicas: son organizaciones puestas al servicio de los intereses de personas físicas o naturales,
que para alcanzar sus fines tienen reconocida personalidad propia independiente de los individuos que
las componen. Ejemplo: empresas, sociedades mercantiles, o asociaciones y fundaciones.
Pignoración: es la entrega de valores en prenda para garantizar una deuda u obligación, que por regla
general suele ser un crédito.
Público: a efectos de lo dispuesto en la LRM, es cualquier persona física o jurídica, así como sus asociaciones,
organizaciones y grupos constituidos con arreglo a la normativa específica que les sea de aplicación.
Recuperación: (incluida la «recuperación natural»), tratándose de las aguas y de las especies silvestres
y los hábitats, el retorno de los recursos naturales y los servicios de recursos naturales dañados a su
estado básico; tratándose de los daños al suelo, además, la eliminación de cualquier riesgo significativo
de que se produzcan efectos adversos para la salud humana.
Recursos naturales: a efectos de lo dispuesto en la LRM, este concepto engloba las especies silvestres
y los hábitats, el agua, las riberas del mar y de las rías, y el suelo.
Red Natura 2000: es una red ecológica europea de áreas de conservación de la biodiversidad. Su finalidad
es asegurar la supervivencia a largo plazo de las especies y los hábitats más amenazados de Europa,
contribuyendo a detener la pérdida de biodiversidad ocasionada por el impacto adverso de las actividades
humanas. Es el principal instrumento para la conservación de la naturaleza en la Unión Europea.
Ribera del mar y de las rías: son los bienes de dominio público marítimo-terrestre regulados en el artículo
3.1. de la Ley de Costas
Servicio de recurso natural: es el conjunto de funciones que desempeña un recurso natural en beneficio
de otro recurso natural o del público.
Sociedad de garantía recíproca: es una sociedad mercantil, externa, y de estructura corporativa, cuyo
objeto principal consiste en el otorgamiento de garantías personales a favor de sus socios partícipes, en
relación con las operaciones que éstos realicen dentro del tráfico de sus empresas.
Suelo: es la capa superior de la corteza terrestre, situada entre el lecho rocoso y la superficie, compuesto
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GLOSARIO DE TÉRMINOS
por minerales, materia orgánica, agua, aire y organismos vivos y que constituye la interfaz entre la tierra,
el aire y el agua, lo que le confiere capacidad de desempeñar tanto funciones naturales como de uso; se
excluyen los suelos permanentemente cubiertos por una lámina de agua superficial.
Suelo contaminado: es aquel cuyas características han sido alteradas negativamente por la presencia
de componentes químicos de carácter peligroso de origen humano, en concentración tal que comporte
un riesgo inaceptable para la salud humana o el medio ambiente, y así se haya declarado mediante
resolución expresa.
Tablas de baremos: método para el cálculo de la cuantía de la garantía financiera obligatoria para sectores
o subsectores de actividad o para PYMES que, por su alto grado de homogeneidad, permitan la estanda-
rización de sus riesgos medioambientales, por ser estos limitados, identificables y conocidos. Los
parámetros que se utilizan para elaborar dichas tablas de baremos deben establecerse en relación con
la intensidad y extensión del daño que la actividad puede causar. El método de cálculo debe asegurar la
cobertura del coste de reparación primaria. En caso de acudir a las tablas de baremos, para el cálculo
de la garantía financiera no es necesario realizar el .
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