Está en la página 1de 17

Desacatos

ISSN: 1607-050X
desacato@ciesas.edu.mx
Centro de Investigaciones y Estudios
Superiores en Antropología Social
México

Strickland, Rebecca Danielle


Poblaciones callejeras: de la asistencia a la represión
Desacatos, núm. 38, enero-abril, 2012, pp. 105-120
Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social
Distrito Federal, México

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=13923155008

Cómo citar el artículo


Número completo
Sistema de Información Científica
Más información del artículo Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal
Página de la revista en redalyc.org Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto
Poblaciones callejeras:
de la asistencia a la represión

Rebecca Danielle Strickland

La globalización neoliberal ha producido poblaciones callejeras que sobreviven de la vía pública. Las organizacio-
nes de la sociedad civil y el gobierno ofrecen una variedad de proyectos asistenciales, preventivos y correccio-
nales para atender este problema. Sin embargo, millones de personas siguen trabajando y viviendo en las calles
de las ciudades en toda Latinoamérica. Proyectos con bases en la pedagogía social proponen una alternativa in-
p. 104: Consulta antiminería en escuela, Cantón Polaja, San Ildefonso Ixtahuacán, Huehuetenango. Foto: Manuela Camus, 2007.

novadora para desarrollar una conciencia crítica entre las poblaciones callejeras, un paso fundamental para esti-
mular un movimiento social entre ellos.

Palabras clave: poblaciones callejeras, pedagogía crítica, asistencialismo, movimientos sociales, globalización
p. 103: Negocio de retornados de Estados Unidos, Santa Eulalia, Huehuetenango. Foto: Manuela Camus, 2006.

Street Populations: from Welfare to Repression 4 105


Neoliberal globalization has produced diverse populations of people who survive off the streets. Non-govern-
mental organizations and government agencies offer a wide variety of social aid, as well as preventive and cor-
rectional projects to address this problematic reality. Nevertheless, millions of people continue working and
living on the streets in cities throughout Latin America. Projects based in social pedagogy offer an innovative
alternative to develop critical consciousness among street populations, a fundamental step for achieving social
movement.

Keywords: street populations, critical pedagogy, welfare, social movements, globalization

Rebecca Danielle Strickland: doctorado en ciencias sociales, Centro de Investigaciones y Estudios Superiores
en Antropología Social-Occidente, Guadalajara, Jalisco, México
danielastrickland@hotmail.com
Desacatos, núm. 38, enero-abril 2012, pp. 105-120
Recepción: 4 de diciembre de 2008 / Aceptación: 17 de julio de 2009
esquinas Desacatos enero-abril 2012

E
l propósito de este artículo es retomar la his- prácticas que excluyen a las clases populares, como
toria de las poblaciones callejeras en México y la globalización del sistema financiero internacional y
considerar de manera crítica las intervencio- el comercio de productos agrícolas, puesto que los pe-
nes, para atenderlas, que han surgido en las últimas queños productores no pueden competir con los pre-
décadas. Se analiza la perspectiva pública hacia éstas, cios de la producción masiva. El neoliberalismo ha
fortalecida en gran medida por su presentación en provocado que 500 individuos que encabezan la clase
los medios de comunicación y los esfuerzos guber- capitalista global perciban más ingresos personales
namentales por promover la seguridad pública. Se que los 40 países más pobres del mundo, o sea 416 mi-
retoman las críticas de los proyectos asistenciales, llones de personas (Santos, 2008: 45).
preventivos y correccionales que han dominado las Los avances tecnológicos de las últimas décadas
prácticas de intervención con estos individuos du- han reducido el número de puestos de trabajo y han
rante los últimos 40 años. Para finalizar se justifican traído consigo la exclusión de pequeños producto-
los proyectos pedagógicos como la mejor estrategia res en un mercado dominado por grandes empresas
de intervención hacia las poblaciones callejeras y se debido, en parte, a la aplicación de programas como
explora la posibilidad de movimientos sociales entre el Acuerdo Norteamericano de Libre Comercio
esta gente. La perspectiva presentada tiene su origen (anlc) y el Área de Libre Comercio en las Améri-
en siete años de trabajo con la sociedad civil de Gua- cas (alca). En México, las zonas rurales han recibido
dalajara para atender poblaciones callejeras y el Se- el impacto más profundo. Una de las consecuencias
minario de Teoría Social I con Jorge Alonso en el es la migración de familias hacia las ciudades en bus-
doctorado del Centro de Investigaciones y Estudios ca de oportunidades de empleo y educación. Al lle-
Superiores en Antropología Social-Occidente. Parto gar a las ciudades, los inmigrantes se enfrentan a la
106 3 del surgimiento general de las poblaciones callejeras, escasez de empleo y los bajos salarios, las familias
la evolución de su clasificación y la historia que han no tienen otra alternativa más que ganarse la vida
sufrido en México. en la vía pública. Por tanto, las poblaciones calleje-
ras se perpetúan.2 Desde hace varias décadas pue-
den encontrarse poblaciones callejeras en cualquier
Los hijos de la globalización ciudad de Latinoamérica. Este fenómeno ha llegado
neoliberal hasta Europa del Este y otros países desarrollados en
los últimos años (Sauri, 2000). La tendencia de la
Desde la década de 1980, el capitalismo transnacio- globalización neoliberal indica que las poblaciones
nal ha promovido la globalización1 neoliberal. Para callejeras crecerán más rápido que el desarrollo y
muchos esta globalización brinda oportunidades aplicación de los proyectos sociales de prevención e
económicas, sociales, políticas y culturales; para intervención para combatir la exclusión social.
otros, se manifiesta en problemas sociales y exclu- Este aumento de la población excluida en una
sión en el acceso a esas oportunidades. Superpode- sociedad democrática debería alentar acciones del
res como el Grupo de los Ocho, la Organización gobierno para asegurar los derechos y el bienestar
Mundial de Comercio, el Fondo Monetario Inter- de las masas pobres. El gobierno de México suele
nacional y el Banco Mundial ponen en marcha concentrar el poder, lo que ha inhibido la partici-
pación de otros sujetos en las políticas públicas.

1 Aquí, la palabra “globalización” se refiere específicamente a la

integración de las economías nacionales a la economía interna- 2 El término “poblaciones callejeras” se refiere a toda la gente que

cional por medio del intercambio, flujo de capital, inversiones trabaja y/o vive en la calle. El uso del término se discute en la si-
foráneas, migración y avances tecnológicos. guiente sección.
enero-abril 2012 Desacatos esquinas

Parece que las necesidades de las poblaciones so- familiares trabajan en las calles de la misma zona
cialmente excluidas se ven opacadas por la priori- que los niños. El dinero que ganan se destina en
dad de los gobernantes de pertenecer a los sistemas parte o en su totalidad a los gastos del hogar. El
internacionales. En lugar de reconocer el problema abuso físico y psicológico, las madres solteras, el al-
social, los esfuerzos gubernamentales respecto de coholismo y otras adicciones son características co-
las poblaciones callejeras giran en torno a la “segu- munes de estos hogares. La mayoría de los niños
ridad pública”. Las acciones dirigidas a las poblacio- asisten a la escuela primaria o han abandonado sus
nes callejeras no consideran que la presencia de esta estudios entre el cuarto grado de primaria y el ter-
gente en la calle se debe sobre todo a la falta de cer grado de secundaria. Los proyectos de inter-
oportunidades de empleo y a que son en general re- vención dirigidos a estos niños tienden a ser
presivas: “limpiar” las calles de estas personas y en- preventivos y tienen el objetivo de desalentar el
cerrar a los menores de edad en “bodegas”, donde abandono de la escuela y el hogar.
están mal atendidos y son abusados por custodios y Los niños de la calle preservan normalmente al-
otros “infractores” (Sauri, 2000). gunos vínculos familiares, a menos que sean mi-
Además de los problemas de desempleo, la socie- grantes que llegaron solos a la ciudad. Muchos
dad mexicana se controla por lo que John Dewey empiezan como niños en la calle y transitan de su
definió como el “darwinismo social”. Existen pocas hogar a un estado de permanencia en la calle duran-
profesiones que ofrezcan salarios dignos. Los em- te un periodo prolongado. La historia típica es la
pleos apreciados en su mayoría se limitan a los que huida de la casa a causa del abuso físico del que son
sobresalen en el capitalismo crudo, a pesar de que la víctimas, en muchos casos por la pareja de la madre.
sociedad requiere individuos que se dediquen a va- Forman redes con otros “callejeros”, principalmente
rias funciones (Boydston, 1991). El salario mínimo por seguridad. No asisten a la escuela, la mayoría 4 107
en México no cubre los gastos básicos en los centros consume drogas y son sexualmente activos. Los
urbanos y mucha gente encuentra la alternativa del proyectos con ellos requieren una intervención más
autoempleo en la vía pública. profunda para superar los daños que les ha provoca-
do vivir en la calle.
A partir de la década de 1980 Unicef promovió
¿Cómo se llamarán? otros términos, como “niños abandonados”, “me-
nores en situación extraordinaria”, “menores en cir-
Durante las últimas tres décadas, el término para cunstancias especialmente difíciles” y “niños en
referirse a la “infancia callejera” ha sido tema de situación de calle”, entre otros (Pérez, 2003). Cada
discusión. Vale retomarlo, primero, para plantear denominación pinta una imagen diferente de estos
una reflexión sobre el valor y el peso de estas eti- niños y afecta la percepción pública de ellos y la
quetas y, segundo, para justificar la elección de los identidad que construyen de sí mismos. Ha habido
términos usados. El término más común en Latino- críticas en respuesta a esta variedad de términos.
américa es “niño de la calle”. En los años ochenta Primero surgió la queja de que no son de la calle, y de
Unicef internacionalizó el concepto con la intención que el término “niño de la calle” va contra la idea
de diferenciar entre los “niños en la calle” —que tra- de priorizar y fortalecer los vínculos familiares. Es-
bajan en la calle— y los “niños de la calle” —que to condujo a la adopción del término “menores en
“viven” ahí (Fletes, 1996)—. situación de calle” para referirse a los dos tipos de
Por lo general, los niños en la calle viven con fa- “niños callejeros” que Unicef había distinguido ori-
miliares en vecindades empobrecidas o en colonias ginalmente. Luego, la palabra “menor” se conside-
marginadas en la periferia de las ciudades y otros raba degradante para las personas menores de 18
esquinas Desacatos enero-abril 2012
Manuela Camus

108 3

Nuevas formas de transporte en Cuilco, Huehuetenango, 2011.

años. Después se decidió que era importante especi- duerme en la calle y sufre problemas de adicciones y
ficar “niños y niñas” para evitar el sexismo e incluir abuso. Sin embargo, hoy en día, en ámbitos acadé-
“adolescentes”, puesto que los mayores de 11 años micos, de gobierno y de la sociedad civil es aceptada
no eran catalogados como niños. El nombre políti- la clasificación general de “poblaciones callejeras”.3
camente correcto llegó a ser “niñas, niños y adoles- ¿Cómo responden los sujetos a esta nueva deno-
centes en situación de calle”. minación? La mayoría de los niños que trabajan en
Desde 2007, algunas organizaciones en la ciudad la calle se ofende si se le llama “callejero”. A veces ci-
de México han usado la noción de “poblaciones ca- tan su derecho a trabajar y a “ganarse la vida” o apo-
llejeras”, que abarca a todas las personas que traba- yar con los gastos familiares y notan las diferencias
jan o viven en la calle. Por un lado, simplifica y entre ellos y otros niños con quienes comparten la
facilita el problema de la terminología y, por otro, vía pública, los cuales son “más pobres” y no estu-
diluye las distinciones entre estas poblaciones. Una dian. Es más común que se identifiquen a sí mismos
señora de 40 años que vende flores mientras sus hi- como “trabajadores”, no “callejeros”. En contraste,
jos asisten a la escuela y cuyo esposo trabaja como entre los que antes se llamaron “niños de la calle” hay
albañil asalariado es un caso muy diferente a un ni-
ño de nueve años que carece de vínculos familiares, 3 Véase <www.callejeros.org>.
enero-abril 2012 Desacatos esquinas

quienes buscan una identidad en el apelativo “calleje- A pesar de estas medidas, los esfuerzos dirigidos
ro” (Pérez, 2003). Para respetar la diversidad de las a los niños en situación de calle siguen siendo asis-
poblaciones callejeras, en este documento utilizaré tenciales y temporales en su mayoría. Más allá, el
tres términos para referirme a los individuos menores público tiende a estar a favor de hacer lo necesario
de 18 años que se inscriben en esta categoría macro.4 para que los niños no estén en la calle, para que es-
“El niño trabajador” se refiere a un niño que desarro- tén institucionalizados o que permanezcan en sus
lla actividades económicas en la vía pública, pero no colonias, son vistos como manchas en el paisaje ur-
duerme en la calle. “El niño callejero” es un niño para bano, potenciales delincuentes y amenazas a la so-
quien la calle —en el sentido más amplio de la pala- ciedad (Sauri, 2000). Los movimientos represivos
bra: baldíos, hoteles de paso, etc.— es su residencia han aumentado en México desde que se impuso el
habitual y fuente de sobrevivencia. Finalmente, la no- enfoque del gobierno de Felipe Calderón de aumen-
ción de “niños en situación de calle” abarca ambos tar la seguridad pública en los últimos años.
grupos, los que trabajan y/o “viven” en la calle.

Criados por los medios


La historia de atención a las
poblaciones callejeras infantiles
en México El estigma social hacia las poblaciones callejeras
mexicanas va de los medios de comunicación al pú-
blico en general. Esto provoca que las violaciones a
Como en otros países latinoamericanos, el fenóme- sus derechos sean la norma. Mientras su entrada a
no de la infancia callejera se percibe como problema espacios públicos como las centrales camioneras y
social en las urbes de México desde las décadas de plazas comerciales está prohibida, las noticias del 4 109
1960 y 1970. La respuesta inicial fue la implementa- fin de año de 2008 incluyeron la historia de un turis-
ción de proyectos de corte represor —como centros ta japonés que vivió durante tres meses en el Aero-
de detención— con la intención posterior de reinte- puerto Internacional de la Ciudad de México. Según
grar el niño a su familia y a la sociedad en general. Yahoo! Noticias (2008):
Luego la estrategia evolucionó a orfanatos con pro-
gramas asistenciales que cubrieron las necesidades
Las autoridades migratorias mexicanas aseguran que
básicas de los niños recogidos de la calle —alimen- Nohara no ha cometido ningún delito y que sus pa-
to, vestido, techo, educación, capacitación laboral y peles de ingreso a este país se encuentran en regla por
religión— (Cárdenas, 2006: 18). En la década de los lo que no pueden detenerlo por encontrarse en el ae-
ochenta nació otro enfoque de atención en México ropuerto capitalino. De igual manera, fuentes de la
desde los modelos de educación popular de la socie- Embajada de Japón en México testifican que no pue-
den obligarle a nada si él ha decidido “vivir” en la
dad civil en Brasil y Colombia. La tendencia era de
terminal aérea.
praxis pedagógica basada en filosofías de la izquier-
da que incluía tratamiento directo y la promoción
de la toma de decisiones de los niños para mejorar ¿Por qué un mexicano no tiene el mismo derecho
su calidad de vida (Fletes, 1996). en su propio país? Mientras un vagabundo con an-
tecedentes de turista japonés inspira una historia
alegre, los medios masivos de comunicación retra-
4 Por cuestiones de fluidez, no hago distinciones de género ni de
tan a las poblaciones callejeras nacionales como
grupos de edad. “Niño” se refiere a cualquier individuo entre los
delincuentes, reconocen en pocas ocasiones que
cero y los 18 años de edad. son víctimas de la exclusión social, que carecen de
esquinas Desacatos enero-abril 2012

servicios médicos, de viviendas dignas y de oportu- comida servidos, de despensas entregadas, de ni-
nidades de educación y de empleo. La reacción pú- ños llevados de paseo, etc., en lugar de promover la
blica a esta imagen es la demanda de su reclusión creación de programas educativos o pedagógicos
(Sauri, 2000). Los órganos informativos de todo el con resultados a largo plazo. Reconocer a los bene-
país reflejan esta discriminación. Por ejemplo, un ar- ficiarios como sujetos de derechos, tomar en cuenta
tículo del Diario Xalapa de febrero de 2008 reportó: su voz y su experiencia en los proyectos y las políti-
cas públicas “a su favor” es poco común en el desa-
en el aire está el rumor de que los limpiaparabrisas es- rrollo de proyectos asistenciales y preventivos. La
tán asaltando a los automovilistas; lo saben los niños y mayoría son proyectos diseñados, ejecutados y eva-
adolescentes que llegan de colonias populares o ciuda-
luados por “profesionales” para “beneficiarios ne-
des como Tlaxcala, por eso casi a nadie le quieren ha-
blar, se esconden detrás de los coches, corren por los cesitados”, o, aun peor, acciones correccionales con
camellones, miran con desconfianza, explican que lo la visión que favorece el encierro de los niños en lu-
único que quieren es ganar 100 o 200 pesos para comer. gar de fortalecer su integración familiar y social.

Los lectores del periódico usan esta referencia como


estereotipo para la gente en situación de calle. Patri- Los proyectos asistenciales
cia Redondo (2002) plantea que hay dos grupos es-
tereotípicos de pobres: los primeros son los pobres El financiamiento de los proyectos fue prioritario.
honestos, merecedores de la caridad y la asistencia En la década de los ochenta se impulsaron proyec-
social; los otros son los pobres deshonestos o indi- tos de educación popular con modelos pedagógicos,
gentes, quienes a menudo son válidos para el traba- mientras que durante los últimos 20 años los esfuer-
110 3 jo pero han elegido ser parásitos de la sociedad. En zos dirigidos a poblaciones callejeras se han cons-
el primer grupo la pobreza se percibe como una vir- truido desde la exigencia de resultados inmediatos y
tud, en el segundo es un vicio (Redondo, 2002). Los medibles. Como explican Graciela Cardarelli y Mó-
niños en situación de calle se consideran en el se- nica Rosenfeld, los proyectos ofrecen “recursos” que
gundo grupo en gran medida por la información disputan “clientelas: los propios programas para
difundida por los medios de comunicación. sustentarse y permanecer, los políticos locales, los
gobiernos municipales, las ong [promueven el pro-
blema]” (Cardarelli y Rosenfeld, 2000: 53). El asis-
Papá gobierno y otros padrinos tencialismo nace de varias fuentes. La primera es el
de los niños callejeros deseo de brindar resultados a corto plazo, pues es
natural querer ver los frutos de una labor o una in-
Las poblaciones callejeras son contempladas por versión. Más allá del deseo de ver resultados, Boa-
diversos proyectos de apoyo. Los financiadores de ventura de Sousa Santos sugiere “que se dé absoluta
estos proyectos de intervención quieren ver los re- prioridad a la acción inmediata o a corto plazo, ya
sultados de sus inversiones con acciones medibles que el largo plazo puede incluso no llegar a existir”
y metas alcanzables a corto plazo. Los proyectos (Santos, 2008: 48). Argumenta que prevalece una
financiados por entidades gubernamentales deben desesperación en el mundo de hoy: las amenazas de
terminar antes del final de cada año fiscal. Así, crisis o hasta destrucción nuclear crean una con-
abren convocatorias para proyectos que abarcan ciencia de vivir día a día sin pensar en el futuro.
de uno a diez meses. Muchas fundaciones siguen La prioridad es atender las necesidades inmedia-
esta corriente, generan proyectos asistenciales en tas y, en muchos casos, los resultados son servicios
los que se puede reportar el número de platos de duplicados. Cardarelli y Rosenfeld hablan del welfare
enero-abril 2012 Desacatos esquinas

mix, construido sobre la base de relaciones entre el más que las prácticas neoliberales que los mandaron
Estado y la sociedad civil (Cardarelli y Rosenfeld, en un principio a la calle. Cardarelli y Rosenfeld
2000: 27). Esta atención asistencial puede tener un plantean el problema de la siguiente forma desde la
efecto adverso al esperado: en vez de superar la po- experiencia argentina:
breza, la gente goza de su situación al recibir los be-
neficios ofrecidos por las diversas instancias. los grupos en situación de desventaja encuentran en
Retomando las palabras de Cardarelli y Rosenfeld: estos proyectos la única opción de protagonismo
“El ciudadano ‘objetivo de las propuestas’ aparece —aunque sea limitada— en asuntos que les concier-
nen y que les ofrecen ámbitos de sociabilidad, identi-
más como un consumidor de la oferta de los progra-
dad, lealtades internas y vinculaciones con sectores de
mas que un sujeto de derechos sociales y políticos” poder, además del acceso a bienes esenciales y a la ca-
(Cardarelli y Rosenfeld, 2000: 59). En la mayoría de pacidad de gestión para involucrar a familias enteras
los casos, los beneficiarios reconocen que el único en el mercado asistencial. Por ello ¿a quién le conviene
requisito para ser beneficiario es justamente ser po- la opción de salida? (Cardarelli y Rosenfeld, 2000: 60).
bre. Casi cualquier integrante de las poblaciones ca-
llejeras que aprovecha los apoyos ofrecidos puede La inefectividad de las prácticas asistenciales para
constatar la falta de coordinación entre las institu- lograr que esta gente deje la calle, así como la persis-
ciones. Por ejemplo, una señora que trabaja ven- tencia del neoliberalismo que reduce empleos y pro-
diendo productos de temporada en las calles del mueve la migración urbana, han dado luz a una
centro de Guadalajara recibe cuatro despensas men- gran cantidad de proyectos dirigidos a las poblacio-
sualmente: una de la Iglesia, una del Sistema Nacio- nes callejeras. Sólo en la ciudad de México existen
nal para el Desarrollo Integral de la Familia (dif), aproximadamente 40 instituciones que atienden a
una del Banco Diocesano y otra de la organización niños en situación de calle. Pero la mayoría tiene 4 111
de la sociedad civil (osc) que trabaja con sus hijos. proyectos que son un puente “de la marginalidad a
Otro caso es el de una niña otomí que ingresó a la la pobreza digna” (Cardarelli y Rosenfeld, 2000: 25).
secundaria este año con sus gastos bien cubiertos: En referencia a los niños en situación de calle, De
cuenta con una beca de la osc donde participa en el Venanzi y Hobaica refuerzan este planteamiento:
proyecto de apoyo académico, otra del dif para ni-
ños trabajadores y una más de la Secretaría de Edu- La efectividad de las agencias que apoyan a los niños
cación Pública (sep) para niñas indígenas en de la calle se ha visto disminuida en razón de las difi-
primero de secundaria. cultades presentes en implantar cierto grado de disci-
Estas dos beneficiarias aprovechan siete proyec- plina entre niños que escaparon del hogar para
disfrutar de la libertad y la independencia que la calle
tos, los cuales reportan el apoyo que brindan de ma-
les ofrece. Lo más frecuente es que los niños manipu-
nera aislada, sin relación con otros proyectos. El len o trabajen al sistema de protección beneficiándose
valor de los beneficios llega a una suma significativa, de algunas de sus provisiones. La realidad es que para
pero ¿realmente contribuyen a que estas personas la mayor parte de los niños de la calle, estas agencias
tengan otra opción de vida que la calle? Por lo me- son sólo una pieza útil en la formación de su capital
social (De Venanzi y Hobaica, 2003).
nos los beneficios de la osc y del dif son específicos
para poblaciones callejeras. Si dejan de trabajar en la
vía pública —si logran un nivel de vida más alto—, Un ejemplo de esta conciencia por parte del Estado
corren el riesgo de perder estos beneficios. Enton- apareció el 16 de octubre de 2008 en el Diario de Yu-
ces, a pesar del objetivo a ayudar a la gente a dejar la catán con el artículo “Comida en vez de dinero.” El
calle, parece que estos proyectos promueven su programa ofrece la venta de vales de despensa al pú-
identidad como pobres necesitados, probablemente blico para que los regalen a la gente en situación de
esquinas Desacatos enero-abril 2012

calle en vez de darles dinero. ¿Hay una conexión en- complicados, o sea los “más callejeros”. Muchos “ca-
tre el plan de regalar despensas a las poblaciones ca- llejeros” aprovechan los beneficios de las institucio-
llejeras y el objetivo de ayudarles a superar su nes —saben que los martes a las 7 de la noche regalan
dependencia en la calle? El financiamiento limitado, comida en tal iglesia y que los educadores de otra
la exigencia de producir resultados inmediatos y las institución los visitan en jueves, llevan juegos y a ve-
visiones restringidas de las necesidades básicas de ces regalan ropa—, lo que hace la vida callejera más
los beneficiarios específicos que atiende cada pro- atractiva. La realidad innegable es que la expulsión a
yecto son la causa misma de la poca comunicación la calle de gente excluida es más persistente que las
entre las instancias que trabajan con las poblaciones intervenciones con las poblaciones callejeras.
callejeras. El trabajo en redes, la comunicación entre
las osc y el gobierno y las intervenciones en políti-
cas públicas circunscriben todavía a pocos actores. Acciones correccionales
La realidad muestra muchos organismos trabajando
en acciones aisladas que atienden las necesidades
La conciencia de una necesidad de “limpiar” las ca-
inmediatas de sus beneficiarios, en lugar de promo-
lles es aparente alrededor del país. Se pueden encon-
verlos como sujetos de derechos e involucrarlos en
trar artículos periodísticos que alimentan esta
los proyectos y en los esfuerzos para su beneficio.
conciencia en periódicos de todo el país:

• “Por seguridad, retiran a niños que limpian pa-


Los proyectos preventivos rabrisas de cruceros” (El Sol de Parral, Hidalgo,
8 de enero de 2008).
112 3 Además de los programas asistenciales hay muchos • “Retira dif estatal a menores que trabajan en las
proyectos que se clasifican como “preventivos”. Es- calles” (Más Noticias, Chihuahua, 25 de enero
tas iniciativa se dirigen principalmente a los niños de 2008).
trabajadores y sus familias. En general, se busca pre- • “Inicia proyecto de rescate de los niños de la ca-
venir el abandono de la escuela y el hogar, así como lle” (El Informador, Guadalajara, 12 de agosto
ofrecer deportes y otras actividades como alternati- de 2008).
vas a las drogas y la “vida callejera”. Los proyectos de • “Retiran a casi 100 menores de las calles” (El
este tipo son muy variados: apoyo académico, talle- Diario, Cuidad Juárez, 5 de septiembre de 2008).
res, manualidades, trabajo social, escuela para pa- • “El dif insiste en eliminar limosnas a niños de la
dres, atención psicológica y actividades recreativas. calle” (Milenio, ciudad de México, 29 de octubre
En un país donde casi la mitad de la población vive de 2008).
en pobreza, sobran los candidatos para participar en
estos proyectos. Por eso hay pocas instancias que Vistos como potenciales delincuentes, la respuesta
dan seguimiento a los beneficiarios que abandonan más frecuente —justificada como una “acción pre-
los procesos. Las bajas son justificables: si no quie- ventiva”— es encerrarlos. La mayoría de los “calleje-
ren ayuda, hay muchos que pueden aprovechar el ros” no conoce sus derechos y éstos son irrelevantes
apoyo. Si los casos más difíciles quedan a la deriva, cuando los servidores públicos realizan las operacio-
estos proyectos ¿son realmente “preventivos”? nes de “limpieza”. En muy pocas ocasiones consiguen
Los proyectos preventivos, así como el cúmulo el apoyo de los cuerpos de derechos humanos. El ar-
de esfuerzos asistenciales con las poblaciones calle- tículo del diario Milenio: “La cedhj intercedió por
jeras, cubren necesidades y ayudan a mucha gente los limpiavidrios”, ejemplifica uno de estos casos en
pobre. Sin embargo, no atienden los casos más Guadalajara, tan poco común que recibió atención
enero-abril 2012 Desacatos esquinas
Manuela Camus

Vista de la cabecera de Santa Eulalia, Huehuetenango, 2011.

4 113
de la prensa nacional. El artículo explica que en octu- de conocimiento de las poblaciones callejeras res-
bre de 2008 la Comisión Estatal de Derechos Huma- pecto de sus derechos.
nos de Jalisco intervino a favor de cuatro “callejeros”
que fueron detenidos por policías de Guadalajara,
porque “ensuciaban la vía pública mientras labora- Sus cuidadores: los mairos5
ban en el cruce de las avenidas Juárez y Federalismo”
(25 de noviembre de 2008). Aunque raramente lle-
Entre el cúmulo de proyectos asistenciales, preventi-
gan al ojo público, detenciones arbitrarias, abuso físi-
vos y correccionales se encuentra otro tipo de inter-
co y acosos por parte de la policía y otros servidores
vención con las poblaciones callejeras. Cada ciudad
públicos son realidades cotidianas para las poblacio-
en el país cuenta con algunos proyectos de interven-
nes callejeras.
ción de la sociedad civil con bases pedagógicas y
Muchos albergues para niños callejeros se descri-
educadores de calle. La gente que llega a ser mairo
ben como “bodegas” para guardar a quienes man-
chan la vía pública. Durante los últimos años, ha
habido denuncias contra estas instituciones relacio- 5 Igual que las personas que componen las poblaciones callejeras,

hay varias denominaciones para quienes las atienden desde las


nadas con casos de abuso psicológico, físico y
distintas instancias. Los del dif son “promotores”, algunas osc
sexual. Otra queja común entre las poblaciones ca- tienen “educadores”, otras cuentan con “consejeros”, pero casi
llejeras son las políticas injustificadas de tales insti- toda la gente en situación de calle en Guadalajara reconoce el
tuciones que restringen las visitas familiares y las nombre de mairo, ya que nació de la vía pública con la primera
presencia de las osc en los años ochenta. Los mairos son los tra-
salidas de los detenidos. Los custodios y servidores bajadores de calle que se describen como una mezcla entre maes-
públicos aprovechan sus puestos de poder y la falta tro, consejero y amigo.
esquinas Desacatos enero-abril 2012

tiene en general una fuerte conciencia social, pero cumplimiento de sus derechos y la inclusión social
carece de estudios relacionados con el cargo de “edu- (Shaw, 2002; Pérez, 2003; Rizzini y Butler, 2003).
cador de calle”. Esta realidad revela la falta de progra- Una vida institucionalizada con adultos que impo-
mas académicos en el campo de la educación de nen reglas y límites es poco deseable. Shaw (2002)
calle6 y los bajos salarios para estos puestos en las plantea llegar a los niños por medio de cuatro inte-
osc. Hay religiosos, sociólogos, psicólogos y gente reses principales: el respeto, la libertad, la diversión
que tiene su propia historia de pobreza y quiere apo- y la capacidad para consumir bienes materiales. Si
yar a otros que están sufriendo la misma exclusión los mairos ofrecen programas con alternativas que
social. Otros sienten que tienen una deuda con la so- toman en cuenta estos aspectos, así como las rela-
ciedad o con la humanidad y buscan pagarla con la- ciones afectivas mencionadas por Cárdenas, Remus
bor social. Muchos educadores son “excallejeros” o y Ruiz, ganarán el interés de los niños y la oportuni-
vienen de “colonias expulsoras” y se relacionan con dad de estimular una salida activa de la calle.
facilidad con los sujetos en situación de calle. Los
mairos ofrecen una relación afectiva con alguien fue-
ra de la calle para los niños en situación de calle. Tal Estrategias desde
relación es muy significativa para promover una sali- la pedagogía social
da activa de la calle (Cárdenas, 2008; Lucchini, 1997;
Pérez, 2003; Remus, 2008; Ruiz, 2006; Shaw, 2002).7 Lo más difícil respecto de los programas de apoyo
Los niños callejeros construyen “grupos familia- es tratar a los “más callejeros” y acompañarlos en
res” en la calle, pero normalmente carecen de una una salida activa de la calle. Es mucho más fácil lle-
figura paterna o materna. En muchos casos el mai- var comida y actividades a la calle para “ayudarlos”,
114 3 ro asume el rol de una figura parental, sirve como o concentrarse en la multitud de niños y familias
ejemplo, cuidador y principal fuente de apoyo mo- que “quieren” ayuda, a “prevenir” su caída a la calle
ral para el niño.8 El educador puede ser el primer o arrestarlos e institucionalizarlos porque son una
adulto con estudios, trabajo formal e ingresos esta- amenaza para la sociedad y para sí mismos. La rea-
bles que demuestra interés genuino en el niño. Es lidad innegable es que la gente excluida sigue adop-
posible que un vínculo robusto entre educador y tando la identidad callejera a pesar de los proyectos
niño sirva como inspiración y motivación para asistenciales —preventivos y opresivos—. Si el pro-
considerar otro estilo de vida. Los niños callejeros blema tiene su origen en el asistencialismo que pro-
dan prioridad a la aventura y a la libertad sobre el mueve la conciencia callejera, o por lo menos la
identidad del pobre, para poder ser beneficiario de
6 En la ciudad de México, El Caracol, A. C. y la Universidad Na- los distintos apoyos y servicios es preciso conside-
cional Autónoma de México coordinan el único diplomado en el rar proyectos alternativos con estrategias dirigidas a
país en “preparación educativa con poblaciones callejeras” desde un cambio de conciencia y a la toma de decisiones
hace cinco años.
7 Lucchini (1997) propone varios tipos de salidas de la calle, las
para lograr una mejor calidad de vida. Si se preten-
cuales suelen ser temporales. Según su planteamiento teórico, la de que la gente deje la calle, los “callejeros” tienen
más efectiva es la “salida activa”, que implica una decisión cons- que creer en la posibilidad de superar la pobreza y
ciente del niño a dejar la calle para abordar otro proyecto de vida. de obtener una vida más digna fuera de la calle. Es
8 Para enfatizar cómo los educadores sirven de ejemplo a los ni-

ños, vale notar que cuatro de los seis casos de éxito estudiados fundamental que las poblaciones callejeras tengan
por Cárdenas (2008) y Latorre (2002) —que lograron salidas ac- esta creencia para que otros actores puedan apoyar-
tivas de la calle— trabajaron como educadores en las institucio- los en el cambio de sus circunstancias.
nes donde crecieron, otro había dejado este puesto para ser
maestro y el último estaba esperando entrar de nuevo a la insti- A partir de sus hallazgos, Cárdenas (2008) pro-
tución como educador. pone los siguientes elementos para un programa
enero-abril 2012 Desacatos esquinas

efectivo: 1) un modelo participativo. Similar a una inmediato y de abrir posibilidades que permitan a
familia sustituta, con oportunidades para aprender estos sujetos contribuir a la sociedad (Dewey, 1897).
y desarrollar habilidades que les permitirán ser in- La cimentación de intervención pedagógica con
dependientes en el futuro; 2) un régimen de vida los grupos excluidos —como las poblaciones calle-
intenso y gratificante. Con actividades que dan vida jeras— promueve una educación de “yo me pregun-
al régimen cotidiano de los niños para prevenir el to”, en lugar de “yo hago”. Paulo Freire (1981) define
aburrimiento, el desánimo, la tristeza y la pérdida esta pedagogía como el proceso de concientización.
de interés que aumentan la probabilidad que regre- Explica que este proceso lleva al educando a obtener
sen a la calle; 3) atención individualizada. Con una una conciencia crítica. Concientización significa lle-
figura adulta, a la cual se pueden apegar especial- gar a un estado de entendimiento profundo del
mente en los periodos de transición y crisis; 4) una mundo que permite adoptar acciones de liberación
pedagogía que transforme la realidad subjetiva y de la opresión. La idea no se limita a que la gente de-
objetiva paralelamente. Donde el niño puede ima- je la calle, se propone que cambie su identidad de
ginar una nueva vida, resignificar su experiencia de “callejero” por una identidad de “ciudadano”. Tanto
vida y generar la confianza necesaria para el cam- Dewey como Freire reconocen el poder político de
bio. Un programa con metas y logros progresivos, y la educación: los excluidos tienen que asumir una
5) un programa a la medida de las necesidades de “conciencia nacional”. En Education for a Critical
los niños. Espacios íntimos y casas hogar pequeñas Consciousness, Freire retoma las palabras de Karl
en lugar de instituciones masivas. Cárdenas con- Mannheim: “En tanto las prácticas democráticas si-
cluye su trabajo con la propuesta de un proceso de gan difundiéndose, es más y más difícil permitir que
“profesionalismo amoroso” que “demanda acciones las masas se queden en un estado de ignorancia”
pedagógicas claramente trazadas e intencionadas y (Freire, 1981: 41).9 La pobreza y el analfabetismo es- 4 115
modelos de atención diseñados desde la compren- tán relacionados directamente con las estructuras
sión profunda del fenómeno del cambio que expe- sociales opresivas y el ejercicio desigual del poder de
rimentan los niños” (Cárdenas, 2008: 300). la sociedad neoliberal. La educación debe ayudar a
Los mairos tienen una ventaja en la implementa- las poblaciones callejeras a asumir una actitud más
ción de prácticas de la pedagogía social: uno de los crítica del mundo y así transformarlo (Freire, 1981).
principios es entender el contexto histórico del niño Una “conciencia nacional” significa que las po-
para diseñar una secuencia de experiencias educati- blaciones callejeras se ven a sí mismas como sujetos
vas y liberadoras con las que puede relacionarse. La de derechos, con voz y voto en las políticas públi-
teoría de la experiencia de John Dewey postula que cas. Por medio de los proyectos pedagógicos puede
se puede usar la historia propia de un niño (u otro desarrollarse en ellas una conciencia crítica para
estudiante) para que éste abra —en vez de cerrar— dejar de ser víctimas de la exclusión social y de las
su acceso a las experiencias educativas futuras y am- violaciones de sus derechos. Freire plantea que la
plíe las posibles contribuciones del individuo a la educación es una actividad histórica y política, fun-
sociedad. En otras palabras, los daños y las limitacio- damental en la lucha por una sociedad con justicia
nes que ha sufrido una persona en situación de calle e igualdad en contra de las estructuras opresivas y
no son necesariamente obstáculos para que supere deshumanizantes. Caracteriza a la educación como
sus circunstancias, sino oportunidades desde las que liberadora, emancipadora y humanizante, lograda
el mairo puede estimular cambios de identidad y
otro desarrollo en su procesos de vida. Desde las his- 9 Traducción propia: “As democratic processes become widespread,
torias personales, los educadores son responsables it becomes more and more difficult to permit the masses to remain
de proporcionar experiencias educativas de un valor in a state of ignorance”.
esquinas Desacatos enero-abril 2012

por un proceso horizontal dialéctico. Es un acto co- opresión del “darwinismo social” y las prácticas
lectivo en el que los educadores y los niños aprenden neoliberales que los han mantenido en una condi-
y transforman sus realidades, valorando la multicul- ción de exclusión. Además de las teorías pedagógi-
turalidad, la comunicación, la solidaridad, la auto- cas, puede considerarse la psicología social en las
nomía, la alegría y la esperanza (Cárdenas, 2008). intervenciones con las poblaciones callejeras si se
Proyectos pedagógicos que logran una concienti- pretende estimular cambios identitarios y promo-
zación en las poblaciones callejeras las llevarán a un ver modos de vida nuevos. De acuerdo con Ignacio
nivel de activismo y participación política para en- Martín-Baró (1983), las intervenciones con “calle-
frentar las opresiones sociales que viven. Dewey jeros” deben desarrollarse en relación con las con-
sostiene que en vez de reproducir la sociedad exis- diciones sociales y las aspiraciones de los sujetos.
tente, la educación debe desafiar el orden social para Los impactos traumáticos en las poblaciones calle-
desarrollar y avanzar en la democracia (Kandel, jeras tienen un vínculo directo con la opresión so-
1957). Ernest Boyer (1995), presidente de la Carna- cial en que viven. A decir de Martín-Baró, la
gie Foundation for the Advancement of Teaching, transformación de la sociedad para transcender la
parte de esta idea y sugiere que desde las diversas realidad histórica de la opresión es el inicio de la
historias y experiencias de los “callejeros”, los mairos solución a los problemas de salud mental de los “ca-
deben llevarlos a entender la vastedad de maneras en llejeros”, así como de otros oprimidos. Los cambios
que los humanos están conectados. Éstos les ayuda- de conciencia a nivel individual y luego comunita-
rían a superar los límites de las redes callejeras que rio son los primeros pasos para lograr un mundo
operan en la exclusión social. Reconocer esta co- más justo. Como advierte Santos: “No habrá justi-
nexión entre humanos apoya la construcción de una cia social global si no hay antes una justicia cogniti-
116 3 sociedad democrática en la que cada miembro es va- va global” (Santos, 2008: 48).
lorado. En suma, se requieren reformas pedagógicas
para llegar a reformas sociales. Con una conciencia
crítica, el niño estimula la reconstrucción social para Poblaciones callejeras
tener una sociedad más democrática, con mayor en movimiento
igualdad y justicia.
Al otro extremo de la pedagogía social se en- La exclusión política y social, así como las violacio-
cuentra la pedagogía crítica.10 Según McLaren, es nes a los derechos de las poblaciones callejeras, son
parte de una filosofía de la vida cotidiana que vin- innegables. La conciencia callejera —debido a la
cula la verdad con el conocimiento del mundo ma- opresión social y el asistencialismo— impide el de-
terial —una manera de negociar la realidad de una sarrollo de estas poblaciones y las mantiene en la
sociedad racista y clasista en la vida cotidiana para pobreza y la marginación social. Una conciencia
transformar la sociedad (McLaren y Jaramillo, crítica sobre las poblaciones callejeras es el primer
2007). Desde un cambio de conciencia —que im- paso para lograr la justicia social planteada por San-
plica la toma de decisiones de abandonar la identi- tos (2008). Al reconocerse como ciudadanos y darse
dad callejera y, más allá, adoptar una “conciencia cuenta de las injusticias, se abriría la posibilidad de
nacional”— los “callejeros” pueden enfrentar la que actuaran colectivamente a favor de un mundo
mejor. Raúl Zibechi asegura que los movimientos
sociales no lograrán este cambio mundial, sino las
10 La pedagogía crítica es un movimiento/teoría guiado actual-
sociedades en movimiento (citado en Alonso, 2008:
mente por Peter McLaren, profesor de la Universidad de California
en Los Ángeles que promueve la conciencia crítica entre los educa- 5). Las poblaciones callejeras representan una parte
dos para que cuestionen la dominación y las fuerzas dominantes. significativa de los latinoamericanos excluidos. En
enero-abril 2012 Desacatos esquinas

conceptos de “derechos” y “sistema político”, además


tienen enlaces con osc y otros actores que trabajan
por su bienestar, quienes cuentan con más expe-
riencia, conocimientos e intereses a participar en
acciones políticas.
John Holloway (2002) afirma que debe construir-
se otro mundo sin contacto con el Estado, es decir,
la creación de “espacios no capitalistas, sin mercan-
cías, sin capital y sin Estado” (Alonso, 2008: 5). Esta
visión puede funcionar en el territorio zapatista, pe-
ro no en un centro urbano. Un movimiento desde
las poblaciones callejeras requeriría un enfrenta-
miento con el Estado como principal opresor. La
intervención en políticas públicas y el apoyo de los
medios de comunicación que han contribuido a su
exclusión son pasos fundamentales para la movili-
zación de los “callejeros”. El involucramiento de ac-
tores de la sociedad civil también sería benéfico
para un movimiento social de las poblaciones calle-
jeras porque pueden brindar vínculos con el gobier-
no y experiencia en acciones sociopolíticas. A pesar
de ser una parte significativa de la población exclui- 4 117
Manuela Camus

da con redes sociales extensivas entre los sectores


marginados, las poblaciones callejeras, como grupo,
no han participado de manera relevante en movi-
Nuevas formas de transporte en Santa Eulalia, Huehuetenango, mientos sociales en México. El panorama es similar
2011.
en los países latinoamericanos, excepto Brasil, don-
de un movimiento nacional de niños callejeros jugó
contraste con otros grupos más aislados, las pobla- un papel importante en el diseño de políticas públi-
ciones callejeras cuentan con redes sociales extensi- cas hacia la infancia.
vas y numerosas: los migrantes rebasan barreras En 1985, un grupo de niños callejeros acompaña-
geográficas, representan una diversidad étnica y dos por actores de la sociedad civil fundaron el Mo-
provienen de distintas colonias populares. A pesar vimiento Nacional de Niños y Niñas de la Calle, con
de sus diferencias, predomina cierta solidaridad en- el objetivo principal de promover sus derechos y el
tre ellos por estar en “situación de calle”. La diversi- desarrollo de una visión política y colectiva de sus
dad y las redes sociales extensivas son ventajas para integrantes. En una reunión con 600 niños calleje-
lograr movilizaciones. ros definieron cuatro prioridades para el movimien-
Otra ventaja de las poblaciones callejeras sobre to: 1) oponerse a las leyes que indirectamente
movimientos más aislados es el contexto urbano en castigan a los niños por ser pobres; 2) combatir la
que se encuentran, lo que les otorga mayor com- violencia; 3) expandir el movimiento para integrar
prensión del Estado por su acercamiento y acceso a más jóvenes, y 4) entrenar grupos de activistas para
los medios de comunicación. Aunque su conoci- trabajar en aras del bienestar de los niños. Como
miento sea limitado, están familiarizados con los puntualizan De Venanzi y Hobaica:
esquinas Desacatos enero-abril 2012

El movimiento ha tenido un impacto positivo al lo- unir a diferentes grupos excluidos para fortalecer el
grar la incorporación de los derechos contemplados movimiento. La concientización entre las poblacio-
en la Convención sobre los Derechos del Niño en la
nes callejeras, así como los demás sectores sociales
Constitución Política de Brasil. Aquí tenemos un
movimiento que rechaza el asistencialismo típico de excluidos por la globalización neoliberal, es el pri-
los programas de atención al niño y busca afirmarse mer paso para estimular los movimientos sociales
para alcanzar derechos de ciudadanía. El movimien- orientados a crear un país más justo y con menos
to también se ha dedicado a combatir y denunciar la exclusión social.
acción de los grupos de exterminio. Mediante su par-
ticipación en este movimiento, algunos niños de la
calle han encontrado un medio de participar de una
vida comunitaria sana y de integrarse al sistema esco- Conclusiones
lar (De Venanzi y Hobaica, 2003).

El fenómeno global de exclusión social ha dado luz


Si bien ser “callejero” es una identidad, es distinta a a las poblaciones callejeras alrededor del mundo.
otras identidades de grupos marginados que parti- Pocos miembros de estas poblaciones reconocen la
cipan en movimientos y eventos a nivel nacional o discriminación que ellos mismos sufren día a día,
internacional. Los límites de la identidad callejera mucho menos han pensado organizarse para de-
tienen que ver con su temporalidad. Pocos miem- mandar el cumplimiento de sus derechos. Redes
bros de la población nacieron como callejeros y, a con mairos y otros actores que trabajan directa-
pesar de las dificultades que hemos visto, es una mente con las poblaciones callejeras son valiosas y
identidad que puede superarse. Es transitoria. Ade- logran pequeñas victorias por medio de sus inter-
más, no son occidentales ni “no occidentales”, como venciones en políticas públicas y en la coordina-
118 3 Santos clasifica a otros grupos en su planteamiento ción de acciones a favor de los que menos tienen.
dicotómico de los movimientos sociales. En mu- El trabajo en redes hace posible trascender los “mi-
chos casos son personas desplazadas en las ciuda- cromundos de la sociedad civil” para construir un
des, sin sentido identitario —atrapadas entre la lugar común (Cardarelli y Rosenfeld, 2000: 62). En
cultura de la tierra que abandonaron y la sociedad México, la Red por los Derechos de la Infancia y la
moderna—, luchando por ser incluidos en la globa- Alianza Mexicana Poblaciones Callejeras ya cuen-
lización. Según Santos, los “sujetos concretos” entre tan con algunos logros políticos en pro de la gente
los diversos grupos excluidos son los que participan en situación de calle. Son ejemplos de lo que San-
en los movimientos, pero las poblaciones callejeras tos considera “lazos locales globales” (Santos,
son como “sujetos abstractos”, ya que les falta un 2008: 41).
sentido de identidad firme y una conciencia crítica Mientras hay activistas y académicos luchando a
que los llevaría a los movimientos sociales (Santos, su favor, la participación de las poblaciones calleje-
2008: 59). ras en políticas públicas o aun en la planeación, de-
Por medio de la promoción de “prácticas contra- sarrollo y evaluación de los proyectos de apoyo
hegemónicas” se alimenta una conciencia común a dirigidos a ellos mismos es casi nula. El Día Inter-
favor de todos los sujetos —concretos y abstrac- nacional para la Erradicación de la Pobreza, Am-
tos— excluidos de los beneficios del neoliberalismo nistía Internacional denunció esta ausencia de los
(Santos, 2008). El desarrollo de una conciencia crí- movimientos en países alrededor del mundo: “La
tica significa el abandono de la identidad callejera gente que vive en pobreza suele quedar completa-
para llegar a una identidad global de excluidos lu- mente excluida de las discusiones sobre cómo me-
chando por un mundo mejor. Esta identidad puede jorar sus vidas” (ai, 2008). La globalización es
enero-abril 2012 Desacatos esquinas

ineludible, pero otro mundo es posible. Las visiones Cardarelli, Graciela y Mónica Rosenfeld, 2000, “Con las
de McLaren, Santos y Zibechi, entre otros, de una mejores intenciones”, en Silvia Duschatzky (comp.),
Tutelados y asistidos. Programas sociales, políticas pú-
globalización alternativa, contra-hegemónica, desde
blicas y subjetividad, Paidós, Buenos Aires.
abajo, tiene que difundirse entre los excluidos. Ya se Cárdenas Boudey, Sabine, 2006, “Niños de la calle: trayec-
ve que los activistas y los académicos no son capaces torias de un proceso educativo liberador”, ponencia,
de lograr esto solos, se requiere el involucramiento de III Conferencia de la Red Latinoamericana y del Caribe,
los mismos excluidos. Childwatch International, 19 de julio.
Frente a los programas asistenciales y de repre- ———— , 2008, “Niños de la calle rompiendo círculos:
trayectorias de un proceso educativo liberador”, tesis
sión dirigidos a la población de calle, se plantea otra
de maestría, Instituto Superior de Investigación y
vía: la pedagogía social. Esto es, intervenciones pe- Docencia para el Magisterio, Zapopan.
dagógicas con poblaciones callejeras. Estas iniciati- Cepero Espinosa, Sergio, 2006, “Los niños de la calle de
vas podrían alcanzar a otros grupos excluidos por Ceuta. Aproximación psico-pedagógica”, en Profeso-
medio de sus redes sociales. La difusión de la con- rado. Revista de Currículum y Formación del Profeso-
cientización podría llevarnos a la unión de grupos rado, vol. 10, núm. 1.
De Venanzi, Augusto y Gisela Hobaica, 2003, “Niños de la
diversos en una movilización a favor del “otro mun- calle. ¿Una clase social?”, en Trabajo y Sociedad, vol. V,
do” planteado por los movimientos sociales progre- núm. 6, junio-septiembre.
sivos que operan en América Latina. Es irracional Dewey, John, 1897, “My Pedagogic Creed”, folleto,  E.L.
que “los excluidos” representen a la mayoría de la Kellogg and Co., Michigan.
población mundial. La conciencia crítica común en- ———— , 2001, “My Pedagogic Creed”, en Kevin Ryan y
James M. Cooper (comps.), Kaleidoscope Readings in
tre las poblaciones callejeras y los otros grupos de
Education, Houghton Mifflin Co., Boston, pp. 278-284.
víctimas de la globalización neoliberal es el elemen- Fletes Corona, Ricardo, 1996, La infancia abandonada, El
to necesario para que el “otro mundo” se transforme Colegio de Jalisco, Guadalajara. 4 119
desde una posibilidad a la realidad. Freire, Paulo, 1981, Education for Critical Consciousness,
Continuum, Nueva York.
Holloway, John, 2002, Cambiar al mundo sin tomar el po-
der, El viejo topo, España.
Bibliografía Kandel, Isaac L., 1957, American Education in the Twenti-
eth Century, Harvard University Press, Cambridge.
Alonso, Jorge, 2008, “Aproximaciones a los movimientos Latorre, Analía, 2002, “Un aporte a la compleja realidad de
sociales”, inédito. los niños en riesgo social”, en Gazeta de Antropología,
Amnistía Internacional (ai), 2008, “17 de octubre de núm. 18, en línea: <www.ugr.es/~pwlac/G18_10Analia
2008, Día Internacional para la Erradicación de la Po- _Latorre.html>, consultado el 22 de febrero de 2009.
breza”, en línea: <www.callejeros.org>, consultado el Lucchini, Ricardo, 1997, Niño de la calle: identidad, socia-
20 de noviembre de 2008. bilidad y droga, Amelia Romero Editora, Barcelona.
Berger, Peter L. y Thomas Luckmann, 2003, La construc- Martín-Baró, Ignacio, 1983, Acción e ideología. Psicología so-
ción social de la realidad, Amorrortu, Buenos Aires. cial desde Centroamérica, uca Editores, San Salvador.
Borón, Atilio (comp.), 2004, Nueva hegemonía mundial, McLaren, Peter y Nathalia Jaramillo, 2007, Pedagogy and
alternativas de cambio y movimientos sociales, Consejo Praxis in the Age of Empire: Towards a New Empire,
Latinoamericano de Ciencias Sociales, Buenos Aires. Sense Publishers, Países Bajos.
Boydston, Jo Ann (ed.), 1991, The Collected Works of John Pérez García, Juan Martín, 2003, “La infancia callejera:
Dewey, Southern Illinois University Press, Carbondale apuntes para reflexionar el fenómeno”, en Revista Es-
y Edwardsville. pañola de Educación Comparada, núm. 9, pp. 2-30.
Boyer, Ernest, 2001, “The Educated Person”, en Kevin Ry- Redondo, Patricia, 2002, “Entre el desasosiego y la obstina-
an y James M. Cooper (comps.), Kaleidoscope Read- ción: maestros, niños y padres en escuelas en contexto
ings in Education, Houghton Mifflin Co., Boston, pp. de pobreza”, tesis de maestría en ciencias sociales, Fa-
285-292. cultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, México.
esquinas Desacatos enero-abril 2012

Remus del Toro, Lilliana, 2008, “De la debilidad a la Hemerografía


fuerza: la construcción de la resiliencia en niños
abandonados”, tesis doctoral, Universidad del Valle
de Atemajac, Zapopan. Diario de Yucatán, 2008, “Comida en vez de dinero”, 16 de
Rizzini, Irene y Udi Mandel Butler, 2003, “Life Trajecto- octubre.
ries of Children and Adolescents Living on the Streets Diario Xalapa, 2008, “Se duplicó el número de niños de la
of Rio de Janeiro”, en Children, Youth and Environ- calle en Xalapa”, 19 de febrero.
ments, vol. 13, núm. 1, en línea: <cye.colorado.edu>, El Diario de Ciudad Juárez, 2008, “Retiran a casi 100 me-
consultado el 26 de febrero de 2009. nores de las calles”, 5 de septiembre.
Rogers, Carl, 1961, El proceso de convertirse en persona, El Informador, 2008, “Inicia proyecto de rescate de los ni-
Paidós, España. ños de la calle”, 12 de agosto.
Ruiz Martín del Campo, Emma, 2006, Niños de la calle: El Sol de Parral, 2008, “Por seguridad, retiran a niños que
abandono, trauma y generación de espacios de encuen- limpian parabrisas de cruceros”, 8 de enero.
tro y reintegración social (el caso de Alejandro), Univer- Más Noticias Chihuahua, 2008, “Retira dif estatal a me-
sidad de Guadalajara, Guadalajara. nores que trabajan en las calles”, 25 de enero.
Santos, Boaventura de Sousa, 2008, “El Foro Social Mun- Milenio, 2008, “El dif insiste en eliminar limosnas a niños
dial y la izquierda global”, en El Viejo Topo, Valencia, de la calle”, 29 de octubre.
enero. ———— , 2008, “La cedhj intercedió por los limpiavi-
Sauri, Gerardo, 2000, Globalización e infancia callejera, en drios”, 25 de noviembre.
línea: <www.derechosinfancia.org.mx/Temas/temas_ Yahoo! Noticias, 2008, “Un turista japonés se instala en el
calle_globa.htm>, consultado el 10 de noviembre de aeropuerto de ciudad de México”, 19 de noviembre,
2008. en línea: <es.noticias.yahoo.com/z9/20081119/tso-
Shaw, Kurt, 2002, “Hacia una teoría general de la calle”, en un-turista-japones-se-instala-en-el-64bc860.html>,
línea: <www.shinealight.org/Teoriageneral.rtf>, con- consultado el 22 de noviembre de 2008.
sultado el 26 de febrero de 2009.
120 3

También podría gustarte