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11 jun 2019 | Sn Bernabé

Ángelus (06-02-2011): Descubrir el sentido de la misión


En el Evangelio de este domingo el Señor Jesús dice a sus discípulos:
«Vosotros sois la sal de la tierra... Vosotros sois la luz del mundo» ( Mt 5, 13.14).
Mediante estas imágenes llenas de significado, quiere transmitirles el sentido de su
misión y de su testimonio. La sal, en la cultura de Oriente Medio, evoca varios
valores como la alianza, la solidaridad, la vida y la sabiduría. La luz es la primera
obra de Dios creador y es fuente de la vida; la misma Palabra de Dios es comparada
con la luz, como proclama el salmista: «Lámpara es tu palabra para mis pasos, luz
en mi sendero» (Sal 119, 105). […]

La sabiduría resume en sí los efectos benéficos de la sal y de la luz: de hecho, los


discípulos del Señor están llamados a dar nuevo «sabor» al mundo, y a preservarlo
de la corrupción, con la sabiduría de Dios, que resplandece plenamente en el rostro
del Hijo, porque él es la «luz verdadera que ilumina a todo hombre» (Jn 1, 9).
Unidos a él, los cristianos pueden difundir en medio de las tinieblas de la
indiferencia y del egoísmo la luz del amor de Dios, verdadera sabiduría que da
significado a la existencia y a la actuación de los hombres.
B XV
https://www.deiverbum.org/mt-05_13-16/

PISTAS PARA LA MEDITACIÓN:


En el Evangelio de hoy nos dice Ntro. Señor que estamos llamados a ser
sal. ¿Qué nos esta diciendo el Señor al llamarnos sal? Quizá nos pueda ayudar el
ver cual es la misión que realiza la sal. La sal en la cultura judía antigua tenía
múltiples aplicaciones y múltiples significados. Entre las aplicaciones más prácticas
estaba la de conservar los alimentos. Cuando no había frigoríficos para conservar,
los alimentos, se cubrían de sal para conservarlos y evitar su corrupción. Se trata
pues de un símbolo de anticorrupción. Universalmente era y es utilizada para dar
sabor a los alimentos. Es símbolo, por lo tanto, de despertar el sabor a la vida. Para
los seguidores de Ntro. Señor ésta es una invitación a decirle un no rotundo a la
corrupción; es un llamada a mantener siempre viva la llama de la esperanza, la
búsqueda de sentido de la vida, de lo sabroso de la vida, en medio de las
amarguras por las que tenemos que pasar los seres humanos. ¡ Pobre de mí si no
aporto el sabor del Evangelio! ¡pobre de mí si acallo el sabor que aporta Cristo en
mi vida!

Otra imagen que pone delante el Evangelio de hoy es la de ser luz: “Vosotros sois la
luz del mundo…” ¿Qué hace la luz? disipa las tinieblas, ilumina, orienta a las
personas, deja ver el peligro y las oportunidades, lo bueno y lo malo. Genera
calidez, crea ambiente, saca de la oscuridad, nos ayuda a ver mas lejos…. A los
creyentes se nos invita ser luz del mundo, que muchas veces vive en la oscuridad,
sufre innecesariamente y desconoce que hay caminos siempre nuevos de
salvación. Solo con nuestra vida, con nuestro testimonio podemos iluminar la vida
de los que nos rodean y hacer atrayente el seguimiento de Cristo, que colma y
transforma nuestra existencia, colmándola de gozo y esperanza. Cuantos necesitan
que con nuestras buenas obras glorifiquen a Ntro. Señor.

Celebramos también hoy uno de los cuatro hermanos santos cartageneros, San
Isidoro de Sevilla, como es conocido, pero nació en Cartagena, a mediados del siglo
VI, llegó a ser uno de los hombres mas sabios de su época, escribió con erudición,
convocó y presidió varios concilios, y trabajó con celo y sabiduría por la fe católica,
aunque al mismo tiempo era un hombre de profunda humildad y caridad. Fue
obispo y sucesor de su hermano Leandro en la sede de Sevilla y fue nombrado
doctor de la iglesia. Que tengas un buen día.

https://www.mccmurcia.org/evangelio-del-dia-mt-5-13-16-vosotros-sois-la-luz-del-
mundo/

Hoy celebramos al apóstol José, «a quien los Apóstoles dieron el


sobrenombre de Bernabé, que significa “hijo de la consolación”» (Hch 4,36). Desde
el principio fue generoso: «Tenía un campo, lo vendió, trajo el dinero y lo puso a
los pies de los Apóstoles» (Hch 4,37). Llevó a san Pablo a los Apóstoles, cuando
todos le tenían miedo, y con él abrió el apostolado a todos los pueblos. Primero, en
Antioquía, donde «exhortaba a todos a permanecer en el Señor con un corazón
firme, porque era un hombre bueno, lleno de fe y del Espíritu Santo. Y una gran
muchedumbre se adhirió al Señor» (Hch 11,23-24). Su celo apostólico fue ejemplar,
poniendo en práctica el mandato del Maestro: «Id proclamando que el Reino de los
Cielos está cerca» (Mt 10,7).

«Separad a Pablo y Bernabé, para una tarea que les tengo asignada» (Hch 13,2),
proclamó el Espíritu Santo: fueron a Chipre y Asia Menor, y sufrieron mucho por el
Señor. Tuvieron también sus diferencias y se separaron por motivo de Marcos, que
les abandonó a mitad de viaje, y Pablo ya no lo aceptaba en el siguiente; pero
Bernabé supo confiar en él y veremos luego a Marcos como un gran colaborador
de Pedro y Pablo.

Aprendamos a no catalogar a la gente para siempre, que «las almas, como el buen
vino, se mejoran con el tiempo» (San Josemaría), cuando se las sostiene con la
confianza y se las quiere, ya que «nadie puede ser conocido sino cuando se le ama»
(San Agustín).

Cuando veamos que alguien flaquea o retrocede, perseveremos como Bernabé,


sobrenombre que significa también “hombre esforzado”, y “el que anima y
entusiasma”. Son características de las que hoy estamos necesitados. Por eso
acudimos al Señor con las palabras de la colecta: «Concédenos anunciar fielmente
con la palabra y con las obras el Evangelio que él [Bernabé] proclamó con
valentía».
http://evangeli.net/evangelio

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