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Conmovedora carta a un joven abogado

Relato más difundido del I Concurso Nuevos Juristas sobre “Los retos
del sector legal en España” organizado por nuevosjuristas.com:

Querido joven abogado:


Cuando leas esta carta quizá yo ya me haya ido. Quizá haya partido a
otra galaxia o quizá esté volviendo a casa en un bucle en el tiempo.
Quizá me haya convertido en parte del espacio ya que cada átomo de
nuestro cuerpo formó parte alguna vez de una estrella. Quizá sea yo
mismo quien reciba esta carta. Te envió estas palabras desde un
futuro muy lejano. He librado batallas que jamás imaginarías y he visto
cosas que tu mente y tu entendimiento ni tan siquiera sospecha.

Sé que eres joven y estás lleno de vida. Sé que estás asustado y a


veces te sientes perdido. No es fácil ser abogado. No es fácil.

Recuerdo que cuando tenía tus años me preguntaba cómo sería ser
un abogado del futuro. Cuáles serían los retos y los nuevos desafíos
jurídicos que la vida me pondría por delante. Hoy ya en el ocaso de mi
vida he aprendido que, a pesar de todo, nosotros los humanos, somos
seres llenos de vida y que nos seguimos y seguiremos haciendo
siempre las misma preguntas.

Por eso te escribo esta carta, arrojada a los océanos del tiempo, con el
único fin de que en algún momento, en algún lugar, alguien (quizá
algún abogado como tú, perdido como yo lo estaba entonces) pueda
leerla.

He visto como las normas han revolucionado el mundo. Lo que en tu


época se llama robótica no es más que una semilla de lo que las
máquinas serán en un futuro. Las jurisdicciones cambiarán, también
las normas que hasta ahora creías inmutables. Se legalizarán los
viajes en el tiempo, viajaremos a galaxias lejanas más allá de los
límites del espacio y del tiempo y alguna catarsis planetaria alterará tu
manera de concebir el mundo.

Se descubrirán nuevos inventos que jamás soñaste, se alargará la


vida y se erradicarán enfermedades. Pero surgirán nuevos peligros
para los que no estaremos preparados. La tecnología avanzará hasta
cotas insospechadas, se instaurarán nuevos sistemas de detección de
delitos y con ella toda la configuración clásica del derecho.

La clonación abrirá nuevos campos jurídicos antes insospechados y la


selección genética marcará un antes y un después en la sociedad, los
ciudadanos y el derecho. Habrá guerras por inteligencias artificiales y
la nanotecnología dejará de ser un desideratum. Se explorarán nuevos
mundos y nuevas realidades, te ahorraré las problemáticas jurídicas
de la teletransportación, mutación y viajes en el tiempo. Los androides
serán juzgados como humanos pero las máquinas no conseguirán
extinguirnos.

Sé que te gustaría que siguiera relatándote estos hechos


extraordinarios. Pero quiero que emprendas tu propio viaje. Quiero
que vivas con la mente y el corazón abierto y que aprendas a juzgar
con tus propios ojos. Deseo también que sean las experiencias las que
marquen tu viaje vital y profesional a tierras muy lejanas. Sé que te
levantarás cuando caigas y que juntarás tus pedazos y aprenderás.
Recuerda que eres abogado y eso imprime carácter. Nosotros nos
regeneramos, adaptamos y seguimos hacia adelante.

Pero sin embargo, y a pesar de todos estos sucesos increíbles, me he


convencido de que todos los retos del abogado del futuro son y serán
siempre los mismos. Esta noble profesión que tanto amas defiende a
personas y busca la justicia. Por eso quisiera que grabaras a fuego en
tu mente las siguientes palabras que son y serán siempre las mismas.
Reglas inmutables en el tiempo por los siglos de los siglos entre esta
especie de humanos que amamos y ejercemos esta profesión desde
el origen de los tiempos y que toda una revolución histórica no ha
extinguido.

1. Sé honesto
No sólo con el cliente, sino contigo mismo. Sé fiel a ti mismo y a tus
valores y principios. Recuerda que has elegido esta profesión por ser
la más noble entre los oficios, ya que busca la justicia y lucha por ella.
Recuerda que defiende el más superior de todos los valores. Defiende
con fuerza las causas nobles y lucha por el mayor tesoro que ostenta
toda persona: sus derechos. No persigas casos, sino causas por
las que merezca la pena luchar e invertir tu tiempo.

2. Actúa con pasión


Busca aquello en lo que crees y amas. Pues, como dijo Cicerón,
entrega tu corazón al oficio que has aprendido y hallarás sosiego en
él. Aliméntate de la satisfacción que nos regala esta profesión.
Entrega tu alma a la justicia y enamórate cada día de ese fiel
compañero que es el derecho.

3. Trabaja duro
Nada cosecharás si no siembras en el fértil campo del trabajo duro.
Trabaja con rigor y con ahínco. Exígete a ti mismo las mismas
cualidades y aptitudes que te gustaría encontrar detrás de la mesa del
despacho. Sé un espejo en el que mirarte y un ejemplo de tu propia
vida a la que puedas mirar sin rubor cuando pasen los años y vuelvas
la vista atrás.

4. Sé empático
Ponte en los zapatos del cliente. El cliente no es un número más
en la carpeta de un expediente. Es una persona que acude a ti
para entregarte su confianza y ponerte en sus manos. Recuerda
que no hay casos pequeños, porque detrás de cada persona hay
una historia. Trata de escucharlos y entenderlos.

5. Estudia todos los días


El derecho es una de las pocas ciencias que se encuentran en
continúo cambio. Fórmate, escucha, lee. Permanece en continúa
actualización y formación y recuerda que el mayor valor del
abogado es el conocimiento. La mejor arma con la que atacar y
defenderse es conocer la ley. Sólo así garantizarás un trabajo
eficaz, eficiente, profesional. Sólo así serás digno de la profesión
en la que crees. No dejes que el tiempo y la desidia te desanimen.
Estudia con la misma ilusión que el primer día.

6. Enfócate
Busca metas y objetivos. Cree en ti mismo y persevera en lograr tu
propio éxito. Cuanto más remes hacia la orilla más te darás cuenta
que lo importante es disfrutar del camino y no la meta. Pero también
aprenderás a que tu coraje y valor para lograrlas tendrán su
recompensa. No te rindas ni cedas.

7. No generalices
El mayor error del abogado es generalizar. Escucha a cada persona y
lee cada caso con detenimiento y como si fuera la primera vez. No hay
dos personas ni dos casos iguales. Estudia con detenimiento cada
caso de forma personal. No automatices, no somos máquinas. El ser
humano es complejo y único. Haz un seguimiento personalizado y
actualizado.

8. Sé paciente y persevera
Recuerda que la paciencia es una planta de raíces amargas pero de
frutos dulcísimos. Ten siempre en mente que la profesión a la que has
consagrado tu vida es un noble oficio que amas y el sustento de tu
vida. No busques más que la gloria y el éxito que te proporciona
un nuevo reto.

9. Comprométete
Sé humano, cercano y cálido. Reconócete en los ojos del otro, intenta
entender su situación y postura. Ten en cuenta las emociones y
sentimientos de las personas. En el compromiso con tu profesión
hallarás la clave del éxito.

10. Involúcrate e innova


El mundo cambia por momentos y cada vez más veloz. Adáptate
rápido y con ilusión. Crea, evoluciona, crece.

Así que te deseo el mejor de los viajes. Que la Odisea te lleve a


maravillosos lugares y te sorprenda con increíbles aventuras. Pero ten
siempre en tu mente llegar a Ítaca: tu destino y origen. Sé valiente
para enfrentarte a la vida, comprometido ante la injusticia, sensible
ante el que necesita ayuda, firme en tus convicciones y valores. Sé un
hombre de honor que dignifique la profesión. Para que si alguna
persona, en algún momento, en algún lugar reconoce estos
valores, pueda decir de manera firme:

«Mira, por allí camina un abogado»

Atentamente,

Un abogado del futuro.

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