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Principios inmunológicos
Como reacción a la infección, el sistema inmunológico humano lanza una serie de
respuestas inmunológicas con el objetivo de eliminar el patógeno. RI innata será el primero
en responder e intentará eliminar el patógeno a través de fagocitosis y/o lisis (los patógenos
han desarrollado estrategias para evadirla). La RI adaptativa puede generar inmunidad
humoral (Anticuerpos producidos por las células B) y mediada por células (células T).
Presentación de antígeno
Los órganos linfoides secundarios (ganglios linfáticos, el bazo y las placas de Peyer) son el
lugar de encuentro principal entre las células del sistema inmunológico innato (APC) y las
células del sistema inmunológico adaptativo (células T y células B). Tras la interacción con
las APC, las células T y B específicas de antígeno se activarán, siempre que adquieran las
señales apropiadas:
1. Presentación de antígenos, que permite la selección de células B y T específicas de
antígeno. Las células B pueden reconocer antígenos en su forma nativa (sin
procesamiento) ya que su BCR permite la interacción directa con el antígeno. Las
células T no pueden interactuar directamente con el antígeno, dependen de las APC
para procesar los antígenos en fragmentos de péptidos (epítopes de células T) y
presentarlos a las células T en el contexto de MHCI (a células T CD8 +) o MHCII.
moléculas (células T CD4 +).
*Los antígenos exógenos, adquiridos por endocitosis se asocian con moléculas MHCII. Los
antígenos endógenos, como las proteínas virales o mutadas producidas por la célula
huésped, se asocian con MHCI.
Activación de células B y T
2. La segunda señal que necesitan las células T es la coestimulación mediante la
interacción de moléculas accesorias y coestimuladoras en las APC. Sin esas
señales accesorias, las células T específicas de antígeno no proliferarán y pueden
volverse anérgicas (adquirir un estado de falta de respuesta). Moléculas
coestimuladoras: CD80/86, CD40 e ICAM-1.
Las células T que reciben estimulación y coestimulación se activarán, se expandirán
clonalmente y generarán múltiples progenitores que reconocen todos el mismo antígeno.
3. Antes y durante la expansión clonal, las células T reciben señales de citocinas que
influyen en su destino. Las citocinas pueden promover la proliferación de células T y
también afectar su función efectora. Por ejemplo, IL-12 y IFN-1 son citocinas
esenciales para el desarrollo de CTL.
*Funciones células T CD4 +: en presencia de citocinas, como IL-12 e IFN-I, se convierten en
células T auxiliares 1 (Th1) que producen citocinas, como IFN-γ y TNF-α, que potencian la
función efectora de los fagocitos y aumentan la inflamación.
En presencia de TGF-β, IL-6 e IL-23 se convierten en células Th17 y producen IL-17 e IL-22
que apoyan la defensa de las superficies mucosas.
4. Bajo la influencia de IL-6 e IL-21, las Tfhs (células auxiliares foliculares T) regulan
positivamente moléculas, como el receptor de quimiocinas CXCR5, lo que les
permite migrar a zonas de células B para interactuar con las células B que presentan
antígenos afines en las moléculas MHCII. Solamente las células B que reciben
señales coestimuladoras de Tfhs podrán generar anticuerpos IgG de alta afinidad o
madurar en células B de memoria.
Aspectos farmacéuticos
Producción
A excepción de los péptidos sintéticos, los componentes antigénicos de las vacunas se
derivan de microorganismos o células animales. Para una expresión óptima, estos
microorganismos o células animales pueden modificarse genéticamente. Las células
animales se utilizan para el cultivo de virus y para la producción de algunos componentes
de la vacuna de subunidades. Se pueden distinguir tres etapas en la fabricación de
vacunas derivadas de células:
1. Cultivo o procesamiento anterior
2. Purificación o procesamiento posterior
3. Formulación: es uno de los principales determinantes que influyen en el tipo de
respuesta inmunitaria que se desencadena, ya que determina el tipo de moléculas
coestimuladoras y citocinas que expresan las APC.
A través de sus diversos PRR, las APC son capaces de detectar el tipo de vacuna que se
encuentra. Esto determina el conjunto de señales coestimuladoras y citocinas
proinflamatorias que generarán las APC al presentar el antígeno a las células T en los
órganos linfoides periféricos. Por ejemplo, los patógenos o vacunas que contienen
lipoproteínas o peptidoglicanos desencadenarán DC a través de TLR-2, que genera
predominantemente una respuesta Th2, mientras que se sabe que la estimulación de DC a
través de TLR-3 o TLR-9 produce respuestas robustas Th1 y CTL.
*Por lo tanto, las vacunas deben formularse de tal manera que se desencadene la
respuesta apropiada de las células T. Esto se puede hacer presentando el antígeno en su
formato nativo (vacunas vivas atenuadas), o formulando el antígeno nativo con adyuvantes
que estimulen la respuesta deseada.
*Además de las moléculas inmunoestimuladoras, un vehículo para administrar antígeno a
las células presentadoras de antígeno y las células B puede ser crucial.
Tipos de vacuna
Las vacunas se pueden clasificar en función de si están destinadas a prevenir
(profilácticamente) o curar (terapéuticamente) una enfermedad, el tipo de enfermedad a
tratar (enfermedades infecciosas, alergia, enfermedad autoinmune, cáncer, etc.) o la fuente
de antígeno utilizada para vacunación (patógenos completos, subunidades, péptidos o
ácidos nucleicos).