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Código 096
No vamos a ver todo el texto de la Ética Nicomaquéa sino que nos vamos a
centrar exclusivamente en un concepto, que es el concepto de phrónesis.
Lacan en el Seminario VII, sobre la ética, toma, entre otras cosas, como
referencia primordial, esta Ética.
Yo les recuerdo que Aristóteles escribe tres obras sobre ética. Una que es la
Ética a Nicómaco, supuestamente que está dedicada a su hijo. El padre
también se llamaba Nicómaco y quizás su editor también se llamaba así. La
otra ética es la Ética a Eudemio y la otra, la Gran Moral.
Habíamos dicho que la virtud para los griegos se llamaba areté y había dos
tipos de virtudes (aretés) señaladas por Aristóteles: Las virtudes éticas y las
dianoéticas, que tiene que ver con las aptitudes éticas intelectuales: el arte, la
ciencia, la prudencia (phrónesis) la sabiduría, y el intelecto.
Phrónesis es una racionalidad práctica, que tiene que ver con la prudencia; y
tiene que ver con el concepto, cuando veíamos a Fedón, de segunda
navegación. La phrónesis es una racionalidad de medios, o sea no importan los
fines. Los fines ya están dados, pero lo que tiene que ver con la phrónesis es la
deliberación en la selección de los medios hacia los fines ya propuestos.
Aristóteles dice “la virtud hace recto al fin propuesto y la prudencia los medios
para ese fin”. Así entonces, el objeto de la deliberación no es el fin sino los
medios que conducen. Con lo cual, esta escala prudencial, la podríamos
llamar, estrategia. La ética Nicomaquéa, está dada en términos de acciones
particulares, y hay quienes discuten si hay reglas universales, o no. Se puede
señalar que no hay un acuerdo acerca si hay universales en o no los hay. Hay
autores, como Gómez Lobo que dicen que no hay universales, y hay otros
autores que dicen que sí. Esto es muy frecuente en la lectura de los griegos. Si
lo universal tiene que ver con la aproximación a la ciencia, lo particular incluye
a la experiencia.
Aristóteles dice: Es fácil errar en el blanco, porque hay una sola forma de
acertar y es difícil acertar, y muy fácil errar. Hay muchas formas de errar, y una
sola forma, y una gran dificultad, para acertar. Esta cuestión que parece casi
como el tiro de un arquero que da en el blanco, tiene que ver con la
estocástica. Por eso se dice muchas veces que la ética Aristotélica tiene que
ver la técnica e apuntar con una flecha hacia un blanco.
Un hecho llamativo, muy particular, que Aristóteles también tiene otra obra, un
escrito muy difícil, donde habla del arte de la arquería (toxiké) en los Celtas y la
utilización de una pharmákon. Entonces habla de, la primera vez que se utiliza
el concepto de tóxico en relación en este caso con el arte de la arquería y el
uso del pharmákon.
El arte de la navegación nos enseña que hay veces que hay que surcar por los
excesos y otras por los defectos para llegar a un término medio. Así como en
medicina no hay nada establecido en cuanto a salud respecto a la razón
tampoco en le ética
La phrónesis es todo un pensamiento racional, practico, que tiene que ver con
las contingencias propias de los seres humanos. Es una contingencia, con
metas accidentales. No es una ética que tiene que ver con metas fijas, con
máximas estrictas que uno debe realizar. Sino, dada una situación, uno tiene
que poder calcular cuál es la acción ética adecuada para llevar adelante. Esto
tiene que ver con la ética. ¿Por qué? Porque tiene que ser hecho en un
momento adecuado, en una situación adecuada. Esa misma acción, en otro
momento, puede no ser una acción adecuada.
Acá se ve muy bien, miren la extensión del territorio. Acá está Grecia, y todo
esto es todo lo que conquistó Alejandro. Él extendió el dominio griego a todo el
mundo conocido en esa época, con ello llevo la impronta filosófica de la cultura
griega.
Pero Alejandro murió en el año 323 a.C. El Imperio se disolvió. Los atenienses
tenían algo en contra de los macedonios. Aristóteles se fue a la tierra originaria
de su madre y un año después muere en 322 a.C.
Pero el pensamiento político, que es un tema que nos interesa mucho, deja de
estar ligado a la polis, y pasa a ser cosmopolita.
Las escuelas Helenísticas más importantes son cuatro: Los Epicúreos, los
Estoicos, los Cirenaicos y los Cínicos.
El Estoicismo sostiene que hay que gozar de una radical libertad interior. Los
ignorantes son esclavos de sus placeres, afectos, pasiones. El sabio se
preocupa por su alma, por desterrar de ella las pasiones o afectos. El concepto
es el de apathía.
Segunda parte
Esto que parece una tontería generó un gran problema en la Edad Media.
Bueno, Porfirio, no da ninguna respuesta.
Hay un autor que se llama Agustín de Hipona (354 –430 d. C.)., que adopta el
realismo platónico y transforma esa noción de la idea en relación a ese Ser
creador, lo transforma en un emanacionismo. O sea, de ese Ser emanan las
cosas.
Boecio (480 – 525 d.C.) intenta tomar esta cuestión desde el principio de
similitud. Las cosas no son ni tan reales, ni tan conceptuales. Hay géneros y
especies que son intelectuales, pero es por similitud a lo que se aprecia en la
naturaleza. Así, la similitud es la base entre las cosas en la naturaleza como la
de los universales en la mente.
Juan Escoto Eriúgena (810-877 d. C.) dice que hay preeminencia de las
Ideas sobre los entes concretos. Las ideas crean los entes.
Hay un Autor sobre el que vamos a dar una pequeña perspectiva: Francis
Bacon (1561 -1626). No era filósofo. Era más bien político, abogado, escritor.
Sin embargo él empieza a tirar abajo los principios principalmente aceptados, y
empieza a construir las primeras líneas de un método.
Lo que va a proponer es que el ser humano está confundido por cuatro formas
de ídolos. Cuatro formas de construcciones, que lo llaman, los ídolos de la
tribu, los ídolos de la caverna, los ídolos del foro y los ídolos del teatro.
Los ídolos de la tribu tienen que ver con la naturaleza del hombre, tiene que ver
con lo que el hombre cree, cree como ideales. Tiene que ver con el género
humano. Y tiene que ver con el efecto de masas entre los hombres. El
entendimiento humano es con respecto a las cosas, como un espejo infiel, que,
recibiendo sus rayos, mezcla su propia naturaleza a la de ellos, y de esta
suerte los desvía y corrompe.
Los ídolos de la caverna tienen que ver con la naturaleza individual de cada
uno; pues todo hombre por fuera de los errores comunes de todo lo humano,
lleva en sí cierta caverna en que la luz de la naturaleza se corrompe.
Los ídolos del foro tienen que ver con el lenguaje. Una lengua mal constituida,
no puede transmitir ningún tipo de saber. El lenguaje es traicionero, el lenguaje
envicia. Por eso, un autor que vamos a ver brevemente, que es Condillac y que
tiene que ver con los fundamentos de la clínica psiquiátrica, él dice que la
ciencia tiene que ser una lengua bien construida. No tiene que ser otra cosa
más que una lengua bien construida.
Existen también ídolos que provienen de la reunión y de la sociedad de
los hombres, a los que designamos con el nombre de ídolos del foro, para
significar el comercio y la comunidad de los hombres de que tienen
origen. Los hombres se comunican entre sí por el lenguaje; pero el
sentido de las palabras se regula por el concepto del vulgo. He aquí por
qué la inteligencia, a la que deplorablemente se impone una lengua mal
constituida, se siente importunada de extraña manera. Las definiciones y
explicaciones de que los sabios acostumbran proveerse y armarse
anticipadamente en muchos asuntos, no les libertan por ello de esta
tiranía. Pero las palabras hacen violencia al espíritu y lo turban todo, y los
hombres se ven lanzados por las palabras a controversias e
imaginaciones innumerables y vanas. (aforismo 43)
Los ídolos del teatro tienen que ver con los falsos sistemas filosóficos. El
principio de autoridad, lo que se cree ya consabido.
Hay un autor que se llama Alexander Koyre, que se los recomiendo, que ha escrito
varios libros. Entre ellos, Estudios galileanos, para él la revolución es de Galileo, no es
de Descartes. Ha escrito Estudios de historia del pensamiento científico. Del mundo
cerrado al universo infinito, y varios más.
Habíamos hablado del tema de la verdad. Para los griegos la verdad era
desocultamiento. Para Aristóteles, una forma de pensar la verdad y que atraviesa toda
la Edad Media, y tiene su base en el pensamiento aristotélico es el de adecuación. La
adecuación entre la cosa y el intelecto. En Descartes, hay un viraje en el concepto de
verdad, pero aún persiste el concepto de verdad clásica. Ese viraje no es tan taxativo,
pero es fundamental para entender a Descartes. La verdad para Descartes tiene que
ver con la certeza. Lo indubitable.
Entonces, la cuestión es que en los siglos XVI y XVII se produce un viraje muy
importante en la humanidad, y hay un cambio significativo principalmente en relación
al pensamiento del mundo. Se destruye todo el concepto cristiano sobre las jerarquías
celestiales. Surge en el plano teológico y político la Reforma y con ello hay un cambio
en la teoría de la gracia, ya no como gracia justificante, sino que hay otra concepción
que hace a la gracia divina no dependiente de las acciones humanas. Aparece un Otro
que decide, que decide más allá de las acciones humanas. Y hay un autor que se
llama Max Weber que escribe un libro muy interesante sobre La ética protestante y el
espíritu del capitalismo, y hace una excelente diferencia entre la ética protestante y la
ética cristiana en tanto ética de la responsabilidad y ética de la convicción, aunque
haya sido un muy criticado es tu apreciación importante. Él presenta lo que puede
tomarse como los motivos que han llevado a los países que han seguido el
cristianismo a tener un desarrollo capitalista-económico-industrial menor que los
países que tuvieron una ética protestante.
En relación con el cuerpo humano, la teoría humoral, que había sido un pensamiento
griego de la Escuela de Cos, -particularmente de Hipócrates- y que estaba enlazado a
las cuatro raíces universales de Empédocles, persistió prácticamente hasta el Siglo XII
o XIII. En el Siglo XIII se empiezan a abrir cadáveres. Se empieza a investigar si
existen o no existen los humores. Se empieza a reemplazar esa teoría por la de los
licores. La alquimia empieza a tomar un papel importante, y también la mecánica.
Vamos a ver en Descartes, un pensamiento absolutamente mecanicista. Harvey había
descubierto que había una circulación de la sangre, y que tenia un efecto circular.
Todo esto es un cambio revolucionario. Y todo esto, va ubicando nuevas perspectivas
para la investigación científica.
Descartes nació en 1596, cerca de Tours en una localidad llamada la Haye. Tenía una
relación con la baja nobleza, y su madre murió cuando él tenía apenas un año. Se dice
que él tenía el síntoma de la tos seca, la palidez. No era muy fuerte, era más bien un
débil. Esa palidez, esa debilidad, lo ayudo también en su época de estudio, porque los
maestros le tenían cierto respecto por su capacidad, pero también cierta consideración
por su debilidad. Y a partir de 1629 se traslada casi totalmente a los Países Bajos.
Ámsterdam en ese momento era el lugar con mayor libertad para el desarrollo del
pensamiento. Se ve que los holandeses en ese momento estaban más ocupados por
las transacciones comerciales y no objetaban cuestiones que no tenían intereses
directos sobre sus finanzas. Entonces era un lugar ideal para un filósofo. Descartes
falleció en Estocolmo, Suecia, en 1650. Cristina de Suecia lo había invitado ese país y
contrajo una neumonía y falleció.
Las obras, de Descartes son Las Reglas para la dirección del espíritu, escrita en 1628
pero se publicó póstumamente. El mundo o tratado de la luz y El hombre, no se
publicó inmediatamente. Porque se tendrían que haber publicado en 1633 ¿y en ese
año qué pasó? Ya lo vamos a ver. En 1637 se publicó el Discurso del método para
dirigir bien la razón y hallar la verdad en las ciencias, seguido de tres ensayos
científicos: La Geometría, Dióptrica y Los meteoros. En francés, después fue traducido
al latín. Pero en francés. Él quería que tuviera una amplia divulgación. En 1641 las
Meditaciones metafísicas, en 1642, La búsqueda de la verdad mediante la razón
natural, que es una obra póstuma.
El tema de la infinitud era un tema que había generado varias discordias, y era un
tema candente. ¿Cómo se podía pensar que el espacio era infinito? Más que infinito,
indeterminado. El concepto es el de indeterminación, no tanto de infinito.
Cristina de Suecia, que era una joven intelectual, le pregunta a Descartes: ¿qué lugar
puede ocupar el hombre en un espacio así, sin centro? ¿cómo puede seguir ocupando
el mismo lugar de privilegio que la religión le otorga?
Esta afirmación de Nicolás de Cusa provoca revuelo, pero era un Cardenal. Por lo cual
pudo ser aceptado. Porque en esos tiempos alguien que también había hablado de
ello había muerto en la hoguera, Giordano Bruno, había sido quemado en 1600, y por
otro lado en 1633 Galileo había sido sentenciado. Muy preocupado Descartes, le
escribe a Mersenne diciéndole hay que tener cuidado con las cosas que se dicen. Se
supone que estos episodios distorsionan gran parte de lo que Descartes escribe. Lo
que él tenía pensado decir, no lo dice. Lo que tenía pensado publicar en su momento
no lo publica, y su discurso cambia en gran medida.
Todo tenía subjectum, los libros, las flores, las cosas, etc. Pero él necesitaba uno.
Como un punto de Arquímedes, para sostener el edificio. Entonces, aplicando el
criterio que va a aplicar, pone en duda todas las subjecta, todas. Para sostener y
encontrar cuál es el único sujeto que señale certeramente e indubitablemente un punto
de apoyo.
Pero bueno, Descartes utiliza el término subjectum en el sentido medieval del término.
O sea que no tenía el sentido del concepto de sujeto. Él hablaba de substantia, de res
que es cosa, pero no de subjectum. Todo esto es un pensamiento posterior.
Principalmente de Baumgarten que lo extiende. Por eso, para Heidegger, el cambio de
dirección de la relación del sujeto, se produce gracias a la aparición de la nueva idea
de verdad, pero esta es una lectura heideggeriana. Entonces, la verdad para
Descartes, según Heidegger, pero lo podemos corroborar, es la certeza. Según este
autor, a partir de Descartes, al mismo tiempo que surge esta dimensión del sujeto, se
produce un olvido de la pregunta fundamental por el ser
Veamos algunas cuestiones del Discurso del método, comienza de una forma muy
elocuente. Dice:
Él dice esto es lo que yo hice, si ustedes quieren hacerlo, lo hacen, sino, cosa de
ustedes. Y a partir de ahí entonces va proponiendo en la parte II del Discurso, una
serie de reglas de investigación.
Dice, la primera regla: no admitir jamás cosa alguna como verdadera sin haber
conocido con evidencia que así era. La evidencia en primer lugar. La segunda: dividir
cada una de las dificultades que examinaré, en tantas partes fuere posible y en
cuantas requiriese su mejor solución. En otras palabras, una disección. La tercera:
conducir con orden mis pensamientos, empezando por los objetos más simples y más
fáciles de conocer, para ascender poco a poco, gradualmente, hasta el conocimiento
de los más compuestos, e incluso suponiendo un orden entre los que no se preceden
naturalmente. Y la última: hacer en todo un recuento integral y una revisión general,
para estar seguro de no omitir nada.
A partir de ahí entonces, habiendo orientado esto, vamos a examinar, a leer, una parte
de la parte IV del Discurso del método. Allí Descartes dice: “Examiné atentamente lo
que era yo, y viendo que podía imaginar que carecía de cuerpo y que no existía nada
en que mi ser no estuviera, pero no podía concebir mi no existencia, porque mi mismo
pensamiento de dudar de todo constituía la prueba mas evidente de que yo existía-
comprendí que era una sustancia” y habla ahí del término latino substantia, “cuya
naturaleza o esencia era a su vez el pensamiento, sustancia que no necesitaba ningún
lugar para ser ni depender de ninguna cosa material”; una cosa es la sustancia, otra
cosa es la materia. Sustancia es lo que subyace “…de suerte que este yo- o lo que es
lo mismo el alma- el cual soy lo que soy, es enteramente distinto del cuerpo y más
fácil de conocer que él”. (más fácil de conocer que el cuerpo).
Miren el modelo que da: la distinción y la claridad del yo pienso, existo, Al ser una idea
de clara y distinta se puede tomar como verdadera. Podríamos decir que uno de los
nombres de la verdad para Descartes es la idea clara y distinta.
Dice que estuvo trabajando en este tema durante años y que tomó la decisión de
deshacerse de los conocimientos adquiridos hasta entonces. La idea de escribir o de
pensar todo desde cero. Es la idea del hombre moderno. De la misma manera,
comienza el tratado de las pasiones del alma. Hagamos de cuenta, dice, que nadie ha
escrito nada sobre el tema. Empecemos desde cero.
No era que era un tipo inculto. Él había estudiado. Había estudiado escolástica, había
estudiado Aristóteles, había estudiado a los griegos, nada le convencía.
Particularmente no le convencía la lógica aristotélica. Usa la idea de comenzar todo de
nuevo, y critica tanto a los sentidos, como a la razón silogística. Hay una doble crítica.
No sirven ni los sentidos, ni la razón silogística como para obtener algo del orden de la
verdad.
Hay una pars destruens. Debe destruir todo, en primer lugar, destruir todo lo que hasta
ahora estaba construido, las antiguas opiniones, todo eso. Hay que demostrar la
falsedad de las opiniones, rechazar lo erróneo y lo que ofrezca mínima duda. “La ruina
de los cimientos causa la caída del edificio”. Es categórico.
Hay un argumento que dice todo lo aprendido a partir de los sentidos está en jaque y
lo vamos a poner a prueba.
¿Cómo se puede dudar de los sentidos? Estoy al lado del fuego vestido de negro y
con un papel en la mano. No puedo dudar de ello. Estoy acá sentado, con un
micrófono en la mano, frente a una computadora, vestido de gris, no puedo dudar de
ello.
Sin embargo, dice, podría ser un loco, tener una alucinación, o podría soñar que estoy
al lado del fuego, vestido de negro y con un papel en la mano. Este argumento del
sueño, tiende a refutar la noción misma de que los sentidos operan como prueba
irrefutable de realidad.
Entonces, por un lado, tira abajo la idea de que los sentidos pueden ser un elemento
válido que nos permiten conocer algo, algunos de los autores que se van a
contraponer a esto, que vamos a ver la vez que viene, es Locke, sobre el cual, sobre
Locke se construye, sobre el sensualismo de Locke.
Hay una presunción, inicial. Es posible pensar que hay cosas más generales
universales pero reales y verdaderas de cuya mezcla se han formado las imágenes de
las cosas residen en nuestra mente. Del mismo modo, ¿las representaciones de
nuestra mente son copias? Si son reproducciones, ¿cómo lo verificamos? ¿qué es la
representación?
Entonces puede ser que por ese lado uno pueda acceder a cosas, con existencia
cierta e indubitable. Pero no es tan así.
Descartes debe poner en duda todo. Y acá aparece el método de él, que es el de la
duda metódica o hiperbólica. -Debo poner en duda todo aquello que en otro momento
he sostenido como verdadero. Las opiniones son dudosas tanto en la afirmación como
en su negación.
Dice: -Supondré que Dios es un genio astuto y maligno y que ha empleado su poder
para engañarme. En otras palabras: que ese Otro es engañoso. Acá hay un tema
interesante. El Otro parece como garantizando, o no, la dimensión de la verdad.
Es un tema tomado por Lacan. No se si ustedes han leído a Lacan. No se si son afines
a Lacan, o son contrarios a Lacan. Pero Lacan le da mucha importancia al argumento
de Descartes, y dice que ese yo pienso tiene un je un yo deíctico. Nada más que él
habla, él dice que el sujeto del deseo en psicoanálisis tiene su punto de asidero en el
sujeto cartesiano, pero sin embargo es otro terreno, el del inconsciente, le da mayor
complejidad, pero se refiere a que ese concepto esta en deuda con el sujeto
cartesiano.
Para el psicoanálisis, Lacan sostendría que el cogito cartesiano sería algo así como
Wo Es war, soll Ich werden. -Allí donde el ello estaba, el yo debe advenir-. Habría que
pensarlo, pero en cierta medida hay una dimensión en donde Lacan sostiene, sobre
todo en el seminario XI, que hay un punto de cercanía entre este sujeto, y el sujeto
cartesiano.
Entonces dice, este genio astuto y maligno, y hay una presunción que tiene que ver
con la complejidad de las cosas. -Entonces dudaré de todo. ¿De qué va a dudar?
Dudará de todo; del cielo, del alma, de la tierra, de los colores, los sonidos, y todas las
cosas exteriores. De que tenga manos, ojos carne, sangre, sentidos.
Dice, en la primera regla: "Obedecer las leyes y las costumbres de mi propio país,
conservando con constancia la religión en la que Dios me ha dado la gracia de ser
instruido desde mi infancia, …alejarse de los excesos…” Hay que ver si es así, o es
una afirmación de compromiso.
La segunda regla es: “Ser en mis acciones lo más firme y lo más resuelto que
pudiese, y no seguir con menos constancia las opiniones más dudosas una vez que
me hubiese determinado, que si hubiesen sido muy seguras".
La tercera máxima: “Procurar siempre vencerme a mí mismo antes que a la fortuna y
modificar mis deseos antes que el orden del mundo” Primero está la verdad, después
estoy yo.
La cuarta es una composición: “Se trata del cultivo de la razón”. La razón entonces va
a quedar arriba. El dominio absoluto de la razón. Ya en Bacon, la razón era poder, acá
aparece e dominio de la razón, aún, sobre lo que vamos a ver después, las pasiones.
¿Por qué no se explica por si la existencia? ¿Por qué no basta decir yo existo, y
punto? Se acabó. No es suficiente dice. El único que puede decir “soy el que soy“, es
Dios. El único que dice existencia igual esencia, es Dios. Habíamos dividido
existencia-esencia. El único que puede homologar existencia y esencia es Dios. El
existente, es que es, el ser, ese es Dios.
Es el conocimiento más cierto y evidente que todos los que antes adquirí. Más cierto y
evidente. Hay evidencia pura.
Y ¿Pensar en qué? Pensar en los atributos. Pensar en los atributos puede ser
moverme, nutrirme, como decía Aristóteles. Puede ser respirar ¿Por qué no puede
decir respiro, luego soy? Porque no es algo que haga a la existencia. Sí hace a la
existencia del ser animal, pero no hace a la existencia del sujeto, podríamos decir. El
atributo es el de pensar, éste si me pertenece, es el que no se separa de mí. Yo soy,
yo existo, pero cuanto tiempo, si ceso de pensar dejaría de existir
Hay una cosa verdadera y verdaderamente existente ¿pero qué cosa? “una cosa que
piensa” res, acá utiliza el término res. Una cosa que piensa.
¿Qué quiere decir pensar? Bueno, los modos del pensamiento son: entender, afirmar,
negar, querer, imaginar, y sentir, etc. Son los modos contingentes de un atributo
necesario que es el pensamiento.
Soy una cosa que piensa, me asegura de la verdad por una idea clara y distinta. Las
cosas que percibimos claras y distintas son verdaderas Ahora, el tema es ¿Qué es la
distinción? ¿Qué quiere decir distinción? Distinción, algo que se distingue radicalmente
de otra cosa. Uno podría decir, soy una cosa que piensa. Ahora, mi cuerpo, es una
cosa que no piensa. Entonces es otra cosa. Pero no es por esa vía. Es una cuestión
compleja. Una cuestión compleja que le trae muchas complicaciones, y que es muy
difícil salir porque hay un peligro de un internismo.
¿Por qué o soy un cerebro en una cubeta? ¿Por qué no? ¿Ustedes se pensaron
alguna vez como un cerebro en una cubeta? Bueno, ahora piénsense como un
cerebro en una cubeta. Jonathan Dancy, pregunta ¿por qué uno no es un cerebro en
una cubeta? Todo manejado por computadoras, por un científico, benévolo o maligno,
de acuerdo a su gusto. ¿Porqué no hay una cosmovisión desde únicamente un
cerebro? Y ni siquiera un cerebro, eso es ya la imaginería de un concepto.
Pero para poder distinguir la cosa extensa se produce una complicación. La distinción
entre alma y cuerpo es una distinción real. Son dos sustancias diferentes. Res cogitan
y res extensa. Dos sustancias. Tiene que probar que hay otra cosa. Porque si no,
tampoco valdría el argumento, yo soy, pienso. Y tiene que probar que existe el mundo
exterior.
Hay ideas, dice: Entre mis pensamientos, hay algunas imágenes que las llamo ideas, y
que me las represento una quimera, el cielo, un ángel o el mismo Dios, pueden ser
una idea. Cómo comprobar que esas ideas son representaciones claras y distintas de
algo de la realidad. No le queda otra alternativa de tomar una garantía. Y ¿quién es
esa garantía? Es el Otro, con mayúscula, es Dios. Entonces, hay un punto de creencia
en Descartes, que está dado por esa garantía.
Descartes tenía una fuerte formación escolástica que la desecha, dice no le sirve para
nada. Pero también vivía en una época en la que uno había sido quemado y el otro
había sido tomado por hereje. Y su preocupación aparece muy fuertemente en las
cartas y que dice, bueno, que hay que reevaluar lo que va a escribir. La idea de que
aparezca Dios y la existencia de Dios, podría deberse a eso. Pero de cualquier
manera, si no pone a Dios ahí, no hay salida del internismo.
Él apuesta por ese lado, teniendo en cuenta que las ideas pueden ser para Descartes
innatas como por ejemplo la idea de círculo, la idea geométrica. Están las ideas
adventicias, que provienen de afuera. Y están las ideas ficticias o facticias, que
son las que surgen de la imaginación. Pero dentro de eso, está la cuestión de la
existencia de Dios, que ya sí había sido trabajado por otros.
Para la religión, no es tan importante que Dios exista, sino que Dios sea. Esta
confrontación la tuve con un grupo de religiosos, en un momento, con un Imán con un
Rabino, con un sacerdote católico, con un anglicano, sobre la existencia de Dios. Y me
decían no, acá, eso les interesa a ustedes, los psicoanalistas, que dicen que la religión
es una neurosis, todo eso… a nosotros nos importa que Dios sea. Esencia. Que sea
positivamente o negativamente no importa, eso ya es teología positiva o teología
negativa. No importa.
Pero, antes de Descartes, había una serie de antecedentes, por ejemplo, el argumento
de la existencia de Dios, que había comenzado, como decíamos la vez pasada, con
Anselmo. El argumento de San Anselmo, como dice el compañero, tiene que ver con
la idea de perfección. Si existe la idea de perfección y como habíamos visto al vez
pasada para Anselmo, que era un realista extremo, si la idea existe, la realidad existe.
Si la idea de perfección existe, el ser perfecto existe.
Este mismo argumento después es tomado en parte por Tomás y Descartes. Kant lo
va a llamar argumento ontológico acerca de la existencia de Dios.
A partir de ahí, necesita probar que existe un mundo externo. Tiene que probar que no
está solo en el mundo y que hay algo fuera de la mente. El camino que va a adoptar
Descartes para probar que hay un mundo externo es un camino indirecto. Descartes
debe probar que existe Dios y a partir de allí, esto lo va a utilizar como garantía del
cono-cimiento. Descartes dice: “Procurare saber si hay un Dios... y si veo que hay uno,
intentaré saber si puede engañarme”
1- Tengo la idea de un ser perfecto. Por lo cual, en una causa total y eficiente
debe haber al menos igual realidad que en el efecto.
3- Tal idea no proviene de mí, porque “lo menos perfecto” no puede causar algo
“más perfecto” .
Es raro pensar que existen ideas innatas. Pero esto funda también una lógica del
lenguaje. No se si es absurda o no. Hay autores modernos que sostienen que hay un
innatismo por lo menos en las reglas gramaticales, como Chomsky, Fodor y otros. Y
hay otros que no. Entre ellos, nuestro apreciado Lacan.
En una segunda premisa se sostiene que esa idea no pudo haber provenido de la
nada porque “la nada no es causa de nada”. El principio dice: “de la nada, nada sale”.
Es en realidad, la aplicación del principio más general: “la nada es el cero absoluto de
la realidad o de la potencia”.
La tercera premisa sostiene que tampoco uno puede haber gestado dicha idea; porque
lo menos perfecto no puede generar lo más perfecto. La idea de ser perfecto es
muchísimo más potente y tiene mayor realidad que la que uno tiene. La cuestión es si
un ser finito puede contener la idea de un ser infinito, en tanto uno es un ser finito y
estamos hablando de la idea que refiere objetivamente - en principio - a un ser infinito.
Por lo tanto, la idea de un ser infinito tiene que haber sido generada por un ser
perfecto y ese ser perfecto no es otro que Dios.
Pero esta idea se corresponde con algo externo y eso es lo que Descartes tiene que
probar partiendo de lo que se tiene como idea. Es necesario mostrar que hay un
correlato objetivo afuera. Ahora, si Dios efectivamente es perfecto, su existencia no
puede depender de que uno lo piense. Porque de eso depende, por ejemplo el
centauro. Pero esto es imperfecto. Si uno no piensa al centauro, éste desaparece.
Pero si a Dios le pasara lo mismo, entonces no sería perfecto, ni sería tan infinito
como se supone. No sería omnisciente y todopoderoso. Tendría una idea de otra
entidad que no es Dios.
Pero para llegar a la conclusión, Descartes debe incluir una serie de pasos en la
argumentación. Hay muchas premisas y la memoria puede ser problemática porque
puede fallar. Descartes dice que la existencia de Dios se hace evidente a través de
una argumentación, pero si es necesario esgrimir un argumento para probar la
existencia de Dios, entonces la evidencia dada por el argumento, va a ser menor que
la evidencia propia del cogito. Al cogito no hace falta argumentarlo; el cogito es una
intuición inmediata. Entonces en todo este proceso, Descartes tiene que dar una serie
de pasos que no estaban en el cogito y por más que él diga que esto es evidente,
dicha evidencia no tiene la misma certeza con respecto a lo evidenciado que con
respecto al cogito.
3- Dios existe.
En lo esencial, este argumento mantiene que concebir a Dios es casi la misma cosa
que concebir que existe. Los pasos básicos de esta prueba, tal y como la encontramos
en las “Meditaciones Metafísicas” parten de la afirmación de que todo lo que conozco
clara y distintamente como perteneciente a ese objeto -como por ejemplo, todas las
propiedades que percibo clara y distintamente que pertenecen a un triángulo- le
pertenecen realmente. Descartes considera la existencia como una propiedad puesto
que puede ser atribuida a una cosa. Así la existencia posible es una perfección en la
idea de un triángulo porque la hace más perfecta que las ideas de todas las quimeras
que no pueden ser producidas. Pero la existencia necesaria es una perfección aún
mayor. De acuerdo con Descartes entonces, el “existir en la realidad” es más perfecto
que el “existir en la posibilidad” del pensamiento.
No se debe afirmar aquí que es necesario a la verdad que yo confiese que
Dios existe, porque he supuesto que posee todas las perfecciones, y la
existencia es una de éstas
En la idea de Dios está comprendida su existencia del mismo modo que en la idea del
triángulo está el que la suma de los tres ángulos internos sea igual a dos rectos.
Señala también que esto no ocurre con ninguna entidad distinta de Dios: en las ideas
de las otras entidades encontramos contenida sólo la posibilidad de existencia, no su
realidad. En Dios –y sólo en Él– se encuentra en su naturaleza o esencia la existencia
necesaria.
Arnould, en una carta escrita, también objeta a Descartes la dificultad en poder salvar
la argumentación de caer en un pensamiento circular. Paralelamente, una serie de
teólogos comienzan a objetar lo mismo. La idea de que si Dios es la única garantía
para confiar en las percepciones claras y distintas, llevaría a pensar que todo aquello
que descanse en la verdad de tales percepciones estaría viciado en el caso de que la
existencia de Dios no estuviera establecida. La respuesta de Descartes a Arnould es
confusa:
Por otro lado en Descartes sostiene un pensamiento moral que lo obliga a postular
el dominio de la razón. Según él es necesario tener los razonamientos adecuados para
llevar a adelante buenas acciones y tomar buenas decisiones. Esto lo discutió con la
princesa Isabel de Bohemia, como consecuencia de ello escribe el tratado de las
Pasiones del Alma.
En las Pasiones del Alma lo que es muy importante destacar es que hay dos
sustancias: alma y cuerpo. Cómo se concibe. Y él dice, bueno, está la glándula piñal,
¿ustedes más o menos se acuerdan de anatomía la glándula piñal? Tercer ventrículo,
hay una glándula ahí que está inmóvil, pero Descartes sostenía que se movía, que
vibraba. Entonces las vibraciones de la mente, transfería vibraciones en esa glándula,
que a través del sistema nervioso, y se movían mecánicamente diferentes partes del
cuerpo.
La idea que me parece más importante es que hay una idea de dominación moral de
las pasiones del cuerpo, pero las pasiones no son del cuerpo. El tratado se llama
sobre las pasiones del alma. Las pasiones son del alma El término passio en latín es
padecer. Pero las pasiones son en el alma.