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FACULTAD DE PSICOLOGÍA (UBA)

CÁTEDRA: PROBLEMAS FILOSÓFICOS EN PSICOLOGÍA.

Código 096

Clase correspondiente al 15 de julio de 2021 del curso de invierno

Profesor: Dr. Fabián Allegro

No vamos a ver todo el texto de la Ética Nicomaquéa sino que nos vamos a
centrar exclusivamente en un concepto, que es el concepto de phrónesis.

Lacan en el Seminario VII, sobre la ética, toma, entre otras cosas, como
referencia primordial, esta Ética.

Yo les recuerdo que Aristóteles escribe tres obras sobre ética. Una que es la
Ética a Nicómaco, supuestamente que está dedicada a su hijo. El padre
también se llamaba Nicómaco y quizás su editor también se llamaba así. La
otra ética es la Ética a Eudemio y la otra, la Gran Moral.

La Ética Nicomaquea tiene una importancia radical. Es la primera gran obra


sobre la ética. El objetivo teleológico de la Ética está centrado en la causa final,
en, lo que podríamos llamar, la felicidad. La felicidad tal como la llamaban los
griegos: eudaimonía que quiere decir, al cuidado de los dioses. Esa felicidad no
está íntimamente ligada al requisito del placer pero sin embargo no está
alejada del principio del placer. El principio del placer no condiciona
directamente la ética, pero la realización ética sí promueve algún tipo de
bienestar y placer

El elemento que queríamos remarcar es el de phrónesis. Es un concepto ético-


político. Como vamos a ver, phrónesis en latín se puede traducir como
prudentia, y en castellano prudencia. Sin embargo tiene una complejidad tal
que vendría a ser un concepto que tiene su relación con una racionalidad
práctica en correspondencia con el pensamiento ético.

Habíamos dicho que la virtud para los griegos se llamaba areté y había dos
tipos de virtudes (aretés) señaladas por Aristóteles: Las virtudes éticas y las
dianoéticas, que tiene que ver con las aptitudes éticas intelectuales: el arte, la
ciencia, la prudencia (phrónesis) la sabiduría, y el intelecto.

Phrónesis es una racionalidad práctica, que tiene que ver con la prudencia; y
tiene que ver con el concepto, cuando veíamos a Fedón, de segunda
navegación. La phrónesis es una racionalidad de medios, o sea no importan los
fines. Los fines ya están dados, pero lo que tiene que ver con la phrónesis es la
deliberación en la selección de los medios hacia los fines ya propuestos.

Aristóteles dice “la virtud hace recto al fin propuesto y la prudencia los medios
para ese fin”. Así entonces, el objeto de la deliberación no es el fin sino los
medios que conducen. Con lo cual, esta escala prudencial, la podríamos
llamar, estrategia. La ética Nicomaquéa, está dada en términos de acciones
particulares, y hay quienes discuten si hay reglas universales, o no. Se puede
señalar que no hay un acuerdo acerca si hay universales en o no los hay. Hay
autores, como Gómez Lobo que dicen que no hay universales, y hay otros
autores que dicen que sí. Esto es muy frecuente en la lectura de los griegos. Si
lo universal tiene que ver con la aproximación a la ciencia, lo particular incluye
a la experiencia.

La phrónesis no es episteme, tampoco es sabiduría pura. Pero en sí,


podríamos aceptar que hay máximas que tienen que estar de acuerdo con los
particulares, con la acción práctica individual.

Para llevar adelante la phrónesis es necesario, como habíamos mencionado, la


elección de los medios. Esta elección que se llama proairesis, tiene que ver con
la relación entre las reglas que orientan las acciones y la diversidad de las
situaciones en las que debe actuar. No solamente cómo, sino también donde y
cuando, en qué momento. Este concepto de phrónesis, por lo tanto, no apunta
hacia lo necesario, sino hacia lo contingente, propio del ser humano. Hacia las
contingencias, no a lo que está dado. Entonces, también tiene que ver con un
momento oportuno para llevarlo adelante, los griegos lo llamaban kairós.

Aristóteles dice: Es fácil errar en el blanco, porque hay una sola forma de
acertar y es difícil acertar, y muy fácil errar. Hay muchas formas de errar, y una
sola forma, y una gran dificultad, para acertar. Esta cuestión que parece casi
como el tiro de un arquero que da en el blanco, tiene que ver con la
estocástica. Por eso se dice muchas veces que la ética Aristotélica tiene que
ver la técnica e apuntar con una flecha hacia un blanco.

Un hecho llamativo, muy particular, que Aristóteles también tiene otra obra, un
escrito muy difícil, donde habla del arte de la arquería (toxiké) en los Celtas y la
utilización de una pharmákon. Entonces habla de, la primera vez que se utiliza
el concepto de tóxico en relación en este caso con el arte de la arquería y el
uso del pharmákon.

El arte de la navegación nos enseña que hay veces que hay que surcar por los
excesos y otras por los defectos para llegar a un término medio. Así como en
medicina no hay nada establecido en cuanto a salud respecto a la razón
tampoco en le ética

La phrónesis es todo un pensamiento racional, practico, que tiene que ver con
las contingencias propias de los seres humanos. Es una contingencia, con
metas accidentales. No es una ética que tiene que ver con metas fijas, con
máximas estrictas que uno debe realizar. Sino, dada una situación, uno tiene
que poder calcular cuál es la acción ética adecuada para llevar adelante. Esto
tiene que ver con la ética. ¿Por qué? Porque tiene que ser hecho en un
momento adecuado, en una situación adecuada. Esa misma acción, en otro
momento, puede no ser una acción adecuada.

Por ejemplo, dar un pharmákon en un momento, en el tránsito, en alguna


enfermedad de un paciente, puede ser una acción ética. Darlo en otra
situación, en otro momento, puede no ser una acción ética. Esto tiene que ver
con el momento, el lugar y la oportunidad

La orientación se hace a través de lo que veíamos, otra de las virtudes


dianoéticas, que es la inteligencia práctica. Su modo de operar pendula entre
los opuestos. y entre principio de acción y situación. Y no conciernen con la
habilidad técnica exclusivamente, sino con la elección lo cual nos habla de que
la phrónesis o el pensamiento ético no se hace por naturaleza, no está dado
por naturaleza. Si bien la elección es algo voluntario, no toda acción voluntaria
es ética. Porque la elección voluntaria puede estar dada por ejemplo por algún
tipo de pasión, por algún tipo de inclinación.

¿Cómo nos podríamos orientar? está la teoría, en la Ética Nicomaquéa, del


justo medio. El justo medio entre dos excesos. Por eso entonces podríamos
pensar esta forma de pensar de Aristóteles. Un ejemplo es como pensar la
valentía- Dice Aristóteles que lo temible no es igual a todos. Algunos tememos
más algunas cosas, otros tememos menos otras cosas. Los que se exceden
por falta de temor son temerarios. Y los que se exceden en temor son
cobardes. Entonces ¿Qué es la valentía?.

El valiente, tiene en cuenta as diferentes formas de valor, es propio del


valiente afrontar los peligros temibles para los hombres ya sean hechos
concretos o aparentes (1117 a 18)

De acuerdo a la situación, el valiente es el que sabe calcular estratégicamente


qué es lo que hay que hacer en cada momento y en cada situación en
particular.

Alejandro Magno ¿fue valiente o fue temerario? Era alumno de Aristóteles.


Sabemos que Alejandro conquistó todo el mundo conocido.

Acá se ve muy bien, miren la extensión del territorio. Acá está Grecia, y todo
esto es todo lo que conquistó Alejandro. Él extendió el dominio griego a todo el
mundo conocido en esa época, con ello llevo la impronta filosófica de la cultura
griega.
Pero Alejandro murió en el año 323 a.C. El Imperio se disolvió. Los atenienses
tenían algo en contra de los macedonios. Aristóteles se fue a la tierra originaria
de su madre y un año después muere en 322 a.C.

La filosofía a partir de la muerte de Alejandro, en esa extensión, se la conoce


como filosofía Helenística. Y va desde la muerte de Alejandro, hasta la invasión
de Macedonia por los romanos, en el año 148 a. C. Es una filosofía que, por un
lado, inaugura la decadencia de la filosofía griega propiamente dicha. Por otro
lado, la extiende. Y por otro lado recibe conocimientos del resto del mundo.

Pero el pensamiento político, que es un tema que nos interesa mucho, deja de
estar ligado a la polis, y pasa a ser cosmopolita.

Las escuelas Helenísticas más importantes son cuatro: Los Epicúreos, los
Estoicos, los Cirenaicos y los Cínicos.

Había una formula muy interesante, que se las menciono solamente, de la


filosofía epicúrea. Los Epicúreos sostenían una relación con la pasión muy
interesante. No eran típicamente hedonistas, pero estaban muy cercanos a
eso. De alguna forma había una búsqueda del placer, o por lo menos le
escapaban al dolor. La forma que tenía que ver con las pasiones, era a través
del manejo de lo que llamaban la ataraxia sea que, las pasiones no contaminen
el razonamiento. Era un equilibrio perfecto entre la mente y el cuerpo que
proporcionaba la serenidad.

Postulan el tetrapharmákon. Cuatro remedios con respecto a los principales


males, que ellos consideraban; los dioses, la muerte, el placer y el dolor. Los
dioses. Porque los dioses promovían una falsa noción acerca de los bienes, de
los males, y de los castigos. No conocemos la naturaleza de los dioses, por lo
tanto no sabemos si los dioses son o no son. No tenemos porqué tenerles
miedo entonces. Epicuro en la Epístola a Meneceo dice: "Acostúmbrate a
pensar que la muerte para nosotros no es nada...", puesto que la muerte es la
privación de sensación, una vez muertos no hay nada.

Y por otro lado, el placer y el dolor. El bien consiste en conseguir el placer y


huir del dolor. Esta es la lógica de los epicúreos. El placer es fácil de conseguir
y el dolor fácil de evitar.
Epicuro y sus seguidores se reunían en el jardín de su casa. Allí filosofaban en
conjunto filósofos, comerciantes, prostitutas, etc. No veían con buenos ojos al
amor, eros, pero sí veían con buenos ojos a la aphrodisia, las relaciones
sexuales. Eros ataba. Las relaciones sexuales, no ataban.

Dicen que Epicuro probablemente haya tenido un cáncer de de vejiga, y tenía


fuertes dolores, entonces en sus últimos momentos se la pasaba rememorando
episodios buenos de su vida así él conseguía un estado de placer aun en
situación de extremo dolor.

El Estoicismo fue la filosofía helénica que permaneció durante más tiempo.


Tanto es así que se extendió hasta Justiniano. Hay un estoicismo griego, y un
estoicismo latino. Los representantes de éste último son por ejemplo: Marco
Aurelio, Epíteto, Seneca, y Cicerón.

El Estoicismo sostiene que hay que gozar de una radical libertad interior. Los
ignorantes son esclavos de sus placeres, afectos, pasiones. El sabio se
preocupa por su alma, por desterrar de ella las pasiones o afectos. El concepto
es el de apathía.

*Sobre la discusión acerca de la muerte de Freud remitirse al video

Segunda parte

Justiniano cierra la Escuela de Atenas, en el año 529. Esto ya se los había


mencionado. Entonces los pensadores del helenismo, se escapan hacia Persia.
Un gran reducto de este conocimiento queda en Alejandría, Damasco, la
Córdoba ibérica, Toledo por ejemplo, y de ahí vuelve a entrar a Europa, y el
resurgimiento de la cultura griega tiene que ver con la invasión mora a partir del
siglo sexto y el renacimiento tiene su momento de apogeo en el Siglo XIII.

De Platón habían quedado muy pocas obras. Fundamentalmente parte del


Timeo de Platón; y de Aristóteles había quedado parte del Organón y las
Categorías. Platón señalaba que las ideas son lo más real que hay. Las cosas
son lo menos real que hay. Aristóteles sostenía la inmanencia. Un realismo
moderado. Los particulares eran las cosas más reales. Ahora, que pasaba con
aquello que se constituía en género. Si las cosas eran especies, que pasaba
con los géneros ¿Los géneros eran reales o no eran reales?
Porfirio, Porfirio (232-304 d. C.) empezó a pensar este problema. Y lo planteó
de la siguiente forma. Divide el problema en tres partes:

¿Existen en la naturaleza los géneros y las especies, o consisten en


meros productos del intelecto?

Si hay cosas aparte de la mente ¿Son corpóreas o incorpóreas?

¿Existen en el exterior los objetos (individuales) de los sentidos, o se


hacen reales en estos últimos?.

Esto que parece una tontería generó un gran problema en la Edad Media.
Bueno, Porfirio, no da ninguna respuesta.

Aparece entonces un problema que se llamó la Querella de los Universales.


¿Qué son los universales? ¿algo real o algo abstracto? Fuerte problema, de
tipo filosófico pero también teológico. Esto es un gran problema porque en el
camino de la fe, hay alguien (Dios) que se presentó frente a Moisés y le dijo, yo
soy el que soy. Dios se presenta ante Moisés y dice esto como efecto de
revelación. Y de ahí entonces que empieza a surgir por el lado de la fe esta
idea: hay algo que es lo que es. ¿Pero qué es ese algo? Está bien, todos se lo
creían, todos pensaban, bueno vamos, es, es lo que es. Por un lado, pero por
el otro, y ¿que es esto? Y principalmente si las cosas eran, qué relación había
entre las cosas y eso, qué relación había entre las especies y ese gran ser,
Dios.

Hay un autor que se llama Agustín de Hipona (354 –430 d. C.)., que adopta el
realismo platónico y transforma esa noción de la idea en relación a ese Ser
creador, lo transforma en un emanacionismo. O sea, de ese Ser emanan las
cosas.

No nos podemos detener en Agustín de Hipona, pero realmente la obra, la vida


de Agustín es interesantísima. Entre otras cosas, lo que hace es imponer,
universalmente, para todos en un Concilio en Cartago en el año 418, el
precepto del pecado original. ¿Como concibe él el pecado original? Lo que dice
del pecado original, en Adán, es que su cuerpo, el cuerpo de Adán, se movió
deshonestamente. No es que Eva lo indujo, sino que el pecado original fue que
una parte del cuerpo de Adán no obedeció a su voluntad, por lo tanto Adán no
obedeció a la Voluntad de Dios. ¿Cual fue ese movimiento deshonesto y
ominoso del cuerpo?: una erección. A partir de ahí entonces, ambos decidieron
cubrirse. Podría entenderse porqué decidió cubrirse Adán, no se sabe muy bien
porqué Eva. Acá está entonces en juego para el en psicoanálisis algo
interesante que se podría pensar relativo a la cuestión fálica.

Boecio (480 – 525 d.C.) intenta tomar esta cuestión desde el principio de
similitud. Las cosas no son ni tan reales, ni tan conceptuales. Hay géneros y
especies que son intelectuales, pero es por similitud a lo que se aprecia en la
naturaleza. Así, la similitud es la base entre las cosas en la naturaleza como la
de los universales en la mente.

Por un lado entonces, aparecería como si fuese un nominalismo. Pero no es un


nominalismo. Solamente sigue a Aristóteles en lo que decía él en las
Categorías.

Juan Escoto Eriúgena (810-877 d. C.) dice que hay preeminencia de las
Ideas sobre los entes concretos. Las ideas crean los entes.

Observen cómo los pensamientos de los autores van variando.

Anselmo de Canterbury (1033 - 1109). Otorga una preeminencia al


pensamiento por sobre las cosas. ¿Por qué? Porque dice, si la idea es, la cosa
existe. Si la idea de perfección existe entonces el ente perfecto debe existir.
Esto es el argumento de la existencia de Dios. ¿Qué pasa ahí? Se piensa la
existencia de Dios por la vía intelectual. No es tanto la creencia en lo absurdo,
sino por la vía del intelecto.

Es el comienzo de lo que Pascal va a proponer después cuando dice, hay un


Dios de los filósofos (refiriéndose particularmente a Descartes). El Dios que se
entiende por la existencia y con razonamiento intelectual. Pascal dice ese no
sirve, el que sirve es el otro, el Dios de los profetas, de Abraham y de Jacob. Y
vamos a ver que Descartes necesita argumentar la existencia de Dios.

El pensamiento de Anselmo se enmarca en un realismo exagerado


Juan Roscellino (1050-1121) dice los universales son solo voces
pronunciadas: flatus vocis. Son palabras al viento.

Guillermo de Champeaux (1070 - 1121), que estudia con Roscellino, adopta


una posición opuesta. Dice, no es tan así. Los miembros de una especie
diferente, difieren accidentalmente pero no como sustancia. Esto es lo que dice
en primer grado. Cuando lo acusan de hereje se retracta, y dice que miembros
de la misma especie son la misma cosa, no esencialmente, sino
indiferentemente.

Pedro Abelardo (1079-1142), dice los universales no son sustancias, tampoco


voces, son palabras. Se abstraen las semejanzas y se hacen universales (pero
no hay realmente universales sino sólo imágenes confusas) Los géneros están
y no están en las cosas. Pero el realismo extremo es falso pero tampoco
adopta un nominalismo. Queda entre medio.

Tomás de Aquino (1225-1274) adopta un realismo moderado. Tomando


nuevamente a Aristóteles dice, las cosas concebidas existen, y la mente
también existe pero como concepción mental. El universal está fundado en la
cosa o en la realidad, sino sería simplemente imaginación. Hay una idea de
universal. Tomas hace un argumento de la existencia de Dios, que lo divide en
cinco vías.

Y por último Guillermo de Ockham (1280– 1349) es ese personaje al que


alude Umberto Eco en el libro El nombre de la Rosa Cuando aparece ese
personaje que es Guillermo de Baskerville es Guillermo de Ockham, nada más
que Umberto Eco lo que hace es hace una composición. Utiliza una obra de
Conan Doyle El mastín de las Baskerville y lo mezcla con Guillermo de
Ockham. Entonces sería un Sherlock Holmes y a su vez Guillermo de Ockham.
Dice los universales es por naturaleza un signo de pluralidad. O sea es
absolutamente nominalista. Las cosas son por una cuestión del lenguaje.

En este largo período comienza la decadencia de ese tipo de pensamiento,


también la decadencia de la Escolástica. Hay también una caída de la física, la
lógica y la metafísica aristotélica.
Entonces a partir de ahí aparece un comienzo de una revolución, una
revolución muy grande. Como dice Thomas Kuhn, la caída de un paradigma.
Un paradigma es un modelo, un modelo por el cual se guía por ejemplo el
pensamiento científico durante una época, hasta que empieza a entrar en
crisis. Cuando se le quitan los elementos que conforman las bases de un
paradigma, cae el paradigma.

En este momento entonces empieza a caer el paradigma ptolemaico empieza a


caer el paradigma de las esferas celestes, empieza a caer el paradigma del
cosmos cerrado, y empieza a aparecer la idea del universo infinito.

Europa se sumerge en una gran crisis. En esa crisis es necesario reconstruir


las bases. Las bases puntuales que nos indiquen en dónde estamos parados.

Ahí aparece entonces, por ejemplo, en el arte, aparece la idea de perspectiva


en el renacimiento. Aparece la idea de perspectiva como forma simbólica.¿Qué
es la perspectiva? El intento del artista de dominar a aquel que mira una obra
de arte. La perspectiva aparece en el norte de Italia, y en los Países Bajos

En el orden de la astronomía, aparece Galileo.

En el orden del pensamiento, de la ciencia, aparece Descartes. Descartes


ubica dos puntos, sitúa un punto arquimedial. Necesitamos un punto de apoyo
para mover el mundo. Aquí aparece en el Siglo XVII ese punto, donde el poder
empieza a pasar por la razón.

Hay un Autor sobre el que vamos a dar una pequeña perspectiva: Francis
Bacon (1561 -1626). No era filósofo. Era más bien político, abogado, escritor.
Sin embargo él empieza a tirar abajo los principios principalmente aceptados, y
empieza a construir las primeras líneas de un método.

Ante la caída de la lógica del silogismo, expone en forma sistemática el método


inductivo.

Sabemos lo que es el silogismo, El silogismo se construye con una premisa


mayor, una premisa menor, y una conclusión. Bueno, a partir de ahí se
sostiene la lógica deductiva.
Una acotación al margen. Cuando una premisa mayor es falsa, Aristóteles la
llama protón pseudo. Freud utiliza ese término para señalar una teoría acerca
de las histéricas. Dice, protón pseudo de la histérica es la primera mentira de la
histérica que funda la sexualidad como si fuese una proposición silogística
errónea: un entimema.

Con Bacon se abre el camino para una metodología.

El Novun Organum está escrito como aforismos. En un aforismo -aforismo 1-


dice:

El hombre, servidor e intérprete de la naturaleza, ni obra ni comprende más


que en proporción de sus descubrimientos experimentales y racionales sobre
las leyes de esta naturaleza; fuera de ahí, nada sabe ni nada puede.

El objetivo inmediato es el aumento de conocimiento. El saber es poder, y debe


haber subordinación del conocimiento a la acción por ello se necesita inventar
recursos que amplíen el dominio del hombre. Es un concepción pragmática del
conocimiento (que no es un utilitarismo) Con ello hay una doble respuesta
hacia el racionalismo y hacia el principio de autoridad

El marco conceptual de estudio es la naturaleza. Los descubrimientos siempre


se deben al azar, en sus fluctuaciones y extravíos. No se puede anticipar un
descubrimiento. Se puede estudiar anticipadamente, por eso un ars inveniendi.

Lo que va a proponer es que el ser humano está confundido por cuatro formas
de ídolos. Cuatro formas de construcciones, que lo llaman, los ídolos de la
tribu, los ídolos de la caverna, los ídolos del foro y los ídolos del teatro.

Hay cuatro especies de ídolos que llenan el espíritu humano. Para


hacernos inteligibles, los designamos con los siguientes nombres: la
primera especie de ídolos, es la de los de la tribu; la segunda, los ídolos de
la caverna; la tercera, los ídolos del foro; la cuarta, los ídolos del teatro
(Aforismo 39)

Los ídolos de la tribu tienen que ver con la naturaleza del hombre, tiene que ver
con lo que el hombre cree, cree como ideales. Tiene que ver con el género
humano. Y tiene que ver con el efecto de masas entre los hombres. El
entendimiento humano es con respecto a las cosas, como un espejo infiel, que,
recibiendo sus rayos, mezcla su propia naturaleza a la de ellos, y de esta
suerte los desvía y corrompe.

Los ídolos de la tribu tienen su fundamento en la misma naturaleza del


hombre, y en la tribu o el género humano. Se afirma erróneamente que el
sentido humano es la medida de las cosas; muy al contrario, todas las
percepciones, tanto de los sentidos como del espíritu, tienen más relación
con nosotros que con la naturaleza. El entendimiento humano es con
respecto a las cosas, como un espejo infiel, que, recibiendo sus rayos,
mezcla su propia naturaleza a la de ellos, y de esta suerte los desvía y
corrompe. (Aforismo 41)

Los ídolos de la caverna tienen que ver con la naturaleza individual de cada
uno; pues todo hombre por fuera de los errores comunes de todo lo humano,
lleva en sí cierta caverna en que la luz de la naturaleza se corrompe.

Los ídolos de la caverna tienen su fundamento en la naturaleza individual


de cada uno; pues todo hombre independientemente de los errores
comunes a todo el género humano, lleva en sí cierta caverna en que la luz
de la naturaleza se quiebra y es corrompida, sea a causa de disposiciones
naturales particulares de cada uno, sea en virtud de la educación y del
comercio con los otros hombres, sea a consecuencia de las lecturas y de la
autoridad de aquellos a quienes cada uno reverencia y admira, ya sea en
razón de la diferencia de las impresiones, según que hieran un espíritu
prevenido y agitado, o un espíritu apacible y tranquilo y en otras
circunstancias; de suerte que el espíritu humano, tal como está dispuesto
en cada uno de los hombres, es cosa en extremo variable, llena de
agitaciones y casi gobernada por el azar (Aforismo 42)

Los ídolos del foro tienen que ver con el lenguaje. Una lengua mal constituida,
no puede transmitir ningún tipo de saber. El lenguaje es traicionero, el lenguaje
envicia. Por eso, un autor que vamos a ver brevemente, que es Condillac y que
tiene que ver con los fundamentos de la clínica psiquiátrica, él dice que la
ciencia tiene que ser una lengua bien construida. No tiene que ser otra cosa
más que una lengua bien construida.
Existen también ídolos que provienen de la reunión y de la sociedad de
los hombres, a los que designamos con el nombre de ídolos del foro, para
significar el comercio y la comunidad de los hombres de que tienen
origen. Los hombres se comunican entre sí por el lenguaje; pero el
sentido de las palabras se regula por el concepto del vulgo. He aquí por
qué la inteligencia, a la que deplorablemente se impone una lengua mal
constituida, se siente importunada de extraña manera. Las definiciones y
explicaciones de que los sabios acostumbran proveerse y armarse
anticipadamente en muchos asuntos, no les libertan por ello de esta
tiranía. Pero las palabras hacen violencia al espíritu y lo turban todo, y los
hombres se ven lanzados por las palabras a controversias e
imaginaciones innumerables y vanas. (aforismo 43)

Los ídolos del teatro tienen que ver con los falsos sistemas filosóficos. El
principio de autoridad, lo que se cree ya consabido.

Hay, finalmente, ídolos introducidos en el espíritu por los diversos sistemas


de los filósofos y los malos métodos de demostración; llamárnosles ídolos
del teatro, porque cuantas filosofías hay hasta la fecha inventadas y
acreditadas, son, según nosotros, otras tantas piezas creadas y
representadas cada una de las cuales contiene un mundo imaginario y
teatral. No hablamos sólo de los sistemas actualmente extendidos, y de las
antiguas sectas de filosofía; pues se puede imaginar y componer muchas
otras piezas de ese género, y errores completamente diferentes tienen
causas casi semejantes (aforismo 44)

El método de Bacon es de inducción incompleta. Se construye a partir de la


utilización de tablas, Frente a un hecho, él arma

1- Una tabla de presencia, en donde se detallan los hechos evidentes.

2- Una tabla de ausencia, donde se detallan los hechos que no se han


producido.

3- Y una tabla de grados, en donde hay una relación comparativa.

Es una concepción pragmática del conocimiento, no es un utilitarismo. No tiene


una utilidad, el conocimiento es parte. Hay una doble respuesta: por un lado,
hacia el racionalismo; y por el otro, hacia el principio de autoridad. Él propone
que la naturaleza nos anticipa cosas, pero estas cosas a través de los sentidos,
son cosas absolutamente confusas y uno no las puede tomar como tales. Uno
las tiene que, de alguna forma, interpretar. Por eso, el principal elemento que él
propone es la interpretación de la naturaleza. Escapar de los axiomas
sensoriales y de los de los hechos particulares, para llegar a principios más
generales. Es lo que él propone. En otras palabras, partir de los elementos que
tienen que ver, mal dicho, con las premisas menores, para de ahí construir las
conclusiones. Por eso es un método inductivo. Que es lo que hace la inducción.

El razonamiento inductivo consiste en obtener conclusiones generales a partir


de premisas que contienen datos particulares o individuales. Y a partir de la
observación repetida de objetos o acontecimientos, se establece una
conclusión general.

En Bacon es un método de inducción incompleta que puede resultar imperfecto


pero es la propuesta de un método y un camino que abre una perspectiva de
investigación.

Por último, en la obra que se llama Instauratio Magna, Bacon trata de


reconciliar la ciencia con la religión. Lo que hace es reconstruir los caminos que
tienen que ver con la evidencia, y armar ahí un puente entre la ciencia y la
religión.

Bacon no llega a construir un método que permita afirmar conclusiones. Lo que


hace Bacon es construir estas tablas, casi como a modo estadístico, y, si el
método inductivo sostiene la necesidad de llegar a conclusiones a partir de
premisas menores el método de Bacon resulta incompleto

Tenemos el método deductivo, el método inductivo, podríamos proponer otro


método, más cercano al psicoanálisis. Es un método que se llama abductivo.
Freud dice había un crítico de arte que se llamaba Ivan Lermolieff pero en
realidad era el sobre nombre de una médico (Morelli). Tenía un método que le
permitiera saber cuándo una obra de arte era copia o era verdadera. Y era a
través de la búsqueda de los detalles. No a través de la búsqueda de los
conceptos sino de la búsqueda de los detalles, desde unos rasgos
menospreciados o no advertidos, desde la escoria (refuse) de la observación.

Los detalles orientados de modo tal, que a través de la búsqueda de esos


detalles se podía determinar si el autor o el que lo había hecho, correspondía a
una obra original o no. Ese método fue estudiado por un estudioso de la
historia Carlo Ginzburg y propuso un método indiciario que tiene que ver con la
abducción y nos podría servir de base para pensar una forma conjetural de
pensar el psicoanálisis.
Tercera parte

Descartes. Descartes aparece en el momento justo. Aparece en medio de una crisis.


Una crisis del Siglo XVI al Siglo XVII caracterizada por la caída de un paradigma muy
fuerte.

Hay un autor que se llama Alexander Koyre, que se los recomiendo, que ha escrito
varios libros. Entre ellos, Estudios galileanos, para él la revolución es de Galileo, no es
de Descartes. Ha escrito Estudios de historia del pensamiento científico. Del mundo
cerrado al universo infinito, y varios más.

Él toma el concepto de Thomas Kuhn de revolución. Tomas Kuhn sostiene que en


determinado momento, los modelos o paradigmas instituidos tienen una debilidad, y en
ese momento la creencia científica vacila y da lugar a una revolución científica con la
emergencia de otro paradigma nuevo; porque la ciencia no es mas que una creencia.
Si uno lee el libro de Jonathan Dancy Introducción a la Epistemología Contemporánea,
él da una definición justa: La ciencia es una creencia de una verdad justificada. Pero
creencia tiene múltiples acepciones y varias formas de pensarla. Verdad también tiene
muchas acepciones, muchas formas de pensar la verdad. Y también la teoría de la
justificación. En otras palabras, que si queremos hablar de ciencia, tenemos un amplio
abanico de conceptos para estudiar.

Habíamos hablado del tema de la verdad. Para los griegos la verdad era
desocultamiento. Para Aristóteles, una forma de pensar la verdad y que atraviesa toda
la Edad Media, y tiene su base en el pensamiento aristotélico es el de adecuación. La
adecuación entre la cosa y el intelecto. En Descartes, hay un viraje en el concepto de
verdad, pero aún persiste el concepto de verdad clásica. Ese viraje no es tan taxativo,
pero es fundamental para entender a Descartes. La verdad para Descartes tiene que
ver con la certeza. Lo indubitable.

Entonces, la cuestión es que en los siglos XVI y XVII se produce un viraje muy
importante en la humanidad, y hay un cambio significativo principalmente en relación
al pensamiento del mundo. Se destruye todo el concepto cristiano sobre las jerarquías
celestiales. Surge en el plano teológico y político la Reforma y con ello hay un cambio
en la teoría de la gracia, ya no como gracia justificante, sino que hay otra concepción
que hace a la gracia divina no dependiente de las acciones humanas. Aparece un Otro
que decide, que decide más allá de las acciones humanas. Y hay un autor que se
llama Max Weber que escribe un libro muy interesante sobre La ética protestante y el
espíritu del capitalismo, y hace una excelente diferencia entre la ética protestante y la
ética cristiana en tanto ética de la responsabilidad y ética de la convicción, aunque
haya sido un muy criticado es tu apreciación importante. Él presenta lo que puede
tomarse como los motivos que han llevado a los países que han seguido el
cristianismo a tener un desarrollo capitalista-económico-industrial menor que los
países que tuvieron una ética protestante.

Entonces el mundo infinito queda desplazado por la extensión infinita, y aparece un


tema crucial: el infinito. El infinito entonces inquieta, y el hombre necesita ubicarse
nuevamente. La criatura de Dios, necesita, después de esa herida en su narcisismo,
necesita ubicarse nuevamente.

Aparece en las ciencias un gran movimiento. Aparece la sustitución de la tierra como


centro del universo, o sea la idea ptolemaica, por el heliocentrismo.

Ahí toma importancia un personaje que mencionábamos recién, Galileo, anteriormente


Kepler. Después el menosprecio a la teoría Aristotélica, en el sentido de considerar
que la materia era continua y tenía formas. Después la sustitución de las ideas de la
física y la mecánica. La idea de inercia reemplazó a la idea de ímpetu. Si uno arrojaba
un objeto, y ese objeto se seguía moviendo, para el pensamiento medieval se pensaba
que el objeto se movía porque tenía una fuerza interior, y eso era el ímpetu. Con el
concepto de inercia, cambia las consideraciones mecánicas y físicas, pero también,
los pensadores de esa época toman todos esos cambios en la física para dar un
contexto preciso al pensamiento teórico de sus propias elaboraciones.

En relación con el cuerpo humano, la teoría humoral, que había sido un pensamiento
griego de la Escuela de Cos, -particularmente de Hipócrates- y que estaba enlazado a
las cuatro raíces universales de Empédocles, persistió prácticamente hasta el Siglo XII
o XIII. En el Siglo XIII se empiezan a abrir cadáveres. Se empieza a investigar si
existen o no existen los humores. Se empieza a reemplazar esa teoría por la de los
licores. La alquimia empieza a tomar un papel importante, y también la mecánica.
Vamos a ver en Descartes, un pensamiento absolutamente mecanicista. Harvey había
descubierto que había una circulación de la sangre, y que tenia un efecto circular.
Todo esto es un cambio revolucionario. Y todo esto, va ubicando nuevas perspectivas
para la investigación científica.

Es el momento en el que aparece Descartes, y se pregunta: ¿cómo llegamos a


conocer?.

Descartes nació en 1596, cerca de Tours en una localidad llamada la Haye. Tenía una
relación con la baja nobleza, y su madre murió cuando él tenía apenas un año. Se dice
que él tenía el síntoma de la tos seca, la palidez. No era muy fuerte, era más bien un
débil. Esa palidez, esa debilidad, lo ayudo también en su época de estudio, porque los
maestros le tenían cierto respecto por su capacidad, pero también cierta consideración
por su debilidad. Y a partir de 1629 se traslada casi totalmente a los Países Bajos.

Ámsterdam en ese momento era el lugar con mayor libertad para el desarrollo del
pensamiento. Se ve que los holandeses en ese momento estaban más ocupados por
las transacciones comerciales y no objetaban cuestiones que no tenían intereses
directos sobre sus finanzas. Entonces era un lugar ideal para un filósofo. Descartes
falleció en Estocolmo, Suecia, en 1650. Cristina de Suecia lo había invitado ese país y
contrajo una neumonía y falleció.

Las obras, de Descartes son Las Reglas para la dirección del espíritu, escrita en 1628
pero se publicó póstumamente. El mundo o tratado de la luz y El hombre, no se
publicó inmediatamente. Porque se tendrían que haber publicado en 1633 ¿y en ese
año qué pasó? Ya lo vamos a ver. En 1637 se publicó el Discurso del método para
dirigir bien la razón y hallar la verdad en las ciencias, seguido de tres ensayos
científicos: La Geometría, Dióptrica y Los meteoros. En francés, después fue traducido
al latín. Pero en francés. Él quería que tuviera una amplia divulgación. En 1641 las
Meditaciones metafísicas, en 1642, La búsqueda de la verdad mediante la razón
natural, que es una obra póstuma.

Aparecen los Principios de filosofía, en 1644. Y se publica un último tratado, Las


pasiones del alma, en 1649. Este texto último nos interesa particularmente.

El tema de la infinitud era un tema que había generado varias discordias, y era un
tema candente. ¿Cómo se podía pensar que el espacio era infinito? Más que infinito,
indeterminado. El concepto es el de indeterminación, no tanto de infinito.

Cristina de Suecia, que era una joven intelectual, le pregunta a Descartes: ¿qué lugar
puede ocupar el hombre en un espacio así, sin centro? ¿cómo puede seguir ocupando
el mismo lugar de privilegio que la religión le otorga?

Hábilmente, Descartes no le contesta directamente, sino por el método indirecto, le


dice que, con una respuesta cuidadosa, si el Cardenal Cusa y otros teólogos, han
supuesto que el mundo era infinito, sin que la Iglesia haya hecho nunca el menor
reproche, es porque, al contrario, se piensa en honrar a Dios, hacer que sus obras
aparezcan muy grandes. El Cusiano había dicho: La máquina del mundo tendrá el
centro en cualquier lugar y la circunferencia en ninguno, pues la circunferencia y el
centro son Dios, que está en todas partes y en ninguna. Evidentemente quien le iba a
reprochar al Cardenal de Cusa semejante afirmación. Es la misma idea que después
toma Pascal, para hablar del infinito. Pero a Pascal, los silencios infinitos le producían
pánico.

Esta afirmación de Nicolás de Cusa provoca revuelo, pero era un Cardenal. Por lo cual
pudo ser aceptado. Porque en esos tiempos alguien que también había hablado de
ello había muerto en la hoguera, Giordano Bruno, había sido quemado en 1600, y por
otro lado en 1633 Galileo había sido sentenciado. Muy preocupado Descartes, le
escribe a Mersenne diciéndole hay que tener cuidado con las cosas que se dicen. Se
supone que estos episodios distorsionan gran parte de lo que Descartes escribe. Lo
que él tenía pensado decir, no lo dice. Lo que tenía pensado publicar en su momento
no lo publica, y su discurso cambia en gran medida.

Con Descartes surge un escalón importante en el desarrollo de la noción de sujeto,


cuestión que nos interesa a nosotros. Recordemos, sujeto, subjectum en latín,
representa el hypokeímenon en griego. El hypokeímenon está en relación con la
ousía, e implica. lo que está por debajo de. También ousia se tradujo como subjectum.
Por otro lado, tanto hypokeímenon como ousía también se ha traducido como
substantia. Lo que pasa es que Descartes necesita ubicar un subjectum eminente Un
punto de apoyo. Ese punto de apoyo le va a permitir construir su edificio de
conocimiento.

Todo tenía subjectum, los libros, las flores, las cosas, etc. Pero él necesitaba uno.
Como un punto de Arquímedes, para sostener el edificio. Entonces, aplicando el
criterio que va a aplicar, pone en duda todas las subjecta, todas. Para sostener y
encontrar cuál es el único sujeto que señale certeramente e indubitablemente un punto
de apoyo.

Pero bueno, Descartes utiliza el término subjectum en el sentido medieval del término.
O sea que no tenía el sentido del concepto de sujeto. Él hablaba de substantia, de res
que es cosa, pero no de subjectum. Todo esto es un pensamiento posterior.
Principalmente de Baumgarten que lo extiende. Por eso, para Heidegger, el cambio de
dirección de la relación del sujeto, se produce gracias a la aparición de la nueva idea
de verdad, pero esta es una lectura heideggeriana. Entonces, la verdad para
Descartes, según Heidegger, pero lo podemos corroborar, es la certeza. Según este
autor, a partir de Descartes, al mismo tiempo que surge esta dimensión del sujeto, se
produce un olvido de la pregunta fundamental por el ser
Veamos algunas cuestiones del Discurso del método, comienza de una forma muy
elocuente. Dice:

Mi propósito no es enseñar el método que cada uno debe adoptar solo


para conducir bien la razón; es más modesto se reduce a explicar el
procedimiento que he empleado para dirigir la mía.

Él dice esto es lo que yo hice, si ustedes quieren hacerlo, lo hacen, sino, cosa de
ustedes. Y a partir de ahí entonces va proponiendo en la parte II del Discurso, una
serie de reglas de investigación.

Dice, la primera regla: no admitir jamás cosa alguna como verdadera sin haber
conocido con evidencia que así era. La evidencia en primer lugar. La segunda: dividir
cada una de las dificultades que examinaré, en tantas partes fuere posible y en
cuantas requiriese su mejor solución. En otras palabras, una disección. La tercera:
conducir con orden mis pensamientos, empezando por los objetos más simples y más
fáciles de conocer, para ascender poco a poco, gradualmente, hasta el conocimiento
de los más compuestos, e incluso suponiendo un orden entre los que no se preceden
naturalmente. Y la última: hacer en todo un recuento integral y una revisión general,
para estar seguro de no omitir nada.

A partir de ahí entonces, habiendo orientado esto, vamos a examinar, a leer, una parte
de la parte IV del Discurso del método. Allí Descartes dice: “Examiné atentamente lo
que era yo, y viendo que podía imaginar que carecía de cuerpo y que no existía nada
en que mi ser no estuviera, pero no podía concebir mi no existencia, porque mi mismo
pensamiento de dudar de todo constituía la prueba mas evidente de que yo existía-
comprendí que era una sustancia” y habla ahí del término latino substantia, “cuya
naturaleza o esencia era a su vez el pensamiento, sustancia que no necesitaba ningún
lugar para ser ni depender de ninguna cosa material”; una cosa es la sustancia, otra
cosa es la materia. Sustancia es lo que subyace “…de suerte que este yo- o lo que es
lo mismo el alma- el cual soy lo que soy, es enteramente distinto del cuerpo y más
fácil de conocer que él”. (más fácil de conocer que el cuerpo).

“Después –continua- reflexioné en las condiciones que deben requerirse en una


proposición para afirmarla como verdadera y cierta (recuerden lo que habíamos
propuesto); acababa de encontrar una así y quería saber en qué consistía su certeza.
Y viendo que en el yo pienso, luego existo” (está escrito en francés, por lo cual ese
luego –donc- lo vamos a poner entre paréntesis. Si uno lo ubica en latín, sería cogito
ergo sum. El ergo es una proposición ilativa, no implica consecuencia, y no implica
para nada una proposición silogística. No es una proposición deductiva. “Viendo que
en el yo pienso luego existo nada hay que me dé la seguridad de que digo la verdad,
pero en cambio comprendo con toda claridad que para pensar es preciso existir juzgué
que podía adoptar como regla general que las cosas que concebimos clara y
distintamente son todas verdaderas.”

Miren el modelo que da: la distinción y la claridad del yo pienso, existo, Al ser una idea
de clara y distinta se puede tomar como verdadera. Podríamos decir que uno de los
nombres de la verdad para Descartes es la idea clara y distinta.

En la primera meditación comienza haciendo referencia a sus primeros años de vida.


Y hace referencia que esta idea, la que él va a exponer, la tuvo hace muchísimo
tiempo, pero por alguna razón no estaba capacitado para proponerla. Por su corta
edad, o por una serie de cuestiones que después va a exponer.

Dice que estuvo trabajando en este tema durante años y que tomó la decisión de
deshacerse de los conocimientos adquiridos hasta entonces. La idea de escribir o de
pensar todo desde cero. Es la idea del hombre moderno. De la misma manera,
comienza el tratado de las pasiones del alma. Hagamos de cuenta, dice, que nadie ha
escrito nada sobre el tema. Empecemos desde cero.

No era que era un tipo inculto. Él había estudiado. Había estudiado escolástica, había
estudiado Aristóteles, había estudiado a los griegos, nada le convencía.
Particularmente no le convencía la lógica aristotélica. Usa la idea de comenzar todo de
nuevo, y critica tanto a los sentidos, como a la razón silogística. Hay una doble crítica.
No sirven ni los sentidos, ni la razón silogística como para obtener algo del orden de la
verdad.

Por lo cual, después de haber librado el espíritu de preocupaciones, o sea de hacer un


movimiento ascético de su vida, y que las pasiones no han dejado huellas profundas
en su alma, y que de una procuración por parte de él de un reposo solitario, entonces
ahí puede empezar a pensar cómo llevar adelante todo esto.

Hay una pars destruens. Debe destruir todo, en primer lugar, destruir todo lo que hasta
ahora estaba construido, las antiguas opiniones, todo eso. Hay que demostrar la
falsedad de las opiniones, rechazar lo erróneo y lo que ofrezca mínima duda. “La ruina
de los cimientos causa la caída del edificio”. Es categórico.

Hay un argumento que dice todo lo aprendido a partir de los sentidos está en jaque y
lo vamos a poner a prueba.
¿Cómo se puede dudar de los sentidos? Estoy al lado del fuego vestido de negro y
con un papel en la mano. No puedo dudar de ello. Estoy acá sentado, con un
micrófono en la mano, frente a una computadora, vestido de gris, no puedo dudar de
ello.

Sin embargo, dice, podría ser un loco, tener una alucinación, o podría soñar que estoy
al lado del fuego, vestido de negro y con un papel en la mano. Este argumento del
sueño, tiende a refutar la noción misma de que los sentidos operan como prueba
irrefutable de realidad.

Entonces, por un lado, tira abajo la idea de que los sentidos pueden ser un elemento
válido que nos permiten conocer algo, algunos de los autores que se van a
contraponer a esto, que vamos a ver la vez que viene, es Locke, sobre el cual, sobre
Locke se construye, sobre el sensualismo de Locke.

Se pregunta, ¿estaré soñando ahora? no es posible discernirlo, necesito algo más


contundente.

Hay una presunción, inicial. Es posible pensar que hay cosas más generales
universales pero reales y verdaderas de cuya mezcla se han formado las imágenes de
las cosas residen en nuestra mente. Del mismo modo, ¿las representaciones de
nuestra mente son copias? Si son reproducciones, ¿cómo lo verificamos? ¿qué es la
representación?

La física, astronomía, medicina y las demás ciencias que dependen de la


consideración de cosas compuestas son dudosas e inciertas. En cambio, la aritmética
y otras análogas que se ocupan de cosas simples y generales ¿se acuerdan las reglas
que habíamos mencionado? Estudiar cosas simples y generales

Entonces puede ser que por ese lado uno pueda acceder a cosas, con existencia
cierta e indubitable. Pero no es tan así.

Descartes debe poner en duda todo. Y acá aparece el método de él, que es el de la
duda metódica o hiperbólica. -Debo poner en duda todo aquello que en otro momento
he sostenido como verdadero. Las opiniones son dudosas tanto en la afirmación como
en su negación.

Dice: -Supondré que Dios es un genio astuto y maligno y que ha empleado su poder
para engañarme. En otras palabras: que ese Otro es engañoso. Acá hay un tema
interesante. El Otro parece como garantizando, o no, la dimensión de la verdad.
Es un tema tomado por Lacan. No se si ustedes han leído a Lacan. No se si son afines
a Lacan, o son contrarios a Lacan. Pero Lacan le da mucha importancia al argumento
de Descartes, y dice que ese yo pienso tiene un je un yo deíctico. Nada más que él
habla, él dice que el sujeto del deseo en psicoanálisis tiene su punto de asidero en el
sujeto cartesiano, pero sin embargo es otro terreno, el del inconsciente, le da mayor
complejidad, pero se refiere a que ese concepto esta en deuda con el sujeto
cartesiano.

Para el psicoanálisis, Lacan sostendría que el cogito cartesiano sería algo así como
Wo Es war, soll Ich werden. -Allí donde el ello estaba, el yo debe advenir-. Habría que
pensarlo, pero en cierta medida hay una dimensión en donde Lacan sostiene, sobre
todo en el seminario XI, que hay un punto de cercanía entre este sujeto, y el sujeto
cartesiano.

Hay que aclarar que la conciencia en la modernidad, y en el sentido moral, va a ser


completamente diferente del concepto que en este momento se toma por conciencia lo
que es conocimiento del entorno. Tiene una función cognitiva, no moral. Quiere decir
simplemente con conocimiento de.

La conciencia es simplemente ubicar la cuestión de advertir la realidad. Y no hay


conciencia que podríamos llamar, conciencia moral, o toma de conciencia, o algo que
pudiese ser ese concepto. Acá lo que está ubicado como conciencia es en relación
con la realidad.

Entonces dice, este genio astuto y maligno, y hay una presunción que tiene que ver
con la complejidad de las cosas. -Entonces dudaré de todo. ¿De qué va a dudar?
Dudará de todo; del cielo, del alma, de la tierra, de los colores, los sonidos, y todas las
cosas exteriores. De que tenga manos, ojos carne, sangre, sentidos.

El objetivo es la libertad. Descartes propone una moral provisional

Dice, en la primera regla: "Obedecer las leyes y las costumbres de mi propio país,
conservando con constancia la religión en la que Dios me ha dado la gracia de ser
instruido desde mi infancia, …alejarse de los excesos…” Hay que ver si es así, o es
una afirmación de compromiso.

La segunda regla es: “Ser en mis acciones lo más firme y lo más resuelto que
pudiese, y no seguir con menos constancia las opiniones más dudosas una vez que
me hubiese determinado, que si hubiesen sido muy seguras".
La tercera máxima: “Procurar siempre vencerme a mí mismo antes que a la fortuna y
modificar mis deseos antes que el orden del mundo” Primero está la verdad, después
estoy yo.

La cuarta es una composición: “Se trata del cultivo de la razón”. La razón entonces va
a quedar arriba. El dominio absoluto de la razón. Ya en Bacon, la razón era poder, acá
aparece e dominio de la razón, aún, sobre lo que vamos a ver después, las pasiones.

Y la segunda meditación comienza con una referencia a Arquímedes. Arquímedes


dijo, dame un lugar seguro, dame un punto de apoyo para transportar el globo
terrestre. En ese sentido, él busca un lugar cierto e indubitable para hacer lo mismo.
La única petición de principio, se llama así, petición de principio, es la certeza.

¿Por qué no se explica por si la existencia? ¿Por qué no basta decir yo existo, y
punto? Se acabó. No es suficiente dice. El único que puede decir “soy el que soy“, es
Dios. El único que dice existencia igual esencia, es Dios. Habíamos dividido
existencia-esencia. El único que puede homologar existencia y esencia es Dios. El
existente, es que es, el ser, ese es Dios.

Y dice hay que concluir en esta proposición. Pero no es un silogismo, es una


propuesta, es un postulado intuitivo, no se deduce, yo soy, yo existo. Esta me parece
una forma más interesante de formular. Ego sum, ego existo, certum est.

Yo soy, yo existo, es necesariamente verdadero, siempre que lo promueva o lo


conciba en mi espíritu. Por eso el lugar de la conciencia está más en relación con el
lugar del concebir. Estoy cierto que existo, pero no sé con claridad lo que soy. Sé que
existo, pero no se mi esencia. Hay una división entre existencia y esencia.

Es el conocimiento más cierto y evidente que todos los que antes adquirí. Más cierto y
evidente. Hay evidencia pura.

¿Qué es el hombre? ¿Un ser racional? No sé lo que es un animal, no sé lo que es


racional. No puedo pensar eso. No sé lo que es el alma a partir de una representación
ni sé lo que es el cuerpo. No hay una certeza ahí.

Y ¿Pensar en qué? Pensar en los atributos. Pensar en los atributos puede ser
moverme, nutrirme, como decía Aristóteles. Puede ser respirar ¿Por qué no puede
decir respiro, luego soy? Porque no es algo que haga a la existencia. Sí hace a la
existencia del ser animal, pero no hace a la existencia del sujeto, podríamos decir. El
atributo es el de pensar, éste si me pertenece, es el que no se separa de mí. Yo soy,
yo existo, pero cuanto tiempo, si ceso de pensar dejaría de existir
Hay una cosa verdadera y verdaderamente existente ¿pero qué cosa? “una cosa que
piensa” res, acá utiliza el término res. Una cosa que piensa.

¿Qué quiere decir pensar? Bueno, los modos del pensamiento son: entender, afirmar,
negar, querer, imaginar, y sentir, etc. Son los modos contingentes de un atributo
necesario que es el pensamiento.

Soy una cosa que piensa, me asegura de la verdad por una idea clara y distinta. Las
cosas que percibimos claras y distintas son verdaderas Ahora, el tema es ¿Qué es la
distinción? ¿Qué quiere decir distinción? Distinción, algo que se distingue radicalmente
de otra cosa. Uno podría decir, soy una cosa que piensa. Ahora, mi cuerpo, es una
cosa que no piensa. Entonces es otra cosa. Pero no es por esa vía. Es una cuestión
compleja. Una cuestión compleja que le trae muchas complicaciones, y que es muy
difícil salir porque hay un peligro de un internismo.

¿Por qué o soy un cerebro en una cubeta? ¿Por qué no? ¿Ustedes se pensaron
alguna vez como un cerebro en una cubeta? Bueno, ahora piénsense como un
cerebro en una cubeta. Jonathan Dancy, pregunta ¿por qué uno no es un cerebro en
una cubeta? Todo manejado por computadoras, por un científico, benévolo o maligno,
de acuerdo a su gusto. ¿Porqué no hay una cosmovisión desde únicamente un
cerebro? Y ni siquiera un cerebro, eso es ya la imaginería de un concepto.

Pero para poder distinguir la cosa extensa se produce una complicación. La distinción
entre alma y cuerpo es una distinción real. Son dos sustancias diferentes. Res cogitan
y res extensa. Dos sustancias. Tiene que probar que hay otra cosa. Porque si no,
tampoco valdría el argumento, yo soy, pienso. Y tiene que probar que existe el mundo
exterior.

Hay ideas, dice: Entre mis pensamientos, hay algunas imágenes que las llamo ideas, y
que me las represento una quimera, el cielo, un ángel o el mismo Dios, pueden ser
una idea. Cómo comprobar que esas ideas son representaciones claras y distintas de
algo de la realidad. No le queda otra alternativa de tomar una garantía. Y ¿quién es
esa garantía? Es el Otro, con mayúscula, es Dios. Entonces, hay un punto de creencia
en Descartes, que está dado por esa garantía.

Descartes tenía una fuerte formación escolástica que la desecha, dice no le sirve para
nada. Pero también vivía en una época en la que uno había sido quemado y el otro
había sido tomado por hereje. Y su preocupación aparece muy fuertemente en las
cartas y que dice, bueno, que hay que reevaluar lo que va a escribir. La idea de que
aparezca Dios y la existencia de Dios, podría deberse a eso. Pero de cualquier
manera, si no pone a Dios ahí, no hay salida del internismo.

Él apuesta por ese lado, teniendo en cuenta que las ideas pueden ser para Descartes
innatas como por ejemplo la idea de círculo, la idea geométrica. Están las ideas
adventicias, que provienen de afuera. Y están las ideas ficticias o facticias, que
son las que surgen de la imaginación. Pero dentro de eso, está la cuestión de la
existencia de Dios, que ya sí había sido trabajado por otros.

Para la religión, no es tan importante que Dios exista, sino que Dios sea. Esta
confrontación la tuve con un grupo de religiosos, en un momento, con un Imán con un
Rabino, con un sacerdote católico, con un anglicano, sobre la existencia de Dios. Y me
decían no, acá, eso les interesa a ustedes, los psicoanalistas, que dicen que la religión
es una neurosis, todo eso… a nosotros nos importa que Dios sea. Esencia. Que sea
positivamente o negativamente no importa, eso ya es teología positiva o teología
negativa. No importa.

Pero, antes de Descartes, había una serie de antecedentes, por ejemplo, el argumento
de la existencia de Dios, que había comenzado, como decíamos la vez pasada, con
Anselmo. El argumento de San Anselmo, como dice el compañero, tiene que ver con
la idea de perfección. Si existe la idea de perfección y como habíamos visto al vez
pasada para Anselmo, que era un realista extremo, si la idea existe, la realidad existe.
Si la idea de perfección existe, el ser perfecto existe.

Este mismo argumento después es tomado en parte por Tomás y Descartes. Kant lo
va a llamar argumento ontológico acerca de la existencia de Dios.

El argumento ontológico es una demostración a priori de la existencia de Dios, sin


recurrir a la experiencia sensible. Pero Tomás acude a cinco vías. La primera es el
motor inmóvil. Debe existir un motor inmóvil, como decía Aristóteles. La segunda es la
causa eficiente primera. La tercera es que la contingencia o limitación en el existir:
pero dado que ahora existe algo, es que no todas las cosas tienen posibilidad de
existir y de no existir, que algo ha de ser necesario, ese es Dios. La cuarta es que
debe haber en los grados de perfección, un máximo grado de perfección. Y en el
gobierno de las cosas debe haber un fin, algo que tenga como fin, un lugar de sed,
una inteligencia suprema.
Por lo cual, entonces, las tres primeras están fundadas en el principio causa efecto, y
las otras dos en relación con la finalidad. Motor inmóvil, Causa primera, Ser Necesario,
Perfección Absoluta, e Inteligencia Ordenadora.

A partir de ahí, necesita probar que existe un mundo externo. Tiene que probar que no
está solo en el mundo y que hay algo fuera de la mente. El camino que va a adoptar
Descartes para probar que hay un mundo externo es un camino indirecto. Descartes
debe probar que existe Dios y a partir de allí, esto lo va a utilizar como garantía del
cono-cimiento. Descartes dice: “Procurare saber si hay un Dios... y si veo que hay uno,
intentaré saber si puede engañarme”

El argumento que aparece en la Tercera meditación metafísica parte, en su desarrollo,


de la existencia de la idea de un ser perfecto. Por otro lado surge del mismo, el origen
y el estatuto de dicha idea.

Según algunos autores el argumento que Descartes incluye en la Tercera meditación


metafísica podría subdividirse en dos argumentos:

1- El primero sería un intento de argumentar sobre la existencia de Dios a partir


de la existencia en cada uno, de la idea de un ser perfecto

2- El segundo estaría basado en la imperfección del propio ser y tendría una


cierta semejanza a la tercera vía de Tomás.

Otros autores consideran que, en la Tercera meditación metafísica, el argumento es


uno solo. El mismo pude considerarse como un argumento inductivo, que se pude
resumir de la siguiente manera:

1- Tengo la idea de un ser perfecto. Por lo cual, en una causa total y eficiente
debe haber al menos igual realidad que en el efecto.

2- Tal idea no proviene de la nada ya que de la nada, nada sale.

3- Tal idea no proviene de mí, porque “lo menos perfecto” no puede causar algo
“más perfecto” .

4- La causa de la idea tiene que ser un ser perfecto.

5- La conclusión es que “Dios existe” y que la idea de Dios es innata.


A Descartes le basta –como primera premisa- suponer que se tiene la idea de Dios. Es
como decir que el tener la idea de Dios conduce a preguntarse: ¿Cómo se explica el
hecho de que tengo en la mente esa idea?

Es raro pensar que existen ideas innatas. Pero esto funda también una lógica del
lenguaje. No se si es absurda o no. Hay autores modernos que sostienen que hay un
innatismo por lo menos en las reglas gramaticales, como Chomsky, Fodor y otros. Y
hay otros que no. Entre ellos, nuestro apreciado Lacan.

En una segunda premisa se sostiene que esa idea no pudo haber provenido de la
nada porque “la nada no es causa de nada”. El principio dice: “de la nada, nada sale”.
Es en realidad, la aplicación del principio más general: “la nada es el cero absoluto de
la realidad o de la potencia”.

La tercera premisa sostiene que tampoco uno puede haber gestado dicha idea; porque
lo menos perfecto no puede generar lo más perfecto. La idea de ser perfecto es
muchísimo más potente y tiene mayor realidad que la que uno tiene. La cuestión es si
un ser finito puede contener la idea de un ser infinito, en tanto uno es un ser finito y
estamos hablando de la idea que refiere objetivamente - en principio - a un ser infinito.
Por lo tanto, la idea de un ser infinito tiene que haber sido generada por un ser
perfecto y ese ser perfecto no es otro que Dios.

De ahí, que se sigue que Dios existe.

Pero esta idea se corresponde con algo externo y eso es lo que Descartes tiene que
probar partiendo de lo que se tiene como idea. Es necesario mostrar que hay un
correlato objetivo afuera. Ahora, si Dios efectivamente es perfecto, su existencia no
puede depender de que uno lo piense. Porque de eso depende, por ejemplo el
centauro. Pero esto es imperfecto. Si uno no piensa al centauro, éste desaparece.
Pero si a Dios le pasara lo mismo, entonces no sería perfecto, ni sería tan infinito
como se supone. No sería omnisciente y todopoderoso. Tendría una idea de otra
entidad que no es Dios.

Pero si definimos a Dios como un ser perfecto, todopoderoso, omnisciente e infinita-


mente bueno, entonces su existencia no puede depender de que yo la piense. Pensar
eso sería contradictorio con la primera premisa.

Pero para llegar a la conclusión, Descartes debe incluir una serie de pasos en la
argumentación. Hay muchas premisas y la memoria puede ser problemática porque
puede fallar. Descartes dice que la existencia de Dios se hace evidente a través de
una argumentación, pero si es necesario esgrimir un argumento para probar la
existencia de Dios, entonces la evidencia dada por el argumento, va a ser menor que
la evidencia propia del cogito. Al cogito no hace falta argumentarlo; el cogito es una
intuición inmediata. Entonces en todo este proceso, Descartes tiene que dar una serie
de pasos que no estaban en el cogito y por más que él diga que esto es evidente,
dicha evidencia no tiene la misma certeza con respecto a lo evidenciado que con
respecto al cogito.

En la Meditación Quinta, Descartes nos lleva a inferir la existencia de Dios a partir de


la esencia, por lo tanto, a diferencia del otro, este argumento ontológico es un
argumento deductivo:

1- Dios es un ser perfecto.

2- La existencia es una perfección.

3- Dios existe.

De modo que si aceptan las premisas, necesariamente tiene que aceptarse la


conclusión. En la primera premisa se parte de la definición de Dios como un ser
perfecto. Otra vez, la perfección involucra la noción de existencia, omnisciencia y de
ser infinitamente bueno. La segunda premisa declara que la existencia es un rasgo de
todo ser perfecto y en la tercera premisa se concluye naturalmente con la existencia
de Dios. La existencia no es separable de la idea de Dios.

En lo esencial, este argumento mantiene que concebir a Dios es casi la misma cosa
que concebir que existe. Los pasos básicos de esta prueba, tal y como la encontramos
en las “Meditaciones Metafísicas” parten de la afirmación de que todo lo que conozco
clara y distintamente como perteneciente a ese objeto -como por ejemplo, todas las
propiedades que percibo clara y distintamente que pertenecen a un triángulo- le
pertenecen realmente. Descartes considera la existencia como una propiedad puesto
que puede ser atribuida a una cosa. Así la existencia posible es una perfección en la
idea de un triángulo porque la hace más perfecta que las ideas de todas las quimeras
que no pueden ser producidas. Pero la existencia necesaria es una perfección aún
mayor. De acuerdo con Descartes entonces, el “existir en la realidad” es más perfecto
que el “existir en la posibilidad” del pensamiento.
No se debe afirmar aquí que es necesario a la verdad que yo confiese que
Dios existe, porque he supuesto que posee todas las perfecciones, y la
existencia es una de éstas

Si tenemos en cuenta que la existencia necesaria y eterna está comprendida en la


idea de un ser absolutamente perfecto, entonces concluimos que Dios existe.

En la idea de Dios está comprendida su existencia del mismo modo que en la idea del
triángulo está el que la suma de los tres ángulos internos sea igual a dos rectos.
Señala también que esto no ocurre con ninguna entidad distinta de Dios: en las ideas
de las otras entidades encontramos contenida sólo la posibilidad de existencia, no su
realidad. En Dios –y sólo en Él– se encuentra en su naturaleza o esencia la existencia
necesaria.

Tanto el argumento cosmológico como el ontológico han probado la existencia de


Dios. Y Éste existe porque cuando percibo objetos como mi cuerpo u otras personas,
Dios –que es benigno- no habría sido absolutamente bueno si me hubiese negado
tales percepciones.

Descartes recupera de tal forma creencias perdidas en la Primera Meditación y Dios


jugará el papel esencial de garantía del mundo externo. Es evidente que hay otras
criaturas pensantes y que hay otros objetos, pero todo eso depende siempre del
sujeto. En cierto modo las otras personas, las otras mentes, los otros objetos, son
reconducidos al objeto originario siempre en primera persona. Es como si se dijese:
-Estábamos en lo cierto de que existíamos en tanto pensábamos y lo que teníamos
que hacer era probar que había un mundo externo, pero, sin la garantía divina no se
podría salir del cogito; por lo que concluyo que hay algo diferente a mí mismo el
mundo externo o res extensa.

Entre otros, Gassendi objeta que el pensamiento cartesiano lleva a un argumento


circular. Gassendi dice: en este punto, parece tener su comienzo un argumento
circular, de acuerdo con el cual se está seguro de que debe haber un Dios la base de
que se posee una idea clara y distinta de él, y a partir de que las ideas claras y
distintas deben ser verdaderas se sabe que hay un Dios que no puede ser engañador.

Arnould, en una carta escrita, también objeta a Descartes la dificultad en poder salvar
la argumentación de caer en un pensamiento circular. Paralelamente, una serie de
teólogos comienzan a objetar lo mismo. La idea de que si Dios es la única garantía
para confiar en las percepciones claras y distintas, llevaría a pensar que todo aquello
que descanse en la verdad de tales percepciones estaría viciado en el caso de que la
existencia de Dios no estuviera establecida. La respuesta de Descartes a Arnould es
confusa:

...declaré expresamente que me refería sólo al conocimiento de aquellas


conclusiones cuyo recuerdo puede volver a la mente cuando no estamos
atendiendo a las razones de las que las deducimos.

La respuesta de Descartes es que se refería sólo al conocimiento que depende de la


memoria como algo que necesita descansar en Dios para su certeza. A esto se le ha
llamado la “respuesta de la memoria”. En cierto sentido, según Bernard Williams, la
“respuesta de la memoria” estará destinada principalmente a pensar sobre la fiabilidad
de las deducciones pero no de las intuiciones. El conocimiento de Dios es necesario
para la fiabilidad de las deducciones que necesitan de la memoria para su desarrollo,
pero no tendrá lugar en cuanto a las intuiciones inmediatas.

Por otro lado en Descartes sostiene un pensamiento moral que lo obliga a postular
el dominio de la razón. Según él es necesario tener los razonamientos adecuados para
llevar a adelante buenas acciones y tomar buenas decisiones. Esto lo discutió con la
princesa Isabel de Bohemia, como consecuencia de ello escribe el tratado de las
Pasiones del Alma.

En las Pasiones del Alma lo que es muy importante destacar es que hay dos
sustancias: alma y cuerpo. Cómo se concibe. Y él dice, bueno, está la glándula piñal,
¿ustedes más o menos se acuerdan de anatomía la glándula piñal? Tercer ventrículo,
hay una glándula ahí que está inmóvil, pero Descartes sostenía que se movía, que
vibraba. Entonces las vibraciones de la mente, transfería vibraciones en esa glándula,
que a través del sistema nervioso, y se movían mecánicamente diferentes partes del
cuerpo.

La idea que me parece más importante es que hay una idea de dominación moral de
las pasiones del cuerpo, pero las pasiones no son del cuerpo. El tratado se llama
sobre las pasiones del alma. Las pasiones son del alma El término passio en latín es
padecer. Pero las pasiones son en el alma.

Entonces eso es lo que preocupa del entendimiento, la razón, Es proteger al alma de


las perturbaciones producidas por el cuerpo. El cuerpo no tiene pasión. Ésta está
solamente en el alma. Y el cuerpo hay acciones provenientes de eso. La propuesta
moral, es someter al cuerpo. Esta jerarquía del alma sobre el cuerpo sigue siendo la
misma propuesta por la Escolástica. No hay ninguna diferencia, esta jerarquía.
Entonces el alma está allá arriba, tiene una mayor jerarquía que el cuerpo. El cuerpo
no es corruptible totalmente, como lo vemos en la doctrina cristiana, pero tiene un
punto de menor valor.

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