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CONSUETUDINARIO EN AMÉRICA LATINA'

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WOLFGANG CABBERT
t'reie Universitat Berlin

ANTROPOLOGÍA JURÍDICA. GLOBALlZACIÓN y AUTONOMÍA

Desde hace más o menos dos décadas se nota un creciente inte.rés por .
la antropología jurídica y. en particular, por los problemas de "plura­
lismo legal", que puede ser definido como la coexistencia de diferen­
tes sistemas jurídicos en un mismo espacio geopolític0 2• En las
comunidades indígenas de América Latina. por ejemplo. se siguen
empleando formas de regulación de conflictos y de control social que
difieren en menor o mayor medida del derecho oficial y por ende son
consideradas ilegales por los Estados en rúuchos casos 3 .
El creciente interés en la antropología jurídica se debe, entre
otras cosas, a tres procesos recientes:

1) La mtensificación de las relaciones económicas, políticas y cultu­


rales entre los países del Inundo y el rápido crecimiento de los
movimientos migratorios mternacionales (procesos que se
podrían resumir con el término" globalización ") han multi plicado
la interacción entre individuos o grupos con trasfondos culturales

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LA INTERACClON ENTRE DERECliO NACIONAL y DERECHO CONSUEl UDlNARIO..•
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e ideas jurídicas diferentes en los mismos espacios. Incluso las Pero la reclamación a favor del reconocimiento de las formas
sociedades que tradicionalmente se consideraban homogéneas indígenas de control social y resolución de conflictos (el derecho con­
tienen que darse cuenta de que en realidad son multiculturales. suetudinario) es también una respuesta a los graves defectos de los
~) Entretanto. la propagación de los derechos de las minorías es sistemas jurídicos nacionales. En muchas partes de América Latina,
ampliamente aceptada por la opinión pública internacional. por ejemplo, desde la época colonial una persona capaz de demostrar
Eso se debe en gran parte al intenso trabajo político de nume­ el uso permanente de tierras supuestamente baldías ha podido adqui­
rosos representantes de poblaciones indígenas especialmente rir derechos de propiedad sobre estos terrenos. En las regiones de
de América del Norte y América Latina. bosque tropical, esta tradición jurídica ha perjudicado frecuente­
3) Durante las últimas décadas, en la gran mayoría de los países mente a los grupos indígenas locales. Muchas veces sus tierras han
del mundo se ha criticado fuertemente el rol central del sido reclamadas por colonizadores o ganaderos, porque en la econo­
Estado en la economía y en la sociedad. Las organizaciones mía indígena, basada en la agricultura de roza, tumba y quema, así
internacionales más importantes se han declarado a favor de como en la caza y pesca. una parte importante del área necesaria para
los principios de subsidiariedad. descentralización y del garantizar la supervivencia queda sin usar durante períodos prolon­
fomento de Organizaciones No Gubernamentales. Ello favo­ gados (Münzel, 1977: 300 y ss.; 1985: 12). Además, en muchos países
rece el respeto hacia los mecanismos locales de administra­ latinoamericanos los sistemas jurídicos y policiales se caracterizan
cÍón y resolución de conflictos. por la ineficiencia, la corrupción y la intromisión de intereses políti­
cos. Los procesos y procedimientos son largos y costosos y los miem­
La discusión sobre el pluralismo jurídico ha sido impulsada sobre bros de las capas sociales bajas, tanto indígenas como no indígenas,
todo por organizaciones indígenas que han emergido a partir de los muchas veces sufren la discriminación de los funcionarios.
años 70 del siglo pasado en los niveles local, nacional e internacional4• Frecuentemente no hay traductores en los procesos. lo que da lugar a
Frecuentemente. estas organizaciones. además de reclamar mejoras que muchos indígenas sean encarcelados sin saber por qué (Gómez,
económicas, sociales y culturales. exigen derechos políticos. Reclaman 1993: 13; Gabbert, 1999b: 373 y ss.).
autonomía política y el estatus de "pueblos" para los grupos indígenas. En términos políticos es perfectamente entendible que las Olga­
lo que implica el reconocimiento del derecho indígena consuetudina­ nizaciones indígenas adopten el discurso del derecho internacional
rio (Encuentro Continental de Pueblos Indios. 1990: 2, 7s; CNI, 2001; porque están buscando apoyo para llevar a cabo sus reclamaciones,
Cómez, 1993: 12). El derecho tiene mucha importancia porque se consi­ muchas veces legítimas. Sin embargo, en la discusión sobre la relación
dera que la presencia de un sistema jurídico propio es un rasgo decisi­ entre el derecho consuetudir.ario yel derecho nacional frecuentemen­
vo para el otorgamiento del estatus de "pueblo indígena" .10 que es una te se dejan de lado aspectos de suma importancia tanto para el análisis
de las bases para la reivindicación de la autonomíé. De esa manera,las científico como para la realización de reformas políticas. En lo que
vrganizaciones indígenas adoptan discursos difundidos por organiza· sigue voy a discutir algtmo$ de estos aspectos: la fragmentación políti­
ciones internacionales como las Naciones Unidas o el Banco Mundial ca de la población indígena. su heterogeneidad cultllral. la relación
durante las últimas décadas y que son sostenido;;, además. por nume­ entre derecho y estructura social. las relaciones de poder ~n las poLla­
rosos juristas y científicos sociales (Colombres, 1982: 234; Chase ciones indígenas y la vinculación entre el derecho consuetudinario y el
Sardi. 1987; Gómez, 1990: 372). derecho nacional. Emplearé sobre todo ejemplos empíricos de
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México, que es uno de los países de América Latina con mayor numero viven dispersos a lo largo de territorios inmensos en áreas frecuente­ ;"
indígenag (más de seis millones). mente no colindantes.
Es frecuente, sobre todo en los grupos lingüísticos grandes y
medianos (con más de 10.000 hablantes), que no haya habido una
FH.AGMENTACIÓN POLÍTICA cohesión social que integre al conjunto de los hablantes de la lengua.
Esto es aplicable,. por ejemplo, a los hablantes de nahuatl y zapoteco en
Tanto la discusión política como el debate científico sobre el multicuI­ México o de aymara y quechua en Bolivia y el Perú. La mayoría de los
turaligmo. la autonomía y el reconocimiento del derecho consuetudi­ hablantes se han definido fundamentalmente como miembros de una
nario indígena se bagan frecuentemente en conceptos que pueden comunidad local (Whitecotton. 1977: 219 y 246-~53; AlM, 1979: 481 ­
considerarse obsoletos en la antropología actual. Por ejemplo. algunos 483 ; Spores, 19 84: ~08-2~5; Dennis. 1987: 33; Dietz, 1997: 165 y ss.).
de los representantes más importantes en la discusión actual sobre Entre comunidades colindantes no son raros los conflictos sobre tie­
multiculturalismo. como Charles Taylor y Will Kymlicka. consideran la rras o derechos de agua que terminan en violencia (Dennis. 19B7;
"cultura" simplemente como un sinónimo de la "nación" o el "pueblo" Zárate Hernández, 1991: 119). El predominio de la comunidad local
y definen estos términos como grupos de personas que persiguen un como el nivel más importante de integración social entre la población
fin colectivo (Taylor. 1993: ~O; Kymlicka. 1995: 18). Estos intelectuales indígena en muchas partes de América Latina se debe a la política colo­
y las organizaciones indígenas retoman el modelo tradicional del nial española. En contraste al Indirect Rule británico, la administra­
Estado nacional, sólo que lo transfieren a un nuevo sujeto de derechos: ción colonial española destruyó o ignoró las formas de organización
los" pueblos indígenas" o minorías étnicas. En ambos casos se justifi­ política supralocales y trató a cada comunidad indígena como un ente
can derechos políticos con la supuesta presencia de una comunidad administrativamente autónomo (Caso et al., 1954: 144-149; G. Collier,
cultural orgánica. 1976: 195Y ss.; Favre. 19 84: 138 y ss.; Farriss, 1984: 148-151. 188,357).
Joseph Rothschild (981). PauI Brass (¡991) y otros han mostrado De la situación de fragmentación esbozada resulta que las institu­
que los grupos étnicos y las naciones no son colectividadeshomogéne­ ciones políticas que podrían figurar como sujetos de derechos de auto­
as y políticamente unidas. Ya Max Weber (1921) y. más tarde. Frederic nomía serían una creación nueva, cuya legitimidad no derivaría de su
Barth (¡969) señalaron que no hay una relación directa entre lengua. tradicionalidad sino de su carácter representativo.
religión O costumbres compartidas (elementos relacionados con la
comunidad cultural) y la cohesión social. Por lo tanto. resulta general­
mente incorrecto llamar "'pueblos indígenas" a las colectividades deli­ HETEROGENEIDAD CüLTURAL
mitadas según criterios lingüísticos en América Latina. Tan sólo en
México hay 56 de estOs grupos lingüísticos, con tamaños muy distintos. En la discusión sobre el derecho consuetudinario se supone general­
Así. mientras hay más de 1.2 millones de hablantes del nahuatl, el mente que se est:í ante un corpus coherente de normas !radicion;;,les.
censo de 1990 menciona solamente 149 hablantes del papago. aceptadas por los miembros de los grupos indígenas, de manera que el
Además. los grupos lingüísticos graI!.des abarcan varias lenguas que no Estado no n~cesita más que reconocerlo (Regino. 2001; Díaz- Polanco,
son mutuamente entendibles (Díaz- Poianco, 1997: 76 y ss.; Díaz.­ 1997: 56; Yrigoyen Fajardo. 1999: 356. 365). En realidad. con frecuen­
Conder, 1991: 143 y ss.; Smailus. 1990: 263). Muchos de estos grupos cia hay diferencias culturales importantes en aspectos jurídicamente
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relevantes, como son la sucesión hereditaria o la división sexual de tra­ leyes, estatutos y decisiones de tribunales. un lenguaje particular y
bajo. incluso entre comunidades del mismo grupo lingüístico. En especialistas profesionales. Las decisiones deben seguir las reglas
algunas comunidades de los Altos de Chiapas (como Zinacantan, escritas que se refieren a delitos definidos y no tienen en conside
Oxchuc y Chenalhó), en México, solamente los hijos varones heredan ración la mayor parte de las relaciones entre los involucrados en una
tierra para el cultivo. mientras que en otras (como Chamula y disputa ni su entorno social. Las decisiones del tribunal se imponen
Amatenango) las hijas pueden heredar también (Laughlin, 1969: 166; (mediante el uso de la fuerza, si es necesario) por instituciones
Kohler. 1975: 48; Collier. 1976: u6 y ss.; Rosenbaum. 1993: 49 y ss.). especializadas del Estado. Tal sistema jurídico responde a las necesi­
Incluso las aldeas de una misma comunidad indígena no son cultural­ dades de sociedades grandes y anónimas donde muchos conflictos se
mente hom9géneas. Pueden diferir, por ejemplo, en los sistelnas de dan entre personas que no se conocen (Roberts, 1979: 16-2i¡'WeseL
parentesco que juegan un rol central en la adscripción de derechos 2001: 62).
y deberes (Laughlin, 1969: 152. 169). Las prácticas consuetudinarias de los grupos indígenas, por el
Por lo tanto. el reconocimiento del derecho consuetudinario no contrario. no forman una esfera separada y autónoma de la sociedad.
puede fundarse en un corpus de normas jurídicas compartidas ya exis­ sino que están inmersas en la estructura social. "encajadas en la vida
tente, ni en el nivel de los grupos lingüísticos supralocales (los "pue­ cotidiana" (Roberts. 1979: 27; Hoebel, 1954: 18; Bohannon, 19 67: 53;
blos" indígenas) ni en el nivel comunal. En esos casos, un compromiso Greenhouse, 1979: 106; Stavenhagen, 1990: 3o, 42; Gómez, 1990: 381;
o consenso sobre las normas es concebible solamente como resultado Chenaut, 1990: 182 y ss.; Hamel, 1990: 210,216). Mientras el derecho
de un proceso democrático. nacional busca imputar culpa y sanción, el derecho consuetudinario de
las comunidades indígenas generalmente busca lograr la reconcilia­
ción entre los litigantes e insiste en la reparación del daño. No se cen­
DERECHO YESTRUCTURA SOCIAL tra en un delito abstracto sino que considera la situación personal y las
relaciones entre los que están directa o indirectamente involucrados
Actualmente las costumbres o tradiciones indígenas son consideradas en un pleito (Bohannon, 1961: 52 y ss.; Roberts. 1979: 26; Collier,
como la fuente principal de un sistema jurídico alternativo indígena 1995a: 85 y ss. y 1995b: 52-54; Yrigoyen Fajardo. 1999: 35 6 ; WeseL
(CNI. 2001; La Jornada. 5/312001: Regino. 2001; Stavenhagen, 1990: 2001: 62y ss.).
33; Iturralde, 1990: 51; Sierra. 1995b: 228). Se supone que el derecho Sin embargo, en el debate sobre la autonomía indígena normal­
consuetudinario tiene un carácter y una estructura parecida al nacio­ mente no se tiene en cuenta que esta orientación del derecho consue­
nal, lo que permitiría el reconocimiento del sistema jurídico indígena tudinario no se deriva de un carácter especial de las poblaciones
por el Estado tan pronto como las condiciones políticas fuesen favora­ indígenas, como sostienen muchas organizaciones indígenas
blei'. Sin embargo. tal opinión no tiene en cuenta que hay diferencias (Encuentro Continental de Pueblos Indios. 1990; Regino, 2001), sino
importantes enire el derecho existente en sociedades cüü Estado y el que es el resultado de decisiones de individuos que en las circunstan­
de sociedades o grupos sin aparato estatal. cías dadas coneiderall ventajosas estas formas de resolución de con­
En sociedades complejas el derecho está controlado por el poder flictos (Collier. 1995a : 299 y 19951 : 55Y ss.).
político central. Se trata de una esfera bien distinta y separada del resto Así como el derecho nacional necesita las instituciones estata­
de la sociedad. El derecho tiene sus normas propias. codificadas en les para imponer sus normas. el derecho consuetudinario depende
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de formas específicas de organización social (Felstiner, 1974.175). La vengarse o conseguir ciertas "entajas frecuentemente recurre al dere­

reconciliación es posible solamente si los litigantes mismos tienen cho nacional (para Chiapas. véasc Dorotinsky, 1990: 80).

interés en restablecer las relaciones sociales entre ellos. Eso presupo­


ne, como ha señalado Max Gluckman. que haya relaciones duraderas
entre los involucrados en el coni1icto, que exista una dependencia DERECHO CONSUETUDINARIO YPODER
mti tua y que sus intereses coincidan parcialmente (es decir. que se den
relaciones de diferente índole)7. En la discusión actual sobre la autonomía se supone generalmente

Debido a su estrecha relación con la estructura social, el derecho que la aplicación del derecho consuetudinario en las comunidades

consuetudinario está cambiando continuamente de acuerdo con las indígenas permitiría la recuperación de la "armonía social" y que hay

variaciones en las condiciones económicas y sociales. Por lo tanto, su un consenso sobre sus normas y prácticas (Stavenhagen e Iturralde.

simple transmisión a entidades mayores, como una región o un grupo 199°: 29 y ss.; Ardito, 1997: 15 y ss.; Yrigoyen Fajardo, 1999: 35 6 ;

lingüístico, no parece factible. La mediación y el arbitraje, que func~io­ Regino, 2001).


nan en grupos pequeños cara a cara, no representan un modelo aplica­ Sin embargo estos supuestos son problemáticos porque descui­
ble, sin mayores problemas, en colectividades más grandes. dan los conflictos internos existentes en las comunidades indígenas.
Estos conflictos no se deben exclusivamente al debilitamiento de la
cohesión social y de las normas y costumbres tradicionales en una
LAARTICULACIÓN DE LOS DERECHOS NACIONAL comunidad originariamente homogénea debido al avance del Estado,
YCONSUETUDINARIO como lo sugieren varios autores (Hamel, 1990: 209; GÓmez. 1995:
21 4). Las relaciones de poder en las comunidades resultan también de
La relación entre el derecho nacional y el derecho consuetudinario es la aplicación de las "costumbres", porque no todos son iguales ante el
parte de las relaciones de poder entre la sociedad dominante y la socie­ derecho consuetudinario. De hecho. el resultado de una mediación o la
dad dominada. El derecho consuehldinario se puede entender como sanción por la infracción de una nonna dependen de las relaciones
un intento de grupos subordinados de adaptar las nonnas nacionales a entre los litigantes y de su estatus social (Lartigue. 1990: 19 8; Collier.
sus estructuras. valores e intereses propios (Stavenhagen, 1990: 33 y 1995a : 101- U S· 302 y ss.). Los cabildos indígenas en México y
ss.; lturralde. 1990: 55)· En consecuencia. el derecho consuetudinario Guatemala. por ejemplo. están dominados por hombres de edad avan­
generalmente no es un sistema de normas claramente separado del zada. En los pleitos matrimoniales muchas veces favorecen a los mari­
derecho oficial. La antropología jurídica reciente ha mostrado que el dos (Collier. 1995a: 10 9 y ss. y 1995b: 56 y ss.). Generalmente un
derecho nacional y el derecho consuetudinario más bien están articu­ reclamante joven tiene pocas posibilidades de conseguir sanciones
lados de una manera compleja (Merry. 1988, 1991 Y1992 ; Cameiro da formales en contra de un anciano. Si logra el pago de una indemniza­
Cunha. 1990: 30~; Sierra. 1995b: ~~8 y ss., 247; Ardito. J.997: 29). Los ción por algún da:ño.la Suma será menor que la que se podría obtener
actores pr~ctican frecuentemente lo que K~beet von Benda - Beckmann en disputas entre personas del mismo estatus social. En suma, la con­
(1984: 37-63) ha llamado "institution shopping": si un actor pre J
ciliación y el compromiso no significan necesariamente que la culpa y
tende preservar o restablecer las relaciones sociales con su adversario las cargas sean repartidas de manera igualitaria entre los litigantes
se dirige a las instituciones locales de mediación; si su objetivo es (Greenhouse. 1979: 107 y ss .• 113 y ss.).
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Si se quiere reconocer las prácticas e instituciones del derecho La expansión del derecho nacional en regiones aisladas (por
consuetudinario no se trata entonces de sancionar tradiciones fijas y ejemplo. como resultado de la construcción de carreteras) no se debe
compartidas entre la población indígena sino de apoyar puntos de vista interpretar simplemente como un acto del colonialismo interno fren­
y grupos sociales o locales específicos. Desde esta perspectiva. las te a una sociedad local homogénea. Se trata más bien de un cambio en
cuestiones centrales son: ¿qué interpretación del derecho consuetudi­ las relaciones internas de poder en tanto que proporciona a ciertos
nario favorece más la democratización de las estructuras tanto locales individuos o grupos acceso a nuevos recursos y modifica así las condi­
como nacionales? ¿cuánta representatividad y legitimidad tienen las ciones de los procesos internos de negociación. Con respecto a esto. la
autoridades y organizaciones indígenas? actividad del Estado tiene consecuencias no muy diferentes a las del
trabajo de Organizaciones No Gubernamentales. De vez en cuando las
leyes nacionales favorecen que ciertos miembros de las comunidades
RESULTADO: LA RELACIÓN ENTRE NORMAS NACIONALES indígenas puedan defenderse contra ciertas reglas existentes en su
YDERECHO CONSUETUDINARIO grupo que consideren injustas (Sierra. 1995b: z33. z47)' En varias
comunidades indígenas de México. por ejemplo, las mujeres se han
Lo que está en juego en el debate acerca del reconocimiento de prácti­ apoyado en las leyes nacionales para realizar reclamaciones por una
cas consuetudinarias no es la conservación de tradiciones indígenas herencia a partes iguales en contra de sus hermanos y padres o para
prehispánicas. Lo que hoy se toma por tradición muchas veces no tiene defenderse de un casamiento forzado (Collier. 1976/77: 146 . 150 Yss.;
más antigüedad que el derecho nacional. Las normas jurídicas y las prác­ 1995a : ~56). Las discusiones sobre los derechos humanos y las deman­
ticas de resolución de conflictos de las sociedades no son de ninguna das de las organizaciones de mujeres ya han producido cambios acerca
manera instancias neutrales. Tanto el derecho consuetudinario como el de la percepción y evaluación de la violencia doméstica (Rovira. 1997;
derecho nacional se ocupan del reparto de estatus, poder y recursos. Por StrObele-Gregor. ~001).
ende el supuesto. presente en los discursos étnicos y nacionales. de que El supuesto de que todas las sociedades tienen un corpus de reglas
se basan en un consenso de los miembros de la sociedad no es muy rea­ tradicionales que se podría transfOTInar, sin mayores problemas. en
lista. Más bien es de esperar que existan ideas diferentes ya veces con­ derecho positivo parece altamente dudoso desde la perspectiva de la
tradictorias entre clases sociales. sexos y generaciones8. antropología jurídica. Las normas jurídicas, como todas las normas
Por lo tanto el derecho consuetudinario no es un corpus coheren­ sociales. están conti,.uamente renovándose. Por lo tanto. quien quiera
te de normas compartidas en una sociedad sino una forma específica respetar las formas consut:tudinarias de resolución de conflictos
de organizar intereses contrarios y una arena en la que se despliegan existentes en grupos indígenas o mmoritarios no debe reconocer
diferentes estrategias. en un contexto de relaciones asimétricas de reglas específicas sino la autoridad del grupo para desarrollar tales
poder (Dorotinsky. 1990: 70)' Como lo han mostrado Comaroff y reglas (Cameiro da Cunha. 1990: 301 y ss.). Pero se tiene que asegurar
Roberls para los tswan.;;, en África ud sur. las reglas o normas no deter­ que estas decisiones puedan ser tomadas en un mar(;\) demotráiku.
minan directamente el resultado de los procesos de resolución de con­ Teniendo en cuenta las deficiencias m~sivas y la distancia tre
flictos. siriO que son más bien recursos manejados po!' los actores y menda que hay en América Latina entre las leyes escri tas y la reali­
por ende objeto de negociaciones (Comaroff y Roberts. 1981: 14. ~16; dad jurídica, es urgente una reforma del derecho nacional y de las
Roberts. 1979: ~400). instituciones jurídicas estatales. Tal reforma tiene que garantizar
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.-
que los sectores no privilegiados de la sociedad sean realmente capa­ CANClAN, F., 1976, Economía r prestigio en una comunidad mayo.. El sistema religioso de caro c:í
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NOTAS ClItNAUT. V.• 1990. "Costumbre y resistencia étnica. Modalidades entre los Totonaca". en
Stavenhagen e lturralde. pp. 155-189.
1. Agradctco mucho los valiosos comentarios que Gonzalo Ramíret de Huo hito a una CHENAI!f. V.. y SIEIlRA. M.T. (edsJ. 1995. Pueblos indígenas anle el derecho. México: CIE·
version preliminar de este texto. SAS/CEMCA
~. Para esta definición. véase también Yrigoyen Fajardo. 1999: 346; Meny, 1988: 869: CNI-Congreso Nacionallndigena. ~OOI. ~Declaración por el reconocimiento constitu­
Griffiths. 1986: ~. El pluralismo juridico puede resultar de una situación colonial. cional de nuestros derechos colectivos". 3er Congreso Nacionallndigena, Nurio.
ser fruto de una revolución o conseeuencia de la presencia de actores transnacio­ Michoacán. ~-4 Man:o de ~OOI. http://www.laneta.apc.org/cnV3cni-dec.htm.
nales en un país (Sousa Santos. 1998). COlllEII. G.• 1976. Planos de inlerocción del mundo tzorzit. Bases ecológicas de la Iradición en
3. En lo que sigue hablo del "derecho nacional" cuando me refiero a los sistemas lega­ los Altos de Chiapos. México D.F.: SEP/IN\.

les de los países de América Latina para evitar confusiones posibles con los órde­ 1989. "Changing inequality in Zinacantan: The generations or 1918 and 19~". en V.

nes juridicos de los Estados en los países eon constituciones federales. Bricker y G. Gossen (eds.), flhnogrophic encounters in Southem Mesoamerica: essa)'s in

4· Para una discusión de estos procesos de movilización véase por ejemplo Gabbert honor o[EvonZartman Vogt/r.AIbany: The University al Albany. pp. lI\-I2<!-.

(1999 a). 1994, ~Seeking Food and Seekíng Money: Changing Relations of Produetion in

5· Cf. José Martinez Cobo. el relator especial de las Naciones Unidas. citado en Zinaeantán. Chiapas", en C. Hewitt de Alcántara (edJ, Economic reslmcruring and

Stavenhagen (199~: 87) o Valdivia Dounce ('99~: I~O). Los "pueblos indígenas" mml subsistmce in Me:rico: com and the crisis o[the 1980·s. La 101la. CA. Center for

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6. Véase Carneiro da Cunha. 1990: 300 .y el articulo 9 de la convención 169 de la OIT COWER, 1.. 1976/77. ~Politicalleadership and legal change in Zinaeantan". ÚlW Bnd Socielr

(19 89)'
Heview 11.1: 131-163.

7· Véase Gluckman. 1955: Felstiner. 1974/75. La existencia de relaciones variadas


1979, "Stratific.ation and dispute handling in ovo highland Chiapas communities".

entre los involucrados rmultiplexas" en las palabras de Gluckman) es una condi­ American Ethnologist 6, ~: 305-3~8.

ción necesaria pero de ninguna manera suficiente para el éxito de la mediación 198~. "Justicia Popular en Zinacantan".América Indígena 4~. 1: 99- 11 5.

(Sta.'T e Yngvesson. 1975). 1995. El deredw lÍM<'anteco. Procesas de disp:.ror en un ,Dueblo indígena de Ol.iapas.

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