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FICHA INFORMATIVA
ÁREA: DOCENTE: Sheyla Vásquez Reyes II BIM III UNIDAD
COMUNICACIÓN Lily Castañeda Alfaro GRADO Y
Isabel Mondragón Romero. SECCIÒN
4° A_B_C
SESIÒN N° 02 FECHA: 02/07/2021
Cachorro de hombre
Eran las siete de un día muy caluroso en las colinas de Seeone cuando Padre
Lobo despertó de su descanso diurno, se rasco y bostezó, y estiró las patas, para
quitarse la sensación de sueño.
Madre Loba estaba tumbada tapando con el gran hocico gris a sus cuatro lobeznos
inquietos y chillones.
Algo sube por la cuesta –dijo la Madre Loba, levantando una oreja– Prepárate.
Se oyó un crujido de arbustos en la maleza y Padre Lobo se echó al suelo, listo
para atacar. Saltó casi en el mismo sitio.
¡Un hombre! –dijo bruscamente –¡Un cachorro de hombre, mira!
Justo delante de él, agarrándose a una rama baja, había un niño desnudo,
de piel morena que casi no sabía andar, la cosa más diminuta, suave y rechoncha
que jamás había entrado en la cueva de un lobo por la noche.
–¿Eso es un cachorro de hombre?
–dijo Madre Loba– Es el primero que veo.
Tráelo.
La quijada de Padre Lobo acostumbrado a llevar entre sus dientes a sus cachorros
alzó al niño, ninguno de sus dientes arañó la piel al depositarlo entre los lobeznos.
–¡Qué pequeño! –dijo Madre Loba suavemente. El niño se estaba haciendo
sitio entre los cachorros para acercarse al calor de su piel. ¡Ajá! Ahora está
comiendo igual que los otros. Aquí hay una loba que va a gloriarse durante toda su
vida de haber tenido una cría humana entre sus hijos.
La luz de la luna iluminaba débilmente el interior de la cueva. De repente todo
quedó a oscuras. Shere Khan –el tigre metió su cabezota y parte de su cuerpo
en la entrada de la cueva.
–Nos sentimos honrados con tu visita, Shere Khan –dijo Padre Lobo–. ¿Qué
deseas?
–Mi presa, sólo eso. Perseguía yo a sus padres. Pero han huido abandonando a su
cachorro. Te lo exijo.
–Te recuerdo que los lobos somos un pueblo libre– le gritó padre Lobo. Sólo
obedecen las órdenes del jefe de su manada.
La cría de hombre es nuestra. Y si queremos lo mataremos. Lo haremos
nosotros no tú.
El tigre rugió.
Madre Loba se separó de sus hijos. Se acercó a Shere Khan. Sus ojos brillaban.
–Ahora soy yo, Raks ha, quien contesta.
El cachorro humano es mío. Nadie lo matará. Y tú lo verás corriendo con nuestra
manada, entregado, como los demás al riesgo de la caza. Y tengo que advertirle
que será esta cría humana quien le va a cazar a usted. ¡Fuera de aquí!
Shere Khan se dio cuenta que sería capaz de luchar con Padre Lobo, pero
tenía todas las de perder si luchaba con Madre Loba. Ella estaba dispuesta a llegar
hasta el final.
Se retiró con enorme disgusto de la boca de la caverna.