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FACULTAD DE JURISPRUDENCIA
IBARRA-ECUADOR
• PRIMER CASO PRÁCTICO
Infantino, jefe de una base aérea, autoriza el despegue de un avión deportivo, a pesar de
que se hallan practicando paracaidismo, al mismo tiempo, algunos jóvenes principiantes.
Una disposición reglamentaria prohíbe autorizar ambas actividades conjuntamente. En el
momento en el que el avión deportivo se halla todavía detenido, pero con sus motores en
funcionamiento, practica un salto el instructor del grupo, que tenía sobrada experiencia
en este deporte. El círculo de caída de los paracaidistas se hallaba a 150 metros de la pista
en la que estaba el avión, pero un mal movimiento del profesor –inexplicable para un
hombre de su destreza- desvía su caída hacia aquel lugar. Al acercarse al avión y ver a las
hélices en funcionamiento, el experto se asusta a tal punto que se conduce de modo aun
más torpe, con tal suerte que cae, precisamente, sobre una de las hélices, y pierde un
brazo. Por lo demás, sufre otras lesiones de carácter menor. El piloto, por su parte, no se
dio cuenta de lo que sucedía hasta que oyó el golpe.
1. Analice, conforme a los parámetros de la teoría del delito, si en el caso se dan los
presupuestos de imputación y reproche de Infantino y del piloto del avión en tierra.
Para el desarrollo del análisis del caso, con base doctrinaria, es menester realizar un breve
anuncio de lo que la materia refiere respeto del acto materia del presente ensayo; en
primer plano nos encontramos ante una acción lesiva entendiéndose a esta como la acción
que se exterioriza y está prohibida su ejecución por la norma que define un tipo de delito,
la norma de conducta fijará como verbo rector la acción u omisión, y debe estar de
acuerdo con el delito, es decir, debe tener la capacidad de producir resultados y, por lo
tanto, dañar o amenazar un bien jurídico protegido, en este caso la vida y/o integridad
física. Ahora bien, se ha determinado que existe un acto que se ha perfeccionado y que
producido un resultado dañoso, como es un accidente, materia del delito, y ya en el
estudio de su responsabilidad acude el deber de identificar cual de los sujetos ha de ser
responsable del hecho, en esta misma línea, se traduce esta acción en la identificación de
las restricciones que los sujetos efectivamente han violado o inobservado, entendiendo
que sus acciones son ilegales y que los actores tienen suficiente capacidad intelectual para
ejecutarlas. En las instituciones normativas del derecho penal, se señala que el castigo
puede tomar la forma de acción y omisión, en este sentido, podemos ver que es una
restricción al poder punitivo, especialmente al legislativo, y no puede ser elaborado. Y no
hay comportamiento humano que deba regularse. Además, se convertirá en el elemento
básico o unificador del sistema de teoría del delito, así como en los vínculos entre otros
tipos de elementos, tipicidad, ilegalidad y culpabilidad. Finalmente, se utilizará como
delimitador de los activos legales que puedan verse afectados. (RUEDA, 2013, pág.84).
Bajo esta óptica doctrinaria, está claro que Infantino ha omitido su deber de aplicación de
los reglamentos propios de su oficio, y ha ordenado equívocamente el despegue de un
avión cuando este no debía hacerlo, traduciendo este acto en una omisión culposa, pues
se enajena del rasgo característico del dolo, que es ocasionar un daño, si bien la falta de
observancia al reglamento ha ocasionado un hecho lesivo, este no ha sido buscado por el
accionante, pues ha sido necesario diferenciar los comportamientos , es decir a cosas que
no se corresponden con los humanos, como situaciones accidentales, inconscientes
absolutos o movimientos reflejos, todo lo cual invalida la voluntad, de igual forma en el
caso se puede determinar que la conducta humana tiene la voluntad y la ejecuta y conduce
hasta el resultado final; argumentos suficientes para presumir la responsabilidad de
Infantino en la comisión del hecho punible, no así la del piloto, pues este de forma
anticipada a pedido la autorización al actor para su despegue, y una vez concedido no le
correspondería más previsión u observancia que el oficio mismo de despegar.
Mediante parte policial informativo elaborado por el agente de policía Oscar Celi
Morales que por disposición verbal del señor Apolo (nombre clave policial) realizó
patrullajes por el sector del Centro de Rehabilitación Social Bellavista y que
aproximadamente a las 02h20 del día sábado veintisiete de agosto del dos mil once, por
disposición superior se ha trasladado hasta el pabellón de máxima seguridad de aquel
centro carcelario donde presuntamente varias personas privadas de su libertad se
encontraban en proceso de fuga y que conjuntamente con el personal policial del servicio
de vigilancia del centro carcelario estaban realizando el rastreo en la maleza. Constituidos
en el lugar habían colaborado con la búsqueda de las PPL por el exterior del perímetro
del área de máxima seguridad y que luego de unos minutos habían sido alertados por parte
del personal de guías penitenciarios que las PPL habían sido recapturados e ingresados y
aislados en el área de máxima seguridad. Los internos que responden a los nombres de
Miguel Ángel Cabezas y Edgar Ramiro Espinoza Aguirre (+) habían sido capturados en
la terraza del pabellón de máxima seguridad. Que una vez que fueron recapturados los
llevaron desde la terraza hasta el centro médico conjuntamente con los internos Miguel
Ángel Mean Cabezas, Johnny Quishpe López y Augusto Molina Pinargote que también
habían sido recapturados debido a que participaron en el acto de fuga. En el trayecto desde
la terraza hasta el centro médico a los internos recapturados los vendaron y especialmente
al interno Edgar Ramiro Espinoza Aguirre (+) fue empujado por uno de los guías
penitenciarios para que se rodara por las escaleras. Ya en el centro médico fueron
golpeados, con palos de escobas, con lo toletes dados en dotación a los guías
penitenciarios, encabezados por el jefe de guías M. A. JAIRO LEONEL, y por el
subalterno C. V. VLADIMIR ALFREDO y los demás M. Q. MANUEL ENRIQUE, C.
F. HÉCTOR SANTIAGO, M. M. JORGE ANTONIO, M. A. PRADO ASTUDILLO,
RAMÍREZ OBANDO S. R., quienes estaban realizando actos anteriores y simultáneos a
la ejecución del acto bajo la atenta mirada el director del Centro Lic. S. G. GUILLERMO
HERNÁN.
A las 05h30 unas de las personas privadas de la libertad, fue custodiada por los guías
penitenciarios hasta el Hospital Dr. Gustavo Domínguez al mando del supervisor señor
Jairo Leonel, siendo aproximadamente a las 06:00 ha comunicado a sus superiores el
fallecimiento de la PPL Edgar Ramiro Espinoza Aguirre, procediéndose a realizar el
levantamiento del cadáver por intermedio del personal de criminalística.
Del reconocimiento exterior y autopsia que realizó el Dr. Franklin Villares al cadáver de
Edgar Ramiro Espinoza Aguirre, se pudo llegar a concluir que este falleció por un
traumatismo cráneo encefálico con hemorragia cerebral, además de presentar lesiones en
la cara, la misma que se encontraba deformada, los parpados hinchados, además de que
en la región occipital presentaba un hematoma, chibolo (sic), de cuatro centímetros de
diámetro, encontrando también deformidad en el tórax; en la parte izquierda en la que
presenta varias fracturas en los dos, tres y cuatro arcos costales, en el lado derecho y
en las costillas izquierdas en los espacios dos y tres.
En la persona del interno Miguel Ángel Mean Cabezas, según el informe médico legal
explicaba que este tenía una contusión simple, varios hematomas, equimosis, golpes en
la espalda, una herida suturada, lesiones que fueron producidas por un objeto contundente
duro, quien bien pudo haber sido un puño, piedra o cualquier objeto que no tenga filo.
1. Analice, conforme a los parámetros de la teoría del delito, si en el caso se dan los
presupuestos de imputación y reproche de los ocho guías penitenciarios.
Una vez analizado el caso de forma integral, nos encontramos ante una acción inicial, la
cual corresponde a una fuga de privados de la libertad, de ella, es imperiosa la necesidad
de aplicar la legalidad para el tratamiento del hecho, es así que, como consecuencia fáctica
los funcionarios encargados del orden penitenciario (guías) en aplicación a su facultad
represiva contenida en el Art. 686 del Código Orgánico Integral Penal que dispone en su
parte: “ Las o los servidores encargados de la seguridad penitenciaria y custodia de las
personas privadas de libertad, dentro o fuera del centro, podrán recurrir a las técnicas
de uso progresivo de la fuerza para sofocar amotinamientos o contener y evitar fugas.
“Mas adelante en su inciso segundo señala: “En caso de existir extralimitación se
remitirá el expediente respectivo a la Fiscalía.”, ahora, por sobre la extralimitación de
funciones, la norma es clara en el Art. 293 del mentado cuerpo legal, en su parte la define;
“ La o el servidor de las Fuerzas Armadas, Policía Nacional o seguridad penitenciaria
que se extralimite en la ejecución de un acto del servicio, sin observar el uso progresivo
o racional de la fuerza, en los casos que deba utilizarla y que como consecuencia de ello,
produzca lesiones a una persona, será sancionado con pena privativa de libertad que
corresponda…”, en su inciso segundo encontramos: “Si como consecuencia de la
inobservancia del uso progresivo o racional de la fuerza se produce la muerte de una
persona, será sancionado con pena privativa de libertad de diez a trece años.”, hasta este
momento la norma nos ha permitido dilucidar el panorama jurídico de del hecho, pero de
acuerdo con el esquema de la teoría del delito, al analizar los elementos que se tratan, es
necesario valorar si los resultados son atribuibles a título doloso o culposo. Si definimos
la intención como comprender y querer definir el tipo penal al que se configura el hecho,
se partirá diciendo que el acto es reprochable, y se explica desde los dos elementos
esenciales para la imputación del hecho, el objetivo y el subjetivo, partiremos por el
primero entendiendo que, en la parte objetiva, encontramos el tipo, la antijuridicidad, la
acción del sujeto activo, estas condiciones se determinan la practicidad en el delito; dentro
de este elemento se encuentra la imputación del hecho al sujeto, es decir, debe depender
de una relación causal en la que el autor participa activamente en la realización del
resultado para poder definirlo como el elemento objetivo del tipo penal, por tanto, una
imputación objetiva del resultado es un requisito implícito en el tipo de resultado del
delito (en la parte objetiva) para poder atribuir legalmente el resultado consumado, y es
de conocimiento que los guías M. A. JAIRO LEONEL, y por el subalterno C. V.
VLADIMIR ALFREDO, habrían llevado al privado de libertad EDGAR RAMIRO
ESPINOZA AGUIRRE, aun sitio aislado del resto de privados para torturarlo
ocasionándole la muerte, resultado que no está descrito dentro del uso progresivo de la
fuerza que constituye un límite de las funciones de los mentados autores. El segundo
elemento a puntualizar es el elemento subjetivo que tiene que ver con la intención y/o
voluntad del autor, que ha pasado por un tratamiento psicológico previo a la ejecución
del acto lesivo, comúnmente llamado dolo traducido en la consciencia que tiene el actor
de los elementos objetivos de un delito y a sabiendas que el acto que se va a ejecutar o
que se ejecuta constituye un delito, en otras palabras, es el comportamiento personal
consciente que con la conducta a emplearse constituye un delito, a pesar de este
conocimiento, aun así, está esperando el resultado ( ROXIN, 2008); es así que conscientes
de que el privado de la libertad estaba bajo una condición inferior ya sea numérica o por
igualdad de armas, los guías penitenciarios, en atribución de sus funciones deciden quitar
la vida a la víctima.
A diferencia del primer caso planteado, la participación de los demás guías penitenciarios
en el hecho punible, hace que su conducta se adecue a lo tipificado y sancionado en el
Art. 43 (up supra) en su parte: “ Responderán como cómplices las personas que, en forma
dolosa, faciliten o cooperen con actos secundarios, anteriores o simultáneos a la
ejecución de una infracción penal, de tal forma que aun sin esos actos, la infracción se
habría cometido:”, es decir su omisión o falta de acción no ha sido justificada como
culposa, sino más bien, ante la consciencia propia de la ejecución de un hecho doloso, su
participación indirecta como expectantes no ha impedido el delito, siendo uno de los
deberes la seguridad interna y externa del Centro de Privación de Libertad, es decir no
existe una inobservancia a los reglamentos, mas bien su falta de acción ha coadyuvado en
la materialización del ilícito.
REFERENCIAS
MATERIA LEGAL