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CAPÍTULO

Resistencias, redes y tejidos. Una


mirada biocéntrica a los proyectos de
refortalecimiento en las comunidades

5
Luis Alfonso Aya Velandia
Resistencias, redes y tejidos:
Una mirada biocéntrica a los
procesos de refortalecimiento en las
comunidades
Luis Alfonso Aya Velandía

Psicólogo (Universidad Antonio Nariño, Colombia)


Especialista en Pedagogía e Investigación, (Universidad de La Sabana, Colombia)
Especialista en Teorías de la complejidad (Multiversidad Mundo Real Edgar Morín, México)
Magíster en Investigación Integrativa (Cand.) (Multiversidad Mundo Real, México)
Líder del proyecto Espacios de encuentro, Acompañamiento psicosocial a proyectos comunitarios en el Sur de Bogotá.
Coordinador académico del Programa de Psicología,Vicerrectoría Regional Bogotá Sur
Corporación Universitaria Minuto de Dios.
Investigador del Grupo de Investigación Nexos: Narrativas y experiencias de organizaciones y sujetos.
layavela@uniminuto.edu.co

¿Cómo citar este capítulo?


APA
Aya Velandia, L. (2016). Resistencias, redes y tejidos. Una mirada biocéntrica a los proyectos
de refortalecimiento en las comunidades. En K. Ramírez Barreto, Espacios de encuentro.
Opciones metodológicas para tejer vínculos entre psicólogos y comunidades. (1st ed., p. 116
- 133). Bogotá: Corporación Universitaria Minuto de Dios.

CHICAGO
Aya Velandia, Luis Alfonso. 2016. “Resistencias, redes y tejidos. Una mirada biocéntrica a los
proyectos de refortalecimiento en las comunidades”. En Espacios de encuentro. Opciones
metodológicas para tejer vínculos entre psicólogos y comunidades, 1st ed., 116 - 133. Bogotá:
Corporación Universitaria Minuto de Dios.

MLA
AyaVelandia, Luis Alfonso.“ Resistencias, redes y tejidos. Una mirada biocéntrica a los proyectos
de refortalecimiento en las comunidades”. Espacios de encuentro. Opciones metodológicas
para tejer vínculos entre psicólogos y comunidades, Kevin Andrés Ramírez Barreto, 1st ed.,
Corporación Universitaria Minuto de Dios, Bogotá, 2016, p. 116 - 133.
Introducción
De acuerdo con Martí (2013), la existencia paradójica de ciertas
pretensiones orientadas a mantener el discurso del progreso económico
frente a una realidad marcada por la existencia de profundas y estructurales
inequidades sociales que limitan las posibilidades de dignificación de sus
vidas, representa aún uno de los mayores desafíos para las sociedades
latinoamericanas. En este contexto de tensiones, autores como Korol
(2008) han indicado que los efectos se hacen evidentes en las comunidades
excluidas y los territorios que habitan pues se convierten en espacios para
fomentar inequidades sociales y políticas.

Precisamente, para este autor uno de los principales efectos tanto de


las políticas de exclusión como de las prácticas de asistencia externa han
sido la pretensión de producir convencimiento frente a la capacidad para
emprender proyectos de desarrollo propios en un juego que relaciona el
haber sido olvidados –por el Modelo de Desarrollo Económico vigente-,
como de olvidarse de sus propias potencialidades y capacidades, es una
estrategia progresiva de indefensión aprendida donde se van generando
situaciones en las cuales el sentimiento de abandono va dominando la mente
individual para luego apropiarse de la colectiva y así al final los territorios
terminan siendo sectores sin identidad que esperan ayuda externa con poca
capacidad de autogestión y una mirada limitada al presente sin pasado claro
ni futuro posible.
En esta línea, los marcos de exclusión e inequidad también constituyen
juegos de opresión, en la medida que refrendan el discurso de las posibilidades
de unos para intervenir con vigor en el destino de otros. Dicho pensamiento
hegemónico ha llevado a privar a las comunidades de asumir su papel en
la construcción de identidad, transformación del territorio, organización
comunitaria para quedarse con la mera idea de la supervivencia física diaria
sin encuentros para interrogar la vida cotidiana en la construcción de un
futuro diferente.
Sin embargo, la respuesta de las comunidades no puede leerse sólo
en términos de cómo deciden seguir existiendo de manera irreflexiva ya
que en el caminar de los comunales se van abriendo en varias ocasiones
momentos de disonancias cognitivas que enfrentan lo que se puede realizar
con lo que se hace en lo cotidiano, lo cual genera espacios que gestan los
inicios de las resistencias. De acuerdo a Diego Jaramillo Salgado (2011) las
prácticas de resistencia emprendidas a nivel comunitario corresponden a
un ejercicio de poder donde se busca negar una dominación pero a la vez
es una realización de vida, pues en su accionar se muestra cómo se vive
de forma diferente, el acto de resistir puede verse en enseñar una manera
de vivir distinta a la implantada por la hegemonía, es ir más allá de estar en
contra para entrar en acciones propositivas prácticas para la comunidad que
sean ejemplo para los demás.
De allí que, para resistir, es decir trabajar en la búsqueda de una buena vida
bajo lógicas territoriales, locales y cotidianas se constituya en un elemento
central en las posibilidades de autodeterminación de una comunidad. En
primer lugar, la búsqueda de una buena vida supone una relación armónica
entre cuatro visiones, el ser humano, la naturaleza, la vida y el cosmos, lo cual
implica un trabajo de reconocimiento de sí mismo de su historia comunitaria
y persona, una relación de respeto con lo natural, dar prioridad a la vida y
desarrollar una mirada trascendente de la existencia, es decir el buen vivir es
un equilibrio interno y externo dentro de marcos de respeto y cooperación.
Ahora bien, la idea de la resistencia comunitaria como posibilidad de
afirmación de la existencia atraviesa el desafío de descubrimiento de los
potenciales, capacidades y deseos de la comunidad, por lo que paralelamente
surge un desafío de refortalecimiento, que no es otra cosa sino hacer
emerger, dinamizar o impulsar el reconocimiento de los aspectos positivos
de la comunidad, promoviendo la generación de tejidos comunitarios
en los que la interacción –desde la perspectiva de los paradigmas de la
complejidad (Escobar, 2012)-, se basa en los elementos que dan razón de
la existencia común. Puesto que toda comunidad comparte formas de vida
y estas en su raíz están conformadas por tradiciones que no desapareen
con el tiempo pero que al colocarlas como mediadoras de relaciones
entre las personas generan vínculos sociales que fortalecen la construcción
de tejidos sociales, estos procesos varias veces ocurren por personas
catalizadoras de procesos como líderes comunitarios y en otras ocasiones
son profesionales que poseen el conocimiento necesario para acompañar
a las personas en su transformación como trabajadores sociales, sociólogos,
psicólogos entre otros.
De allí cabe preguntarse ¿Cómo los profesionales de la psicología
participan en el ejercicio de refortalecimiento comunitario con miras a
producir resistencias locales, territorializadas y cotidianizadas?, Dicha pregunta
supone explorar por parte del profesional de psicología el territorio, la
relación de las personas con su medio físico inicialmente, luego abordar la
construcción de la memoria frente a las relaciones entre los miembros de la
comunidad sus avances y retrocesos en el pasar del tiempo, conocer como
se ha llegado al estado actual de la comunidad y de esta forma conocer las
resistencia existentes y las formas de resistir que se están gestando. Es decir
el psicólogo debe tener una mirada más allá de lo común, ver la tradición y
la forma de estructura el tejido social comprendiendo que existen muchas
potencialidades que hay que rescatar pero que la hegemonía ha ocultado a
sus propios habitantes.
Encontrar el sentido de la resistencia
De acuerdo con Néstor García Cancliní (2013) en su texto ¿De qué
hablamos cuando hablamos de resistencia?, los términos sólo pueden
construirse cuando entra en relación con otros términos que con los
que entra en tensión o demandan una comprensión más amplia de sus
dimensiones en el marco de los debates epistemológicos y metodológicos de
la época. En este caso, la resistencia como práctica cultural supone reconocer
la forma como confronta la idea de hegemonía ya que ante una forma de
existir impuesta que no ha sido seleccionada a libre albedrio se opondrá una
fuerza contraria que va a buscar recatar lo propio para así buscar un espacio
para la existencia diferente a la impuesta.
Continuando con el autor (2013), la palabra resistencia me resulta escasa,
pobre, en relación con la multiplicidad de comportamientos que surgen buscando
alternativas (p. 17), pues al referirse a la resistencia salen una variedad de actos
que se le denominan así, pero pareciesen que no tienen algo en común
más allá de una acción de oposición, sin embargo, parece que hay un hilo
conductor que conecta la resistencia con las formas de poder diseminadas
en una época. Ibáñez (2005, retomado por Molina (2005) plantea que la
resistencia siempre supone la existencia del poder. Ésta es una declaración que
a la inversa continúa siendo correcta, como si se tratara de una ley conmutativa:
donde hay poder siempre hay resistencia (p. 71), poniendo en evidencia, desde
una mirada de Foucaultiana, que los sujetos se mueven en proceso continuo
de búsqueda de liberación frente a las barreras y fuerzas que pretenden
limitar sus posibilidades. A su vez, Ibáñez (2005) plantea que un segundo
elemento útil para situar la resistencia, son las formas como puede emplear
la violencia dentro de sus objetivos:

Esta forma de la resistencia en la cual la violencia es su principal


instrumento genera efectos contundentes a corto plazo sin embargo a largo
va a producir situaciones más complejas de discriminación y resentimientos
por lo cual su utilización no puede ser en cualquier contexto y debe
pensarse muy bien las posibles consecuencias que traerá en los sujetos de
las comunidades a futuro.

La resistencia violenta sería una oposición contra el poder con acciones


contundentes y va dando consecuencias poco favorables como las
anteriormente mencionadas ya que después de lograr el poder se deberá
generar procesos de reparación frente a los daños. El grupo resistente
puede volverse un opresor, de esta manera el camino violento genera más
dificultades a largos plazos ya que terminará por afectar a otras comunidades
que al no ser reparadas pueden regresar el daño o generar una indefensión
y un sometimiento que no les permitirá asumir las riendas de su desarrollo,
por ello la violencia dentro de las resistencias como se mencionó generan
daños emocionales y sociales muy complejos de curar. De otra parte, estará
la resistencia no violenta la cual es entendida como la estrategia a través
de la cual los pocos podrían invertir la relación para impedir ser sometidos por
los pocos violentos. (Molina, 2005: 72). Así se plantea una visión opuesta a la
anterior ya que aquí la propuesta es lograr cambios en la medida que exista
unidad sin violencia contra los opresores, y las consecuencias posibles serían

En esta otra manera de resistir se aprecia la disminución de consecuencias


negativas, lo cual puede a largo plazo ser más benéfico para las comunidades,
lo anterior debido a que la afectación emocional en las personas es mejor
y las acciones que se emplean en las resistencias de no violencia exigen
una preparación previa de comunidades en los aspectos de identidad y
cooperación generando personas con mayor resistencia ante dificultades
externas, Sin embargo implícitamente exigirá una organización de las
personas para que sus acciones puedan ser tenidas en cuenta, además de
requerir un conocimiento amplio en las técnicas de no-violencia y manejo
político para que al final sus acciones puedan llegar a poseer impacto en la
cultura en la que se habita.
Desde las formas no violentas de resistir, Diego Jaramillo Salgado (2006)
plantea en su escrito Ciudadanía en la resistencia comunitaria cómo el acto
de resistir es una manera en la cual se pueden construir procesos propios
relacionados con la cultura, la económica, la política, ello debido a que las
personas cuando desear resistir deben cooperar, dialogar y generar procesos
creativos para manifestarse y es allí donde se pone en duda las costumbres
hegemónicas que dictan el diario vivir.
De esta manera se puede apreciar la resistencia más allá de la mera
oposición y acercarse a ella como un proceso de creación, el cual exigirá un
trabajo de reconocimiento de aquello que hace a un individuo o comunidad
atribuyéndole factores ontológicos y relacionales diferenciales enmarcados
en las tradiciones, creencias e identidades propias, es un redescubrir la
memoria que poseen las comunidades, develar de la concepción que se
tienen de ser humano, naturaleza, tipos de relaciones entre personas y su
interrelación con otras comunidades es así como la resistir será mostrar
una forma particular de vida que brinda herramientas para fortalecer una
identidad propia que permita acciones de ayuda entre personas , formas de
cooperación y así se va tejiendo la sociedad.
En los contextos latinoamericanos estas formas de resistencia deben
fortalecerse pues brindan un acercamiento a la identidad propia ya que busca
posibilidades pues, como menciona Quijano (2012), la resistencia toma forma
en procesos prácticos, movimientos en las esferas de saber y el conocimiento,
para dar cuenta de una identidad de otras características y posibilidades (citado
por Mejía, 2015: p. 23), será un accionar de creatividad donde se unan la
teoría y la práctica que afectará la forma de ver el conocimiento y la realidad.
Pensar desde la cotidianidad más allá de la razón donde lo nuevo es deseado
y bienvenido, supone una resistencia creativa y re-creativa de la existencia.
En síntesis, la resistencia corresponde a una serie de acciones inicialmente
de rescate de la identidad de un grupo y territorio para luego convertirse en
una manera de vivir diferente a la impuesta por la hegemonía favoreciendo
las relaciones de cooperación entre los individuos con miras a mostrar a
nuevas comunidades que es posible vivir de nuevas formas empleando la
memoria, la tradición, la coexistencia y la construcción permanente del tejido
social. Como se ha venido mencionando la resistencia puede desarrollarse
al mostrar maneras de vivir diferentes que se opongan a lo hegemónico y
para ello se debe realizar un recate de las potencialidades comunitarias que
muchas veces se encuentran ocultas y que no son vistas como aspectos
positivos es decir ese rescate toma el nombre de refortalecimiento, no es
muy escuchado en contextos académicos, sin embargo permite acercarse a
una forma de reflexionar la comunidad y sus procesos, será Carlos Vázquez
Rivera (2004) plantea que refortalecer es restituir el sentido de fuerza, de
recurso, de poder, a aquello que ideológica, psicológica y prácticamente nos ha
sido y es impuesto como déficit. (p. 50)
En muchas comunidades que han sufrido la discriminación económica
y social las tradiciones que poseen terminan con el tiempo siendo vistas
como obsoletas al punto que las mismas personas creen que hay debilidad,
abandonado estas prácticas asumiendo que no son retrogradas y poco
aportan, un ejemplo sencillo es en el Pacifico colombiano la marimba de
chonta la cual fue ignorada por mucho tiempo y se vio como un instrumento
poco avanzado sin embargo luego de acercamientos a la cultura pacifica se
ha visto el gran aporte que realizó en el pasado y lentamente en la actualidad
este instrumento musical a la música de Colombia y el mundo debido a sus
tonos peculiares.
Será Rivera (2004) quien muestre cómo el empowerment es un concepto
útil en determinados contextos pero que se ubica en los proceso de
desarrollo individual y al aplicarlo en comunidades queda limitado ya que
favorece individualismos sin embargo el refortalecimiento es una opción
al trabajo de comunidades ya que se deberá genera una reconstrucción
histórica de como las comunidades han llegado hasta la actualidad y de la
manera que coexisten, para ello se debe trabajar con los miembros de la
comunidad buscando una integración de conceptos, por ello refortalecer
generará mayores aportes a los grupos que el empowerment que favorecerá
construcciones de individuos apartados.
Tabla 8:
Comparativo entre Prevención, Empowerment y Refortalecimiento

Prevención Empowement Refortalecimiento


Este concepto nace en los ’50 Este concepto nace a finales Este concepto nace en los ’90
de los ’70
Le dice a las personas lo que Busca que se dé una Busca que se dé un cambio
tienen que hacer en relación redistribución de los recursos fundamental en la manera en
a la situación que intentan y mayor participación de las que las personas se relacionan
evitar. personas en los contextos en con sus recursos, necesidades,
que viven. resistencias y participación.
Trabaja en la vigilancia de tres Trabaja para incrementar el Trabaja para transformar las
áreas específicas: la prevención control de la persona sobre aparentes debilidades en
primaria, secundaria y terciaria su contexto. fortalezas, repensando las
estrategias de resistencia.

Busca plantear soluciones a Asocia los problemas con Entiende que los llamados
problemas específicos situaciones más generales. “problemas” son una parte de
redes complejas al interior de
las sociedades.
Sus objetivos cesan cuando Sus objetivos continúan hasta Sus objetivos no cesan
la situación se controla que las personas obtienen el aun cuando la situación se
(estabiliza) o desaparece. control de su situación. estabilice o las personas
adquieran control de la
situación.
Mantiene con claridad el rol Cuestiona y promueve la Propone la desaparición del
de experto/a. superación del rol de rol de experto/a.
experto/a.
Entiende el poder como una La noción de poder depende Entiende el poder como una
posesión y/o capacidad. de quién maneje el concepto relación de fuerzas y recursos.
(capacidad, relación, posesión).
Es una respuesta del discurso Es un esfuerzo por cuestionar Es un esfuerzo por
biomédico tradicional. las estructuras que desmantelar las estructuras
promueven las desigualdades ideológicas e institucionales
que se dan en la sociedad que promueven y mantienen
desde una perspectiva política.las desigualdades que se dan
en la sociedad desde una
perspectiva de ecología social.
Es una iniciativa unilateral y Es un proceso bidireccional y Es un proceso multidireccional
vertical horizontal / horizontal
Parte del supuesto de que la Parte del supuesto de que la Parte del supuesto de que la
realidad es una experiencia realidad es una paradoja: el realidad es construida como
lineal: causa y efecto. trabajo de los expertos/as es una paradoja: mi debilidad es
dejar de ser expertos/as. mi fortaleza.
Parte de la idea de que la Parte de la idea de que Parte de la idea de que no
prevención es algo que se podemos empoderar a las podemos refortalecer a otras
ofrece a los/ as demás otras personas. personas; nos refortalecemos
unos a otras en las redes de
relaciones que establecemos.
Fuente: Elaboración propia basado en Vásquez (2004: pp. 48-49)
El cuadro que brinda Vázquez (2004) permite una comparación entre
los términos de empowerment y el refortalecimiento, cabe anotar que
ambos conceptos poseen utilidades en su aplicación para las personas sin
embargo el primer término está más orientado a las personas de manera
individual, a una apropiación de sus recursos con miras a superar obstáculos
teniendo como premisa potenciar los aspectos positivos que ya se tienen y
el procedimiento será un descubrir lo que ya se venía trabando.
El segundo término se orienta a un contexto de comunidades en las
cuales se encuentran en proceso de marginación donde se les dificulta el
reconocer cuáles son sus potencialidades debido a que el medio externo
les niega la oportunidad de reconocerse en procesos históricos o sociales,
además propone que la aplicación de este proceso de refortalecer debe
generarse entre miembros de la comunidad sin la idea de expertos sino
personas que interactúan en todo momento exaltando que nadie puede
realizar este proceso a sí mismo sino que requiere de otros para lograrlo y
propone la idea de trabajar desde la paradoja en la cual se buscan debilidades
para poder exaltar fortalezas escondidas.
Los anteriores son dos conceptos que se emplean en contextos
diferentes, aún más, pueden complementarse en determinados momentos
pues se puede empoderar sujetos para luego refortalecer comunidades,
sin embargo, se debe tener presente que los objetivos de cada uno son
diferentes pues uno tiene un alcance individual y el otro comunitario. De
esta manera el refortalecimiento se orienta a lo comunal en especial a las
personas que han sido excluidas, siguiendo a Korol (2008) en los lugares
donde se ubica a los olvidados es precisamente para que sus costumbres
y su forma de vida se pierdan y así se logre dar nuevas vías para que se
incorporen a la hegemonía de pensamiento de unos pocos que poseen
el poder

Por ello a los oprimidos se les genera espacios especiales para que vayan
lentamente olvidando sus raíces, degradando sus saberes mostrándoles que
su conocer no es válido por ello deben apartarse y considerarse ignorantes,
sin embargo, la paradoja radica en que la debilidad es una fortaleza que les
permite a las comunidades la resistencia para llegar a una subversión de
caminos y una modificación del estilo de vivir, de una cosmogonía frente a
los nuevos espacios en que se vive.
El gran problema se relaciona en la actualidad en que la mayoría de
personas cree que los procesos de transformación social, de emancipación ya
son conceptos de antaño que para la actualidad no se requiere reformarlos,
ni trabajarlos pues ya no es su época y la dificultad para reconocer esta
necesidad de cambio se encuentra en que las personas piensan que los
cambios deben ser radicales y de forma inmediata, sin embargo la actualidad
marca que los cambios pueden ser progresivos y pequeños pues a futuro si
lograrán resultados más amplios.

Se evita pensar en cambios ya que las personas se encuentran en


desesperanza aprendida un estado en el que el individuo no emite respuestas
para evitar la estimulación aversiva, ya sea porque no encuentra ningún
reforzador ante la conducta de escape, o bien porque le es imposible escapar
(Tovar, 2012:334), asumen que ya no se pueden generar trasformaciones y
terminan por aceptar sus condiciones actuales, sin embargo procesos como
el refortalecimiento permite en primera medida fortalecer la identidad y la
memoria mostrando nuevas posibilidades del pasado para crear opciones
distintas hacia el futuro. De esta manera el refortalecimiento se convierte en
un proceso en el que se busca mostrar algunas supuestas debilidades que
deben ser sometidas a análisis y verificación desde la memoria histórica y la
interacción sociocultural para ser focos de resistencia, pasar de ser debilidad
a fortaleza, brindando así una visión crítica a las comunidades y personas de
sus realidades.
Redes y saberes
Un punto importante que se debe destacar en estos procesos
mencionados de resistencia y refortalecimiento es la utilización de
redes pues

Al trabajar los procesos mencionados la red se vuelve un elemento


importante para intercambiar experiencia, conocer nuevas formas de
actuar y alinear ideales y fuerzas, pero en el mundo actual las redes no
pueden quedarse con otros organismos locales sino que se deben avocar
también a planos internacionales pues los tiempos han cambiado, Los
movimientos deberían aprender a leer los signos y adaptarse, pero también
capitalizar el comportamiento de enjambre y la retroalimentación positiva de la
autoorganización (Escobar. 2012: p.156) de esta forma al buscar refortalecerse
deben tener presentes las construcciones de redes o la alianza con nuevas
comunidades que permitan un transitar por las resistencias de manera más
conjunta desde lo local, pero con mirada global.
En esta nueva construcción de miradas de las comunidades aparte de
resistir, subvertir, refortalecer se debe replantear desde donde se genera el
saber, para la actualidad un gran aporte está en

Ver como eje inicial la vida permite un trabajo diferente en el cual se


dará prioridad a procesos y encuentros que respalden la creación, la
acción de grupos organizados en la búsqueda de resistir para vivir
desde tradiciones que fomenten una mirada biocéntrica de las realidades
construidas y por construir.
¿Para qué resiste una comunidad?
Desde las miradas biocéntrica no violentas, las comunidades entran y
mantienen procesos de resistencia como un ejercicio de existencia, y no sólo
como una respuesta a un embate coyuntural. Por ello

Comprender una realidad, buscar nuevas perspectivas, detectar donde hay


olvido o designación de debilidad a algo que en verdad es un potencial de
desarrollo es la idea de la resistencia, lograr despertar conciencias que puedan
ver más allá de lo cotidiano implantado y no razonado, así se puede mencionar
que la resistencia es para construir nuevas subjetividades

Permite el resistir adentrarse a análisis personales y comunitarios que


validen formas de vida y den nuevas perspectivas a la existencia común, de
tal manera una segunda idea es se resiste para no depender y reflexionar.
Entonces, la resistencia surge como oportunidad para replantear el poder tradicional
y para que el sujeto sea promotor de transformaciones que no son impuestas, ni
dadas por ajenos (Gonzáles, 2011: p. 245). Una tercera posible respuesta es
para replantear los saberes que muchas veces han sido ocultos tras la cortina
de la supuesta ignorancia. Otra funcionalidad de la resistencia es el co-existir,
término procedente del pensamiento neozapatista,
El acto de resistir entendido como coexistencia, permite mostrar formas
de vivir diferente, actos que no buscan atacar a otros sino expresar que la
vida puede ser distinta a la que la mayoría ha optado para sí mismos. La
coexistencia supone, a su vez, la elaboración de tejidos o redes sociales que
vinculan a los individuos en proyectos comunes. Desde la mirada biológica
del ser humano, Humberto Maturana (2003) en su libro Desde la Biología a
la Psicología plantea que

Desde la biología se inicia una visión de lo social, se muestra que


está presente en los seres vivo, además posee unas características como
la interrelación entre seres que le permiten a un individuo sobrevivir y
desarrollarse es decir el sistema social permite la supervivencia de sus
integrantes y cabe anotar que sobrevivir no solo en los biológico sino el
psicológico y emocional. Desde lecturas de lo biológico emerge lo social,
lo organizativos y las interacciones entre individuos, comprender que el
ser humano es un ser social es fundamental para lograr enfocarse en el
desarrollo de grupos pues al trabajarlos se afecta directamente al sujeto,
el ser humano es constitutivamente social. No existe lo humano fuera de lo
social. Lo genético no determina lo humano, sólo funda lo humanizable. Para
ser humano hay que crecer humano entre humanos (Maturana, 2003: 82), es
así que lo que se conoce como humano es el cumulo de información y
acciones que se desarrollan en el contexto humano siendo muy importante
las relaciones entre personas.
En estas relaciones que se dan entre humanos para lograr continuar
como grupos se requiere la ayuda mutua, La conducta social está fundada
en la cooperación, no en la competencia. La competencia es constitutivamente
antisocial, porque como fenómeno consiste en la negación del otro (Maturana,
2003: 83) la verdadera relación humana que favorece lo social es la acción
cooperante pues así se logran tejer metas comunes y acciones concretas
tomadas en común para desarrollar los grupos. Con lo anterior se busca
mostrar que en los seres humanos la existencia de relaciones no solo es por
cuestión social sino que en el fondo hay componentes biológicos que van
“empujando” al individuo a relacionarse, complementándose cuando ya hay
grupos que transmitan y potencien este saber biológico, ahora bien , esto
indicaría que los seres humanos son básicamente sociales, motivo por el cual
es fundamental potenciar esta característica, además de preguntar en este
contexto ¿Qué sería el tejido humano?
Entonces,si hay una herencia biológica en los seres humanos que puede ser
potenciada por los grupos de la especie para reunirse, compartir, protegerse,
aprender y transmitir este saber a nuevas generaciones el lazo que los
mantiene juntos sería la cooperación, es elemento que ayuda a continuar
los procesos que han hecho al ser humano tan efectivo en variados campos.
De esta manera el tejido social que fue mencionado como ese proceso
que ayuda a las comunidades a mantenerse unidas seria el cooperar entre
sujetos, en este curso de ideas trabajar por fortalecer, rescatar o construir
tejido social es desarrollar las estrategias necesarias para que las personas
cooperen entre ellas , que empleen sus recursos biológicos, psicológicos,
sociales, culturales, transpersonales en pro de los demás viendo al otro como
una comunidad, ayudar a individuos sabiendo que esto repercutirá en los
demás como grupo.
Tejer propuestas para el refortalecimiento de cada a las prácticas
de resistencia comunitaria: Algunas opciones metodológicas para
la sistematización
Teniendo presente los conceptos trabajados y la visión propuesta
entorno a resistencia, refortalecimiento y tejido social se propone una
forma para trabajar mancomunadamente con las comunidades teniendo
presente inicialmente el rastreo de las ontologías relacionales son aquellas
en las cuales los mundos biofísicos, humanos y supernaturales no se consideran
como entidades separadas, sino que se establecen vínculos de continuidad entre
estos (Escobar, 2016: 58), es así que se inicia una contacto con la comunidad
y primero se trata de ver su ontología relacional y su manera de estar en
el territorio.
Tabla 9:
Esquema metodológico para encuentros de diálogo de saberes
Ciclo diario de vida
Realización de las necesidades Acciones para el tiempo libre
biológicas básicas y el uso
del tiempo libre Autocuidado
Uso de medios masivos de comunicación
Ciclo semanal de vida
Desplazamientos semanales
La realización de las Liderazgo
necesidades de la subsistencia
Trabajo comunitario
Roles familiares
La realización de las necesidades de Acciones del ciclo anual
identidad y participación cultural
La realización de la necesidad Ciclos de administración pública
de participación política de la región
Fuente: Elaboración propia basado en Arango (2007)
El anterior cuadro plantea aspectos importantes relacionados con
la vida de las personas que se deben tener presentes a la hora de
relacionarse y ubicar su pensamiento, conocer cuáles son los ciclos de
las personas en unidades de tiempo como día, semanas, meses y años
permite una visión mucho más amplia de las personas que conforman las
comunidades. El anterior es un elemento de apoyo para tener presente
en los contactos iniciales.
El cuadro de refortalecimiento (Ver Anexo 5.1: Identificación de
fortalezas y debilidades) permite rastrear de manera inicial fortalezas
y debilidades comunitarias, sin embargo, el objetivo será ver de donde
provienen las debilidades relacionándolas con la fuente de información que
las brindó dando así un conocimiento más fuerte de las fuentes informativas
que a futuro podrán volver a ser empleadas para generar cambios, dando
lugar a un segundo momento en el que se solicita profundizar un poco
más en las mencionadas debilidades tratando de rastrear de mayor forma
las acciones que se realizan para lo débil y tratar de tener diferentes
miradas de este mismo aspecto buscando en último caso maneras creativas
para potenciar la debilidad y volverla fortaleza. (Ver Anexo 5.2: De las
debilidades a las potencias).
Al realizar un rastreo inicial viendo desde diferentes puntos de vista las
debilidades, se rastrean aspectos de memoria histórica del mismo, buscando
en este punto acciones que estén relacionadas con el rescate histórico,
las tradiciones, formas de vida que quieran rescatarse, es decir, diferentes
maneras que muestren resistencia. (Ver Anexo 5.3: Análisis de formas de
resistencia). Por último, se tratará de rescatar las posibles formas de resistir
que tienen las comunidades con las cuales se esté trabajando, inicialmente
nombrándolas, luego clasificándolas y por último mostrando si a corto y
largo plazo pueden brindar beneficios para la comunidad.Todos los procesos
anteriores sugeridos deben ir de la mano de otras formas de intervención y
estudio de comunidades como lo son la memoria histórica, la investigación
acción participativa y el diálogo de saberes entre otras.
A modo de conclusión. Las resistencias como punto de
encuentro
En un primer momento se explican los términos propuestos para luego
unirlos en pro de un punto de vista que muestre aspectos importantes
para trabajar con comunidades en contextos de opresión teniendo presente
líneas biocéntrica que recaten la importancia de la vida. El ser humano posee
un equipamiento biológico que le permite socializar, además de ser una
gran cualidad en toda la naturaleza que permite la sobrevivencia de varias
especies pero que en los sujetos humanos debe ser desarrollada para que
sea de valor para otros. Desde esta perspectiva, el ser humano es ser social,
siendo posible pasar a comprender el vínculo que surge entre los individuos
como una forma de cooperación mutua, es decir se busca inicialmente el
bienestar del otro, y el lazo que los continúa uniendo es el acto cooperativo
que se conocerá como el tejido social.
Al poseer esos lazos invisibles los grupos se convertirán en comunidades
pues además de la ayuda mutua , de objetivos comunes, van surgiendo
tradiciones las cuales se ven reflejadas en elementos culturales como el
manejo del cuerpo, danza, música, comida, formas de hablar y de pensar,
se generan nuevos vínculos entre personas y espacio dando el resultado
de territorio, este último concepto entendiendo al territorio con la vida, en
contraposición de uno inerte; un territorio en acción, viviendo. (Jiménez & Novoa,
2014: 16), la relación que se va generando entre las personas entre sí, con
su historia, y el medio natural va a formar el territorio y de esta manera se
fortalece más las relaciones comunales pues tienen de base una tradición,
una historia y un lugar físico.
En este punto hay que ver ciertas comunidades que debido a dificultades
económico políticas se convierten en excluidas para el sistema, aquellos
que se colocan en lugares de olvido para que con el tiempo busquen la
inclusión y así olviden sus raíces y territorio. En estas comunidades es donde
surge la resistencia pero entre variadas formas de resistir puede surgir
una en especial que a partir de métodos no violentos trata de mostrar las
tradiciones de la vida que se poseían y hay un esfuerzo por relacionarse con
el medio físico para que vaya naciendo un nuevo territorio con costumbres
transformadas pero que buscar brindar historia y elementos para que el
sujeto de la comunidad pueda complementar su formación recordando de
donde viene y que se espera de él o ella en las comunidades.
Sin embargo, cabe recordar que los saberes ancestrales se ven como
conocimientos no validos por ello el papel importante de resistir para no ser
olvidados, para vivir, destacándose el proceso de refortalecimiento en este
punto para el rescate de los saberes que tienen bases fuertes para apoyar
el desarrollo de las personas de determinadas comunidades. Para que se
pueda realizar los procesos de resistencia y de refortalecimiento resulta
necesario un elemento más y este es el encuentro es decir un espacio, un
tiempo y una predisposición hacia el otro que permita interactuar para
producir nuevos caminos.
El refortalecimiento es en sí un proceso que se cataliza a partir de una
mirada diferente de las realidades a la cuales las comunidades han sido
sometidas, siendo la resistencia una manera de mostrar que hay opciones
diferentes a las impuestas. Si bien, el inicio podría ubicarse en las experiencias
de exclusión, la forma como los grupos humanos afrontan en la cotidianidad
y se arriesgan a buscar más constituye el centro de una nueva forma de
aproximación a las realidades locales. Es entonces el encuentro con las
formas de resistencia un espacio ético para aproximarse a las oportunidades
de refortalecimiento.
Los elementos reunidos serán tiempo, espacio, predisposición hacia el
otro los cuales construyen un verdadero espacio para que las comunidades
se encuentren consigo mismas y puedan generar nuevas miradas a sus
realidades reconociendo lo logrado desde sus propias prácticas, recobrando
la confianza en los demás, conociendo con quien se está luchando y cuáles
son las convicciones que orientan su quehacer diario. Las resistencias
exigen denominadores comunes para su realización, metas que se deseen
alcanzar por las personas comunales. El refortalecimiento parte de un
autoreconocimiento previo como comunidad desde donde se valoran los
aportes de las demás personas, reconstruyendo y deconstruyendo una
memoria común que los ha llevado al lugar donde se encuentran y una
formulación de cuál es su territorio, su tiempo y sus vínculos.
Referencias
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Democracia y Transformación Global.
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Anexo No. 5.1Identificación de fortalezas y debilidades

Descripción de lo Fuente de Características


Refortalecimiento I de la fuente de
observado información información
Fortalezas
(en los aspectos
sociales, económicos
y políticos) de la
comunidad
Debilidades
(en los aspectos
sociales, económicos
y políticos) de la
comunidad
Anexo No. 5.2 Identificación de fortalezas y debilidades
Características
Refortalecimiento II
Descripción de lo Fuente de
observado información de la fuente de
información
Debilidad I
Debilidad II
Debilidad III

Rastreo: Según la
comunidad ¿Cuáles
son los orígenes de la
debilidad priorizada?

Análisis: ¿Cómo la
debilidad puede dar
lugar a formas de
resistencia?

Anexo No. 5.3 Análisis de formas de resistencia


Acciones que Como potencia la
Resistencias
Tipo de
Resistencia muestran resistencia
la resistencia a la comunidad?

Descripción de la
práctica de resis-
tencia identificada]
Espacios de encuentro:
Opciones metodológicas
para tejer vínculos entre
psicólogos y comunidades.
Kevin Andrés Ramírez Barreto
[Compilador]

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