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FUNDAMENTACIÓN:

La mortalidad materna es considerada un indicador para evaluar la salud materna y la


calidad de este cuidado, reflejando de esta manera las condiciones de desarrollo de los
países y sus regiones, pero el hecho de poder identificar los factores que contribuyen a este
proceso que abarca desde el embarazo normal hasta la muerte, conducen a asumir medidas
correctivas oportunamente, antes de la muerte, se encuentra la morbilidad materna.

En el contexto mundial la morbilidad materna se considera un problema latente, 15 de cada


100 mujeres que se embarazan cada año desarrollan complicaciones de riesgo vital. Es por
eso que entre los objetivos del milenio establecidos el año 2000 por las Naciones Unidas y
otras organizaciones internacionales, 4 de los 9 tienen que ver con la salud materna
precisamente y siendo además un indicador de la calidad de vida; aún no se logra reducir tal
morbilidad, debido a factores de riesgo presentes en las gestantes que se dan durante la
gestación.

Una condición agravante es que, si bien existen tablas de factores de riesgo que permiten
reconocer en las madres embarazadas aquellas que requieren cuidados especiales, las
urgencias se producen muchas veces en mujeres sin factores de riesgo.

La hemorragia en la segunda mitad del embarazo es un gran problema de salud pública,


originada principalmente por patologías como la placenta previa, desprendimiento
prematuro de placenta y con menos frecuencia la rotura uterina entre otras, según los
estudios estas se incrementan cuando las gestantes presentan algunos factores asociados,
pero que a la actualidad se mantienen en controversia.

La hemorragia es potencialmente grave en la atención de urgencias durante la gestación,


con una incidencia de 3 a 4% de las gestaciones, por ello se plantean estrategias para
optimizar la detección, el diagnóstico y el tratamiento adecuado de gestantes con riesgo de
presentar esta patología.

En el Hospital Hipólito Unanue de Tacna, el Departamento de Gineco Obstetricia, es el de


mayor demanda de atención hospitalaria y representa el 39% del total de atenciones durante
el año (2018). Asimismo, Ticona R. (10) reporta una tasa promedio de 51.1% de cesáreas
sobre el total de partos, 0,28% presentó hemorragia de la segunda mitad del embarazo. En
ese contexto la hemorragia durante la segunda mitad del embarazo se considera como un
problema de salud pública, esta evidencia lo encontramos en el estudio de Julca (2019) en
el cual el shock hipovolémico como causa de hospitalización en las gestantes con
morbilidad materna extrema que ingresaron a la UCI del Hospital Unanue de Tacna en el
periodo 2017 al 2018 se sitúa alrededor del 16,81%, siendo propiciado principalmente por
el desprendimiento prematuro de placenta y la placenta previa en un 3,36% con valores
similares y en menor proporción la rotura uterina con un 0,84%; eventos obstétricos que
muchas veces vienen asociadas a ciertas condiciones endógenas y exógenas que pueden
incrementar el riesgo de padecer estas patologías en este periodo de la gestación, y que se
constituyen en causas de mortalidad materna y fetal.

En nuestra realidad no existen trabajos relacionados al tema, desconociéndose que factores


de riesgo condicionan a presentar hemorragia en la segunda mitad del embarazo, motivo
principal del presente trabajo de investigación.

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