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HIPOCAMPO (2)
CEREBELO (2)
HIPOFISIS (2)
INTERCILIAR (2)
__ESTOS SON PARES PERSONALES PARA MARY PAZ. PARA EQUILIBRAR HEMISFEERIOS
CEREBRALES, HEMICUERPOS Y CAMPO ELECTROMAGNETICO.
HIPOCAMPO- PARIETAL
ESTE PAR BIOMAGNETICO NOS MUESTRA CUANDO EN ALGUNA PERSONA HAY DISOCIACIÒN
DEL YO.
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altercultura
La forma en la que la cultura occidental lidia con las enfermedades –especialmente las
enfermedades mentales- es muy distinta a la manera en la que tradiciones chamánicas
tratan este tipo de exabruptos o desbalances. En la mayoría de los países occidentales,
cuando la medicina establecida es requerida, inmediatamente se decide anegar el
padecimiento que se está manifestando con una alta dosis de fármacos. Se reacciona de
manera agresiva y general, sin ahondar mucho (a menos de que no funcionen los
antibióticos, psicoactivos o corticoesteroides que suelen recetarse de cajón) en las
particularidades de dicha enfermedad y, sobre todo, del individuo (su propia historia
personal). ¿Cómo saber si esta enfermedad tiene un mensaje para nosotros, cuando
asesinamos al mensajero antes de que pueda revelar su significado?
Si bien le tememos a toda enfermedad, a ese espejo fragmentado que a la vez amplifica
grotescamente nuestro rostro verdadero, la locura nos produce un pánico que no
conseguimos tolerar justamente porque parece amenazar nuestro orden cauterizado. Una
persona enferma nos parece simplemente decadente, pero en su propia debilidad resulta
inofensiva. No es así con el enfermo mental, quien en ocasiones parece mantener una
cierta energía –o un fuego indómito- suficiente para subvertir y hacer olas en el estadio
de falsa perfección de nuestra realidad –la locura es el grito sobre el silencio pudoroso y
acomodaticio de la burguesía mental-. Y es que la locura es, de entrada, la posibilidad
de otra realidad. Por ello, rápidamente reaccionamos invalidando esa realidad posible
(que es, esencialmente, un atentado en contra de la preeminencia de una única realidad:
la nuestra). El loco es el error del mundo, el error de la sociedad, el error de Dios (y
como tal, hay que arreglarlo u ocultarlo). En términos del lenguaje de programación que
nos regula: es un virus en nuestro sistema.
Un fabuloso ejercicio:
llevar a un chamán a un hospital mental en Estados Unidos (meca del medicamento).
Entra Patrice Somé, un hombre que se escapó de la instrucción de los jesuitas
(evangelizando aún) para regresar a su pueblo en Burkina Faso y aprender medicina
dentro de la tradición de los Dagara. Más allá de que el término “chamán” ha sido a la
par romantizado y prostituido, Somé ha intentado re-aprender la tradición de los Dagara
ligada a la medicina y los ritmos de la tierra y puentearla con Occidente. Así, este
sanador o psicointegrador africano ha escrito sobre sus visitas a hospitales mentales en
Estados Unidos.
Para la tradición de los Dagara, los desordenes mentales son emergencias o crisis
espirituales que llegan en ayuda de un incipiente sanador. El malestar y el deterioro que
producen es resultado de que la persona no reciba la asistencia adecuada para integrar
esta energía espiritual, comúnmente incompatible con la realidad cotidiana a la que ha
sido sujeto. En otras palabras, son llamados del espíritu. No es sólo la tradición de los
Dagara la que dice esto. La medicina unani o medicina grecoárabe, heredera de
Hipócrates y Maimónides, considera que las enfermedades son los mensajeros de la
naturaleza (de la deidad) y, por lo tanto, nuestros aliados en el camino de la evolución
individual. En la sanación se hace visible la acción del tabiyat -nuestra naturaleza o
espíritu, en su empuje por manifestarse y llevar el barco hacia el puerto-.
Es parte consustancial de la narrativa que repetimos –de lo mítico— que el héroe debe
de atravesar una crisis para encontrar y apuntalar su identidad. Generalmente el héroe
debe de enfrentar su parte oscura, descender al inframundo y morir (simbólicamente)
para cobrar toda su fuerza y cumplir su destino. En palabras de Joseph Campbell, el
viaje del héroe refleja un movimiento de las realidades exteriores hacia una dimensión
interna, “de la escena del mundo de los efectos secundarios a aquellas zonas causales de
la psique donde las dificultades realmente residen”. Este modelo épico bien puede
aplicarse al grueso de nosotros, con nuestros pequeños dramas. La enfermedad quizás
sea la más clara y común manifestación de este mítico escollo en el que descubrimos
quiénes somos y nos transformamos más allá de los vectores colectivos, si es que somos
capaces de decodificar el mensaje (algo como el oráculo de Delfos en la Esfinge de cada
uno) e integrar lo que permanecía oculto en nosotros. Matar al dragón es sólo el postre
inercial de saber quiénes somos (que somos asesinos de dragones, como los soles de
todas las religiones). Como en aquel guardián del cuento de Kafka, Ante la Ley, hay un
dragón personalizado para cada uno de nosotros.
En sus visitas dantescas a los hospitales mentales, Somé relata que observó entidades
sobrenadando entre los pacientes. “Estaban causando los problemas en estas personas…
Estos seres estaban actuando como una especie de energía que excavaba en los campos
de energía de estas personas. Estaban aferrados a esto. Las personas a las que le hacían
esto estaban gritando y pataleando”.
Esto parece especialmente pronunciado entre los esquizofrénicos, personas que padecen
una enfermedad mental que comparte muchas características con el chamanismo
tradicional y las habilidades psíquicas. Existe, en la esquizofrenia, una especial
“receptividad a un flujo de información e imágenes que no puede ser controlado”. Estas
imágenes pueden ser visiones numinosas que reconcilien a una persona con sus miedos
más profundos o con aquellos ancestros que siguen pesando en su sombra y, a la vez,
revelen información útil para una comunidad –si es que logran ser asimiladas-. “La
energía del sanador es de alto voltaje. Cuando se bloquea, simplemente quema a la
persona”.
Las entidades observadas pueden ser representaciones de fuerzas de choque, ya sea que
buscan ayudar a la persona enferma -ese sanador en potencia- o que buscan limitar su
propia expresión, antiguas cuitas irresolutas.
Estamos acostumbrados a etiquetar las cosas como buenas o malas y, así, todo aquello
que nos hace sentir cierto malestar es rápidamente repelido -el mareo o la manía misma
de lo divino-. Pero ¿cómo podemos cambiar algo que está tan enraizado, si no
sacudimos la estructura misma sobre la que se entierra? Alguna vez escuche decir que
“la salud es movimiento” y, entonces, la verdadera enfermedad es aquello que se
estanca. Una persona completa (y sana) debería de ver pasar por su cuerpo y su mente
los peores demonios; todo un desfile de sombras pasando. Nuestro temor, entonces, no
debería de fijarse en estar enfermos o en estar viviendo algo “malo”, sino en no ser
capaces de ver y hacer surgir nuestros antiguos dolores -traumas y fantasmas- fluyendo
por nuestro cuerpo y cumpliendo su cauce.
No es necesario creer, como ocurre con Somé y el pensamiento chamánico, que las
enfermedades son llamados del espíritu o de nuestro propio chamán interior. Una
lectura secular y moderada nos muestra, de todas formas, que casi siempre las
enfermedades -como crisis psicosomáticas- son oportunidades de asimilar una parte de
nosotros que yacía desatendida y, posiblemente, transformarnos e incluso hallar las
joyas ocultas en nuestro ser -aquellas que van más allá del condicionamiento, la utilidad
y la futilidad mundana-. Esto no es sólo una herramienta, un enfoque positivo para
superar la enfermedad; es algo más. Es un conocimiento arquetípico de la psique, que
permite trascender en espíritu la misma contingencia humana -el accidente, el azar y la
misma enfermedad- en la fuerza del individuo que se reconoce a sí mismo como una
manifestación única de la múltiple unidad de todas las cosas. Y entonces, ocupa su lugar
en el misterio.
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La modernidad ha dibujado el estereotipo del genio loco –el científico loco, o el artista,
que siendo una fuerza de la naturaleza en el ejericio de su creatividad, pierde su mente.
Esta imagen a la vez simplifica, romantiza, hace un cliché y rechaza tácitamente a uno
de los principales arquetipos de la constelación de personalidades que tiene la psique
humana y la sociedad como eje en constante fricción y evolución. Y, sin embargo, tiene
cierta razón al equiparar la genialidad, expresada como creatividad, y a las
enfermedades mentales –según parece constatar investigación científica reciente. Existe
una relación entre las enfermedades mentales, propias o familiares, y el desarrollo del
pensamiento creativo (también conocido como pensamiento divergente). Pero vale la
pena preguntarse también si esos diagnósticos clínicos o si esta supuesta locura en
realidad es una enfermedad mental. La misma persona, naciendo en el seno de una
comunidad del Amazonas, con las mismas características mentales que una persona en
Boston, por ejemplo, podría convertirse en chamán y guía de su tribu, cuando este
mismo individuo en Estados Unidos seguramente sería marginado, recluido y reducido
con fármacos que, destinados a curar su divergencia mental, apagarían toda su chispa
creativa.
La Neurociencia de la Creatividad
La investigación más extensa sobre la
relación entre la creatividad y las enfermedades mentales ha sido publicada
recientemente por investigadores del Instituto Karolinska de Suecia, quienes analizaron
hasta 40 años de datos en registros de 1.2 millones de personas. Los resultados muestran
que las familias con una historia de depresión bipolar y esquizofrenia tuvieron mayores
probabilidades de producir artistas y científicos –los escritores, por ejemplo, tuvieron
una mayor probabilidad de ser diagnosticados con esquizofrenia, depresión, ansiedad y
abuso de drogas, y un 50% más de probabilidades de suicidarse.
También en el Institu Karolinksa, se descubrió hace dos años que existe cierta similitud
entre el cerebro de las personas creativas y las esquizofrénicas, ambas con una menor
cantidad de genes receptores de dopamina (D2), lo cual teorizan podría ocasionar un
menor grado de filtrado de señales y por lo tanto un mayor flujo de información. Esto
coincide con la teoría de que la creatividad está ligada a un mayor acceso a la mente
inconsciente.
Aunque los investigadores son precavidos y piden no exaltar las enfermedades mentales
–en función a estar ligadas con la creatividad– postulan lo que podría ser un cambio de
paradigma en el tratamiento: “Si uno toma la perspectiva de que algunos fenómenos
asociados con la enfermedad del paciente son benéficos, esto abre una vía para un
nuevo acercamiento al tratamiento”, dice el Dr. Kyaga.
Generalmente se cree que los hombres de genio, como Einstein o Mozart, encuentran
sus ecuaciones o sus sinfonías en la naturaleza, como si estuvieran flotando ahí en un
mundo eterno de las ideas. Quizás esto sea solamente otra forma de decir que entran en
contacto depurado con la información del inconsciente. De igual manera, los chamanes
señalan que obtienen sus conocimientos, por ejemplo la medicina de la ayahuasca, de
sus ancestros o de los espíritus de la naturaleza. Es posible que exista una memoria
colectiva a la que, a través de una resonancia mórfica, en ocasiones tenemos acceso o
sintonizamos. Esta memoria quizás no se ubique en el cerebro como tal sino en la
naturaleza misma, en un campo morfogenético, como teoriza Rupert Sheldrake. Esto
también explicaría la llamada inspiración –una palabra que contiene el prefijo latino in
(dentro) y el verbo “spirare”, respirar; la misma etimología que la palabra espíritu, cuyo
significado en latín es aliento. Respirar entonces es equivaente a ingerir “espíritus”.
Estos espíritus son los que inspiran el conocimiento o la creatividad. Curiosamente en
sánscrito el término para la memoria cósmica y el éter es el mismo: akasha.
Hamlet VS la Matrix
La única diferencia
entre un loco y yo,
es que yo no estoy loco.
Dalí
Actualmente existen datos que sugieren que cerca del 20% de los estadounidenses
padece algún tipo de enfermedad mental; otras cifras pronostican que hasta 2 mil
millones de personas podrían padecer demencia en el 2050. La Asociación Americana
de Psiquiatría cada vez acuña una mayor cantidad de enfermedades, un aumento
exponencial se ha registrado en los últimos 50 años pasando de 130 a 357 enfermedades
mentales clasificadas, incluyendo una nueva que llama ”trastorno de desafío
oposicional” (ODD, por sus siglas en inglés) y define como “un patrón constante de
comportamiento desobediente, hostil y desafiante”.
Volvemos a plantear la pregunta, ¿en realidad la estructura mental de estas personas que
están siendo recluidas en instituciones mentales, marginadas de la sociedad y
dosificadas con fuertes fármacos –alimentando una multimillonaria industria– es
enferma y congénitamente disfuncional? O ¿es solamente enferma y disfuncional bajo
un paradigma, relativamente reciente, con el que la sociedad y el poder establecido
busca defenderse de las fuerzas del caos, de la incertidumbre y del cambio radical? Lo
cual nos hace recordar lo que dijera J. Krishnamurti: “No es
saludable estar bien adaptado a una sociedad profundamente enferma”. O la
introducción a la Historia de Locura de Foucault, con esta cita de Pascal: “Los hombres
son tan necesariamente locos que habría que estar afectado por otro giro de locura para
no estarlo”. Uno puede sospechar que, paradójicamente, un mundo como el nuestro solo
la locura lo cura.
En un principio Hamlet es capaz no solo de percibir lo que los demás no logran hacer
(el fantasma de su padre), sino de asimilar (como lo hace un chamán, y a diferencia de
Horatio) y descubrir a través de esta percepción paranormal una cuestión vital para su
comunidad (el crimen por el que se ha elevado a su tío al trono de Dinamarca). Sin
embargo, al denunciar este crimen, los dueños de la realidad lo exilian tanto física como
simbólicamente (y de la misma realidad) desatando una energía psíquica que no podrá
más que terminar en una tragedia.
Y con maestría psicológica una sencilla frase que luego sería evocada por Milton
cuando dijo: “La mente es su propio lugar y, en sí misma, puede hacer un Cielo del
Infierno, un Infierno del Cielo”, y que actualmente forma la base del pensamiento new
age:
Y la más famosa de sus cavilaciones metafísicas, que daría pie al Aleph de Borges y que
hoy llamaríamos “conciencia holográfica”:
”El hombre loco y el chamán nadan en aguas donde el loco se ahoga”. Randy Moss
Como hemos visto, es posible que exista una tenue línea entre el hombre de genio o el
hombre creativo y el enfermo mental. Esta línea quizás no tenga una demarcación fija,
pero al ser marcada en un punto con dejos definitivos por la sociedad parece empezar a
marcarse también en la realidad y en la mente de un individuo, cuya característica
principal podría ser sólo tener una mente inusualmente divergente.
A la par a la figura occidental del genio, existe en las tradiciones indígenas, aquellas
más apegadas la convivencia con la Tierra, la figura del chamán. El chamán parece ser
una versión más completa de lo que es para Occidente el artista. Como si un artista
brillante (y rayando en lo que consideramos locura) hubiera tenido la oportunidad de
florecer psicológicamente e incorporar todo una serie de técnicas ancestrales para crear
y para curar. Como si un artista hubiera sido educado como un príncipe de la selva,
mimado por las musas y los númenes y llevado concienzudamente por los sabios (y
magos) de la corte.
Al igual que el chamán el artista también cumple una función profética y una función
sanadora. Según McLuhan: “El artista se involucra en detallar una historia del futuro ya
que está consciente de las posibilidades inutilizadas del presente”. Y de nuevo: “El
artista es el hombre en cualquier campo, científico o humanista, que palpa las
implicaciones de sus actos y del nuevo conocimiento en su propio tiempo. Es el hombre
de una conciencia integral”. Según Jodorowsky: “El arte que no cura, no es arte”. Otro
en punto en común –entre el chamán, el loco y el artista– es que suelen dejar a un lado
las improntas de la sociedad y regirse por su propio orden –o un orden secreto. Todos
estos son caminos para la individuación.
Una notable definción del chamán, es aquella de Terence Mckenna, que dice: “el
chamán es el que ha visto el final”. De su lectura del presente, de su penetración de la
profundidad infinita o casi infinita de lo que existe aquí, detrás de los velos: ”el chamán
viaja a recuperar la joya perdida en el principio del tiempo… disuelve fronteras,
trasciende los conceptos culturales de nuestra sociedad, viaja al mundo de las ideas de
Gaia y las trae de regreso en forma de arte, en su lucha por salvar al mundo”. En cierta
forma, una intuición esotérica sugiere que el chamán vive constantemente el
Apocalipsis en sus incursiones psicodélicas, y conforme a esa revelación dirige el timón
del barco colectivo, para cumplir el sueño de la Tierra.
La diferencia estriba en tener una tradición para conducir la locura. Algo que los
mismos griegos tenían, aunque padres primeros del imperio de la razón. Aristóteles
decía que no existía “genio sin una tintura de locura”. En el Fedro, como recuerda
Roberto Calasso, Sócrates señala que a través del “justo delirar” se puede alcanzar la
liberación de los males. Y que la manía –que hoy siempre connota una enfermedad– es
más bella que la sophrosyne, la mesura. Esto es porque “la manía nace del dios”
mientras que la sophrosyne “nace entre hombres”. De lo que podmeos deducir que
estamos medicando –mesurando–aquello que nace de los dioses en nosotros. Roberto
Calasso en sus libros muestra reiteradamente la importancia que tenía en diferentes
culturas, como la griega o la india, la posesión para el conocimiento y el desarrollo
espiritual de un indiviudo, generalmente un héroe. La posesión era algo natural y
biendeseado. El amor, por ejemplo, era entendido, literalmente como la invasión del
Dios Eros, quien solivianta una pasión. Había un tipo de locura que venía de las ninfas,
a la cual incluso los dioses, como Apolo, se entregaban. Esta divina manía era la del
conocimiento místico. Incluso en los Vedas se habla que la inmortalidad del soma, solo
se concede a través de la ninfa y de la serpiente. Hoy en día vemos la posesión cargada
de una connotación negativa –hasta el punto de que si la detectamos inmediatamente
buscamos interrumpirla y secluirla.
No tenemos los canales para explotar el conocimiento
que viene por medios no ordinarios, como teníamos en aquellas ciudades enteras que se
erigían alrededor de los oráculos o de los misterios, como Delfos o Eleusis, en la
antigua Grecia. Dice Mckenna:
Le tememos miedo a la locura, quizás porque la locura no tiene miedo. No tiene miedo
al cambio, al misterio, a la destrucción, a la muerte (el chamán no teme la muerte
porque ha visto el final). En cierta forma es un instinto de preservación, una
manifestación de la eterna lucha entre el orden y el caos. Es necesario un tiempo para
asentarse, pero también es necesaria una energía que irrumpa y movilice: rebeldía y
revolución. La locura sin ser encauzada sólo subvierte y desordena; el chamán es capaz
de cuidar el fuego como de desatar la tormenta.
Por último, quiero referirme al libro Gödel, Escher Bach: An Eternal Golden Braid, en
el que Douglas Hofstadter traza los hilos conductores y conectivos que tejen la
inteligencia humana en sus más altos puntos. Yo imaginó que existe un mismo hilo
dorado de creación entre la locura, el chamanismo y el arte. Un hilo que se suspende en
el abismo, que es la cuerda del equilibrista que cruza entre mundos, que es una especie
de resortera que lo eleva, del inframundo a los mundos superiores (donde es un
relámpago) y que a la vez es un cable que lo mantiene conectado con la totalidad de la
existencia que emerge del vacío cuántico. Es un hilo escurridizo y letal, pero con él se
pueden tejer todas las historias y llenarlas de un misterioso polvo dorado. La visión de
ese hilo dorado es lo que lleva a arrojarse al abismo –como si éste fuera “una cama de
plumas”.
Twitter: @alepholo
ISAAC GOIZ
“…Sin embargo algunas enfermedades que se creen genéticas, no lo son; tal es el caso
de:
De igual forma con un antígeno prostático alto o por lo menos superior a lo normal, se
practica la prostactectomía sin la existencia de tumor y aún cuando posterior al acto
quirúrgico persista el antígeno prostático alto. En cinco ocasiones he tenido como
pacientes ha personas a quienes se les ha extirpado la próstata, los testículos y en dos de
ellos el pene; y el antígeno prostático no solo persiste sino que sigue aumentando, en
contra de todos los pronósticos y todas las teorías en relación al fenómeno tumoral y, en
especial, al de cáncer de próstata fundamentado en el antígeno protático y en el
crecimiento de la glándula…”
“…Se afirma que la causa del cáncer pulmonar es el tabaco, cuando esta costumbre o
quizá vicio solo irrita la mucosa bronquial y/o la laringea, en menor grado que la
exposición al aire contaminado, o a los gases de escape de combustiones, o a los gases y
polvos industriales. Y si así fuera el caso, entonces con no fumar no habría cáncer
pulmonar. Pero el cáncer pulmonar se da de igual forma en fumadores, en fumadores
pasivos o en no fumadores. Porque el cáncer pulmonar es causado y depende es de la
Mycobacterium Leprae y esta bacteria generalmente se transmite de la madre al hijo
cuando le da de amamantar, o también se transmite por la saliva a través de besos
húmedos en la boca. La bacteria ingresa en el organismo y se instala en el sitio que le
resulta afin ─la escápula─ y espera pacientemente en forma latente durante 5, 10, 20 ó
más años para asociarse a otras bacterias y virus patógenos para, ahí sí, desarrollar la
neoplasia maligna. Sin embargo como los expertos en sanidad y los expertos en
oncología afirman que “la causa del cáncer es el tabaco”, tanto los pacientes como sus
médicos y hasta los productores de tabaco, lo reafirman y se someten a criterios
supuestamente científicos…”
“…Que quede claro en sus mentes que el verdadero cáncer está ligado con la bacteria
Mycobacterium Leprae, y que más del 50% de los diagnósticos “cáncer” son falsos
positivos y que, ambos, el verdadero y el falso cáncer, son curables cuando se les
entiende y atiende en su etiología y en su oportunidad; no en sus manifestaciones
tumorales o degenerativas e incontroladas, peor aún, desquiciadas por la yatrogenia
médico quirúrgica…”
Después de analizar cientos de casos con este tipo de “cáncer”, he podido constatar que
se trataba de asociaciones bacterianas de la pelvis o de otros órganos que
potencializados se manifiestan en todo su esplendor en la región cérvico-uterina, y estas
bacterias son Chlamydia Trachomatis, Yersinia Pestis, Pseudomona Aureoginosa,
Enterobácter Cloacae, asociadas a hongos patógenos como el Malassezia Furfur, y a
virus patógenos como Papiloma Virus, Parvo Virus, Corona Virus, y hasta parásitos
como la Shigella, la Leishmanía y las tricomonas; y en tanto existan más
microorganismos patógenos asosiados, más severa será la manifestación patógena. Lo
grave, lo incongruente, lo cruel del fenómeno cáncer cérvico uterino mal diagnosticado,
es que habiendo extirpado el útero y sus anexos, se dejan en el organismo a todas las
bacterias, virus, hongos o parásitos patógenos que, por cierto, no han sido identificados
y los cuales tienden a establecerse en otro órgano de la cavidad pélvica abdominal. Esto
se da porque el médico (de buena fe) centra su atención en el fenómeno tumor y lo trata
con cirugía, drogas y quimioterapia, pero se deja de lado la etiología (causas) porque la
desconoce y porque no tiene elementos de diagnóstico que le permitan entender y
atender esa etiología, solo cuenta con la manifestación clínica o radiológica y los
resultados citológicos o clínicos que es con lo que se conforma el paquete justificador
de la actividad supuestamente curativa…”
“…La cirugía como medio del tratamiento del cáncer, por lo mismo no curativo, es la
antítesis y confusión de la medicina tradicional, que con toda su supuesta capacidad se
atreve a arrancar un tumor antes de curarlo y se ufana de extirpar un órgano justificando
su acto porque se trata de neoplasias o tumores que no son entendidos en su formación y
que no pueden curar; pero que, aún extirpado el órgano o el tumor, predispone al
organismo para nuevas malformaciones toda vez que la neoplasia es el resultado de un
proceso desconocido; porque el tumor en sí no es la enfermedad, solo su manifestación
clínica. Sin embargo el cirujano generalmente obedece las indicaciones del oncólogo…”
Los otros dos elementos utilizados para el tratamiento del cáncer, radioterapia y
quimioterapia, prefiero explicarlos en detalle al hablar del tratamiento ortodoxo del
cáncer, porque es tanta su mal interpretada efectividad que no solo ayuda al proceso
tumoral, sino que lo aumenta; más aún, desquicia el sistema inmune y prepara al
paciente para una incontrolada actividad tumoral y para una muerte más infame.
HOLA COMPAÑEROS!! Estoy atendiendo a un paciente masculino de 47 años de
edad asintomatico con el antecedente de padecer erisipela en ambas piernas . la primera
vez fue hace 4 años y la mas reciente hace 1 año me refiere que desde entonces los
trigliceridos llegaron hasta 4000 ( sinendo lo normal no mas de 200) actualmente tiene
800 Tiene temor de recaer . al rastrearlo encontMandibula= muñeca= Braquial=
trocanter Erisipela El bicho que produce la erisipela es el estreptococo epidermis y su
par se ubica en la rama mandibular= Saludos a todos Javier Luna
Pidiendo a las CUATRO direcciones del universo que llegue este llamado, que
hermanos y hermanas sientan en lo más profundo de su Alma el deseo de liberación, del
perdón, del amor mas profundo.
PEDIMOS:
PERDÓN a nuestra ALMA, por todo el daño causado desde el tiempo sin principio, por
el dolor que nos hemos causado a nosotros mismos, por el no merecimiento del Amor y
compasión de nuestros actos, por la culpa que nos mantiene alejados de nuestro Ser
Crístico, por el resentimiento, el orgullo, la arrogancia, la dureza de corazón. PERDÓN
por sentirnos mas que nuestros hermanos, por el daño causado a todas las ALMAS.
PERDÓN, PERDÓN, PERDÓN, si te lastime consciente o inconscientemente.
PERDÓN a todos los PUEBLOS, todas las RAZAS, a todos los CONTINENTES, a
todos nuestros ANTEPASADOS, PERDÓN… por el sometimiento, por la ignorancia
de no saber respetar los espacios y las formas, las creencias, las leyes universales.
PERDÓN por las muertes trágicas causadas a todos nuestros hermanos en tantas guerras
sin motivo, sin lucha, sin objetivo, por todos los niños, mujeres, hombres y ancianos.
Por todos y cada uno de ellos que han entregado su vida, por un ideal de lucha.
PERDÓN por toda la sangre derramada en la tierra donde cada día en las grandes,
pequeñas ciudades, en las casas solitarias y lejanas mueren hermanos de tristeza, de
soledad, de hambre, de desigualdad.
PERDÓN CORAZÓN DE LA TIERRA, por todo el daño ocasionado, por toda la tala
de arboles, la contaminación en tus selvas, humedales, bosques, desiertos, montañas,
por todas las muertes trágicas de los seres de la tierra, por la depredación de cada
especie. Por la alteración de semillas, por cada espacio explotado, por cada mina
destruida, por cada cerro talado, por cada bosque quemado, por cada hijo tuyo que
hemos tomado sin haber consagrado. PERDÓN por toda la contaminación de las
grandes ciudades, por la falta de conciencia.
PERDÓN CORAZÓN DEL CIELO, por no ver toda tu grandeza, por alejarnos, por
nuestra falta de sensibilidad, por todo el daño causado a tus espacios sagrados.
AGRADECIENDO POR TODO LO VIVIDO, por todo lo aprendido como ALMA, por
las experiencias y las enseñanzas que toda nuestra historia Familiar Espiritual y Física,
agradeciendo y consagrando cada ACTO DE AMOR, DE PERDÓN, DE
LIBERACIÓN, DE ACEPTACIÓN Y DE PAZ.
Todo esto es parte de tu oportunidad de soltar y permitir a Dios nuestro Padre Madre
Creador vivir en nuestra ALMA, lo cual se traduce en estar abierto y confiar que lo que
llega es un bien mayor. Todas las BENDICIONES hoy y siempre en tu VIDA.