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Desde el punto de vista de los analistas del sistema mundial y de los teóricos de la
dependencia, una parte creciente de los recursos humanos y naturales de los países en
desarrollo está siendo redistribuida a los países industrializados centrales. Esta
redistribución ocurre en parte porque los países en desarrollo deben grandes sumas de
dinero a los países industrializados como consecuencia de la ayuda extranjera,
préstamos y el déficit comercial.
La función de estas instituciones, que están fuertemente financiadas e influidas por las
naciones centrales, es fomentar el comercio y el desarrollo económico y garantizar el
buen funcionamiento de los mercados financieros internacionales. Como tales, son
consideradas promotoras de la globalización y defensoras de los intereses de las
naciones del centro. Los críticos llaman la atención sobre una variedad de temas,
incluyendo las violaciones de los derechos de los trabajadores, la destrucción del
medioambiente, la pérdida de la identidad cultural y la discriminación de los grupos
minoritarios en las naciones periféricas. El impacto de la globalización parece ser más
problemático para los países en desarrollo en América Latina y África. En Asia, a las
naciones en desarrollo parece irles mejor. La inversión extranjera allí involucra al
sector de alta tecnología, que produce un crecimiento económico más sostenible
(Kerbo, 2006).
Pobreza alrededor del mundo En los países en desarrollo, cualquier deterioro del
bienestar económico de los que son menos adinerados amenaza su propia
supervivencia. Como vimos en el Capítulo 9 (véase el Recuadro 9.2), incluso los ricos
del mundo en desarrollo son pobres según los estándares de Estados Unidos. Los que
son pobres en los países en desarrollo, son verdaderamente indigentes.
¿Cómo miden los científicos sociales la pobreza global? Como vimos en el Capítulo 9,
existe un desacuerdo importante sobre dónde trazar la línea de pobreza en Estados
Unidos. La adición del resto del mundo a la ecuación complica aún más la tarea.
Individualmente, muchos países en desarrollo definen la pobreza con base en el
ingreso mínimo que una persona necesita para sobrevivir, una cantidad que en general
oscila entre un mínimo de $1 al día hasta un máximo de $2 al día. Zambia define la
pobreza en términos de la imposibilidad de pagar por alimentos específicos en una
dieta de subsistencia (Chang y Ravallion, 2008; The Economist, 2008c). En el año 2000,
las Naciones Unidas puso en marcha el Proyecto del Milenio, cuyo objetivo es eliminar
la pobreza extrema en todo el mundo para el año 2015 (Recuadro 10.1). Aunque 15
años parecen mucho tiempo, el desafío es grande. Hoy en día, casi 3 mil millones de
personas subsisten con 2 dólares al día o menos. Para lograr el objetivo del proyecto,
los planificadores estiman que las naciones industrializadas deben reservar 0.7 por
ciento de su producto nacional bruto (PNB), el valor de los bienes y servicios de una
nación, para ayudar a las naciones en desarrollo. En el momento en que el Proyecto
del Milenio se puso en marcha, solo cinco países estaban cumpliendo esa tasa
objetivo: Dinamarca, Luxemburgo, los Países Bajos, Noruega y Suecia. Para igualar su
contribución proporcionalmente, Estados Unidos tendría que multiplicar su nivel de
ayuda actual por 45. Aunque en términos de dólares el gobierno de Estados Unidos.