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AMOR ROMÁNTICO

Coral Herrera: "Se ha disfrazado de amor lo que es control y dominación"

Sufrir menos y disfrutar más del amor, este fue uno de los objetivos a partir de los cuales la
antropóloga feminista comenzó a investigar sobre las relaciones de pareja para poder deconstruir
los mitos patriarcales y crear relaciones sanas.

MADRID14/01/2018 21:07 ACTUALIZADO: 15/01/2018 06:30BEATRIZ ASUAR GALLEGO


@beaasuargallego

Los mitos del amor y la realidad de las relaciones sociales: una distancia tan grande que parece
existir en mundos paralelos. Este es uno de los motivos que impulsó a la antropóloga Coral Herrera a
comenzar a investigar sobre el amor romántico: "Desde pequeña me contaban cuentos que luego no
veía en la realidad. Lo que veía en mi vida eran peleas, divorcios, gente sufriendo, errores… y los
mitos me presentaban el amor como algo maravilloso y que dura para siempre".

Buscando cómo llevar la teoría a la práctica y, sobre todo, conseguir "sufrir menos y disfrutar más
del amor", comenzó a estudiar el amor desde una perspectiva feminista. Así, se lanzó a un mundo
todavía desconocido e hizo la primera tesis sobre amor romántico. "El amor tiene que ser algo
bonito y placentero, un motor que nos lleve a querernos y tratarnos bien y hacer un mundo mejor.
Por eso, cuando termine la tesis doctoral la convertí en tres libros, abrí un blog y comencé a hacer
talleres para que pudiera llegar a más gente". Y en este camino sigue, haciendo de su investigación y
del amor un tema colectivo que abandone el ámbito individual y privado para que pase a entenderse
como un fenómeno social.

¿Cómo se construye nuestra forma de amar?

Nuestra forma de construir el amor romántico tiene que ver con la forma en la que nos organizamos
social, económica y políticamente. Lo romántico es político, y por ello, se construye a través de la
ideología de ese momento. En la actualidad a través del capitalismo y del patriarcado. Así
entendemos que se ame de forma diferente en distintos tiempos y en distintas culturas.

Por la ideología patriarcal construimos nuestra forma de amar en base a unos mitos que perpetúan
el machismo en las relaciones. Y la capitalista se mantiene, principalmente, a través de la idea de la
concepción de la propiedad privada: cuando amas a alguien, ese alguien te pertenece, eso de 'yo soy
tuya y tu eres mio'.

Y la manera que tenemos de reproducir estas ideas es a través de la cultura: canciones, películas,
chistes, series de televisión… Reproducimos así los mitos románticos del amor romántico.
¿Qué mitos del amor romántico?

Yo siempre hablo de tres frases principales: quien bien te quiere te hará llorar, los que más se pelean
son los que más se desean y del amor al odio hay un paso. Tres ideas que están muy arraigadas en
nuestro imaginario colectivo. De manera que si tú le gustas a un niño en el colegio es normal que el
chico te haga rabiar, te moleste, te violente… porque todos los adultos se ríen y le parece muy
normal que si tu le gustas a un niño, el niño te machaque y te acose. Hacemos creer eso a los niños,
en vez de decirles, 'si te gusta fulanita, la tienes que tratar bien, dale unos besitos, si le gusta bien, y
si no te aguantas'. Así se naturaliza la violencia, y ese es el principal problema, que lo tenemos tan
normalizado que no nos parece violencia.

O que si no le haces caso, ella irá a ti…

Exacto. Y eso es maltrato. Los chicos así aprenden desde pequeños que cuanto más maltrates a una
mujer, más la vas a tener en tu poder. Es un ejemplo de como nos enseñan desde pequeños a
tratarnos mal y hacer sufrir a quien nos gusta.

¿Cómo sustenta el amor romántico la violencia machista?

El amor romántico tal y como lo concebimos es muy violento. Está basado en una forma de relación
sadomasoquista. La cultura cristiana nos ha transmitido el placer del sufrimiento, que consisten en
creer que para conseguir el amor verdadero hay que sufrir mucho, hay que aguantar mucho y hay
que pasarlo muy mal. Este mensaje se transmite principalmente a las mujeres, que somos las que
tenemos que aguantarnos, sacrificarnos y renunciar a todo.

"El amor romántico tal y como lo concebimos es muy violento"

Por otro lado, todas nuestras relaciones están basadas en jerarquías. En estas jerarquías, a veces
mandas, y a veces obedeces. Y todo el amor romántico está construido en este binomio de sumisión
- dominación, es decir, uno domina y otro se somete. No nos enseñan a relacionarnos
horizontalmente, de tú a tú, de igual a igual. Y como vivimos en una sociedad tan machista, nuestra
forma de querernos es machista y por eso siempre la sumisión es de la mujer ante el hombre. Y
encima, como está acostumbrada al sufrimiento, no nos importa y nos creemos que así es el amor.

Con los jóvenes esto pasa aún más. A las adolescentes les parece normal que su novio le diga cómo
tienen que vestir. O cómo tiene que ser el largo de la falda o el ancho del escote. Y este es el
problema, que se ha normalizado y se ha teñido de amor lo que es control y dominación.

¿En estos procesos tan machacantes cómo acaba nuestra autoestima?


Nunca nos enseñan a querernos bien a nosotras mismas. Primero, porque desde pequeñas vemos a
las mujeres más cercanas, mujeres que no les gusta sus físicos y que están siempre intentando
perder kilos, con dietas, gimnasios, operaciones… Eso nos da la idea de que nuestros cuerpos son
imperfectos y que tenemos que machacarlos para que sean como la sociedad quiera.

A nivel de personalidad, como las niñas tenemos que ser mucho mejor que los niños para ser
iguales, nos lleva a un nivel de autoexigencia brutal que hace que tengamos que ser buenas en todo,
y esto es imposible. Hay un mito de la superwoman que nos dice que tenemos que llegar a todo y
esto nos hace sufrir mucho y sentir constantemente que tenemos que mejorar.

"Hay un mito de la 'superwoman' que nos dice que tenemos que llegar a todo y esto nos hace sufrir
mucho"

La autoestima es fundamental para nosotras y para relacionarnos. Si yo estoy bien conmigo misma
voy a tener una relación mucho más bonita. Porque si no me quiero bien voy a estar pensando que
no me merezco el amor de la otra persona y que mi valía personal depende de si me quieren o no
me quieren... Pero todos somos iguales de estupendos si tenemos novio o no. Antes, durante y
después. Y no lo dejas de ser porque te dejen de querer. Esto nos cuesta mucho a las mujeres
porque tenemos una necesidad enorme de reconocimiento externo, una dependencia enorme de
cómo nos quieren los demás y de cómo nos ven los demás, y si nos aprecian los demás o no.

Esto tiene que ser un tema fundamental en las escuelas. Primero, que nos enseñen a querernos bien
a nosotras mismas, y luego que nos enseñen a querer y tratar bien a los demás y gestionar nuestras
emociones. Que nos enseñen a gestionar la pena, la alegría, la ira. la frustración... ¿De qué nos sirve
aprendernos la lista de reyes visigodos? Absolutamente de nada. Lo que necesitamos es aprender a
relacionarnos y aprender a que nuestras relaciones sean menos conflictivas y dolorosas. Aprender a
resolver conflictos sin violencia.

La feminista Coral Herrera durante una de sus conferencias sobre amor romántico

La feminista Coral Herrera durante una de sus conferencias sobre amor romántico

¿Son las generaciones nuevas más machistas que las anteriores?

Yo creo que no. Ya Aristóteles dijo que la juventud que le seguía a su generación estaba echada a
perder. Estamos hablando de hace dos mil años. Todas las generaciones cuando se convierten en
adultas ven a los jóvenes como perdidos, que no tienen valores ni inquietudes pero es mentira. Yo
soy del 77, de la generación X. Se decía que no estábamos comprometidos, pero yo veía muchos
jóvenes como yo que no parábamos de hacer huelgas estudiantiles contra las reformas educativas,
reivindicaciones contra la guerra de Irak… nosotros veíamos que hablaban de nuestra generación y
no estábamos representados.
El problema son los ídolos que tiene la juventud. Yo siempre pongo como ejemplo a Shakira. No
puede ser que una tía que tiene tantos fans presuma de lo sumisa que es en su relación con Piqué.
Shakira tiene una responsabilidad social respecto a su imagen porque todas sus palabras tienen un
impacto muy fuerte. ¿De qué sirve estar dando talleres contra el machismo en los institutos si luego
viene Shakira y en medio segundo te desmonta todo? O como las famosas de 'yo ni machista ni
feminista'. Que lean un poco y midan lo que se dice y el impacto que tiene en la gente joven.

¿Qué podemos hacer para cambiar?

Necesitamos una revolución cultural. No sirve de nada que tratemos de concienciar si la televisión
sigue mandando de forma constante mensajes machistas disfrazados de amor romántico. No sirve
de nada concienciar, si después vemos el programa de Bertín Osborne que es un personaje muy
machista. Para liberarse del machismo hay que trabajar en todos los ámbitos pero principalmente
medios de comunicación, educación e industrias culturales. Y todos a la vez. Si no es imposible
porque mandamos mensajes contradictorios.

También hay que reconocer la necesidad de nuevos referentes de forma de amar porque casi todos
los ejemplos que nos ponen de pareja son parejas que se tratan muy mal con relaciones de
sufrimiento y que no disfrutan nada del amor. Tenemos que empezar a crear una imagen del amor
como algo bonito que no conlleve violencia, sufrimiento o sumisión. Este es el reto que tenemos por
delante: demostrar que otras formas de quererse son posibles.

Para liberarse del machismo hay que trabajar, sobre todo, en educación, medios de comunicación e
industrias culturales

Me suelen preguntar, ¿y cuál es el modelo ideal para amar sin sufrir? Cada uno tiene que buscar su
manera con la persona o las personas con las que te juntes. Es decir, puede que yo no sea feliz en
una relación poliamorosa pero tú sí. Así que cada uno tiene que buscar su forma. Ahora bien, sí que
podríamos sacar el tema a la calle, hablar de esto, convertirlo en un tema social y romper con la idea
de que el amor es una guerra. Se cree que es una guerra en la que todo vale, no hay normas. Por
ejemplo, no engañas a tus amigos, pero sí a tu novia. No tratas mal a tu familia, pero sí a tu novia.

Hay que empezar a pensar cómo podemos ser iguales de honestos, buenos y cuidadosos con tus
amigos y familias con tu pareja. Es fundamental porque está muy generalizado que te portes mal con
tu pareja y nadie te vea como si fueras una mala persona. Así que veo que es muy importante
empezar a cuestionarnos esta necesidad y construir una ética en torno al amor romántico: cómo
podemos cuidarnos bien, tratarnos entre nosotros, y el tiempo que estemos juntos disfrutarlo. Y
cuando no, cada uno por su lado, sin guerras.
A pesar de esta conciencia que se va extendiendo, y a pesar de que muchas mujeres crean esto, se
siguen manteniendo relaciones muy destructivas, ¿cómo se puede dar este cambio?

La clave está en la rebeldía, la rebeldía política. Cuando me trato mal a mí misma, cuando no me
cuido, cuando no trabajo para hacerme la vida mejor a mí misma, yo sé que le estoy haciendo el
juego al patriarcado. Lo mismo con las relaciones: yo no quiero reproducir todos los mandatos que
me dicen a quién tengo que amar, cómo y de qué manera.

Quiero llevar la teoría a la práctica y es importante que lo haga porque yo quiero transformar la
sociedad en la que vivo. Si quiero que las mujeres tengamos relaciones más bonitas y podamos
relacionarnos en igualdad, tengo que empezar por mis relaciones y mis relaciones tienen que serlo
también. Si quiero que las mujeres tengan una autoestima alta para que puedan relacionarse de una
forma libre e igualitaria, también tengo que tenerla yo. Todo empieza por mi. Y si yo quiero acabar
con el machismo, tengo que acabar con el machismo dentro de mí, en mis relaciones, y luego con el
grupo más cercano que me relaciono de una manera cotidiana. Así es como transformamos la
sociedad.

La nueva era de las relaciones: cinco formas de amor que no se apegan a la monogamia

Tener más de una relación sexoafectiva, al mismo tiempo y con conocimiento de todos los
involucrados, es solo una de las muchas formas en las que los millennials redefinen el concepto del
amor.

El amor como lo conocemos hoy no siempre fue así. Durante siglos, instituciones como el
matrimonio no tenían en cuenta la atracción física, el afecto o la intimidad. Más bien, se regían por
el linaje, las alianzas de poder o la procreación. Nuestra idea de las relaciones actuales está basada
en el “amor romántico”, expresión que vio la luz en la Edad Media, bajo el nombre de “amor cortés”,
pero que no se arraigó más allá de la literatura hasta comienzos del siglo XVIII. Estas relaciones se
asociaron a términos como el de “media naranja”, “juntos para toda la vida” y la validación de los
celos como prueba de amor.

La monogamia es uno de los preceptos básicos de ese amor romántico, para llevar una vida de
pareja exitosa y un vínculo afectivo sólido. Esta condición, cuestionada y cuestionable desde el punto
de vista científico, sigue siendo normal en la sociedad actual. Sin embargo, movimientos y teorías
que promueven otras formas de vivir las relaciones sexoafectivas han calado entre las nuevas
generaciones. “Poliamor”, “relación abierta” o “relación híbrida” forman parte del léxico de los
jóvenes para definir su situación sentimental. Y, por extraño que parezca, es también una tendencia
creciente entre adultos que han tenido experiencias decepcionantes y frustrantes en su historial
amoroso.

Así pues, estos son algunos de los tipos de relaciones con los que comulgan los jóvenes de hoy.

Relación abierta

Relación romántica que, de manera consensuada, no tiene un acuerdo de exclusividad sexual. En ella
se permite el sexo con terceros, más no una vinculación afectiva. En algunos casos se privilegia la
comunicación y hay transparencia en cuanto a los encuentros con las otras parejas. También existe
la posibilidad de que ninguno quiera saber detalles acerca de lo que hace la otra persona.

Poliamor

Permite tener relaciones románticas o afectivas con varias personas, de manera consensuada por
todos los involucrados. Dentro de esta categoría hay un sinnúmero de matices. Por ejemplo, el
poliamor jerárquico, en el que existe una relación privilegiada sobre las demás; o poliamor no
jerárquico, si ninguna prima sobre las demás. Los sexólogos y psicólogos afirman que para mantener
este tipo de “vínculos”, las parejas deben ser fuertes y seguras, para no hacerlo solo por complacer
al otro. Además, se deben establecer acuerdos claros y transparentes.

Relación híbrida

La pareja llega al acuerdo de que ambos se sienten cómodos con que el uno prefiera adherirse a la
monogamia, y el otro quiere tener más de una relación, o buscar vínculos sexuales o afectivos con
más personas.

Anarquía relacional

Ocurre cuando una persona decide no darles prioridad a sus relaciones románticas sino que las pone
al mismo nivel de importancia de los amigos, la familia u otras redes de apoyo. Quienes optan por
esta filosofía tienen un cambio estructural en la forma de asumir sus compromisos y la energía que
le dedican a cada vínculo. Esto quiere decir que procesos como la crianza y la convivencia no están
necesariamente ligados a la pareja romántica.

Flexisexuales

Es una de las tendencias preferidas entre los más jóvenes. Se trata de experimentar con diferentes
parejas, sin importar el género y sin tener la expectativa de una relación a largo plazo.

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