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Oraciones sugeridas para los 40 días de ayuno a pan y agua

Las oraciones que les enviamos a continuación son SUGERIDAS, es decir que NO son de
carácter obligatorio.
La primera de ellas es una de oración de sanación y liberación a través de la Cruz de Cristo.
El Padre Claudio Barbut aconseja que la hagamos a diario y recomienda que abracemos la
Cruz mientras oramos. Si se tiene la cruz que se consigue en las misas del Padre Claudio,
la recomendación es abrazar esa Cruz. En caso de no tenerla, se puede hacer el ejercicio
con cualquier crucifijo que tengamos en casa.

1. Cristo vive en mí

✝En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Oración de sanación y liberación a través de la cruz de Cristo

Padre celestial, me presento ante el trono de tu gracia, bañado en la sangre de


Cristo, para pedirte por los méritos de los sufrimientos de Jesús, por su santas llagas
y por su Santa Cruz, enviar tu Espíritu Santo sobre mi cuerpo y mi espíritu para
liberarme y sanarme de… (Mencionar de qué queremos ser sanados y liberados).
Padre bueno, enséñame a amar, aceptar, vivir y abrazar mi cruz con paciencia, gozo
y perseverancia, imitando el ejemplo de tu hijo muy amado.

Reparación
Querido Jesús: Te pido perdón por todas mis ofensas y las del mundo entero. Beso
cada una de tus llagas y te entrego todo mi corazón, mi alma y mi mente, para que
dispongas de ellos para toda tu obra de redención.

Sanación de los sentidos

Jesús, hijo de Dios vivo: Te entrego mis cinco sentidos y te pido que vengas a
vivir en mí y restaures tu imagen divina dentro de mí.

Te ofrezco mis ojos: Sana mi forma de ver. Que mis ojos sean tus ojos para que
mires tu mi cuerpo, mi vida, la creación y a todos los demás con tus ojos de
misericordia y los sanes.

Te ofrezco mis oídos: Sana mi forma de escuchar y obedecer. Que mi oído sea tu
oído al escuchar la palabra del Padre y la voz de los que sufren.
Te ofrezco mi cuerpo: Sana mi forma de tocar. Que mis manos sean tus manos,
mi abrazar tu abrazar y mi aliviar tu aliviar.

Te ofrezco mi respiro: Sana mi forma de vivir. Que mi respiro sea tu respiro. Que
en cada uno de mis respiros resuene un te amo, te adoro, te bendigo, te doy gracias
por cada segundo de mi vida y la de todos.

Te ofrezco mi boca: Sana mi forma de hablar. Que mi voz sea tu voz, me hablar tu
hablar, mi pensar tu pensar.

Toca mi alma con el don de compasión para los demás.

Toca mi corazón con tu coraje de amor infinito mandan todos.

Toca mi mente con tu sabiduría, de tal forma que mi boca proclame siempre tu
gloria.

Conclusión:

Jesús mírame con tus ojos de misericordia y manda tu Santo Espíritu sobre mí. Haz
de mí un testigo auténtico de tu resurrección, de tu victoria sobre el pecado y la
muerte, y de tu presencia viva en medio de nosotros. Haz que estas palabras se
hagan realidad en mi vida: Ya no soy yo quien vive, es Cristo quien vive en mí. (Ga
2:20). Hágase siempre tu voluntad en mi vida, venga a mí tu reino. Amén.

2. Oración para ofrecer el día de ayuno (arrepentimiento y


purificación)

✝En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Oh Dios, Creador del universo y Creador mío, hoy te doy gracias por haber ordenado
el mundo de manera tan admirable. Gracias por haber hecho fértil la tierra, de tal
suerte que nos provee con toda clase de frutos. Gracias por los alimentos que
preparamos con los frutos de la tierra. Padre, me regocijo en Tus creaturas, me
regocijo el día de hoy en todos los frutos con que nos obsequias y te doy gracias
por ellos. Gracias porque diariamente nos proporcionas alimento y bebida.

Padre, gracias también por haber creado mi cuerpo, de tal forma que es capaz de
aprovechar los frutos de la tierra, para desarrollarse y servirte. Gracias Padre, por
todos aquellos que –por medio de su trabajo- producen nuevas posibilidades de
vida. Gracias por los que, teniendo mucho, comparten con otros. Gracias por los
que tienen hambre del Pan Celestial, a pesar de haber consumido el pan de la tierra.
Gracias te doy Padre, por aquellos que no tienen que comer el día de hoy, porque
estoy segura de que Tú proveerás para ellos, a través de personas generosas.

Padre, hoy he decidido ayunar. No lo hago por desprecio a Tus creaturas: no


renuncio a ellas, sólo quiero redescubrir su valor. Deseo ayunar porque Tus profetas
lo hicieron; porque Jesús solía hacerlo y Sus apóstoles y discípulos también.

Especialmente quiero ayunar, porque Tu sierva, la Virgen María, así mismo ayunó.
Ella me ha invitado a hacerlo, no sólo con el cuerpo, sino igualmente con el corazón.

Padre, Te ofrezco mi ayuno de este día. Por medio de él, quiero comenzar a
escuchar y a vivir verdaderamente Tu Palabra. A lo largo de este día deseo aprender
a mantener mi vista fija en Ti, más allá de las cosas materiales que me rodean. Con
el Ayuno que me impongo libremente, oro a Ti por los que tienen hambre y que por
ese motivo son presa fácil de la agresividad y el rencor.

Te ofrezco este ayuno por la paz del mundo. Las guerras existen porque nos hemos
atado a los bienes materiales y estamos incluso dispuestos a matarnos unos a otros
por ellos. Padre, Te ofrezco este ayuno por todos aquellos a quienes tan solo
preocupa el bienestar material, de tal manera que no son capaces de ver otros
valores.

Te pido por los que están en conflicto permanente, porque viven obsesionados por
los bienes que poseen. Padre, a través del ayuno, abre nuestros ojos para que
seamos capaces de reconocer que todo lo que tenemos nos ha sido generosamente
proporcionado por ti.

Padre, lamento en verdad, haber sido yo también víctima de los sentidos, olvidando
agradecerte los bienes que me has dado. Me arrepiento del mal uso que he hecho
de ellos, al haberles dado un valor equivocado. A través de este ayuno, ¡dame la
capacidad de fijar mi mirada en Ti y en las personas que me rodean! Ayúdame y
concédeme la gracia de escuchar Tu Palabra. ¡Haz que por medio de este sacrificio,
crezca mi amor hacia Ti y hacia mi prójimo!

Padre, el día de hoy he decidido consumir solamente pan y agua, de tal manera que
logre comprender plenamente el valor de la Eucaristía, del Pan Celestial, en el cual
Tu Hijo Jesús se hace presente por amor a mí.

Padre, he aceptado ayunar, porque sé que por este medio, mi anhelo por Ti crecerá
en mi interior. Pienso con alegría en las palabras que tu Hijo pronunció:
“Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos…”
(Cf. Mt 5,3).

¡Padre, hazme pobre ante Tus ojos! Concédeme con este ayuno, la gracia de
comprender cuánto Te necesito. Haz que crezca mi sed por Ti; que mi corazón Te
busque como la cierva busca las corrientes de agua y el desierto las nubes cargadas
de lluvia.
Padre, te ruego que a través de este ayuno llegue yo a comprender a los que
padecen hambre y sed; a los que no disponen de lo indispensable para subsistir.
Quisiera, con Tu ayuda, darme cuenta de aquellos bienes que poseo y que no
necesito, para desprenderme de ellos en beneficio de mis hermanos y hermanas
más necesitados.

Oh Padre, Te pido especialmente que me otorgues la gracia de estar consciente, de


que no soy más que un peregrino en esta tierra y que al pasar de esta vida a la otra,
no me llevaré conmigo sino el amor y las buenas obras. Haz que esta certeza se
grabe de tal forma en mi mente y en mi corazón, de tal suerte que aun cuando yo
posea cualquier cosa, sepa que no puedo llamarla mía, porque Tú la has puesto en
mis manos solamente para que yo la administre. Padre, concédeme con este ayuno
el don de ser más humilde y de estar más dispuesto a cumplir Tu voluntad. Te pido
por tanto, que me purifiques de todo egoísmo y soberbia.

Padre, purifícame también con este ayuno de mis malos hábitos y enséñame a
dominar mis pasiones. Haz que en su lugar florezcan en mí las virtudes. Te pido
también que este ayuno limpie mi alma hasta lo más hondo, para que sea capaz de
abrirse totalmente a recibir Tu gracia.

Quisiera, Padre mío, con Tu ayuda, lograr mantener la misma firmeza de Jesús ante
las pruebas y tribulaciones, resistiendo toda tentación, para llegar así a servirte,
buscando día tras día más y más Tu Palabra.

María, Tú tuviste libre el corazón, porque no te ataste a nada más que a la voluntad
de Dios. El día de hoy te pido, que con tu oración me obtengas la gracia de
permanecer gozoso en medio de mi ayuno. Quiero ser capaz de cantar a Dios en
este día contigo un himno de acción de gracias. Te ruego que me ayudes a que mi
decisión de ayunar sea firme y duradera. Ofrezco por toda la humanidad el hambre
y las molestias que pudiera sentir por este ayuno. ¡María, ora por mí! Con Tu
intercesión y Tu protección poderosa, aparta de mí todo mal y cualquier tentación
del demonio. Enséñame Madre, a ayunar y a orar, para que cada día me asemeje
más a Tu Hijo Jesucristo y a Ti en el Espíritu Santo. Amén.

3. Oración para ofrecer el día de ayuno (Medjugorje):

Padre amoroso, hoy he decidido ayunar. Recuerdo que tus profetas ayunaban, que
Jesús Nuestro Señor ayunó, y que también lo hicieron sus discípulos. La Santísima
Virgen también ayunó y ahora me invita a que yo lo haga.

Padre Eterno, te ofrezco este día de ayuno. Que a través de él pueda yo estar más
cerca de Ti, vea Tus caminos y abra mis ojos para que reconozca Tus muchos
dones. Que mi corazón rebose de amor hacia Ti y hacia mi prójimo.
Señor, que este ayuno me haga crecer en comprensión hacia el hambriento, el que
está desposeído, el pobre. Haz que vea mis posesiones como dones del peregrinar
que deben ser compartidos. Dame también la gracia de la humildad y la fuerza para
hacer Tu Voluntad.

Señor, que este ayuno me limpie de los malos hábitos, calme mis pasiones, y
aumente en mí Tus virtudes. Y Tú, Madre mía, obtén para mí la gracia de ayunar
con alegría, que mi corazón pueda cantar contigo un canto de acción de gracias.
Pongo en Tus manos mi decisión de ayunar con firmeza.
Enséñame, a través del ayuno, a ser más y más como Tu Hijo Jesucristo, por medio
del Espíritu Santo. Amén.

“Queridos hijos, hoy los invito a renovar la oración y el ayuno, aún con mayor
entusiasmo, hasta que la oración se convierta en alegría para ustedes. Hijitos, quien
ora no teme el futuro y quien ayuna no teme el mal. Les repito una vez más: sólo
con la oración y el ayuno hasta las guerras pueden ser detenidas, las guerras de
vuestra incredulidad y de vuestro miedo por el futuro.” (Mensaje de la Reina de la
Paz del 25/01/2001).

4. Oración para ofrecer el día de ayuno (Pidiendo ser liberados


de los espíritus de pecado):

Amado Jesús Unimos nuestra voluntad a la tuya y que seas tu Quien ore en
nosotros, quien viva en nosotros, quien more en nosotros y quien ayune en nosotros.
Por manos de nuestra amada madre María queremos los de este grupo ofrecerte
nuestros ayunos, sacrificios y oraciones en el día de hoy.

Estamos en batalla Señor por nuestros hogares, ayúdanos y ten misericordia de


nosotros y de todos los que están buscando la salud espiritual y la restauración de
sus familias. Nos negamos a nosotros mismos para que fortalezcas nuestro espíritu.
Nos negamos a nosotros mismos para que salgan esos espíritus que solo salen con
ayuno y que deben salir de nuestros hogares, de nuestras familias, de nuestros
hijos, nuestros cónyuges y nosotros mismos. Nos negamos a nosotros mismos para
que nos reveles tu voluntad. Nos negamos a nosotros mismos para decirte que te
seguimos con amor y que eres nuestro buen pastor y sabemos que nos llevaras a
pastos delicados aunque en este momento estemos en cañadas oscuras.

Te pedimos Oh Señor, Dios uno y trino, que por medio de este ayuno en nuestras
familias, en nosotros y en nuestros cónyuges, el Santo Espíritu:

-riegue la tierra en sequía,


-sane los corazones enfermos,
-lave las manchas,
-infunda calor de vida en el hielo,
-dome los espíritus indómitos,
-guíe al que tuerce el sendero.
Señor tu dijiste: “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.
Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá”
(Mt. 7, 7-11) ″Y todo lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea
glorificado en el Hijo” (Juan 14.13).

″Esta clase de demonios de ningún modo puede irse sino mediante la oración y el
ayuno” (Marcos 9:28-29)

Ea pues Señor, que pedimos, buscamos, llamamos, oramos y ayunamos por


nuestros hogares y en tu Nombre pedimos al Padre que liberes a nuestra familia, a
nosotros mismos y a nuestros cónyuges de todo espíritu de:

• Envidia • Abuso sexual


• Rencor • Violación
• Odio • Violencia física
• Resentimiento • Violencia sexual
• Adulterio • Endurecimiento de corazón
• Fornicación • Robo
• Lujuria • Impaciencia
• Confusión • Humillación
• Perversión • Violencia
• Incomprensión • Rechazo
• Soberbia • Falta de perdón
• Tristeza • Impiedad
• Desánimo • Depresión
• Divorcio • Suicidio
• Separación • Angustia
• Avaricia • Desesperanza
• Vida sexual desordenada • Opresión
• Masturbación • Alcoholismo
• Infidelidad • Drogadicción
• Violencia • Soberbia
• Ruina Económica • Perfeccionismo
• Maltrato • Amargura
• Abuso físico • Venganza

Y de todos aquellos que solo tú sabes amado Señor. Estos espíritus en tu Nombre
y con el poder de tu Sangre Preciosa los enviamos atados, encadenados,
amordazados, y sin poder a los pies de tu cruz para que Tú en tu Santa Voluntad
dispongas de ellos. Y en lugar de ello llénanos Señor el corazón con tu Espíritu
Santo, con tu Amor para amarte y amar a nuestros hermanos. Cúbrenos y
protégenos con tu preciosa sangre a nosotros y todos nuestros hogares, nuestros
cónyuges y todos los hogares en crisis. Gracias Jesús por recibir nuestra humilde
oración y ayuno.

Te bendecimos. Te amamos y Te damos gracias por todo lo que has hecho y estás
haciendo para la restauración de nuestras familias. Tú estás en Control de nuestros
hogares y nuestros problemas. Todo será a Tu tiempo.

Jesús en ti confiamos, Santa María, ruega por nosotros,


San José patrono nuestro, ruega por nosotros. Amén.

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