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1. Introducción.
1.1 El corpus.
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La autenticidad de la fibromialgia como entidad clínica y la validez de su diagnóstico siguen siendo
debatidas en ciertas esferas aunque hay una tendencia más o menos homogénea que pugna por alinear los
discursos científicos en torno al tema, sobre todo en textos divulgativos y de difusión.
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2. Marco teórico.
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Para la elaboración del presente trabajo, se accedió al artículo mencionado a través de la base de datos
Intramed.
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Fuente: Sistema Regional de Información en línea para Revistas Científicas de América Latina, el Caribe,
España y Portugal: www.latindex.com
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Fuente: www.imbiomed.com
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“Puedo afirmar, sin temor a equivocarme, que el gran problema de la presentación de cualquier producto
científico, tesis, informes, ensayos, libros, artículos, etcétera, se debe al no manejo de las reglas de la
coherencia y de la cohesión del discurso escrito, en otras palabras a una presencia debilitada de la
competencia de la escritura. Estas reglas, como las anteriores, son automáticas, y se presentan con mayor
flexibilidad en la dimensión oral canónica, pero desde la escritura la complejidad es mayor. En otras palabras,
no se encuentra un manejo adecuado de todas estas reglas, y el discurso científico, así como cualquier otro
discurso escrito, presenta problemas desde la redacción hasta la organización y demás dificultades
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Haidar menciona la materialidad estético-retórica (p. 89) justificando que se hayan puesto juntas en una
materialidad, desde una perspectiva transdisciplinaria. La autora señala que lo estético-retórico está en todas
las prácticas semiótico-discursivas de distintos modos y maneras, y son funcionamientos ejemplares en los
ámbitos de lo político, de lo jurídico, de lo religioso” (p. 90). Yo añadiría “de lo científico”, en el caso particular
de la retórica. De ahí que se opte por separar lo que la autora ha integrado y se coloque el énfasis en los
elementos de la argumentación, como veremos más adelante.
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de los cuales evalúan las ideas como creencias o como conocimiento válido. Este
autor señala que si se atiende a la definición platónica de conocimiento como
“creencia verdadera justificada”, dicha justificación no es una noción universal o
general, sino “una noción socio-cultural que implica criterios de conocimiento, tales
como la observación directa, tipos de fuentes (discursos de otros), así como las
deducciones consideradas fidedignas (seguras) en esa comunidad” (p.6) y este
autor brinda una definición de conocimiento “ como las creencias compartidas de
una comunidad epistémica, que satisfacen el criterio de conocimiento de esa
comunidad” (p.7).
Dado que las ciencias biomédicas buscan alcanzar criterios de verdad,
intentan convencer a miembros de su comunidad sobre la validez o la importancia
de ciertos tratamientos por encima de otros a través de sus publicaciones.
Perelman-Tyteca (citado en Haidar, 2006) menciona que en el convencer se
utilizan los caminos racionales, a diferencia del acto de persuadir (p. 302). Los
criterios de la razón, científicamente validados por otros (diferentes estudios, citas
de artículos publicados en otras revistas indexadas), son usados para convencer
al auditorio de la validez misma de aquello que se expone.
Se debe recordar que el texto analizado está dirigido a la comunidad
científica, en particular a especialistas en medicina relacionados con el tema del
dolor y a los interesados en la clínica de la fibromialgia, situación que conviene
resaltar ya que “toda argumentación está determinada por el auditorio al cual está
destinada y su forma, en particular, por la naturaleza de éste” (Haidar, 2006,
p.299). La argumentación está constituida por “premisas compartidas, por
opiniones admitidas y no por verdades demostradas” (p. 296). En un tema como el
de la fibromialgia, donde las paradojas de la medicina exhiben sus límites de
abordaje, el asunto de las verdades compartidas exhibe ambigüedades que
ofrecen varias líneas de interpretación y cuestionamiento.
identificar entre varios tipos, como los justificadores, o que introducen un dato
(puesto que, porque, de hecho, y la prueba es que, dado que, etc.) , aquellos que
introducen una contraopinión, o alternantes (sin embargo, no obstante, etc. ), los
garantes o que introducen la fuente y la autoridad (como dice, de acuerdo a,
según…, etc.) o aquellos que introducen las tesis o conclusiones propiamente (por
consiguiente, por lo tanto, por lo cual, etc. ), entre otros. (Lo Cascio, 1998, pp. 203-
204).
2.3 Poder.
del cuerpo de sus pacientes, excluyendo a éstos del saber sobre su propio cuerpo,
y dejando de lado la experiencia corpórea de la que ellos dan cuenta, así como
toda subjetividad ajena al rigor científico que detentan.
Chauvenet (1989) señala que a lo largo de la historia de la medicina, las
diversas definiciones de enfermedad dan cuenta de una dicotomía entre
naturaleza y sujeto, donde este último se ve sometido a las leyes naturales
externas a su control. El médico, conocedor y dominador de estas leyes, actúa
también desde el exterior. En dicho texto, esta autora señala que:
3.1 Lo excluido
Es importante evitar crear falsas expectativas y desilusión, tanto por parte del
paciente como del médico en caso de que los síntomas no disminuyan. Hasta
que no se conozcan mejor los mecanismos intrínsecos de la enfermedad, será
necesario el uso de terapia multimodal para mejorar el dolor, así como la
administración de fármacos usados para ayudar en los trastornos de sueño,
problemas del estado anímico, de memoria y la fatiga. (p.7)
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Las cursivas son nuestras.
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Es posible que algunos pacientes encuentren mayor alivio a sus molestos síntomas al acudir a un
acupunturista, por ejemplo, que al someterse a las prescripciones de fármacos que generan los efectos
secundarios conocidos. Sin embargo, parece ser que aceptar este hecho resulta inaceptable en el lenguaje de
las ciencias biomédicas, puesto que ello implicaría ceder el poder sobre los tratamientos.
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www.rae.es
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Al terminar este listado, los autores insisten en que “la clave está en
buscar ayuda profesional que incluya un procedimiento multidisciplinario para el
manejo y tratamiento de la enfermedad” (p. 9). Nuevamente, la pregunta que nos
planteamos anteriormente tiene lugar.
Como ya se mencionó, al final de las páginas 5,7 y 9 se anuncian las
marcas de los analgésicos DORIXINA y LOXONIN. ¿Patrocinio y recomendación?
Los procesos de exclusión están sujetos al poder no sólo de la ciencia, sino
también del mercado, los intereses económicos de las grandes empresas
farmacéuticas, pero sobre todo, al servicio de una cultura en donde se exigen las
soluciones rápidas y la depuración del sufrimiento a cualquier costo. Nuestra
cultura hedonista, donde se alienta a obtener lo mejor en tanto uno lo merece,
exige la eliminación instantánea del dolor, sin perder el tiempo en la búsqueda de
sentidos y significados, para lo cual el abordaje farmacológico parece ofrecer
siempre la pastilla “mágica” adecuada.
En “Impacto de la enfermedad” (p.6), los autores señalan el efecto
económico y laboral que constituye uno de los aspectos más problemáticos de la
fibromialgia en nuestros día. Al respecto: “Henriksson y sus colaboradores notaron
que las labores diarias les toman más tiempo a los individuos con FM , es decir,
necesitan más tiempo para iniciarlas por la mañana y requieren periodos extra de
reposo durante el día” , y también se añade que “los pacientes tienen que realizar
diversas adaptaciones en sus actividades cotidianas para disminuir la experiencia
dolorosa, lo cual tiene un impacto negativo en las funciones laborales y no
laborales” (p.7). Los fármacos ofrecen la posibilidad de readaptar al sujeto al orden
de la productividad. Disminuyendo, aletargando o eliminando el síntoma, el
paciente puede seguir con sus actividades cotidianas, y seguir siendo útil a la
sociedad a la que pertenece. Eso en tanto que no se trate de un padecimiento tan
complejo como la fibromialgia, donde los síntomas se niegan a ceder tan
fácilmente, y donde las intervenciones farmacológicas llevan consigo resultados
agresivos.
3.3 La imagen
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Por último, y a nivel semiótico, el texto cuenta con una ilustración que da
elementos interesantes para el análisis. En la figura 1 del artículo (p. 6) se aprecia
la imagen de un cuerpo femenino, de frente y por detrás, que muestra los
dieciocho puntos dolorosos que constituyen el síntoma principal de la fibromialgia,
y que forman parte del modelo a seguir para diagnosticarla: si el médico detecta
por lo menos once de estos dieciocho puntos dolorosos al hacer presión con los
dedos o manos directamente en estas áreas, y el paciente manifiesta una historia
de dolor difuso por más de tres meses, el diagnóstico tiene lugar.
Se ha mencionado varias veces que la prevalencia es mayor en mujeres que
en hombres, por lo que parece obvio que la mayoría de las imágenes que ilustran
y exhiben estos dieciocho puntos en los textos académicos y divulgativos sean
cuerpos femeninos. Sin embargo, no hay que olvidar que el padecimiento no es
exclusivo y que dichas imágenes ayudan a catalogar a la fibromialgia como un
síndrome típico de la mujer.13
4. Conclusión.
Bibliografía.
Peña, A., y Espinosa R. (2007 marzo-abril) Tratamiento del dolor en pacientes con
fibromialgia. Dolor, Clínica y Terapia. Revista Mexicana de Algología, 5, 3,
5-10. Disponible en Intramed, base de datos: http //: www.intramed.net.