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Nombre: Miguel Ángel Yepes Brancho.

ALIMENTAR LOS SUEÑOS, ALIMENTAR EL ALMA.

El autor del elogio a la dificultad y otros ensayos, Estanislao Zuleta, fue un reconocido
filósofo y escritor colombiano, ya que dedicó gran parte de su vida al estudio de su país y
en general de América Latina. El elogio a la dificultad fue escrito por él, en 1980 pero sería
divulgado posteriormente junto a otros ensayos que caracterizarían de manera suscita la
filosofía en la que este autor basó su pensamiento [ CITATION Lec19 \l 9226 ].

Alberto Valencia Gutiérrez, es quien nos introduce a estos ensayos de Zuleta, reconociendo
en un principio la importancia del autor que de alguna manera define como
multidimensional, ya que lo caracteriza no como un autor que haya definido sus ideas
especializándose en un solo tema, sino por el contrario en un escritor que ha enriquecido a
sus lectores a través de diversos temas, así es como para empezar a leerlo nos introduce con
esa aclaración de no tratar de buscar una unidad en su exposición sino en cómo a través de
la diversidad de críticas y conocimientos se puede llegar al conocimiento de los problemas
que tanto han atormentado a la humanidad [ CITATION Est15 \l 9226 ].

El elogio a la dificultad y otros ensayos, nos trae un mensaje sólido en cuanto a la desgracia
que trae el conformismo, pasividad e idealización, pero más que idealización, el problema
radica en idealizar de una manera errónea y conformista nuestros deseos. Pues bien, nuestra
desdicha se encuentra en que deseamos mal nuestros sueños, entendiendo sueños como
propósitos o metas, es por ello, que no exigimos sacrificio o sufrimiento, sino facilidad y
felicidad a la hora de realizar y obtener alguna prerrogativa, deseando un mundo ideal sin
miedos ni angustias, un mundo donde todo se nos es dado fácilmente, olvidando por
completo que la esencia de la existencia humana es aprender de la crítica y autocrítica, que
estimule nuestros instintos y nuestra capacidad de luchar, cometiendo errores y
abnegaciones que nos permitan crecer como seres humanos. Muchas veces esta idealización
de nuestros sueños o el mal soñar esta felicidad en una especie de confort que estanca el
crecimiento de la raza humana.

Esta idealización, que es tan llamativa a los ojos del conformista, trae consigo la promesa
de una sociedad sin problemas, donde se coacta la posibilidad de pensar por nosotros
mismos, se pierde la identidad del ser y se remplaza por la armonía de un grupo que no está
contaminado por el mundo o más bien por comunidades exteriores, donde lo que importa es
sólo la armonía del grupo en concreto, olvidando como ya se dijo, el pensamiento
autocrítico, el cual en estos términos es el que nos ocasiona pensamientos de angustia e
incertidumbre, pensamientos que queremos omitir olvidando que en la angustia del
cuestionamiento se enriquece el conocimiento humano.
Pese a lo anterior, el texto hace una salvedad acerca de la importancia y necesidad de
conservar la voluntad de luchar por una sociedad diferente pero no cayendo en la falsa
interpretación o idealización como se dijo antes, sino debiendo entender cuál es el ideal a
lograr y conformar los medios necesarios críticos que permitan desarrollar dicho propósito.
Para ello, se debe valorar positivamente los diferentes grupos, la diferencia,
enriqueciéndose del pensamiento diversificado, ignorando la existencia de esa comunidad
idealizada y blindada de influencias externas.
Así mismo, en sus otros ensayos, Zuleta plasma las consecuencias negativas de un mal
entendimiento de idealización, por ejemplo, cuando se idealiza un fin, esto puede llevar a la
idealización y devaluación de la lucha por conseguir dicho fin, pues se está idealizando de
la misma manera los medios que ayudan a lograr dicho fin. Ya que, el fin idealizado,
entendido como se analizó anteriormente en términos de felicidad facilista o satisfacción de
una comunidad específica, no contiene en sí mismo lucha, negación, proceso ni
cuestionamiento sino contiene el ideal negativo de la felicidad. Esta falsa felicidad
colectiva es lo que muchas veces ha justificado pensamientos extremistas, como el de la
iglesia en los tiempos de la edad media y hasta ahora, donde se han cometido crímenes en
contra de ciertas comunidades que se encuentran de alguna manera afuera de ese grupo que
busca esa felicidad, persiguiendo un estado perfecto sin importar la violencia desbordada a
la que se llegue.
Otro aspecto negativo de esta idealización es que se encuentra influenciada por memorias
pasadas, así la misma depende del pensamiento individual de la persona o de la percepción
de una comunidad en específico, ya que tanto para la memoria individual como para la
memoria colectiva se produce un momento diferente. Así las cosas, se genera una dualidad
o contradicción de pensamientos obstaculizando el logro de dicho propósito.
Como mencioné en un principio, el planteamiento de Zuleta es sólido. Sin embargo, es un
poco extremista, pues el creer totalmente en esta inferencia de que la idealización de un
mundo que nos trae felicidad a raíz de la facilidad, genera un pensamiento pasivo y más
bien poco productivo que en nada ayuda al crecimiento del ser humano podría llevarnos al
otro extremo donde se piensa que todo es sacrificio, todo es trabajo, todo es rutina. Este
pensamiento también es demasiado extremo, pero quiero hacer énfasis en que siempre
puede existir un punto intermedio, un punto en donde, por supuesto que el ser humano debe
ser crítico y autocritico, esforzarse, más no sacrificarse para lograr sus ideales, pensar y
soñar en un mundo perfecto, no sólo en un grupo de individuos que se dirijan por una ley
universal sino el grupo de la humanidad en general que puede convivir con sus diferencias.
<< Gritemos que vamos a construir los edificios, qué importa si no lo hacemos,
alimentemos los sueños, alimentemos el alma>> [ CITATION And83 \l 9226 ]

Ese alimento del que se habla en esta película del director Andrei Tarcovsky, son los
sueños, los idealices, el idilio de una convivencia perfecta que si bien sabemos que no es
posible, qué importa si no lo logramos, el seguir creando sueños sirve de la misma manera
para continuar fortaleciendo el alimento para el pensamiento y para el espíritu humano.
Nuestro pecado, diferente a lo que menciona Zuleta, no es anhelar regresar al paraíso,
entendido como felicidad, es querer que los demás nos ayuden a pensar cómo llegar a ese
paraíso y más aún, nos lo traigan de vuelta sin hacer el mínimo esfuerzo. Está bien soñar
con volver al paraíso, pero debemos nosotros mismos pensar en cómo podemos hacerlo y
generar actuaciones que nos permitan lograr esos ideales que nos planteamos.
Finalmente, toda la filosofía que nos ayuda a enriquecer nuestro conocimiento siempre será
bienvenida para generar ese pensamiento autocritico del que habla Zuleta, ese pensamiento
que nos ayuda a crecer como especie humana. Para ello, se debe cuestionar acerca del valor
de lo fácil, acerca de lo contraproducente de que las cosas se nos sean dadas sin ningún
esfuerzo, sobre el mal que nos trae todo aquello que no exige de nosotros ninguna
superación, ni nos pone en cuestión, pues el crecimiento mismo del ser humano se
encuentra en nuestra misma superación a través del intento y error y nuevo intento tras
nuevo error, que nos ayuda a tener un pensamiento y actuaciones creadoras, que ayuden a
su vez a superar el estancamiento de la humanidad entendiendo cada vez más la
complejidad de la mente humana y de la sociedad.

Referencias:
Lecturalia. (2019). Lecturalia. Obtenido de Lecturalia: http://www.lecturalia.com/

Tarkovsky, A. (Dirección). (1983). Nostalghia [Película].

Zuleta, E. (2015). Elogio a la dificultad y otros ensayos. Alberto Valencia Gutiérrez.

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