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Watzlawick et al. (1983) y Selvini, Boscolo, Cecchin y Prata (1986) son quienes más
han trabajado y definido las técnicas paradójicas en psicoterapia. De acuerdo con ellos,
estas técnicas se dividen en: a) reestructuración, b) prescripción, y c) restricción. Es
este artículo presentaremos la reestructuración, dejando la prescripción y la restricción
para uno posterior.
La reestructuración le permite al niño chuparse todos los dedos por poco tiempo o
renunciar totalmente a esta costumbre, además de bloquear los anteriores intentos de
los padres de modificar la conducta de chuparse los dedos.
Una maniobra a la que el terapeuta puede recurrir para producir estrés consiste en
obstruir el flujo de comunicación a lo largo de sus canales habituales (e.g., que el
hermano menor pida los permisos a los padres a través del hermano mayor). Otra
forma de provocar estrés es aliándose de forma temporal a un miembro o subsistema
de la familia. Este tipo de técnica requiere del terapeuta una cuidadosa planificación y
la habilidad para desligarse de tal modo que no sea absorbido por los conflictos
familiares. El objetivo último del terapeuta consiste en beneficiar a la totalidad de la
familia, y la familia debe percibir en todo momento que el terapeuta está aliado a toda
la familia en el sistema terapéutico (Cibanal, s.f.; Minuchin & Fishman, 1992).
Reencuadrar
Cuando vamos a trabajar con una familia en psicoterapia escuchamos el problema que
plantean, quién presenta el síntoma y vamos reencuadrando el contexto de forma tal
que la familia sea capaz de tener otra visión del problema. Reencuadrar significa
cambiar el propio marco conceptual o emocional, en el cual se experimenta una
situación, y situarla dentro de otra estructura. Lo que cambia, a resultas del
reencuadre, es el sentido atribuido a la situación y no los hechos concretos
correspondientes a ésta. (Cibanal, s.f.; Minuchin & Fishman, 1992)
Ilusión de Alternativas
El término de ilusión de alternativas fue usado por primera vez por Weakland y
Jackson (como se cita en Watzlawick et al., 1983). Ellos observaron que los
esquizofrénicos, al tratar de hacer una elección acertada entre dos alternativas,
enfrentan un dilema típico: debido a la naturaleza de la situación comunicacional, no
pueden tomar una decisión acertada; ambas alternativas son parte integral de un
doble vínculo (i.e., cuando se dan dos mensajes contradictorios al mismo tiempo, a
través del lenguaje verbal y no verbal, y la persona que recibe el mensaje no puede
hablar con el emisor sobre la contradicción del mensaje) y en consecuencia, el
paciente pierde si lo hace y pierde si no lo hace (Watzlawick et al., 1983).
En la ilusión de alternativas se da una presión para elegir entre dos opciones, pero se
trata de una elección que, o bien es ilusoria porque ninguna de las dos es adecuada, o
por cuales quiera otras razones es imposible en la práctica. (Watzlawick et al., 1983)
Laing (citado por Watzlawick, 1980) relata el siguiente diálogo mantenido por una
madre y su hija esquizofrénica, en el curso de una sesión de terapia familiar:
Madre: No estoy enfadada porque hables así. Sé que realmente no piensas lo que
dices.
Hija: Pero sí que lo pienso.
Madre: Pero querida, sé que no piensas
tal cosa. No puedes valerte por ti misma.
Hija: Puedo valerme por mí
misma.
Madre: No, querida, yo sé que no puedes, porque estás enferma. Si
olvidara por un momento que estás enferma, me enfadaría mucho contigo. (pp. 96-97)
Tal como la madre contempla el comportamiento de su hija, a ésta sólo le quedan dos
alternativas: demencia o insolencia.
desde niño tuvo que ayudar a su padre en los trabajos de la granja y muchas
veces su padre creaba una ilusión de alternativas, dejándole, por ejemplo,
elegir “libremente” entre dar de comer primero a los cerdos o a las gallinas. La
ilusión de alternativas se oculta aquí bajo la pequeña e inocente palabra
“primero”, la elección no consistía, pues, en sí él quería o no echar de comer a
los animales tal alternativa no entraba en cuestión y, por tanto, ni siquiera se
mencionaba sino sólo cuál de los trabajos prefería hacer primero. (p. 100)
Brown, J. & Slee, P. (1986). Paradoxical strategies, the ethics of intervention [Versión
electrónica]. Professional Psychology: Research and Practice, 17, 487-491.