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SANTO TOMÁS

CUENTO DE SAN FRANCISCO DE ASÍS

ALUMNO
Alex Clavijo Garcia

PROFESOR
Manuel Gutiérrez julio

2017
LA CADENITA

En el año 2.000 había un niño de 9 años llamado Alex, su


familia era muy cerrada al tema religioso, no creían en Dios ni
les gusta que Alex fuera a la iglesia, pero a Alex le gustaba
mucho ir.
Un día el padre lo encerró en la casa pero Alex se escapó por
la ventana y se fue a la iglesia, ya en la iglesia, Alex vio a una
niña en las sillas de más adelante, al terminar la misa Alex y
la niña se encontraron frente a frente pero no se dijeron nada,
luego de unos días encontrándose en la iglesia la niña le
alumbraba la cara a Alex con el reflejo de una cadenita que
ella tenía colgada, al terminar la misa, Alex se dirigió hacia las
sillas de adelante y se encuentra con que a la niña se le
había quedado aquella cadena en la silla, la cadena se había
roto.
Alex en su casa, con las herramientas de su padre se dispuso
a reparar aquella cadena de la niña pero Alex nunca se
atrevió a entregársela, al contrario, se la colgó él. Un día la
niña se acercó a Alex y ella le pregunto su nombre.
- Me llamo Alex, dijo con voz nerviosa.
- Es un gusto, mi nombre es Keytlin, dijo aquella niña con
voz reída.
- Qué lindo nombre, pensó Alex.
Alex y Keytlin hablaban mucho desde entonces pero Alex no
se atrevía a devolverle la cadena a Keytlin.
Pasaron 15 años y estos niños aún se veían, eran muy
amigos y asistían a la iglesia juntos, un día Alex caminaba por
las calles del pueblo y vio que unos hombres trataban mal a
Keytlin y la presionaban para ir con ellos, Alex a Cambio
recibió una golpiza de parte de esos hombres al tratar de
defender a Keytlin, Keytlin ayudo a Alex a levantarse y le vio
su cadena colgada en el cuello, ella le pregunto a Él y Alex le
conto que nunca se atrevió a dársela aunque siempre quiso
porque estaba enamorado de ella, desde entonces caminaron
juntos como novios.
Pasaron unos años y Alex amaba a Keytlin con mucha fuerza,
un día Keytlin le pidió a Alex reunirse en un lugar donde solo
ellos conocían, un floral a la orilla de un rio del pueblo.
- Hola Alex, dijo Keytlin con voz nerviosa
- Que pasa, dijo Alex, él sabía que algo pasaba.
- Tengo que decirte algo, dijo Keytlin.
- Me estas asustando, porque estas así Keytlin, dijo Alex.
- Alex, temo que estoy enferma, no me queda mucho
tiempo de vida, dijo Keytlin tratando de contener el
llanto.
- ¿QUÉ? No me estás jugando una broma Keytlin, dijo
Alex.
- Yo nunca jugaría con algo así, te amo y no podía
ocultártelo, dijo Keytlin.
Ambos lloraron por mucho tiempo abrazados en aquel floral
esa tarde.
Keytlin le hizo prometer que no se iba alejar de la iglesia
luego de que ella muriera, que al contrario, se apegara mucho
más a ella porque gracias a Dios ellos pudieron pasar
muchos hermosos momentos juntos, le pidió que guardara
aquella cadenita para que la recordara y recordara aquel
juramento que él le había hecho.
El día que Keytlin murió fue un día muy nublado, llovió y no
se reflejaba nada más que tristeza en el cielo, Alex no quiso
salir de su casa por unos días pero sus padres al ver que su
hijo se encontraba en esta situación, en una situación donde
ningún padre quiere que su hijo pase, hablaron con él, le
prometieron ir juntos a la iglesia, Alex apretó fuerte la
cadenita de Keytlin y fue a la iglesia con sus padres, luego de
un tiempo Alex se convirtió en cura del pueblo y fundo un
hogar para personas desamparadas en nombre y con el
nombre de su amada, Alex con la mirada en el cielo dijo:
- Amor, gracias a ti soy lo que soy ahora, espero poder
reunirme junto a ti algún día y caminar juntos al lado de
Dios, mientras le recorría una lagrima por la mejilla.

FIN

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